Witchblood

By Srtadarkees4

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(Primer libro de la Saga Ojos Malditos) Dicen que todas las familias tienen una manera distinta de funcionar... More

Advertencias
Prólogo
Los Witchblood
Bienvenidos a...
Demasiado pronto
El peligro tiene ojos negros
Caníbales en el campus
Acorralando al cazador
Chantaje emocional
Rueda de fuego
Una esmeralda perdida en el bosque
Respuesta ambigua
¿Monstruo o estafador?
Las piernas tienen un precio
¿Cuánta azúcar en la sangre, señorita?
Recopilación de personajes
La verdadera predicción, es la tuya
Retazos del pasado
Pijamada con los Witchblood
La Organización
Carlotta
El pueblo oculto
Viva el intercambio cultural
Madre de un mostruo

Predicción maldita

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By Srtadarkees4

Capítulo 12

Todos tenemos pavor cuando se trata de predecir el futuro. Lo incierto y lo prohibido vienen de la mano al querer buscar más de lo que podemos, y cuando no somos capaces de aguantar el peso del mañana, las puertas del pasado se abren de nuevo.

A veces es mejor contemplarlo todo desde la distancia de un ignorante. Bien dicen que ellos son mucho más felices, con lo poco que saben, o con lo que quieren saber.

¿Estas seguro que quieres ver al otro lado del telón? Pequeño ignorante.

Narrador Omnisciente /Año 1940/

Los bosques son reliquias sagradas. A todos los individuos de Belburg les trasmitían de generación en generación la tradición de rendirle tributo a estos, a través de las bendiciones sagradas que les enseñaban las abuelas de la aldea. Cada extremo del pueblo, estaba rodeado de tipos diversos de plantas y hierbas. Cada ser habitante en esas tierras, cosechaba un poder divino, un regalo de la energía sobrenatural que el lugar poseía.

Los seres de la tierra estaban agradecidos con aquellas criaturas. Las observaban desde los rincones olvidados de los árboles, espectadores de la algarabía incesante de los pequeños que cuidaban las florecitas crecientes y soñantes. Eran una sociedad pacífica, y una colonia alejada del mundo humano.

Una que debía permanecer oculta, por su bien y el del bosque.

—¡Niños, busquen a la señora Valdi, su madre está de parto!

El grito desesperado de una señora resonó en toda la aldea, que apenas estaban empezando a llegar de un día duro de caza. No tenían programado que aquel nacimiento se adelantara, pero las cosas casi siempre no resultaban cómo predecían.

Ninguna predicción es exacta.

Una joven que jugaba con los conejos blancos de su abuelo, fue la primera que escuchó el grito de Mara, la persona que habían dejado al cuidado de la mujer embarazada. La muchacha se levantó, provocando que los conejos se esparcieran a correr nerviosos, y se hechó a correr en busca de la abuela Valdi.

Llegó despavorida a la cabaña de la anciana, encontrándosela mirando fijamente el cielo que empezaba a tornarse anaranjado por el ocultamiento del sol. Antes que pudiera decirle el motivo de la interrupción, Valdi levantó su mano arrugada y extremadamente delgada por la edad, hacia la adolescente .

—Ya sé, Gianna. Sentí primero que nadie que el bebé se acercaba —su entrecejo arrugado lucía preocupado.

—¿Entonces que esperas? Date prisa , necesitan tu ayuda.

—Esperaré la hora acordada —dijo con firmeza , mientras se sostenía un viejo manto tejido a mano , de color rojo vino aterciopelado, que mantenía encima de los hombros por el frío.

—¡Valdi , el bebé nacerá ya! ¡No podemos esperar a la hora acordada!

—No insistas niña. Los espíritus dijeron que debía ser a medianoche , ni un minuto más ni un minuto menos.

—¡No podemos esperar por los espíritus! El bebé morirá sino sale ahora —Gianna vociferaba con fuerza a la anciana , que lucía terca como una mula en su lugar. No movería ni un solo pie.

—No le pasará nada Gi. Confía en la palabra de los espíritus. Ellos saben lo que dicen —dijo confiada sin desviar su mirada del cielo.

