No, no era habitual que aquellos dos no se dieran ni siquiera una simple mirada. Las quintillizas lo notaban, entre su tutora y amigo estaba pasando algo, pero si algo habían aprendido después de meterse tantas veces en la que no les incumbe es, que mejor se abstuvieran de preguntar. Normalmente solo lo empeoraban todo.
«¿Qué habrá pasado entre esos dos?" se preguntó Itsuki mentalmente,
Al término de las tutorías, el pelo verde se fue al balcón en silencio para ir a tomar algo de aire. Las Nakano tuvieron que ausentarse debido a que tenían sus propios compromisos. Esto sin que Izuku lo notara ya que no había escuchado lo más mínimo por estar perdido en su pensamientos. Cuando volvió a la realidad, ya no había nadie salvo él y su compañera de juegos a escondidas.
¿Compañera de juegos a escondidas? Así es. Oyuki Takebayashi estaba en medio de una muy difícil partida con el pecoso, pero no eran juegos de mesa como Monopoly, Risk o Scrabble. Era algo mucho más inusual, para desgracia de todos los demás, era un juego que se mantenía en absoluto silencio. Solo las partes que jugaban hablaban de ello en privado.
—V-ven aquí —solicitó la pelinegra tímidamente y con las mejillas coloradas.
—¡Si! —acató la orden y se paró frente a ella.
—Ok... bu-bueno... t-tu ya sabes que sigue. Vamos —extendió sus brazos para recibir un abrazo el cual fue correspondido felizmente.
Así permanecieron unos largos segundos, en silencio, no era necesario, sus corazones latían tan deprisa que podían escucharlos latir.
Izuku tomando aire, tomó del mentón a la chica mientras deshacía el abrazo, y le dió un beso en los labios, uno que fue escalando hasta que la arrinconó a la pared, haciendo que este suelte un ligero gemido.
—¡M-muy rápido! —dijo poniendo sus manos entre sus labios—. N-no te aceleres, ¿entendido?
—Lo siento...
De nuevo volvió a besarla, con cariño, pasando lentamente sus manos por las mejillas ardientes de la chica que cedió y de a poco se derrumbó, eso si. Sin dejar de besarse, solo tomando pausas para tomar aire.
Oyuki, sin querer fue llevando las manos al cuello del chico para pegarlo más pero fue este quien la tuvo que detener.
—¡No, Takebayashi-san! —dijo algo alterado—. Eso eleva mucho las cosas.
¿Para que mentirse a ellos mismos?, estaba más que claro que querían ir más allá, pero no podían. Todo era un juego...
[FLASHBACK HACE 1 MES]
Estaban debatiendo sobre las relaciones, ambos desde la ignorancia (realmente Oyuki si tenía experiencia pero muy mínima ya que solo había tenido un novio, pero apenas había durado unos 2 meses). En la "discusión" Izuku estaba opinando que realmente sólo se debe iniciar una relación cuando estás 100% seguro de que estás enamorado, ya que así cada beso y lo que le siga será aún más especial. Por otro lado Oyuki decía que para iniciar una relación, bastaba con que hubiera un gusto mutuo, y que con el tiempo determinarían si es amor genuino, por eso había que pasar por un "conducto regular" en una relación.
—Creo que si determinan que ya son novios, no veo razón para tener que posponer por meses el simple hecho de tomarse la mano, decirse por el nombre o darse un beso. Si se supone que ya son pareja, ¿por qué actúan como si apenas y se conociesen al momento de una interacción romántica? —propuesto Izuku mirando con determinación a su amiga que negó con la cabeza—. Los novios hacen cosas de novios, eso es lo que pienso.
—Vas muy rápido —refutó Takebayashi—. Créeme.
—No sabia que eras tan experta en la relaciones, Takebayashi-san. ¿Ya has tenido muchos novios? —preguntó Izuku algo sorprendido, no pensó que su amiga fue tan experta del tema.
—¡¿QUÉ!? ¡Claro que no, tonto! —respondió avergonzada—. Es solo que creo que decirse cosas por primera vez durante una relación es más memorable que decirlas antes de una confesión. Me explico, digamos que... tú y yo somos novios...
Ambos estudiantes tuvieron imágenes mentales de ellos dos como una pareja y los sentidos se alborotaron.
—Ehhh...
—¡Dije digamos!... bueno, como decía, en ese hipotético caso repito. ¿No te parecería más romántico darnos un beso después de varias citas en vez de a la segunda o el siguiente día...?
—Darte un beso...
El dijo sin quererlo, pero era demasiado tarde, la peli negra explotó en un mar de sentimientos y se distrajo con la botella de agua más cercana para enfriarse. Definitivamente no se esperaba esa respuesta.
—Aunque tengas un punto, mantengo mi postura.
—Y-ya veo —respondió dejando de beber, una loca idea atravesó su cabeza y con una sonrisa temblorosa se acercó al chico—. ¿Has oído del juego del amor, Izuku?
El chico negó con la cabeza haciendo que la chica internamente diera un gran salto de alegría. El juego del amor consiste en que el primero que admita que siente algo más que una amistad por la otra parte, pierde. Es bastante sencillo.
—S-si yo gano, tendrás que admitir que tengo la razón —apuntó Oyuki con la cara hecha tómate.
—E-esta bien.
