Cuando todo termine

By karin331912

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No fue mi error conocerte. No fue mi error confiar en ti. Mi error fue no decirte que lo que hacías estaba ma... More

Dedicatoria
Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Epílogo
Nota del autor

Capitulo 17

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By karin331912

En ese momento, bajo la lluvia, descubrí la fragilidad de un corazón. La brutalidad con la que podía romperse. Lo sentí bajo la piel y allí
permaneció.

La fragilidad de un corazón bajo la lluvia/María Martínez.

Últimamente el clima había cambiado mucho, el cielo mostraba que muy pronto llegaría la lluvia.

-Por fin un poco de lluvia, ojalá y se de prisa.

-Para que después te pongas a saltar el los charcos, como siempre lo haces Karely.

-No soy la única, tu también lo haces.

-Si usted lo dice.

-Si, además aun eres una niña que se pone a jugar, en el agua ¿Te acuerdas cuándo tiramos a Oscár en la piscina?

-Si me acuerdo, ese día se graduaba del colé.

-Y llego tarde, por que su uniforme estaba mojado.

-Si y cuando llego, te tiro en la piscina.

-Ya callate.

-Y mas tarde te hecho una lagartija en la mochila.

-Los dos son igual de testarudos.

-Aaa oh la vez, que le dijo a Henry que según tu, el era el amor de tu vida, lo invito a casa, te encerró a ti y a él en su cuarto, parecías inocente al entrar pero cuando saliste parecía que lo habías hecho un millón de veces.

-Ooo no me lo recuerdes.

-Y desde ahí empezaste con tu vida amorosa.

-Ya callate.

-No.

-Por favor, ni que tu no lo hicieras.

-Yo no hago eso.

-Pobre de Edwin, ya estará en su octava semana, soportando el dolo...

-Ya callate

-Si no quiero ¿Que? ¿Me vas a matar?

-Yo no hay dicho eso.

-Claro que si, aún recuerdo esa vez que intentaste ahogar a Oscár en un balde de agua.

-Se lo merecía.

-No quiero ni imaginar lo que le haces a Edwin cuando se pelean.

-Di lo que quieras.

-Si digo lo que quiero, por que se me da la regalada gana.

-¿Otra vez te peleaste con Charles? Por eso me gritas.

-Mas o menos.

-¿Y eso?

-Pues no mas.

-La gente no se pelea, nada mas por que si.

-Ahora me vas a dar consejos matrimoniales.

-Por favor, si aun no te ha pedido matrimonio ¿O si? Además aun sois unos críos.

-No, él tienen diecinueve y yo dieciocho, igual que tu.

Diecinueve años tienen Charles y Edwin. Esto no me cuadra, tal vez hay algo ahí.

-Keyla ¿Estas bien?

-Si, es decir, no.

-¿Que pasa?

-Es que Edwin, también tiene esa misma edad y...

-Y si ellos la tienen. Josh igual.

-Así es.

-Que raro.

-Mur raro.

-Esto no esta bien, Keyla algo paso ahí, esto no pasa o tal vez si, no lo se.

-Lo se, se me hace raro.

-Además Lewis, parece igual a ellos, es decir, tienen la misma edad.

-Pero, no creo que hayan reprobado.

-Según Charles, ellos habían estado ocupando los tres mejores promedios, solo peleaba entre ellos, hasta que apareciste tu.

-¿Y si no es eso?

-Se metieron en problemas.

-Pero no creó los tres parecen tranquilos.

-Keyla, las apariencias engañan.

