Atada a sus órdenes [Bilogía...

By EVUPMbb

83.2K 8.5K 1K

Satisfacer el deseo visual de una persona jamás fué tan tentador. Sin embargo; el deseo físico y la necesidad... More

ADVERTENCIA
•••
PLAYLIST
•1•
•2•
•3•
•4•
•5•
•6•
•7•
•8•
•9•
•10•
•11•
•12•
•13•
•14• (+18)
•15•
•16• Parte: 1
•16• Parte:2
•16• Parte: 3
•17•
•19•
•20• (+21)
•21•
•22•
•23•
•24•
•25•
•26•
•27•
•28•
•29•
•30•
NOTA - AVISO

•18•

1.6K 210 42
By EVUPMbb

Dahak: Ven al edificio principal de las compañías Azazel. Dejé mi almuerzo en casa. Por favor, ve por él y tráelo.

Ese mensaje me llegó de la nada, mientras yo acababa de llegar frente a su casa.

— Señor, por favor, espere aquí un momento. Buscaré algo y volveré.

Rápidamente busqué lo que debía y regresé al taxi.

— ¿A dónde se dirige ahora?

— El edificio principal de las compañías Azazel.

Lo noté alzar las cejas.

— El edificio empresarial más grande y lujoso de la ciudad —soltó un silbido—. Y vienes a éste lugar lleno de mansiones y casas de gente rica. ¿Eres de la alta sociedad, niña?

Quise decir: “Eso no es de su incumbencia”. Pero no fué lo que respondí.

— No. Yo simplemente trabajo para alguien de ese mundo.

— Ya veo. Debe ser raro. Una persona común jamás se mezcla con gente de ese tipo.

Al pensarlo, me dí cuenta de que al estar cerca de Dahak, no le daba demasiado peso a ese detalle.

Pero rápidamente caí en cuenta de la gran diferencia que había entre nosotros cuando llegué frente a ese enorme edificio que le pertenecía.

— Vaya — murmuré.

Nunca había visto dicho lugar tan de cerca en persona. Y nunca me había interesado siquiera.

— Impresionante. ¿No? —dijo el conductor del taxi con entusiasmo—. Las personas mejores pagadas de la ciudad trabajan en éste edificio. Un sueldo cómo el de aquí, bastaría para cubrir todas mis deudas —comentó con diversión—. Mi esposa estaría orgullosa. Aunque ella lo está. Es una gran mujer. Aunque creo que se merece algo mucho mejor.

El señor hablaba demasiado. Sorprendentemente le presté atención.

— Supongo que no importa si es impresionante o no. Si es adinerado o no. Si realmente lo ama, ella estará orgullosa con su esfuerzo genuino. Está bien que piense que ella merece más, eso me da a entender que usted la aprecia verdaderamente. Sin embargo, ella es quién decide qué es lo que realmente merece y desea en su vida.

El señor parpadeó repetidamente.

— Esas son admirables palabras, niña.

— Sí, bueno. Gracias —dije dándome cuenta de que estaba dejando pasar tiempo—. Aquí tiene —extendí el dinero en su dirección, el cual él tomó—. Hasta luego. Que tenga buena tarde.

— Igualmente, niña. Gracias a tí.

Al bajarme lo ví irse, luego solté un suspiro y me giré. Alcé mi mirada e inmediatamente me sentí cómo un bicho diminuto frente a ese imponente e increíble edificio. En realidad era mucho más grande de lo que había imaginado o visto a gran distancia. Y su diseño era extremadamente llamativo visualmente. Bajé mi mirada y la posé sobre la entrada. Habían vários árboles en la extensa acera. Y la entrada del estacionamiento estaba a vários metros de distancia. Los pocos autos que logré ver salir de allí en esos segundos, eran deportivos y otros más elegantes y sofisticados. Habían personas saliendo y otras entrando por la entrada principal, todos vestidos de manera formal y perfectamente pulcra. Habían guardias de seguridad que me revisaron antes de pasar.

