La magia del Mpreg en Twisted...

By SebbyPhantomhive

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Este es un reto Mpreg, organizado por ilitiaforever, de los 80 prompts elegiré algunos para hacer drabbles y... More

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Día 3
Día 4
Día 5
Día 6
Día 7
Día 8
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Día 10
Dia 11
Día 12
Día 13
Día 14
Día 15
Día 16
Dia 17
Día 19
Día 20
Epílogo [Día 4]

Día 18

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By SebbyPhantomhive

Serie: Twisted Wonderland

Pareja: Malleus Draconia & Riddle Rosehearts

Prompt 56: A y B tuvieron una muy fuerte pelea y terminan, menos de dos semanas después A se entera que está embarazado pero no le dice a B por miedo a que piense que está tratando de retenerlo. Un día un amigo de B lo ve salir de una tienda de bebés con otra persona y sin querer le hace pensar a B que A esta ya con alguien más, B se encela y después de varios tragos va a casa de A a reclamarle haberlo olvidado tan rápido. A se siente culpable y decide confesar pero B no lo deja hablar y entre reclamo y reclamo A empieza sentir dolor de parto por lo que B tiene que llevarlo al hospital. Al enterarse que el embarazo está a término B empieza a sacar cuentas y sus sospechas se confirman cuando el bebe tiene sus mismos ojos.

Título: Dudosa paternidad.

✨✨✨

Riddle Rosehearts se ha convertido en uno de los médicos mágicos más jóvenes que han logrado graduarse con honores en la prestigiosa universidad de medicina en Twisted Wonderland. En su afán de seguir ampliando sus conocimientos no desaprovechó la oportunidad de ejercer su profesión en Valle de las Espinas, lugar donde la magia predominaba al ser parte de las actividades diarias, sin duda alguna le ayudaría a mejorar en su labor.

Al estar en tierra extraña en sus días libres procuraba visitar a sus ex compañeros de escuela que vivían en el Palacio Real, dónde era bien recibido. Sus visitas empezaron a ser más frecuentes con el pasar de las semanas, disfrutaba de su amistad con ellos en especial la que había formado con Malleus, a quién admiraba por su gran sabiduría e ingenio sin mencionar lo atento y galante que podía ser. Debía admitir que a veces tenía un carácter un poco complicado pero quién era para criticarlo, cuando él mismo también era bastante temperamental.

La amistad no tardó en convertirse en algo más, un algo que se dio de forma natural porque sin siquiera notarlo los sentimientos de amor empezaron a florecer en sus fríos corazones dándoles la calidez única del primer amor. Malleus al igual que Riddle no tenía la experiencia de vivir este tipo de situaciones, así que para ambos todo les era muy nuevo e interesante, los primeros besos, las primeras palabras de afecto, las primeras caricias se volvieron un deleite que deseaban seguir probando una y otra vez por la satisfacción que les provocaba.

Su relación era reconocida por sus más cercanos, algunos de ellos aún no podían imaginarlos vinculados de tal manera pero se acostumbraron a verlos juntos, eran una pareja inusual que parecía muy enamorada y sobre todo feliz. Sin embargo, su idílico amor no pudo soportar el fuerte carácter, inmadurez e inexperiencia de ambos, quienes terminaron su relación abruptamente y no en los mejores términos. Días después de esa ruptura amorosa se veía a Riddle regresar al Reino de las Rosas para empezar su nuevo trabajo, motivo por el que pelearon provocando que su relación de casi un año terminara. Con pesar recordaba esa acalorada discusión antes de separarse, pelea dónde ninguno quiso dar su brazo a torcer, aún ahora no entendía como el Malleus amoroso y comprensivo que amaba, por sus inseguridades hubiera cambiado de esa manera.

~Recuerdo~

—¿Por qué debes irte? ¿No estás bien aquí?

Era lo que Malleus enojado preguntó cuando Riddle confirmaba su decisión de irse al Reino de las Rosas, por un nuevo trabajo que le ayudaría a avanzar en su carrera.

—Estoy bien, soy feliz... Pero necesito hacer esto, además ya tengo planeado todo mi horario para venir a verte, y así nuestra relación no se vea afectada.

—No va a ser lo mismo, si vas a otro país será difícil para mi visitarte cuando quiera.

—Lo sé, por eso haré el esfuerzo por los dos... Vendré seguido, lo prometo. Quiero estar contigo, me gusta estar contigo —Cariñoso hablaba, tratando de calmarlo se acercaba para abrazarlo pero Malleus en un arrebato lo empujó con fuerza haciéndolo caer.

