LA MAÑANA PREVIA A NUESTRA PARTIDA FUE DE MÁS SILENCIOSA, me había levantado rodeada por los brazos de Mihail en un brazo que nunca había cesado, incómoda y con dolor de espalda lo hice levantarse para irnos a acostar a nuestras respectivas camas antes de que alguien nos viera.
Grata fue nuestra sorpresa al darnos cuenta que colchón solo nos quedaba uno, me encongí de hombros y empujé el que sobraba junto al de Andrea, quedando yo de su lado así tendría una excusa en caso de que quisieran insinuar que había dormido en la misma cama que él, no tenía nada de malo pero se vería raro.
Recosté mi cabeza justo al lado de su pecho y cerré los ojos somnolienta, el me dejó un besito en la frente antes de yo caer rendida.
Me despertaron dos horas más tarde, eran las diez y media de la mañana, nuestro vuelo salía a las doce, desayunamos en un silencio cómodo, familiar.
Mamá había comprado facturas y preparamos café con leche en un hervidor grande, no queríamos ensuciar mucho porque era probable que esta casa no esté en uso por años, el solo hecho de pensarlo me daba escalofríos.
Disfrute a pleno lo que serían los últimos momentos junto a los que se habían hecho, de forma inesperada, mis seres queridos, hasta que me tocó subir a mi cuarto a buscar las maletas, el camión de la mudanza había partido ayer por la noche. con la promesa que llegar antes que nosotros, yo no entendía mucho eso.
Andrea subió las escaleras detrás mío con cara de velorio, me estaba duelando mientras yo permanecía frente a ella.
Le empujé el hombro levemente.— Cambia la cara que todavía no me morí.— Me reí de ella, me miró con sus ojos azules al borde del llanto.— No llorés pajera que me vas a hacer llorar a mí.—
La tomé de los hombros y la abracé mientras ella me lloraba en silencio.— Es que acabo de caer que te vas.— Reí en silencio.
— Un poco tarde caíste.— Le dí un par de besitos en el cachete antes de separarme de ese medio abrazo.— Dale boluda que me tenés que ayudar a bajar mis valijas, no puedo yo sola.—
Ella se limpió las lágrimas y sorbiendo mocos me sonrió antes de ayudarme a bajar las cosas, el clima abajo era más animado de lo que habría esperado, hasta mamá parecía reír cosa que me sorprendió luego de lo tensa que estuvo en la semana.
El clima estaba nublado como si supiera que tampoco había mucho de lo que celebrar.
Encontramos consuelo en las cosas pequeñas, en el tiempo pasado y en la idea en que en un futuro volveríamos a tener días interminables de verano, fiestas de piscina y conciertos de los Guns.
No tardamos mucho en subir al auto, si tardamos algo en llegar, Andrea se había pegado a mi como garrapata y no me dejaba de abrazar, debajo de un par de abrigos un dedo cariñoso me acariciaba el dorso de la mano con discreción.
Para cuando entramos al aeropuerto no faltaban ni veinte minutos para irnos, tuvimos que correr al abordaje como si el avión nos fuera a dejar, por un segundo desee que así pasase para poder disfrutar más tiempo con mi gente, la suerte no estuvo de mi lado cuando vi la colita que se formaba para abordar, ya había comenzado a entrar gente, no quedaba mucho tiempo, me volteé a atrás y dejé que Mamá y mi hermano saludaran de a poco a nuestros conocidos, después de todo no eran las únicas personas que habían venido a despedirnos, si eran las únicas mías.
Me acerqué despacio a Nico y Lucio, primero abracé a Nicolás por la cintura.— Sos un hijo de puta, que lo sepas.—
— ¿Pero y ese ataque tan gratuito?—
— No me dejaste terminar.— Me quejé.— Como decía, un hijo de puta, sí, pero un hijo de puta muy gracioso.— Le sonreí levemente.— Gracias por enseñarme a jugar a la casita robada y por abrirme los ojos respecto a Queen, te dejo mis propiedades en Miami.— El fingió festejar mientras yo pasaba a saludar a Lucio.
Me paró cuando me estaba acercando.— Ni se te ocurra abrazarme porque la palmo antes de que subas a ese avión.— El parecía a punto de echarse a llorar.
— Dale, no te abrazo.— Me eché para atrás pero el me tomó del brazo para abrazarme.
