I DON'T DANCE! «YoonMin»

By ChoiHoSeok94

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Jimin, el bailarín estrella de la prestigiosa Universidad de Seúl, y su eterno "némesis", YoonGi, el pitcher... More

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By ChoiHoSeok94

Una pizza recién entregada hasta su domicilio junto a una orden de pasta, sus botanas favoritas y un vaso enorme de refresco eran los acompañantes de Jimin un viernes por la noche.

Después de llegar de la escuela, justo como tenía como objetivo, se lanzó directamente a su cama y durmió durante toda la tarde hasta que su cerebro despertó por su propia cuenta, es decir, sin una molesta alarma retumbando en su cabeza.

Su padre le avisó que iría a cenar junto a sus compañeros después del trabajo, por lo que estaría por su cuenta durante la noche, lo que significaba que podía pedir lo que él quisiera para cenar.

Mientras se servía su comida en recipientes adecuados, tarareaba la canción que había estado escuchando continuamente durante las últimas semanas debido a que estuvo practicando la rutina que elaboró para dicha canción.

Sus caderas se movían de forma ligera al compás de la melodía que él mismo estaba entonando, cuando menos lo pensó se encontraba bailando solo en la cocina, con movimientos sutiles y poco marcados, simplemente dejándose llevar.

Amaba bailar, su cuerpo entero amaba hacerlo. Sus músculos parecían poseer una memoria propia, ya que reaccionaban casi inmediatamente llevándolo a repetir los pasos que había creado y ensayado con tanta dedicación hasta completar una rutina que fue digna de aplausos y felicitaciones.

En eso, su celular vibró sobre la cocineta interrumpiendo su hogareña sesión de baile. Leyó el nombre del remitente antes de atender la llamada.

  — Hola, Hobi hyung.

  — ¡Jimin-ah! — lo saludó el mayor. — Lamento llamar a esta hora, pero necesito tu ayuda.

  — No hay problema. ¿Qué pasa?

  — Verás, como presidente del grupo de danza la profesora me dio la oportunidad de crear un proyecto para el festival estudiantil del próximo mes. — inició su explicación. — Tú sabes que siempre he promulgado mi idea de que el baile y la música es para todos, es por eso que pensé en crear un proyecto que incluya personas ajenas a nuestro grupo. — Jimin asentía con la cabeza a las palabras de HoSeok, aunque obviamente no podía verlo. — Para ello, quiero invitar personas que haga pensar al público "¡Wow! Incluso esa puede bailar". ¿Me entiendes?

  — Sí, te entiendo. Es una gran idea, hyung. — opinó sincero. — Creo que es algo que podría atraer la atención.

  — ¿Verdad que sí? — inquirió con su voz desbordando emoción. Jimin apostaría todos sus ahorros a que HoSeok tenía una amplia sonrisa en su rostro en ese momento, como siempre. — Ya tengo varios alumnos en mente y entre ellos está alguien que tú conoces, creo. Y quería pedirte tu ayuda para convencerlo de unirse al proyecto.

  — ¿A quién?

  — La estrella del equipo de béisbol, Min YoonGi.

La sonrisa que se había formado en los labios de Jimin ante el emocionante proyecto de su amigo se esfumó en menos de un segundo cuando aquel nombre entró directamente en su oreja, calando en su mente como un molesto chillido.

  — ¿Él? ¿Por qué? — inquirió con el ceño fruncido.

  — Generaría un gran impacto ¿no lo crees? Estoy seguro que la gente no se imaginaria que alguien como él podría bailar.

Jimin no pudo negar ese hecho, ya que se incluía entre esa gente de la que HoSeok hablaba.

¿Min YoonGi bailando? Imposible.

  — Entonces… ¿Podrás hacerme ese favor, Jimin-ah?

  — No lo conozco, hyung.

  — ¿Ah, no? Creí que sí, ya que el lunes te vi bajar de su auto por la mañana.

Ese día, en definitiva, lo perseguiría hasta el último de sus días.

