"There's things I wanna say to you, but I'll just let you live"
—¿Daryl ya regresó de la expedición? —preguntaba Marion mientras era arropada por Jess. Ella asintió con una sonrisa—. ¿Puedo saludarlo antes de irme a dormir?
—Marion, es tarde. Además, está ocupado. —Besó su cabecita—. Mañana podrás saludarlo al igual que a Tara, y podrás darle ese dibujo que hiciste, ¿te parece? —La pequeña asintió con emoción y abrazó a su hermana.
Cuando se retiró de la habitación, se apoyó en la puerta para procesar todo lo que había pasado hoy. Al reponerse, caminó hasta el baño para lavarse la cara, revisar su pie (que ya no tenía hinchazón y ni le dolía, por suerte) y cepillar sus dientes. Abrió la puerta con la mirada abajo y se chocó con Daryl, quien extrañamente esperaba frente a esta.
—¡Hola! —saludó sorprendida por la cercanía—. ¿Qué sucede?
—¿Dónde están tus muletas?
Alegre, ella le mostró cómo podía caminar sin la necesidad de ellas y Daryl la felicitó.
—Estoy lista para salir al ruedo —comentó feliz. Daryl estaba por decir algo, pero ella se fue antes de que pudiera pronunciar sílaba.
Ahora podía permitirse actuar como ella quisiera sin que le pese la conciencia dado a la traición de sus amigos. Sí que la había enojado, pero eso solo significó sacarse un peso que cargaba sola de encima, ahora podía volver a ser ella misma.
Al otro día, Rick pidió tener una reunión con todos para advertir las nuevas noticias para la comunidad. Una horda de caminantes estaban rondando a kilómetros de Alexandria que podrían salir y atacar sin que ellos lo pensaran y que, si bien estaba reforzado con camiones que impedían el paso, era cuestión de tiempo para que uno de esos caiga y vengan para Alexandria.
Rick propuso un plan que era arriesgado, pero a la larga podría dejarlos tranquilos. Llevarían a los caminantes lejos de las calles para que tomen el camino contrario a Alexandria. Había un miembro que no estaba de acuerdo con el plan, pero Deanna tuvo la última palabra y aceptó seguir con este.
Como división de grupos, Daryl guiaría a los caminantes y Sasha y Abraham lo acompañarán. Jess se postuló para ir con ellos, pero Rick dijo que luego hablarían de ello. Luego de que eligiera a los equipos que contendrían a los caminantes y explicar el plan de nuevo y con exactitud, Rick habló en privado con Jessica.
—Es un no —respondió él sin pensarlo dos veces.
—Puedo caminar, Rick. ¿Quieres que salte en un pie sobre mi pierna izquierda? ¡Lo haré!
—No es por eso, y no es lo mismo —dijo—. Sabes cómo es allá afuera, y no podemos tener margen de error para esto. Deberías quedarte aquí con Rosita, haciendo de vigía en la comunidad para mantener a los niños a salvo.
—No soy así, Rick. No quiero hacer eso...
—Quiero que entiendas una cosa —aclaró—: Si te dejo ir allá, debes saber que no habrá vuelta atrás. Pase lo que pase, no podrás desviarte del camino y deberás terminar la misión. Piensa que aquí puede ser peligroso, incluso para Marion.
—Subestimas a Marion, Rick —contestó seria. Él trataba de intimidarla con ello, pero para ella solo eran palabrerías—. Marion sabe defenderse bastante bien y es grande para saber lo que debe hacer en situaciones como esas. No me quedaré aquí viendo cómo ella se encarga sola de ello, quiero salir y atraer a todos los caminantes que pueda, si eso significa que ella pueda dormir a salvo por las noches.
Él había aceptado dejarla ser parte del plan, no sin antes mencionar que era muy terca y que admiraba su valentía. Hoy harían las barreras que mantendrían a los caminantes por el camino exacto en el que ellos querían que fueran. Rick la vigilaba de lejos, pero admitió que se desempeñaba muy bien en sus tareas, entonces decidió confiar en ella por su fortaleza.
Cuando volvieron, esperó que Marion la saludara, pero corrió directo a los brazos de Tara, quien había despertado la misma noche de la sentencia de Rick, con el dibujo en mano. Dejó que estuvieran juntas mientras ella regresaba a casa y descansar para el simulacro de mañana.
Hablaba en serio cuando decía que Marion sabía defenderse bien, pero aún tenía miedo de que algo más grande de lo que habían presenciado se avecinara cuando ellos estuvieran afuera. Esa noche, le rezó a Dios por primera vez para que Marion y los de su grupo tuvieran suerte el día en el que el plan se ejecutará.
El día antes de la realización oficial del plan, Rick estaba repasando las calles por las que cada uno pasaría y hasta donde el grupo debía detenerse para dejar que Sasha, Abraham, Daryl y Jess continuaran hasta alejarlos de Alexandria. Luego los llevó a donde los caminantes se hallaban, encontrando sorprendente la cantidad de muertos que rondaban en el mismo lugar.
