El día que la luna dejó de br...

By marvzcc

533K 20.7K 3.7K

«El día que te lances por el precipicio sin miedo a caer con tanta fuerza va a ser el día en el que en verdad... More

PRESENTACIÓN
BOOK TRÁILER
DEDICATORIA
• PRÓLOGO •
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Carta I y II.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Epílogo.
Especial | Amor Cristalino

Capítulo 17.

12.5K 476 64
By marvzcc

Antes de pasar a leer quisiera disculparme porque el día de ayer no pude actualizar porque quería modificar algunas cosas de este capítulo, y finalmente pude hacerlo. Así que aquí está...

Les recomiendo que escuchen la canción mientras leen el capítulo.

Y sin más que agregar, gracias.

Capítulo 17.

Misión rescat... de escape...

BANG- BANG - K'NAAN,
Adam Levine

Antes de que pueda decir algo más, Jaden se pone de pie dejando el litro de nieve que estaba comiendo hace unos minutos y toma aire antes de hablar.

—¿Saben qué? Tengo una gran idea que probablemente solo podamos hacer una vez en toda nuestra vida y sentirnos libres —propone Jaden. Ambos lo miramos como si se le hubiera ido un tornillo y él me mira—. Y también para vengarnos un poco de los idiotas

Oh. Y yo sé de qué idiota se trata.

Hannah enarca una ceja a su dirección mientras agarra otra pieza de chocolate y se lo mete a la boca.

—¿Cuál es tu gran idea? —pregunta poco entusiasmada.

Él sonríe y pone sus manos en sus caderas.

—Vamos a colarnos por la facultad en la madrugada.

Por unos segundos todos lo miramos como si fuera una broma. Él al ver nuestra falta de entusiasmo enarca una ceja ofendido.

—¿Qué?

Hannah lo mira todavía pasmada. Ya hasta dejo la barra de chocolate que hace unos minutos se estaba devorando.

—Estás de broma, ¿no?

—Eh... no.

—Tiene que ser una broma.

—Lastima que no lo es, entonces.

—¿Ya te estás volviendo tan loco a lado de Ashley o es cosa mía?

—Me estoy volviendo loco por Ashley, no a lado suyo. Bueno... aunque sí que me vuelvo loco al tenerla a lado mío pero... —hace una pausa negando con la cabeza para después recobrar la razón-. Lo que quiero decir es que todos necesitamos salirnos un poco se nuestra zona de confort. Y tú dices que quieres hacer algo que esté fuera de las normas, pues eso. Vamos a hacerlo.

—¿Y te parece una genial forma de hacerlo con un pase directo a expulsión o cómo?

—Eso, eso —asiento con la cabeza apoyando la idea de Hannah. Jaden me mira indignado y yo hago un gesto de cerrarme la boca.

—No es un pase directo a expulsión si no nos descubren.

—¿Y tú para que quieres colarte por la facultad? —pregunta Isair, curioso.

—Pues para parecer un loco —contesta Jaden sarcásticamente.

Isair enarca una ceja todavía observándolo.

—Si tú ya estás, primito.

—A ver... pasado mañana se entrega un proyecto importante para Ethan. Y me he enterado que se lo ha robado a una chica. Es un proyecto que equivale al 100% de la calificación. Amenazó a la chica si llega a decir algo, pero... ¿qué pasa si lo recuperamos y se lo entregamos?

—Pero...

Parece que hemos acabado con la paciencia de Jaden cuando empieza a jalarse los cabellos de la cabeza con fuerza. Me pongo de pie torpemente y lo abrazo.

No sé de dónde ha salido ese gesto tan natural. Pero lo veo alterado, y quiero verlo bien.

—Qué ya, chicos... van a terminar matando a Mike wazoski.

Ambos se ríen y yo lo hago por igual todavía abrazándolo. Él me devuelve el gesto y deja un pequeño beso en mi cabeza. Puedo sentir como se relaja en mis brazos.

—Pues yo voy —dice finalmente Hannah.

Me despego unos segundos de Jaden, sorprendida para asegurarme que he escuchado bien.

—¿Que tú qué...?

—¡Quiero ir! —salta emocionada y ya sé por dónde va esto cuando me observa con esa cara de cachorro herido. Al ver que empiezo a negar con la cabeza ella se pone de rodillas y casi me ruega al hablar—. ¡Vamos, Ashley!, ¡quiero intentarlo!, ¡no tengo nada que perder!

Enarco una ceja a su dirección.

—De hecho, yo diría que tienes mucho que perder...