  — Sí, pero en realidad no somos cercanos.

Jimin logró escuchar un suspiro de parte de HoSeok, quien se mantuvo en silencio unos segundos antes de volver a insistir.

  — ¿Lo consideras… Uhm, imposible? — preguntó. Su voz ya no sonaba tan emocionada como antes, lo cual le estrujó un poco el corazón a Jimin.

Si Jimin debiera usar alguna palabra para definirse, perfectamente podría usar "complaciente" y le quedaría como anillo al dedo. No sabía porqué, pero le era muy difícil resistirse a las peticiones de los demás, sobre todo si venían de personas importantes para él, así como lo era HoSeok.

Jimin nunca había conocido a un ser tan brillante, casi literalmente, como HoSeok. Tenía una chispa peculiar con la que lograba estimular la de los demás, por más apagadas que estuviesen.

Sentía que mucha de su seguridad y confianza a la hora de bailar se la debía a HoSeok, quien lo había guiado y motivado desde su primer día en el grupo de danza. No sólo era un gran mentor, sino también un gran amigo.

Y cuando de sus amigos se trataba, para Jimin no existían imposibles.

O eso creía.

  — Intentaré convencerlo, pero no te prometo nada. ¿Está bien?

  — ¡Gracias, gracias! Sabía que podía contar contigo, Jimin-ah.

Para el corazón del castaño, no había mejores palabras que esas.

Después de conversar un rato más con HoSeok sobre su proyecto, Jimin se despidió del mayor y terminó la llamada. Luego de poner su celular de vuelta sobre la cocineta, dejó escapar un pesado suspiro.

  — Maldición… — musitó antes de darle una agresiva mordida a su rebana de pizza, la cual ya estaba un poco fría debido al tiempo que duró conversando con su amigo. — De todas las personas, ¿por qué lo quiere a él? — Jimin tenía la sana costumbre de hablarse a sí mismo en voz alta. — Apuesto a que es más rígido que un bate de béisbol.

En eso, el sonido del timbre retumbó por las paredes de la estrecha cocina. Extrañado por la visita nocturna, Jimin se dirigió a la puerta para mirar por el picaporte antes de abrir. Al hacerlo, un ojo asomándose por la pequeña cavidad desde afuera lo hizo reír.

Sólo había una persona que hacía eso.

  — Hola, Kookie. — lo saludó al abrir la puerta, el azabache le sonrió. — ¿Qué haces aquí? Creí que ibas a salir con TaeHyung.

  — Lo haré, está en el auto. — contestó señalando el elegante Hyundai negro del beisbolista, estacionado frente a su casa. — Fuimos a cenar y pensamos que sería divertido ir a la discoteca que abrieron hace poco. ¿Quieres venir con nosotros?

El sexto sentido de Jimin, el cual había desarrollado luego de casi 3 años de amistad con el menor, se activó.

  — Me inquieta que hayas venido hasta aquí para invitarme personalmente en lugar de enviarme un mensaje. — JungKook comenzó a reír, ya que había sido atrapado.

  — Sabes lo que significa ¿no?

  — Que no te irás hasta que acepte.

  — Exacto.

  — Bien, te traeré una silla y una cobija para que esperes cómodamente. — contestó con una exagerada sonrisa, amenazando con entrar de nuevo a su casa.

  — ¡Jiminie! — lo llamó, alargando las vocales de su nombre. — Anda, me aseguraré de traerte de regreso a casa sano y salvo a las doce, como Cenicienta.

Antes de volver a negarse, Jimin lo pensó un poco. Hacía tiempo que no salía de noche a divertirse, consideró que sería una buena idea luego de una semana tan ajetreada.

  — ¿TaeHyung está bien con que vaya con ustedes? No quiero arruinar su cita o algo por el estilo.

  — No te preocupes por eso, Jiminie. Nos divertiremos todos juntos. — aseguró sonriente, lo cual terminó por convencer a Jimin.

