Thiago
Me desperté en el sofá abrazado a mi hermana. Recuerdo que ayer cuando volví ella estaba viendo una película porque no podía dormir.
—Felicidades princesa—le di un beso en la mejilla—Ya cumpliste 6 añitos
—Gracias Thiago, te quiero mucho. Eres el mejor hermano que existe
Me levanté del sofá y cogí a mi hermana en brazos para ir a la cocina.
—¿Princesa, que quieres que te cociné por tú cumpleaños?
—Tortitas
Hice la mezcla de la masa y después la vertí en la sartén. Le dejé las tortitas en la mesa y me senté enfrente de ella.
—¿Thiago hoy vendrán Daniela y Gabriel a la fiesta de pijamas?
—Princesa, me temo que va a ser un poco complicado que venga Daniela
—¿Por qué?
—Está un poco triste por cosas que pasaron ayer en la fiesta de Mateo
Me levanté y recogí los dos platos. Después nos vestimos y bajamos al salón.
—Grace, vamos a ir a ver a Daniela ¿quieres venir?
—Iré en cuanto pueda
Salimos de casa y mientras conducía llamé a mi mejor amigo para saber si estaba en su casa.
—¿Gabriel, estás en tú casa?
—Yo no, pero mi hermana sí ¿Por qué?
—Porque por alguna razón mi hermana quiere más a Daniela que a mí
—No me sorprende—dijo riéndose
—Estoy de camino a tu casa
—Intentaré volver lo más pronto que pueda
—Está bien, te veré allí
Cuando llegué a su casa vi a Mateo subirse al coche e irse. Entonces nosotros nos bajamos y Mar corrió a la puerta.
—Princesa, ten cuidado al subir corriendo las escaleras—ella asintió y picó al timbre
Pasaron unos cuantos segundos y Daniela abrió la puerta. Mi hermana entró corriendo a abrazarla y ella se agachó.
Mientras se abrazaban pude ver que tenía los ojos rojos de haber llorado y digamos que su aspecto no era el mejor. Fijé mi mirada en su rostro y vi que llevaba el cabello recogido, aunque estaba un poco despeinada y lo que más me sorprendió es que tenía un rasguño en la mejilla cerca del ojo.
—Hola Daniela
—Hola Thiago
Fuimos al salón y mi hermana se sentó al lado de ella y fijó su mirada en la pantalla. Esta vez no me atreví a decir nada. Daniela estaba en un estado de ánimo en el que nunca le había visto.
—¿Daniela, estabas viendo Mulán?—le preguntó Mar
—Sí
—Que buen gusto tienes—le dijo dándole un abrazo—Me encanta esa película
—Me alegro—sonrió, pero de repente gruñó del dolor que sintió por el rasguño
—Daniela, creo que deberías limpiarte la herida para que no se te infecte—le sugerí
Se levantó del sofá y después volvió con la caja de medicinas. Me la dio y la miré a ella.
—¿Me puedes limpiar la herida, por favor?—me pidió
—Está bien—acepté
Fuimos a otro lugar a limpiarle la herida, pero también para hablar sin que estuviera mi hermana. No me agradó ver como el idiota de Mateo le empujaba. Nadie tenía derecho de tratar a nadie de ese modo.
Daniela sé sentó en su cama y yo dejé la caja de medicinas al lado suyo. Cogí un algodón y lo mojé con agua oxigenada. Me acerqué a ella y me puse entremedio de sus piernas.
—Te va a escocer un poco—asintió
Acerqué el algodón a la herida y cuando presioné con cuidado gruñó del dolor y me rodeó la muñeca con su mano.
—¿Cómo te hiciste este rasguño?—le pregunté
—Supongo que al caer al suelo
—¿Te hizo algo más aparte de empujarte?
—No
Aparté el algodón y volví a presionarlo a toques. Sabía que en cualquier momento me iba a decir algo para defender a Mateo. Me conocía esa historia. Pero fuera lo que fuera que pasó entre ellos no tenía derecho a empujarla. Y cómo predije me comenzó a convencer de que nunca había traspasado esa línea.
—Thiago él nunca me había tratado así, sé le fue la mano porque estaba un poco borracho
—Yo no me voy a meter en vuestra relación, pero, aunque esté borracho no debería de haberte tratado de esa forma
—Ya—bajó la mirada al suelo y aparté el algodón—¿Lo viste salir de aquí?
