Youngblood.

By cincoP0L1S3XUAL3S

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Yeonjun creía que tenía seguro a Beomgyu cada vez que le escuchaba decírle te amo. Él estaba olvidando tanto... More

Sinopsis.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Parte 2.
Capítulo 17.

Capítulo 4.

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By cincoP0L1S3XUAL3S

—Entonces yo tenía estos dos nombres… —Beomgyu leyó lo que su madre le mostró. —Tu padre y yo los escogimos esa navidad cuando… con Sun y su novio. —Su madre se cortó a sí misma, pareciendo incómoda de hablar sobre el tema de la última vez. —Tenía mes y medio, y planeábamos decírtelo en tu cumpleaños como sorpresa, porque siempre habías pedido un hermano cuando soplabas las velas de todos esos pasteles.

Decir que no se sintió como una mierda habría sido mentira, porque lo hacía.

La mano de Yeonjun dando un apretón a su rodilla le hizo volver a respirar y evitar poner esa mirada de pena y sufrimiento que parecía poner a todos sentimentales.

—Wonyoung era un buen nombre. —Fue lo que pudo responder. —Habrías podido llamarla Wonnie. ¿Cómo vas a dirigirte a tu hijo si no es con un apodo hostigoso y vergonzoso que usarás hasta que envejezca?

Su madre le sonrió, dándole un golpecito en el hombro.

—Eso ya lo arreglé. Yeonjun me ayudó a llamarlo…

—¡Fue una broma! —Yeonjun interrumpió de manera acusadora. —Mina, no hagas que Beomgyu piense en mí como un hombre de apodos cariñosos. Soy rudo, tengo que mantener mi imágen.

—A mí también me gustó. —El novio de la madre intercedió, dando un elegante sorbo en a su taza de té, pero Yeonjun le dió una mirada roñosa.

—Tú estás de acuerdo con todo lo que las mujeres dicen porque de eso te ganas la vida.

—¿Me acusas de no ser honesto? —El hombre fingió estar ofendido.

—No eres imparcial. Esa es la acusación.

Beomgyu rodó los ojos y volvió a sonreír cuando vió la ecografía del último mes, donde ya se podía notar una pequeña forma en ella.

—Dime cuál fue la idea que le diste, deja de discutir, chico rudo.

Yeonjun giró para mirarlo, pero la concentración de Beomgyu se mantenía en su futuro hermanito.

El suspiro que llegó a sus oídos y la amenaza lo hicieron reír y darle una mirada rápida a Yeonjun, antes de volver a lo suyo.

—Pero no creas que yo soy lindo. Si alguna vez le cuentas a alguien que le dí un apodo a un feto, voy a hacerte algo que no te gustará.

—Tranquilo, tu secreto está seguro.

—Sólo le dije a tu madre que debería registrarlo como "HoonHoon" cuando nazca, porque estaba enormemente preocupada por querer registrarlo con el apellido Yoon, pero no estaba segura de si podría. Luego la acompañé a verificar si era posible y dijeron que sí porque aunque no esté, el señor Jeonghan seguirá siendo su padre y hay las formas de demostrarlo, y luego cuando salimos de ahí, Mina realmente estaba pensando en registrar al bebé como Yoon HoonHoon.

—¡Mamá! —Beomgyu la miró con sorpresa y diversión antes de reír y acariciar la mano de Yeonjun que aún se encontraba sobre su rodilla. La sonrisa que le dió y la mirada se sintieron diferentes incluso para sí mismo, pero no pensó en que los demás lo notarían y no le importó. —Es un buen apodo.

Cuando se apoyó contra el costado de Yeonjun y el chico le acarició la mejilla como si estuvieran solos, con sus rostros demasiado cerca, los jadeos emocionados fueron algo que los sorprendió.

Lo que los hizo separarse un poco, sin embargo, fue el comentario:

—Por Dios, hay niños aquí… —La madre de Yeonjun.

Luego, Mina estaba aclarando mientras los señalaba: —Sí, son ellos.

Y cuando ambos la miraron con inocencia, el comentario del otro adulto, que aún sostenía contra sus labios la taza demasiado pequeña para sus manos, los hizo sonrojarse.

—En la madrugada estaban peleando como gatos en el tejado, ahora van a besarse.

—¡No vamos a besarnos! —Beomgyu gritó acalorado.

—Los gatos que se pelean en el tejado no se besan con los otros gatos, —Yeonjun aportó inteligentemente. —se aparean.

—¡Yeonjun! —Beomgyu volvió a gritar y Sun, sonriendo, le dió una mirada de aprobación a su hijo.

—Listillo.

Y si parecía que las cosas mejoraban desde entonces, probablemente fue realmente porque su madre no podía darse cuenta de lo que sentía.

Trabajaba desde casa pero siempre estaba encerrada transcribiendo, corrigiendo o detallando archivos de su empresa. Cuando no trabajaba estaba fuera, haciendo sus controles continuos sobre el embarazo.

Beomgyu estaba solo.

No. Beomgyu se sentía solo.