  — De acuerdo, dame unos minutos para cambiar mi ropa y arreglarme un poco ¿sí? — JungKook asintió emocionado. — ¿Quieres pasar o me esperas en el auto?

  — Te esperaré en el auto, tómate tu tiempo.

Jimin cerró la puerta luego de que JungKook regresara al auto de TaeHyung y subió con prisa a su habitación. Tomó unos jeans negros con unas sutiles rasgaduras en los muslos y una camisa de mangas cortas blanca, después de vestir dichas prendas se colocó una chaqueta negra y unos zapatos del mismo color. Peinó su cabello y después de colocarse las joyas que usualmente usaba se roció una cantidad moderada de perfume. Buscó un bolso pequeño en su armario y en él guardó su billetera, el cargador de su celular y un bálsamo labial.

Una vez listo regresó a la sala, tomó sus llaves junto a su celular y salió de casa luego de avisarle a su padre en una breve llamada que saldría con sus amigos.

  — Eso fue rápido. — dijo JungKook desde el auto, con la ventana abierta. — ¿Listo?

  — Listo. — asintió Jimin esperando a que TaeHyung le quitara el seguro a la puerta de atrás. Cuando pudo abrirla subió al auto. — Buenas noches, TaeHyung.

Escuchó un tanto lejano el saludo de TaeHyung al darse cuenta de que no estaba solo en los asientos traseros del auto, sino que había otra persona ahí mirándolo.

  — Bájenme. — fue lo primero que dijo Jimin cuando aquella persona le sonrió pícara.

  — En serio, no tienes sentimientos ¿verdad, Cascanueces?

Jimin echó su cabeza hacia atrás en el asiento, recordando la activación temprana de su sexto sentido. Ahora entendía lo que su amigo tramaba.

  — ¿No debería ser yo el que esté molesto de verte luego de que me dejaras botado en el estacionamiento?

  — No te dejé "botado". — se defendió Jimin, suspirando resignado al sentir que el auto comenzaba a avanzar. — Te dije que lo pensaría.

  — ¿Y ya lo pensaste?

  — No.

  — Mezquino. — musitó YoonGi, poniendo su largo mechón de cabello negro detrás de su oreja. Jimin se encogió de hombros. — Necesito estudiar a partir de mañana. ¿Crees que tu ocupada mente podrá tener una respuesta para entonces? — el toque sarcástico en su duda puso los ojos de Jimin en blanco.

  — ¿Cuándo es tu examen?

  — El lunes.

Jimin despegó la vista de la ventana para girarse a YoonGi, quien rió levemente al ver su cara estupefacta.

  — ¿Planeas salvar un parcial de química en dos días? ¿Quién te crees? ¿Lavoisier?

TaeHyung dejó salir una carcajada antes de intervenir, ya que entendía porqué Jimin se sorprendió.

  — Los temas de la materia que YoonGi está cursando no son tan avanzados como los de nuestra carrera. — comentó TaeHyung, dándole una veloz mirada a Jimin por el retrovisor. — Estuve revisando el temario y son temas muy generales, intuyo que es una materia de inducción a la bioquímica.

Aprovechando la luz roja, TaeHyung se giró un poco para mirar a Jimin.

  — YoonGi nunca ha sido bueno de primera instancia en química, pero es un tipo listo con muy buena capacidad para concentrarse. — comentó. — Lo he ayudado anteriormente y créeme que lo único que necesita es captar la información desde un enfoque diferente, tú también eres muy listo así que confío en que podrías hacerlo.

  — Agradezco la confianza. — dijo dirigiéndose a TaeHyung, sonriendo ligeramente al saber que sus palabras eran un intento de ayudar a su amigo. — Pero ¿por qué no lo ayudas tú si ya estás familiarizado con su método de aprendizaje?

  — Estaré ocupado el fin de semana con unos talleres de capacitación. — contestó volviendo su vista al frente ya que el semáforo cambió a verde. — Es por eso que te recomendé con YoonGi para ser su asesor, sólo será esta vez, me aseguraré de ayudarlo para su último examen.