¿Que quería decir con eso? Que Edwin no es lo que yo imagino, él chico dulce, tranquilo, la conversación que tuve con Lewis empieza a dar vueltas por mí cabeza ¿Y si eso es verdad? Si él es tan peligroso, sus miradas llenas de lujuria, de deseo por mi, la forma en que puedo derretirme con tan sólo tocarme, las miradas que les lanzaba a los chicos que intentaban acercarse a mi, lo enojado y furioso que se pone, cuando me ve hablar con Lewis, la forma en que lo odian los chicos del instituto, y no pueden hacer nada, por que en un momento dejarían de respirar; su cuerpo musculoso, las marcas que tiene en las manos, eso no lo consiguen así no mas, digo por que las he visto en mi hermano Oscár ya que el practicaba el boxeo. Los tatuajes, las carreras, su forma de tocarme, la forme en que me dice las palabras. Es como si fuera, no se, pero algo había aquí, algo que no me cuadraba ¿Y si lo que me dice es mentira?

Las frases que me hacían subir al sexto cielo, la forma en que hacía las cosas, es decir, la forma en que me da a placer con solo acariciarme, eso no lo hacia cualquiera, es como si tuviera práctica, práctica de verdad ¿Y las carreras? Bien estaba claro, Edwin no necesita dinero, su padre es millonario ¿Entonces para que lo quiere? Mi mente logra procesar lo que tanto pensaba, él solo lo usaría para una cosa...

Drogarse.

¿Pero, por que lo haría? Tiene a sus padres, padre, ya que su madre aun no lo he visto, pero y si se droga, no no lo creó, yo que sepa, no muestra una señal, digo por que yo las he visto, en mi Padre, al igual que en Oscár.

No, no, no, esto va ser mas difícil de explicar, sera horrible verlo enojado, me da miedo, pero ¿Por que le tengo miedo? ¿Y si el es malo?

Joder su vida es un acertijo.

¿Por que a mi?

-Keyla, deja de pensar.

-Lo siento Karely, mejor ya me voy o llegaré tarde a clase.

-Okey, te veo luego.

Me monto en el auto.

-¡Estupida solo faltan cinco minutos! -me grito arrancando el motor.

Manejo hecha una furia, si algo odio es llegar tarde, voy a una velocidad que haría que me obligaran a pagar una multa, aunque me importa un bledo, tengo dinero de sobra, para pagar las multas que quisiese.

Pero me jugaría la vida en ello, se supone que al haber cumplido dieciocho años ya era libre de gastarlo a mi gusto, pero no, Oscár le pidió a mi padre que eso lo hiciese hasta los veintiuno, para ese entonces ya estaría muerta.

Aparcó el coche, y corro por el pasillo, es un alivio al entrar al salón de clases y que casi nadie este, me siento al lado de Charles, se ve guapo con los lentes, y en especial cuando su mirada esta atenta al libro.

Su actual lectura es Irresistible propuesta de Joana Marcus. Libro que he leído un millón de veces.

-Hola Charles.

-Hola Keyla.

-¿Y los demás?

-Ni idea.

Vuelve a su lectura, mientras tanto reviso los apuntes, desvío mi mirada hacía la puerta, la maestra Violet entra con esa sonrisa que me dan ganas de vomitar, seguida de ella viene Edwin con una gran sonrisa, justo cuando me ve, su sonrisa se borra de golpe ¿Y ahora que hizo? Me giro y veo a Charles, crucificándolo con la mirada, nunca lo había visto así, enojado, da miedo.

Todos ocupan asiento, y para desgracia mía, la primera clase, la dará la zorra que tengo enfrente.

Si te detienes a verlo, lo que sientes son celos.

Me da igual, salgo del salón cansada de tener que estudiar, Josh y Charles se notaron muy raros con Edwin, incluso ni le hablaron en todo el día, y sino lo niego yo forme parte de su club.

Edwin me alcanza, antes de que empiece a hablar, Josh y Charles me toman de los brazos y me sacan de ahí.

-¿Que pasa?

-Ni se te ocurra hablar con él.

-¿Por que no Josh?

-¿Que no entiendes Keyla?

-¿Que no entiendo?

-Olvidalo -responden a una sola voz.

-¿Vienés en coche?

-Si Charles.

-Bien ¿Me llevas a ver a Karely?

-Pues ya que.

-¿Vienes Josh?

-No, pero los veo mañana

-Esta bien Josh.

