Aun seguías abrazando a Kagami sin prestarle la más mínima atención a las personas que pasaban cerca de ustedes un tanto confundidas.
Al momento de separarse deslizaste tus brazos delicadamente por su cuerpo a lo que él hizo lo mismo, es como si el tiempo les diera la oportunidad.
-Estas llorando-. Río un poco al ver tal expresión en tu rostro.
-Tú también-. Le reclamaste.
El pelirrojo llevó su mano a tu rostro alejando las lágrimas que restaban, esa sensación de felicidad al tenerlo creaba el sentimiento de no querer dejarle ir, si eso sucediese de nuevo nada será igual, pero lo importante es que el está contigo, no hay necesidad de preocuparse.
-¡Kagamicchi~~!-. Una voz diferente a la de ambos interrumpió el momento.
Era Kise quien al momento de ver a Kagami se lanzó sobre el abrazándolo a lo que ambos cayeron al suelo.
-Ouch...-. Se quejó el pelirrojo.
-Estas de vuelta Kagamicchi~~-. Sollozaba el rubio aún sobre Kagami.
Reíste, ambos chicos se veían adorables, por supuesto, debido a la personalidad de Kise sabías que al momento de ver al pelirrojo se fuera sobre el pero no al punto en que es capaz de llorar.
-¡Kise! ¡Levántate!-. Decía Kagami empujando al rubio tratando de ponerse de pie.
Después de varios minutos entre tú y el pelirrojo lograron apartar a Kise.
-Sigues igual que siempre-. Rió Kagami para después mostrar una sonrisa.
Al momento en que Kagami mostró tal expresión llevaste tu mano sobre la camisa del rubio tomando su ropa por el cuello de la parte trasera, lo hiciste adivinando que Kise correría de nuevo hacia Kagami, y no era incorrecto, Kise ya llevaba su paso al pelirrojo.
-Bien, es hora de irnos-. Dijiste sin soltar a Kise.
-¿A dónde?-. Preguntó Kagami al momento en que terminaba de limpiar su ropa.
-A casa de Aominecchi~~-. Contestó el rubio.
-¿A casa de Aomine?-.
-Sí, debido a la graduación para celebrarlo decidimos hacer una fiesta en su casa-. Dijiste felizmente.
-Está bien-. Sonrió.
Soltaste al rubio a lo que los tres comenzaron a caminar directo a casa de Aomine, en el trayecto solo podías observar a Kagami como hacía cualquier intento por tomar tu mano, no lograba hacerlo tal vez porque Kise iba a su lado.
En momentos el dorso de tu mano chocaba contra el suyo, perdiendo la oportunidad de que sus palmas se encontraran y sus dedos se entrelazaran, después del tiempo en que no lograste verlo la necesidad de tomar su mano se volvió una obsesión.
-Llegamos~-. Habló Kise haciéndote reaccionar.
Kagami y tu iban detrás del rubio quien se adelantó, al entrar en la casa toda la Generación de los Milagros estaban ahí, acompañados de los equipos de estos mismos.
En el momento en que vieron a Kagami todo ruido que se escuchaba desapareció dejando el silencio viajar por el ambiente.
-Hola-. Sonrió Kagami alzando la mano.
Al parecer nadie sabía de su regreso, incluyéndote. El primero en dar un paso fue Kuroko, llegó hasta donde estaba el pelirrojo mirándolo hacia arriba debido a que aún era más alto que él.
-Kagami-kun...-. Dejó sus labios entreabiertos.
-Estoy de vuelta-.
Ante las palabras de Kagami el pequeño lo abrazó rodeando su espalda con ambos brazos. Después del tiempo en que no se vieron parecía como si ambos chicos fuesen a llorar. Después de todo son mejores amigos, era imposible no mostrar siquiera una lágrima.
Al momento de separarse los demás corrieron hacía Kagami abrazándolo, tu ya lo hiciste por lo que solo observabas mientras tu espalda estaba sobre el marco de la puerta.
-Es genial, ¿No?-. Preguntó Kuroko apareciendo a un lado tuyo.
-¿Qué?-.
-El que Kagami-kun haya regresado-. Una sonrisa apareció en su rostro.
-Si-. Te cruzaste de brazos sin apartar la mirada de Kagami y el resto de los chicos que seguían con él.
.............................................
Una vez que dejaron a Kagami fueron hacia la sala, ya que todos estaban reunidos hablaban de diferentes cosas que había sucedido en estos últimos años, experiencias, viajes, etc.
*Ding* *Dong*
El sonido del timbre sonó irrumpiendo el ambiente.
