"¡Te reto a que llegues hasta aquí!"
Dentro del hermosamente dispuesto jardín del Palacio de la Reina, estoy trepando fácilmente como un mono un árbol con una cantidad abundante de ramas que hacen que los otros árboles en el jardín palidezcan en comparación.
"¡Espera! ¡Oye!"
La persona que extiende su mano tratando de alcanzarme es el segundo príncipe de este país, Su Alteza Alfred Gaicias Frialist. Un deslumbrante joven con cabello dorado oscuro brillante y ojos azules, tan claros como el cielo. Incluso en una sociedad aristocrática donde hay muchos con una apariencia hermosa, es la realeza la que destaca brillantemente en la cima, y entre ellos, Alfred presume de un nivel de belleza superior.
Desafortunadamente, la mano de Alfred se encuentra con el aire mientras sigo trepando rápidamente más y más alto. Cuando llego a una rama que parece adecuada para sentarme, apunto mi trasero hacia abajo y lo muevo mientras lo golpeo burlonamente.
"¡Maldito seas! ¿Crees que puedes mostrar una actitud así hacia mí, alguien de la realeza?"
Estaba gritando con la cara muy roja mientras pisoteaba el suelo frustrado, sin siquiera intentar trepar al árbol.
Por supuesto, no hay forma de que un príncipe mimado pueda trepar algo. Ni hablar de trepar un árbol, creo que ni siquiera habrá tocado un árbol en su vida. A lo sumo, probablemente habrá tenido un picnic a la sombra o algo por el estilo.
Miro hacia abajo y saco la lengua en su dirección, luego procedo a recostarme en una rama con un golpe sordo. Como si estuviera declarando que no tengo intención de bajar en un futuro cercano.
Yo, Fania Arginia, y el príncipe Alfred, ambos tenemos siete años. Debido a que soy el hijo mayor de un duque, fui elegido como compañero de juegos del príncipe. A partir de ese momento, me llevaron frecuentemente al Palacio de la Reina sin que yo tuviera voz en el asunto, y me hicieron acompañar a Alfred.
Hablando sin rodeos, Alfred es un príncipe arrogante y prepotente. Tiene la apariencia, el estilo, una mente aguda y reflejos destacados. No es de extrañar que se convirtiera en Gi*nt1 teniendo todas esas cualidades, y que todas las personas a su alrededor lo consintieran sin duda no ayudó tampoco.
Por otro lado, la persona obligada a hacerle compañía a ese príncipe prepotente, es decir, yo, soy el epitome de la timidez. No importa lo que Alfred me diga o haga, simplemente asiento con la cabeza. Estoy siempre de acuerdo con él. Ese soy yo.
Ha pasado más de un año desde que fui elegido como su "amigo". Me han golpeado, pateado e insultado, pero aún así lo seguía sin problemas.
Por supuesto, eso fue hasta la semana pasada.
Así es, sucedió la semana pasada. Me llamaron al Palacio de la Reina como de costumbre para ser el compañero de juegos del príncipe, aunque no jugamos mucho en realidad. Principalmente, me mantuve cerca de Alfred mientras él correteaba por el jardín del Palacio. Probablemente Alfred pensaba que, como no me quejaba ni objetaba nada, podía hacer lo que quisiera conmigo. Como empujarme al estanque. A propósito.
Oficialmente, probablemente dirían que intentó apartarme porque parecía que iba a caerme.
Aunque fuera el palacio, el estanque era bastante profundo. Realmente estaba ahogándome hasta que el guardia caballero me rescató. Alfred me estaba mirando con una sonrisa burlona. En serio, es un pedazo de basura.
El yo débil y tímido luego fue asaltado por una alta fiebre y estuve postrado en la cama durante 3 días enteros. Mi vida no estaba en peligro, pero aún así mi condición era seria.
Y luego, debido a ese shock, recordé mi vida pasada. Recordé la vida antes de nacer como Fania.