Me da un abrazo, mira a Charles, él asiente y se va ¿Como es que pueden hablarse solo con mirarse?

Arranco el motor dirigiéndome a casa.

Charles parece estar sumido en sus pensamientos ¿Que estará rodando por su mente?

-¿Estas bien Charles?

-Si Keyla estoy bien.

-¿Que pasa?

-¿Por que lo preguntas?

-Has estado muy raro hoy.

-Ni yo lo se.

-¿Te puedo hacer una pregunta?./

-Si es sobre Edwin no.

Joder esto me esta volviendo loca ¿Por que siempre evitan preguntas sobre Edwin? ¿Y si Karely tiene razón? Bien hoy me di cuenta de algo, Charles lo miro horrible que incluso a mi me dio miedo.

-Bien llegamos.

Aparcó el coche, salimos, entramos a casa y Karely se le lanza a Charles, los dejo metiéndome a mi habitación.

-¿Que tal la escuela?

-Mas o menos.

-¿Y eso?

-¿Que haces aquí Oscár? Si bien me acuerdo dijiste que jamas entrarías a mi cuarto por que era cursi.

-Y me equivoqué.

Me siento a su lado en el pequeño sofá, donde podemos ver al exterior desde la ventana.

-¿Que tienes?

-Mmm yo nada, estoy bien Keylita.

-No me gusta que me llames así.

-Si quiero, que aun eres una niña.

-Si papá.

-Ven.

Me sienta en su regazo rodeándome con sus brazos, con solo ese gesto, me hace sentir que siempre me va a cuidar, no dejara que me pase algo malo, sus brazos son un escondite para mi, me dicen que ahí no me pasara nada malo.

-¿Y tu que tienes?

-Mmm nada -aunque mi voz dice que algo va mal.

-Nena sabes que puedes confiar en mi.

-Lo se.

-¿Que tienes bebé?

-Es que...

-Es sobre Edwin.

-Si lo es.

-¿Te hizo algo malo?

-No, lo que pasa... Es que ha estado muy raro, estos últimos días.

-Si.

-Y me di cuenta, que él y Charles tienen la misma edad.

-¿Pues cuantos tienen?

-Diecinueve años.

-No se supone que ya estarían en la universidad.

-Si lo se.

-¿Le has preguntado?

-Si lo he intentado.

-¿Y?

-Siempre evita esas preguntas.

Por que si le digo que me grita cuando le preguntó sobre él, apuesto a que saldrá por la ventana, para darle una paliza.

-Tal vez necesite tiempo. Le has hablado de ti.

-No, no lo he hecho, aunque él también quiere saber sobre mi, tiene una duda desde que me vio la cicatriz de la espalda.

Estúpida que has hecho.

-¿Que? Keyla no me digas que ya has empezado tu vida sexual.

-No, no dije eso, además él no me presiona.

-No pues ten cuidado, por que donde me entere que eres madre lo obligare a casarse contigo.

-Que posesivo eres.

-No me importa.

-Claro nunca te ha importado.

-Hablando de eso ¿Ya has decidido que carrera vas a estudiar?

-Ingeniería en mecatronica.

-No ¿Otra cosa?

-No, esa quiero.

-No, esa no.

-¿Por que no?

-Por que dije que no, no es no ¿Captas mi idea?

-Si mecatronica no, entonces mecánica.

-No, ni de coña.

-¿Entonces?

-Filología inglesa.

-No, eso no, ni loca.

-¿Pero si te gusta leer?

-Una cosa es que me guste leer y otra es estudiar filología.

-¿Pero de que te sirve estudiar mecatronica?

-Es de lo mejor, además casi nadie estudia eso.

-¿Por que mejor no estudias Administración?

-No quisiste estudiar eso, y quieres que yo estudie, por favor.

-Asi ayudaras a Papá con la empresa.

-¿Que tal astronauta?

-No eso tampoco, estoy seguro que te montas en un cohete y ya no regresas.