Cuando logré pasar, casi sentí que perdí el aliento.

«¿Dónde demonios se supone que estoy?»

Fué lo que vino a mi mente.

El interior del edificio era aún más impresionante. Daba la sensación de que estaba en un lugar de ensueño. Tuve que obligarme a salir de mi asombro cuando sentí que la gente me veía raro. Allí fué cuando caminé rápidamente hacia lo que parecía la recepción. Había un chico allí.

— Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarte? — fué amable al verme llegar algo desorientada.

— Eh, hola, soy Nyx. Yo vengo a ver al señor Azazel.

El chico abrió los ojos ampliamente, pero luego sonrió.

— ¿Tienes alguna cita, corazón? —preguntó.

— No. Yo trabajo para él y...

La cara del chico me dijo que no iba a creerme ni una palabra.

— Me temo que si no tienes una cita con él o alguien en los departamentos superiores, no puedo dejarte avanzar más allá de aquí.

— Oh, claro. Entiendo. Es solo que...

— Cariño, ahora estoy algo ocupado. Si me permites —dijo tratando de ser cortés, cosa que sentí totalmente opuesto. Segundos después alguien más se colocó delante de mí, casi empujándome a un lado.

Intenté buscar mi teléfono para contactar a Azazel, pero casi me da un ataque cuando me dí cuenta de que no lo tenía en mi bolso. Luego recordé que no lo guardé bien en el taxi y cabía la posibilidad de que se hubiera quedado allí.

Quise golpearme mentalmente, pero no tenía mucho tiempo de hacer tonterías. Así que evalué mis opciones.

Observé unos segundos a la persona que me había atendido y escuché lo que decía y hablaba con las personas a las que sí dejaba pasar. En medio de mi observación, comprendí que el piso en el que se encontraba Dahak era el último. Me moví sigilosamente y cuando tuve oportunidad, subí al ascensor junto a otras personas, quiénes de inmediato me vieron de mala forma.

— ¿Acaso no eres tú la chica con la que Francis estaba hablando? ¿La que quería ver al señor Azazel sin una cita? — se burló uno de los hombres que iba a allí.

— ¿Yo? No — negué de inmediato—. Trabajo aquí.

Tenía que hacer lo que fuera necesario, según yo. Y eso incluía mentir, aunque yo fuera pésima en ello.

— ¿Ah sí? ¿Desde cuándo? Nunca te había visto. Y tengo cinco años trabajando aquí.

— Soy nueva, señor. Comienzo hoy.

— Interesante. No había escuchado de nuevos empleados —dijo con diversión—. ¿De qué departamento eres?

— Marketing digital —respondí con agilidad.

— Ya veo. Oye, Falconi, deberíamos preguntarle a Hazel al respecto.

— Sí. Hazel debe estar enterada. ¿Conoces a Hazel? —el hombre llamado Falconi me vió.

— Me temo que soy demasiado nueva para saberlo ahora.

— Hazel es la jefa del departamento de Marketing digital. Es decir, sería tu superior si realmente trabajaras aquí.

Ambos hombres en ese instante me vieron seriamente y se acercaron. Por fortuna en el siguiente piso la puerta se abrió y esa fue mi oportunidad para escapar.

— Oigan. ¡Atrapen a esa mujer!

—¡Hey!

Cómo habían várias personas que tomaron el ascensor, no lograron alcanzarme.

Pensé que podía respirar tranquila, pero cuando levanté mi mirada después de tomar un gran respiro, me dí cuenta de que había acabado dentro de un departamento repleto de personas que me veían seriamente.

— Hola. Buenas tardes —dije nerviosa. Ví a algunos que estaban en otra sección alejada con mesas y sillas en dónde estaban comiendo—. Buen provecho —luego corrí lejos.

Busqué unas escaleras y subí. Pero al parecer la noticia de que alguien sospechoso se había metido al edificio había corrido demasiado rápido entre los departamentos. Y ese alguien en específico era una chica de cabello color caramelo, ojos ámbar, de piel clara, contextura delgada, estatura media y vestimenta rosada y muy sencilla. Es decir, yo.

