BLOODY DANGER¹ | Daryl Dixon

By Sunflower_fdt

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𝗕𝗟𝗢𝗢𝗗𝗬 𝗗𝗔𝗡𝗚𝗘𝗥 | "El miedo es algo poderoso, pero el amor... no tiene límites de riesgo" Horror, m... More

Introducción
Capítulo I ━ La calma antes de la tormenta
Capítulo II ━ Reflexiona
Capítulo III ━ Decidir
Capítulo IV ━ Lidiar con la verdad
Capítulo V ━ En peligro
Capítulo VI ━ Los que están aquí
Capítulo VII ━ Recuerdos
Capítulo VIII ━ Madre
Capítulo IX ━ Extraños
Capítulo X ━ Saber cuando uno se equivoca
Capítulo XI ━ Esperar al último momento
Capítulo XII ━ Vivir
Capítulo XIII ━ Nuestras vidas
Capítulo XIV ━ Largo día
Capítulo XV ━ Todos tenemos deberes
Capítulo XVI ━ Estar bien
Capítulo XVII ━ Cansada
Capítulo XVIII ━ Jessica
Capítulo XIX ━ Marion
Capítulo XX ━ Daryl
Capítulo XXI ━ Carol
Capítulo XXII ━ Todos
Capítulo XXIII ━ A cualquier precio
Capítulo XXIV ━ Indefensas
Capítulo XXV ━ Esperar a que todo termine
Capítulo XXVI ━ El mundo en el que vivimos
Capítulo XXVII ━ Lo que somos ahora
Capítulo XXVIII ━ Sinceros actos de humanidad
Capítulo XXIX ━ Pros y contras
Capítulo XXX ━ Madurez
Capítulo XXXI ━ Almuerzo o cena
Capítulo XXXIII ━ Suerte
Capítulo XXXIV ━ Responsabilidad
Capítulo XXXV ━ Frustraciones
Capítulo XXXVI ━ Un antes y un después
Capítulo XXXVII ━ Verdades
Capítulo XXXVIII ━ Miedo a vivir
Capítulo XXXIX ━ Reputación
Capítulo XL ━ Las personas que cambian
Capítulo XLI ━ Estamos todos bien
Capítulo XLII ━ Papá
Capítulo XLIII ━ Cómodo silencio
Capítulo XLIV ━ Monstruo
Capítulo XLV ━ No siempre es como quieres
Agradecimientos

Capítulo XXXII ━ Permitirse explotar

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By Sunflower_fdt

"You don't know the half of the abuse"



Hoy era el primer día de Daryl como reclutador, así que Marion quiso visitarlo. Le llevó un pequeño dibujo que había hecho con una vecina de por ahí, el cual Daryl guardó en su chaqueta. Marion le deseó suerte y Jess igual, expresándose con una sonrisa tímida; aún no sabían cómo reaccionar por la situación de anoche.

Un beso en el cachete no era mucho, pero para un hombre como él era como decir que le estaba proponiendo matrimonio.

La luz se había ido en Alexandria, así que hoy Marion solo se dedicaría a dibujar y fotografiar a cada uno de los miembros de su grupo. Había hecho un dibujo para Jess, Daryl, Carol, Glenn, Maggie, Carl, Judith y Rick.

Jessica la ayudó a repartir las obras de arte hechas por crayones y lápices de todos colores, y luego acordó que la acompañaría a probar la cámara

Glenn y Maggie se encontraban empacando para ir a buscar lo necesario y volver con energía suficiente para iluminar a Alexandria por unos días más. Marion les entregó los dibujos a estos dos y ellos agradecieron.

—Ya sabemos quienes son sus favoritos —bromeó Tara con Noah.

—No tuve mucho tiempo, pero cuando vengan les prometo que tendré listos los suyos —juró—. El de Noah será muy colorido y el de Tara tendrá muchas decoraciones.

—Ya, May. Los dejamos solos —saludó a los chicos de lejos antes de irse.

Cuando regresaron a casa en busca de más hojas para dibujar al aire libre, y unas fotografías tomadas rápidamente, Jess se encontró con su amiga sentada en las escaleras de la casa en espera de ella. Le pidió a Marion que entrara y las dejara solas para hablar. Viniendo de Katie, ella ya podía saber de lo que trataría la conversación.

—Dice que lo lamenta. Está muy enfermo como para levantarse de la cama.

—No es fiebre, se llama resaca y ocurre cuando tienes en tu sistema más cerveza que un barril por haber tomado con tus amigos toda la noche anterior —dijo sin piedad—. Ni siquiera preguntó cómo estaba. No me sorprende, si te soy sincera.

—No deberías ser tan ruda con él. Está tratando de acostumbrarse a tu regreso —habló pacífica—. Antes de que tú llegaras...

