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By s-sweetxnewt

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Λ†α³ΰΉ‹ΩžΦΌΧ„πŸ¦‹Ϋ£ΦΌΦΌΦ¬Φ½Φ»κ¦Ώ 𝟎𝟏 samantha pierce
Λ†α³ΰΉ‹ΩžΦΌΧ„πŸ¦‹Ϋ£ΦΌΦΌΦ¬Φ½Φ»κ¦Ώ 𝟎𝟐 sirius and his plans
Λ†α³ΰΉ‹ΩžΦΌΧ„πŸ¦‹Ϋ£ΦΌΦΌΦ¬Φ½Φ»κ¦Ώ πŸŽπŸ‘ study quote
Λ†α³ΰΉ‹ΩžΦΌΧ„πŸ¦‹Ϋ£ΦΌΦΌΦ¬Φ½Φ»κ¦Ώ πŸŽπŸ’ astronomy class
Λ†α³ΰΉ‹ΩžΦΌΧ„πŸ¦‹Ϋ£ΦΌΦΌΦ¬Φ½Φ»κ¦Ώ πŸŽπŸ“ halloween party
Λ†α³ΰΉ‹ΩžΦΌΧ„πŸ¦‹Ϋ£ΦΌΦΌΦ¬Φ½Φ»κ¦Ώ πŸŽπŸ” quidditch match
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Λ†α³ΰΉ‹ΩžΦΌΧ„πŸ¦‹Ϋ£ΦΌΦΌΦ¬Φ½Φ»κ¦Ώ 𝟏𝟎 hogwarts library
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Λ†α³ΰΉ‹ΩžΦΌΧ„πŸ¦‹Ϋ£ΦΌΦΌΦ¬Φ½Φ»κ¦Ώ πŸπŸ‘ eye-opening vacation

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By s-sweetxnewt

⟠ 𓂃 𝚋𝚞𝚝𝚝𝚎𝚛𝚏𝚕𝚢 ៸៸ ♥︎
➢ capítulo XIII [ 🦋 ]
໋᳝݊▹֛◌ ▂▂ ❪ 𝒆𝒚𝒆-𝒐𝒑𝒆𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒗𝒂𝒄𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏 ❫


Las vacaciones de Navidad llegaron más pronto de lo esperado. Luego de la última salida a Hogsmeade los días antes de las vacaciones pasaron rápidos, aunque no tanto como para que los extraños comportamientos de Lily no levantaran sospechas en Sam.

La gran mayoría de estudiantes regresaron a sus casas para festejar Navidad, Sam incluida en ese grupo. Ansiaba volver a ver a sus padres y a su hermano mayor, Ethan, quien trabajaba en Estados Unidos creando varitas en una de la sucursal de Ollivanders.

Jenny pasaría Navidad con Sam y su familia, pues no hablaba con su padre desde que se divorció de su madre y si madre conocería a la familia de su nuevo esposo. Sam le había aconsejado acompañarla, pero Jenny había dejado en claro que no quería nada que ver con sus padres.

—¿Cómo está Lisa? —Sam se sentó en la isla de su cocina, con su pijama de cuadros amarillos y negros y una hoodie negra puestas. Esa solía ser su ropa todos los días que estaba en su casa con su familia.

La pregunta iba dirigida a su hermano mayor, aprovechando que sus padres estaban haciendo las compras y Jenny seguía en el quinto sueño en su habitación.

—Lamenta no poder venir. Su trabajo como magizoologista la tiene viajando constantemente.

Su hermano Ethan también había estudiado en Hogwarts, pero él era siete años mayor por lo que no recuerda haber pasado mucho tiempo con él en el castillo. Era una versión masculina de Sam, tenía cabello y ojos castaños como ella, y cada vez que hablaba se le formaban hoyuelos en las mejillas. Sam debía admitir que su hermano era guapo, a pesar de llamarlo bestia para molestarlo, por eso no le sorprendía que encontrara novia en cuanto se fue a Estados Unidos.

—¿Eso no te complica ahora que están comprometidos?

Ethan sonrió. Sam estaba feliz por su hermano, ya que se casaría en pocos meses con Lisa Prescott, una estadounidense rubia amigable que Sam había visto en contadas ocasiones.

—Cuando amas a alguien, no hay nada que los pueda separar.