Era difícil para ambos. El juego había quedado en empate en el momento en que lo empezaron, porque Izuku y Oyuki solo tenían ojos para ellos y nadie más, pero el orgullo no les dejaría ceder ni un paso, ambos estaban muy convencidos de que estaban en lo correcto.
—Ok, recuerda que todo es un juego... ¿Está bien?
—Todo...
Mientras decían esas palabras, los dos se iban acercando hasta el punto en que podían sentir el aliento del otro. La tensión era tan alta que sus corazones estaban por salir del pecho. "Solo es un juego". Fue lo qué pasó por la mente de los jugadores mientras se daban por primera vez un beso. Uno tímido, torpe, de novatos. La primera vez que ambos tenían un contacto de ese tipo. Y estaban felices de que había sido con quien más querían.
Luego hubieron pequeñas miradas acompañadas de caricias en el rostro, como si estuvieran apreciando una obra de arte que requería del mayor cuidado posible, el rostro de Oyuki era delicado, con rasgos finos, sus mejillas fueron estimuladas por los pulgares del chico que estaban pegados por pegamento (figurativamente).
—Eres hermosa, de cerca puedo verlo aún más, Oyuki —comentó mientras besaba a la chica.
Ese instante, ella estuvo a punto de perder, de pedirle al chico que no se lo diga de juego, que sea verdadero. Ella realmente quiero escuchar esas palabras, pero también quería ganar. Y por ahora, debía ser fuerte. Haría lo imposible para que él le diga que la ama, porque eso sellará su victoria. Así como ambos sellaron aquella reunión de imprevisto con un dulce beso...
[ACTUALMENTE]
Izuku peinaba el medianamente largo pelo oscuro de su tutora. Una pequeña regla que se habían puesto, es que tampoco se podían abalanzar sobre el otro así sin más. Ya que por la presión podría decir que si aún así no fuese cierto (ninguno de los dos soportaría que el otro realmente muestre más de ese amor apresado) así el juego podía durar un poco más.
—Gracias —dijo Oyuki, tenía de vista el atardecer, el cielo era naranja, ciertas partes aún eran azules, pero solo lo hacían aún más bello—. Eres muy gentil. ¿Está muy bonito el atardecer, cierto? —preguntó levantando la mirada y sonriendo al chico que se quedó boquiabierto.
—Oye, Oyuki —la llamó mientras dejaba el peine sobre una repisa—. ¿Puedo?
Ella asintió y cerró los ojos para esperar su beso que no tardó en llegar. Cuando el pedía permiso es cuando más débil se ponía.
—Cuando vi el sol reflejado en tus ojos... perdí. Perdí ante tu belleza Oyuki, ante tu risa, tu amabilidad, tu madurez, inteligencia, paciencia... me ganaste por completo —declaró empezando a arrodillarse frente a ella.
"Él realmente...»
—Izuku...
—Lo lamento, no puedo negarlo más, me duele saber que todo es un juego. Que cada te quiero lo dices para que pierda, que cada beso es una forma de hacerme aceptar lo que llevo guardando por ti desde mucho antes de que empezáramos todo esto —sus ojos se aguaron y Oyuki al verlo así solo se tiró sobre él y lo abrazó con todas su fuerzas—. No me hagas esto más por favor.
—Tonto tonto tonto —acusó mientras empezaba a llorar de la felicidad—. ¿Un juego todo esto? Lo sentí tan real como lo es ahora, Izuku.
La ojiazul acercó su frente a la del chico para que se quedaran tocando mientras se miraban a los ojos.
—Pero...
—Te amo, te amo mucho, Midoriya Izuku. Perdí cuando me buscaste que a todas las demás aquel día, me dijiste que era tu prioridad, agradecí a los dioses por ese espacio que me diste en tu corazón. No hay día en que no te piense, en que no te buscará y te besara sin míedo a nada —rio junto al chico y se abrazaron.
Nada de juegos, nunca lo había sido, todo era una mentira.
—Gané... —susurró al oído de Oyuki el joven portador de OFA.
—¿Q-qué pero si...?
—No dije que te amo, ¿o si?
Takebayashi se quedó callada pensandomelo era verdad, la regla para perder era quien dijera primero te amo, aun si el dijo que había perdido, aquellas palabras clave no brotaron de su boca.
—¡Tramposo, no se vale Izuku! —apeló frustrada pero fue callada por una sonrisa del chico que la hizo olvidaré aquella mala jugada.
—Te amo Oyuki. Aunque gané este juego, perdí ante ti, déjame acompañarte hasta donde la vida nos deje por favor, porque si voy a perder de nuevo, solo quiero que seas tú quien esté ahí para decirme que eres la ganadora de mi amor.
—¡Hagamos el amor, yayaya!
El pecoso se quedó congelado en el acto, no daba crédito a lo que acababa de escuchar.
—que?
Ella respondió con una sonrisa y salieron corriendo del apartamento. No saben a dónde irán a parar, pero mientras estén juntos, harán el amor más íntimo de todos, el de las almas enamoradas...
FIN
Bueno gente, espero les haya gustado el cierre de esta historia, algo bastante dulce si lo pueden considerar así. No olviden dejar la estrellita para saber qué tal. Con esto finalizado ahora si le echaré al montón de obras que tengo pendiente por si quieren echarle un vistazo.
Nos vemos en otra historia.
GottoCatch