-Ay entonces nada.

-Vamos hija tiene que haber algo.

-Ingeniería en Mecatronica.

-¿De verdad quieres esa?

-Si.

-Va tu ganas.

-Te quiero.

-Y yo a ti.

Le rodeo el cuello con uno de mis brazos. mientras que con el otro despeino su cabello.

-¿Sabes que odio eso Keylita?

-Ya lo se Oscár.

-¿Te digo algo?

-¿Que?

-No mejor no.

-¿Por que?

-Te vas a burlar de mi.

-No es cierto, dime.

-Emily ¿Quiere que adoptemos un gato?

-En serio.

Contesto evitando reírme de él, ya que aun no logro olvidar lo que paso con Timy. Un gato negro que Oscár adoptó cuando tenia veinte años.

-Ya ves te dije que te ibas a burlar.

-¿Y que le dijiste?

-Que no.

-Por que tenias miedo que le pasara, lo mismo que le paso a Timy.

-No es cierto.

-Claro que si, aun recuerdo que decidiste adoptarlo solo para saber si serias un buen papá, cuando me tenias a mi.

-Y no me arrepiento.

-Si claro ¿Y si lo vas a adoptar?

-Tal vez, no se.

-Procura cuidarlo bien.

-Si, Keylita.

-Por que si no cuidas bien a un gato, no sabrás cuidar un bebé.

-Claro que si, llevo cuidándote nueve años.

-¿Y me vas a seguir cuidando? ¿Verdad que si Oscár?

-Si mi niña traviesa, siempre voy a cuidar de ti.

←★♥∞♥★→

Como siempre pasa, leo un libro, eso me saca del aburrimiento. El perfume del rey de Karine Bernal Lobo.

Sabían que leer un libro te ayuda a saber expresarte de una manera mas clara, a ver mejor la vida, incluso a solucionar tus problemas, mi psicóloga me lo dije, hace años y aun no se me olvida.

Lo mejor para encontrarle el sentido a la vida, es un libro, música y un buen café, hay historias que te hacen reír, llorar, entre otros, por ejemplo; Eternamente fugaces es un libro hermoso, aunque actualmente solo esta en Wattpad.

El aire entra con fuerza desde la ventana que esta abierta, las cortinas se mueven de un lado a otro, el aire las hace danzar, las palmeras se mueven danzando al ritmo del viento, el cielo esta nublado, aunque aun no ha caído una gota de agua.

Aun recuerdo a mi hermano Iker, y yo que solíamos escaparnos para ir a correr entre la lluvia, lo que significaba arriesgarnos a un resfriado, que nos obligaba a quedarnos en casa durante una semana.

Oigo un ruido, que viene de fuera, lo puedo escuchar ya que la ventana esta abierta.

Seguramente sera Lionel, el solía entrar por la ventana, y no por la puerta, pero no creo él esta en México.

Me asomo, veo el cabello castaño peinado como si fuera un libro abierto, eso le pertenece a Edwin, sólo a él. Levanta la mirada, encuentra la mía, como mi rubor me hace arder las mejillas, habló.

-¿Que haces ahí colgado?

-Vine a verte.

-¿Y no podía ser otro día?

-No.

Se acerca a mi ventana sube, y entra a mi habitación.

-¿Que hacés Sandy?

-Leyendo Pecas.

-¿Digital?

-¿Que tiene de malo?

-Teniendo dinero.

-¿Y que? Además no puedo comprar más libros hasta que haya terminado de leer todos los que tengo.

-¿Y por que no los terminas?

-Por que los deje en mi casa, en México, ni siquiera me dio tiempo de sacar algunas cosas.

-¿Como que?

-Ropa, e...

-¿Ropa? Si tienes un montón en tu closet y quieres más.

-Si además, no toda es para que si.

-Joder desde cuando una mujer necesita ropa.

-¿Y que tu no usas?

-Si, pero yo solo necesito cinco camisas, tres pantalones, cinco corbatas, dos bermudas, tres playeras y seis sudaderas.

