Hasta que uno no se rompe del todo, no es consciente de que tiene dentro.
Todo lo que somos juntos/Alice Kellen.
Una vez estaba jugando con Iker a las escondidillas, me escondí detrás de un árbol, cuando me miro, heche a correr, corrí y antes de reaccionar caí de las escaleras, no estaba muy alto serían, como dos metros, al caer el impacto fue tan grande que el aire me faltaba, y ahí estaba yo luchando por respirar, por lo que fuera.
Así, me siento en estos momentos, intento hablar, aunque no puedo, tengo un nudo en la garganta, mientras las palabras dan vueltas por mi mente.
No llores eso es de débiles.
Pero estas débil. Deja que las lágrimas fluyan así sera mas fácil liberar el dolor.
Desde hace años me prometí no volver a llorar, y aquí estoy destrozada una vez más.
Las palabras de Darinka, aparecen.
—Llora Keyla, llora hasta que ya no tengas fuerzas, todos pasamos por aquello, pero llegara la felicidad y todo esto se desvanecerá.
Solo una vez mas.
Las lágrimas recorren mis mejillas, miro a Josh, a Charles.
—¡No, él no es así! —exclamó desesperada, dejándome caer en el sofá.
—Se que es difícil para ti Keyla, pero Charles tiene razón.
—¿Y por que no me lo dijeron?
Los sollozos aumentan, las lágrimas igual, siento un dolor en el pecho, ese dolor que yo sentía cada vez que estaba a punto de tener un ataque de pánico.
Se fuerte Keyla, no, no vuelvas al pasado, no lo hagas.
Mi conciencia lo pide, pero ya es tarde los muros se han caído, volveré al pasado.
—Por que pensamos que Edwin ya estaba mejor, ya no necesitaba esa vida —contesta Charles consolandome.
—¿Por que no lo alejaron de mi?
—¡Por que pensamos que él te amaba, por que… Por que tu eres la primera mujer en su vida! —exclama Josh alzando los brazos.
Me quedo perpleja ante lo que dijo, pero las preguntas no terminan, y las lágrimas no se contienen.
—¿Pero por que no me dijeron que me alejara de él? —preguntó confundida.
—Vamos Keyla, no dejes que esto te derrumbe.
—Pues ya lo ha hecho Josh, no hay vuelta atrás.
No se que hacer ya todo duele, las heridas se han abierto, sangran, y mi corazón se a hecho pedazos.
—Lo siento Keyla de verdad —contesta Josh con lágrimas en los ojos.
—Perdón Josh no fue tu culpa — dijo Charles.
—Claro que la fue, debimos decirte la verdad —respondió Josh.
Las palabras que él me dijo al principio, cuando nos conocimos, sobre tener cuidado salen a la luz al igual las de Lewis.
—Él no es lo que crees, a veces las apariencias engañan.
Mi conciencia lo repite, vuelvo a la realidad, es momento de saber quien fue, me aclaro la garganta.
—Quiero saber todo, quiero saber quien fue, quiero saber el lado oscuro de Edwin —digo limpiando de un manotazo las lágrimas que recorren mis mejillas.
Tengo que ser fuerte.
—Prometimos que no se lo diríamos a nadie Josh —dice Charles.
—Lo se, pero el también nos traicionó Charles.
—Entonces, dilé lo que sabemos —cedió Charles derrotado.
Josh se gira hacia a mi toma mi mando dando palmaditas de consuelo.
—Bien Keyla esta es la vida de Edwin —dijo dudoso.
Tiene un debate en su mente, mientras yo espero su respuesta, tratando de no entrar en desesperación.
—Edwin, tuvo problemas con su madre, no se a que altura llego, quizá lejos o cerca no se.
Respira profundo y continúa.
—Entro en ansiedad y depresión, se alejó de su familia, de nosotros, de todos, se la pasaba en fiestas, en una de ellas conoció a Lewis… Él le contó lo que estaba pasando, fue así que Edwin arruino su visa, se metía en carreras ilegales, se drogaba, se metía en peleas, se emborrachaba, hasta perder la conciencia, muchas personas intentaron matarlo, aunque él siempre se burlaba de ellos, su padre no supo nada de él, se mantenía ocupado en la empresa de su padre, no le prestaba atención…
Cuando yo y Charles supimos la verdad, le dijimos lo mal que estaba haciendo, durante seis meses, estuvimos insistiendo para que dejara eso, el aceptó, entro a una clínica de desintoxicación, Charles y yo, dejamos los estudios para trabajar y pagar todo lo que él necesitaba, ya que el no quiso que su padre lo supiera, ya tenia muchos problemas, paso ocho meses en esa clínica, cuando salio, prometió no volver, dijo que no volvería a esa vida, pero supongo que esa promesa ya se rompió, a vuelto a caer.
Sus palabras me dejan sin habla, no se que decir, Edwin, él hombre al que le entregue mi amor, no es lo que yo veía en él.
—Se que te suena raro Keyla, pero eso es lo que sabemos, aunque el esconde mas cosas, esto solo es un poco de lo mucho que el fue —respondió Charles.