Sin embargo, la suerte que antes los cubría bajo su manto se había ido, y Jess lo notó cuando percibió que uno de los camiones había caído, dejando una parte abierta para que pudieran salir y tomar camino por los bosques. No quedaba otra opción que adelantar el día de la realización y hacerlo ahora mismo.
Todo pasaba tan rápido que a Rick apenas le alcanzaba la voz para dirigirse a todos. Ordenó a Sasha que encontrara a Daryl en la señal roja, y cuando tiraron las bengalas y apartaron el camión para dejarlos pasar fue la señal para que Jess se subiera junto a Daryl en su moto y se sujetara lo más fuerte que podía por la velocidad de esta.
Jessica tenía el walkie talkie por donde Rick se comunicaría mientras Daryl continuaba manejando hasta la señal con globos rojo, en donde se encontraron con Abraham y Sasha. Los caminantes venían hacia ellos, y fue ahí cuando comenzaron a dirigir a los caminantes hacia la señal amarilla, donde encontrarían a Michonne, Rick y Morgan, el hombre que Aaron y Daryl habían encontrado.
Jess recordó lo que había hecho en casa como anzuelo para que los caminantes los siguieran con efectividad y lo sacó de su mochila, haciendo equilibrio para no caerse de la moto. Retiró un palo largo con latas que eran sostenidas por tanzas y lo ató a la moto de Daryl para atraer la atención de los muertos.
—¿Qué hiciste ahora? —preguntó por el ruido que su creación hacía.
—¡Tranquilo! Es un anzuelo. Así mantendremos a todos en el camino.
—Debías haberme dicho antes de colocarlo en mi motocicleta. —Jessica volteó sus ojos por lo tonto que se escuchaba, pero estaba feliz de que su creación estuviera siendo efectiva por el momento.
Cuando llegaron a la señal amarilla, Rick, Michonne y Morgan los ayudaron a desviarlos con bengalas y seguir el camino desde ahí hasta varios kilómetros adelante. Los caminantes chocaban contra los muros de chapa, lo que hacía que los cuerpos se acumularan y que de a poco cayera el muro.
—¿Quieres que me baje para mantenerlos en línea? —preguntó Jess para ayudar.
—No —dijo firme su compañero—. Quédate donde estás.
No necesitó decirlo dos veces porque Jess volvió su vista para adelante. Unos minutos después, un grupo de ellos comenzaron a desviarse, pero antes de que Jess pudiera decírselo a su piloto, Abraham bajó del auto en movimiento y los hizo regresar con algo de ruido.
—¿Qué sucede allá atrás?
—Abraham leyó mi mente —rió para luego explicarle lo que había sucedido.
El camino se comenzaba a tornar aburrido y Jessica temía que Daryl se hartara de los bostezos que ella echaba en su oído. No lo hacía a propósito, se le escapaban mientras ella se acomodaba en su cuello para apoyar su cabeza. Se supone que había descansado la noche anterior, pero no pudo dormir mucho por pensar en que estaría junto a Daryl durante mucho tiempo.
—Debiste haberte quedado en casa descansando.
—No estoy cansada, solo que pensé que no habría tanto tránsito —bromeó mientras sonreía—. Además, en casa no le hubiera servido a nadie. Para ellos soy invisible, aquí no.
—No eres invisible —comentó Daryl.
—No, no lo digo de una mala forma —dijo—. Para los extraños, soy invisible porque dan por sentado que no haré nada malo o simplemente no me ven como una amenaza. A veces es bueno, porque puedes sorprender a las personas.
—Hablas mucho —atacó, de forma chistosa.
—Tú comenzaste hablando. —Escuchó una risa de sus labios, lo que la hizo sonreír.
De repente, un ruido muy grande interrumpió su conversación. Una bocina fue tocada desde lejos, lo que empezó a desviar a los caminantes que se encontraban en lo último. Jessica se asustó por esto, ya que el sonido de aquella bocina venía del lado de casa. Comenzó a comunicarse con Rick por el walkie, pero este no contestaba.
Cuando dio señales de vida, avisó que el sonido provenía de Alexandria. Jessica se puso mal y le dijo que deberían volver, pero Rick insistió en que no lo hiciera, que debían continuar con el plan. Daryl estaba de acuerdo con ella y se lo hizo saber a su amigo, pero Rick no quería que se desviaran del plan.
—Jessica, te lo dije —recordó Grimes—. No debes desviarte del plan pase lo que pase.
Jessica asintió y accedió a quedarse y seguir haciendo el trabajo que debían terminar. Eso no significaba que no pensara en Marion y los demás siendo invadidos por los caminantes que se desviaron, pero debía pensar positivo. No era su factor más dominante, pero intentaría serlo por su pequeña hermana y su familia.