—¿Sabes cuánto tiempo de mi vida he desperdiciado intentando ser alguien perfecto como mi familia me lo exige?, ¿y sabes algo?, ¡que no existe!, ¡me he quebrado la cabeza intentando ser alguien más cuando no llegaré a serlo!, ¡somos humanos imperfectos y así va esto!, hay humanos más ambiciosos que otros, más egoístas, más sensibles, más astutos... pero yo solo quiero ser un humano que viva. Quiero experimentar la vida y aprender de mis errores. Quiero convencerme de que no soy perfecta y que está bien. Quizá mi familia me llame loca, o como sea que me pongan de apodo raro. Pero también quiero estar segura de saber que soy imperfecta, y quiero sentirme segura de serlo. Quiero tener la certeza de que equivocarme en mi vida no se sienta como un reproche, sino como un aprendizaje.

Suelto un suspiro cruzandome de brazos sin quitar mi mirada de la suya. Jaden tiene su mano en mi cintura y da breves caricias por esta. Eso hace que por un momento me sienta tan relajada y no piense en las consecuencias.

Sonrío poniendo los ojos en blanco.

—Vamos a colarnos por esa facultad, entonces.

Ella aplaude entusiasmada hasta el punto de despertar a la fiera feroz que se había quedado dormida en el pasto. Melanie la mira como si quisiera desintegrarla y nos apresuramos en recoger nuestro desorden.

Cada uno se va por su lado y llegamos a casa algo tarde. Melanie se despide de nosotros sacandonos el dedo corazón antes de meterse a su habitación bostezando y casi cayéndose de cara al suelo.

En cuanto estamos solos Jaden y yo, no puedo evitarlo y jalo de la solapa de su chaqueta para besarlo con tanta intensidad que lo agarro desprevenido.

Al cabo de unos segundos corresponde el beso poniendo su mano en mi cintura y la otra en mi nuca.

Por unos segundos no hacemos más que besarnos. Él es el primero en separarse para agarrar aire y guiarme a la cama. Me siento al borde de esta y él se queda parado viéndome fijamente. Hay algo en su mirada que me hace sentir vulnerable. Mi estomago revoltea y se me pone la piel de gallina.

Antes de poder pensar más allá en eso, me agarra de la nuca con suavidad y me besa lentamente.

En cuanto el beso se vuelve suave, sé que no llegará a nada más.

El ver a Jaden reteniendose y tomando el control de la situación para que no llegue a más es algo que hace que mi corazón palpite con más fuerza.

Ambos nos recostamos en la cama viendo el techo. Él está boca arriba con una mano en su cuello y la otra abrazándome. Yo recuesto mi cabeza en su pecho y pongo una mano en sus abdominales.

Cuando Jaden me da un último beso en mi cabeza, puedo sentir por unos que mi corazón está en paz.

Al cerrar los ojos, quedo inmediatamente dormida.


Al día siguiente estamos todos reunidos en la mesa de noche. La madre de Jaden y la mía han dicho que tienen mi sorpresa de cumpleaños, así que nos encontramos comiendo en un espacio tranquilo en el que solo se oyen los sonidos de los cubiertos. Mi madre y su amiga intercambian la mirada en varias ocasiones de la cena que incluso llego a preocuparme.

¿Qué tramaran?

Esta noche, por si fuera poco, está lloviendo. Jaden ha dicho que hace el plan de colarse por la facultad sea más divertido. Y yo en cambio... sigo pensando en que es una tontería y hace el plan más peligroso.

Pero fue una promesa que lo hice a Hannah, ahora no me puedo echar atrás (también porque me mando un mensaje de 60 mil palabras diciendo qué me pasaría si no iba)

¡Cómo amo tener amigos!, ¡es tan wow!

Y más amigos como Hannah.

¿No es verdad?

Interrumpo mis mis pensamientos cuando la mamá de Jaden me interrumpe con un carraspeo de garganta sonriendo un poco.

—Bueno, Ashley... eh... —hace una pausa viendo a mi madre. Jaden y Melanie las miran como si esperaran que de una vez hablaran. La madre de Jaden suelta un suspiro antes de hablar volteandome a ver de nuevo—. Tu madre y yo nos iremos de viaje antes de que ustedes dos se muden. Será un viaje de una semana y media. Así que hemos decidido regalarte un viaje por igual, en el que podrán ir tú y Jaden, claro, para que mi hijo te cuide y... y si Melanie quisiera ir, pues puede ir por igual. Tú madre ha decidido que vayas a tu antigua ciudad, me dijo que te gustaba mucho así que ya he comprado los boletos. De hecho, tu madre y yo nos vamos mañana de viaje, así que estarán solos 4 días y después tomarán el vuelo.

Mi mente se queda en blanco unos segundos en los que no puedo pensar en nada más. Mi corazón se detiene y dejo de escuchar a mi alrededor.