Y ahora si que estoy destrozada, Edwin no es lo que creí, las lágrimas salen, me queman los ojos, quiero gritar, desahogarme sacar todo esto, pero no puedo, es la verdad, y yo no puedo borrarla, ya esta hecho, ya se vivió.
Los sollozos salen, grito, lloro todo lo que mi cuerpo puede soportar, Josh y Charles me tranquilizan, dejando que saque todo ese dolor, poco a poco mi resistencia baja, todo va acabando, me debilitó. Me dejo caer al lado, Charles me abraza, cierro los ojos, esperando, que esto sea un sueño, que esto acabe, que esto no es real...
←★♥∞♥★→
Los rayos del sol entran por la ventana, reposando en mi rostro, mi cuerpo entumecido impide moverme así que trató de cubrirme la cara, fuera es un día hermoso tal vez vayamos a recorrer los campos montada a caballo, Antony me llevara al pueblo a desayunar, como es su costumbre.
En algún lado se oye un golpe contra la puerta, abro los ojos, todo se desvanece, no estoy en casa, un cuarto lleno de peluches, trofeos, fotografías, todo esta en orden, me siento dejando caer mi espalda en el respaldo de la cama.
Y entonces todo lo de la noche anterior, vuelve a mi, desde lo que ví, hasta lo que Josh y Charles me dijeron, las lágrimas comienzan a surgir.
Se abre la puerta, entra Charles cerrando la puerta. Se sienta a mi lado.
—¿Estas bien?
Asiento, como siempre solía hacer de pequeña.
Se acerca a mi, envolviéndome en sus brazos, yo hago lo mismo, deposita un beso en mi cabello.
—Tranquila Keyla, me tienes a mi, a Josh, Oscár, Karely, no te vamos a dejar sola.
—¿Oscár? —preguntó con un nudo en la garganta.
—Esta bien, salio de viaje volverá mañana.
—¿Karely?
—Esta bien, luego vendrá, tu tranquila ¿Si? ¿Quieres hablar?
—No Charles.
—Se que no es fácil, pero vamos Keyla, se fuerte, no dejes que esto te destroze, él no es el único hombre el el mundo.
Respira profundo acariciando mi cabello.
—Te vas a quedar aquí, hasta que Oscár vuelva, no quiero que lo veas.
Solo puedo escucharlo, mi voz se a ido, sólo asiento.
—Ves a desayunar Josh esta abajo.
—¿Y tu?
—Tranquila, tengo que resolver unos pendientes, vuelvo en la tarde.
—Okey.
—Si pasa algo me llamas.
Se pone de pie, abre la puerta.
—Gracias Charles —susurre.
Me regala una sonrisa, asiente y se va.
Nuevamente mi mente es invadida de pensamientos, los que viví con él, donde yo me sentía segura, donde él me decía que me quería.
¿Por que fui tan tonta? ¿Por que le confíe mi corazón? ¿Por que no lo aleje de mi?
Fácil, por que la forma de comportarse conmigo, nunca la había recibido, por que él se convirtió mi debilidad.
Me levantó a duras penas, tomo una toalla, voy directo al cuarto de baño. Me doy una larga ducha, intentando que mi mente se aclare, necesito hablar con él, con Edwin, no se si seré capaz, aunque necesito aclarar las cosas con él, quiero escucharlo de parte de él.
Me visto y bajo a desayunar.
—Buenos días Josh —saludo con el tono mas alegré que puedo reunir.
—Buenos días Keyla —saluda apartando la mirada de su libro Volver a empezar de Colleen Hoover.
—¿Estas leyendo? —preguntó sorprendida.
—Charles me obligó —contesta irritado.
—Lo siento.
—Esta bien no pasa nada, siéntete.
Tomo asiento, él me da una taza de café, galletas, entre otras cosas que no había visto.
—¿Como te sientes Keyla? —preguntó dejando el libro sobre la mesa.
—Estoy bien Josh —contesto dando un bocado a mi galleta.
Silencio incomodó. Mi garganta forma un nudo, las ganas de llorar aparecen me contengo tengo que ser fuerte, no puedo dejar que esto duela.
—¿Charles?
—No te preocupes esta bien, sólo fue a arreglar unas cosas —responde volviendo a su lectura.
No las pasamos en silencio mientras comía, una vez terminado fui al jardín, me senté en el verde pasto, cerré los ojos, dejando que todo desapareciera, dejando a un lado los problemas, aunque me derrumbe.
Las lágrimas aparecieron volví a llorar, el motivo era él, el hombre que yo quería, me estaba destrozando, tenia que contenerme, dejar que esto pasara, que no hiciera daño, aunque seria imposible, yo siempre fui sentimental, siempre me derrumbaba, pero siempre volvía a ser fuerte, pero esta vez es diferente, ni siquiera se si volveré a levantarme.
Sentí como una mano acariciaba mis mejillas, sentí un alivio inmediato, era él, era Edwin, cerré los ojos con fuerza anhelando que fuera él, que a pesar de todo, no me iba a dejar, abrí los ojos, aunque no era él, era Oscár.
