ＷＩＣＫＥＤ ＧＡＭＥＳ
❛ 𝟎𝟑𝟖. el pasado de Eliza & Thomas⠀҂
— ¡Vince! ¡Suficiente!
Antes de que pudiera apretar el gatillo, otra voz femenina imponente que denotaba seriedad y liderazgo detuvo su acción. Todos giraron su cuerpo rápidamente hacia ella, que resultó ser una mujer de edad similar a Vince.
— Soltadles, a ambos — los soldados que retenían los cuerpos de Jorge y Brenda parecieron dudar ante su mandato. Miraron a Vince antes de realizar cualquier movimiento para saber cómo debían actuar — Ahora.
— Está infectada, Doc — respondió Vince guardando su pistola — No hay nada que podamos hacer por ella.
— Nosotros no, pero él sí.
Las miradas del lugar volvieron a recaer en Thomas después de que la doctora le señalara y, por más que intentó aparentar seriedad, no pudo evitar mostrar su expresión confusa.
— Hola, Thomas.
— ¿Qué? ¿Me conoces?
— Interesante... Tiene sentido que te metieran en el Laberinto — la mujer miró con atención uno a uno a los clarianos, que estaban igual de confundidos que su amigo — Aunque tengo que admitir, que estaba preocupada. Pensaba que te matarían después de lo que hiciste.
— ¿Qué fue lo que hice? — inquirió intentando averiguar más sobre su vida pasada. Quizás ella tenía las respuestas que estaba buscando.
— La primera vez que hablamos, tú dijiste que no podías aguantar más ver a tus amigos morir. Uno por uno. Ver a Elizabeth metida ahí — el chico elevó sus cejas y abrió sus ojos sorprendido mientras daba una sutil mirada hacia atrás para ver a su amiga, que también se encontraba igual que él. Mary sonrió al ver su pequeña interacción y cuando Thomas volvió su vista hacia ella, la mujer señaló a Elizabeth con su cabeza — Supongo que es ella, ¿verdad?
— Hola — por inercia, al sentir las miradas en ella, intentó esconderse tras sus amigos sin mover su cuerpo mientras que su cara de teñía de un color rosado. El saludo salió más bajo de lo previsto, casi pareció un susurro.
— La última vez que hablamos, me diste las coordinadas de todas las instalaciones restantes de C.R.U.E.L.
Sus palabras resonaron más veces de lo debido en la cabeza de Thomas. Toda la información empezaba a encajar como si fueran las piezas de un rompecabezas, desde sus pequeños fragmentos de recuerdos hasta los discursos que había escuchado.
Volvió a recordar las palabras de Teresa antes de que Winston falleciera, "Todo iba bien hasta que decidiste arriesgarlo todo por Elizabeth. Cuando arriesgaste todo por venganza porque la enviaron al laberinto" y también los recuerdos de Elizabeth después de inyectarse la aguja de penitente siendo ella forzada a separarse de su lado. Ahora todo tenía más sentido.
— Él fue nuestra fuente. No podríamos haber logrado todo esto sin su ayuda — Vince pareció quedarse al igual de sorprendido que todos los presentes. Mary era la única que conocía la identidad del topo de C.R.U.E.L para mayor seguridad — Llevarla a la tienda y dar a estos chicos algo de ropa caliente. Es lo menos que podemos hacer.
— Cuidado.
— La tengo.
— Thomas, tienes que venir conmigo. Necesito sacarte algo de sangre.
Antes de marchar detrás de la doctora y del cuerpo agonizante de Brenda, miró una última vez a todos sus amigos, quienes le sonrieron para brindarle apoyo.
Thomas no tardó en ir tras ella. Iría en busca de respuestas.
Thomas no tardó en diferenciar que la tienda era la clínica improvisada del Brazo Derecho por todos los artilugios médicos que llenaban hasta arriba las pequeñas estanterías.
Mary se acercó a él y amarró un trozo de tela alrededor de su brazo para resaltar sus venas y poder sacarle sangre con mayor facilidad mientras que ella agarraba todos los materiales necesarios.
