Serie: Twisted Wonderland
Pareja: Idia Shroud & Azul Ashengrotto.
Prompt 32: A no tiene idea de que está en cinta, las personas más cercanas a él comienzan a sospechar porque come todo el tiempo e incluso tiene antojos de cosas que por lo general le dan asco o no le gustan, sus amigos le compran una prueba y después de hacérsela y ver el resultado, A tiene que ir con B a decirle las nuevas.
Título: Noticia inesperada.
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Como era usual después de clases y de realizar sus respectivas actividades escolares, los estudiantes de Octavinelle se prestaban a empezar su labores habituales en el reconocido restaurante "Mostro Lounge" ubicado dentro de su dormitorio. Azul Ashengrotto líder de dormitorio y gerente en jefe del restaurante se prestaba a cumplir con otra noche más de servicio, sin embargo, particularmente esa noche un peculiar detalle le causaba malestar.
—Azul, ¿Estás bien? —Cuestionó algo preocupado Jade al otro lado de la puerta de su habitación, pues su "jefe" extrañamente no estaba ya en sus labores como era habitual, sabía que no toleraba la impuntualidad en horario de trabajo y que fuera él mismo quien lo hiciera era algo bastante inusual.
—¡No, no estoy bien!
—¿Qué sucede? No me digas que estás llorando. —En un tono burlón decía al oír su voz llorosa al responder.
—Es que...
—¿Puedo pasar? Sabes que cuentas conmigo para solucionar tus problemas.
—¡No quiero tu ayuda!
—Bueno, supongo que atrasaremos la apertura del salón hoy.
—¡No, eso no! ¡Un minuto perdido es ganancia perdida y mala reputación para nuestro servicio! —Gritó determinado— ¡Pasa de una vez!
—¿Qué sucede? —Preguntó curioso Jade al entrar, y junto a este Floyd.
—¿Tú que haces aquí? Solo le dije a Jade que entrara. —Azul con mala cara le reprochaba al ver al otro gemelo entrar.
—Ehh... También me preocupé por ti, solo que no dije nada por que sabía que no me dejarías entrar, ¿qué te pasa Azul?
Azul no respondió su pregunta y tampoco pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas por la frustración que sentía al mostrar como los botones de su camisa y pantalones no le abrochaban.
—¡Estoy gordo!
—Jajaja, hasta que te das cuenta.
—¡No es gracioso Floyd! —Le gritó Azul con la firme intención de lanzarse encima a golpearlo, así aprovecharía para liberar su frustración. Sin embargo, Jade intervino entre ellos y tratando de calmar a Azul lo tomaba de la mano para apartarlo de su molesto hermano.
—Podemos arreglar eso con magia, no te compliques. —Sugería este con una tranquila sonrisa mientras sacaba su bolígrafo mágico— Si, había notado que estabas comiendo de más, pero pensé que era por tus nuevas "actividades físicas".
—¿Tú también vas a molestarme?
—No, no... ¿Cómo me crees capaz de eso? —Con fingido resentimiento Jade decía.
—Ah, te refieres a Azul teniendo sexo con Calamar luciérnaga senpai... ¿Eso te quita tanta energía? Vaya si que eres debilucho~.
Azul sonrojado se contenía de volver a lanzarse encima suyo, decidiendo sabiamente que era mejor solo ignorar sus tontos comentarios. Después de todo, no era secreto para sus dos "amigos" más cercanos que mantenía una ardiente relación con el excéntrico líder de Ignihyde desde hace un par de meses. Ese chico de tercer año que lo enamoró con su introvertida y extraña personalidad, atraído por su ingenio lo convirtió en su primer amor, ese amor juvenil de escuela que recordaría el resto de su vida porque estaba más que convencido que solo quedaría allí, en un amor pasajero que le daría la experiencia necesaria en su despertar sexual.
—Tal vez podamos ayudarte con la dieta. —Sugería Jade, aunque su rostro mostrara seriedad Azul podía intuir que planeaba disfrutar el quitarle la comida de la boca.
