The Black Orbe

By foxys02

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Nara es una bruja, que despues de perderlo todo, quiere dejar su naturaleza de lado y casarse con un alfa de... More

Nota de la autora
El INICIO DEL FIN
1. LA VALENTÍA DE UNA BRUJA
2. LA AMBICIÓN DE UNA OMEGA
3. AMOR DE HERMANAS
5. EL OTRO MUNDO
6. LOS CELOS ECKVAN, PARTE 1
LOS CELOS ECKVAN, PARTE 2
7. EN LA LUNA LLENA
EN LA LUNA LLENA, PARTE 2
8. LA CAPITAL
9. LA PRIMERA VEZ
10. SALVAJES
11. LA PEOR BRUJA DE LA HISTORIA
12. LO PROHIBIDO
13. ENEMIGOS CRECIENTES
14. ALMAS GEMELAS

4. LA PALABRA DE LA ALFA

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By foxys02


KAHNARA CAVALIER

Dalma fue llamada por la reina para que mantuviera el orden de los sirvientes, pero claramente cuando terminara, vendría a ajustar cuentas conmigo.

—Diosa mía, Nara —Suelta Anne. —Prueba esto.

Me acerca una cosa pequeña, redonda y negra a la cara. Lo tomo sin mucho interés. Mis ojos están fijos en la mesa al fondo de salón, donde estaba el Rey sentado en su trono, la familia Eckvan y sus invitados. Mi hermana está ahí, hablando con Kaiat, animadamente.

Mi corazón aún no podía creerlo, quería correr a sus brazos, suplicar perdón por haberla dado por muerta sin siquiera haber enterrado un cuerpo.

—¿Qué es esto, Diosa mía? Sabe exquisito—Volvió a exclamar la rubia. —Pruébalo, Nara, anda.

—Esto, mi inculta amiga, se llama... aguarden en momento... lo probé una vez cuando era pequeña—Denisse intenta recordar el nombre.

—Es una aceituna, dama—Dice una voz varonil. —Vienen desde el sur.

Las tres dirigimos nuestras miradas al chico castaño aún lado de la pelinegra malhumorada de Denisse. Era alto, y tenía unos ojos cafés demasiado claros. Parecía amable, pero era un híbrido, así que no fio de su aspecto inofensivo.

—Ya lo sabía— Se apresuró a decir Denisse de forma cortante.— No me gustan.

Anne saca otra y se la come como si se tratara de un manjar. Fruncí el ceño y analizo la dichosa aceituna en mis manos, sin tanto preámbulo y ante las incitaciones de Anne, me la meto a la boca.

—A mí tampoco, pero a la Alfa Rhea le fascinan— Respondió el castaño.

—¿Lo juras?— Cuestionó Denisse con una sonrisa de ilusión, ahora tenía todo su interés. —¿Se puede hacer perfume de aceituna?

—Ay, Denisse, estás enloqueciendo —Salta Anne.

Al morderla, siento algo duro en su centro que casi rompe mis dientes. Su sabor era dulce y agrio al mismo tiempo. Mi rostro se contrae del asco y rápidamente busco una servilleta para sacarla de mi boca. No era suficiente, así que le arrebato la copa de la mano al híbrido y bebo un sorbo.

El Hybre reemplazó el mal sabor de boca por un ardor en la garganta, pero sin duda prefiero el alcohol de los híbridos que esa cosa negra y en descomposición.

—Pues ya vimos que tan mal gusto tiene la Alfa esa— Espeto entregándole la copa al castaño.

—Vaya, tienes que tener los colmillos bien puestos para referirte así de la Alfa Rhea—Suelta el híbrido. — Siendo que te puede escuchar.

Ruedo los ojos, estamos en un salón repleto de personas que prácticamente gritan para comunicarse, ni el híbrido con el oído más agudo puede escuchar lo que pasa al otro extremo del lugar.

Ella era una Eckvan, no la Diosa.

—Me importa un carajo que escuche, ella no es mi alfa.

Él hace una mueca de asombro, antes de soltar una risita. Vuelvo mi rostro, para observar a Kassia nuevamente. Ahora, ella y Diana parecen tener una pequeña pelea, que mantiene a mi hermana con una sonrisa.

—Soy Iker—Se presenta.

Lo ignoro.

—Un gusto, soy Anne y ellas son Nara y Denisse— Dice la rubia. —Nara no quiere estar aquí y odia a todos los híbridos y Denisse se quiere acostar con la Alfa Rhea, así que por eso son groseras contigo.

La miro, divertida.

—¡Anne!—La regaña la pelinegra, sonrojada—Eso no se dice en voz alta.

Iker mira a Denisse con un brillo de decepción en sus ojos, porque se nota a leguas que le gustaba.