Corrí todo lo que pude con mi bolso encima y la comida entre mis manos en una bolsa reutilizable.

Cada piso que subía corriendo era un nuevo desafío. Al parecer las personas ya me estaban esperando. No pude subir en el ascensor y ya me estaba cansando. Eran demasiados pisos para mi gusto, sobretodo al tener que correr cómo si estuviera escapando de algún crimen que haya cometido.

Al final, cómo si hubiera visto a Dios, ví ese último piso en el que se suponía estaba Dahak. Pero sin contar con ello allí, me estaban esperando. El chico que me había recibido abajo había subido.

— Así que al final llegaste hasta aquí. Te felicito. Tienes una habilidad sorprendente para escurrirte de la mano de los demás. Pero supongo que tu juego se acaba en éste punto.

Estaba casi sin aliento, tuve que esperar calmarme para acercarme.

Con él habían dos personas más, una chica y un chico. Más dos guardias de seguridad.

— Oigan, solo necesito entregarle algo al señor Azazel. Luego me iré. No puedo contactarlo, porque he dejado mi teléfono en el taxi —me acerqué. Los guardias de seguridad inmediatamente se cruzaron en medio, impidiéndome el paso—. Por favor. Sólo entreguénle ésto —extendí la bolsa en la qué llevaba su comida perfectamente organizada. Pero fué un error pensar que las personas serían lo suficientemente amables para aceptarla.

La chica que estaba allí rápidamente golpeó mi mano con fuerza y lanzó con brusquedad la bolsa al suelo, logrando que así las tazas se abrieran y parte de la comida fuera lanzada al suelo.

Mis ojos se abrieron ampliamente al ver eso.

— Lárgate. Si eres otra loca obsesionada con Dahak, yo misma no te voy a dejar pasar. No todo el mundo tiene el privilegio de acercarse a él — luego vió la comida en el suelo y se burló—. ¿Qué porquería pretendías darle, eh? Dahak no comería algo tan mediocre cómo esa comida barata y simple. Sus gustos son más refinados

Cuando escuché que ella no lo llamó por su apellido, pude hacerme una idea en mi cabeza. Pero honestamente su forma de hablar solo me daban ganas de querer golpearla. Quise acercarme, pero en busca de la bolsa en el suelo, cosa que me fué imposible cuando fuí empujada bruscamente por uno de los guardias de seguridad y caí estrepitosamente al suelo.

—Oye, ¿Acaso te has vuelto loco? —se quejó su compañero—. Eso no era necesario. Hacer eso está prohibido si no se trata de algo serio.

— Es necesario cuando necesitas hacerle entender a la gente estúpida su lugar —soltó la chica de manera burlona.

Yo en cambio, a penas estaba tratando de procesar el dolor que se había generado en mi mano cuando caí.

— ¡Señor Azazel, se lo aseguro! No me han notificado nada. ¿A dónde va?

— Tengo hambre, Ben. Voy a ver qué sucede y por qué Nyx no llega.

— ¿Nyx? — el tipo que me recibió al inicio me vió con los ojos muy abiertos.

En ese instante Dahak salió y vió todo el ridículo espectáculo. Observó todo.

—¿Qué demonios significa ésto? — preguntó de manera gélida.

Decidí levantarme con la poca dignidad que me quedaba en ese instante y arreglé mi ropa.

— Es mi culpa —alcé la mano—. Por equivocación dejé el celular en el taxi y no he podido avisarte que estaba aquí.

— Eso no era necesario. Para algo se supone que hay un recepcionista que debería haber contactado a mi secretario fuera cuál fuera la situación —respondió él entredientes al ver a dicho hombre.

— Señor, yo...

— Bueno. Cómo sea — me acerqué a dónde se encontraba la bolsa y traté de recoger la comida del suelo.

—Nyx, deja eso —soltó Dahak.