—Si, si... No puedo subir de peso, no quiero volver a lo que era de niño y que todos se burlen de mi. Prefiero que me torturen ustedes con la dieta a ser burla de los idiotas de la escuela.
—Bien dicho Azul, con gusto te ayudaremos. —Con una extraña sonrisa Floyd afirmaba, Azul resignado dio un suspiro porque parecía no tener más opción— Pero...
—¿Pero? —Cuestionó malhumorado Azul.
—No deberías tener sexo por unos días, ¿verdad?. Para saber si es eso lo que provoca tu subida de peso.
—Si, Floyd tiene razón.
Azul resopló ante esa sugerencia, tal vez en su afán de molestarlo ellos podrían tenían razón y debía probar si esto era lo que provocaba el aumento en su apetito. Con desgano canceló la cita que justamente tenía con Idia esa noche, no le agradaba la idea pero sabía que era necesario. Esa noche por mucho que Jade y Floyd estuvieron pendientes de que Azul no estuviera "probando" comida, este buscaba comer lo que encontrara en la cocina, lugar al que tenía libre acceso.
—Azul, no comas eso... —Le ordenaba Floyd con mala cara viéndolo comer algo muy ansioso, al notar que era un plato grande de ensalada le sorprendió un poco— Eh, ¿desde cuando comes tanta ensalada? Lo saludable no te gusta, ¿verdad?. Ya sé, seguramente tienes pollo frito bajo esa ensalada.
—Oye... —Le llamó Azul al ver cómo Floyd le quitó bruscamente su ensalada y la lanzó toda sobre el mesón, solo para darse cuenta que no había nada oculto.
—No había pollo frito, que raro. Si estabas comiendo ensalada, jeje~.
—No hables de pollo frito, no sé porque de solo pensarlo me da algo de asco ahora. —Decía Azul palideciendo al pensar en la que era su comida favorita.
—¡Jade, creo que Azul está muy enfermo! ¡Creo que se va a morir!
—¡Cállate, no digas esas cosas! ¡Y si me muero te llevo conmigo!
—¡No, muérete solo!
Jade a unos pasos los oía discutir de nuevo, frunciendo el ceño notó como habían ensuciado el mesón que acababa de limpiar, acercándose a ellos sonreía de forma siniestra. Después de oír lo que Floyd contaba sobre Azul y el pollo frito, también se sorprendió, pero a la vez se preocupó un poco.
—Debes admitir Azul que eso está muy raro.
—Si, tal vez si me voy a morir... He tenido ganas de comer comida saludable estos días, supongo que trataba de negar lo extraño que me sentía.
Jade miró fijamente el rostro lloroso de Azul, y una idea muy pero muy extraña cruzó por su mente. Ciertamente su jefe en los últimos días había estado de un humor bastante inestable incluso más que el de Floyd, estaba comiendo demasiado lo que le hacia subir de peso.
—¿Es posible que estés embarazado?
El gesto de Azul decayó de forma abrupta ante la suposición de Jade, su rostro quedó tan blanco como un papel. Perdiendo fuerza en sus piernas tambaleó casi a punto a caer, haciendo que Floyd lo tomara entre sus brazos para que no cayera.
—Oye Jade no hagas esas bromas, incluso yo sentí un horrible escalofrío al oír eso. No digas cosas tan absurdas.
—No es absurdo, recuerdas la leyenda que nos contaba la abuela sobre las sirenas que encuentran su amor verdadero, y sobre cómo tienen bebés al poco tiempo de estar junto a ese amor.
—Lo dijiste, es una leyenda de abuelas que solo nos decían para que no tuviéramos sexo siendo jóvenes.
—¿Y si es verdad? ...Y la especie de Azul es más propensa a ello.
