notice me • erling haaland x...

By skyguyapologist

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Julián Álvarez es campeón del mundo, ni más, ni menos. Erling Haaland lo estuvo esperando pacientemente dura... More

Capítulo I: Campeón Mundial
Capítulo II: Cuando No Estás
Capítulo III: Bastará
Cápitulo IV: Antes Que Ver El Sol
Capítulo V: Me Enamora
Capítulo VI: Pasos Al Costado
Capitulo VII: Yo Te Diré
Capítulo VIII: Voy A Vos
Capítulo XIX: Yo No Soy Celoso
Capítulo XI: Contigo En La Distancia

Capítulo X: Somos Novios

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By skyguyapologist

Los días eran lentos, la rutina de recuperación era mucho más distendida de lo que Erling hubiera podido anticipar. No podía hacer mucho más que unos pocos ejercicios diferidos al resto del equipo, con el constante seguimiento de los médicos y el personal asegurándose que no estuviera haciendo esfuerzos innecesarios.
Estaba aburrido, quejumbroso y se irritaba con facilidad en esa primera semana, sabía que no estaba siendo la compañía ideal y en parte sentía culpa de cargar con esa nube tormentosa encima de su cabeza. Sabía que Julián debía estar harto de escuchar sus quejas sobre las sesiones de kinesiología, de escucharlo moverse en la madrugada desde su cama, a la que tuvo que volver a regañadientes una noche porque Haaland no podía quedarse quieto debido a la incomodidad de su lesión y él debía dormir ya que ahora tenía que reemplazarlo en la cancha, lo que le impuso una rutina más reñida.

-Te juro que no me molesta, Er -había susurrado Julián-. It isn't a big deal for me. (No es para tanto para mí)

Haaland sonrió en la oscuridad y dejó un beso en sus labios, lento y dulce, justo como sabía que al argentino le gustaba.

-Don't be silly, Julián. You need your rest and I need to toss and turn every two minutes, it'll only be a few weeks. (No seas tonto, Julián. Vos necesitás tu descanso y yo necesito dar vueltas en la cama cada dos minutos, sólo serán un par de semanas)

Eso al argentino no le gustó nada y lo demostró haciendo el puchero más lindo que Haaland le hubiera visto en todo el tiempo que llevaban conociéndose, casi haciéndolo retractarse de sus palabras en ese momento.

-Come on, now. Go. (Dale, ahora. Andá)

Besó el puchero del argentino hasta que ya no estuvo ahí, disuelto en los suaves roces de sus labios. Llevó sus manos a la cara del castaño y los separó, ganándose unos cuantos sonidos de protesta.

-Bueno, está bien. Pero que conste que me voy porque vos querés, no porque yo quiera. Porque por mí gira y movete todo lo que vos quieras.

Habló rápido y por lo bajo mientras se desprendía de su agarre, giró en la cama y salió de ésta para encontrarse de primera mano con el frío de la noche.

-Ay, la puta que te parió, Erling -maldijo en un susurro-. Está helado encima.

Haaland rió de buena gana, lo que sólo potenció la indignación de Julián.

-Ah, ¿te parece gracioso, eh? ¿Te entretiene saber que me cago de frío en esta cama, sólo?

-Ah, stop that. You're so dramatic. (Ah, pará con eso. Sos tan dramático)

Fue el turno de Julián para reír mientras se introducía en su cama, sintiéndose extraño al tener que girarse para mirar al rubio, o en su dirección al menos -dada la oscuridad- en vez de simplemente sentirlo a su lado.

-Erling.

-What is it? (¿Qué pasa?)

-Will you miss me when I'm gone? (¿Me vas a extrañar cuando me vaya?)

El corazón del noruego se estrujó en su pecho y suspiró antes de responder.

-You know I will. (Sabés que sí)

El argentino sonrió en la oscuridad y llevó las sábanas hasta sus mejillas.

Habían conversado muy poco sobre la semana que Julián pasaría en Argentina, Julián había pensado varias veces en la posibilidad de invitar al rubio a acompañarlo pero desistió al pensar en todas las posibles consecuencias, como la prensa y donde se hospedaría Haaland, porque él estaría concentrando con la selección, y no era como que Erling pudiera simplemente ocupar el departamento que Julián aún conservaba en Buenos Aires, ¿verdad?
Pero ahora, quería saber que pasaba por la mente del noruego, quería oírlo hablar de lo que sentía, cómo siempre lo había hecho.

