Acordes menores

By sasofiasedani

358K 14K 7.1K

Se llama Marcos. Se apellida Cooper. Y toca la guitarra. Jude Brown es una estudiante de periodismo, tras un... More

Capitulo 2
Capitulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capítulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39 - Final
Epílogo
Nota;)

Capítulo 1

36.4K 802 156
By sasofiasedani

—¿Podré lograrlo? —Pregunté.

—Sí.

—Suena imposible.

—Tenemos un plan, solo sígueme el juego, ¿entendido?

Era plenamente consciente de lo que estaba por hacer. Necesitaba acercarme a la banda más famosa del momento para entrevistarlos y así tener la oportunidad de ganar un concurso en la universidad de periodismo. En el último año de la universidad, organizaban dos tipos de concursos para los alumnos del mismo año como parte de una colaboración: uno en el primer trimestre y otro en el último. El ganador tendría un rol importante en el periódico, lo cual definiría como una única oportunidad. La parte más desafiante era que el público sería el encargado de elegir al ganador, así que tenía que impresionarlos por encima de todo.

No era fan de esa banda; no los conocía realmente, solo me sonaban de algo porque Irina, mi mejor amiga, no dejaba de hablar de ellos. Sin embargo, ella insistía en que era una buena estrategia y que podrían ayudarme a ganar el concurso. Necesitaba destacar con algo realista y original, y según Irina, todo el mundo habla de la banda. Ella afirmaba que con solo una entrevista de ellos ganaría el concurso.

Sé que es complicado, quizás un poco absurdo y bastante improbable, pero tengo que conseguirlo.

Irina es fan de ellos desde hace meses, sigue cada uno de sus movimientos y está al tanto de todos los detalles. En este momento, nos encontramos en el metro, camino al edificio de una radio donde estarán siendo entrevistados hoy. Según ese, no dejan pasar a cualquiera para conocerlos, a menos que tengas una buena excusa.

Para eso se nos ha ocurrido un plan horrible.

La idea era enviar un paquete de libros a mi nombre para acceder al edificio y lograr nuestros objetivos: ella conocerlos, y yo obtener la entrevista para el concurso de periodismo universitario.

Si hay algo en lo que he logrado convencerme a mí misma con todo esto, es que tengo una gran posibilidad de ganar si logro entrevistarlos. Sin embargo, también me he repetido siempre que nunca se puede confiar plenamente en un músico. Puede que acepten una entrevista y luego las cosas no salgan como esperas.

—¿Sabes quién es quién al menos?—Me preguntó.

—No.

—Vaya, ¿sabes qué rol tiene Nian en la banda?

—¿Ese no es tu favorito? —Le contesté.

—Sí, pero ¿lo sabes?

—No, no tengo ni idea. Solo estoy siguiendo tu consejo porque no tengo nada para mi artículo.

—¿Conoces qué instrumento toca Cooper...?

—¿Quién es Cooper y qué instrumento? —Pregunté, sin poder contener mi curiosidad.

—Es el guitarrista. ¿Y de qué color es el cabello de Chris? —Añadió, con una sonrisa pícara.

—Eso sí lo sé, es rubio. —Respondí.

—Porque es el único rubio de todos. Necesitas más detalles para tu artículo. A las chicas les encantará saber que su guitarrista favorito tiene los ojos azules intensos y una sonrisa que derrite.

—No lo he comprobado, pero si logro hacerlo, lo pondré en el artículo el día de la entrevista.

—Jude, internet está lleno de fotos de ellos; puedes sacarles detalles jugosos de ahí.

—Prefiero confirmarlo en persona.

Ojalá alguien me hubiera dicho que este plan es ridículo, porque no estaría ahí.

—Estoy muy nerviosa, Jude... He esperado mucho por este día. Quería realmente conocerlos.

—Yo no sé si esto funcionará, Irina.

—Tranquila, lo hará... —Me asegura.

Irina es mi mejor amiga, también compartía clases conmigo en la universidad, aparte de la residencia; las dos estudiamos periodismo. A diferencia de mí, ella nunca mostró mucho interés en participar en concursos. Para ella, siempre fue algo sin importancia.

Bajamos del metro a toda velocidad, casi corriendo para asegurarnos de llegar primero. Al salir a la calle, nos encontramos con un mar de gente que se agolpaba en todas direcciones.