Jimin movió inquieto una de sus piernas mientras pensaba en su respuesta. Quitando el hecho de que era Min YoonGi a quien iba ayudar a estudiar, a Jimin le generaba un poco de nervios ya que era algo que nunca antes había hecho y no sabía si podría cumplir con las expectativas.

¿Qué haría si YoonGi no pasaba su examen? ¿En qué concepto quedaría él como un estudiante de una carrera que se basaba más de un 50% en la química y sus derivados?

YoonGi notó pensativo a Jimin, parecía estarlo pensando seriamente por lo que decidió no decir nada más. Estaba (secretamente) desesperado por su ayuda, por lo que no se arriesgaría a decir o hacer algo que pudiera cambiar una posible respuesta positiva del bailarín.

Una vez en el estacionamiento de la discoteca, TaeHyung aparcó y uno por uno bajaron del auto. En la entrada había un pequeño grupo de personas que aparentemente esperaban por ellos, ya que TaeHyung y YoonGi los saludaron al llegar a ellos.

Entraron todos juntos al lugar y se dirigieron a la zona que un mesero les asignó junto a la pista de baile, la cual constaba de sillones de cuero acomodados en cuadro con una mesa de madera oscura en el centro.

  — ¡Quiero bailar! — dijo JungKook luego de dejar su bolso en el sillón.

  — Vamos, entonces. — le sonrió TaeHyung, extendiéndole su mano. JungKook la tomó y ambos se marcharon a la pista.

Jimin miró a su alrededor mientras YoonGi conversaba con los demás chicos, uno de ellos se sentó a su lado.

  — Eres Park Jimin ¿verdad? — Jimin asintió con una sonrisa cortés. — Mi novia me ha hablado de ti, JiHee, está en el grupo de danza.

  — ¡Oh! Sí la conozco, es una gran bailarina. — contestó haciendo sonreír al chico. — Entonces tú debes ser YunHo. — él asintió. — Ella también me ha hablado mucho de ti.

  — Me alegra saberlo. — dijo contento. — Por cierto, me ha pedido que baile en un proyecto de su grupo. ¡No pude decirle que no a pesar de que apesto en eso!

Jimin rió por la exasperación bromista del agradable chico, pero dejó de hacerlo al caer en cuenta de que seguramente se refería al proyecto de su amigo HoSeok.

El asunto de las asesorías lo había hecho olvidar el favor que HoSeok le pidió, coincidentemente ambas "problemáticas" envolvían a Min YoonGi.

Jimin lo miró de reojo. YoonGi bebía de su cerveza, pero al parecer sintió su mirada ya que él también lo miro, Jimin apartó la mirada al instante.

  — Conoces a YoonGi ¿no? — Jimin le preguntó a YunHo.

  — Claro, todos somos del equipo de béisbol. — contestó señalando a los chicos esparcidos alrededor de la mesa.

  — ¿Te lo puedes imaginar bailando una coreografía?

YunHo entrecerró sus ojos antes de soltar una carcajada, ya que seguramente se había puesto a imaginarlo en ese momento.

  — Sería algo increíble de ver, ya que YoonGi nunca baila. — contestó. — Pero conociéndolo, seguramente terminaría haciéndolo bien, como todo.

  — ¿A qué te refieres?

  — Si lo preguntas es porque no lo conoces muy bien ¿cierto? — dijo y sonrió. — YoonGi es nuestra estrella y no sólo por el gran talento que posee, sino porque a pesar de que muchos lo consideramos un genio en el montículo él sigue esforzándose día con día por ser mejor. YoonGi es así en todos los aspectos de su vida, así que de tener que bailar él daría todo de sí para hacerlo bien, aún si no es bueno en ello.

Jimin se vio contagiado por la sonrisa del chico frente a él, ya que se notaba la admiración en sus palabras. Él también tenía gente a la que admiraba, tal como HoSeok, por lo que entendía el sentimiento detrás de lo dicho por YunHo.

