Estás Libre Esta Noche? || Mi...

By Lulisaeth_3

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Sólo hay tres simples reglas a seguir: 1. No nombres. 2. No preguntas personales. 3. No lazos afectivo... More

Capitulo || 1
Capitulo || 2
Capitulo || 3
Capitulo || 4
Capitulo || 6
Capitulo || 7
Capitulo || 8
Capitulo || 9
Capitulo || 10
Capitulo || 11
Capitulo || 12
Capitulo || 13
Capitulo || 14
Capitulo || 15
Capitulo || 16
Capitulo || 17
Capitulo || 18
Capítulo || 19
Capitulo || 20
Capitulo || 21
Capitulo || 22
Capitulo || 23
Capitulo || 24
Capitulo || 25
Capitulo || 26
Capitulo || 27
Capitulo || 28
Capitulo || 29
Capitulo || 30
Capitulo || 31
Capitulo || 32
Capitulo || 33
Capitulo || 34
Capitulo || 35
Capitulo || 36
Capitulo || 37
Capitulo || 38
Capitulo || 39
Capitulo || 40
Capitulo || 41
Capitulo || 42
Capitulo || 43 Final

Capitulo || 5

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By Lulisaeth_3

[= ✨🌜✨ =]











Estaba petrificada mirándolo, sus labios rozaron los míos y su aliento embriagador inundó mi boca hasta la garganta, mientras mi mente trataba de procesar su propuesta. Con uno de sus dedos recorrió mis labios sin quitarme la vista de los ojos.

-Anda, compláceme... quiero ver como lo hiciste... -pidió de nuevo.

Entonces se sentó en la orilla de la cama. Yo sentía que mi corazón se me salía por la boca, nunca antes había experimentado algo así, pero él lograba sacar una parte salvaje y atrevida de mí que desconocía que tenía, así que le sonreí seductoramente y comencé a desabrochar mi blusa mientras las yemas de mis dedos acariciaban la piel que iba quedando al descubierto. Él tenía sus ojos fijos en mí y esa era razón suficiente para estar excitada.

Le di la espalda y bajé la blusa de un lado, desnudando uno de mis hombros, después bajé la otra parte y acaricié mi otro hombro, finalmente me quité la blusa y la tiré al suelo, desabroché el sostén y me lo quité. Me di la vuelta con mis manos sobre mis senos que impedían verlos, me los acaricié con los dedos pulgares sin quitarle los ojos de encima, me masajeé los senos y después jugueteé con mis pezones apretándolos un poco y él colocó su mano sobre el bulto que se le marcaba en el pantalón, yo le sonreí, me agradaba demasiado ver que yo era la causante de esa gran erección.
Nuevamente le di la espalda y bajé el cierre de mi falda que instantes después cayó al suelo, dejando a su vista mis nalgas con una sutil tanga de encaje que comencé a bajar lentamente.

Una vez completamente desnuda, me senté en el sillón frente a él, que ya se había librado de la prisión de su pantalón y acariciaba su prominente erección, eso me impulsó y me acaricié el cuello. Mi mano bajó por entre mis senos, pasó por mi estómago y finalmente se colocó en mi parte más intima, me arqueé un poco mientras me frotaba con dos dedos que después inserté y saqué en repetidas ocasiones; ya jadeando de una increíble excitación, cerré los ojos al sentir que casi llegaba al orgasmo cuando, de pronto, él me detuvo, evitando que eso sucediera.

Tomó mis dedos y se los llevó a la boca, los chupó unos instantes, después soltó mi mano y vi como se colocaba el condón, se colocó sobre mí y se introdujo de una sola estocada, emití un grito al sentirlo dentro con esa fuerza, sus manos sostenían mis piernas a la altura de las rodillas mientras entraba y salía de mí fuertemente, gimiendo al igual que yo, su expresión retorcida me fascinaba y entonces lo detuve, obligándolo a salir de mí, él me miró confundido.

-¿Qué haces? -preguntó con la voz entrecortada.

