Acababa de subir unos videos a la pagina, mi saldo en el banco subía, y yo estaba en mi cama.
Como era de costumbre traía unas pequeñas bragas rojas, no traía sostén y tenía el cabello suelto, tenía uñas nuevas largas color negro, pestañas, labios. Era feliz.
Escuché una voz masculina hablar con mi mamá pero mi habitación saturaba todo tipo de ruido, era obvio el por qué.
Tomaba unas fotos a mi cuerpo para subirlas después, y cuando menos lo esperé Christopher entraba por mi puerta. ¡Vélez!
Christopher se enrojeció de inmediato y cerró la puerta.
—¡Que hago porno Dios mio! Pasa.
Christopher entró con los ojos cerrados y cerró la puerta.
—Discúlpame por entrar así, segundo, puedes taparte un poco?
—No, es decir, tú ya me conoces, internet me conoce, da igual. —Me senté en mi cama y Christopher se destapó.
— Lo lamento, si quieres me voy —Dijo y dio un paso atrás.
—Que quieres?
—Quería hablar contigo sobre lo de la boda de Erik, y devolverte tu collar que me pediste que te guardara.
Puso mi collar en una mesita.
—Chris, no hay mucho de que hablar, te agradezco por lo del collar, pero que debes decirme?
—Uno, Valeria es una niña ardida que en cualquier momento lo dirá por ira hacia nosotros. Ni siquiera se sabe que estuvimos juntos Nathalie, y mi padre mi matará donde haya una noticia así sin que yo le haya dicho. Estoy preocupado.
—Ho, se me olvidaba eso... Christopher no se que tan bien visto esté que estés conmigo, es decir tus papás son conservadores y yo no soy precisamente muy... apta.
—Mis padres te adoran Nathalie, y saben lo qué haces y no les interesa, dime si continuamos con esto o seguimos. Pone en juego mi empresa. ¡Y por favor tápate que se me levanta inconscientemente!
Me reí y me negué.
—Seguiremos por tu empresa, pero no quiere decir que haya algo de por medio más allá de eso, después miraremos los detalles. Ahora ven, se que quieres venir.
—Ho claro que quiero —Dijo y se acercó a mi, me levantó de la cama y me besó.
Llevo una mano hasta mi trasero y sonrió mientras acariciaba.
Me alzó y me dejó en la cama, bajaba hasta mis pechos, y por último llegó a mi feminidad.
Christopher corrió mi braga y hundió su cabeza, succionaba y con su lengua hacha movimientos rápidos en mi clitoris. Olvidaba esta hermosa sensación.
Dos minutos después me volteó poniéndome de perrito, bajando mi pecho hasta la cama y solo dejando mi culo arriba.
Sacó su miembro y acarició levemente. De una sola estocada entró en mi, un gemido se salió de mi boca y me preguntó si estaba bien, yo asentí.
Tomó mi cabello y empezó a moverse rápido y fuerte, los sonidos del choque de la piel eran fuertísimos, mis gemidos y los de Christopher se oían en toda la habitación.
Me puso en la cama, se hizo arriba y siguió igual, así en varias posiciones, como la de acostados en cucharita, meter los dedos en mi boca y penetrar por atrás.
No podía con tanta satisfacción, y el dolor que causaba me excitaba el doble.
Unas posiciones más Christopher se vino en mi cara, y yo me vine en su boca.
No recordaba lo increíble que era esta situación, pero cuando Christopher estaba tirando su leche en mi cara Valeria abrió la puerta, nos vio en esta escena pues estábamos frente a la puerta. Cuando la vi lo único que pude hacer fue probar de su semen poniéndolo en mi dedo y llevándolo hasta mi boca. Valeria se molestó tanto que cerró la puerta durísimo.
—Te ves tan sexy ahí arrodillada. —Dijo y tomó mi cara con su mano, mejillas para ser específica. —Se que extrañabas mi polla Nathalie
Me cacheteo muy despacio, me pegó en los labios con su miembro y lo guardó.