-¿Y lo demás?

-No hace falta.

-Joder no me digas eso, además tu tienes un armario entero.

-Pero no toda la uso. De todos modos ¿Que tiene de malo?

-¿Que tiene de malo?

-Dejalo, no quiero pelearme por culpa de la ropa.

-Claro, como no.

-¿Que vas a hacer?

-Muchas cosas ¿Por que?

-¿Vienes conmigo?

-¿A donde?

-A comer helado.

-¿Has visto el clima?

-Si, pero no digas que no,¿Te acuerdas del berrinche que me hiciste por un helado? Estábamos en diciembre.

-Si me acuerdo.

-Bien te espero a fuera.

Sale de mi habitación a través de la ventana.

Me pongo unos tenis blancos y salgo de casa, me lo encuentro con las manos en los bolsillos, me ofrece su mano, caminamos sin decir palabra alguna.

Podía oír los truenos del cielo, pero ni siquiera una gota de agua, hacia un poco de frío, ahora me arrepentía de no haber tomado mi abrigo, y aunque tenía la sudadera sentía que el aire ma atravesaba, mi mirada cayo en Edwin tenia la nariz roja, aunque su mano estaba tan cálida, al igual que su aroma viril, lo miraba como una boba, este hombre era tan guapo que si no lo niego, todas las chicas se volteaban a admirarlo, su cuerpo era musculoso, fuerte, pero su cara decía lo contrario, mostraba ser un chico de doce años, al igual que su voz, no era como la de algunos chicos esos que tenían la voz tan grave, bueno él la tenia, pero no del todo, su voz era melodía para mis oídos.

-Si sigues mirándome así, te vas a caer, y no pienso hacerme cargo de lo que te pase.

-Si papí Pecas.

Lo suelto y camino solita por la banqueta.

-¿Estas enojada Sandy?

-¿Por que lo estaría Pecas?

-No me has hablado desde hace tres días.

Tenia razón, pero se lo merecía.

-En serio, no me acuerdo.

No te hagas tonta.

-¿Que hice? -me toma por el brazo, me acercándome a él, con su mirada en la mía.

-No has hecho nada.

-Arzul dime ¿Te he hecho dañó?

Lo mire a los ojos habían perdido el brillo que tenia hace unos segundos.

Negué.

-Entonces ¿Que tienes?

-Nada.

-Arzul ya di...

-No tengo nada estoy bien.

-¿Que te dijo Josh?

-Nada, no me ha dicho nada.

-Arzul no me mientas.

-¿Por eso me pediste salir de casa? ¿Para sacar tu frustración conmigo?

-Yo no he dicho eso.

-Claro que si, siempre lo haces.

Mis ojos se habían cristalizado, y las primeras gotas recorrían mis mejillas.

-¿Por que no me dices que tienes? ¿Por que no me cuentas de ti? ¿Por que cuando te hago una pregunta sobre ti, te cierras? ¿No confías en mi?

-Claro que confió en ti, mas de lo que debería, pero no puedo decir nada, por que no quiero hacerte daño, no quiero que te vayas, por que alguien ya lo hizo, y no quiero volver a vivirlo, tengo miedo de que me vuelvan a hacer lo mismo.

-Yo jamas te haría daño Pecas.

-Lo se.

Y entonces la lluvia comenzó a caer con fuerza, que dolía es como si me botaran piedras.

Edwin me tomo de la mano y empezamos a correr, ni siquiera sabia por donde íbamos, deje que me guiará, me deje llevar por él, como en el principio.

Estaba chorreando de agua, parecía un pollo chupado o ratas mojadas, el cansancio llego y tuve que detenerme, el corazón me latía con fuerza, las costillas me dolían horrible, Edwin al notar que no lo seguía, se giró y se acerco a mi.

-¿Que pasa?

-Ya me canse.

-Vamos falta poco.

Mire sus labios rojos, parecía que se los pintaba, pero no así eran de ese tono rojo cereza.

