📍 10 de Mayo de 2022 | California, Estados Unidos.
Abril P.O.V.:
Cerré la puerta a mis espaldas y tiré mi bolso al lado de la puerta mientras que con cansacio caminaba hasta la cocina y hacía lo que un adulto responsable haría: comida para sobrevivir.
Pero de verdad que estaba tan cansada que ni siquiera me daba ganas de buscar un tenedor que estaba colocado en la caja de cubiertos.
Estiré mi espalda, haciéndo tronarla a lo que solté un pequeño quejido y miré a la lejanía el pizarrón que estaba pegado al lado del televisor que Adrián me había regalado de tamaños industriales, solo para venir a invadirme el apartamento cuando es temporada de beísbol.
Y yo de broma veía beísbol.
Tomé mi teléfono y lo primero que viera que me hiciera ojitos, lo pediría para comer e irme directo a dormir para no pensar más en mi estúpida pierna inútil.
Piensa positivo, Abril.
Agh.
Rápidamente marqué al sitio de comida japonesa que me había recomendado mi hermano el otro día, pidiendo un poco de ensalada de cangrejo y un buen Yakisoba para matarme el hambre diario.
Esperaba honestamente que me lo sirvieran bien hecho como el último que pedí hace un mes.
Tomé el libro que estaba en el mesón de la cocina y un vaso con agua, abriendo la puerta deslizante a la primera cosa que me enamoró de este apartamento.
La vista.
La cálida vista de Anaheim desde donde estoy hasta las montañas que la cubren a un costado donde el Sol descansa a esta hora como si fuera una hamaca y los colores de un pronto atardecer le acompañaba.
Ok, me estoy desvíando de a donde iba.
Sonreí con alivio al ver mi hamaca puesta a un costado de la pequeña terraza, un poco baja por el espacio y por mi, pero perfecta para sentarse y acostarse un rato mientras la brisa extraña de norteamérica acariciaba tu piel.
Dejé mi teléfono y el vaso de agua en mi predilecta mesita bastante alejada de la hamaca por situaciones anteriores que no contaré (cof cof cof Adrián cof cof cof) y casi suelto un sonido extraño de alivio al sentir la calidez del objeto acunandome al igual que el atardecer.
Como amaba una hamaca.
Abrí el libro en mis piernas dejando caer mis lentes y un sonido de victoria al encontrarlos. Pensaba que estaban perdidos. Me los puse y todo lo que pensaba desconocido, era claro para mi, por más que odiara ponerme lentes para leer.
No le iba bien a mi outfit de mujer independiente con mi personalidad de "si me miras más allá de los límites, puedo sacarte los ojos con una cuchara"
Me arreglé comodamente con la música de la ciudad de fondo y un libro en inglés para prácticar el idioma, ya que a veces se mezclaba entre el español que aún seguía fresco en mi mente y el portugües de los años que estuve en Brasil, incomodándome un poco hablar el inglés.
Y lo injusto era que tenía que hablar casi que con todo mi alrededor en español, menos con mis ex-compañeras y Patrick por lógicas razones.
Mi teléfono sonó con su distintivo ringtone a lo que volteé a verlo, con la flojera ganandome entre pararme y quedarme aqui, pero todo por mi comida. Estiré mi brazo para tomarlo, pero saqué mi lengua un poco mientras la mordía para tener mayor concentración en tomarlo, pero seguía lejos.
Decidida y ya cansada de que siguiera sonando, estiré nuevamente mi brazo con mi cuerpo hacía esa dirección y lo tomé en mi mano, aunque con la consecuencia que caí estrepitosamente al piso, ganándome un pequeño dolor en mi tobillo y un costado de mi cuerpo.
¡Bien Abril, la segunda caída del día!
Cállate conciencia, y no me recuerdes mis desgracias por mi torpeza.
-¡Agh!
-¿Estás bien?-cuestionaron con un acento que me costó descubrir, a lo que mis mejillas se calentaron en vergüenza al ser atrapada en el acto de ser una vaga y asentí suavemente, haciendo como si no paso nada.
Me paré del piso con cuidado, recogiendo mis cosas; subí mis lentes y la mirada a ver el dueño de la voz, a lo que casi hago una niñada de soltar todo en mis manos y salir corriendo al ver quien era el responsable de la interrogante preocupada.
-Oh, hola.
-Hola otra vez-saludé con una voz extraña y con un movimiento suave de mi mano que tenía el teléfono, que me hizo querer saltar del balcón a ver si se me bajaba aquella vergüenza que cubría mi rostro-No sabía que eras mi vecino.
-Yo tampoco lo sabía o lo imaginé-me sonrió extrañado y un poco tímido, a lo que repetí el gesto.
Si, tampoco esperaba eso.
-Lo siento por lo de hace rato-fue la oración que salió más larga de mi boca desde que iniciamos esto. Y él niega, como si no hay necesidad, pero si lo había. Le caí encima, como la tonta intesa que soy cuando juego lo que me gusta y ni siquiera nos habíamos presentado como ahora, solo de vernos a lo lejos-No, de verdad, no era mi intención invadirte tu espacio y no medí al fuerza, estaba muy metida en el juego y no calculé y...
-Está bien, no hay problema...-dudó un poco en decir lo siguiente y lo animé con algo que seguro era un ¿buen inicio?
-Abril, soy Abril.
Hizo una gesto con su cabeza y me sonrió suavemente-Shohei.
-Lindo nombre, Shohei-mencione curiosa, ya que primera vez que escuchaba tal nombre y el acento era otra cosa de cómo lo decía. Era curioso de cómo sonaba tanto en su boca como en la suya y como sus mejillas se colorearon fuertemente de rojo.
Ya empecé a divagar, maldita sea.
Mi teléfono volvió a sonar con insistencia y lo ví con ganas de matarlo. ¡Estaba conociendo a mi nuevo vecino, y este venía a avisarme de la comida!
¡Si, la comida es importante, pero el chisme también! Digo, que-
-Lo siento pero tengo que ir a buscar mi comida, pero fue un placer hablar contigo...-busqué la palabra y sonreí apenada-en otra ¿situación?
Se rió bajito, ampliando su sonrisa que me hizo reemplantearme si realmente quería buscar mi cena, pero alejé ese pensamiento con un ataque de mi mano derecha mentalmente.
-Nos vemos luego, ¿vecino?-me despedí con un tono un poco divertida, ya que no quería tratarlo cortante, quería seguir de alguna forma en esa aura "extraña" que me estaba rodeando de una forma cálida, pero me asustaba un poco si era lo que yo pensaba.
Se encogió de hombros con una leve sonrisa tímida, viéndose como uno de esos gigantes adorables que se le denominaban ositos de felpa y le sonreí suavemente a pesar de mi negación por ello, para luego entrar a mi apartamento y cerrar la puerta deslizable con mi pie.
Era lindo.
Aish, sh sh sh, eso no se dice en voz alta, conciencia.
Glosario:
Más palabras que deseen saber su significado que se encuentren aqui, comentenlas aqui 💭
-La Chama
Nota del Autor:
Me encanta la canción "A Dream With a Baseball Player" de Faye Webster ❤ escuchénla porque es un temazo.
Les dejo estos capítulos por este fin de semana, ya que tengo que estudiar y muchas cosas que hacer de la Uni.
Disfruten ❤
-La Chama