—¿Eres de la tropa Luna Negra?—Pregunta Anne, viendo el uniforme, él asiente.— Solo había oído leyendas de ustedes; Territorio que pise la Alfa Rhea y su tropa será conquistado y sometido hasta que el último ser vivo se arrodille ante ella. Es una ley.

Bufe.

—Bueno, yo soy el doctor— Dice avergonzado. —No estoy en la acción en sí.

La rubia le sonreí con amabilidad y se acerca él.

—Mi padre también lo es, para los licántropos de mi manada—Suspira.

Alguien se posiciona a su espalda, y nosotras lo vemos más, Anne sigue hablando animadamente con Iker como si solo fueran ellos dos en la fiesta. De un jalón alejo a la pobre rubia del chico antes de que ocurriera una tragedia. Cuando ellos se dan cuenta del hombre detrás, todos hacemos una reverencia.

El príncipe Ignis tiene la cara endurecida y parece que en cualquier momento se le lanza al pobrecillo de Iker.

—Buenas noches, príncipe— Dice el castaño, su rostro se torna pálido y ahora es más notorio que no era de desenvainar la espada, porque retoce como un cachorro asustado.

Ignis lo ignora deliberadamente para mirar a la omega al borde de un ataque.

—¿Eres Anne?—Pregunta roncamente.

La rubia baja la mirada, temblando de miedo.

—Sí, príncipe Ignis.

—Vienes conmigo, ahora— Ordena.

—Pero...—Trato de interferir, pero Ignis me planta una mirada que me paraliza.—Aún no termina la fiesta, príncipe.

El corazón se me estruja al ver lo enojado que él estaba y como eso afectaría su trato con la pobre Anne. Aprieto mis puños de la rabia, si Denisse no me hubiera detenido, aquí mismo armaba una escena.

—No le hará nada, estará bien—Susurra Denisse en un intento de calmarme.

No lo sabía, nadie de nosotras sabía si esta noche seríamos el bocadillo de un híbrido o nos dejarían vivir un día más. Cuando ambos se alejan, yo lo hago de Denisse, justo en el momento donde Dalma va por mí.

En la gran mesa ya no estaba los reyes ni el alfa Stephen, y ya suponía para que me necesitara Dalma. Busco a Diana, y la veo cruzar las puertas junto a su hermana y la mía. Llegó el momento.

—Nara— Me llama Dalma.

Suelto un suspiro para darme fuerzas y me echo a correr. Los grandes y gordos híbridos me sirven para esconderme Dalma, me escabullí hasta la puerta que daba el jardín sin problemas.

Jamás en mi vida he corrido tanto, mis pies duele y el frío de la noche entumece mi cuerpo provocando más tortura, entonces me los quito sin importar lo caro y los lanzo al otro lado de los arbustos, para despistar a Dalma.

Corro hasta la laguna y las risas que se oyen a lo lejos, me detengo a una distancia donde no me vieran, pero me escondo detrás de un arbusto para más precauciones.

—¿Es necesaria la escolta?—Dice Diana. —Como si necesitaras que te cuide esta gorila salvaje.

Rhea se sienta en la banca de piedra cerca del gran árbol y suspira.

—¡Ay, hermanita! He viajado por tres largos días, más te vale ser directa.

—Bien. —Espeta ella de mala gana — Quiero a una doncella, pero mamá se la dará a Alfa Stephen como un regalo...

— Me iré a dormir— Masculla Rhea, levantándose.

Me sorprende lo alta que es y lo pequeña que la princesa parece a su lado, eso me acusa un poco de miedo, ya que Diana y yo éramos casi de la misma estatura.

—Pero, Rhea— Se queja.

—No pienso cumplirte más caprichos— Espeta la alfa.

—Olvidas que por mi capricho ahora tienes a la mejor beta que hayas tenido en tu vida, ¿Cuántas batallas no ha ganado en tu nombre?

—Ahora no soy una gorila salvaje — Dice Kassia.

Rhea suelta a reír.

—Porque ahora le sirves— Insinúa. —Bien, seguiré tu juego, Diana ¿Sabe pelear?

—No, pero es bonita, muy, pero muy bonita—Dijo, con enorme sonrisa—Inspira elegancia, debió ser una omega privilegiada y es culta.

—Ah, quieres a alguien que te enseñe a leer. Ya era hora.

La risa de Kassia me provoca un escalofrío, pero no puedo evitar sonreír con una alegría inexplicable por tener la bendición de oírla nuevamente.

—¡Yo sí sé leer y escribir, imbécil! Y aprendí sola, no con profesores como ustedes—Chilla Diana, pero toma bocanadas de aire para calmarse. —Dale una oportunidad, por favor, vendrá a verte... habla con ella.