-Yo voy-. Aomine se levantó del sofá dirigiéndose a la puerta.
Antes de que regresara todos comenzaron a hablar de nuevo. Segundos después unos pasos se adentraron a la habitación...
-Oh, Muro-chin viniste-.
Las palabras de Murasakibara lograron que Kagami volteara hacia atrás encontrándose con Himuro Tatsuya su "hermano" a quien no había visto después de estos años, al igual que todos el chico no estaba enterado del regreso del pelirrojo.
-Taiga...-. Dejó caer la bolsa que traía entre manos.
Kagami se levantó dirigiéndose al chico de cabello negro ya que parecía que no se movería del lugar donde estaba.
-Regresé-.
Ambos chicos rieron y se abrazaron, duraron un tiempo de esa manera hasta que Murasakibara se levantó y fue por la bolsa que Himuro había dejado caer.
-Muro-chin no dejes caer los dulces-. Refunfuño.
-Lo siento Atsushi-. Se disculpó al momento en que todos volvieron a sus lugares.
Dentro de unos minutos hablaste alegremente sobre el encuentro entre Kagami y Kise, el cual te había causado gracia.
-Si, Kise corrió hacia Kagami sin dejar de abrazarlo-. Hiciste un puchero pero en tus mejillas no podía faltar el pequeño sonrojo sobre estas.
-¿Kise abrazó a Kagami?-. Interrumpió Aomine.
-Sí, es que hace mucho tiempo que no veía a Kagamicchi y no pude evitar abrazarlo~~ incluso podría hacerlo ahora mismo-. Habló Kise mientras se levantaba de su lugar caminando hasta donde Kagami.
Antes de llegar fue tomado de su camisa por la parte del cuello. –Estate quieto Kise-. Aomine llevó al rubio dejándolo a un lado suyo.
Todos rieron ante tal escena.
La fiesta fue muy animada, todos reían de cualquier cosa que decían, pero de un momento a otro eras las 12:30 de la mañana, al parecer ya casi estaban todos dormidos.
-¡Bien! La fiesta se acabó-. Dijo Aomine levantándose de donde estaba.
Todos obedecieron, Murasakibara se llevó a Himuro entre brazos ya que no podía caminar a causa de que estaba dormido, Midorima cargó a Takao en su espalda para poder llevarlo a casa.
-Tal parece que yo me llevaré a Sei-chan-. Dijo Mibuchi mientras tomaba a Akashi para colocarlo en su espalda.
-Bien yo también me voy~~-. Dijo Kise adormilado mientras salía por la puerta.
-Espera, tú te quedas-. Dijo Aomine mientras lo arrastraba hacia atrás.
Kagami y tú eran los únicos que quedaban a excepción de Kise y Aomine, pero era casa del moreno así que no habría problema.
-Muchas gracias por lo de hoy Aomine-. Hiciste una reverencia con el pelirrojo al lado tuyo.
-Nos vemos Aomine-. Se despidió Kagami.
Ambos dieron la vuelta para alejarse pero la voz del moreno provocó al pelirrojo detenerse.
-La próxima vez juguemos un uno a uno-. Retó Aomine a Kagami.
-Si-. Una sonrisa llena de alegría invadió el rostro del pelirrojo, parece que esperaría con ansias tal encuentro.
Sin más que esperar ambos caminaban por las calles, hablaban sobre muchas cosas que había sucedido durante el tiempo en que no fueron capaces de verse, entre risas Kagami y tú no paraban de bromear, todo aquello parecía ser una ilusión, aún te resulta un poco difícil creer que haya vuelto.
Llegó el momento de separarse, tenías que continuar tu camino para poder ir a casa.
-Nos vemos mañana Kagami-. Ofreciste una sonrisa al chico. Dispuesta a caminar tus piernas se detuvieron.
-Espera-. Te dijo el pelirrojo impidiéndote avanzar.
-¿Qué sucede?-.
-Creo... creo que es un poco tarde para que vayas a casa tu sola, es por eso que pensé...-. Se detuvo antes de seguir hablando, por el tono de su voz y el sonrojo de su rostro es como si fuera a desmayarse.
-¿Eh?-. Preguntaste.
-Yo... p-pensé s-si tal vez... ¿Qui-quisieras venir a m-mi casa?-. Esas últimas palabras por su parte provocaron algo de confusión en ti, pero al verlo de tal manera no era posible rechazarlo.
-Está bien-. Sonreíste.