Tanta información de golpe hace que me maree un poco y dejo los cubiertos en la mesa sin pensar en nada más.

Volteo a ver a mi madre decepcionada mientras parpadeo rápidamente. A ella parece darle igual el pequeño cortocircuito que estoy teniendo y que ahora me cuesta respirar.

En ocasiones ella me dijo que me adaptaría a toda esa mierda de ataques de ansiedad, porque ella nunca pasó por uno.

A veces solo desearía que se pusiera en mi lugar por un día. No pido más. Con un día tendría suficiente para saber todo lo qué pasa por mi mente. Para saber lo difícil que es sobrellevar algunas situaciones y aun así tenga que hacerlo.

Trago saliva con fuerza mientras niego con la cabeza. Tengo un nudo tan fuerte en la garganta, como si estuviera atada a un lazo que no me dejara respirar ni hablar.

Mi madre se cruza de brazos esperando una respuesta que tarda en llegar.

¿Alguna vez te has sentido tan miserable y con tanto coraje al ver que un ser que amas a pesar de hacerte sentir que no te quiere y que te trate como una basura te traicione y decepcione de una forma tan... cruel?

No de esas decepciones porque tu madre no te compro la prenda de ropa que querías. O porque no te dejo ir al lugar que querías salir con tus amigos o pareja.

Hablo de la decepción que lleva años estancada en tu mente. A todas esas situaciones que has soportado porque la amas y crees que todo lo que dice es verdad.

Esas veces en las que estás tan ciega que empiezas a creerte todo lo que te dice sin ponerte a pensar en el daño que esa persona te causa.

Porque... ¿Cómo mi madre haría algo para hacerme daño?

Quizá y tenga razón y soy una inútil. Quizá y sí que sea una egoísta y un error suyo.

Porque me ama, ¿no?. Apesar de demostrarme lo contrario, me resulta tan difícil creer que mi propia madre es capaz de hacer algo tan cruel a su hija.

Y aunque es difícil de creer, yo sé que ella jamás me amará.

Ni en esta ni en mil vidas por delante.

Llega un punto en el que te lo planteas tanto que terminas creyendotelo. Terminas por convencerte de que tu jamás debiste haber nacido. Que solo eres un error en la vida de los demás y no puedes encontrar el sentido de tu existencia.

Así me he sentido por años.

Cuestionada. Atacada. Como un error.

Como una basura sin valor alguno.

Y a ella parece divertirle verme así. Nunca hago nada, porque, qué haría.

Es mi madre. Ella jamás haría algo así, ¿no?

Recuerdo una noche en la que yo era una niña bastante pequeña y ella entró a mi cuarto cautelosamente. Se veía enojada, pero ya me había acostumbrado a que me tratara así. Sentía que ese era el trato que merecía.

Se supone que ella estaba ahí porque había cometido un error y no podía dejar pasarlo.

Ese día me pegó hasta que mis brazos quedaron entumecidos mientras me gritaba cuestinandose por qué me tuvo. Preguntándome por qué tuve que nacer para arruinar su vida por completo.

Vuelvo a la realidad cuando Jaden toma mi muñeca suavemente y me zafo de su agarre poniéndome de pie precipitadamente yendo hacia el baño.

Oigo decir a mi madre que ella lo arregla antes de ponerse de pie y seguirme.

Antes de poder entrar al baño a pasos acelerados mi madre me jala de brazo bruscamente clavando sus uñas en este.

—¿A qué vas al baño en vez de estar en la cena y contestar a lo que te están hablando?, ¿estás sorda o qué?, ¿vienes a encerrarte como siempre para hacerte la víctima y llorar?

—¿Ahora te importa? —pregunto con indiferencia.

Ella pone los ojos en blanco, irritada.

—Por favor, deja de actuar como una niña —se queja cruzándose de brazos.

—¿Sabes qué? —hago una pausa con los ojos llorosos—. Que lo haría. Si me hubieras dejado ser una cuando tenía la edad de serlo.

Ella pone los ojos en blanco de nuevo.

—Toda tu vida siempre haciendo lo mismo. Creyendote la víctima.

—¿Me vas a decir qué soy la culpable de todo lo que me hiciste? —levanto las cejas, mis ojos arden y mi garganta duele.

—Quizá si no te hubiera tenido muchos de mis problemas habrían desaparecido. Así que sí, eres culpable de muchas cosas, Ashley.

—¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?

—Lo tengo muy en claro.

Aprieto mis puños con fuerza y varias lágrimas se escapan de mis ojos. Siento tanta rabia y coraje que cuando hablo mi voz sale temblorosa.

—Tenía cinco años cuando tú...