Intentamos llegar a la puerta principal y me sorprende la cantidad de personas que rodean el edificio. Los gritos me están dejando prácticamente sorda. Estoy sudando y sintiendo cierto asco; diría que estoy haciendo un esfuerzo enorme para llegar a la entrada. Me asombra la intensidad de los gritos, la euforia y todo el movimiento que hay aquí.

—¿Con toda esta gente que hay, crees que podremos entrar y yo podré conseguir una entrevista con ellos? —Le grité.

Irina me mira con una sonrisa confiada a pesar del caos que nos rodea.

—Nada es imposible; podemos lograrlo porque tenemos el paquete de libros a tu nombre dentro del edificio.

Sigo su mirada y noto una pequeña puerta en un lateral del edificio, apenas visible entre la multitud. Irina aprieta mi mano, y entre empujones y risas, comenzamos a abrirnos paso hacia esa dirección. La gente se agolpa, pero con determinación avanzamos hacia la puerta lateral.

—Mira, perderé el concurso, el paquete y todo.

—Jude, tu paquete está adentro... Tendrás los libros, la entrevista, solo no me pongas más nerviosa.

—Podríamos haberlo planeado de otra manera.

—Es la única opción que tenía en mente para que nos dejen entrar adentro...

—No creo que funcione.

—Si funcionara.

—Mira, esta gente no te dejará entrar, olvídate de esto, ¿sí? —Le dije—Iremos a por mi paquete y luego nos marchamos a la residencia y ya pensaré en otra manera para el concurso, ¿vale?

—No pienso irme sin haberlo intentado todo.

—Es imposible que logre entrevistarlos, olvídate.

—Deja de quejarte y sígueme.

En estos momentos, seguimos intentando hablar con un chico que formaba parte del personal del edificio. Nadie se acerca. Parecemos dos desquiciadas tratando desesperadamente de llamar la atención de los guardias. He perdido la fe: de verdad, parece más fácil sobrevivir a un apocalipsis que enfrentarse a un montón de personas gritonas empujándose al mismo tiempo.

—¡No funciona!—Le grité a Irina, frustrada.

—Jude,.. Me estresa que estés todo el tiempo quejándote, esto es por ti —Me reprocha Irina, con una mirada de determinación.

—Y por ti también, eres la que quiere conocerlos —Respondo.

—Y tú, la que quiere entrevistarlos y ganar un concurso de mierda en la universidad.

—Oh, gracias por llamarlo "mierda" —Ironizó.

—No es momento de discutir... —Concluye, con un suspiro resignado.

Esta vez, algo parece funcionar bien. El guardia, que estaba parado al frente, nos escucha y se acerca, quedándose frente a nosotras. Da hasta miedo. Soy consciente de lo absurda que es nuestra situación y la mirada crítica del guardia sobre nosotras aumenta la presión.

—Perdón —Irina llama su atención—. Mi amiga tiene un paquete dentro de este edificio... ¿Nos dejarías recogerlo?

—¿Un paquete...? —El guardia parece querer reírse.

—Sí, la entrega sería en este edificio —Insiste Irina.

—¿Y es tuya la caja? —Pregunta el guardia con seriedad a Irina.

Irina niega con la cabeza y me mira, porque es mío el paquete de libros.

—No es una caja, es un paquete —Le digo—. Verás, sé que también tienen un servicio de mensajería para paquetes aquí dentro. Tengo justo el comprobante para acceder a él...

—Hoy está todo cerrado, el acceso no es posible.

—Vamos, en mi hoja de confirmación de la venta, dice que es hoy.

—Han cerrado todo por la banda, vuelve mañana.

—No... Mi paquete está dentro, y en el papel asegura que la entrega se haría hoy mismo. No pienso irme y puedo denunciarlos.

—Muéstrame el papel y quizás os deje pasar...

Irina me mira, esperando que saque el móvil y muestre el comprobante. Mientras lo hago, el guardia tiene los ojos puestos en mí, esperando que fuera solo un chiste malo de una fan desquiciada. Pero no lo era. Después de unos minutos de búsqueda, finalmente encuentro el documento y se lo muestro. El guardia examina la hoja y, con cierta renuencia, decide permitirnos la entrada.

Estaba sintiendo que estaba funcionando.