Gianna no comprendía la decisión de la vieja curandera , pero no se quedaría a esperar que su madre muriera junto su futuro hermano en pleno parto. Recogió la tanda de insultos que tenía en la boca para la anciana senil y se dirigió nuevamente corriendo hacia el lago.

Rápidamente visualizó las claras aguas , que permanecían calmadas ingnorando los constantes gritos que se estaban escuchando de la mujer que estaba dando a luz. Su madre se oía desesperada. No se imaginaba el dolor que debía sentir una mujer cuando se desgarraba para traer una vida al mundo.

Encontró a Mara , pasándole trapos a su madre por el rostro transpirado y rojo del esfuerzo. Esta yacía con las piernas abiertas metidas en agua , el vestido lo llevaba arremangado por las caderas , tapando su feminidad con una manta blanca. Gracias a los espíritus que no había sangre visible en ella. Sus hermanos menores se encontraban a unos metros , mirando al ser que les dio la vida sufriendo para traer otra. Se notaban inquietos , sin saber cómo actuar ante tales gritos de ayuda que emitía su madre.

¿Y así esperaba la anciana que el bebé saliera a medianoche? Eran cerca de las nueve y las contracciones debían estar matándola.

—¿No ha dilatado aún? —preguntó Gi, acercándose rápidamente a donde estaban para ver si podía ayudarles en algo.

Su madre apretaba fuertemente la mano de Mara , mientras respiraba profundamente con evidente esfuerzo , intentado disipar un poco el dolor.

—No, Gianna. No ha dilatado. Pero los dolores son muy fuertes. Por ahora hay que esperar —aclaró la mujer de manera apresurada , sin quitarle los ojos de encima a la embarazada.

Tal vez la anciana si tuviera algo de razón.

—Pensé que nacería ya.

—Si , yo también. Pero al parecer solo son contracciones del preparto.

Gianna no se decidía si sentirse aliviada o aterrada , la voz de su madre no dejaba concentrarse a absolutamente nadie. Solo podía desear que aquello fuera lo más rápido posible. Pero faltaban tres horas para la medianoche.

—¿Cuánto crees que tarde?

—No sabría decirte niña —dijo Mara ofuscada en su labor de calmar a la madre de Gianna—. Pueden durar minutos, horas e incluso días , todo dependerá de que su cuerpo esté listo para el nacimiento.

No creía que durara días , se veía que estaba pasando demasiado dolor. Aunque Gianna no sabía nada de medicina prenatal.

Gianna se acercó a su madre , y le tomó una de sus manos para que está la apretara. La embarazada no demoró en usar toda su fuerza cuando vio la mano de su hija ofrecerle consuelo. Estaba cegada por las contracciones horribles que le estaban dando.

—Juro que no pariré más —exclamó ahogada hacia su hija.

La chica soltó una risa sin poder evitarlo.

—Siempre dices lo mismo mamá. Y hasta ahora has tenido tres más desde mi nacimiento.

—¡No le respondas a tu madre! —gritó mientras apretaba aún más su mano. Casi partiéndola en dos. La chica soltó un gemido de dolor , arrugando el entrecejo con molestia.

—Pero sino te...

—No le vayas a la contraria Gianna. Ahora la tomará con cualquiera , solo síguele la corriente —siseó divertida entre los gritos de la mujer la señora Mara.

El bufido resignado de la muchacha no tardó en llegar , seguido por las tres horas que había previsto que durarían aquellas contracciones. Ya iba a caer la medianoche y su madre seguía en aquella situación desesperante, hasta que Mara decidió volver a revisar el estado de dilatación , y por fin vieron bandera verde para empezar.

—Ya estás lista Eleanor, ahora puja con todas tus fuerzas —vociferó Mara para darle ánimos.

Con el rostro arrugado y tembloroso , la mujer procedió a empujar y gritar , mientras se le salían las lágrimas del esfuerzo. Al mismo tiempo la presencia de Valdi se sintió en el lugar.