—Sí
—¿Sabes? me dolió que viniera, pero no le abrí la puerta
Ni me molesté en responder. Eran problemas suyos y yo no tenía por qué meterme, pero si hay algo de lo que estaba completamente seguro es que, si le volvía a poner una mano encima para tratarla de esa forma o para golpearla, yo sería quién cumpliera mi promesa.
—Daniela probablemente sé te habrá olvidado, pero que sepas que es el cumpleaños de Mar
—¡Mierda!
—Por eso vinimos, se enteró de que estabas triste y ella quería hacerte feliz para que vinieras hoy a su fiesta de cumpleaños
Salimos de la habitación y bajamos al salón donde estaba mi hermana viendo la película.
—Felicidades, Mar
—Gracias. ¿Vendrás a la fiesta de pijamas?
—Por supuesto
Después nos fuimos y volvimos a casa y Grace tenía toda la casa decorada con globos.
Más tarde fui a la cocina y preparé todos los ingredientes para hacerle el pastel a mi hermana. Junté todos los ingredientes y los integré bien. Cuando tuve la masa hecha la vertí en un recipiente redondo y después lo metí en el horno.
Mientras se hacía el pastel me senté en el sofá y cuando sonó la alarma me levanté para sacarlo y guardarlo en la nevera.
—¡Thiago, ya llegaron!—me avisó mi hermana saltando de un lado para otro
—Monstruito, vamos a saludarles—dijo Grace abriendo la puerta
Los saludé y después me senté en el sofá estaba muy cansado.
—¿Queréis cenar?—les pregunté
—Vale—dijeron todos menos Daniela
—Como tú quieras—contestó
Me volví a levantar del sofá y ella me siguió hasta la cocina. Hay algo que pasó en la fiesta que no le había contado a nadie, pero yo me encargaría de averiguarlo. Me olía las mentiras y ella no es que fuera la mejor en ocultarlas.
—Tus padres no han aparecido por aquí ¿verdad?—me preguntó casi segura
—No, nunca aparecen
Saqué los macarrones y comencé a poner a hervir la cacerola.
—¿Sabes cocinar?—me preguntó sorprendida
—Oye Daniela puedo ser un capullo, pero se cocinar. Desde que nuestros padres nos viven con nosotros soy el que se ocupa de todo—le confesé
—Me alegro de que hayas aceptado que eres un capullo
Esbocé una sonrisa y clavé la mirada en ella que estaba distraída. Después acabé de cocinar y puse la comida en los platos.
—¿Cómo llevas la herida del ojo?
—Bien. Gracias por hacer de médico
Llevamos los platos a la mesa y nos sentamos a comer. Todos empezaron a comer menos Daniela que revolvía la comida de un lado para otro. Ya sabía lo que había ocurrido. El imbécil de Mateo le había hecho un comentario sobre su cuerpo y ella había tenido inseguridades, eso lo sabía.
—Puedes comer no está envenenado—le susurré
—Que gracioso
Al final se comió la comida, después comimos la tarta y nos sentamos todos en el sofá a ver una película.
Durante la noche hicimos karaoke, vimos películas, jugamos a juegos de mesas, a videojuegos y las chicas se hicieron peinados.
Cuando todos empezaron a bostezar decidimos que era hora de irse a dormir. Mientras tanto yo me quedé despierto porque no podía dormir. Fui a la cocina a por un vaso de agua y cuando volví me encontré con Daniela y casi se me sale el corazón.
—Maldita sea, casi me matas
—Lo siento, no era mi intención
—¿Tú tampoco puedes dormir?
—No
—Ven conmigo
—Thiago como hagas algo...
—Daniela, tranquila no voy a hacer nada malo, ni nada que te pueda hacer daño
Aunque nos odiáramos, nunca la pondría en peligro. Era lo último que se me pasaría por la cabeza y lo que haría en mi vida.
Final inesperado, pero amando a Thiago aún más ❤
¿Quién disfruta de que Mar quiera más a Daniela que a su propio hermano? JAJA
Este capítulo fue bastante tranquilo y pudimos ver lo destrozada que estaba mi niña.
Me siento identificada con Daniela porque yo suelo ser olvidadiza ¿Alguien más? 😂
¿Por qué creen que Daniela está tan triste y no quería comer? Creo que saben la respuesta
Ame escribir este capítulo, sé que quieren leer más, pero para eso se tienen que esperar al próximo.
Los amo, gracias por todo el cariño que me dan ❤