San frunció el ceño, quitándose la imagen de Remus que inevitablemente había aparecido en su mente.

—Miren eso, la bestia tiene sentimientos.

—Niña tonta —Ethan le golpeó la cabeza cuando pasó por la isla de la cocina hacia la nevera.

—Este año cumplo diecisiete, idiota.

—¡Oh, Merlin! ¡Eres toda una adulta!

—Ríete lo que quieras. Aún me queda un año en Hogwarts y tú ya estás viejo.

—¡Hey! —se detuvo abruptamente, apuntándola con un jugo. —Yo nunca seré viejo.

—Cuando cumplas veinticinco estarás más cerca de los treinta —canturreó.

—¡Cállate, adoptada!

—¿Ya están peleando? —Jenny apareció en la cocina con cara de sueño. Llevaba su pijama puesto, una simple polera y unos pantalones de cuadros azules y negros, como los que Sam estaba usando.

La castaña sonrió recordando que el regalo de navidad que le había enviado a Lily era ese mismo pijamada pero en color rojo, por su cabello. Junto a eso envió también un conjunto de aros y collar.

—Buen día, Jenny Belly —la rubia puso los ojos en blanco ante el saludo de Ethan. Como prácticamente se había criado con Sam, el chico la veía como una hermana pequeña, por lo que la trataba igual que a Sam.

—Son las una, buenas tardes querrás decir. ¿Por qué no me despertaste? —se dirigió a la castaña, que se había bajado de la mesa para tomar unas tostadas.

—Quizás por que tus ronquidos no te dejaban escucharme.

—Buen punto —Jenny se sirvió leche. —¿Cómo está Lisa?

—Bien, aunque ahora tiene una cicatriz en el brazo por una de sus feas bestias.

—¿O sea tú? —Sam recibió un tirón de cabello. —¡Auh, idiota!

—No peleen —la madre de Sam apareció en el lugar con muchas bolsas, su padre también cargaba algunas. —¿Cómo durmieron, niñas?

—Muy bien, mamá. Y no estábamos peleando, Ethan no soporta nada —Sam sonrió con inocencia cuando su padre pasó por su lado y besó su cabeza, recibiendo una mirada recelosa de Ethan.

—Niños, nunca cambian —se carcajeó el hombre.

—Sí, ya están viejos y aún no cambian nada —comentó su madre.

—¡Que no estoy viejo!

—Salgan de la cocina, necesito cocinar si quieren una exquisita cena para esta noche. ¿Jenny, cómo está tu madre?

—Con su nuevo esposo rico, así que supongo que bien.

Los cuatro Pierce sonrieron con incomodidad, pero tratando de que Jenny no se sintiera así. Sabían la dura situación que estaba pasando con su familia, y por un segundo, Sam no pudo evitar recordar que Peter estaba viviendo algo parecido.

—Cuando terminemos aquí pueden hacer los muffins de arándanos que tanto amas, Sam. Compré arándanos especialmente para eso —sugirió la mujer con una sonrisa materna en su rostro.

Cuando ambas chicas se dirigían a las escaleras, no notaron que Ethan estaba junto a ellas para llegar a la sala.

—¿Le contaste a tu mamá sobre Remus?

—¿Quién es Remus? —preguntó.

Sam saltó en su lugar, mirando a Jenny con los ojos abiertos. La rubia estiró los labios.

—No seas intruso, bestia.

—¿Es un chico de tu curso? ¿Lo conozco? ¿Es tu novio?

—¿Desde cuándo haces interrogatorios?

—Desde que mi hermanita sale con alguien.

Fue entonces cuando Sam cayó en cuenta que Ethan en verdad pensaba que Remus podría ser su novio, y al mismo tiempo no pudo ocultar la desilusión en su rostro al recordar que no hablaba con el chico desde hace semanas. Lamentablemente, su hermano pareció notar su estado de ánimo.

—Sam, ¿qué pasó?

—Nada importante con nadie importante.

Antes de que Ethan pudiera preguntar algo más, la castaña salió disparada hacia su habitación, sin llorar, pero con una mirada triste en sus castaños ojos.

. . .

La mañana siguiente los cinco se reunieron en la sala para comenzar a abrir los regalos que estaban debajo del árbol junto a un delicioso desayuno de muffins y leche.