— Al principio, estábamos perdidos — comentó ella colocándose unos guantes y agarrando una jeringa puntiaguda — Lo único que sabíamos sin duda era que los más jóvenes tenían mayores posibilidades.
A pesar de la respiración constantemente agitada de Brenda, quien estaba recostada en una camilla a un lado suyo, Thomas se concentró en la explicación de la doctora.
— ¿Trabajabas para C.R.U.E.L? — preguntó Thomas con confusión y, después de quedarse inmóvil durante unos momentos (probablemente recordando las memorias de su antiguo trabajo), ella asintió con la cabeza.
— Hace mucho tiempo — Jorge y Thomas se miraron entre sí — Al principio, teníamos las mejores intenciones. Hallar una cura, salvar al mundo. Estaba claro que los jóvenes eran la clave, porque eran inmunes. Pero, ¿por qué?
De mientras comenzaba su explicación, empezó a mezclar varios líquidos que servirían para agregar junto a la sangre de Thomas para crear la cura —temporal— de Brenda.
— A la larga, hallamos una respuesta. Una enzima producida por el cerebro de los inmunes — insertó una gran cantidad de líquido en una de las muchas probetas del lugar. Tenía el mismo color que aquellas que utilizaron para quienes fueron picados por penitentes en los últimos días — Una vez separada de la sangre es un poderoso agente para retrasar la propagación del virus.
— Así que... ¿encontraron una cura? — inquirió Thomas recolocándose en su asiento, sin despegar su mirada de ella.
— No exactamente. La encima no puede fabricarse, solo extraerse de los inmunes. Los jóvenes. Claro que eso no detuvo a C.R.U.E.L. Si por ellos fuera, sacrificarían a toda una generación. Todo a cambio de esto — miró atentamente la inyección en sus manos — Un regalo de la biología. De la evolución. Pero no es para todos.
Se acercó al cuerpo desasosegado de Brenda y, después de elevar un poco su chaqueta, inyectó la aguja con la cura. No sabían cuánto duraría, pero era lo mínimo que podían hacer por ellos. En el instante en el que el líquido y la sangre de Brenda entraron en contacto, todo su cuerpo se relajó y dejó sus agonizantes sacudidas. Parecía que sus latidos y su respiración disminuían lentamente hasta llegar a la velocidad estimada.
— ¿Cuánto tiempo ganará?
— Es diferente en cada persona. Quizá unos meses. Pero ese es el problema, ¿no? Siempre necesitará más — Mary se levantó de su asiento con una pequeña sonrisa e hizo un ademán con su cabeza — Vamos afuera. Para dejarlos descansar.
Como acto reflejo Thomas salió detrás de Mary —dejando solos a Brenda y Jorge— en busca de sus tan ansiadas respuestas.
— ¡Mary! ¡Espera! — la mujer detuvo su camino y giró su cuerpo con una ceja elevada. A pesar de que ya se encontraban fuera de la tienda, nadie más podía escuchar su conversación.
A lo lejos divisó a la mayoría de los clarianos probándose nueva ropa más abrigada, aunque no estaban junto a Elizabeth. Antes de volver a hablar con la mujer, buscó con la mirada a su amiga y la vio sola en una de las rocas cerca del camino principal de la entrada. Parecía tener una expresión calmada pero reflexiva, aunque estaba seguro que en cualquier momento alguno de sus amigos iría con ella.
— Necesito saber — Mary rio suavemente con sus palabras y dirigió su camino hacia unos asientos vacíos y alejados de todo el mundo.
— Sabía que en cualquier momento me lo preguntarías... ¿Por dónde quieres que empiece?
— La verdad, ni yo lo sé — Thomas suspiró y pasó sus manos varias veces por su regazo — Cuéntame todo lo que sepas, por favor.
— Bueno, ¿sabías que tú también trabajaste para C.R.U.E.L?
— Sí.
— Todo empezó cuando cambiaron tu puesto de trabajo, por raro que suene. Empezaste a ser uno de los supervisores del Laberinto y, para ello, antes tuvieron que enseñarte las torturas camufladas que realizaban para borrar la memoria de los enviados. Algo dentro de ti cambió ese mismo día.