Esa reacción infantil bastó para enfurecer al pelirrojo que levantándose del suelo solo se aferró a su decisión, fijando su mirada en él lo maldecía. Muy a pesar de que estaba frente a uno de los magos más poderosos del mundo, no le temía, y es que al inicio de su relación dejaron claro que ni la magia o status serían parte de su romance, serían solo ellos mismos disfrutando la dicha de este enamoramiento.

—¡Malleus Draconia, estoy haciendo mi esfuerzo, si no aprecias eso, esto no tiene sentido!

—¡No puedes solo irte!

—¡Si puedo, y lo haré! —Dijo Riddle con enojo, amaba sinceramente a Malleus y le dolía esta separación, pero también se amaba el mismo. Su sueño no se limitaba en ser la pareja de un futuro Rey, y si lo sería como ya se había ilusionado al formalizar su relación, anhelaba convertirse en alguien digno para gobernar a su lado.

—¡Si te vas ahora... Olvídate de mi! —Le advirtió Malleus en el calor del momento, más en su afán de retenerlo por esa amenaza solo hizo que Riddle  se marchara, sin decir más, sin decir adiós.

~Fin del recuerdo~

Nunca antes se habían hablado de esa manera, a veces discutían como cualquier pareja pero no de la forma como en esa última pelea. Desde ese día no volvieron a hablarse, a pesar de extrañarse cada uno en su obstinación esperaba que el otro diera iniciativa a una reconciliación, algo que aparentemente no pasaría. Un par de semanas pasaron, Riddle trataba de mantener la mente ocupada con su nuevo trabajo mientras lidiaba con su corazón roto y se resignaba a dar por perdido ese caprichoso primer amor. Sin embargo, todos sus planes dieron un tremendo y sorpresivo giro al recibir los resultados de sus pruebas de sangre, aquellos que le confirmaban un embarazo.


Palidecido casi al borde del colapso recibió la noticia, una que definitivamente no esperaba, se suponía que tuvo las precauciones debidas en cada encuentro sexual con Malleus, por el mismo motivo que formar una familia no estaba en sus planes todavía. Se enfureció consigo mismo por tal descuido, también quiso mostrar su frustración a la otra parte responsable en la concepción de esta nueva vida pero se contuvo, lo que menos necesitaba ahora era dar motivo para un acercamiento y que ello le obligara a quedarse a su lado.

Riddle decidió callar, si Malleus se enteraba en algún momento no sería de su boca, así que ganó el orgullo sobre el amor al tomar la firme decisión de no contarle. Las semanas transcurrieron, siendo médico mágico tomó todas las medidas adecuadas para llevar control de su embarazo, en especial si este bebé crecía con leve magia ya despierta. Por otra parte, Malleus desde su ruptura no volvió a ser el mismo, deprimido pensaba en lo que había perdido, se enojaba por no poder hacer nada al respecto por que a pesar de sentirse arrepentido a la vez temía al rechazo del que fue su novio, y así perderlo para siempre.

—Ahh Malleus, ¿cuánto más vas a seguir así? Lloriqueando y lloriqueando. —Decía Lilia con tono cansino al verlo casí desfallecido con la cabeza sobre su escritorio.

—No estoy llorando.

—Por qué no sólo vas a buscarlo y le pides perdón. Llevo meses diciéndote eso y no haces caso ¿Tanto te puede el orgullo?

—No es orgullo, es miedo a ser rechazado.

—Oh, Riddle no parece un chico rencoroso, no tanto al menos. Me decepcionas, nunca pensé que fueras tan cobarde.

—¿A quién le llamas cobarde?

—Kufufu, lo siento. —Con una sonrisa se disculpaba mientras acariciaba su cabeza— Ya sé, voy a visitarlo y veo cómo está. ¿Qué te parece?

—No, no... Si vas, pensará que yo te envié.

—Ahh Malleus, no lo sabrá, deja que el super espía secreto Lilia Vanrouge se encargue.

Muy animado Lilia decía, Malleus no afirmó pero tampoco negó la sugerencia y solo vio como este salía con prisa de su despacho.

—Bien, Cater no me quiso decir el paradero de Riddle, es raro que ninguno de sus conocidos me haya querido dar su dirección. ¿Acaso se está escondiendo de Malleus? —Hablaba para si mismo Lilia cuando llegaba a un pequeño pueblo en el Reino de las Rosas, un lugar diferente al que mencionó antes de marcharse del Valle de las Espinas. Su instinto le alertaba que algo extraño pasaba con el pelirrojo.