—Katie, Kenny siempre ha sido así —trató de hacerla entender—. En la fiesta de fin de año fue el hazmerreír de toda la universidad. Tengo que admitir que me daba vergüenza que arrastrara las palabras al hablar. —Cambió de tema porque de lo contrario se le reventaría la cabeza de tanta furia en su interior—. Por cierto, ustedes están viviendo en la misma casa, ¿verdad?

Katie se quedó helada y no contestó, pero su mirada la delataba a 100 metros de distancia. Era obvio que si hubieran venido juntos los habrían puesto en la misma casa. Lo mismo pasaba con ella; vivía con Carol, Marion, Rick, Carl, Judith y a veces Daryl en la misma casa para mejor capacidad.

—Está bien, Katie, no te mataré por ello —dijo graciosa—. Que estén en la misma casa no implica que estén saliendo. ¿Cómo terminó la fiesta?

En realidad fue una pregunta para olvidar la anterior, porque Jess no quería realmente saber cómo había terminado la fiesta de la que había escapado por no sentirse cómoda, pero le gustó escuchar a su amiga expresarse. Se despidieron cuando terminaron de hablar y ella volvió a la casa, en donde Marion estaba trabajando en sus nuevas piezas de arte.

Decidieron salir afuera a aprovechar el sol del día y ayudarla a terminar sus dibujos antes de que sus "clientes", como le decía Jess, llegaran del viaje. Unos minutos después de estar concentradas, vieron que el médico que atendía a Jess se encontraba en la puerta de la casa.

—Hola —dijo alegre Pete—. ¿Cómo va tu pie? ¿Mejorando?

—Cada día mejor, gracias por preguntar. ¿Buscas a alguien?

Antes de que su pregunta fuera respondida, Rick lo hizo entrar a la casa y hablaron un largo rato dentro. En cuanto el doctor se largó, bebió un largo trago de cerveza.

—¿Sucedió algo? —cuestionó Jess en cuanto vio a Rick salir. Él la despreocupó y entró nuevamente a la casa.

Marion decidió concentrarse de vuelta en los dibujos de su ahora pequeña hermanita. Ahora que ella le había permitido referirse de esa forma lo aprovechaba siempre que tenía la oportunidad. Veía el monigote que hacía junto a Noah y a ella, y Jess se extrañó.

—¿Quién es esa? —preguntó curiosa.

—Beth. Fuimos los que estuvimos junto a ella antes de... —No dijo ni una palabra. Jess se sintió mal por preguntar—. La haré como un ángel. Maggie siempre dice que ahora está en el cielo, cuidando de nosotros.

Y tal como los ángeles, la pequeña dibujó un par de alas a su alrededor y una aureola de oro encima de su cabeza. Jessica no pudo resistirse y la abrazó con todas sus fuerzas, dejando besos en su pequeña cabecita por todo lo que habían pasado antes de llegar aquí.

Cuando oyeron que el camión con los que se habían ido regresó, Marion llevaba los dos dibujos para entregarlos en mano, pero el viaje fue muy desafortunado. Tara había recibido un golpe en la cabeza y Noah no había sobrevivido. Glenn estaba muy conmocionado y Jessica decidió que no sería bueno que su hermana viera eso.

De vuelta a casa de noche, Jess estaba procesando todo mientras Glenn se desquitaba con Rick sobre lo que había pasado. Explicó que la cobardía de Nicholas, uno de los miembros de la comunidad de Alexandria, había causado todo lo sucedido. A ella le costó mucho ver a Glenn derrumbarse de esa forma; Noah era prácticamente su mejor amigo y Tara aún no había despertado.

Glenn insistió en que debían enseñarle a estas personas cómo defenderse para un futuro, pero Rick decía que no era su responsabilidad solo porque no eran parte de esto. Pero sí lo eran; ahora vivían aquí y tenían todo el derecho de enseñar o exigir algo que va a ser bueno para todos.

Luego de acompañar a Glenn a su casa a descansar, regresó con Marion para acostarla a dormir, pero vio algo peculiar en el dibujo de Noah que ella estaba editando. Una aureola y un par de alas, idénticos a los de Beth, estaban en el monigote que representaba a Noah.

—No quiero tener más ángeles de la guarda, Jessie —expresó la pequeña en la oscuridad—. No quiero que nadie más muera.






Al día siguiente, Marion aún estaba dormida por haberse desvelado la noche anterior con el dibujo de Noah, por lo que le encargó su cuidado a Carol para que ella pudiera visitar a un amigo en busca de refugio.

Había ahora una cosa que tenía en común con Eric: aparte de haberse torcido el tobillo la misma noche, ambos tenían a los hombres que más amaban arriesgando su vida allá afuera en busca de más gente para la comunidad.