-Lo que me pediste, complacerte... -susurré en su oído.
Hice que se sentara en el sillón y yo me senté encima de él, hincada son las piernas abiertas, absorbiendo su miembro en mi interior, él puso sus manos en mi cintura, pero, yo las retiré y las entrelacé con las mías colocándolas a un lado de él, impidiéndole que me tocara, él me miró fascinado mientras yo me movía libremente lamiendo su cuello y después gimiendo en su oreja, asegurándome que mi aliento le llegara al interior.

Comencé a moverme con más velocidad, envuelta en el más ardiente deseo, mi piel ardía ante su tacto, faltaba poco para llegar al éxtasis y juntos lo alcanzamos emitiendo un gemido bastante audible.
Me dejé caer sobre su hombro y le solté las manos. Emití otro gemido que no pude evitar y él soltó una risita.
Me senté a su lado con las piernas temblorosas recuperando poco a poco mi respiración normal, de pronto un gruñido proveniente de mi estómago hizo que me avergonzara ferozmente.

-El ejercicio intenso provoca hambre -dijo sonriendo.

-Sí, y la falta de alimento también, hoy no comí porque -él arqueó una ceja y entonces recordé las reglas, estaba a punto de dar más información de la necesaria-... no me dio tiempo -terminé diciendo.

-Bueno, podemos pedir servicio al cuarto.

-¿A esta hora? -pregunté sorprendida, calculé que serían cerca de las diez de la noche.

-En este hotel hay servicio las 24 horas -se levantó del sillón y lo miré caminar desnudo, tenía un cuerpo muy bien tonificado, supuse que hacía ejercicio pero al parecer se concentraba más que todo en la parte de arriba, pues tenía una espalda bien trabajada. Él tomó el teléfono y digitó tres números; se volteó hacia mí-. ¿Qué apeteces? -preguntó y después le dijo a quien le respondió que esperara.

- Ah... No conozco el menú de aquí, ¿alguna sugerencia?

-Hamburguesa, son lo mejor.

-Ok, una, pero las papas en otro plato, por favor... gracias.
Me miró algo extrañado mientras le repetía a su interlocutor lo que yo le había dicho y pidió otra hamburguesa sin cebolla y dos jugos, entonces, la sorprendida fui yo, no imaginé que fuera a acompañarme. Colgó el teléfono y se acostó sobre la cama, tomó el control remoto y encendió el enorme televisor de pantalla plana, yo me metí al baño a lavarme rápidamente.
Me miré al espejo, tenía en el rostro una amplia sonrisa, él surtía un efecto en mí bastante poderoso, todo de él me afectaba, su olor, su sabor, su cuerpo. Recordé las reglas y decidí quedarme allí mientras llegaba la comida, preferí eso a salir y soportar su indiferencia.


Minutos después salí envuelta en una toalla, no supe porque, pero me daba vergüenza que me viera desnuda si no estábamos teniendo relaciones, él tenía puesta una bata blanca con el logotipo del hotel y estaba sentado frente a la mesa, las hamburguesas ya habían llegado, así que recorrí la silla frente a él y me senté y empecé a comer mientras él hacía lo propio y me miraba.

-Son ricas, ¿verdad? -preguntó y después se comió una papa.

-Sí, tienen un sabor especial.

-Receta secreta de la casa.
Le sonreí mientras le daba otra mordida a mi hamburguesa, era tan extraño todo eso. De pronto, sentí que su pie acariciaba mi rodilla, cerré los ojos en automático, no podía controlarme cuando sentía su piel rozar la mía, abrí los ojos y me sonreía traviesamente, decidí seguirle el juego, así que tomé la papa más larga que vi, hice mi cabeza hacia atrás y la introduje completa en mi boca, él frunció el ceño encantado y se mordió el labio inferior mientras yo masticaba la papa lentamente, su pie seguía acariciando mi pierna de la rodilla hacía abajo, abrí un poco las piernas y me deslicé un poco en la silla para que él pudiera alcanzar la parte interna de mi muslo, tomé la hamburguesa y la mordí suavemente, tratando de que pareciera sensual, él me miraba y sonreía, noté que su pecho se movía un tanto agitado, al parecer la seducción a través de la comida estaba funcionando, yo sentía humedecer mi parte más íntima.