La pista que le ayudó a encontrar el pueblo donde ahora Riddle vivía, se la dio Kalim de forma inocente, gracias a ello su rango de búsqueda se redujo. La noche empezaba a caer cuando por fin lo encontró, una sorpresa muy grande se llevó al verlo con un vientre bastante crecido, aún más fue su sorpresa al ver que no estaba solo y parecía muy feliz de compras con alguien que reconoció al instante.

—¿Ese es Trey Clover? —Confundido se cuestionó en un murmullo desde el otro lado de la calle donde procuraba no ser visto— Riddle, que chico malo eres... No tardaste mucho en rehacer tu vida, ¿verdad?.

En un suspiro de decepción decía, al parecer Riddle estaba con alguien más y ahora formaría una familia, todo muy rápido porque fue solo hace un poco más de medio año que rompió su relación con Malleus. No sabía que pensar, incluso se le cruzó la idea de enfrentarlo pero ese no era asunto suyo, mientras se marchaba para regresar al Palacio en su cabeza no dejaba de preguntarse, ¿cómo se lo diría sin terminar de romper el corazón de Malleus?.

—Oye Riddle, fue bueno verte hoy... —Decía Trey cuando esa noche se despedía del pelirrojo en la puerta de su casa— Seguro qué estarás bien... Mi esposa se la pasaba mal las últimas semanas del embarazo. ¿Está bien que estés solo?

—Sabes que estaré bien. ¿Con quién crees que hablas?

—Tienes razón, nuestro lider Riddle no se deja vencer por nada. Aún así, insisto que debes decirle a Malleus, no es justo que lleves tú solo la responsabilidad de algo que hicieron los dos. —Trey sonrió nervioso al ver el gesto siniestro de Riddle, a quién no le gustaba que cuestionaran sus decisiones— Bien, bien... No digo más, solo cuídate sí. Cualquier emergencia no dudes en llamarme.

Riddle asentía con su cabeza mientras entraba a su modesta casa, dónde había decidido vivir en sus últimas semanas de embarazo. Una vez solo, revisaba las cosas que había comprado, mirando las ropas de bebé recién adquiridas no podía evitar sentirse triste por no compartir estos detalles con el padre de su bebé. Sentía que esta separación no era por el enojo de esa pelea que ahora incluso parecía absurda, simplemente el no estar juntos se debía al resentimiento anidado en su corazón porque en esos meses Malleus no hizo ni la más mínima intención por buscarlo, lo que significaba que tal vez nunca lo amó en realidad.

—Malleus... Tal vez yo confundí las cosas... Cálmate.

Muy nervioso Lilia decía al ver como este muy alterado lanzaba las cosas de su habitación al suelo, contra la pared al escuchar esa inesperada noticia de su querido Riddle. Su corazón se llenó aún más de amargura, resentimiento, enojo para terminar llorando por la impotencia que sentía al saber que lo había perdido definitivamente. ¿Cómo pudo iniciar una vida sin él así de rápido? Eso fue un golpe directo al corazón que todavía estaba enamorado, ya que no lo había olvidado.

—Ya sé que voy a hacer...

—¡No Malleus no hagas una locura!  ¡No mates a Riddle, tiene a su bebé adentro! —Le suplicaba Lilia al verlo como salía de su habitación todavía exaltado.

—No voy a lastimarlo, voy a la bodega de vinos y beberé hasta olvidar este dolor. No soy un monstruo.

—Uff, lo siento... No quise ofenderte.

Malleus toda esa noche bebió varias botellas de vino, vino especial para hadas que harían noquear a cualquiera. Lilia se mantuvo cerca para vigilarlo, no había nada más peligroso que un Malleus inestable estando ebrio, quién entre lágrimas solo recordaba a su primer amor, ese chico que ponía su cara tan roja como un tomate cuando se enojaba. El que tenía tontas reglas que se esmeraba en cumplir, aún así amaba lo listo, fuerte, noble y hermoso que era, en su mente se agolparon todos los momentos que vivieron juntos, dándose cuenta lo idiota que fue ese día al dejarlo ir. Si tan sólo no hubiera sido tan egoísta, ahora Riddle estuviera por darle a su primogénito, pensaba entre lamentos.

—Debo verlo... Debo decirle que me perdone... —Murmuró apenas de forma entendible— Por favor, Lilia llévame con él...

—No, así no te voy a llevar. Cuando se te pase lo ebrio te llevo.

—¡Yo quiero verlo ahora...!