— No se ve bien —me quejé.

— Déjalo. Levántate de allí —se acercó a mí y me hizo ponerme de pie. Limpió mis manos con gentileza y luego me vió—. ¿Estás bien?

Humillada me sentía. Quería llorar. Pero no dije nada al respecto y actué cómo si nada. No era difícil aparentar estar bien.

— Estoy bien.

— No lo estás —dijo viendo mi mano derecha con un ligero moretón en la muñeca. Luego soltó un suspiro y vió al suelo—. Mi almuerzo ha quedado allí. Y era una de mis comidas favoritas —soltó con pesar. Después vió a las personas que estaban allí—. Todos ustedes, están despedidos —dijo de manera tajante.

Pude ver el miedo en el rostro de todos.

—Oye, eso no es necesario —solté rápidamente con preocupación.

— No. En realidad no es suficiente. Dime quién lanzó la comida al suelo y quién fué el culpable de tu caída.

— Dahak.

— Es una orden —dijo casi en un susurro, para que solo yo escuchara. Fué frío y serio—. Responde.

No lo evadí.

Al hablar, percibí una extraña especie de sensación. No me sentí mal. De hecho, me hizo sentir bien no tener que quedarme callada para cubrir la manera de actuar de una persona. No tuve que ser comprensiva, ni compasiva. Y no quise serlo.

— Tú, ven aquí — Dahak llamó al hombre que me empujó.

— Dahak. No es necesa...

No terminé de pronunciar mis palabras cuando él pelinegro asestó un fuerte puñetazo sobre el rostro de ese hombre, quién inmediatamente se fué hacia atrás y cayó al suelo.

— Jonathan se queda. Tú te largas. Y sí, sé que lo que acabo de hacer tal vez no sea éticamente lo correcto, aunque realmente no me importa si tuve que hacerlo hacia alguien que acaba de cometer una estupidez cómo la tuya. Realmente espero que aprendas algo de éste acontecimiento. Tienes potencial, pero acabas de joderlo. Intenta no joderlo en el próximo. De lo contrario, dudo que te vaya bien.

— Sí, señor —el tipo se levantó y con respeto se dirigió a Dahak. Eso me sorprendió—. Lo siento —luego me vió —. Lo siento.

Después de eso se fué.

— Y tú, Cinthya. Lárgate.

—No. Dahak. Yo...

— Para tí soy Azazel, que no se te olvide. Recuerda tu lugar —la manera tajante en la que le habló a la chica y la forma fría en la que la miró, fué absolutamente   intimidante.

— Azazel, por favor —se escuchó desesperada.

—Largo —sentenció él.

Ví la expresión de derrota en el rostro de la chica al irse.

— Jonathan, vuelve a tu puesto.

— Sí, señor.

— Bradley, tú también vuelve a tu puesto.

— Sí, señor.

—Y tú, Francis. Estarás a prueba durante un mes. Tu salario será reducido considerablemente y estarás bajo la supervisión de Nicole.

— Pero señor, ella...

— ¿Acaso te escuché decir “pero”? —cuestionó frunciendo el ceño. Francis negó de inmediato—. Bien. Tómalo o lárgate. Yo no te necesito, tú a mí sí. Así que no jueges con tu suerte, ni mi paciencia.

— Entendido, señor.

— Bien, ahora lárgate a tu lugar.

— Sí, señor.

Al verlos a todos irse, me que quedé inmóvil.

— Nyx —me llamó Dahak de manera suave, un claro contraste a la forma en la que acababa de hablarle a los demás.

— ¿Sí? —logré responder.

— Supongo que no has comido nada —negué ante lo mencionado—. Bien. Entonces vamos. Comamos algo delicioso.

Lo miré, él me regaló una sonrisa confiable, razón por la que pude sentir que estaba bien.

En el camino de regreso abajo no pude quitarme de encima la desagradable sensación de sentirme observada por todos. Por fortuna, bajar y salir de ahí fué mucho más fácil que entrar y subir.