La anciana caminaba tranquila e imperturbable por las rocas calizas hacia su dirección. Parecía estar satisfecha con la predicción que había hecho. Su rostro lucía complacido , cosa que le molestaba bastante a la joven. Se preguntaba que hubiera pasado si el bebé hubiera nacido antes de lo que supuestamente los espíritus decían. Nunca entendería lo que pasaba por la cabeza de las personas que supuestamente oían las voces de los protectores del bosque. Ella no era atea , creía firmemente en la palabra de los seres que las bendecían con su poder , pero a veces le costaba entender las desiciones y predicciones que hacían.

Pero como bruja verde , sabía que siempre tenían una razón para actuar así.

—Ya estamos casi listas , en cuanto sean las doce , comenzaré el ritual de reconocimiento. Los espíritus tienen una extraña sensación con este nacimiento —farfulló inexpresiva, observando cómo la embarazada estaba a punto de dar a luz.

Mara no le prestó atención, concentrada en apoyar lo más que pudiera a Eleanor , que parecía que en cualquier momento iba a desfallecer. La señora la había ayudado en todos los partos que había tenido anteriormente, pero estaba segura que ninguno había sido tan problemático como ese. Estaba acostumbrada a los tratos tan insensibles de Valdi , llevaba siendo la líder de la aldea por mucho tiempo y al poder oír a los protectores del bosque tenía un gran peso en sus hombros.

Además , este nacimiento parecía provocar una extraña expectativa en los espíritus. Había que ver si era buena o mala.

—¡Ya veo la cabeza! Vamos cariño , sigue pujando. ¡Tú puedes! ¡Vamos! ¡Vamos! —le siguió alentado Mara.

Eleanor siguió en su labor , invocando las pocas fuerzas que le quedaban para por fin expulsar lo que llevaba hace nueve meses en el vientre. De repente , un llanto ruidoso se expandió por todo el lago , provocando lágrimas de alegría y emoción en la joven que observaba a la pequeña bolita ensangrentada que sostenía Mara en sus brazos.

La muchacha , que se convertía en hermana por cuarta vez en su vida , extendió los brazos expectante a Mara , que igual con lágrimas en los ojos le colocó al bebé cuidadosamente en los brazos.

—Es una niña —dijo la joven al ver a la pequeña bebé en sus brazos. La mecía distraídamente con una sonrisa agradecida en sus labios. Estaba feliz de que por fin su hermana pudiera nacer sin más complicaciones.

Sus pequeños hermanos se acercaron curiosos a donde estaban todos reunidos. Dos niños y una niña. Observaban interrogantes a la cosita que sostenía su hermana con adoración. Ninguno rebasaba los seis años , así que no entendían bien lo que ocurría. Solo entendían que ya su mamá no estaría panzona otra vez.

—Mi bebé —susurró con la garganta adolorida Eleanor , buscando a su hija con los brazos abiertos —. Quiero cargarla.

Gianna se dirigió en dirección a su madre , pero Valdi se interpuso rápidamente en el camino.

—Primero el reconocimiento, ya después podrá cargarla.

La joven la miró incrédula.

—El reconocimiento puede esperar Valdi. Mi madre quiere conocer a su hija.

—Los espíritus necesitan saber si...

—Una mierda los espíritus —soltó por fin el insulto que tenía en la lengua desde que sintió la presencia ególatra de la vieja—. Solo sabes hablar y hablar de las cosas que te dicen , pero no aclaras un carajo. No ayudaste en nada , ¿y aun así tienes la cara de pararte aquí y exigir prioridad al estúpido reconocimiento? ¿Qué más da si es una bruja verde o no?

Valdi , sin cambiar su expresión intransigente , hizo el amago de arrebatarle el bebé de los brazos como si nada. Gianna se hizo atrás con aún más ganas de gritarle a la vieja bruja un montón de groserías , pero Mara se interpuso entre ambas , dándole la cara a la chica que lucía claramente dispuesta a romperle un par de dientes a alguien.

No la culpaba , los procedimientos de la señora mayor eran arcaicos a más no poder. A veces su adoración inmaculada la cegaba por completo.