-Es una semana noma' -respondió lentamente.

-The longest since you came back from Qatar, though (Lo más largo desde que volviste de Qatar igual) -repuso Erling, el fastidio evidente en su voz-. Who'll talk my ear off while you're gone? I guess Jack could do it now that I think about it... (¿Quién me hablará mientras no estás? Supongo que Jack podría hacerlo ahora que lo pienso...)

Julián bajó las sábanas a la altura de su pecho.

-Claro y yo me pongo al día con todos también -resolvió.

Haaland sonrió nuevamente, aún no se decidía en sus sentimientos por esta nueva faceta de Julián. Era más atrevido, bromeaba con sus compañeros en la cancha y no tenía inconvenientes a la hora de provocarlo, ya fuera en la cancha, en los entrenamientos, en el micro o en la intimidad de su habitación. Algo era diferente ahora y no podía descifrar qué, se paseaba por los pasillos del club como un hombre nuevo, parloteaba con Máximo en el comedor, hablando tan rápido que Erling ni siquiera trataba de entender de qué estaban hablando, limitándose a disfrutar de la voz de Julián, aún si no tenía idea de lo que estaba diciendo.

Eran besos robados antes de salir de la habitación en las mañanas, eran abrazos por la espalda en los pasillos y un brazo envolviendo su cintura cuando estaban con los demás. Eran palabras dulces en las noches frías, caricias suaves en su rostro y besos en las mejillas. Era como conocerlo por segunda vez, si es que eso era posible.

Había un deseo que ardía en el interior del noruego, un deseo de pedirle a Julián que fuera más suyo que nunca, el deseo de pedirle que fuera su novio.
Haaland sabía que si lo hacía debía ser antes de que el argentino partiera a su país, no quería dejar pasar más el tiempo.

-You give Enzo a kiss from me, yes? (Vos dale un beso a Enzo de mi parte, ¿si?)

Julián soltó una carcajada y se tapó la boca al instante.

-Dormite, dale -le respondió finalmente.

-

Julián sabía que había algo perturbando la mente del rubio que ahora se encontraba en su sesión de kinesiología, y no saber qué era lo estaba carcomiendo por dentro. La lesión de Haaland, si bien no era grave, aún le incomodaba cuando se estiraba o cuando corría largas distancias, por lo que Pep había decidido que entrenaría diferenciado al resto del equipo. El noruego se levantaba junto con Julián, que le preguntaba cómo había dormido, que si había soñado algo, que si quería desayunar algo en especial o cómo eran sus planes para el día, todo en un inglés que con el tiempo iba haciéndose cada vez mejor. Julián estaba orgulloso de su progreso en el idioma, cualquier frustración en sus clases era opacada por el brillo en los ojos de Haaland cuando le hablaba con seguridad, confiado.

Podían hablar por horas, planeando potenciales vacaciones después de que la temporada acabara, de sus expectativas con los torneos, de sus fantasías con acariciar la gloria consagrándose con alguno de los títulos por los que estaban compitiendo. Pero también podían permanecer en silencio, caminando las calles de Manchester en sus días libres, abrigados con bufandas y gorros, en busca de algún bar o restaurante donde no fueran a molestarlos los fotógrafos, más casi nunca lo conseguían y terminaban pidiendo comida al departamento del noruego, ubicado en el corazón de la ciudad.

-I can't believe it too you this long to invite me here (No puedo creer que te tomaras tanto tiempo en invitarme acá) -protestó Julián la primera vez que entró por la puerta del apartamento.

Era un apartamento muy espacioso, con grandes ventanales que dejaban ver la ciudad, iluminando la noche con sus miles de luces. Estaba bien decorado, para la sorpresa del cordobés. Había cuadros con fotos de su familia en las paredes, floreros en las mesas y hasta una biblioteca, Julián arqueó una ceja.

-You read? (¿Lees?)

Haaland lo miró desde la cocina, apoyando la bolsa con las compras en la barra que daba al comedor.

-As a matter of fact, I do! (De hecho, ¡sí!) -respondió indignado-. Not that much as of late, I admit. But I'm not as dumb as I look, you know? (No tanto últimamente, lo admito. Pero no soy tan tonto como parezco, ¿sabés?)

Julián se acercó a él luego de cerrar la puerta y rodeó su cintura con sus brazos, mirándolo con dulzura.

-Un rubio que lee, mirá que suerte la mía, che.

El rubio en cuestión bajó la cabeza, enfrentando sus miradas.