Estaba tan nerviosa que Daryl podría notarlo aunque no lo dijera. Tal vez Rick tenía razón en que debía quedarse para proteger a los de Alexandria y dejar que ellos se encargaran de esto.
—Oye, ¿estás bien? —le dijo Daryl desde adelante.
—No. Tengo que volver a Alexandría.
—Sí, a mí tampoco me agrada la idea de quedarme —concordó con ella—. Mira, en la siguiente intersección le diré a los muchachos que nos desviaremos; es el camino directo a casa.
Jess asintió desenfrenada y agradeció la disposición de su compañero. Cuando estaban cerca de llegar, les avisó a Abraham y Sasha lo que le había propuesto a Jess, pero estos insistieron en que debían continuar el camino y que no podrían hacerlo sin él. Daryl estaba a punto de continuar con la misión, pero cuando se giró hacia Jess, volvió con su idea y se desvió.
Tan pronto como lo hizo, Jessica llamó a Rick por el walkie para advertirle que estaban por acercarse a la casa para ayudarlos con lo que sea que estuviera pasando, pero supo que la suerte no siempre estuvo de su lado cuando vio que la línea tenía interferencia. Trató varias veces, pero el sonido de la interferencia siempre estaba.
Dejó de insistir por un momento y abrazó a Daryl con todas sus fuerzas, apoyando su cabeza en la parte de atrás de su cuello aguantando las ganas de no llorar. Daryl trataba de tranquilizarla mientras continuaba manejando.
—Rick tenía razón. Debí haberme quedado allá con Marion, cuidando de ella y protegiéndola de lo que sea que está pasando ahora. —Su voz se comenzaba a quebrar.
De repente, sintió como la velocidad de la moto fue disminuyendo y cómo Daryl bajaba de la moto para tomar el walkie y probar de nuevo. Jess se recomponía en la moto mientras su compañero intentaba comunicarse con Grimes.
—Debemos adelantarnos un poco más. Tal vez es la distancia —comentó algunas teorías—. Jessica —tomó sus brazos—, hay que continuar. Debes componerte.
—Tengo miedo, Daryl —dijo ella con lágrimas en sus ojos.
—Lo sé. Yo también —confesó—, pero eso nunca nos detuvo, ¿verdad? —Ella asintió—. Hay que continuar y veremos si en el camino oímos algo.
Dixon volvió a montar en su moto y continuó manejando. Le pidió que siguiera insistiendo en comunicarse con Grimes, así que Jess lo intentó en todo el trayecto. Se puso muy feliz cuando oyó la voz de Rick llamando la voz de su amigo, así que se lo pasó a este para que hablara.
Este decía que había logrado desviar a los caminantes hacia su lado y que solo debían continuar con los planes y dejar que los de Alexandria pudieran arreglárselas solos, porque solo así podían protegerse; si ambos lados ponían de su parte. Con suerte podrían manejarlo mejor de lo que pensaban.
Rick mencionó que debían seguir por ellos, que no podían dar la vuelta por miedo porque sino todo sería en vano y estarían en el mismo lugar de antes, si no es que peor. Eso fue directo para Jess, quien ahora que procesaba las palabras comprendía a lo que su compañero se refería.
Al creer que eso había sido todo el comunicado, Jess y Daryl pensaban regresar a donde se supone que debían estar, pero un disparo se oyó por medio de la línea de Rick, lo que los alertó a ambos. Daryl, en ausencia de respuesta, frenó la moto y le quitó el walkie a Jess para tratar de comunicarse con él nuevamente.
Al verlo preocupado, Jess trató de apoyarlo como él había hecho antes con ella. Acarició su espalda e insistió en que debía regresar a la ruta para sacar a los caminantes del camino.
—Solo nosotros podemos terminar esto. Hagámoslo rápido —motivó—. Mientras más rápido terminemos, antes podremos llegar con el grupo. Estoy segura de que están bien, ellos pueden encargarse. Son fuertes, al igual que nosotros.
Daryl entendió lo que estaba haciendo y arrancó la moto para continuar manejando y regresar con Abraham y Sasha para continuar guiando a los caminantes. Le gustaba mucho la forma en la que ambos se preocupaban por el otro y sabían exactamente cómo tranquilizarse e instarse a continuar.
Jessica se convenció que la comunidad podría sobrevivir por lo que sea que pasaron, tenía que creer que así era para proseguir con el trabajo. Marion era lo suficientemente buena defendiéndose como para subestimarla a último momento, así que dejó de preocuparse del todo en su superviviencia.
Mientras continuaban el camino, Jess rezó de nuevo a Dios por más suerte. La suerte que les había sido arrebatada por segundos y que podía brindarle esperanza para pensar que sí podrían lograrlo aunque los miembros más importantes no estuvieran allí.