ര ׁ : 02 episode of this 𝗰𝘂𝘁𝗶𝗲𝘀﹙ 🍡 ﹚ · 𝗿𝗼𝗱𝗿ivan.
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Rodrigo tarareó de acuerdo, inclinándose hacia adelante sobre el reposabrazos para atrapar los labios fatales de Ivan con los suyos de nuevo. Y había perdido algo de su melón cortado por la sensación de lo que fuera que supiera a Ivan, el sabor suave e inidentificable que no se podía embotellar o endurecer en dulces. Todavía había ese borde de peligro detrás de sus dientes de marfil, todavía el sabor de la nicotina cuando Rodrigo cogió su lengua contra la suya.
Ivan movió sus labios con una intención escarlata, enhebraba los dedos a través del cabello castaño y tiró de Rodrigo más cerca en su incómoda posición. Ambos se apoyaron en los apoyabrazos unidos a sus asientos, dejando que las firmes obstrucciones se cortaran en sus abdomen mientras se perseguían con intención de alta velocidad. Ivan logró agarrar la piel expuesta de nuevo, arrastrar sus dedos por el costado de Rodrigo hasta que sintió que su cuerpo temblaba, sintió cómo empujaba sus labios cerrados más firmes y tiraba la llave.
Las manos no podían agarrar lo suficientemente bien, Rodrigo no podía acercar a Ivan con remolcadores en su camisa, y no importa cuánto se sentara en su pierna, no podía presionar sus cuerpos juntos. Sus labios se desmoronaron en un jadeo muy necesario, dos bocas se abrieron para tomar tanto aire como pudieron en un solo segundo antes de que colapsaran el uno en el otro de nuevo.
Rodrigo era tan rojo tan jodidamente rojo, más brillante que el coche de Ivan y más crudo que la sangre derramada. Era gemidos de color rosa en la boca abierta de Ivan, el pecho cayendo hacia adelante de una manera que obligó a su cabeza a inclinarse hacia arriba y darle a Ivan un mejor ángulo para escupir peligro más allá de sus labios. Sus bocas se deslizaron juntas en algo cálido con necesidad, algo ardiente en el punto de encuentro y más caliente que el metal líquido.
"Ay", Rodrigo robó otro beso antes de que Ivan pudiera terminar, - no hay asiento trasero en mi coche -
Rodrigo lo tiró hacia abajo de nuevo, volvió a empujar sus labios en algo áspero y deslizante, sintió el enganche de los dientes de Ivan contra su piel sensible. Ivan cogió una mano alrededor de su mandíbula y lo tiró hacia adelante, presionó su estómago expuesto más fuerte contra el reposabrazos hasta que se convirtió en más dolor que incomodidad, cavó dientes en su labio inferior hasta que Rodrigo se alejó con un sorrogador.
- Que te jodan- , le mordió el labio a Ivan en represalia, - que te jodan a ti y a tu estúpido coche -
Ivan se rió, moviendo su lengua sobre los labios separados de Rodrigo. Dejó caer la mano de la cabeza de Rodrigo para señalar vagamente el asiento en el que estaba sentado, levantando una ceja como si eso le diera a Rodrigo todas las respuestas. No lo hizo. Todo lo que consiguió Ivan fue una mirada incrédula a través de ojos oscurecidos por la lujuria.
- Siéntate en mi regazo -
Ivan agarró a Rodrigo por los hombros y tiró, otra risa derramando más allá de los labios del rubio. Y se maniobraron, con mucha dificultad y escalada, así que Ivan estaba sentado en el asiento del pasajero con Rodrigo a horcajadas entre sus caderas. Ivan pasaba sus dedos a través del rojo de las redes que tenía el castaño, usó su nuevo ángulo para arrastrar sus labios por la columna de la garganta de Rodrigo. Se hundió los dientes en la piel pálida tal como lo había hecho con los labios rosados, se los chupó en la boca en una persecución de violeta impulsada por el hambre.
Algo sobre Rodrigo llamó a Ivan para marcarlo suyo. Algo sobre su bonita cara y la ropa insuficiente, algo sobre las dos banderas a cuadros que había dejado caer en el suelo del coche, algo sobre su lengua dolorosamente plateada y el sabor más agudo de rojo que había encontrado.
Ivan empujó sus manos hacia arriba para arrastrar los pulgares sobre los pezones de Rodrigo.
- ¿Es lo que creo que es?
Rodrigo prácticamente le hacía pucheros, apretando sus dedos en la tela que cubría los hombros de Ivan hasta que se reunió debajo de sus palmas. Se encargó de rebotar de nuevo, apoyarse en el toque que el sueño tenía en sus pezones y caer contra su cara con una excusa descuidada para un beso.