—Así hubieras tenido seis, o siete, ¡me da igual!, ¡arruinaste mi vida!

—Era una niña -digo con voz temblorosa mientras las lágrimas caen sin parar.

Ella niega con la cabeza y me mira con indiferencia.

—¿Qué es lo que no entiendes? No te quiero. No te voy a querer nunca, Ashley. Jamas fuiste una hija deseada. Jamás te vas a comparar con... -su voz se corta antes de seguir hablando. Siento tantas ganas de vomitar y ella continua—. Vas a aceptar ese viaje de una vez y vas a dejar de estorbar. Deja de hacer tan miserable mi vida por unos días, Ashley. Sé feliz y déjame serlo a mí también.

Hago una pausa en la que mi mandíbula tiembla y me encajo las uñas tan fuerte en mis brazos que siento sangre en estos.

—El único día que voy a lograr ser feliz va a ser el día que este muerta —digo sin despegar mi vista de ella. El coraje hierve en mi sangre.

—Pues ya concuerdamos en algo, hija.

Aprieto la mandíbula mientras las lágrimas caen sin poder detenerse.

Ella pasa a lado mío para dirigirse a la cocina. Agarro aire antes de entrar al baño y echarme agua en la cara. Me quedo unos minutos más tratando que mis ganas de vomitar se vayan y miro mis brazos. Tengo marcas de mis uñas en estos. Cierro los ojos apretando los labios con fuerza y maldigo en voz baja.

—Mierda.

No quiero saber qué pasará si Jaden ve esto. Quizá lo deje pasar y le dé completamente igual como este.

Salgo del baño poniendo una pequeña sonrisa y puedo sentir la mirada de Jaden en mí pero no digo nada. La cena transcurre entre platicas en las que todos participan, menos yo.

Cuando todos terminamos de cenar recogemos la mesa y vamos a "dormir". Melanie pone los ojos en blanco cuando ve a Jaden preparando una mochila en su cuarto.

Es de madrugada y dice que está aburrida. Aparte de que quiere quedarse despierta para cualquier tipo de tragedia.

—¿Estás diciendo que te preocupas por nosotros, hermanita? —pregunta Jaden con una mano en el corazón después de oír a Melanie.

Dani sonríe dulcemente a su dirección e imita el gesto de su hermano.

—Estoy diciendo que quiero asegurarme de que si van a la cárcel, no me pierda ese escenario.

Jaden pone los ojos en blanco y yo me río negando con la cabeza.

Cuando ella se queda dormida son aproximadamente la una de la madrugada. Jaden y yo salimos tratando de hacer el menor ruido posible y él como siempre, no deja de mirarme, cosa que pone mis nervios de punta.

Al salir cerramos la puerta principal y no encaminamos a la facultad. Antes de seguir caminando Jaden me agarra de la cintura y me voltea hacia él para darme un beso suave en los labios. Yo sonrío y empezamos a caminar con la mochila de Jaden en mano.

Ha traído unas linternas, comida y agua. Como si fuéramos a quedarnos de excursión al kinder.

Pasados unos segundos veo como mira mi perfil atentamente y al cabo de unos minutos decide hablar.

—¿Estás bien?

Dirijo mi vista a sus ojos y aunque la oscuridad nos rodee, puedo ver el brillo en ellos.
Sonrío un poco envolviendome en mis brazos. Asiento con la cabeza y volteo a ver al frente.

—Sí.

Él se detiene y agarra mi muñeca suavemente. Me volteo hacia él, confusa.

—¿Qu...?

—¿Qué pasó?, ¿te hicieron daño? —pregunta dando breves caricias en mi brazo donde están las marcas de la discusión con mi madre. Me mira analizando mi expresión y me pone nerviosa su cercanía. Tiene el ceño fruncido, está preocupado.

Trago saliva y quito su mano con cuidado sin atreverme a verlo a los ojos.

—Nada, ya ves. Hay muchos gatos salvajes cerca de tu casa —respondo con los nervios de punta.

Él me mira sin terminar de creérselo.

—De que los hay, los hay. De que tengan una razón de ser tan rencorosos contigo, no creo que la tengan.

Sonrío un poco pero no digo nada. Él agarra mi mano suavemente y comenzamos a caminar.

—Yo siempre estaré aquí para cuando me necesites. Tengo dos oídos que están interesados en escucharte todo lo que quieras hablarme, Ashley. Si hay un asunto que te duele, a mí me duele, ¿vale?

Sonrío esta vez sinceramente y acerco y cabeza a su hombro apoyándola unos segundos ahí.

—Vale.