Al subir al auto con Dahak, solté un suspiro.

— Es increíble todo lo que me esforcé por llegar arriba y que mi esfuerzo fuera en vano.

— No fué en vano. Llegaste. Y estás aquí conmigo. Eso es lo importante. Se interpusieron en tu camino y aún así lograste llegar arriba. Si lo ves desde otro punto de vista, deberías sentirte orgullosa. Por otro lado, yo debo hacer algunos cambios allí dentro. Me parece de mal gusto lo sucedido. Y realmente me disculpo con sinceridad por lo que pasó, ésto también pudo haberle pasado a otra persona y eso habría sido igual de desagradable. Algo cómo lo sucedido no puede repetirse. Y en el ámbito de seguridad debería preocuparme. Lograste llegar arriba sin que te atraparan.

— Soy ágil de vez en cuando.

— Yo no estoy seguro de haber podido subir las escaleras tan rápido cómo tú lo hiciste. Admiro tu condición física. En realidad fueron demasiados pisos para subir agitada y corriendo.

— No me halagues mucho, yo también me sorprendí.

Eso lo hizo reír.

— Eres increíble —luego me vió sonreír al escucharlo—. En serio — me devolvió la sonrisa—. Por cierto, te ves bonita el día de hoy. El rosa te queda hermoso.

— Gracias.

Me sentí contenta con sus palabras, así que acepté el cumplido.

— ¿Deseas comer algo en específico, Nyx?

— Mmh, no. Creo que no.

— Vale, entonces escogeré a mi gusto. Luego, si algo no te gusta, sólo dilo.

— Ok —respondí tranquilamente.

— Y oye... En serio lamento ese desastre allá atrás. Si hubiera sabido que tendrías que pasar por eso, no te hubiera dicho que vinieras — se disculpó una vez más—. Aún cuando tenía tantas ganas de verte, no te habría hecho venir.

— ¿Querías verme?

— Sí.

— ¿Por qué?

— Siempre quiero verte, Nyx. Incluso cuando te acabas de ir de casa. O el domingo cuando no estás cerca. Supongo que estoy acostumbrándome demasiado rápido a tí —luego rió divertido—. Debe ser algo molesto, ¿no? Cualquier persona querría huir si su jefe quiere tenerla siempre consigo.

— Yo no soy cualquier persona — me atreví a responder, tomándolo desprevenido.

Me miró con los ojos abiertos y luego asintió.

— No. No eres cualquier persona. Tienes razón.

— No es molesto cuando estoy contigo. Solo es molesto cuando te comportas cómo un idiota.

— Lo que es casi la mayoría del tiempo —se burló.

— Mmh, no. Creo que que estás aprendiendo un poco más a no serlo tan seguido.

— Eso es un avance. Supongo —asintió divertido.

— Quizás. Aunque todavía te queda mucho camino qué recorrer y demasiado por aprender.

— Estoy consciente de eso.

Cuando llegamos al estacionamiento del restaurante, antes de bajar el auto, Dahak me detuvo.

— ¿Qué sucede? — pregunté.

— Tu muñeca, déjame revisarla —dijo. Yo cedí—. ¿Te duele?

— Solo un poco.

— Entiendo —se dirigió a la guantera—. Por aquí tengo algo para eso. Una pomada y unas vendas.

— ¿Estás siempre preparado por si acaso o algo?

— Realmente. Tengo lo necesario en caso de emergencias, hay una pequeña cajita para eso. Allí están mis inyecciones en caso de intoxicación por lo del maní y una que otra cosa.

— Entiendo. Entonces eres de esos que van en serio con lo del “hombre preparado vale por mil”.

— Te sorprendería saber que justo ahora no estoy completamente preparado y no cumplo con los requisitos completos —pronunció con diversión.

— ¿A qué te refieres?

— No traigo preservativos en éste auto. Las cajitas preparadas con medicamentos y las cosas necesarias están en todos mis autos, pero no todas éstas tienen preservativos.