-I think you're just making fun of me now, mister. (Ahora creo que solo te se está burlando de mí, señor)

Sin embargo rodeó los hombros del argentino, atrayéndolo a él en un abrazo.

Julián miró a su alrededor, los muebles tan lindos, se podría decir que nuevos. Los sillones pulcros, las luces que se ajustaban en intensidad. La televisión colgada en la pared, la alfombra debajo de la mesita de café y los imanes en la heladera de diversos lugares que seguramente habría visitado el hombre en sus brazos, desde Oslo hasta Berlín.
Se preguntó por qué no vivía allí, en vez de quedarse en el club.

-This is really nice, Er. (Esto es muy lindo, Er)

-Hmm.

-Your place, I mean. (Tu casa, quiero decir)

-Oh -respondió para luego reír-. Yes, it is nice, thank you. I had it decorated by a professional, of course. Can you imagine me going to buy furniture? (Si, es lindo, gracias. Hice que lo decorara un profesional, obviamente. ¿Me imaginás yendo a comprar muebles?)

-I thought that was a thing in your country. (Creí que eso era algo común en tu país)

Haaland se apartó de él y lo miró asqueado.

-That's Sweden, Julián. I'm Norwegian. You're thinking of IKEA. (Eso es Suecia, Julián. Yo soy noruego. Estás pensando en IKEA)

Aún con los brazos extendidos, Julián ladeó la cabeza y lo miró con las cejas levantadas para romper en risa.

-Ay, perdoname -le decía alargando la última vocal-. I'm so sorry. (Lo lamento mucho)

-But you're still laughing! (¡Pero te seguís riendo!)

-Dale, vení.

Abrió y cerró sus manos llamándolo para que volviera a estrecharlo en sus brazos, pero el rubio se giró y salió de la cocina. Julián lo siguió, Haaland apuró el paso hasta que los dos se encontraban corriendo en una dirección incierta.

Erling llegó a una puerta y entró rápidamente seguido del castaño, que al notar que se trataba de su habitación no dudo en lanzarse sobre Haaland, tirándolo sobre la cama y subiendo a horcajadas de él.

-Ahora no te me escapas -dijo divertido.

Haaland levantó una ceja debajo de él y se apresuró a comenzar a cosquillear los costados del argentino, haciendo que Julián se retorciera sobre él, riendo y quejándose. Trataba de devolver las cosquillas sin mucho éxito y no dejaba de moverse.

-Erling, pará un poco -decía entre risas-. Por favor.

Al no obtener una respuesta se apresuró en capturar una de las manos del noruego, llevándola por encima de su cabeza en la cama.

-Please.

El noruego le sonrió y cesó sus movimientos, dejando su mano libre en la cadera del contrario que aún respiraba trabajosamente sobre él.

-All you had to say was please, honey. (Todo lo que tenías que decir era por favor, cariño)

Julián resopló, aunque en su interior se estaba divirtiendo –Que pesado que sos, eh.

-I don't know what that is but I bet you like that about me. (No se que signifique eso pero apuesto a que eso te gusta de mí)

-You're right, I do. (Si, tenés razón)

Bajó su rostro hasta que estuvo a unos pocos centímetros de él y rozó sus narices antes de sellar sus labios con un beso. Haaland suspiró contra su boca y llevó su mano libre a la nuca del castaño.

Erling pensaba en la boca de Julián más veces de las que alguna vez se permitiría admitir, en las mañanas, cuando despertaba de algún sueño sin sentido para ser recibido en la vigilia por un pico somnoliento. Al mediodía cuando esperaban a que todos entrarán al comedor, quedándose solos en el pasillo apenas un momento, el cual era suficiente para que el argentino se para de puntas de pie y Haaland lo sostuviera, era un beso de no más de dos segundos, pero que lo mantenía satisfecho hasta que llegaba la noche. En el confort de su habitación, cuando las luces del predio se iban apagando y la luna brillaba a pesar de las nubes, Erling hacía uso de sus labios dejando un rastro de ellos por todo el espacio que pudieran encontrar. Siempre volviendo a la boca de Julián, que la mayoría de las veces lo esperaba con una sonrisa, sus ojos brillantes y sus mejillas sonrosadas. A veces los besos escalaban a más, dejando a Julián tendido en un desastre de jadeos y ruegos debajo de él, más otras veces solo quedaba en roces sencillos, contentos de solo estar en el espacio del otro, cayendo rendidos ante el sueño con sus rostros aún a pocos centímetros de distancia.