Los gemelos miraron a un atónito Azul que apenas parpadeando no podía creer lo que escuchaba, no era tan absurda esa idea, pero lo que si tenía claro es que tener un hijo sin haber terminado la escuela no estaba en sus planes. Floyd por sugerencia de Jade fue de inmediato al pueblo al pie de las montañas a comprar unas pruebas de embarazo, Azul por su parte se declaró enfermo esa noche y dejó a Jade frente al restaurante en ese turno. Cuando el reloj marcaba un poco más de las diez de la noche, los gemelos aparecían en su habitación.
—Sigue en shock, está igual como lo dejamos hace rato. —Comentaba Floyd al ver cómo Azul seguía recostado muy tenso en su cama mirando el techo.
—Vamos Azul, debes salir de dudas y hacerte la prueba.
—Si quieres te ayudamos.
Azul miró con odio a Floyd al ver sus intenciones de bajarle los pantalones, tomando las pruebas sin decir nada se dirigía a su baño privado, lanzando la puerta con fuerza se encerraba allí.
Minutos después un lamento desolador se escuchó dentro del baño resonando a los oídos de los gemelos que ansiosos aguardaban por saber, al oírlo podían predecir el resultado, por un instante se lo tomaron seriamente pues no podían imaginar lo que su amigo estaba sintiendo ahora.
—Azul... Tal vez es un error, vuelve a hacerla.
Jade siendo comprensivo le decía fuera del baño, escucharon a Azul lamentarse por casi dos horas mientras bebía agua y esperaba el efecto se hizo las diez pruebas que Floyd le había comprado. Finalmente pasada medianoche, Azul aturdido salía del baño.
—Azul... —Susurraron los gemelos, ambos le trataron de dar ánimos siguiéndolo.
—Ese calamar luciérnaga se debe hacer cargo de lo contrario... Lo estrangularé muy fuerte.
—Esta vez tengo que darle la razón a Floyd, él no te va a dejar toda la responsabilidad a ti.
Azul callado solo caminaba a su cama, los gemelos lo miraban fijamente sin saber que debían hacer o decir sin alterarlo.
—Azul ¿Estás bien? —Jade se decidió a preguntar después de un incómodo silencio.
—Tendré un bebé... Lo puedo sentir.
—¿Lo puedes sentir? Yo quiero sentirlo.
—Floyd... —Le llamaba la atención su hermano, este solo hizo un puchero y se apartaba— ¿Qué harás ahora Azul?
—No sé...
—Debe ser algo muy impactante para ti ¿No? No tienes que decidir que hacer ahora.
—Debo decidirlo ahora...
—¿Hm? —Murmuraron los gemelos al unísono.
—No puedo cambiar la situación así que... ¿Por qué debe ser malo? —Hablaba Azul secando sus lágrimas esbozaba una sonrisa— Idia san es el padre de este bebé, y su familia es muy importante, se imaginan los contactos que tendré si nos casamos por el bebé.
—¿Qué? —Cuestionó Jade— No me digas que te embarazaste a propósito, hasta para ti eso es algo muy ruin.
—No, no lo busqué, ni siquiera sabía que podía embarazarme pero ya que ocurrió por qué debo lamentarlo. No debo llorar sobre la leche derramada ¿Verdad?
—Jeje, parece que la leche se derramó dentro de ti... Oye Azul ¿Por qué no usaste protección?
—Eres un... —Decía Azul conteniendo su enojo— Ya lo dije no sabía que podía embarazarme.
Los gemelos se miraron entre si, de alguna forma se sentían aliviados porque sin duda alguna este seguía siendo el mismo Azul de siempre con su sonrisa y mirada que planeaba algo grande.
—¿Cómo se lo diré?
—Si quieres yo se lo digo. —Se ofrecía muy animado Floyd.
—Tú no vas a decirle nada, esto me corresponde a mi.
Azul esa noche no pudo conciliar el sueño, al no poder evitar pensar en cómo cambiaría su futuro a partir de ahora, el primer paso era decirle al padre de su bebé la buena noticia. A la mañana siguiente entre clases, Idia para su sorpresa se encontró con Azul en la puerta de su habitación.