Terminamos de comer y bebí el jugo que habían llevado, jugueteando sensualmente con el popote, él también se bebió el suyo (creo que de un solo trago). Se levantó y de su pantalón saco otro condón y se quitó la bata. Mi respiración ya estaba agitada, necesitaba de él y con cada encuentro crecía más esa necesidad.

Se acercó a mí completamente desnudo, me quitó la toalla y me besó desesperadamente mientras nuestros sexos se frotaban. Con una mano hice a un lado los platos y él me ayudó a sentarme sobre la mesa, abrí las piernas sólo lo necesario para dejarlo entrar y después enrollé mis piernas en su cintura, aprisionándolo para lograr un mejor roce mientras él se movía en mi interior.
Le supliqué por más con mi voz distorsionada, él sonreía satisfecho de escuchar eso he incrementaba los movimientos, tenía una de sus manos en mi cuello y la otra en mi muslo que apretaba ligeramente, yo hice la cabeza hacia atrás por la intensa excitación que sentía, mis manos estaban sobre su pecho, subiendo y bajando, acariciando sus tetillas.

Hice mi cabeza hacia adelante y él me besó con ansias, con esa ambrosía, moviendo su lengua sobre la mía de manera intensa, los movimientos de su cadera aumentaron más y él rompió el beso, un gruñido escapó de su boca mientras terminaba dentro de mí ocasionando que yo también llegara al clímax literalmente maullando. Volvió a besarme sin salirse de mí y después recargó su cabeza en mi hombro tratando de recobrar la conciencia al igual que yo.

Se separó y sentí un enorme vacío en mi interior cuando su masculinidad salió de mí, podría tenerla por toda la noche dentro.

Se metió al baño a ducharse y mientras yo empecé a vestirme con calma, tomé mi sostén, mi tanga y me los puse, al igual que mi blusa que empecé a abrochar.

-¿Qué haces? -lo escuché decir y me sobresalté.

-Vistiéndome -dije con un tono de voz como si no fuera evidente.

-Aún no hemos terminamos o, ¿ya te tienes que ir?

-No, es sólo que... bueno, entre las reglas y tu actitud, no sé cuando esto se acaba.

-Cuando veas que yo me visto esa es la señal -dijo fríamente.

Yo debía estarme volviendo loca, esa frialdad, esa indiferencia, esas extrañas reglas, lejos de hacer que saliera corriendo de ahí me plantaban en esa habitación, como un árbol echando raíces.
Él ejercía un extraño embrujo en mí, estaba volviéndome adicta, esa era la palabra correcta para describir lo que sentía, nunca antes había experimentado esa sensación, tomaba alcohol en fiestas, pero nunca he sentido la necesidad de consumirlo sin sentido, el cigarro lo había probado sólo una vez y no me gustó. Pero, el verlo allí, parado frente a mí, mirándome como si me estuviera analizando me hacía desearlo, necesitarlo y sentirlo dentro de mí y eso debía sentir un alcohólico cuando tenía una botella enfrente.

Él acortó la distancia que nos separaba, con la punta de su lengua lamió mis labios mientras sus dedos desabrochaban el par de botones que yo había logrado abrochar de mi blusa, la abrió y colocó sus manos en mi cintura atrayéndome hacia su cuerpo en tanto introducía su lengua en mi boca y frotaba la mía. Mis manos rodearon su cuello y se lo acariciaron, sentí como desabrochaba mi sostén acariciando de paso la piel de mi espalda, me separé un poco mientras él me dejaba completamente desnuda de nuevo, sin dejar de besarnos, empezó a caminar dirigiéndome hacia la cama, cuando la sentí con la parte trasera de mis piernas me senté. Él fue por otro condón mientras yo me subía y me acostaba.

Él se tumbó en mí y lamió mis senos alternadamente, en tanto su mano acariciaba mi cadera, yo acariciaba su cabello, él continuó besándome hasta mi cuello, al que le dió ligeras mordidas. Lo hice darse la vuelta y yo fui ahora la que quedó encima de él, le besé y lamí el cuello tomando el condón de su mano, me hinqué sobre sus piernas y le coloqué el condón deslizando las yemas de mis dedos en su erección, él jadeo y acto seguido me senté sobre su miembro y comencé a moverme en círculos colocando mis manos sobre su abdomen apoyándome. Él gimió más fuerte.