-¿Me das un beso?

Quería hacerlo, pero no podía era tan alto que ni de puntillas alcanzaba sus labios, que eran atractivos y carnosos.

Se acerco a mi y sello mis labios con los de él, con tan solo besarlo me derretía en él, él podía tener el control sobre mi, y yo sólo podía dejarme llevar, su beso se hizo intenso, olvide que aun llovía con fuerza, solo eramos él y yo, metió su lengua en mi boca torturándome por completo, lo abraze por el cuello, enrede mis manos en su cabello, mientras él acariciaba mi espalda.

Podía sentir el deseo que surgía dentro de él, deseo de mi, y yo sólo podía dejar que me besara con esa intensidad.

Y entonces quien iba a pensar que yo también estaba teniendo un beso bajo la lluvia, un beso tan intenso lleno de deseo.

Él era esa paz en medio de la tormenta, mi sol, y yo su verano, ese sol, que sale de en medio de mi tormenta del dolor, la lluvia que refresca mi ser.

Se separo de mi, mi corazón latía a mil por hora, nuestras respiraciones agitadas, lo mire a los ojos, querían mas y yo también.

-Ahora si vamos a casa.

-¿Me cargas?

-Esta bien.

Se puso de espaldas, brinque rodeó mis brazos en su cuello, mis piernas su cintura, él tomo mis piernas, aun llovía así que tardamos un poquito en llegar a mi casa.

Me baje.

-¿Quieres entrar?

-Estoy chorreando de agua.

-No importa.

Lo metí a casa, lo lleve a mi habitación, prendí la luz, cerré la ventana.

-Deberias darte una ducha.

-Esta bien.

Le di una toalla, se metió al cuarto de baño, me di una ducha en el baño de invitados, me puse mi pijama, unos pantaloncillos de algodón, y un suéter que tenia un gorro con orejitas, volví a la habitación.

Entre, mi rubor se encendió al verlo con solo una toalla enredada en la cintura.

-Lo siento pero mi ropa esta mojada.

-Lo se.

-¿Me prestas tu pantalón?

-No creo que te quede.

-Claro que si.

Abrí el closet, busque algo que le quedara, sólo tenia unas bermudas negras, que me quedaban grandes.

-Solo tengo esto.

-No importa.

Las tomo, ahí donde estaba dejo caer la toalla, mientras se ponía las bermudas y yo no pude controlar mi rubor me quemaban las mejillas.

Me metí en la cama, él hizo lo mismo, se acostó a mi lado, me acercó a él, acerque mi cabeza a su pecho podía sentir el latido de su corazón. Las palabras que me dijo hace una hora empezaron a dar vuelta en mí cabeza, en especial lo que me dijo, eso de que tenia miedo que le volvieran a hacer daño, pero quien sería y sin contenerme.

-¿Quien te hizo daño Pecas? -mi voz era un susurro, aunque pareció escuchar por que se tenso al instante.

-No quiero hablar de eso.

-¿Por que no?

-No quiero.

-¿No confías en mi?

-Lo hago.

-¿Entonces?

Y si eso era, la razón por la que Lewis me dijo que él no era lo que aparentaba, y si esa era la razón por la que se cerraba, y no decía la verdad.

-¿Y tu por que tienes en la espalda esa cicatriz?

Mi infancia comenzó a dar vueltas sobre mi cabeza, quería contarle, pero si lo hacia me rechazaría, aun recuerdo esas palabras.

Vamos Keyla deja de intentar ser una persona buena, no eres mas que una equivocación, si yo que soy tu padre no te quiero ¿Crees que alguien mas lo hará?

No sabia que hacer.

-Es una historia muy larga -logre articular.

-Tengo tiempo de sobra.

¿Y si se lo cuento? ¿Se arrepentiría?¿ Se iría? No lo se, aunque si lo hacia yo también sabría sobre su vida ¿Y si eso era? Entonces me llevaría a saber quien es realmente

-Cuando era una niña...







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