— Vaya. Pues, deberías conseguir. Nunca sabe.

— Bueno. Ahora que acordamos algo, no es necesario. Los preservativos están en casa y el auto que uso más seguido cuando estoy contigo. La única persona con la que tengo sexo ahora es contigo.

— No siempre puedes estar seguro.

— Lo estoy. Totalmente. Lo hablamos.

— Pero...

— De ninguna manera posible traicionaría mi palabra hacia a tí en éste aspecto —fué firme.

Me generó curiosidad su forma de actuar.

— ¿Por qué suenas tan serio al respecto?

— Porque es como una especie de infidelidad. Y aunque tú y yo no tenemos ninguna relación del tipo romántica o formal, no lo encuentro correcto si ya te dí mi palabra.

—¿Tienes algo en contra de la infidelidad, Dahak?

— La detesto. Odio a las personas deshonestas y mentirosas. Ninguna persona vale tan poco cómo para merecer algo similar.

— Entiendo... ¿ Tienes algún motivo que haya inspirado ese sentimiento y ese pensamiento?

— Por supuesto que lo tengo.

—¿Cuál?

— Estás preguntando demasiado.

— No es mi intención molestarte. Sólo tuve curiosidad, lo siento.

Hubo unos segundos largos en los que él no dijo nada. Lo miré atentamente y luego ví al frente, no valía el esfuerzo esperar a que dijera algo.

Pero inesperadamente, ese día él me sorprendió.

— Mi padre...

— ¿Mmh? —me hice la desentendida.

— Mi padre —repitió sin verme—. Él es la razón por la que detesto a las personas deshonestas en ese ámbito. En realidad, hay muchas cosas que detesto gracias a él... A ellos.

— ¿A ellos?

— Hablo de ambos. Mi madre y mi padre. Ambos eran unos imbéciles —bufó—. Ninguno supo ser un buen padre siquiera. Siempre fueron tan... Egoístas. Siempre iban primero sus propias necesidades —luego me miró—. Nyx, si algún día decides ser madre, sé una mujer capaz de sentirse orgullosa de estarlo haciendo bien con tus hijos. Y si tienes un imbécil a tu lado que no piensa nada más que con su pene y su egocentrismo, mándalo a la mierda y no ruegues por su atención, ni siquiera una pizca. Ten dignidad y orgullo. Una mujer no debe, por ningún motivo, rogarle a un hombre. Una buena mujer, inteligente, con buenos valores y sentimientos, vale demasiado cómo para ser rebajada a nada por un maldito egoísta de mierda. No necesitan a un hombre.

Me había quedado de piedra, directa e indirectamente él me estaba hablando sobre sus verdaderos sentimientos. Me estaba hablando de su vida privada. Estaba siendo abierto. Y por un momento no supe qué diablos decir. Hasta que finalmente lo decidí. Sí tenía algo por decir.

— Creo que estoy de acuerdo con lo que piensas al respecto. Tal vez no sea exactamente igual, pero entiendo de alguna manera ese sentimiento que alberga una parte de tu interior. Tal vez son pensamientos que no hemos desarrollado con las mejores experiencias, pero supongo que de alguna manera eran cosas que debían suceder. Se supone que la idea de toda nuestra existencia tiene un porqué, y  cada evento que atravesamos es un método de enseñanza del que debemos aprender todo lo que se nos sea arrojado. Bueno, al menos eso es lo que intento pensar siempre para no estancarme en lo que ya ha pasado —dije siendo sincera y suave. Al parecer habíamos llegado al restaurante y él se había estacionado. Mientras tanto, solo me observaba atentamente al escucharme—. Por otro lado, hasta los momentos mantengo mi decisión de no tener hijos. Y también tengo muy claro qué, sea quién sea, no pretendo dejarme pisotear. No importa la situación en la que me encuentre. No es cuestión de orgullo o dignidad. Se trata de saber de manera consciente o inconsciente el verdadero valor que poseemos cómo personas. Hay cosas que pueden ser permitidas, pero evidentemente siempre habrán límites. Y yo sé perfectamente cuáles son los míos.

