Freen estuvo inquieta todo el camino, pero no fue sino hasta que estaba a un kilómetro de distancia que comenzó a sentir el llamado en su pecho.
Un aullido bajo, lleno de pena.
Sabía que no era su loba, y que era de Becky.
Al entrar a la casa no vio mucho más allá de la puerta de la sala, importándole muy poco el mundo.
Podía sentir el olor de Becky, cerca, fuerte.
Se olvidó de todo, del dolor de su cuerpo, o de su cabeza, su cansancio pareció desparecer, sólo recordó el gruñido que le había dedicado a otra chica que olía un poco a Becky, pero no le dio importancia.
Tenía que ir con su omega.
Pareció que hubiera estado ciega todo el camino hacia aquella habitación, porque no fue sino hasta que vio la cama, y el bulto en esta, que reaccionó.
-Alfa.
Freen se apresuró, casi corriendo hacia la cama, hasta subirse en ella, y en un movimiento rápido, tomando el cuerpo de Becky, abrazándola con fuerza contra sí.
Freen lloraba, de alivio, de alegría.
Llevó su nariz hasta el cuello de Becky, aspirando su dulce olor.
La omega hizo lo mismo, con las mejillas húmedas y una sonrisa, frotando su rostro en el cuello de la mayor dejando pequeños besos, embriagándose en su aroma.
Becky dejó de sentir frío, calentándose con la presencia de su alfa y su abrazo, como si de una estufa se tratara.
Becky rio un poco, con alegría, y eso hizo sonreír a la otra.
Freen se apartó un poco para mirar su rostro, su sonrisa, sus ojos, besó su frente, sus mejillas, su nariz y sus labios, con gusto algo salado por las lágrimas, pero lleno de felicidad.
Las manos de Freen bajaron al cuello de Becky, preguntando con la mirada.
-Sí- dijo, con seguridad-, sí, por favor.
Freen dejó un casto beso en sus labios antes de mirar la curva entre su cuello y hombro, libre, ya sin ningún collar en el medio, dejó un par de besos hasta llegar allí, quería darle el cariño que se merecía y hacerla suya al mismo tiempo, abrió su boca, acomodando sus caninos sobre la piel.
Sintió a Becky tomar aire, buscó su mano y la apretó, al mismo tiempo que enterraba sus dientes en la omega.
Escuchó un jadeo, con algo de dolor en él, sostuvo su mano más fuerte, el sabor metálico de la sangre lo hizo asquearse un poco.
Pero por fin estaba pasando, y no podía sentirse mejor, la felicidad tapó ese sabor.
Sus corazones comienzan a latir al mismo ritmo, sus pechos se llenaron de la mezcla de emociones, de alegría, de alivio, de paz, de amor, de ambas.
Freen desenterró sus dientes, lamiendo varias veces la marca, hasta que está dejó de sangrar.
Miró a Becky a los ojos, tomando las sonrojadas mejillas, amando su sonrisa, dándole una, besando sus labios con intensidad.
Ahora compartían todo, ahora estaban completas, sus miradas lo confirmaban, y la marca del lazo también.
-Te amo- declaró Freen, sintiendo en su pecho tanto su amor, como el sentimiento correspondiente de Becky.
-Te amo- repitió la omega.
***
Aún segundos después de que aquella castaña entrara al cuarto de Becky, Oaey seguía en el mismo lugar, sin saber porque ese gruñido la había intimidado tanto.
Soltando el aire, Oaey quiso avanzar hacia donde se había metido aquella desconocida, pero una mano atrapó su muñeca, haciéndola girar, fuejada hacia la pared, y Oaey miró con ojos abiertos de más a la rubia frente a ella.
Ja negó.
-Déjalas solas.
Oaey se mantuvo quieta hasta que Ja la soltó, para luego envolverla en sus brazos.
La beta se sorprendió un poco, y quiso mantener la compostura, pero no tardó en ceder, devolviendo el abrazo a Oaey.