Se creía incapaz de alguna vez acostumbrarse a poder besarlo, dentro de las posibilidades, cuando él quisiera. Había algo tan intoxicante en la manera que Julián respondía a ser besado, la forma en que siempre sonreía al principio, cómo ladeaba su cabeza en busca de más y cómo no tardaba en acercarse a él, envolviendo su cuello con sus brazos.

Allí, en su cama, en su departamento de Manchester, Julián lo besaba con fiereza. El corazón de Haaland estaba tan lleno en ese momento que no pudo hacer más que devolverlo con las mismas ganas, una de sus manos aun presa en el agarre del castaño sobre su cabeza mientras la otra acariciaba su pelo. Julián sólo lo soltó cuando rompió el beso para hablar.

-Why do you do it? (¿Por qué lo hacés?) -preguntó agitado.

-What do you mean? (¿A qué te referís?)

Julián se levantó hasta quedar sentado nuevamente sobre él.

-You have such a nice place here. Why stay at the club in our tiny room when you have this much space? (Tenés un lugar tan lindo acá. ¿Por qué quedarte en el club en nuestro cuartito cuando tenes todo este espacio?)

-You know why. (Vos sabés porque) -susurró.

Se miraban buscando las palabras que no habían dicho aún, Haaland vivía por momentos como este. Más allá del deporte, del prestigio o de los fanáticos gritando su nombre que le daban algo de sentido a su vida. Eran estos momentos, en los que podía sentir las mariposas en su estómago, el calor en su rostro y esos penetrantes ojos cafés sobre él en los que se sentía más vivo que nunca. Listo para abrir su corazón, sabiendo que Julián estaba allí, dispuesto a recibirlo.

-I stay because, as you said, it's our tiny room back at the club. I get to spend the nights and mornings with you (Me quedo porque, como dijiste, es nuestro cuartito allá en el club. Puedo pasar las noches y las mañanas con vos) -continuó a las vez que acariciaba la mejilla del argentino-. I get this pretty face of yours all the time, talk to you, laugh at your jokes and kiss you pretty much anytime I want. (Puedo ver esta linda cara tuya todo el tiempo, hablar con vos, reirme de tus chistes y besarte prácticamente en cualquier momento que quiera)

-Anytime you want, hm? (¿Cuando vos quieras, eh?) -preguntó divertido, sintiendo que su corazón estaba a punto de estallar.

Erling sonrió nuevamente.

-Cuando los dos quieramos.

-Queramos, Er. Pero, sí -sonrió ampliamente a la vez que asentía-. Podés besarme cuando quieras.

Sus bocas volvieron a unirse para ya no volver a separarse por lo que parecieron horas, la ropa que aún los dividía siendo descartada a cualquier rincón de la habitación. Las compras olvidadas en la mesada, la noche cayendo sobre la ciudad y sus manos por doquier.

Julián tenía una idea, una que quería poner en práctica hacía un tiempo. Le encantaba sentirse cubierto por el noruego debajo de él, pero hoy quería llevar las riendas, el ritmo y el control.

-Mhm, Er -dijo entre besos-. Do you mind if I'm on top tonight? (¿Te molesta si estoy arriba esta noche?)

Como respuesta recibió un grave jadeo y las manos de Erling en su cintura, impulsando su pelvis arriba para que pudiera sentir exactamente como esa propuesta lo había afectado.
Todo sucedió con la rapidez de un parpadeo, las pocas prendas que quedaban fueron prácticamente arrancadas, apenas separandose para que Julián pudiera buscar el lubricante y los condones en la mesa de luz junto a la cama gracias a unos pocos gestos de Haaland, que no se encontraba capaz de hablar.

Sus cuerpos se buscaron instintivamente, Julián había vuelto a posicionarse arriba del rubio, que lo ayudaba a alinear su miembro con su entrada, sin más tiempo que perder tomó un ritmo demoledor, subiendo y bajando regodeándose en los lloriqueos provenientes del hombre a su merced, que no podía hacer otra cosa que poner sus fuertes manos en la curva de su cintura. El cordobés sabía que tendría marcas por unos cuantos días, poco le importaba cuando tenía la oportunidad de ver cómo el rubor se apoderaba de todos los rincones de la piel de Erling, desde sus mejillas hasta su pecho, los labios hinchados y la mirada oscura que tanto lo enloquecía.