—Se- se- señor Azul... Casi me mata del susto —Muy sorprendido Idia dijo al verlo de pie en su puerta al abrirla— ¿Qué hace aquí? Estamos en clases.
—Su tableta está en clase... Necesito hablar con usted. —Con seriedad advertía entrando a la habitación cerraba la puerta tras suyo.
—Si viene a disculparse por cancelar lo de anoche, le dije que no era necesario. No estoy molesto, aproveché para pasar un juego.
—No vine a disculparme.
—Ahora no podemos hacerlo... —Aclaró al ver como se le acercaba a paso firme— Estamos en clases, además es de día.
—¿Eso qué? Lo hemos hecho varias veces de día...
Azul decía acomodándose los lentes, su supuesto novio era alguien bastante raro, aún a veces se cuestionaba a si mismo ¿Por qué se había enamorado de él? Pero verlo tan nervioso y con esa mirada esquiva entendía los motivos, le gustaba así de raro, tratando de disimular el rubor en sus mejillas se cubría el rostro.
—¿Qué sucede? ¿Se siente mal? —Cuestionó preocupado, lo siguiente que sintió fue como Azul se lanzaba hacia el para aferrarse a su cuerpo en un fuerte abrazo.
—No, estoy bien... Idia San... Lo amo...
—Ehhh solo faltó a clases para decirme eso... ¿Qué? ¿Estamos en medio de una escena de manga muy cursi?
—¿Usted me ama?
—¿Por qué pregunta eso? Acaso no se nota... No me haga decirlo.
—Fufu... Me gustaría oírlo ahora, lo necesito.
—¿Por qué? —Notando su mirada llorosa levantaba su rostro para verlo fijamente— ¿Qué sucede? ¿Le pasa algo malo?
—No es malo... Creo... Pero no sé si cuando se lo diga usted me dejará.
—Me está asustando... ¿Quiere que colapse? Sabe que no soporto esta tensión.
—Idia san, vamos a tener un bebé.
Idia al escuchar aquella inesperada noticia se desmayó, la tensión lo sobrepasó cayendo entre los brazos de Azul, quién nada sorprendido ya había previsto una reacción así, después de todo conocía demasiado bien al padre de su bebé.
—Debemos mantenerlo en secreto hasta que pueda decírselo a mis padres. —Era lo que Idia decía varios minutos después de haber recobrado la compostura. Todavía no podía asimilar del todo la idea pero de alguna forma tampoco le desagradaba pensar que pronto tendría a alguien muy pequeño para enseñarle sus cosas frikis.
—Entonces ¿No va a dejarme?
—No... Aunque no lo parezca soy un hombre responsable.
Azul muy emocionado besando sus labios lo abrazaba de nuevo con fuerza, si era una relación por conveniencia o no por lo pronto se sentía feliz por su apoyo. Ese dulce beso fue interrumpido por el golpe de la puerta abriéndose de repente.
—¡Ortho! ¡Ya te dije que no entres así!
—Hermano... ¿Es cierto? ¿Seré tío?
—Ehhhh.... ¿Có- cómo te enteraste?
—Todos en la escuela saben, dejaste el audio de tu tableta encendida.
Idia de la impresión se desmayó de nuevo, Azul sonriendo forzadamente era abrazado por un muy feliz Ortho, el embarazado no esperaba que su estado fuera el chisme mal intencionado de todos pero suponía que este sería el pequeño precio a pagar por el próspero futuro que le aguardaba.
✨✨✨
Muchas gracias por leer esta primera historia, se supone que sería un drabble pero no pude evitar seguir escribiendo. Espero que haya sido de su agrado. No olviden dejar su voto y comentario si les gustó. 💖✨
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Muchas gracias por leer esta primera historia, se supone que sería un drabble pero no pude evitar seguir escribiendo. Espero que haya sido de su agrado. No olviden dejar su voto y comentario si les gustó. 💖✨