Segundos después de decir eso lo ví sonreír en mi dirección. Su sonrisa iluminó su rostro. Era una sonrisa  sincera, llena una sentimiento que no supe descifrar en ese instante.

— Por ésta razón... Por ésta razón me encanta escucharte —luego negó—. Por ésta razón me encantas.

Tuve que parpadear repetidamente y hacerme caer en cuenta de que realmente él había dicho eso.

Ya no era la misma situación que la vez anterior en la mansión de los padres de Farsiris. No insinuaba nada sexual. Ni una pizca. Nada. Eran solo sus palabras al verme con profundidad. Cómo si realmente apreciara ese detalle de forma genuina.

— ¿De qué manera te encanto? —dije algo divertida. No quería sonar tan asombrada, o ilusionada.

—De muchas maneras, honestamente. Solo soy sincero. No tengo porqué callar algo que es evidente para mí. ¿Hay algo malo en eso?

— No —negué rápidamente—. Solamente me gusta saberlo.

— ¿Qué exactamente?

— Que no solo te intereso de manera sexual.

—Desde un inicio nunca ha sido así —reveló, tomándome por sorpresa—. Me pareces alguien muy interesante, Nyx. No dejaré de lado en ningún momento el hecho de que me fascinas y me atraes en demasía de manera sexual. ¿Para qué mentir? Joder, en serio me encantas —expresó con entusiasmo. Luego sonrió abiertamente—. Pero, no es solo eso. Contigo... Se siente absolutamente diferente a algo que haya experimentado antes. Tu completa forma de ser, inevitablemente, me atrae. Me haces perder la cabeza. A veces es frustrante, porque no sé cómo manejarlo del todo, pero eso me gusta. Me gusta cómo eres y cómo eso me hace sentir.

Era imposible evitarlo. Mi corazón había comenzado a latir furiosamente. Y esa emoción y ese sentimiento que burbujeaba en mi interior, ya no podía ser detenido.

¿Qué demonios estaba sucediendo?

¿Por qué me sentía de así?

___________________________________________

Nota de autora: ¡Ajá, dos capítulos para mi gente a la que quiero y aprecio mucho!

Con éstos capítulos de hoy cumplo mi objetivo de publicar ésta semana. Realmente espero que les gusten los capítulos. Voten por ellos y síganme. 🍀✨

Y bien...

Bueno, ya saben, Dahak no es un tipo cualquiera. Y puso a la gente que debía poner en su lugar en su sitio. Me gustó escribir éste capítulo. Al principio casi me dan ganas de darle un chanclazo a la gente esa que hizo sentir mal a Nyx, pero Dahak se encargó de darles su merecido.

Por ahora todo bonis con Nyx y Dahak. Nyx es una chica inteligente, algo torpe e ingenua, pero inteligente al fin. Y Dahak admira eso, es evidente.

Por otro lado, pronto se vendrán detallitos. Así que... Es momento de que me hagan saber qué tan rápido desean que suba el próximo capítulo.

Quién quiera que el próximo capítulo sea  subido el miércoles, diga en comentarios el nombre de su personaje favorito de ésta historia y si quieren decir la razón, pues con gusto las leeré.

🍀✨Siempre agradecida, Erlie🍀✨

Continue Reading

You'll Also Like

19K 2.4K 57
Tiana es una chica alegre, divertida y muy estudiosa. Su vida cambia cuando empieza ser la niñera de un hombre adulto, ¿pero qué tiene que perder una...
2.4K 1K 52
lo llaman el diablo por ser tan frío y sin sentimientos cruel sin corazón un asecino a sangre fría dispuesto a matar a todo el que se interponga en s...
194K 20.1K 35
Nathan, con una infancia decente en casa pero que fue un asco en la escuela, cree en todo significado y sinónimo que tenga la palabra «complicado» po...
59.7M 1.4M 17
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...