Al cruzar la puerta, la transición del caos exterior al silencio interior es increíble. La calma reina en el vestíbulo. Apreciamos la sencillez del lugar: una recepción, unos sofás a la derecha, un ascensor al lado y escaleras frente a la entrada. El espacio es amplio, creando la sensación de que podríamos perdernos con facilidad. Eche un vistazo a todo el edificio.

No hay rastro de la banda. Mierda.

—Ni siquiera hay recepcionista —Comenté.

—Están en alguna oficina, he calculado que deben estar en la planta dos, es donde normalmente hay radio.

—Me asustas, ¿lo has investigado todo?

—Como buena fan, sí.

—¿En qué momento pensé que esto era una buena idea? —Comenté.

—Ayer te parecía la mejor, así que no te quejes tanto. Tú esperas en recepción hasta que llegue alguien con el paquete, y yo daré una vuelta por el edificio a ver si logro ver algo. Cuando los vea, te enviaré un mensaje y les hablarás de la entrevista...

—No pienso quedarme aquí sola.

—Por favor, mientras tú buscas tu paquete, yo los busco a ellos, para disimularlo...—Me dijo.

Resoplo molesta.

—Vale, pero no tardes en volver, ¿sí? Mantenme informada de todo —Ella asiente con la cabeza—. No quiero venir en busca de ti... Y no hagas nada que pueda perjudicarte, ¿entendido?

—Pareces mi madre, Jude. Deja la amargura; si pasan cosas, serán de todas formas divertidas... —Me dijo con una sonrisa traviesa—. Recuerda que para bajar los malheridos a un corazón hay que sentirse perjudicado en otras situaciones. —Me guiña el ojo.

Ruedo los ojos mientras ella sube por las escaleras, quedándome sola en la recepción. Observo a mi alrededor, y no hay ni rastro de vida. Empiezo a sospechar que no aparecerá nadie, ni con mi paquete, ni con la banda. Hay un cartel en el mostrador que indica que la entrevista de ellos empezó a las 20:00, y eso supuestamente ocurrió hace un cuarto de hora. Estoy muy nerviosa, necesito conseguir hablar con alguien como sea, para el concurso.

—¿Nadie está aquí? —Esa voz repentinamente corta el silencio.

Siento cómo mis pulsaciones se aceleran sin siquiera atreverme a mirarle al rostro.

El pánico estruja mis pulmones. Giro mi rostro, quedándome sin aire y sin poder responder. Era guapo... Joder, lo es. Vuelvo a poner mis ojos encima de la recepción, mientras él me mira, esperando una respuesta. ¿Por qué me siento nerviosa cuando me habla algún desconocido?

—¿Te has quedado muda?

La verdad es que sí.

Humedezco mis labios, mientras él sigue ahí parado, levantando una ceja.

Tiene una voz grave, melosa y algo tensa. Podía sentir su presencia demasiado intensa, tengo el corazón revuelto. Volví a mirarle, y todo lo que pude decir es que pone una cara de curioso, mientras que observa alrededor de la recepción. Resaltan sus ojos azules, su mandíbula marcada y su pelo castaño, haciéndolo ver demasiado diferente al resto de la gente. Podría decir que muy pocas veces en la vida te cruzas con un chico alto, guapo y con unos ojos llamativos como los suyos...

Una extraña sensación de cosquilleo recorre mi cuerpo, más intensa que antes. Es como un impulso, un tirón fuerte lo que me pasa hacia él.

—No hay nadie —Respondí.

—¿Por qué no hay nadie? —Me pregunta.

No quería voltearme hacia él, pero terminé haciéndolo. Lleva una camiseta blanca que resalta su tono de piel bronceado, haciéndolo ver aún más atractivo. Se le marcan los brazos, delineados y musculosos, y en uno de ellos tiene tatuajes que llaman mi atención. ¿Por qué me fijé en estos detalles aparentemente absurdos? Hay miles de chicos con tatuajes y que llevan camisetas blancas, lo cierto era que ninguno igual que él.

—No lo sé, estoy esperando, pero creo que hoy están de luto todos —Digo, mientras juego con mis manos.

Tampoco había necesidad de tantas explicaciones, solo decir que no tenía idea de dónde estaba todo el mundo. Casi me dan tres paros cardíacos cuando me doy cuenta de que me está mirando de perfil, inclinado hacia el mostrador.