El pelirrojo se sobresaltó, parece como si fuera a sonreír pero su rostro ya lo delataba. Asintió y sin dejar de soltar tu mano te llevó consigo.
Su mano era cálida, ninguno de los dos tenía la intención de separarse. No eran capaces de mirar el rostro del otro pero aun así sabían que nada podía alejarlos una vez que ambos estuvieran juntos.
Al estar frente a la puerta de la casa de Kagami ocultar tu sonrisa no estaba permitido, tan solo era una noche, no iba a pasar nada, pero aun así tus labios no paraban de temblar el motivo es porque realmente estabas feliz.
Al entrar todo era muy bonito, ordenado y limpio, al parecer alguien estuvo cuidando del lugar mientras no estaba.
-¿Quieres comer algo?-. Preguntó.
-No, así estoy bien, gracias, pero... Kagami...-.
-¿Si?-.
-¿Puedo darme una ducha?-. Le preguntaste nerviosa.
-Claro-.
Después de decirlo el pelirrojo te guió hasta donde estaba el baño, una vez te dejó sola cerraste la puerta para comenzar a desvestirte pero recordaste que no tenías ropa limpia la cual ponerte.
-_________-. Te llamó Kagami tocando un par de veces la puerta.
-¿Si? ¿Qué sucede?-. Te sobresaltaste.
-Traje un cambio, pensé que no tenías que ponerte pero esto es todo lo que tengo-.
Por unos segundos dudaste en abrirle ya que solo una toalla cubría tu cuerpo, tocaste la manija de la puerta pero antes de abrirla le dijiste al pelirrojo...
-Abriré la puerta, pero cierra los ojos-. Dijiste con una de tus manos sobre el picaporte mientras la otra sostenía la toalla la cual evitaba exponer tu cuerpo desnudo.
-Si-.
Al momento en que abriste la puerta ahí se encontraba Kagami, tal y como ordenaste, tenía sus ojos cerrados, estaba parado firmemente sin moverse, incluso para ti parecía divertido. Además, por debajo de sus ojos había un sonrojo el cual se esforzaba por ocultar.
-Gracias-. Tomaste la ropa que tenía en sus manos. Cerraste la puerta nuevamente a lo que se escuchó como Kagami te dijo...
-No tienes que ponértela si no quieres-.
-Está bien Kagami, no te preocupes~~-. Le hablaste felizmente ya que el tono de su voz se escuchaba algo desanimado.
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Cerraste la llave del agua, las gotas caían por todo tu cuerpo, al salir colocaste un pie fuera mientras terminabas de secarte. Tomaste la ropa que el pelirrojo te había prestado pero antes de ponértela la observaste.
-Que grande-. Sollozaste.
Pero aun así no dudaste en vestirte con ella.
Abriste lentamente la puerta del baño, recorriste el pasillo hasta llegar a la sala donde se encontraba Kagami sobre el sofá mirando la televisión.
-K-Kagami-. Lo llamaste mientras cubrías tu cabello con la toalla la cual a los extremos tomabas con ambas manos.
Sin responder el pelirrojo te miraba sin apartar la vista es como si te estuviese examinando, al ver que no hablaba lo volviste a llamar.
-Kagami-. Te acercaste a él.
-S-si l-lo siento, iré a darme una ducha, espérame aquí-. Sonrojado se levantó rápidamente de donde se encontraba caminado hacia el baño.
-Pfff...-. Reíste levemente.
El reloj marcaba la 1:30 am y era hora que Kagami aun no salía del baño, rendida ante el sueño y sin más que preocuparte dejaste caer tu cuerpo sobre el sofá, tus parpados caían por si solos.
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Escuchaste como alguien se acercaba, el televisor se apagó y cerca a tu rostro susurraron tu nombre.
-¿Kagami?-.
Escuchaste como el chico pudo reír a lo que contestó.
-Es hora de ir a dormir, pero tengo que advertirte que solo hay una cama-. Murmuró a tu oído.
-Aja...-. Asentiste dándote la vuelta en el sofá para acomodarte.
-Por dios-.
A pesar de haberse quejado el pelirrojo te cargó entre sus brazos yendo a la habitación en la cual ambos estarían. Al llegar te bajó recostándote gentilmente sobre la cama.
Para él el tenerte de esa manera era casi imposible que pudiera ignorarte, en parte era tu culpa por ser tan descuidada, pero siendo Kagami quien este contigo compartían la misma responsabilidad, una falta cometida por ambos la cual no vale en este juego.
El chico se inclinó llegando a tus labios recorriendo lentamente cada parte de estos como si fueran un dulce, era realmente cuidadoso de cometer cualquier error.