Seguimos nuestro camino y cuando diviso la facultad a lo lejos trago saliva con fuerza, no estoy muy segura de querer hacer esto, ¿pero si no es ahora cuándo lo haré? Ni loca me atrevería a hacerlo sola.

Jaden agarra de la cintura y me atrae hacia él. Cuando posa sus labios en mi oreja siento un calor repentino.

—Vamos a estar bien, disfrútalo.

Me estremezco al sentir su aliento en mi oreja, pero no dejo que lo note.

—¿Así como voy a disfrutar que me expulsen?

Él se ríe suavemente y ambos seguimos caminando.

Al llegar a las barandillas que protegen la facultad nos encontramos con una parejita vestidos de negro. Uno lleva un sombrero de vaquero y un saco negro. Y la otra, un traje negro que cubre completamente su cuerpo acompañado de... de unas orejitas de gato. Ambos están sosteniendo una sombrilla negra cubriéndose de la lluvia. Hace unos minutos había parado, por eso Jaden y yo pensamos que pararía, pero ha comenzado de nuevo a chispear. Presto atención de nuevo a la parejita que tengo frente a mí cuando sueltan risitas poco disimuladas.

Si tengo que matar a alguien ahora mismo sería a este dúo.

—Mi gatita, ¿estás lista para afrontarte a este tipo de peligro? —le pregunta Isair a Hannah mientras su brazo rodea su cintura y la atrae hacia él.

—A tu lado siempre lo estoy, mi vaquero.

Arrugó mi cara en una expresión de asco y en cuanto ellos se dan cuenta que hemos llegado se separan uno del otro. Hannah se sonroja al darse cuenta que lo hemos escuchado.

—¿Pueden dejar de escuchar conversaciones ajenas? —se queja cruzándose de brazos.

—¿Pueden dejar de hablarse así en la calle con gente a su alrededor?

—Es la madrugada, así que técnicamente no hay nadie que nos vea y escuche.

—Las cámaras de seguridad lo hacen —dice Isair encogiendose de hombros.

—¿Q-qué...? —mi voz sale tan aguda que le saca una carcajada a Isair. Hannah no tarda en taparle la boca con su mano.

—Cállate si no quieres que nos descubran

—Hace un minuto estabas más cariñosa, gatit...

—¡No me digas así!

Él se ríe y comenzamos a avanzar a la zona que los árboles tapan las rejas de la facultad. Isair y Jaden se ponen en posición para que las primeras en saltarse las rejas seamos yo y Hannah.

Al poner un solo pie en el jardín de la facultad me siento como una asesina serial, ahora que sí. Volteo a ver a todos lados verificando que no haya nadie a nuestros alrededores y me envuelvo en mis brazos.

Hannah está tan contenta cuando Isair y Jaden logran saltarse las rejas escalando y casi se pone a aplaudir ahí, pero la detengo.

Retuerzo mis dedos con nerviosismo cuando comenzamos a avanzar hacia las bancas que están afuera de la facultad. Vamos a pasos lentos y cuidadosos. La lluvia es demasiado suave, pero sí que nos empapa la ropa. Menos mal he venido abrigada con una sudadera que en último momento el pelinegro me tendió.

Todos nos dirigimos a un árbol cercano que está oculto con una banca no tan visible. Doy un respingo al ver una sombra de una persona. Casi me arrodillo a rezar y pedir perdón, pero una mano cálida me rodea y me esconde detrás del árbol.

—H-hay alguien... —digo en voz baja demasiado nerviosa mientras Jaden me observa reprimiendo una sonrisa.

—Eso creo —dice él en un susurro acomodando mi mechon de pelo suelto.

—¿Cómo se te ocurrió que vamos a hacer esto? —pregunto mirando detrás del árbol asegurándome que no haya nadie. Finalmente me volteo hacia él con una cara de preocupación para enmarcar—. ¿Cómo vamos a entrar ahí si ni siquiera tenemos la llave de las puertas principales? —pregunto en un hilo de voz. Mi corazón late con tanta fuerza que temo que se salga de mi pecho. ¿Por qué carajos todos parecen tan calmados?

Él me tapa la boca suavemente con una mano cuando escuchamos un ruido cercano. Reprime una sonrisa apoyándose en el tronco del árbol. Isair está tan rojo mientras se tapa la boca; también está reprimiendo una sonrisa. Hannah lo mira, divertida y se asoma por el tronco. Abre mucho los ojos cuando una luz alumbra a nuestra dirección. Todos entramos en alarma inmediatamente y comenzamos a avanzar hacia la facultad agachados y al pendiente de la luz.

Cuando llegamos a la esquina de esta puedo sentir que vuelvo a respirar y Hannah se ríe al ver la cara tan roja de Isair. Él la besa para callarla de una vez y yo me asomo por la pared para comprobar que no haya nadie.