No estaba seguro si YoonGi llegaba al punto de odiarlo, pero Jimin sí podía asegurar que no era de su agrado. Era un sentimiento mutuo y, por lo tanto, podía imaginarse lo duro que debió ser para YoonGi pedirle su ayuda. Lo que YunHo dijo le había permitido entender porqué el orgullo de YoonGi fue dejado en segundo plano.

El bailarín era de corazón simple, conmoverlo era una tarea fácil.

  — ¿Me permites un momento? — le dijo a YunHo, este asintió encogiendo un poco sus piernas para darle espacio a Jimin de caminar entre la mesa y el sillón.

Jimin avanzó, carraspeando un tanto incómodo por lo que estaba a punto de hacer, llegó hasta YoonGi y se sentó junto a él. El pelinegro lo miró con curiosidad.

  — ¿YunHo te aburrió? Seguramente comenzó a parlotear de su novia.

Si supiera que en realidad hablaban de él…

  — Te ayudaré a estudiar. — dijo Jimin de golpe, ignorando las anteriores palabras de YoonGi. Éste se enderezó en su lugar, dejando su cerveza sobre la mesa.

  — Justo cuando estaba por cambiar tu apodo a Cascarrabias. — sonrió echándose el cabello hacia atrás. — Excelente.

  — No cantes victoria, harás algo por mí a cambio. — advirtió Jimin cruzándose de brazos.

La sonrisa de YoonGi se borró.

  — Si mis cálculos no me fallan, con este favor quedaríamos a mano luego del aventón que te di.

  — Lo del lunes queda completamente fuera de esta ecuación, así que sí, tus cálculos fallaron.

  — ¡Pero…! — YoonGi decidió callarse. Ya había conseguido lo más difícil, que Jimin aceptara, TaeHyung lo mataría si arruinaba su única y valiosa oportunidad de aprobar su examen. — Joder, terminaré con hipertensión este maldito semestre. — volvió a recostarse en el sofá, acariciándose las sienes.

Jimin lo miró con diversión. ¿De verdad pensó que se la dejaría tan fácil?

  — Entonces, ¿estás de acuerdo?

  — Primero dime qué quieres que haga.

  — ¿Acaso estás en posición de decidir si aceptar o no? — YoonGi lo fulminó con la mirada, lo cual le sacó una pequeña carcajada. — No soy tan malo como crees, Min. No te pediré nada del otro mundo, será equivalente a la ayuda que yo te brindaré.

  — Entonces dime.

  — Te lo diré mañana después de la primera sesión de estudio. — limitó su respuesta. — Te veré en la biblioteca de la universidad a las 9 de la mañana y a las 3 de la tarde me acompañarás a un sitio. Si después de eso aún quieres seguir estudiando te ayudaré hasta… mmm… máximo hasta las 6 de la tarde, ya que yo también tengo que estudiar y hacer mis tareas pendientes.

YoonGi se quedó en silencio ya que tenía varias quejas martillando su cabeza, pero justo como Jimin lo había dicho de forma irritante antes, no estaba en posición de imponer sus propias reglas.

  — ¿Y a qué hora voy a comer? — se permitió preguntar con el ceño fruncido.

  — A la hora que quieras, no voy a atarte a la mesa. — contestó riendo. — Entonces, ¿aceptas?

Con lo poco que conocía a Jimin, YoonGi podía casi jurar que el bailarín tramaba algo. Su sonrisa llena de confianza no podía significar otra cosa.

Sin embargo, YoonGi estaba en un punto crítico en el que lo único que le importaba era salvar su trasero y, en parte, el de su equipo.

  — Acepto. — dijo sellando su destino, sin saber que en un fin de semana entre libros y la inusual compañía de Jimin las cosas se verían obligadas a cambiar.

Para ambos.

Hola, bellezas. 💖 ¿Cómo están hoy?

Les agradezco mucho a las personitas que han decidido darle una oportunidad a la historia, espero que les esté gustando.

🤍 Gracias por leer 🤍

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