— ¿Torturas camufladas?
— Sí. Entre los experimentos que previamente hacían con ellos hasta que les insertaban en una cápsula que hacía que estuvieran a punto de ahogarse... Era demasiado macabro y justificaban todo con el objetivo de llegar a una cura.
Mary suspiró pesadamente antes de continuar.
— En ese momento, tú y yo todavía no nos comunicábamos, pero cuando empezamos a hacerlo para que me dieras las coordenadas de sus instalaciones me lo explicaste brevemente.
— Entonces, ¿qué fue lo que hizo que empezara a comunicarme contigo?
— Enviaron a Elizabeth al Laberinto. Me comentaste algo de que habían roto un acuerdo que tenían contigo para protegerla y, en el momento que la enviaron, ya no te importó las consecuencias.
— ¿Actué por venganza? — volvió a preguntar recordando de nuevo las palabras de Teresa.
— Bueno, sí que es cierto que fue el detonante pero, como ya te comenté, llevabas tiempo queriendo hacerlo. No lo hacías por si las consecuencias recaían en Elizabeth. Aunque nunca llegué a conocerla, sé que siempre fue tu prioridad... veo que las cosas no han cambiado mucho incluso después de que borraran vuestras memorias. Muy curioso.
— Si Elizabeth fue enviada de las primeras al Laberinto y yo de los últimos, tardaron mucho tiempo en descubrirme, ¿no?
— Totalmente. En poco tiempo descubrieron que tenían un infiltrado, pero nunca hubieran sospechado de ti. Siempre fuiste el favorito de Ava Paige. Además, lo hiciste bien porque lo hacías poco a poco, de una en una. En el momento que te descubrieron ya habías enviado todas.
— ¿Y por qué no me mataron? Ayudé a crear la mayor resistencia en contra suya.
— La verdad, no tengo ni idea. C.R.U.E.L es imprevisible. Probablemente sería por la importancia que tienes para el experimento.
Mary dio unas cuantas palmadas suaves en la espalda del chico y se levantó de su asiento.
— No te puedo contar más porque nuestras comunicaciones no duraban más de un minuto. Espero, al menos, que te haya servido.
Thomas asintió con su cabeza y correspondió la pequeña sonrisa.
— Gracias, Mary. De verdad. Por todo.
Elizabeth salió de sus pensamientos cuando sintió a alguien sentarse a un lado suyo y, después de ver que se trataba de su hermano Newt, recostó su cabeza en su hombro.
Que no hablaran durante unos minutos —porque estaban sumergidos en medio de un silencio cómodo— dio lugar a que sus pensamientos fueran y vinieran constantemente. Newt fue el primero en romper el silencio relajado instalado entre ellos.
— Todavía no habíamos tenido mucho tiempo para hablar de esto pero... — comenzó después de bajar su mirada hacia la rubia — Con que tenemos otra hermana.
— Según el informe que descubrí, sí — Elizabeth suspiró y le devolvió la mirada con una sonrisa pequeña — ¿Crees... crees que esté viva?
— Esperemos que sí — contestó encogiéndose de hombros — ¿Qué hay de nuestros padres? ¿Sabes algo de ellos?
Esta vez Elizabeth apartó la vista de Newt y miró de nuevo hacia el horizonte, respondiendo sin necesidad de palabras a su hermano.
— Era esperable — Newt sonrió tristemente y dio un ligero codazo a su hermana menor — Bueno, tendremos que centrarnos en buscar a Lizzy solamente.
— Newt, no sabemos ni su apariencia física.
— Bueno, pero sí su nombre. Tenemos más que cualquiera de las personas que no tienen borradas sus memorias. Tendremos que utilizarlo en nuestro favor.
Quizás, tan solo quizás, podrían encontrar a su hermana perdida en el refugio seguro al que irían en unos días gracias al Brazo Derecho.
Si lograban llegar.
ʜᴇʟʟᴏʙʙꜱ