Adormilada no sabías exactamente lo que ocurría hasta el momento en que sentiste como su mano se deslizó hasta llegar a tu estómago.
Te separaste algo asustada y tratando de tomar aire.
-¿Estás bien?-. Preguntó Kagami preocupado.
-Si-. Habías despertado por completo, después de eso no fuiste capaz de cerrar tus ojos al esperar lo que seguía.
-¿Puedo?-. Pidió tu permiso con una mano sobre tu ropa.
Asentiste. Fue cuando su mano levantó su camisa la cual se encontraba sobre ti, esta vez eras tú quien en tus mejillas el color rojizo se hacía presente.
Kagami paseó una de sus manos por tu estómago, lo acariciaba lentamente como si de un gato se tratara, su mano izquierda bajó hasta llegar sobre el pantalón el cual llevabas puesto.
Tu mano involuntariamente lo detuvo, no estabas segura de seguir o esperar un poco más.
-No tienes que hacerlo si no quieres-. Susurraste sin dejar de mirar su rostro.
-Yo quiero, pero nunca haría algo que no quisieras sin tu permiso-.
Sus palabras llenas de amabilidad con un toque de dulzura provocaron en ti la necesidad de seguir, aún con la duda de si avanzar o detenerse tu mano te contradecía dándole el permiso de continuar, tu cuerpo daba la razón opuesta a tu mente.
Kagami sonrió, mientras su mano se encargaba de desvestirte dirigía su mirada a tu rostro es como si dijera "no te haré daño" aunque su boca no pronuncie palabra alguna.
Antes de darte cuenta ya no tenías ninguna prenda sobre ti la cual protegerte, te empeñaste en tomar una sábana pero el pelirrojo no te dejó.
-K-Kagami-. Lo llamaste al momento en que forcejeabas contra él.
-No tienes porque hacerlo, eres realmente linda, ahora que estás conmigo no te dejaré ir-. Sonrió, repentinamente y sin avisarte te besó.
"Pero si tú fuiste quien se fue" Refunfuñaste en tu mente.
Al separarse dio un suspiro para acto seguido bajar y continuar besando cada parte de ti además de varias mordidas que en ocasiones entregaba a tu piel, no dolían, solo que provocaba que tu cuerpo se sobresaltara.
-K-Kagami-.
-¿Mmm?-.
-¿Por qué no dijiste a nadie que regresarías?-. Dijiste mientras con ambas manos tomabas su rostro obligándolo a encontrarse con el tuyo.
-Eso fue porque... quería que tú fueras la primera persona que viera-.
Al escuchar tales palabras escapar de sus labios se dibujo una sonrisa en tu boca. Simplemente es como si las palabras para ti estuvieran prohibidas, encadenadas sin oportunidad de ser libres.
Sin más que decir el chico continuo con lo que hacía, esta vez subió un poco de nivel dejando que su dedo índice cayera desde tu pecho hasta tu estómago, recorriendo suavemente tu piel, pero la sensación que provocó al tocar tu entrada no se comparaba a las anteriores.
-¿Te duele?-. Preguntó a lo que su mano fue a tu mejilla.
No fuiste capaz de responder, sabías que si decías alguna palabra un gemido la acompañaría es por eso que para ti el hablar no era una opción era mejor seguir dejándolo hacer lo que quisiera.
Minutos después de tanto soportar tu voz temblorosa se dirigía a Kagami.
-E-es suficiente... no puedo-. Estabas a punto de llorar por lo que antes tu voz sollozaba.
El chico alejó su dedo y se levantó de la cama, se desvistió dejando a la vista su trabajado cuerpo, tus ojos entrecerrados apenas podían mirarlo de pies a cabeza.
-¿Estás bien?-. Preguntó una vez más al momento en que separó tus piernas.
-Si-.
Kagami se fue abriendo paso dentro de ti, lentamente avanzaba procurando no lastimarte.
-Mmnnh... ah... ah...-. Su respiración se entrecortaba con cada movimiento. Incluyendo que por debajo de sus ojos el color carmesí comenzaba a mostrarse intensamente.
-__________-. Pronunciaba tu nombre al mismo tiempo en que sus labios mordían levemente tu oreja.
-Amngh... gh... ah... ah-. Ya no fuiste capaz de ocultar mas tu voz, en cualquier momento tenía que mostrarse de alguna u otra manera.