Lilia se negaba pero al verlo suplicar y llorar tan insistentemente se conmovió, tal vez este enfrentamiento cerraría este capítulo pendiente de su vida y ya no sufriría más. Antes de marcharse le dio una pócima para quitar un poco la ebriedad, así menos ebrio llegaron a ese pueblo en el Reino de las Rosas.

—Ahí vive... —Decía Lilia señalando una casa— Ya sabes nada de reproches, en su estado no estaría bien provocarle coraje. ¿Entiendes Malleus?

—Si, solo hablaremos. —Con un gesto apesadumbrado murmuró en respuesta, al llegar a la casa tocó la puerta y casi enseguida vio a Riddle asomarse dejando ver su vientre abultado— Rosehearts... ¡¿Cómo te atreves a tener el hijo de otro hombre?! Prometiste amarme toda tu vida. Maldito traidor e infiel.

Lilia solo desviaba la mirada al oírlo pues hizo lo primero que le advirtió no hacer, notó solamente como Riddle empezaba a poner su cara roja por ese reproche e insulto.

—Malleus... ¿Qué haces aquí? ¿Cómo te atreves a decirme eso?

—¿Cuánto te tardaste en olvidarme? ¿Un día? Por eso te urgía tanto irte de mi lado, no podías decirme que ya estabas cansado de mi y tenías a alguien más.

—¿De qué hablas?

—¿Por qué crees? Estás embarazado de alguien más —Le dijo a la vez que señalaba su vientre— Lilia te vio ayer con otro hombre muy feliz comprando cosas de bebé. Eres un...

—¿¡Soy qué...?! —En un grito con la cara muy roja preguntó. Cuando Malleus iba a responder vio como Riddle se sostuvo en la puerta y con gesto de dolor se agarraba el vientre.

—¿Qué te pasa Riddle? ¿Va a nacer?
—Cuestionó preocupado Lilia acercándose lo sostenía para que no cayera.

—Todavía faltaban unas semanas. Ves lo que provocas... —Le reprochó molesto el pelirrojo a Malleus que no sabía que hacer, ahora se sentía culpable.

—Riddle, debemos llevarte al hospital, vas llamar a Trey. ¿Está en la casa o dónde lo buscamos?

—Hm... ¿Trey? —Murmuró extrañado a su pregunta— Ahh.... Me duele...

Ante su muestra de dolor, dejaron sus dudas para llevarlo al hospital del pueblo de inmediato. Enseguida fue ingresado para la cesárea de emergencia dónde el médico a cargo de su embarazo los recibía.

—El señor Rosehearts tenía programada su cesárea para dentro de dos semanas, tuvo un embarazo muy estable es raro que surgiera este inconveniente de repente. —Comentó el médico antes de marcharse—  Si me disculpan debo ir a ver al paciente.

—¿Qué te pasa Malleus? —Cuestionó Lilia al ver su gesto inexpresivo— No puedes creer que tu querido Riddle vaya a tener un bebé ¿verdad?

—Estoy sacando cuentas... 

—¡¿Qué!? —Sorprendido exclamó Lilia, que bajó la voz al ser regañado por una enfermera— ¿Crees que es tu hijo?

Los dos empezaron a contar las semanas desde que se separaron, y llegaron a la conclusión que era muy probable que ese bebé podría ser de Malleus, aunque no lo sabían con exactitud por no saber cuantas semanas de gestación tenía ahora. Lilia de forma anticipada celebraba, no podía creer que habría un bebé en la familia Draconia así de repente.

—No te ilusiones demasiado Lilia... —Malleus decía en un murmullo sin saber cómo sentirse al respecto, de ser cierto se había perdido una etapa tan importante en la vida de su hijo, eso le abrumaba amargamente— ¿Por qué no me lo dijo?

—No te sientas mal, Malleus... Si es tuyo, tienes toda una vida para verlo crecer ¿no? Que tu resentimiento no te aleje de Riddle, escucha lo que deba decirte.

—Solo si es mío, tal vez no lo sea.

—No sé pero tengo la corazonada que sí es tuyo... Kufufu... Estoy tan feliz.

Malleus sentía abrumarse por este  cúmulo de emociones embargar lo más profundo de su ser, confundido no sabía cómo debería afrontar de cumplirse una las dos posibilidades. En silencio, sumergido en sus propios pensamientos ni siquiera notó cuánto tiempo había pasado, solo deseaba que todo saliera bien fuera su hijo o no, nunca desearía algo malo a Riddle a quien todavía amaba. Al traerlo a su mente pensaba en lo hermoso que se veía con su barriguita, incluso su semblante parecía radiante; si se daba la oportunidad no desaprovecharía en conquistarlo y empezar de nuevo.