—¿Hay algún problema...? —Le pregunté

—Bastantes, parece que somos los dos únicos, elegidos para estar aquí esperando... —Me dijo.

—¿Vienes por una recogida?

—¿Hacen ese tipo de cosas aquí...? —Parece no entender nada.

—Pues creo que sí. —Respondí con una leve sonrisa.

Mierda. Lo volví a observar... Es él. Es exactamente igual que el del cartel y el que tantas veces he visto en el teléfono de Irina. Sus ojos, sus rasgos y, sobre todo, la guitarra que llevaba encima lo identificaban más. No sé su nombre, por mucho que Irina me lo haya nombrado bastantes veces seguidas. Pero lo que tenía seguro, era que formaba parte de la banda.

Esto es perfecto.

No tengo idea de qué está pasando... Quiero pensar que es solo casualidad, pero a veces la vida te pone a las personas exactas frente a ti. Había sido ignorante, pero ahora entiendo por qué todas las personas están locas por ellos. No son demasiado famosos, pero podrían serlo con solo tener a ese chico como guitarrista. No podía dejar de tener algunos leves cosquilleos de nervios.

Tragué saliva, intentando recuperar mi compostura, pero mis mejillas ardían.

—¿Intentas descifrar quien soy?—Me preguntó

—Bueno, yo...—Joder no puedo contestar.

—¿Cómo te llamas...?

Parpadeé dos veces algo sorprendida y pérdida. Espera, ¿Acaba de preguntar por mi nombre?

Si Jude, lo acaba de hacer.

—Jude, ¿y tú?—contesté.

—¿No sabes cómo me llamo?

—No, pero sé que formas parte de una banda —Dije.

—Que bien, sabes que toco en una banda, pero no sabes ni mi nombre—Respondió con una sonrisa picarona—¿Eso es lo típico que dicen todos, Jude? Que no conocen nombres.

Entendí enseguida que fue un error decirle mi nombre. Suena demasiado atractivo salir de su boca. Joder, su voz le da un toque atractivo que no esperaba.

—¡No! Realmente no lo hago, no tengo idea de cómo te llamas, pero... Tienes cara de ser, Elling —Dije —O, Hugo, ese es un buen nombre ¿No? —Levantó una ceja —Vale, podrías llamarte Logan...

—¡No has dado ni una! —Contesta.

—Entonces, tienes cara de chico sin nombre.

—Normalmente, las personas tienen nombre —Dijo.

—Pues parece que tú no.

—Soy Marcos Cooper, pero para los demás soy Cooper —Me dijo —Así que no lo sabías, es curioso.

—No todo el mundo conoce tu banda—mierda.

—Pero tú si la conoces, ¿no?

—No... No conozco mucho tu banda, se lo mínimo de ella.

—Hemos pasado de no saber nada a saber lo mínimo.

—Ahora se que te llamas Cooper—Conteste atropelladamente.

—¿Lo haces, Jude...?

—Sí, lo hago Cooper.

—Dije Cooper para los demás, pero tú puedes llamarme Marcos.

Está claro que ese nombre lo había escuchado hace un buen rato porque Irina me lo mencionó, pero jamás le había prestado tanta atención como ahora.

Bonito Marcos Cooper, que me hace olvidar las razones por las que estoy allí.

—¿En qué estaban pensando tus padres cuando te pusieron Marcos Cooper...? Quiero decir, tienes nombre de artista... Parece que lo planearon toda su vida.

Joder, debería de dejar de hacer este tipo de comentarios. Parezco tonta.

—Seguro que pensaron en demasiadas cosas, ¿los tuyos no se lo pensaron mucho, no?

—No lo sé.

El mostrador parece acogedor, al final lo del paquete se está quedando en el olvido y la entrevista, lo mismo. Siguen sin venir los que trabajan ahí. Y tampoco hay señales de Irina por ningún lado. Seguro que los ha encontrado y estará metida en alguna movida. Necesito aprovechar esta oportunidad. Pero me enredo en miles de palabras cada vez que intento hablar.

Sabía que tenía una debilidad por los guitarristas, pero no tanto como ahora.