Gradualmente el movimiento de sus caderas fue aumentando, era lo más cuidadoso de no lastimarte pero en algún punto no sentías dolor alguno, deseabas que no parara no importa cuán vergonzoso sea, no es como si hubieras esperado para este momento solamente ocurrió en una noche fría la cual se volvió cálida gracias a él, si no fuera por el chico probablemente estarías en tu casa con una manta alrededor de tu cuerpo pero en lugar de eso lo tienes a él, la persona que te cuidará y te apoyará de ahora en adelante así que es importante que no lo dejes ir.
Con esos pensamientos en mente abrazaste a Kagami.
-________... mngh... ah... gh...-. Tu nombre al salir de sus labios mezclados con gemidos provocaba que tu piel se erizara.
-K-Kagami... mngh... ah...-. No era propio de ti mostrarte en tal estado de excitación frente al chico pero en ese momento era lo que menos importaba.
Ignorando todo lo que los rodeaba en la habitación el sonido de su piel chocando contra la tuya y sus gemidos siendo intercambiados por palabras dulces y tiernas como las que acostumbra decir era como si sus pensamientos se intercambiaran.
Creías que nada era real o imaginario simplemente su mirada provocativa además de ese color rojo que llevaban sus iris te perdían en el tiempo el cual transcurría sin la mas mínima intención de detenerse.
Posó ambas manos a cada lado de tus hombros, aumento el movimiento casi llegando a lo que se llama el clímax, es la primera vez que lo miras en tal estado pero no es como si fuera la última, lo dejarías hacerlo...
-________... n-no puedo... mngh...-. Inclinó su cabeza para casi susurrarte al oído.
Asentiste. El movimiento brusco duró un par de segundos hasta que no pudo soportarlo. El chico salió...
-Gh... mngh... uh... ah... ah...-. Se corrió fuera.
El pelirrojo aun estando por arriba tuyo dejó caer su cuerpo sobre ti haciendo que te hundieras un poco sobre la cama, las respiraciones de ambos se sincronizaban al tiempo que sus labios entreabiertos daban la oportunidad de un beso, la cual no desperdiciaron.
Kagami elevó su cabeza para acercarse, el momento justo en que dio un beso en tu cuello subió a tus labios, tal como un caramelo los lamio levemente seguido de abrir tu boca dando paso a su lengua, era amable al momento en que rozaba las comisuras.
Tu mano se deslizó por su espalda dando movimientos tenues a lo largo, involuntariamente se sobresaltó, al igual el pelirrojo decidió jugar un poco, su lengua se separó de tus labios para esta vez dirigirse a tu cuello, en cierto punto eras débil en ese lugar, lo besó gentilmente, una vez que no fuiste capaz de contenerte al soltar un gemido rió un poco mostrando una sonrisa satisfactoria.
-Gané-.
Hiciste un pequeño puchero, a cambio sus cálidas manos se pasearon por tu estómago llegando detrás de tu espalda, se colocó en una posición en la cual ambos quedaron de frente.
-Te amo-. Susurró atrayendo tu cabeza hacia su pecho.
-Yo también-. Respondiste al percibir como el ritmo de su respiración coincidían con el movimiento de su corazón.
Ambos empezarían un nuevo camino, no importa el tiempo, lo único era que de nuevo podían estar juntos, recuperarían los años que perdieron e incluso faltaban mas por crear, el sentimiento mutuo que comparten es lo más preciado en este momento porque un "te amo" no vale si no es de la persona correcta, eso significa que él si lo es, en algún momento si "caes" el no lo hará contigo, al contrario, ayudará a levantarte las veces que sean necesarias solo para tenerte a su lado, el propósito es cuidarse uno al otro, ese chico derramó lágrimas al verte de nuevo ¿Eso significa que en verdad te extrañaba? Sin duda, el lo hacía puedo apostar que cuando se separaron fue capaz de llorar por ti, tanto Kagami como tu sentían lo mismo y aún lo hacen es por eso que no es posible dejar que se separen, no ahora que no te soltará con facilidad sabiendo que el regresó... por ti.
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Este es el final de Kagami x Reader ♥
Gracias a quienes siguieron leyendo esta historia (づ￣ ³￣)づ
También a aquellas personas que comentaron y votaron TT-TT realmente me alegra saber que les gustó (づ｡◕‿‿◕｡)づ
Muy pronto haré un lemon para Aomine (ｏ＾∀＾)o estoy trabajando en el *w* así que en cuanto lo termine actualizaré.
Sigo recomendando la historia de Murasakibara escrita por Hikari_Nagase es hermosa a mi parecer (づ￣ ³￣)づ además de los OneShots de DannyArlert
Bye-Bye~~