-Te extrañé- murmuró la alfa, al oído de la otra, Ja no respondió.
Un carraspeo las hizo separarse, ambas miraron al pelirrojo, unos escalones más abajo del primer piso.
-Oaey, ¿No pensabas decirme que iba a ser tío?
La castaña tartamudeo un poco, el tono de Heng había sido bastante amenazante.
-No contestabas las llamadas para que finalmente te lo cuente tampoco- dijo.
-Ja tiró mí celular por la ventana del auto.
Oaey frunció el ceño, se volteó a mirar a la beta.
-¿Por qué?
Ja pasó su mano por sus rubios cabellos con nerviosismo.
-Es una larga historia y...-
-Ni quiero escucharla- dijo la alfa, en tono duro, conocía a Ja lo suficientemente para sido por una estupidez y le diría mil y una escusas para justificarse, no iba a perder el tiempo en eso-. Te compraré otro, Heng.
El pelirrojo sólo asintió, miró la puerta al final del pasillo, se dijo a sí mismo que las dos adentro iban a tardar, suspiró.
-Esperaré en tu casa para hablar con Freen- anunciado, volteando para bajar las escaleras, yendo hacia su sillón favorito de la sala.
***
Irin puso la llamada en altavoz, mientras pintaba sus uñas de un nuevo tono de lila que había recibido como recompensa de ir a ver a Kim.
-¿Irin?
-Noey- habló con alegría.
-¿Por qué estás tan alegre a estas horas de la noche?
-Ni son las once, abuelita- dijo la castaña-. Estoy feliz porque te voy a contar el chisme, ¿No viste la tele?
-Mmm nop.
-Siempre tan informada.- Irin rodó los ojos-. Mi esposa
-Oaey, si, sigue.
- Anunció que no iba a comprometerse con Armatrong- sonrió ampliamente, y su alegría también se notó en su voz.
-Ajam- dijo.
-¿Sabes por qué? - Irin hizo una pausa, aunque Noey no habló-. Porque Becky ya está unida a Freen.
-¿Cómo?
-Esa gruñona que se quedara calva por estar enojada todo el rato, la que va a dormir la siesta en donde trabajas...-
-Si, sí, sí, si... ¿Pero cómo lo sabes?
-Oh, ¿Recuerdas que me quejaba que la jefa me había mandado a cuidarla hoy en la tarde? - recibí un "Ajam" como respuesta-. Bueno, cuando estaba allí, llego su hermano, el cabeza de naranja, y otra rubia que seguro te gustaría, también era linda...
-Tiene algo que ver que sea linda con lo que me quieres contar?
-Nada- Irin se encogió de hombros-, pero esa chica linda le decía a Sarocha que tenía que ir con ellos, y ella no aceptó hasta que esta chica le dijo que la llevarían con Armstrong. Lo dijo así, con nombre y todo. "Te llevaremos con Becky Arsmtrong".
-Ohhh
-Y casi salió corriendo cuando dijeron el nombre de esa omega, me obligó a irme del departamento, y ella se subió a un auto con los otros dos y yo tuve que volverme a mí hogar. Y ahora que enciendo la tele, Oaey anuncia que no se comprometerá con Armstrong. Obviamente no dijeron si Freen la marcó o no, pero estoy totalmente segura, sólo que no pueden decirlo.
-Ajam- Noey hizo una pausa-. Que hermoso chisme.
-El mejor que te he contado.
-¡Irin!
-Momento, Noey- la castaña se giró, mirando a la cocina, donde su hermano estaba preparando la cena- ¡¿Qué?!
-Te dije hace como quince minutos que pongas la mesa, ¿Quieres que comamos con la mano desde la olla? - Chai alzó una ceja.
-Te tengo que dejar, Noey...
-Ahora, Irin -insistió el pelinegro, sin darle descanso.
-¡Ya va! - Irin resopló- Adiós, Noey.