—¿Cómo decías que era lo del paquete?—Pregunto

—Bueno, en realidad es una recogida de libros, pero creo que fue un error haberlos pedido... Porque, ya sabes, los compré como una excusa para entrar aquí y...

—¿No vas a terminar tu frase...?

—Ha sido una mala idea.

—Yo pienso que es un acierto, así empiezan las cosas...

—¿Qué cosas?

—Estás.

—¿No tenías una entrevista? —Pregunté, cambiando de tema.

—Vaya, lo de no saber ni mi nombre, y saber lo mínimo ha quedado en... ¿No tenías una entrevista...?

Me sonrojo. Soy un completo desastre, pero sinceramente, no me importa. Él tiene una entrevista programada y yo, sin embargo, siento que soy un completo fracaso en este intento.

—¡Cooper! ¿Dónde cojones estabas...? —Grita alguien por detrás.

Me doy la vuelta y observó a una chica rubia con un traje, lo cual me hace suponer que es la manager. Marcos se acerca a ella, manteniendo una cierta distancia, y aprovechó la oportunidad para escuchar un poco de su conversación. Esto me será útil para idear la mejor manera de acercarme a ellos.

—He tenido problemas en la habitación —Le dijo—, ¿Dónde están los chicos...?

—Esperando por ti... —Le responde

—Y yo esperaba por ellos...

—¡Date prisa! Te están esperando para empezar.

Y él me vuelve a mirar, me sonríe y se acerca un momento a donde me encontraba. Parecía querer decirme algo, pero mi corazón no está para soportar lo muy cerca que se encuentra de mí.

Jude, la entrevistas coméntaselo.

No puedo.

—Ven a vernos, esta noche. Tocamos en el camping, es un lugar donde solemos tocar.

—¿Pero yo...?

Había un papelito pequeño de información del edificio y junto a un boli. En un milésimo de segundo, lo coge, lo voltea dejándolo en blanco empieza a notar una dirección. No puedo hablar, estoy temblando de nervios.

—¿Qué pasa si...?

—Es un placer Jude y dale las gracias a tus pedidos...

Me entrega la pequeña nota sin decirme nada más, y me quedo mirando lo que él apuntó. Observó cómo se aleja junto a la mánager. Suelto una sonrisa tonta, de esas que no debería mostrar, porque luego terminan siendo un desastre. Mierda, ¿qué acabo de hacer? ¿He perdido mi oportunidad? ¿Qué demonios he hecho?. He esperado días para esto y ahora acabo de joderlo. Me he puesto demasiado nerviosa y se me ha olvidado por completo la razón por la cual estoy ahí. ¿Marcos...? Espera, ¿Marcos Cooper me ha invitado esta noche a un concierto de su banda?

Sí.

No era eso lo que quería. Dios mío, acabo de arruinarlo todo. Esto no estaba en mis planes y no esperaba esto. Solo quería pedirle una entrevista junto a su banda para el concurso, no un concierto. Mierda, no tengo más planes de este tipo y, Irina me va a matar cuando se lo cuente.

Quince minutos es lo que tardó en llegar alguien a recepción. Me desesperé tanto que estaba por irme y dejar ahí a Irina sola en él edificó. Le doy la verificación a la chica, y de pronto me dio lo que era mío. Recogí el paquete de libros y me senté en el sofá... Se me cruzan miles de ideas por la cabeza estúpidas, podría subir y pedirle ayuda, o quizás esperar hasta que salgan, pero eso ya es demasiado. Acabo de joderme yo misma.

Solo puedo decir que acabo de perder una de las grandes oportunidades en mi cara.

Notas:

Holaaa... Por favor, la trama no empieza en un concierto... Ni nada parecido, y es totalmente distinto todo a lo que podéis llegar a imaginar. Darle una oportunidad porque nada es lo que parece, y recordar que Jude es periodista (estudiante) y que todo gira por ello... Gracias!!! y disfrutar<333

Continue Reading

You'll Also Like

126K 8.3K 50
(Actualizando) Lucero, la bonita castaña llena de pecas y sueños. Con mariposas azules revoloteándole y recordándole a una de sus personas favoritas...
1K 106 6
Divide los sentimientos, uno en maldad y otro en amor.
5.1M 445K 82
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...
81.1K 5.7K 48
La Tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que pasa, de aquel que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere...nada es prefecto. El Cielo e...