No importaba lo mucho que Yeonjun estuviera cerca cuando volvía a casa, no importaba todos los besos y caricias que Jungkook le daba y todas las cosas que le prometía, no importaba que la madre y padrastro de Yeonjun lo invitaran a salir con ellos cuando lo veían o lo visitaran cuando su madre no podía estar con él, y no importaba todas las botellas que había aprendido a beber cuando estaba con sus nuevos amigos; Beomgyu todavía se sentía tan solo como nunca antes lo había estado.

Su madre una vez se acercó, diciendo:

—Hay algo que has estado olvidando.

Y entonces ahí estaba ese estuche de guitarra, con el instrumento acústico que le llenó un poco el corazón. Su corazón que casi había perdido toda vitalidad.

Era tan bonito, delicado y elegante que le hizo llenar los ojos de lágrimas.

Empeoró cuando leyó la nota escondida.

Para que recuerdes que siempre serás nuestro bebé, sin importar que haya uno nuevo en casa.

Estoy orgulloso del hijo que he criado, estoy orgulloso de lo que sé que serás en el futuro, sin importar lo mucho que te cueste. Fuí feliz desde el primer día en que te ví, y lo seré hasta el último día en que pueda hacerlo.

Te ama, papá.
Feliz cumpleaños.

Dos meses después.

Dos meses y se sentía como el mejor jodido cumpleaños, sólo porque su padre se sentía ahí.

Mientras las lágrimas caían su madre lo abrazaba y apoyaba la mejilla en su espalda, recordándole que estaba bien, que podía seguir siendo difícil para él pero que mejoraría, porque era demasiado jóven para aprender a superarlo poco a poco.

La confesión que siguió algunas semanas después de su madre, sobre no ser buena sobrellevando la situación sola y que había conocido a alguien tiempo atrás, hizo enojar a Beomgyu más de lo que podía aparentar estar tranquilo.

La reprendió e hizo acusaciones que la hicieron llorar, y por la noche, cuando Yeonjun se coló en su habitación y se recostó junto a él, Beomgyu tomó un largo silencio hasta que se decidió a responder a las preguntas de por qué se encontraba tan molesto.

—Tú mismo fuiste quien dijo que debía apoyar a mi madre cuando me dijo que salía con Namjoon, ¿por qué no puedes hacerlo también?

—Al menos tu madre esperó casi seis años… —Murmuró con un suspiro antes de mirarlo. —Y es diferente. Ni siquiera dejó que el luto estuviera por un par de meses, y sigue estando embarazada. ¿Por qué no podía esperar a que el bebé tuviera al menos un año o dos? ¿No está demasiado inestable en sentimientos ahora para algo nuevo? ¿No está acaso perdiéndose ya de muchas cosas aquí en casa como para ir a darle su tiempo y atención a alguien más?

—¿Sabes que no puedes detenerla siempre aunque te duela?

—No es… ah. —La frustración llegó tan fácil que Beomgyu tiró de las mantas y se cubrió el rostro con ellas, respondiendo con un tono ahogado. —Sé que ella podrá rehacer su vida y empezar de nuevo, no quiero lo contrario. No quiero que se estanque en el recuerdo de papá y viva triste siempre, porque yo también me iré algún día y espero que sea pronto. Yo… simplemente no la entiendo. Ni siquiera voy a responsabilizarla de abandonarme, sé que no es su culpa que yo pueda sentirme mal a veces, pero ella sólo está yendo por lo fácil sin enfrentar el problema. Ella ni siquiera puede pronunciar el nombre de mi padre y es difícil que hable de cosas que vivieron juntos, incluso cuando yo estuve en muchos de esos momento. Huye para cambiar el tema y siempre hay vacíos en las conversaciones. Si no está lista, no debería meterse en una nueva relación. Además estoy en desacuerdo en nombre de mi padre…

Beomgyu se descubrió el rostro nuevamente para estar completamente presente en la conversación con su amigo, y entonces estaba más cerca, ambos mirándose fijamente.

Yeonjun parecía pensativo, prestándole atención en cada palabra, sin embargo rió suavemente al escuchar la última parte.

Su mirada le dijo que era un tonto, pero lo que salió de sus labios fue:

—Tu padre mismo fue el que dijo que estaba bien que una mujer buscara una nueva pareja para cubrir sus necesidades de afecto cuando perdían a alguien que amaban. Él dijo que no importaba si habían una o muchas parejas, porque tienen un vacío que llenar.

Las cejas de Yeonjun se movieron sugestivamente y pasaron un par de segundos antes de que Beomgyu riera y le golpeara el pecho, pero pronto su risa se cortó y se movió para esconder el rostro en la garganta de Yeonjun.

—No hables así de mi mamá.

Yeonjun volvió a reír, mientras llevaba ambas manos hacia él, una a su cabello y la otra sobre su espalda, ambas acariciándolo suavemente.

—Está bien, Gyu. Quiero decir, hablo en serio. Él dijo que todas las personas buscaban un tipo de amor que nosotros como hijos no podemos darles, así que está bien, si eso hace que sus corazoncitos se llenen, mejorarán más rápido y no importa si se quedan o no en ese nuevo lugar. No importa lo que haga tu madre, no tengas miedo, Beomgyunnie, yo siempre voy a estar cerca de tí y voy a quererte todo lo que haga falta para que tú corazón se sienta lleno a reventar. No vas a estar solo.