-Oh sí, así... -exclamó con la voz entre cortada.

-¿Te gusta? -pregunté con un hilo de voz.

-Sí, sigue... no te detengas -suplicó.
Seguí moviéndome lentamente, tratando de prolongar la excitación, puse mis manos entre mis cabellos ahora moviéndome suavemente arriba y abajo sintiendo sus dedos apretar mis caderas y me detuve. Con un ágil movimiento, él hizo que me acostara y me embistió con fuerza, entrando y saliendo de mi cuerpo haciéndome gritar mientras nos mirábamos fijamente rozando sus labios con los míos, sentía su aliento que, aunado a sus movimientos, me estaba volviendo loca. Incrementó la velocidad y yo lo abracé con mis piernas por sus caderas, sentí que llegaba al orgasmo mientras él embestía por última vez y colapsaba en mi cuerpo.

-Eres fantástica... -susurró en mi oído aún jadeando por falta de aire.

-Y tú eres único. -respondí aún con la voz distorsionada.







A lo lejos escuchaba sonar mi celular, levanté mi mano hacia la mesita de noche, pero no lo sentí, entonces abrí los ojos y me enderecé un poco, me di cuenta que seguía en la habitación del hotel, no supe en qué momento me quedé dormida, ni siquiera me di cuenta cuando él se levantó de la cama.
Me levanté ya que el celular estaba dentro de mi bolso y cuando llegué a él había dejado de sonar, entonces noté un papel doblado que estaba sobre la mesa, lo tomé y lo abrí.

"Espero que hayas disfrutado de la comida tanto como yo". Decía con letra de computadora, una enorme sonrisa apareció en mis labios, pero me sobresalté al escuchar de nuevo mi celular, era Solar en el identificador.

-Danna, ¿dónde estás? Son las diez de la mañana y la junta con el nuevo cliente es a las once, Park está desesperado porque no encuentra la presentación y tenemos horas buscándote, estaba a punto de marcar al 911.

-Estoy bien, solo que me quedé dormida y no escuché el despertador.

-Pues date prisa antes de que a Park le dé un infarto y de paso a mí por estar escuchando sus gritos, y prepárate amiga porque te espera un fuerte regaño.

Me vestí a toda prisa y salí corriendo de ahí, afortunadamente un taxi iba pasando y lo tomé de inmediato, le indiqué la dirección de mi departamento y cuando arrancó me di cuenta que había dejado la nota sobre la mesa.
Llegué y me di una ducha de cinco minutos, me puse el primer traje que alcancé con la mano, me cepillé rápidamente el cabello después de vestirme y salí disparada, en el taxi que tomé me maquillé como pude.

Casi me caigo en las escaleras de la entrada del edificio por las prisas, pero logré detenerme del muro. Apreté el botón del ascensor mientras miraba mi reloj, eran las 11:10 AM.
Las puertas se abrieron y salió un mar de gente; cuando estuvo ya vacío, me subí y apreté el botón del piso siete, pero en el piso dos se detuvo y entró un señor. Volvió a detenerse en el piso tres y subieron dos chicas más, en el piso cinco bajó el señor y entró una señora de limpieza.
«Genial» dije para mis adentros, cuando más prisa tiene uno es cuando todo se pone lento.

Finalmente llegué a mi destino, salí rápidamente y acomodé mi cabello aún mojado.

-Vaya, hasta que llegas, el cliente ya está aquí y Park está furioso.

-Perdón, perdón pero es que no dormí bien anoche.-- Entré a mi oficina y del cajón del escritorio saque el Pendrive con la presentación y caminé a paso veloz a la oficina de mi jefe. En el umbral de la puerta mi corazón se detuvo cuando vi a un hombre con traje negro, era alto, delgado, de cabello corto y un poco alborotado que estaba parado de espaldas a mí y frente a mi jefe.













[= ✨🌜✨ =]















😁 Bye bye 🤭






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Lu-Na 🌜✨

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