La adrenalina que estoy sintiendo justo ahora no es nada comparada cuando escucho un ruido detrás de nosotros.

Me giro lentamente como en una película de terror esperando encontrarme con mi futuro arruinado, al contrario, me encuentro con un gato casi juzgandonos con la mirada.

—¿Qué tanto ves? —le pregunto al pobre gato.

Jaden se ríe ante mi pequeño arrebato y la parejita de a lado mío parece no enterarse de nada, ya que siguen succionandose uno al otro.

Cuando prácticamente los obligamos a separarse comenzamos a caminar hacia los ventanales de la facultad y me extraña encontrarnos con tantos gatos, a los cuales no dudo ni un segundo en ponerles mala cara.

Nos detenemos por una puerta trasera de la facultad que jamás había visto y no sabía de su existencia. Me extraña que solo tenga un candado, ni siquiera se esforzaron en la seguridad.

Me quedo confundida observando con el ceño fruncido al candado diminuto que prácticamente es como decoración en la puerta.

—¿Y se va a abrir por arte de magia, o cómo planeamos hacerlo? —pregunto en voz baja. Sigo sospechando que alguien puede estar por ahí.

—No, los duendes que trabajan de noche nos van a abrir y nos darán la bienvenida, Ashley -me dice Isair sonriendo sarcásticamente.

Jaden saca una llave de su bolsillo que es bastante pequeña y dorada.

—Parece que estamos por rescatar el mayor tesoro del milenio —digo mientras todos observamos la llave con atención.

—Te juro que colarse por la facultad está siendo más divertido de lo que pretendía. ¡Incluso he estado planteándome adoptar uno de esos tantos gatitos que nos hemos encontrado en el camino de recuerdo! —dice Hannah, entusiasmada.

Isair le sonríe y la rodea con ambas manos suyas en su cintura.

Aquí vamos otra vez. Besos y besos por un siglo más.

—Llévate los gatitos que quieras... —le dice muy cerca de su boca—. Tú siempre serás mi gatita.

Jaden que había estado manteniéndose al margen suelta una risotada que nos pone el alerta a todos.

—¡SHHHHH! —lo calla Hannah para después voltearse a su novio, enfadada—. Y tú —lo señala por el pecho—. Te he dicho que no me vuelvas a decir así porque...

—Listo —dice el pelinegro a lado mío. Ya había abierto el candado que abría a la puerta en lo que la pareja de a lado nuestro se peleaban.

—Oh —Hannah esboza una sonrisa y todos nos quedamos unos segundos más en los que no hacemos nada antes de entrar.

La primera en pasar es Hannah, que va a pasos lentos y algo insegura. Al asomarse por los pasillos y asegurar que no hay nadie le sigue Isair, después yo que entro después de unas cuántas dudas y por último es Jaden, que cierra la puerta con cuidado a medio cerrar para salir de ahí prácticamente corriendo.

Al escuchar un ruido en la entrada principal todos nos juntamos en un círculo lo más rápido que podemos.

—Tú y tú —Jaden señala a Hannah y a Isair con su brazo libre y agarrándome de la mano con la otra apretandola con fuerza. Creo que ahora sí que sabré lo que es sentir adrenalina—. Al segundo piso y vayan a hacer lo que quieran, tienen 10 minutos, no más.

Ambos corren agarrados de la mano e intentando no reír en el camino.

En eso Jaden se voltea hacia mí y empieza a correr mirando a sus lados con precaución. Mi corazón late rápidamente por los nervios y la emoción.

—¿A dónde vamos? —pregunto cuando comienza a subir los escalones con prisa.

—A por el trabajo de esa chica.

Ambos subimos al tercer piso de la facultad, el último y el que tiene más salones.

Cuando terminamos de subir los escalones cada uno asoma la cabeza por cada lado del pasillo, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Al corroborar que no hay nadie corremos al último del salón del pasillo izquierdo.

El salón 42.

Una luz alumbra al pasillo derecho y en esos milisegundos Jaden y yo nos escondemos a lado de los casilleros que adornan los pasillos por ambos lados. El espacio es tan diminuto que tiene que pegar su cuerpo completamente al mío.

Él me pone de espaldas a la pared y me tapa la boca con una mano suavemente. Su cuerpo está tan pegado al mío que reacciono a su calor corporal poniéndome un poco más nerviosa, y esta vez ya no es por colarme en la facultad. Me dan ganas incluso de sonreír.

Me estaba volviendo loca, ¡qué hacía colandome por mi facultad!

Piensa en positivo, Ashley, es por esa chica.