Los sollozos de Beomgyu fueron bajitos pero las lágrimas mojaron la piel de Yeonjun durante largos minutos, en los que se dedicó a simplemente consolarlo con caricias y en silencio.

Cuando se detuvo y Yeonjun susurró un buenas noches creyendo que estaba dormido, Beomgyu se incorporó para buscar unas toallitas húmedas y limpiarse el rostro y limpiar también el cuello de Yeonjun, luego se acurrucó utilizando como almohada su bícep y, mirándose fijamente una vez más, susurró:

—Gracias, Yeonjun.

Pero Yeonjun estaba poniendo sus bocas juntas en un beso suave y no demasiado largo, antes de susurrar sobre su boca.

—Gracias a tí, por dejarme estar contigo ahora.

Y aunque había dormido cómodo en sus brazos y había podido disculparse con su madre después por hacerla llorar y no intentar verlo de mejor manera, el vacío en su pecho continuaba.

Esa banda que le encantaba lentamente había dejado de llenar su cabeza de paz, de ideas románticas o amistosas, de sentimientos agradables. Había dejado de ser su mundo cuando se habían vuelto populares y todos a su alrededor chismorreaban sobre cosas de lo más superficiales como la apariencia de los miembros, su estilo en la moda, el ritmo pegajoso de equis canción o las fotos de portada del nuevo álbum donde no llevaban camisetas. Incluso las jodidas novias eran importantes porque les arruinaba las fantasías de verlos juntos entre sí.

La idea de abandonar la realidad para viajar a su propio plano con la música ya no era posible, porque ahora su música era parte de la realidad de todos de la manera más estúpida que podría serlo.

Y se volvió triste.

Triste cuando caminaba, cuando comía, cuando besaba o cuando reía. Era triste aún cuando dormía. Pero… quizás había estado triste desde la última navidad.

Quizás había estado triste desde que se dió cuenta que las cosas que su madre intentaba maquillar para no asustarlo no eran verdad, porque todo era mucho peor cuando aprendía lo que eran.

Quizás la tristeza siempre había estado ahí y apenas comenzaba a notarla.

Se había cansado y aburrido de todo, incluso de la tristeza.

Cuando Yeonjun le preguntaba:

—¿Ya dejaste a ese tipo? —Y apretaba los labios, Beomgyu sonreía y movía su cabeza en un gesto negativo.

—No voy a dejarlo, supéralo.

Yeonjun insistía en que no le convenía estar con quién era su novio, uno mayor y tan… tan él.

Pero Yeonjun no tenía que decírle lo que él sabía. Nadie lo estaba obligando a aceptar las cosas que hacían a Yeonjun comentar que se estaba mal influenciando por Jungkook. Nadie le decía que tenía que quedarse cuando habían tantas banderas rojas y él podía verlas con claridad, pero ni siquiera siendo tan jóven podía desestimar lo que sentía.

Estaba enamorado.

Estaba jodidamente loco, pero muy enamorado.

Jungkook le hacía sentir un poco en comparación con todo en su vida. Jungkook lo hacía sentir angustia, lo hacía sentir celos, lo hacía sentir temor, emoción, enojo, irritación, vulnerabilidad y calor. Jungkook lo hacía sentir mucho calor.

La presión constante que tenía para dejarse follar también hacía cosas dentro de él y comenzaba a darse cuenta que su novio estaba cansándose cada vez más cuando, enojado y asustado, le decía que no; que no era lo suficientemente maduro ni estaba seguro para hacerlo. Quería algo lindo y suave, quería sentirse cómodo y divertido, y quería que fuera un momento memorable la primera vez. Pero incluso si estaba asustado de que pudiera abandonarlo, Beomgyu seguía diciendo no.

Un año más se había perdido, y lo único rescatable fueron las clases en un curso de verano para comenzar a tocar su guitarra.

Un incentivo, como a Jungkook le gustaba decir.

Luego no había podido soltar esa guitarra y había conocido a un nuevo amigo que era sólo un poco mayor que él y le había dicho que podían hacer covers de canciones que a ambos les gustaran y subir los videos a internet como pasatiempo.

Lo habían hecho y, aunque no eran demasiado buenos, siempre habían algunos comentarios apoyando su constancia y el cómo cada día se superaban a sí mismos.

Algo le hacía sonreír de nuevo.

Ese otro año, durante el festejo del cumpleaños número quince de Yeonjun no había llegado a tiempo. Aunque, en realidad, no había llegado en todo el día.

Cuando volvió fue su turno de colarse por la ventana de Yeonjun y, en cuanto se metió bajo las sábanas con él, Yeonjun preguntó:

—¿Por qué hueles tan horrible?

Y la única respuesta que recibió, fue una risa tonta y ninguna palabra.

Tuvo que encender la luz de su lámpara de bebé y mirarle el rostro durante un largo momento para dar su veredicto.

—Beomgyu, no estás drogado, ¿no?

—Sí.

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