Daniela
En realidad, sabía que él nunca me pondría en peligro, pero eso último que dijo de alguna manera me hizo sentir segura.
Lo seguí y subimos al piso de arriba para subir al tejado. Nos quedamos viendo la ciudad que estaba alumbrada por las luces. Entonces él sacó un cigarro y empezó a absorber el humo para después dejarlo escapar por su boca.
Nunca había visto a Thiago fumar y me dio intriga saber porque lo hacía ahora.
—¿Por qué fumas?—le pregunté intrigada
—No sé. Simplemente lo hago porque me gusta
Sin darme cuenta me quedé viéndolo, pero rápidamente desvié la mirada al cigarro que sostenía entre sus dedos.
—Por curiosidad ¿a qué sabe el humo?
—¿Quieres probar a darle una calada?
—Me gustaría más probarlo de ti—dije bromeando
Ni siquiera lo vi venir y él se acercó a mí haciendo que tan solo quedarán unos centímetros para que nuestras bocas se rozaran.
—¿Qué haces?
No sé atrevió a responderme y en un instante me sopló el humo para que lo probará. Arrugué la nariz y me alejé de él. Era un olor muy fuerte y para nada me gustó.
Él al ver mi reacción empezó a reírse y yo me quedé viéndolo reírse.
—¿Rubia, sé honesta qué te pareció?
—Lo siento por ti, pero es horroroso
—Me lo imaginaba
Al momento se levantó y pisó el cigarrillo para apagarlo. Yo me quedé mirando al frente y estaba un poco nerviosa porque no quería que Thiago averiguara la razón de la pelea entre Mateo y yo.
—¿Te puedo hacer una pregunta?—me preguntó
—Si después me respondes tú lo que yo te pregunté—respondí y él asintió
—¿Quién te creó inseguridades sobre tu cuerpo?
—¿Quién te dijo que no estuviera cómoda con mi cuerpo?
—Daniela, céntrate en contestar
—Está bien, pero por esta respuesta me vas a dejar que te haga 2 preguntas
—Vale
Recordar las palabras de Mateo me hacían sentir unas punzadas de ardor en mi corazón. Siempre había sido tan bueno conmigo y ahora se estaba comportando como un capullo.
Me estaba haciendo daño y ni siquiera se daba cuenta, ni siquiera se molestaba por pensar en cómo me sentirían sus palabras.
—¿Recuerdas que ayer tuve problemas con Mateo?—asintió—Pues fue porque él hizo un comentario sobre mi cuerpo que no me gustó nada. Entonces me enfadé y cuando estaba con Lucas, mi novio quería hablar conmigo, pero yo me negué porque estaba enfadada y después evité que le pegara a mi mejor amigo y la que acabó mal fui yo
—¿Qué te dijo?
—Me toca preguntar
—Daniela, si me respondes te prometo que te dejo hacerme todas las preguntas que quieras
—Me dijo que había engordado un poco
Thiago desvió su mirada hacia mis ojos y justamente en ese instante bajé la mirada. No podía mirarlo.
Siempre había odiado mi cuerpo, nunca me había gustado, siempre había intentado cambiarlo. Y que una persona que me quiere lo criticará era lo pero que podía hacer.
Supongo que al escuchar a él decir esas palabras me vino a la cabeza los recuerdos y me dolió muy en el fondo.
Superar problemas alimenticios no era fácil, era muy jodido y pasar por eso más de una vez era horrible porque lo volvías a revivir una y otra vez.
Thiago puso sus dedos en mi mentón para que lo mirara fijamente a los ojos. Sabía en lo que estaba pensado y las palabras que me acababa de decir fueron algo que necesitaba haber escuchado hace mucho tiempo.
—Rubia, tú eres perfecta tal y como eres. No deberías hacerle caso a tú novio porque es tu cuerpo y nadie tiene derecho a decidir sobre él, solo tú puedes. Y si te amas tal y como eres, no hagas caso a las críticas que te hagan porque siempre habrá un imbécil que se dediqué a crearte miles de inseguridades
—Gracias por no dejar que me destruyera sola por ese comentario. Te prometo que cuando se me pase por la cabeza dejar de comer, me acordaré de tus palabras
—Bueno te toca, pregunta lo que quieras
—Explícame cómo fuiste consciente de que tus padres no iban a volver
—Hace un tiempo me quedó bastante claro que a nuestros padres no les importamos. Solo les importa su trabajo porque desde que yo cumplí dieciocho hace 4 años no han pisado esta casa. Entonces siempre hemos sido nosotros dos solos, siempre he dormido con ella, siempre la he bañado, siempre le he preparado la comida.