Sam se arrepentía de no prestar mucha atención a los regalos que recibieron sus familiares, pero estaba muy concentrada en las cartas que recibió la noche anterior. La lechuza de Lily había llegado con una cajita que contenía su regalo junto a una nota, que especificaba que leyera cuando estuviera sola, cosa que la intrigó. Pero además de Lily, también recibió dulces de parte de James, Sirius y Peter, cosa que agradecía enormemente pues a pesar de que apenas se estaban conociendo, y que ellos evitaban mirarla por el tema con Remus, se dieron el tiempo de enviarle algo. Así que se dijo así misma que llegando a Hogwarts les devolvería el favor.

Aunque no pudo evitar sentirse mal al darse cuenta que no habían enviado nada para Jenny. Lily había sido la única que le envió un obsequio, además de su padre y los regalos de los Pierce.

Cuando subió a su habitación aprovechando que Jenny estaba ayudando a limpiar, acomodó los regalos en su mueble y se miró en el espejo de cuerpo completo que tenia. Trató de arreglar un poco su cabello, notando lo largo que estaba a pesar de cortárselo antes de entrar a Hogwarts. Mientras acomodaba sus pantalones recordó lo que decía la nota de Lily, y rápidamente se acercó al obsequio aún envuelto. Había decidido abrirlo cuando estuviera sola.

Desatando el listón rojo del paquete, descubrió que el contenido era una hermosa edición de un libro muggle, uno muy peculiar a los ojos de Sam.

En una de sus muchas conversaciones con la pelirroja le había dicho que amaba los libros muggles, en especial los de romance de épocas antiguas, pero al mirar detalladamente el libro frunció un poco el ceño al darse cuenta que trataba de animales sobrenaturales, no al estilo Newt Scamander, sino de la perspectiva muggle.

Se sentó en su cama con el libro en una mano y la carta misteriosa en la otra. Dejó el libro cerrado sobre la cama y comenzó a abrir la carta, totalmente confundida.

"Querida, Sam.
Feliz Navidad!

Escribo esta carta justo después de recibir tu obsequio, aún no lo abro, pero te doy las gracias de antemano porque sé que sea lo que sea me encantará muchísimo. De todas formas te escribiré justo después de abrirlo, pero tranquila, no espero que hagas lo mismo.

Sé que mi regalo es algo inusual y probablemente te encuentres confundida, pero todo tiene una explicación y confío en que sabrás descifrarlo. Recuerda esto último.

El libro es sobre bestias que los muggles consideran ficticias, mitológicas, o sea falsas pero de igual forma peligrosas. Como me gustaría decirles que los unicornios si existen y es un privilegio verlos, o que en el lago donde solemos pasar el rato está lleno de criaturas inimaginables para sus mentes. No sé como reaccionarían ante un Grindylow, pero sería gracioso de ver si soy sincera.

Me desvíe un poco del tema central. A lo que quiero llegar con este regalo es que todo se trata de la perspectiva. Los muggles ven a algunos de estos animales como letales, y sin embargo nosotros convivimos día a día con algunos de ellos. Como por ejemplo los Caipora, dan miedo por su apariencia pero son tan nobles que protegen los terrenos de Castelobruxo, todo porque un día alguien confió en estos animales y se permitió conocerlos.

Lee el libro cuando quieras, sólo quiero recordarte algo muy importante.

Abre tu mente al hacerlo."

La carta no decía nada más y para ser bastante extensa y con obvias intenciones de hacerle entender algo, Sam se quedó pensando en algo que tuviera sentido con las palabras de Lily.

Sus pensamientos de pronto fueron interrumpidos cuando Jenny entró a la habitación, levantando una ceja al verla con la carta y el libro.

—Sí te lo envío Lupin, juro que lo quemaré.

—Es de Lily.

—Oh, claro. ¿Qué te envío? A mi me regaló un conjunto de ropa precioso, lo estrenaré en la siguiente salida a Hogsmeade.

Sam dudó un momento. Sabía que ella sola tenía que descubrir lo que Lily trataba de decirle, por algo sentía que no debía decirle a Jenny sobre la carta. Para su amiga sería muy sospechoso todo.

—Me regaló un libro —respondió simplemente, tratando de evadir el tema. —Estoy esperando una carta suya ahora. Dijo que me enviaría una apenas abriera mi regalo.