— Si es que eres tan chiquitina, no puedo más.— Me balanceó de un lado para otro mientras lloriqueaba.— Te voy a extrañar tanto.—
— Yo también lu, yo también.— El nudo en la garganta se comenzaba a formar.— Gracias por enseñarme a hacer metanfetaminas.— Él rió entre mocos.— Gracias por hacerme mi primer tatuaje secreto, abstenete vos de hacerte más hasta que nos veamos.— Él me tapó la boca cuando mencioné lo del tatuaje, me dejó ir a los segundos.
— No prometo nada por mi pero al que si voy a llenar de tinta es al titán de tu noviecito.— Abrí los ojos de par en par.— Que no he dicho nada pero ha sido un canteo cuando los ví anoche en el patio, te pescaste un pez gordo.—
Lo miré mal antes de apartarme de él yendo hacia Mihail quien reía de la situación, él abrió los brazos de par en par para recibirme, yo me enterré ahí en su lugar unos minutos, me importaba poco si estaba mi hermano, si se veía raro, quería memorizar como se sentían sus brazos rodeandome un rato.
— Creí que iba a saber que decirte en el momento en que te tuviera de frente.— Confesé.— Debo admitir que no tengo la más remota idea.—
— No tienes que decirme nada.—
— Pero quiero hacerlo, quiero darte las gracias.— A regañadientes me dejó ir de sus brazos, lo miré como pude.— Gracias por ser tan buena compañía, por salvarme innumerables veces, por hacer que me obsesione semanas con esa canción de los Guns, por tratarme tan bien.— Miré hacia atrás y cuando ví que mi hermano no miraba aproveché mi oportunidad y me lancé a besarle, fue apenas un pico que duró más de lo normal.— Sobre todo gracias por ser mi primer amor, más allá de que yo no sea el último tuyo.
Él volvió a abrazarme brevemente.— Prométeme que volverás.— Casi que suplicó, se me encogió un poco el corazón pero me obligué a mirarlo, no respondí, solo atiné a sonreírle, me hubiera gustado prometerle eso.
También me hubiera gustado decir que no corté contacto con él pasado el año de estar fuera, pero como mencioné anteriormente, no sé mentir.
Dirigí mi mirada ahora a Andrea, la cuál me miraba con la mejor de sus sonrisas y sus ojitos brillosos. La agarré de las manos fuertemente, tenía las manos frías y temblaba poquito.
— Si tuviera que empezar a agradecerte por todo lo que hiciste por mí no termino más.— Me reí, pero me ardían los ojos.
— No lo hagas, abrazame hasta que tengas que irte.— Le hice caso, nos abrazamos fuertemente.— Te amo sabes, eres mi puta alma gemela, mi espíritu animal, la Selena Gómez de mi Taylor Swift.—
— Mi rubia hueca, te amo como no te das una idea, hija de puta.— La abracé hasta no poder más.— No me voy a separar de vos nunca, me adoptaste como introvertida cuando te me sentaste al lado, ya no tenés vuelta atrás, yo me voy a hacer vieja y nos vamos a juntar a ver revistas de Seventeen mientras le contamos a nuestros nietos como nos escapabamos de clases para comprar natillas de contrabando con los de tercero.—
— Esperemos que para cuando tengamos nietos podamos contar cosas más interesantes.— Reí en su oído.
— Seguro que sí.— Uno de los últimos llamado de abordaje sonó a mi espalda, me separé de mi rubia despacito y la agarré de los cachetes mientras le miré bien la cara.— ¿Y si te doy un pico?—
— Sería escandaloso, me pinta.— La abracé una última vez antes de separarme de manera difinitiva, el frío me pegó de lleno.— Háblame apenas llegues.—
Yo asentí con la cabeza y me acerqué a mi hermano antes de arrepentirme, el me rodeó los hombros con un brazo como si supiera que si no lo hacía iba a correr en dirección opuesta a la entrada, saludé con la mano una última vez a los que fueron una parte importante de mi vida y luego no miré nunca más hacia atrás.
— Podés llorar ahora, se que te estás haciendo la fuerte.— Pero yo ya no estaba aguantando las lágrimas, caían solas sin que yo pudiera siquiera retenerlas.
NOTA DE LA AUTORA:
Oficialmente este es el último capítulo del primer acto, el fin de la era de Vale chiquita menor de edad, se vienen cositas.
Comunicarles también que hasta nuevo aviso no estoy actualizando y que si quieren que siga la historia voten hijos de puta porque veo 70 vistas y 12 votos por capitulo.
Si no les gusta dejo este escrito para que pongan por qué no votan, debatamos.
En fin, gracias por el apoyo que le estuvieron dando al fic desde que salió, prometo continuar solo quiero cambiar algunas cositas del primer acto que por ahí no me gustaron, quizás hasta alargue un poquito más los caps.