—Tú fuiste más padre de Mar que ellos
—Exacto
—¿Y tus padres te envían dinero?
—Sí, es lo único que hacen
—¿Te gustaría que tus padres estuvieran aquí?
—Quizás si me lo hubieras preguntado hace 4 años te hubieras dicho que sí, pero ahora estoy muy seguro de que no los necesito. Por mí que no vuelvan. Mar y yo somos muy felices sin ellos
—Sí de eso me di cuenta
Nos quedamos viendo las estrellas que se veían en el cielo oscuro. Me tumbe y dejé que el viento que corría me revolviera el cabello.
—¿Rubia, qué vas a hacer con Mateo?
—La verdad es que no lo sé. Por una parte, estoy muy confundida, pero por otra no sé creo que soy feliz con él. Aunque prefiero no hablar de él
—Está bien
Me levanté y de repente empezó a hacer más frío. Nosotros solo llevábamos una sudadera y no era suficiente.
—¿Qué tal si volvemos dentro porque me estoy congelando de frío?—propuso él
—Creo que sería una idea estupenda—esbocé una sonrisa y él hizo lo mismo
Se puso detrás de mí para que pudiera entrar yo primera. Cuando bajamos al salón donde estaban todos dormidos y nos fuimos a nuestras camas.
—¿Rubia, por casualidad mi hermana no estará durmiendo en tu cama?
Me fijé en la cama de su hermana y vi que no estaba, entonces aparté la sábana de mi cama y la vi durmiendo en mi cama.
—Acertaste—volví a taparla con la manta—¿Por qué no duerme en su cama?
—A menudo suele tener pesadillas y necesita dormir con alguien
—¿Qué se siente que tu hermana me prefiera a mi antes que a ti?
—Rubia, no quieres jugar a ese juego
Me levanté, me acerqué a él, me puse a su espalda y de repente él se giró. Tuve que alzar mi cabeza para mirarlo.
—Responde Thiago
—Digamos que me fastidia que te prefiera a ti
—Lo sabía
—Pero también me doy cuenta de que la pobre es ingenua porque se junta con personas como tú que son insoportables, creídas y pesadas
—Eh, para comenzar yo no soy ni insoportable, ni creída, ni pesada
—Ajá—me ignoró
—Thiago, eres un maleducado
—¿Por qué?
—Porque te estoy hablando y estás pasando de mi cara
—Mira un adjetivo más para mí
—Eres increíble
—Lo sé y por eso te caigo tan bien
—Eres muy gracioso, eh
—Sí
—Me caes tan mal, idiota
Intenté alejarme de él para irme a mi cama, pero él me prohibió el paso. Entonces me dejé caer en el sofá y me senté. Él se agachó frente a mí y me puso un mechón detrás de la oreja.
—Tú también me caes fatal, rubia—me susurró en la oreja—Buenas noches
—Buenas noches
Al final me levanté del sofá y fui a mi cama.
—Una última cosa, ¿te importa dormir con mi hermana?
—Para nada. Será divertido dormir con la personita que me prefiere a mí antes que a ti
—Jaja, que graciosa
Me estiré al lado de Mar, la acerqué a mí y le pasé la manta para taparla y que no tuviera frío.
—Ten cuidado no vaya a ser que me despierte y te utilice como saco de boxeo—le advertí a Thiago
—Mejor duérmete y no te despiertes hasta por la mañana, rubia
OMG, este capítulo fue increíble
¿Qué creen que Daniela debería hacer con Mateo? ¿Debería perdonarlo o no?
Hagan caso a Thiago y no se dejen llevar por todas esas personas que critican su cuerpo, porque son perfectxs como son y valen mucho más que esas personas que se dedican a opinar.
Lo que me divertí cuando empezaron a discutir porque Mar prefiere a Daniela antes que a Thiago.
Cada vez que Thiago le llamas rubia me enamoró más 😍
Espero que lo hayan disfrutado. Nos vemos en el próximo capítulo, se viene un partido de fútbol y un poquito de drama.
Cuídense, los amoo ❤