Jessica aún no sabía cómo expresarse, así que Eric propuso que lo ayudara con el desastre de su habitación. A Jess le pareció algo muy íntimo, pero Eric la despreocupó, comentando que no tenía nada raro en lo que se refiere a la relación que tenía con Aaron.

Y solo cuando ella estaba en confianza para hablar, hablaron. Le gustó la forma en la que Eric intentaba entenderla incluso si estaba pasando por algo tan malo que no pudiera ser expresado con palabras, el cual no era el caso.

Una de las cosas que encontró debajo de la cama era una foto de ellos muy cariñosos frente a la casa que ahora ocupaban. A Jess le pareció tan tierno que se le quedó viendo por tanto tiempo y Eric pudo descubrir lo que tenía en mano.

—Tú mereces un amor así, Jessica —expresó—. Si supieras la forma en la que Aaron ama... estoy seguro de que no podrías resistirlo. —Ambos rieron—. No debes sentir lástima por ese muchacho, y no creo que ocultar tus sentimientos por Daryl vaya a hacerlos desaparecer. El corazón no olvida.

De un momento a otro escucharon los gritos, golpes y vidrios rotos a unas casas de allí, y al ver que Rick estaba peleando con el cirujano de la comunidad, corrió lo más que pudo sin muletas. Su pie ya no dolía mucho, pero cada que pisaba podía sentir como si una aguja estuviera siendo atravesada en su talón. Sin embargo, resistió hasta llegar a la calle.

Cuando lo vió, con su cara ensangrentada por unos buenos golpes y forcejeando con Pete, recordó a Shane; la brusquedad, el arrebato y las amenazas. Solo la voz de Deanna los pudo separar. Cuando algunos se acercaron para detenerlo, Rick sacó un arma que se suponía que no debía tener.

Sabía que él y el grupo estarían bajo la mira luego de la escenita de Rick. Pudo divisar a Marion de lejos, quien quería acercarse a ella por verla sin las muletas, pero Jess le dijo con la mirada que se quedara ahí; temía que Rick cometiera algún error estúpido.

Y justo cuando pensó que recibiría una bala en la cabeza por lo exaltado que se encontraba, Michonne acabó con el espectáculo, pegándole en la nuca con la culata de su pistola y durmiéndolo. 

Luego de esto, llevaron al hombre a un sótano para que descansara y Deanna pensaba armar una reunión al otro día para discutir lo que harían con él.

Si pensaban echarlo, eso implicaría que todo el grupo se iría con él y Jess no quería eso. Marion estaba adaptándose muy bien en Alexandria y no quería sacarla de allí. Entonces, decidió acompañar a Maggie al otro día para convencer a Deanna de no hacerlo. Trataron demasiado, pero ella quería esperar hasta la noche para tomar la decisión, por lo que no pudieron hacer mucho más que decirle que lo pensara muy bien antes de tomar la decisión final.

—Reg es el único que intenta estar de nuestro lado —dijo Maggie mientras regresaban a casa.

—Espero que eso sea suficiente, sino no sé qué haremos.

—Además tenemos en contra lo que Gabriel le dijo...

—¿Gabriel? —se detuvo de repente. Maggie cerró los ojos; había dicho algo que no tenía que decir—. ¿Qué es lo que dijo Gabriel?

Maggie tuvo que contarle que el padre Gabriel le dijo a Deanna que el grupo no es lo que aparenta ser, sino que son gente mala disfrazada de gente buena. La ira irradió del cuerpo de Jess, quien tuvo que ser detenida por su amiga cuando se dio la vuelta para encaminarse hacia su casa.

—¡Nosotros le salvamos el trasero y anda hablando mal a nuestras espaldas! Le partiré la cara cuando lo vea.

—No hagas esto, por favor. Suficiente tenemos con lo que pasó ayer, no podemos permitirnos explotar —convenció. Jess se estabilizó y continuaron su camino de regreso a casa.

Antes de llegar, se desvió para ir a visitar a Tara, quien ahora se encontraba en enfermería por su estado. Aún no había noticias de que había despertado, pero ahí estaban los demás; Abraham, Eugene y Rosita. Sabía del drama de estos dos primeros (sobre el plan de Washington falso que casi hace que pierdan a Glenn y Maggie), pero no tenía tanta confianza para hablar sobre ellos.

No escucho mucho de lo que estaban hablando, pero supo que estaban perdonándose por sus caras arrepentidas. Eugene era un personaje bastante peculiar, un espécimen que nunca creyó que fuera real, pero por alguna razón estaba sentado frente a ella ahora mismo, existiendo.

—Debes despertar —se dirigió a Tara—. Marion ya tiene tu dibujo hecho. Por favor, no te conviertas en su ángel de la guarda. Tú no.

Tara era una muy buena chica y una persona que dolería mucho perder. Para Jess, Tara era como un alma gemela, que aunque no conocía del todo lograban entenderse a la perfección. Besó su cabeza y acarició su cabello antes de retirarse.