Rhea se acomoda nuevamente en la banca.

—Veo que te importa— Menciona, ella asiente de inmediato—Está bien, lo haré... pero sí le das una oportunidad a Kassia.

Diana voltea a ver a mi hermana y luego a Rhea antes de poner sus manos en la cadera con aires desafiantes.

— ¿En qué sentido?

— ¿Un paseo a caballo una vez al día durante un mes?—Le pregunta Rhea a Kassia, ella asiente. —Un paseo, será.

—En diferente caballo—Ordena.

Veo como Kassia niega con la cabeza, sin que Diana lo note.

—Irán en el caballo de Kassia.

—Hecho, pero Kassia no estará contigo mientras hablas con la chica.

—Opino que deberían ir ahora—Dice con burla. —La luna está preciosa.

Mi hermana se acerca a ella, ganándose una mirada de advertencia de parte de la pelirroja menor.

—Espérala—Manda Diana con ferocidad.— No te vayas cuando ya no me veas o iré a despertarte a plena luz del día. Y sabes que lo haré.

—Kassia me dirá si fuiste amable.

Diana y Kassia se alejan hacia los establos. Respiro con profundidad y me levanto de entre los arbustos. Ha llegado la hora.

Sé que ella está escuchando cada paso que doy; sin embargo, lo disimula muy bien, porque mantiene la vista fija en la laguna y no se mueve de su asiento.

No presento una amenaza para ella, aún no.

Dejo de morderme los labios, habito que realizo cada vez que estoy nerviosa desde que tengo memoria; rodeé la banca de piedra a pasos delicados, me posiciono frente a ella y hago una reverencia antes de mirarla.

—Alfa Rhea—Saludo.

Su rostro está iluminado por la luna llena, y puedo ver como sus ojos de diferente color me dan una mirada que va desde mis pies descalzos, el escote de mi vestido hasta mi cabello desordenado.

Está igual a como la recuerdo aquella vez que me perdono la vida, su cabello era rojo como la sangre que derrama en todas sus batallas, largo hasta los hombros, y solo sostiene la mitad de él con una coleta.

Era bien sabido en el reino que ella heredó la belleza de su madre y la fuerza de su padre, pero el carácter, ese sí era totalmente de ella, pero que como todos los Eckvan, poseía uno frío y explosivo.

Portaba el uniforme de su tropa, la más letal, no es completamente de un azul de la noche, tenía detalles en rojo y botones de oro que la distingue de los demás como La Alfa.

—Me llamo Nara, Alfa—Me presento sin prepotencia. —Quería agradecerle por darme una oportunidad.

Asiente vagamente.

—Además de la evidente elegancia...— Dice con sarcasmo, eso me hace fruncir el ceño— ¿Qué más tienes de especial? ¿Qué sabes hacer?

Carraspeo, nerviosa.

—Em... sé hacer estofado— Acaricio mis brazos descubiertos que acusa del frío estaban congelados. Ella alza sus cejas esperando otras cualidades con impaciencia— Toco el arpa y sé leer. Pero aprendo rápido, Alfa, puedo hacer todo lo que usted ordene.

Nuevamente, con sus ojos echa un vistazo largo por cada rincón de mi cuerpo, haciéndome sentir expuesta, aunque con este vestido delgado y escotado, no había diferencia de estar desnuda o no.

— No debiste decir que tengo mal gusto, Nara, porque ahora es un insulto hacia a ti.

Comienzo a enrollar mis dedos en la tela de mi vestido, rápidamente capto de que está hablando y mi respiración empieza a fallar. Diosa, Diosa, Diosa. Estoy muerta.

Intento esbozar una sonrisa, pero me sale una mueca que la desconcierta un poco.

—¿Como, Alfa?—Pregunto en un susurro.

Mi estado la divierte, y me muestra que sí es una sonrisa bonita, aunque esta se burle de mí. Enderezo mi postura y dejo de observarla como tonta, no quiero demostrarme débil ante ella.

—Te escuché—Asegura.—Me llamas alfa, siendo que no me consideras como tal ¿No crees que deberías llamarme Rhea? Me parece menos ofensivo que "La alfa esa".

Diosa luna. Siento que si intento llamarla por su nombre me arrancará la lengua a media palabra. Sin embargo, si me refiero a ella como alfa, está más que claro que me decapitaría. De todos modos, y en pocos segundos, logro tenerme con la espada y la pared.

—Discúlpeme —Digo torpemente, tragándome el poco orgullo que me quedaba —Estoy alterada por las órdenes de su madre, me da asco solo pensar...

—Esa falta de respeto no pienso tolerarla y menos de una omega licántropa, tu destino no es mi problema.