—Gi , entiendo que no quieras darle a la bebé. Pero créeme , no lograrás nada discutiendo con Valdi —se dirigió a la anciana después—. ¿No podemos hacerlo después de que Eleanor la cargue un rato?

—Los espíritus están impacientes. Necesitamos hacerlo ahora. La luna está en su estado más alto , ellos quieren verla ahora. Quieren reconocer a la nueva bruja. Ya.

La joven alternó su mirada entre la bebé y la mujer mayor , indecisa con lo que debía hacer. No había sentido más la voz de su madre , así que se acercó a ella para ver que le decía. No decidiría algo que no le correspondía. Cuando vio que la mujer se había quedado dormida , con suaves respiraciones , volvió a prestarle atención a Valdi.

—Háganlo antes que mi madre despierte.

Rápidamente, las mujeres mayores hicieron un círculo a base de piedras coloridas de las cuevas donde realizaban los rituales a los espíritus. Estas tenían un resplandor natural que las hacía distinguibles a simples vista. Esparcieron en el centro un montón de hierbas alargadas y finas , para colocar a la bebé encima de estas. El aroma natural del romero y los lirios perfumó todo ambiente , casi logrando relajar a la hermana de la pequeña.

Delicadamente, procedió a colocar a la bebé encima de la superficie herbal que habían creado. Se acordaba de este ritual gracias a los anteriores de sus hermanos. Lo hacían con cada bebé que nacía en Belburg , para reconocer si tenían la habilidad de obtener magia de los componentes naturales que les proporcionaba la tierra, lo que sí resultaba dar positivo , les convertía en brujas verdes. A pesar de tener todos el gen de la magia verde , no todos nacían siendo brujas o brujos. Por ejemplo, ninguno de sus hermanos era uno.

Valdi se acomodó frente a la pequeña arrugada , que aún ni siquiera habían podido bañarla , con los brazos abiertos y los ojos cerrados.

Silvarum spirituum. Audi vocem funestis servi. Sciam si hic servus novus tibi serviendi veneficae silvae potestatem habebit.

Heus

Saltare

Pythonissam arcessere

De la zona herbosa sobre la cabecita de la niña , nació una flor. De pétalos blancos y cortos , con un pistillo dorado en medio. Brillaba rebosante de magia.

Todos se asombraron al verla. Aquello era una buena señal. Pero luego ocurrió algo que disipó las buenas vibras.

La flor se tornó oscura , ennegreciendo su tallo y pétalos por igual rápidamente. El brillo que la rodeaba se volvió bruma sombreada y la exclamación de Valdi , ahogada en terror , se escuchó para todos.

—Una bruja negra —aclamó con el pánico calándole los huesos—. Eleanor a dado a luz a una bruja negra.

Gianna no cabía en su cuerpo. Ella tampoco esperaba este resultado , nunca pudo imaginarse que su hermanita pudiera ser aquello. Sus ojos se abrieron a más no poder cuando la bebé repentinamente abrió los ojos.

Todos se quedaron aún más absortos cuando vieron el color de los ojos de la niña. Un color que era repudiado por todas las brujas.

Eran negros.

—Carlotta —escucharon que siseaba Eleanor , que al parecer había recuperado la conciencia —Denme a Carlotta , por favor.

Lo que no sabía la pobre mujer , era que nunca más en su vida volvería a ver su pequeña hija.

Porque el único destino de todas las brujas oscuras , era el exilio.

¿Esto era lo que tanto esperaban los espíritus?

—Está predicción esta maldita —declaró Valdi—. Que los espíritus tengan piedad de nosotros.

Gianna rezó por última vez a sus amados espíritus, pero no para aclamarlos. Sus ojos verdes como las esmeraldas , que siempre habían sido adorados por toda la gente del pueblo por su color tan vivo , producían ahora más oscuridad que la propia flor en la tierra.

Los maldijo con todas sus fuerzas , por sentenciar a su hermanita a un destino tan cruel.

Ustedes también terminarán sirviendo al infierno , pero no para reinar. Serán castigados mientras miramos desde lo más alto.

No te preocupes hermana , yo me encargaré de crear un mundo para que vivas feliz.

Mi predicción ya ha comenzado.

🫣

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