El sudor caía por su pecho mientras buscaba otro ángulo, Haaland se percató de esto y decidió que no podía quedarse al margen más tiempo. Bajo sus manos hacia la curva del culo de Julián y lo levantó lentamente, el argentino no protestó. En cambio, flexionó sus rodillas para darse soporte, sus manos yendo al pecho del menor mientras este comenzaba a embestirlo.

-Er, Er, Er. Voy a agh.

-You're so good to me, Jules. Taking me so good (Sos tan bueno para mí, Jules. Tomándome tan bien)

El castaño se deshizo en jadeos a la vez que alcanzaba su orgasmo, prácticamente colapsando encima de Erling a la vez que seguía repitiendo su nombre. Éste lo tomó en sus brazos mientras llegaba a su propio clímax, dándose la libertad de morder su hombro.

No saben en qué momento terminaron tapados en la cama, o cuantas horas durmieron plácidamente en los brazos del otro cuando la alarma sonó. Elring dejó una muda de ropa para Julián en el baño para dirigirse a la cocina y preparar el desayuno. En la duhca, sintiendo sus músculos relajarse por el agua caliente, el cordobés tarareaba una canción para la cual no recordaba la letra.
Era de esperarse que la ropa que Haaland le había dejado le quedara absurdamente grande, ya que además de su amplia diferencia en tamaño, el noruego disfrutaba de la tendencia oversize, la remera blanca con un masivo logo Balenciaga le quedaba tan grande que optó por usar solo eso con su ropa interior, descartando los pantalones que estaba seguro se le caerían de todas formas.

Haaland rió llevando su cabeza hacia atrás al verlo entrar en el comedor, tenía sus tazas en las manos y el pelo suelto. Julián se permitió fantasear sobre cómo sería la vida si tuviera la oportunidad de ver esa escena todos los días. Teniendo el sol escurriéndose entre las cortinas, iluminando la figura del noruego como si se tratara de una aparición religiosa.

Desayunaron tranquilamente y cuando Elring emergió de la ducha ambos salieron para volver al club.

-

Faltaban pocas horas para llevar a Julián al aeropuerto y nadie se sorprendió al escuchar que Erling sería el que llevara al argentino. Estaban en su habitación conversando mientras Julián guardaba las últimas cosas en el bolso, incluyendo la remera Balenciaga que nunca volvió al placard de Haaland, no era cómo si le molestara de todas formas.

-I think I might stay in my flat now that you're leaving (Creo que me voy a quedar en mi apartamento ahora que te estas yendo) -expresó desde la cama-. It'll be awfully quiet here without you. (Va a estar terriblemente silencioso sin vos)

El argentino sonrió antes de mirar en su dirección -Vas a ver los partidos, me imagino.

-Of course I will. Wouldn't miss you on that purple jersey for anything. (Obvio que lo voy a hacer. No me perdería de vos en esa camiseta violeta por nada)

-No creo que usemos esa.

-Ahg, that's a damn shame. You look so cute in it. (Ahg, eso es una pena. Te ves tan lindo con esa) -dijo guiñandole el ojo.

Julián rió y tiró un beso al aire, Elring pretendió agarrarlo con su mano.

El camino al aeropuerto fue silencioso sin contar por la música que emitía la radio, ninguno de los dos quería despedirse aún. Julián pensando en ver a sus amigos, a su familia y a sus compañeros por primera vez desde año nuevo, estaba emocionado. Pero resultaba imposible ignorar el tirón en su pecho al pensar que estaría a miles de kilómetros de distancia del hombre que ahora se encontraba a su lado, aunque fueran pocos días. Sabía que era tonto o un poco exagerado, pero ya no tenía modo de ocultarse a sí mismo lo que sentía, el amor que sentía brotar a borbotones cada vez que esos ojos azules decidían posarse en él, haciendolo sentir el hombre mas especial del mundo, el único.

Por su parte el noruego sentía que los nervios lo carcomían, había pasado las últimas 24 horas planeando las palabras que iba a decirle, en su mente se reprochaba el no haber planeado esto con más detalle, el no haberlo consultado con alguno de sus amigos, pedir un consejo, comprar unas flores, lo que fuera. Ahora solo contaba con sus sentimientos y la certeza de que no había querido algo con tanta fuerza como ahora.
Detuvo el auto en cuanto estuvieron frente a la entrada del aeropuerto, semivacío por la hora y el día en que Julián viajaba, Elring agradeció por lo bajo que así fuera. Se giró a mirarlo aún sin apagar el motor, en la radio sonaba una canción que él no conocía, una canción en español, era lenta y llena de instrumentales. Era el momento.