Caminaba despacio para no sentir molestias en su pie, mientras pensaba en la conversación que había tenido con Eric antes de que todo pasara. Si quería ser fiel a ella misma, debía hacer lo que realmente quería. No debía pretender querer a alguien solo por lástima, sino amar libremente sin arrepentimiento alguno. Se lo debía a ella misma después de toda una vida de pretensiones.

Le dolería demasiado ver la reacción de Kenny, pero quería vivir sin ataduras ni secretos. Se encaminó hasta la casa de Kenny y sin querer pisó fuerte un escalón, lo que provocó que casi se tropezara. Era muy bruta para hacer cosas apuradas.

Tuvo que tomar asiento en uno de los escalones para descansar un poco el pie, y cuando estuvo en silencio escuchó unos pequeños murmullos dentro de la casa de su compañero, lo que la obligó a pegar la oreja a la puerta para averiguar de qué se trataba.

Kenny y Katie al parecer discutían por algo en la cocina, y lo hacían gritando por la claridad en la que se escuchaba desde afuera.

¡Ella no lo sabe! ¿Cómo podría saberlo si nunca estamos juntos? —dijo Kenny, histérico.

Ayer lo insinuó. Te lo juro —dijo Katie, algo alterada.

Está bien, déjame pensar...

—Creo que debemos decírselo. ¡No puedo pretender que somos mejores amigas y luego acostarme con su novio!

—¡Cierra la boca, idiota! —Jess se sobresaltó al escuchar el golpe en la mesa posterior a ese grito—. No le diremos nada. Deberás aprender a mentir, al igual que yo. Si Deanna no se lo insinuó ya, ¿cómo crees que lo sabrá? Jess es ilusa en estas cosas.

Esperó a que Katie la defendiera en su ausencia, pero esta se quedó callada, aceptando los términos que Kenny le había dado. Estaba tan enojada con ambos que podía sacar provecho y derribar la puerta para romperle la cara al chico y gritarle a ella. Sin embargo, se detuvo.

"No podemos permitirnos explotar", recordó las palabras de Maggie minutos antes. Y tenía razón. Debía pensar claramente qué iba a hacer, pero no debía estallar de ira. Al menos, no ahora.






Al llegar la noche, comenzaron la reunión sin que Rick o algunos miembros del grupo juzgado estuviera presente. Deanna colocó en la mesa los factores que habían sido vistos por toda la comunidad: el robo del arma, el susto que causó en todos, el descontrol en sí mismo.

Michonne habló en su defensa, comentando que no era malo, solo estaba intentando vivir en un lugar tranquilo luego de todo lo que pasó y lo que perdió. No era fácil, y estaba segura que muchos de los que estaban allí se volverían como él o peor con el paso del tiempo si se enfrentaban a lo mismo por lo que Rick y el grupo se enfrentó.

—Jessica —Deanna la miró fijamente—. ¿Qué tienes tú para decir? Un día me dijiste que deseabas hacer las cosas correctas en el momento correcto a partir de ahora.

—No puedo opinar sobre la situación porque desconozco el contexto, pero puedo decirles algo —dijo clara—: Rick Grimes es un hombre que ha pasado por muchas cosas, como dijo mi compañera. Cosas que todos ustedes ni siquiera se imaginan. Y nos mantuvo vivos, afrontando todo eso y mucho más. Solo quiere hacer bien las cosas. Si algo pedimos ahora, es empatía con él, que se pongan en sus zapatos y tengan en cuenta la historia completa de la situación.

Carol siguió con el papel de niña buena para decir que debían pensar en lo que les había dicho durante la pelea, sobre lo débiles que eran y que debían aprender a reforzar su carácter para cuando una catástrofe sucediera. Y como si nada, Rick apareció de entre la oscuridad, con la cara ensangrentada y un caminante en sus brazos, el cual arrojó al suelo con fuerza.

Contó que lo encontró dentro de la comunidad luego de ver que la puerta de entrada estaba abierta. Spencer dijo que había dejado a Gabriel a cargo de ello, lo cual hacía que la palabra de este perdiera credibilidad. Rick comentó que mientras continúen así, no solo los muertos entrarán, sino también personas peligrosas.

Reveló una gran verdad: no estaban listos para el mundo allá afuera, pero con su ayuda podían estarlo. Porque no siempre se tiene suerte. Debían actuar cuanto antes si no querían perder a más personas.

Cuando Pete regresó amenazando a Rick y sin quererlo atravesó la garganta de Reg, supieron quién era el verdadero villano de la historia. Deanna ordenó que mataran a Pete y Rick no dudó ni dos segundos en hacerlo. La acción fue vista por Aaron y Daryl, quienes recién habían llegado y trajeron a un compañero peculiar, el cual por su semblante se notaba que Grimes conocía.

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