El pánico se apodera de mí cuando se levanta, mi cuerpo reacciona de la peor manera al instante y de su cinturón saco su daga. Tío Nikolas me había enseñado como podía herir de gravedad a un híbrido, pero sé que contra ella no tengo oportunidad.

La empuño con fuerza y ella me mira expectante, no parece enojada, sino curiosa por esta acción. Parece que con ella todo sería un maldito juego. Doy dos pasos atrás, y ella dos hacia adelante.

—Tú nunca serás mi alfa y la única oportunidad que tenías para que yo te respetará un poco la perdiste. Jamás me voy a entregar a alguien que no amo ¡Jamás! ¡Y si me intentas llevar a ese hombre...

—Aún tiene la funda, señorita Nara— Señala.

Observo la daga fugazmente, y efectivamente, tenía el cuero cubriendo el filo. Ella no hace nada para arrebatármela, sino que me incita a quitarle la funda. Lo hago apenas y con toda mi fuerza, no me doy cuenta con la daga es liberada y me hago un pequeño corte en la muñeca de la otra mano.

—Uy, herida y frente a una híbrida— Sus ojos de repente están amarillos por olor a mi sangre. —Qué mal combinación.

Alzo mi brazo, apuntando el filo de su daga a su cuello. Me mantengo firme, y doy pasos lentos hacia un lado, si despegar mi vista de su mirada deseosa de probar mi sangre. Logro estar en la dirección de los establos, tenía quizás diez segundos para correr hacia mi hermana y gritar su nombre.

Así que lanzo la daga directamente a su rostro y hui por quinta vez en el día. No alcanzo a bajar de la colina cuando ella toma mi cintura, y en un abrir y cerrar de ojos me encuentro con la espalda pegada al enorme árbol.

Su amarillo se vuelve más opaco, mostrándome lo enojada que estaba. Y al tener a solo un suspiro, noto que logró esquivar la daga, porque su rostro arrogante e idiota seguía igual, además, sus colmillos habían crecido, listos para morder mi cuello. Pone ambas manos los costados de mi cabeza para que no huya.

—¡Nara Leroy!—Escucho los gritos de Dalma acercarse. —¡Si no sales ahora mismo, me encargaré que seas la puta de todos los alfas en este lugar! ¡Ya me hiciste enojar, niña, es mejor que salgas!

Miro a la híbrida con los ojos llenos de lágrimas. Ya no importa que ella beba de mí, no quiero que nadie que no sea el amor de mi vida me toque de esa manera.

—Por favor—Le rogué en un susurro.

Tuviste piedad de mí en el pasado, hazlo de nuevo, Rhea.

Ella mantiene su expresión fría y sus ojos en los míos. Dalma aparece con dos guardias, los tres se detiene al reconocer a Rhea y hace una reverencia.

—Alfa, discúlpeme si la omega la ha molestado, es nueva y la castigaré con severidad— Asegura Dalma con un nudo en la boca.

— Ahora ella es de mi propiedad, Dalma—Anuncia sin mover un músculo.—Ni un alfa de este castillo la puede tocar.

—Como ordene, Alfa Rhea.

Debo cerrar mis ojos y respirar profundo para calmarme. Al volver a la realidad, Dalma había desaparecido, pero Rhea aún estaba frente a mí.

—Gracias—Murmuro avergonzada. Después de aventarle una daga y decirle que nunca será mi alfa, esperaba todo menos que me dejara vivir.

Se inclina para quedar a mi altura, mi respiración se frena al tener la oportunidad de ver sus detalles de tan cerca. Y a pesar de tener los ojos más peculiares de reino, también eran los más atrayentes que yo he visto. Era casi como si la Diosa Luna no hubiera podido elegir qué color de ojos le quedaba mejor, si los azules de su madre o la miel de su padre, así que le dio ambos para venir a torturar a chicas como yo.

Un arma de doble filo, no era más que eso.

—Quiero que te comportes, nada de escándalos y no le enseñes a mi hermana tus costumbres vulgares—Ordena con frialdad, yo asiento, con poco confusa—Pronto, me pagaras lo que hice hoy, porque me temo que si bebo de ti, con lo enojada que estoy, terminaré cortando ese cuello precioso en dos.

—Haré todo lo que usted me pida— Mentí. Me mira, con aires de advertencia. —Alfa Rhea.

Asiente, sin creerme del todo, y desaparece de mi vista con agilidad, dejándome agitada y sola en la oscuridad. Ahora tenía a dos Eckvan que obedecer, pero mi lealtad estaba con una y mi corazón, él estaba completamente con Kassia y no hallo el momento de poder darle el abrazo que nunca pude darle.

****

Holaaa.

🔮¿Que les esta pareciendo la historia hasta ahora? ¿Qué tal Rhea y Nara😏?

Muchas gracias x leerme <3

Byeee.

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