- Por supuesto que tienes piercings en los pezones - sopló Ivan, moviendo uno de ellos para enfatizar.
Rodrigo lloriqueó, pero aún así logró hacer girar una sonrisa sobre sus labios hinchados por besos. Puso su mano encima de la de Ivan, le instó a presionar su palma más fuerte contra el piercing.
- ¿Te gustan? -
Salió más tembloroso de lo que quería, pero cada palabra todavía estaba bordeada con un carmín juguetón. Como si ya supiera la respuesta, porque sí sabía la respuesta. El gemido Ivan dió en respuesta era evidencia innecesaria de algo ya conocido, combustible para algo rojo y ardiente bajo sus pies.
Nada de eso importó. - Sí, me gustan, dios -. Eso es lo que importaba.
Cuando Ivan se atrapó los dientes contra la barra, Rodrigo se retorció. Cada tira y afloja en el metal brillante fue suficiente para sacar un sonido del bajito, suficiente para hacerlo retorcerse en el regazo de Ivan y cavar esas bonitas uñas rojas más duras en su piel. Ivan logró mover su mano, lo suficiente como para pellizcar el pezón de Rodrigo entre dos dedos, moviendo su lengua sobre las esferas de la otra barra.
- Ivan - Rodrigo tartamudeó cuando los dientes atrapados en la piel alrededor de su piercing, "-quiero-" jadeó cuando Ivan se agarró a su redondo trasero,-quiero chupar-, Ivan tiró de ambos piercings, "chupar".
Ivan solo se rió, el sonido se aisló en su garganta mientras atrapaba su lengua alrededor de una barra de plata. Se fue con un estallido repugnante en una deliciosa succión, sonrió a Rodrigo con labios resbaladizos e intentó no gemir cuando el castaño agarró su miembro ásperamente. Giró el piercing en su mano para sentarse verticalmente, vio la cara de Rodrigo girar y la boca caer abierta en una respiración tartamudeada.
"Dios", Ivan tiró del piercing, - realmente quieres eso, ¿eh? -
Rodrigo lloriqueó. " S-sí "
Rodrigo intentó rebotar de nuevo, cambió su mano hasta el abdomen de Ivan para poder rodar sus caderas contra su miembro. Ivan sacó su mano de los pantalones cortos de Rodrigo, golpeándole duramente el culo en represalia. Rodrigo se movió ante el contacto, tiró del cabello de Ivan lo suficientemente fuerte como para que su cabeza golpeara contra el apoyacabezas.
"A la mierda", tartamudeó Ivan durante su próximo aliento, "ponte de rodillas".
No hubo duda en el rápido movimiento de Rodrigo, apenas una pausa entre la sentencia dominante de Ivan y su colapso al suelo. Se deslizó fuera del regazo de Ivan y cayó al suelo entre sus piernas, atrapado a mitad de camino debajo del salpicadero y golpeando sus pestañas en Ivan como si esa posición fuera cómoda.
Tal vez lo fue. Ivan no lo pondría más allá de Rodrigo y sus pantalones cortos ajustados, ni lo pondría más allá de esos bonitos pezones perforados. Pezones perforados que todavía podía ver, en plena exhibición debajo de la camisa todavía atrapados debajo de sus clavículas.
Rodrigo ya estaba dejando que sus manos vagaran, tirando del cinturón y la cintura de Ivan en medio de empujar el dobladillo de su camisa. Ivan finalmente cedió y le desnudó el torso, echó la tela a un lado para que aterrizara en algún lugar del asiento del conductor. Y Rodrigo había movido sus dedos lo suficientemente bien como para desabrocharse el cinturón de Ivan, lo suficientemente bien como para desabrochar sus pantalones vaqueros correctamente y meter las manos impacientes en sus boxers.
Ivan resistió el impulso de hacer un comentario al respecto, en lugar de levantar las caderas del asiento lo suficiente como para que Rodrigo sacara su polla. Se veía demasiado bonito de rodillas entre los muslos de Ivan, agitando sus pestañas demasiado largas sobre esos ojos esmeralda y lamiendo sus labios rosados mojados. Su mirada estaba tapada, una mirada en un tono de rojo a juego con la laca en sus uñas. Uñas que parecían tan diabólicamente bonitas cuando las manos pálidas se deslizaron contra el miembro de Ivan con deliberada lentitud, dejando que Ivan sintiera la curva de su palma contra él y la suavidad de los largos dedos.