Me lance a sus brazos, comencé a llorar, a llorar de verdad, como solía hacerlo de niña, me envolvió en sus brazos diciendo que todo estará bien, que el no me iba a dejar sola, que esto no duraría para siempre,
—Tranquila mi niña, no estas sola — dijo entre sollozos acariciando mi cabello.
Amaba a mi hermano mas que a mi, por él siempre estaba a mi lado consolandome, siempre dejaba las cosas a un lado para apoyarme, para protegerme, sin importar las circunstancias.
Me dejo llorar, mientras acariciaba mi cabello, susurrando a mi oído que el estaría conmigo, qué jamás me dejaría sola.
La fuerza se desvaneció, pero el dolor crecía en mi interior, tenia los ojos hinchados, las mejillas rojas, de tanto llorar.
Necesitaba hablar con él, con Edwin.
Lo necesitaba desesperadamente, quizás lo odiaba, pero no podía dejarlo ir.
Deje que Oscár me abrazara, no quería hablar de aquello, pero debía saber la verdad, era mi hermano, no podía ocultarle nada ¿Aunque seria capaz de decírselo?
—¿Oscár?
—¿Que pasa nena?
No puedo, no soy capaz.
Se fuerte.
—¿Y Karely?
Pregunte desviando esa pregunta que yo quería hacerle.
Busco mi mirada la sostuvimos, elt me dio un beso en la frente.
—No va a volver —confeso.
—¿Que? ¿Por que? —pregunte asustada.
—Tranquila, su madre esta enferma, no te preocupes por ella —dijo intentando calmarme.
—¿Esta bien?
—Si, esta bien, no te preocupes, todo va a estar bien...
Ese tarde me la pasé, distraída intentando olvidar lo que paso ayer, Oscár me dejo en la casa de Josh, hasta muy tarde, ya eran las diez de la noche, estaba sentada cerca de la ventana mirando las estrellas, creando figuras, eso me hizo recordar a Lionel, cuando íbamos a la playa, nos acostábamos en la arena, mirando las estrellas.
—Nosotros somos estrellas ¿Sabias eso?
—No Lionel.
—Bien pues ahora lo sabes.
—Si señor.
—También podemos ser constelaciones.
—Si ¿Como?
—Usando tu imaginación.
Se acerco a mi, tomo mi brazo señalado el cielo.
—Une esta, con esta, después esta, seguida por está ¿Ves?
—Si, lo veo.
—Esa constelación se llama Auriga.
—Es hermosa.
—Claro que lo es.
Toma mi mano y vuelve a unir estrellas.
—¿La ves?
—Es ¿Una flor?
—Nenúfar, así se llaman.
—Hay de diferentes tipos.
—Asi es.
—¿Y esa como se llama LIonel?
—Arzul.
—¿Que?
—Le iba a poner Keyla, pero ese nombre no me gusta, así que mejor se queda con Arzul.
—¿Por que?
—Cuando las cosas salgan mal, cuando te sientas sola, cuando alguien te haga daño, y no puedas mas, solo mira al cielo, dibuja esta constelación ella te hará saber que estoy contigo, no te dejare solo hermanita, aunque no lo seamos de sangre, tu me has enseñado a luchar, has sido fuerte, eso me anima a seguir.
—Lionel, te estas despidiendo.
—No exactamente hermanita, pero ten en cuenta que no importa a donde vaya, cuan lejos este, tu siempre estarás en mi corazón. Se fuerte eres mas valiente de lo que te imaginas, no dejes que el dolor te debilite, se fuerte, une todos tus sentidos hasta que se unan como las constelaciones en el cielo. Nunca te rindas.
Aquel recuerdo me da aliento, trazo un Nenúfar como el que Lionel dibujo aquella noche, entonces sentí tranquilidad, como si mi hermano estuviera aquí conmigo, aunque estuviera a kilómetros de mi, él prometió tenerme en su corazón, sonrió a pesar del dolor siento algo removerse en mi pecho.
Todo va a estar bien, saldré adelante sin importar lo que pase.
Me alejo de la ventana, acercándome a la cama, dejándome caer.
No estoy sola, tengo a mis hermanos, ellos no me dejaran sola.
Contempló en techo tratando de tranquilizar lo que pasa en mi mente.
Estoy tan concentrada, que no noto a Charles acostado en la cama, boca abajo llorando, me acerco a él.
—¿Charles que pasa? —pregunte preocupada.
—Lo voy a matar Keyla, lo mataré.
—¿A quien? No entiendo —conteste confundida.
—A él Keyla, me traiciono, y yo pensando que él realmente confió en mi —contesta entre sollozos.
Me acerco más a él, el aroma a alcohol, entra por mis fosas nasales.
—Estas borracho Charles.
—Lo se Keyla, es su culpa.
—¿Culpa de quien?
—De Edwin —contesta rompiendo a llorar, le acaricio la espalda dejando que el lloré, sin importar lo que pase.
Supongo que Edwin no solo me hizo daño a mi, también a Charles, me preguntó hasta donde sera capaz de destrozar a la gente.