—Wow, que larga carta —los ojos castaños de Sam dieron con la figura de Jenny acercándose a la carta sobre la cama. Rápidamente la tomó antes que Jenny y se levantó. —¿Qué fue eso?

—Es que es algo privado.

—¿Es de Lily, no?

—Así es —contestó, guardando la carta entre medio de las hojas del libro.

—¿Entonces que tan privado puede ser? Nos contamos todo, Sam.

En otra ocasión Sam habría sentido culpa por las palabras de Jenny, ahora sólo sintió molestia.

—Hay cosas que no necesitan ser contadas y ya.

—Pero Lily lo sabe.

—Porque la conversación era entre Lily y yo.

—Porque son taan cercanas.

Aquel comentario sólo logró aumentar el enojo en Sam. Sabía que Jenny estaba pasando una situación dura, pero no entendía porque siempre se desquitaba con ella.

—Nos hicimos muy amigas.

—Te conozco desde los pañales.

—¿Y eso qué tiene que ver? No porque sea amiga de Lily significa que soy menos amiga tuya.

Jenny relamió sus labios en un gesto para contener su rabia. Sam no entendía su actitud y no quería que aquellas discusión se convirtiera en una pelea, por lo que le dio la espalda a la rubia y se concentró en lo que más le importaba en ese momento; el libro.

Todo lo que escuchó fue la puerta de su habitación cerrarse, y no supo porque, pero no le importó en lo absoluto.

Sentada en su escritorio Sam había pasado casi todo el día leyendo el libro, analizando cada una de las palabras pero aún sin comprender lo que Lily le quería decir. Había leído sobre los unicornios, pegasos, minotauro e incluso una bestia rara que habitaba en los pantanos. Sam debía admitir que los muggles tenían bastante imaginación, pero no estaban tan lejos de la realidad pues Sam había leído también sobre centauros y arañas gigantes. Por unos segundos compartió la opinión de Lily, los muggles alucinarían si supieran la verdad del mundo mágico.

El cielo estaba anaranjado cuando Sam dio vuelta la página tomando un sorbo de leche. Comenzaba a cansarse y aún no obtenía respuestas. La siguiente criatura era una que conocía muy bien por su no popularidad en el mundo mágico. Los hombres lobo.

Sam empatizaba con aquellas personas que tenían esa condición, pues eran personas normales como ella y la gran mayoría de los magos, sólo que sufrían cambios y perdían la conciencia una noche al mes. Nunca le pareció justo el desprecio que recibían los hombres y mujeres lobo, pero como el tema era mal visto nunca se atrevió a opinar con respecto al tema.

Sam estaba apunto de pasar la página cuando sus ojos la obligaron a leer las características del hombre lobo.

1) Velludo.

2) Sentidos más desarrollados, como el olfato, fuerza, velocidad, agilidad y reflejos.

3) Cambios de humor los días previos a la luna llena.

4) Agresivos y de naturaleza malvada.

5) Curación acelerada.

La castaña sabía que muchas de estas características las tenía alguien, justo la persona en quien deseaba no pensar en lo absoluto.

¿Sería posible? ¿Esto era lo que Lily quería que supiera? Pero no por ser cierto. Remus no podía ser...

Algo pareció conectar en la mente de Sam. Corrió escalera abajo hasta llegar a la puerta de la cocina, donde en la parte trasera se encontraba colgado un gran calendario del año. Retrocedió con su dedo algunas semanas hasta llegar a aquel viernes, la primera cita de Sam que ni siquiera logró comenzar, encontrando lo que quería desde el principio; el ciclo lunar.

Su brazo cayó lentamente, con un sentimiento indescifrable en todo su cuerpo. Ese día hubo luna llena.

Las cicatrices por el rostro de Remus. Su gran habilidad como guardián en el quidditch. Como aveces tenía dolores de cabeza o no tenía ganas de hablar con nadie. Pero Remus nunca fue agresivo y Sam sabía que nunca lo sería.

De pronto una lechuza se posó en la ventana, trayendo consigo una carta con un lazo rojo. Era de Lily.

・゚゚・* ࿐ °

🎠 Sam ya sabeeee

ya quiero publicar los demás
capítulo, no saben las ideas que
tengo para Sam y Remus más adelante 🤍

🪶 -atena.

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