Y todavía había dos banderas a cuadros extendidas por el suelo por las piernas de Rodrigo, un recordatorio en blanco y negro de exactamente lo que los había traído a esta posición para empezar. Un recordatorio rara vez se necesitaba cuando el coche en el que estaban atrapados estaba tan oculto de la vista de la calle, la única luz era la del sol y el débil eco de las luces de la calle sucias.
"Dios". Ivan atrapó sus manos en el cabello oscuro de Rodrigo, instándolo a arrastrar sus labios hacia abajo hasta que golpeara la parte posterior de su garganta. - Eres tan jodidamente bonito como eres -
- Querías esto tanto - , Ivan se agarró a la mejilla de Rodrigo, presionó un pulgar contra su labio inferior para abrirle la boca, - joder, ¿sí? -
Escupió en la boca abierta de Rodrigo, sintiendo la forma en que la mano de su miembro se apretaba distraídamente cuando Rodrigo lloriqueó en alto y en su garganta. Cerró la boca y tragó como lo quería decir, se separó los labios en un aliento parpadeo que sonaba resbaladizo con todo lo demás. Asintió con cuidado, casi lo suficientemente minúscula como para que Ivan se perdiera el movimiento por completo.
Entonces llegó mucho más rápido. El deslizamiento de labios hinchados alrededor de la polla de Ivan, una mano deslizándose hacia abajo para atrapar alrededor del muslos de Ivan de nuevo. Y mantuvo la boca insaciablemente apretada, mantuvo los ojos cerrados mientras movía la cabeza en un movimiento más rápido pero aún deliberado.
Su obscenidad era impenetrablemente carmesí. Los ruidos resbaladizos que llenaban el espacio del coche de Ivan, el pulgar todavía empujaba contra la estirada comisura de sus labios. Rodrigo se reunió contra el dedo de Ivan mientras lo mantenía allí, deslizándose contra su pulgar mientras más de él recogía. Uñas rojas cavadas en la tela de los pantalones vaqueros de Ivan, intentaron abrirse camino en ellos a pesar de la polla no oculta ya alojada en la garganta de Rodrigo.
Era como si quisiera más. Egoístamente, Rodrigo quería más. Y esperaba que el aleteo de sus pestañas sobre los ojos teñidos de escarlata pudiera decir eso para él, pero Ivan todavía estaba sentado allí sin más movimiento que correr las manos. Aparte de los dedos enhebrados a través del cabello oscuro, aparte del deslizamiento de un pulgar resbaladizo contra su mejilla. Rodrigo se mezó, tirando a pesar de la sujeción que Ivan tenía sobre él, aclarando su garganta y dejando que la saliva se deslizara por su barbilla en gruesas cuerdas.
- Puedes... - Rodrigo balbuceó, secándose la saliva de los labios con el dorso de la mano
- puedes usarme -
Ivan se dejó reír de nuevo, escupió en la parte de los labios de Rodrigo de nuevo y lo vio caer contra su boca en medio. Pero Rodrigo se apresuró a mover la lengua y lamerla, cogiendo hasta la última gota de ella como si la quisiera más que nada. E Ivan se inclinó de nuevo contra la silla del auto, tiró de la cabeza de Rodrigo hacia abajo con él para que esos labios abiertos se agarraran alrededor de la cabeza de su miembro de nuevo.
Levantó la mano entre ellos, Rodrigo se sintió obligado a levantar la cabeza y encontrar los labios jadeantes de Ivan. Ivan levantó su mano en la boca de Rodrigo, le dio una mirada que solo podía describirse como peligrosa, toda la situación le decía a Rodrigo que no hiciera nada más que sacar la lengua y como la mano de Ivan limpia.
Antes de que pudiera tragar, Ivan agarró sus labios en un beso, se lavó la lengua a través de los labios y en su boca para probar hasta el último trozo de Rodrigo que había quedado allí. Y mantuvo sus dedos jugando con ese piercing, la sensación de ello lo suficiente como para hacer que Rodrigo lloriqueara patéticamente en su boca.
Se alejaron con una astuto cadena de saliva atrapada entre sus labios, rompiéndose en cuestión de minutos para caer contra la barbilla de Rodrigo. Respiró jadeante y miró a Ivan con un borde de escarlata, sus ojos rogando saber cuándo habría más. Ivan dejó caer su mirada a las banderas a cuadros colocadas en el suelo de su coche por un momento, sus ojos encontraron a Rodrigo de nuevo antes de que pudiera estar lejos por mucho tiempo.
- ¿Vienes a mi próxima carrera? -
- Solo si me dejas empezar de nuevo -
Ivan miró hacia la ventana lateral del conductor. Su coche todavía en funcionamiento y la puesta de sol lo dejaron con un pensamiento clamando, estaba tan jodido.
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