Thiago
Estaba en el salón con mi hermana viendo una película y Grace estaba durmiendo en la habitación. Estos días habían sido un poco complicados para ella. Se había tenido que adaptar a vivir sin sus padres, pero nosotros cada vez que podíamos le sacábamos una sonrisa.
—¿Thiago, que vamos a hacer por mi cumpleaños?—me preguntó mi hermana
—¿Qué quieres hacer, princesa?
—Me gustaría hacer una fiesta de pijamas
—¿Y a cuántas amigas quieres invitar?
—No quiero invitar a nadie. Solo quiero que estés tú, Grace, Daniela y Gabriel
Entendía que quisiera celebrarlo con nosotros porque somos lo que siempre hemos estado para ella, pero que invitará a Daniela se me hacía una pesadilla. Si no aguantamos ni un minuto sin pelearnos ¿cómo íbamos aguantar toda una noche?
—¿Estás segura?
—Sí
Después seguimos viendo la película y se quedó dormida. Entonces la cogí en brazos y la llevé a su cuarto.
—Thiago—me llamó Grace y me llevé la mano al corazón
—¡Joder, Grace! un día me matas
—Perdón no quería asustarte. Solo quería decirte que mañana he quedado con Daniela y Mar también viene con nosotras
—Lo que me faltaba ¿Te has hecho amiga de ella?
—Thiago no sé qué pasó entre vosotros para que os llevéis de esa manera, pero si a lo mejor dejarais a un lado vuestras diferencias estoy seguro de que os podrías llevar bien
—Nunca podría hacerme amiga de ella
—Bueno solo te quería avisar de que mañana nosotras hemos quedado con Daniela, me voy a dormir
Se encerró en su habitación y yo salí al porche. Me senté en las escaleras y saqué un cigarro de la cajita. No solía fumar mucho, solo alguna vez lo hacía. Le di unas cuantas caladas y me quedé viendo las estrellas que iluminaban en el cielo.
Más tarde cuando empezó a refrescar entré a casa para no resfriarme. Cuando pasé por la habitación de mi hermana me asomé y vi que no estaba. Enseguida fui a mi habitación y la vi en una esquina de la cama.
—¿Mar, tuviste otra pesadilla?
—Si
Hace un par de años comenzó a tener pesadillas más a menudo y yo sé que eso fue por culpa de mis padres. Me tumbé al otro lado de la cama y me acerqué a mi hermana.
—Grace, me ha contado que mañana habéis quedado con Daniela
—Es verdad
_ ¿Tienes ganas?
—Si
—Me alegro
Aunque mi relación con Daniela no fuera para nada buena, siempre me alegraba que Mar me contaba lo emocionada que estaba de verla o de ir a muchos lugares junto a ella. Si mi hermana estaba feliz yo también lo era.
Puse una película en la televisión para que se olvidará de la pesadilla y consiguiera dormirse de nuevo. Como siempre se quedó dormida a la mitad de la película y apagué la televisión. Yo me quedé pensando cosas al aire hasta que me dormí.
Por la mañana mi hermana y mi mejor amiga se fueron con Daniela a un centro comercial y yo me quedé con Gabriel. Fuimos a jugar fútbol y se unieron más amigos, después fuimos a un bar con James, Will y Mateo.
—¿Vendréis mañana a la fiesta que hago en mi casa?—preguntó Mateo
—Por supuesto—dijeron todos y se me quedaron viendo
—Dejaré a mi hermana con mi mejor amiga
No me hacía mucha gracia ir a su fiesta porque iba a tener que ver a su novia y lo que más intentaba hacer era ignorarla. Gabriel y yo nos acabamos despidiendo de ellos y nos dirigimos caminando hacia su casa.
—¿Gabriel te pasa algo con el novio de tu hermana?
—No, pero estos días ha estado un poco raro y creo que oculta algo
—Tío no te ralles, seguro que no es nada de lo que debas preocuparte
Cuando llegamos a su casa estuvimos un rato en la piscina hasta que llegaron las chicas. Y me sorprendí al ver a Nicole. Hacía bastante tiempo que no la veía y había cambiado un poco.
