Mirando por la ventanilla del avión rumbo a París me di cuenta que se estaba formando el atardecer más precioso que había visto en mi vida, era como un lienzo maravilloso como el que Katherine le hizo a mi padre cuando cumplieron un año de casados; esa mujer que aunque no era mi madre ya se había convertido en una y hasta el son de hoy la respeto mucho.
Hoy es un día de esos en los que solo quiero respirar aire fresco y sentirlo en mi rostro, pero no, estoy dentro de una caja de metal.
Anuncian que ya vamos a despegar y mi corazón se quiere salir del pecho. Mi mejor amiga Flor me indica ponerme los audífonos, cerrar los ojos y pensar en algo que me tranquilice... le hago caso y abro la aplicación de Spotify, busco en mi lista de reproducción "Happier - Olivia Rodrigo". Y eso es todo lo que necesito.
Esa canción me parte el alma en mil pedazos, pero por una extraña razón me tranquiliza, recuerdo al idiota de Nick al escucharla.
And do you tell her she's the most beautiful girl you've ever seen?
An eternal love bullshit you know you'll never mean
Remember when I believed you meant it when you said it first to me?
And now I'm pickin' her apart
Like cuttin' her down will make you miss my wretched heart
But she's beautiful, she looks kind
She probably gives you butterflies
I hope you're happy
But not like how you were with me
I'm selfish, I know, I can't let you go
So find someone great but don't find no one better...
Por una extraña razón ya no duele como al principio, lo que me hace sentir muy feliz.
Ya debemos estar acostumbrados; cuando damos mucho y recibimos muy poco, lo único que nos queda es el placer que en su tiempo fue inexplicable y ahora simplemente no lo vemos, estamos tan absorbidos en lo que nos dolió y ahora es muy difícil dejarlo pasar. Solo hay que seguir adelante, por lo bonito que fué, por lo que aprendimos del proceso, ya sea bueno o doloroso.
Abro mis ojos suavemente después de haberme quedado dormida casi todo el viaje, volteo a ver a mi lado a Flor que tiene un libro en sus manos y de sus ojos verdes se desprende un deje de brillo acompañado de una hermosa sonrisa, típica expresión de Flor cuando lee algo que le está gustando; Ella es muy hermosa y no solo me refiero de su aspecto físico, sino de su esponjoso corazón, el cual brinda amor puro y sincero, ella ha sido mi mejor amiga desde los diez años y nunca me ha fallado y me atrevo a decir que me conoce aún más que mi padre.
—Emma, ¿cómo te sientes?— me pregunta Flor despegando sus ojos del libro "El secreto de tu mirada"
— Sinceramente, siento que mi estómago va a hablar del hambre que tengo —ella sonríe y pide comida porque ya llevamos dos horas de viaje y al parecer faltan dos más para llegar a París.
No han pasado ni cinco minutos cuando tenemos en nuestro regazo una bandeja con una hamburguesa de pollo, papás fritas, fresas con crema y una coca de un litro.
¡Vaya que nos atienden como reinas!
Cuando mi padre me llamó a decirme que ya tenía nuestro vuelo listo no creí que fuera en estos aviones tan lujosos.
—Emma sofia— la miro curiosa— Me acabo de dar cuenta que al lado de tu asiento hay una pequeña nevera.
¡Efectivamente! A esto me refería de lujoso, me siento de esas celebridades que van por el mundo viajando en estos aviones.
— ¡Se la rifó Roberto con este avión! — exclama ella dando un chillido de emoción.
— Mi padre quería que la primera vez que viajará me sintiera como la reina que soy— le guiño el ojo.
—Claro que sí, bella dama —empezamos a reír como locas.
Mi padre vive en París desde que tenía 17 años, allá tiene su propia empresa y viene dos veces al mes a visitarme, vivo con mi abuela y Flor; todo ha marchado muy bien desde ese entonces, ella se ha convertido en mi hermana y tenemos una muy bella convivencia con mi abuela.
Han pasado las horas y anuncian que ya hemos llegado a París, escuchó a Flor chillar de la emoción como una niña pequeña y yo hago lo mismo emocionada; desde pequeñas hemos soñado con viajar a París juntas y aquí estamos cumpliendo nuestro sueño.