-Well-

-Bueno-

Ambos rieron torpemente, Elring se pasó una mano por su pelo y exhaló antes de hablar.

-I just, um (Yo sólo, um) -comenzó-. There's something I need to say to you before you leave, or well maybe not tell you but ask you. Yeah that's more like it. I have a question to make. (Hay algo que te tengo que decir antes de que te vayas, o bueno por ahí no que decirte pero preguntarte. Sí, eso está mejor. Tengo algo que preguntarte)

El argentino asintió con los ojos entrecerrados, preguntandose de qué podía tratarse aquello.

-Last time I drove you to the airport, I told you to not worry about us because you had the World Cup to think about, remember? (La última vez que te traje al aeropuerto te dije que no te preocupes por nosotros porque tenías que pensar en el Mundial, ¿te acordás?)

Julián asintió, su corazón acelerándose al recordarlo. Estaban en este mismo aeropuerto, la noche era tan oscura como ese día. Ninguno de los dos pudiendo poner en palabras lo que sentían por el otro en aquel momento, tan solo unos meses atrás.

-This time, however, I'd like it if you thought about me during your stay in Argentina. When you see your mates and your family, when you're out on the field or just walking around the stadiums, think of me (Esta vez, sin embargo, me gustaría que pensaras en mí durante tu estadía en Argentina. Cuando veas a tus amigos y a tu familia, cuando estés en la cancha o sólo caminando por los estadios, pensá en mí) -siguió-. Cause I know I won't think of anything else that isn't you. (Porque yo sé que no voy a pensar en otra cosa que no seas vos)

En ese momento, tomó las manos de Julián en las suyas, las cuales estaban temblando levemente. Levantó la mirada y se encontró con aquellos ojos cafés, expectantes.

-Julián, you must know. I've never felt this way about anybody before. It's only you (Julián, tenés que saber. Nunca me sentí así acerca de nadie antes. Sos sólo vos) -acercó las manos del cordobés a su boca, dejando un beso en sus nudillos-. And what we have is so precious to me, you must know. (Y lo que tenemos es tan precioso para mí, debés saberlo)

-Sí, sí lo sé -respondió por primera vez, con un hilo de voz.

Haaland lo miró nuevamente, sus ojos ahora aguados, sus labios presionados. Pensó en lo mucho que quería besarlo en ese momento pero se contuvo.

-Julián.

-Erling.

-Would you like to be my boyfriend? (¿Te gustaría ser mi novio?)

Recuerda haber cerrado los ojos en ese momento, un infantil intento de no enfrentar la reacción a su pregunta, sus manos aún sosteniendo las de Julián. Oyó un suspiro acompañado de una risita.

-Mirame, dale -dijo dulcemente-. No te puedo contestar si no me mirás.

Acató la orden sin protestar y abrió los ojos, Julián portando la sonrisa que a Erling más le gustaba, una capaz de opacar al sol y rajar la tierra, una que si pudiera le haría prometer le dedique sólo a él.

El castaño zafó una de sus manos del agarre de Haaland para acunar su rostro, éste tuvo que combatir el impulso de cerrar los ojos nuevamente.

-Siempre me gustó como me hablás -dijo-. Y yo no soy tan elocuente o tan romántico así que te lo digo como me sale.

Se acercó a él y dejó un casto beso en sus labios.

-Sí, obvio que sí.

Haaland, sintiendo que el peso del mundo caía de sus hombros, sonrió ampliamente y volvió a cortar la distancia entre ellos, besándolo con un tinte de algo nuevo, algo más profundo.

-

Caminaba rumbo a la fila de abordajes cuando su teléfono vibró en su bolsillo, al quitarlo pudo ver que no era otro que Erling, sonrió y lo desbloqueó.

Er🤍
Miss u already

Julián se mordió el labio y negó con la cabeza.

Exagerado que sos
Yo también

-
N/A: este capítulo está inspirado por la canción homónima de Luis Miguel.

TANTO TIEMPO HERMANAS, esta vez no tengo otra excusa más que me sentía muy falta de inspiración, si todavía están pendientes de esta historia de los agradezco y espero sigan disfrutando de leerla como yo de escribirla, vivan los novios!!

recuerden que me encuentran en twitter con el mismo user que acá, les leo 💖

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