Jaden traga saliva cuando la luz se acerca un poco más a nuestra dirección para después desaparecer al cabo de unos segundos.

Cuando no hay rastro de persona alguna él quita su mano de mi boca lentamente y siento que puedo respirar. Siento el sudor bajándome por el cuello y mi corazón latiendo a mil. Jaden me observa unos segundos en los que su mirada baja a mis labios y antes de hacer algo niega con la cabeza y me agarra nuevamente de la mano.

No es difícil entrar al salón ya que solo ponen un seguro por el otro lado de la puerta que es fácil de quitar.

Pasamos al salón aliviados y puedo sentir por unos segundos que vuelvo a respirar. Desde aquí se ve que es tan de noche que me preocupa.

Me quedo confundida cuando siento un brazo rodeandome la cintura y girandome hacia él. Jaden no espera una respuesta mía, me besa suavemente en los labios por un corto lapso de tiempo antes de agarrarme por la cintura y sentarme encima del escritorio del maestro.

Abro mucho los ojos al ver su sonrisa de lado.

—¡¿Jaden?! —le digo en un susurro con mis manos todavía en sus hombros. Él aumenta su sonrisa y deja un beso casto en mis labios antes de hablar.

—Siempre quise hacer esto de colarme por una facultad. Fue como un sueño que nunca creí que sería capaz de hacer realidad.

—¿Y en tu sueño se incluye poner a tu novia en el escritorio de su maestro de sociales? -le reprocho.

—No, pero sí que esto es mucho mejor de lo que imaginaria.

—Tienes sueños muy raros, señorito.

—Tú eres mi sueño y para nada eres rara —enarca una ceja mientras da breves caricias en mi cintura.

—¿Qué no soy rara? Jaden, me gustan las papas fritas con helado.

El pelinegro hace una mueca arrugando su nariz sin dejar de soltarme.

—Vale, pero eres mi rarita favorita, entonces.

Yo sonrío y él baja su vista a mis labios.

—Sabes... jamás me habría planteado el sueño de besar a la chica que me vuelve loco en el escritorio del maestro que me detesta, pero ahora, teniendote aquí la tentación es demasiada como para no hacer nada.

No me deja reaccionar cuando baja sus labios dejando besos suaves por mi mandíbula.

—Jaden... tenemos que irnos en 5 minutos... —digo tratando de ralentizar mi respiración cuando siento su aliento cálido en mi oreja.

—Mhm...

—Y tenemos que buscar el trabajo de esa chic...

No me deja terminar cuando ya me está besando con ganas.

Coloca la mano que no está dando caricias en mi cintura en mi nuca y me atrae lo más que puede hacia él.

Yo intento no irme para atrás agarrandolo de la camisa y el me mantiene en mi lugar apretando su mano en mi cintura. Esta baja lentamente a mi cadera sin dejar de dar leves caricias y me besa con tanta intensidad que mi calor corporal aumenta.

Cuando me separo unos centímetros para poder respirar él no espera un segundo más y me besa la mandíbula.

Siento tanto calor cuando echo mi cabeza para atrás, dejandole un acceso más directo a mi cuello.

Cuando se separa unos centímetros levemente, no puedo evitar reírme al verlo así. Tiene los labios hinchados y el pelo revuelto. Algo que incluso me sorprende es que sus ojos brillen incluso en la oscuridad del aula.

Justo cuando estoy por añadir algo más una luz alumbra el lugar y me bajo sin meditar del escritorio. Jaden también se ha agachado hasta esconderse detrás del escritorio.

Pero solo eran 10 minutos, ¿eh?

Tapo mi mano reprimiendo una sonrisa y Jaden sonríe negando con la cabeza.

La luz tarda unos segundos en irse, así que nos quedamos sentados viendo por los ventanales del aula el anochecer.

Cuando no hay rastro de alguien más juego con mis manos distraidamente antes de armarme de valor para hablar.

—Jaden, ¿tú quieres ir a la ciudad conmigo? —digo en un susurro, nerviosa. No sé por qué tengo la sensación de que ese viaje me va a destruir. Es un tema que ha estado dándome vueltas estas últimas horas

Él voltea a verme unos instantes analizando mi expresión antes de responderme.

—Yo voy a donde tú vayas. Sin importarme a dónde sea —me asegura viéndome a los ojos sin siquiera parpadear. Parece sincero y seguro de lo que dice.

Entreabro los labios y parpadeo como si quisiera asegurarme de lo que me dice es real. Le dedico una pequeña de agradecimiento sonrisa antes de voltear al frente. Trago saliva con fuerza y siento que mi corazón duele un poco. No me gusta hablar de este tema, pero si vamos a ir a mi ciudad, tengo que enfrentarme a esto.