—Señor Draconia, no hubo ningún inconveniente en la cesárea. —Era la buena noticia  que compartía el médico al salir de quirófano— Padre e hijo están en perfecto estado. ¿quiere ver al bebé? La enfermera lo llevará al cunero.

Lilia miraba con complicidad a Malleus por el trato que le dio el médico, lo trataba como si fuera el padre del recién nacido, algo que le hizo mucha ilusión al mago. Tal como le sugirió, siguieron a la enfermera, una mujer adulta que parecía amable.

—El de ahí es su bebé... Es muy bonito, felicidades. —Comentó la enfermera  muy animada, después de todo no era usual tener a alguien tan importante en su sencillo hospital.

—Se lo agradezco pero creo que no es mi hijo.

—¿En serio? Pero si es igual a usted. —Dijo confundida pensando que Malleus estaba bromeando— Mírelo...

Lilia y Malleus se acercaron al bebé que era tomado en brazos por la enfermera, lo primero que notaron fueron sus vibrantes ojos verdes cuando apenas los abría eran exactamente iguales a los de su padre hada dragón, sin contar las pequeñas protuberancias en su cabeza y sus orejas puntiagudas, Malleus no tuvo más duda de que este hermoso bebé era su hijo. Solo sintió su corazón dar un vuelco para emocionado pedir  cargarlo, al tomarlo entre sus brazos, le embargó una alegría indescriptible y una cálida sensación invadir todo su ser, algo que nunca antes había sentido.

De la emoción ni siquiera podía hablar aún cuando tenía tanto que decirle, en un suspiro pedía perdón por su arrogancia que no le permitió estar a su lado mientras crecía en el vientre de Riddle. El bebé lo miraba fijamente mientras agitando sus manitos parecía entender lo que su padre con la mirada llorosa intentaba decir, en respuesta a manera de consuelo una sonrisa le regaló. Un momento mágico que ni la mas poderosa magia le pudiera conceder, Lilia volaba alrededor de ellos a manera de celebración.

—Riddle... —Le llamó Malleus cuando unas horas después este despertaba algo adolorido, al notar un hermoso brillo en su mirada dedujo que había visto al bebé y supo que era suyo.

—Malleus... Supongo que ya lo sabes. ¿Se parece tanto a ti?

—Es un niño hermoso y saludable.

—¿Solo dirás eso? —Musitó Riddle sin atreverse a mirarlo.

—No pienso reprocharte nada, fue mi culpa también. Yo hice que te fueras y no me atreví a buscarte. Perdóname.

—¿Por qué no lo hiciste?

—Primero estaba enojado por dejarme así, después tenía miedo que me rechazaras.

—Para ser alguien tan poderoso tienes muchos miedos e inseguridades. —Murmuró sintiendo como Malleus se acurrucaba a su lado en la cama, no pudo evitar sentir su vulnerabilidad y conmoverse— Perdóname también...

Era su tenue susurro de sincero arrepentimiento, los dos erraron tal vez uno más que el otro pero ninguno hizo el intento por reconciliarse al dejarse llevar por su orgullo. Ambos sufrieron esos meses, ¿qué sentido tenía seguir alargando esta agonía aún más cuando un bebé los necesitaba?. Por largos minutos hablaron con calma y franqueza, recordando así los detalles por los que se enamoraron, el cómo no pudieron olvidarse a pesar de la distancia.

—¡Su bebé es un encanto! ¡No puedo dejar de verlo, es tan lindo! —Lilia con una sonrisa animada decía mientras los orgullosos padres alimentaban al pequeño.

—Prometo que para los próximos bebés estaré en todo el embarazo. —Comentaba Malleus con buen ánimo.

—Ehh, ¿Cuántos hijos se supone que tendremos?

—No sé, pensaba en unos diez, diez espinas que adornen a mi bella rosa roja.

—No lo digas así, no serán una espina por que yo no soy una rosa.

Avergonzado el pelirrojo murmuró, el otro de buen humor sonreía al ver su adorable gesto tímido, acercándose le daba un beso en los labios mientras sentían como el bebé muy animado los observaba. Nada aseguraba que no tendrían problemas en el futuro por mucho que se amaran, pero al menos aprendieron que alejarse y callarse no era la mejor solución, no podían dejarse llevar por sus arrebatos de enojo y orgullo, más ahora con un bebé en sus vidas, y por los que vinieran después.

✨✨✨
Muchas gracias por leer esta historia, espero sinceramente haya sido de su agrado. No podía dejar fuera esta ship que me gusta mucho, ya que no hay mucho contenido de ellos debía darle su parte en este reto.

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