—¿Pero quién tenemos aquí?—dijo Gabriel abrazando a Nicole
Nicole es la mejor amiga de Daniela desde que son pequeñas. Ellas han sido como hermanas, al igual que yo y Gabriel. Desde entonces van a todos lados juntas, pero cómo estos días había estado de viaje y no la habíamos visto, ni coincidimos con ella, pues me sorprendí al verla de nuevo.
—Me has echado de menos ¿eh?—le guiñó el ojo y le dio un pequeño empujón
—Yo no—respondí y desvío la mirada hacia mí
—Thiago, te daba por perdido si seguías viniendo a esta casa—vino corriendo hacia mí y la envolví en mis brazos
—No tenías que preocuparte, una niña creída no es capaz de patearme el culo—le dije en voz baja para que Daniela no me escuchara
Después nos separamos y la insoportable de Daniela empezó a hablar. Dios santo, es que no soportaba tener que mirarla, ni escuchar su voz. Era como una mosca que no paraba de rondar por mi cabeza. Pero era culpa mía porque estaba en su casa.
—Bueno basta de abrazos no veníamos a haceros compañía—dijo Daniela bruscamente, mirándome con desagrado
—Que amabilidad—le solté
—Es mi especialidad—me contestó
—¿Dónde está mi hermana?—le pregunté
—Thiago, mira mi nuevo peinado—me dijo emocionada y vino corriendo a donde estaba yo
La cogí en brazos y observé el peinado que llevaba, después desvié la mirada a Daniela y la maté en un instante.
—¿Daniela, qué le has hecho en la cabeza?
—Tranquilo que solo son unas trenzas con extensiones de color
—¿Te gusta, princesa?
—Si mucho
Dejé a mi hermana en el suelo y ella fue corriendo a Daniela, le dio un beso en la mejilla y un abrazo. Seguidamente yo hice una mueca de desagrado y me giré hacia Nicole para hablar con ella.
—¿Qué tal, Nicole? ¿Cómo has estado?
—Muy bien. He estado por Francia durante un tiempo
Estuve hablando un rato con ella y cuando me iba a alejar de la piscina noté una mano en la espalda empujándome para hacerme caer en la piscina, pero antes de caer rodeé mi mano en su muñeca y tiré de ella. Entonces caímos los dos al agua.
—Daniela, no aprendes. Y te hacías llamar lista—solté una risa irónica
—Imbécil
—Veo que vosotros no habéis cambiado—insinuó Nicole riendo
—Hay cosas que nunca cambian ¿verdad rubia?
—Es verdad. Tú nunca dejas de ser un pesado
—¿Tenía que reírme?
—Ugh, no sé cómo Grace te soporta
Me acerqué al bordillo de la piscina y cuando salí me sequé con la toalla. Me giré hacía Nicole y la vi riéndose, entonces desvié la mirada hacia su amiga y la vi embobada mirándome.
—¿Perdona, quieres una foto o un retrato?
—Gilipollas
Me empecé a reír y me lanzó agua enfadada, pero no me dio mucho porque conseguí esquivarla.
—No te estaba viendo a ti
—Seguro
—¡Thiago, te odio!
—¡Yo también, Daniela!
Me alejé de la piscina y me senté en el bordillo de la entrada. Mi hermana estaba jugando al escondite con Gabriel y Grace. Y bueno Daniela estaba en la piscina empapada hasta que salió y se secó con una toalla.
Un rato más tarde, me llamaron y desvié mi mirada al teléfono donde me salía la llamada de mi padre. Sin mucha emoción respondí y entonces me informó de que este mes no me podrían enviar dinero. Esto era impresionante, solo me llamaron para eso y por una cosa que tenían que hacer por nosotros ahora no podían enviarme ese dinero.
Igualmente, no me preocupé mucho porque para conseguir dinero estaba yo, ya que ellos no habían hecho una mierda por nosotros. Y si puede que me hayan cuidado a mí durante 18 años, pero eso qué más daba si al final me abandonaron de un día a la mañana. Se creyeron una historia falsa. Y para colmo, les dio igual Mar porque me dejaron cuidando de una niña de 2 años sin saber si podía hacerlo.