—A mí me da un poco de temor volver ahí y no poder con los recuerdos.

—No evites los recuerdos, Ashley. No hay forma de evitarlos. Lo mejor que puedes hacer es recordarlos y superarlos, no olvidarlos. Porque si intentas olvidarlos, siempre vas a terminar atrapada en ti misma en un intento de algo que no va a ocurrir.

Aprieto la mandíbula y me cruzo de brazos. Quizá tenga razón y he estado evitando todo esto por el dolor que pueda sufrir, ¿pero cómo quiero superarlo si no lo enfrento?

Suelto un suspiro y presto más atención al paisaje de noche desde aquí. Las estrellas se ven preciosas que casi reprocho cuando Jaden rebusca en los cajones el documento de la chica y nos tenemos que ir.

El documento resulta ser tan pesado que por un momento Jaden tambalea y yo no tardo en asomar mi cabeza por el pasillo para asegurarme que nadie esté ahí.

Levanto mi pulgar en un gesto de aprobación y comenzamos a bajar las escaleras con cuidado.

Jaden me ha dado un antifaz en el camino y él se ha puesto uno. He atado mi cabello en una coleta tratando de que no se vea mucho y cuando estamos en el segundo piso vemos a un guardia avanzando por el pasillo.

Está checando la cafetería.

Al otro lado del pasillo veo a la parejita asustada y le aviso a Jaden. Avanzamos lo más rápido que podemos pero una luz nos da directo a nosotros hasta la otra punta del pasillo.

—¡EY!, ¡USTEDES!

—Mierda —dice Jaden agarrándome del brazo y todos comenzamos a correr tan rápido que mi corazón me amenza con sufrir un infarto.

Joder, ya sé lo que es sentir adrenalina.

Hannah está riendo sin parar. Lleva un documento en mano al igual que nosotros.

Al bajar las escaleras casi volando seguimos escuchando los gritos del señor y Hannah no para de reírse contagiandole la risa a Isair.

Al salir por la puerta trasera casi nos dejamos caer en el piso y empezamos a gritarle a Jaden.

—¡Apúrate primito! —le dice a Jaden mientras él intenta sacar la llave de su bolsillo, pero al ser tan pequeña se le cae en el suelo, y para no joderla más hay un gato negro enfrente de ella que nos mira con desprecio.

Creo que es el mismo al que le grité hace unos minutos.

¡Ups!

—Ay... hola lindo gatito —dice Hannah acercándose a él con una cara de terror en su cara que es para tomarle una foto—. Me podrías devolver esto... —dice apuntando a la llave que está prácticamente debajo de él.

—Es muy importante para nuestra supervivencia gatito, así que te lo agradeceríamos mucho... —añade Isair con el mismo terror en su voz.

El gato me voltea a ver por unos segundos y yo doy un paso atrás abriendo los ojos.

—A mí no me mires así...

Y entonces el muy hijo de... decide maullar.

Una luz alumbra un ventanal hasta el final de la pared.

Hannah se acerca al gatito sin ningún tipo de cuidado y antes de poder hacer algo se lanza sobre ella. La castaña suelta un grito tan fuerte que Jaden se agacha rápidamente y recoge la llave.

Ella avienta al pobre gato cuando todos comenzamos a avanzar y un señor nos alumbra con su linterna desde lejos.

Nos saltamos las rejas con una habilidad impresionante y Hannah casi se cae por los charcos de la lluvia. No paramos de reír mientras corremos debajo de la lluvia y esta nos empapa con más fuerza que hace unos minutos.

Corremos y volamos prácticamente al auto de Isair y al estar todos dentro él acelera de una manera tan rápida que no nos da tiempo de reaccionar.

Cuando todos estamos dentro del auto se crea una atmósfera tensa por unos segundos antes de que todos nos soltemos riendo a carcajadas.

Pero buenooo, ¿señorita Miller?, ¿es usted?, ¿colándose por una facultad? Wow

Gracias a los que leen y votan!!!

Ig: marvzcc

Nos vemos la próxima semana.

Continue Reading

You'll Also Like

60.6M 3M 42
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
11.7K 662 13
Lalisa Manoban, una estudiante que siempre sufría de bullying por ser una nerd pero cuando cumpla su sueño de ser diseñadora gráfica se llevará una g...
97.2K 5.7K 22
Ésta es mi historia, no soy una damisela indefensa que fue lastimada por un cruel monstruo. Solo fui una chica poco lista que terminó enamorándose de...
9.7K 1.5K 9
Emily Harper toda su vida ha tenido las cosas claras a pesar de tener solo diecisiete años, desde su trabajo deseado hasta su casa y esposo de ensueñ...