ME DESPERTÉ DE GOLPE CUANDO SENTÍ QUE ME MOVÍAN, abrí los ojos con toda la paz del mundo y levanté la cabeza en dirección a Andrea, me sonrió tiernamente.
— Ya es hora de irnos.— Me incorporé y rápidamente comencé a guardar mis útiles.
Había pasado un solo mes desde que les había dado la noticia de que me volvía a mi país, fue un mes raro pero bonito, nuestras salidas pasaron de ser esporádicas a diarias, Mamá era cada vez más permisiva, mi relación con mi hermano se había estrechado, todo parecía ir bien
La calma antes de la tormenta, el tiempo no perdonaba nada y este lunes era el comienzo oficial de mi última semana en Madrid. A paso ligero caminamos hasta su casa, el viento me revolvía el pelo por más que intentara retenerlo, pleno noviembre el fresquito comenzaba a notarse.
Lancé mi mochila a su cama y ambas nos tiramos sobre ella en completo silencio, a veces eso era todo lo que se necesitaba.
— Álvaro y los chicos se iban de fiesta hoy.— Me volteé a verla confusa.
— De los chicos me lo creo pero no veo a tu hermano en una joda.— Me sinceré, ella se levantó de la cama y se acercó a su tocador para mirarse al espejo.
— Mihail iba a ir también.— Yo alcé las cejas y la cabeza en un asentimiento
— Mirá vos.—
Se volteó a mirarme con los ojos entrecerrados.— ¿Pelearon?— Preguntó.
Yo negué con la cabeza.— Hace bastante no hablamos. — Me recosté sobre mi estómago y la miré apreciarse en el espejo.
— ¿Que pasó con él al final?— Sacó un brillito de labios de uno de sus cajones y se lo puso.
— Que bonita que sos.— Le tiré besitos.— Tengo la amiga más linda de todo Madrid.—
— Gracias pero no me cambies de tema.— Rió juntando los labios, posteriormente agarró su cepillo del pelo y comenzó a peinarse.
— Preguntas como si hubiera pasado algo.— Apoyé mi cabeza sobre mi mano.— No se bien que decirte, es raro.—
— ¿Él?—
— La situación.— Me miró comprensiva antes de seguir a lo suyo.— Siento que lo que hago está mal, pero no puedo evitar quererle.—
— Tiene 18...—
— Lo sé, está mal.— Lloriqueé.— Me pasó el día diciéndome a mi misma que no importa porque realmente no pasó nada entre nosotros pero nos besamos y debo verlo todos los días.—
— ¿Pasó algo más que no me hayas dicho?— Insinuó.
— Nada de lo que pensás, le di un pico y me cortó el rostro de la manera más dulce que puedas imaginar.— Ella alzó las cejas.
— ¿Y por qué no me enteré yo de eso?—
— Porque no podías ni estarte parada.— Ella pareció recordar algo, volvió la mirada al espejo.
— Ya...— Hundí la cara en el colchón.— No sabría que decirte, está mal pero no tan mal, es raro.—
— Está mal y punto.— Suspiré, mi voz salió ahogada por la tela.— Si es que todo sería más fácil si el me rechazara como tal, no puedo dejar de pensar que cuando lo besé él sólo me dijo que no porque iba borracha...— La miré fijamente.— ¿Realmente fue por eso o es que no le atraigo?—
— Deberías hablar con él.—
— ¿Crees que tengo oportunidad, Andrea?— Pregunté, me estaba empezando a angustiar, me había sacado el corazon del pecho y se lo estaba entregando, ella suspiró ruidosamente y se volteó a verme.
— Si alguien pregunta no te lo dije yo, ¿Vale?— Asentí.— Lo escuché hablar con los chicos, dice estar conociendo a alguien, una chica mayor que va a la uni del centro.— Y así es como suena un corazón roto.
¿Qué esperaba realmente? Él jamás iba a fijarse en mi, no era más que un amor platónico, forcé una sonrisa y miré a mi rubia, en sus ojos había algo que no supe descifrar.
— Me lo esperaba, es lo mejor.—
— ¿Estás bien?— No, no estoy bien, acabas de matarme las ilusiones.
— Si... si, estoy bien.— Le sonreí y bajé la vista a mis manos.
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Mi tono de llamada resonó por toda la habitación en silencio, abrí como pude los ojos y estiré la mano hasta la mesita de luz, mi mejor amiga me rodeó la cintura con los brazos.
Vibró en mis manos con insistencia mientras Sweet Child O' Mine de los Guns salía directo de la bocina de audio.
Llamada entrante:
• Mihail <3
Fruncí el ceño y atendí, podía escuchar claramente música de fondo y gente hablando.— ¿Si? — Hablé confusa mientras recostaba la cabeza en la almohada.
— Te quiero, sabes.— El sueño que traía se me desapareció en un segundo, abrí los ojos de par en par. Retiré el teléfono de mi oído para asegurarme de que no lo estaba imaginando. Andrea a mi lado había los ojos y hizo montoncito para preguntarme que pasaba, le estaba pegando mis costumbres.
— ¿Mihail?— A ella también pareció írsele el sueño, me hizo señas de que lo ponga en altavoz.— ¿Mihail que pasa?—
— Que te quiero, eso es lo que pasa.— Habló suspirando, arrastraba levemente las palabras, la rubia a mi lado se llevó las manos a la boca tan rápido que se hizo daño.— Y me jode la verdad.—
— ¿Te jode quererme? — Pregunté confusa, no sabía bien por dónde iban los tiros.— A mi no me jode quererte la verdad.—
— Me jode, sí.— Sonaba molesto.— Me jode porque te quiero de formas que no debería.—
Andrea abrió los ojos de par en par, hizo un círculo con la mano e introdujo su dedo índice en un gesto obsceno, le pegué en la cabeza con la almohada.
— De que hablás Mihail...— Me senté y me apoyé en el respaldar de la cama.— ¿Dónde estás?— Me rasqué los ojos con desgana, el poco sueño que me quedaba terminó por irse al caño.
— En una fiesta con los chicos... Está tu hermano.— Miré a Andrea, ambas parecimos pensar lo mismo.— Dios, si el supiera...—
— Pero no sabe y no vas a decírselo.— Hablé seria, no me estaba gustando un pelo la conversación.— ¿Verdad, Mihail?—
— Quizá debería.— Habló seguro, sentía como si me hubieran tirado un baldazo de agua encima.— Quizá debería decirle y que se entere, tal vez lo que necesito para sacarte de mi cabeza es que tu hermano me muela a golpes por haberte besado.—
Andrea se levantó de golpe igual de angustiada que yo.— Mihail no sabes lo que dices.—
— Tal vez no.— Habló ahora más relajado, el ruido de la música se hizo más tenue.— ¿Estás en lo de Andrea?—
—Si.—
— Vamos para allá.— Y me colgó.
— La madre que me parió.— Gritó Andrea, por suerte sus padres no estaban en casa. Ambas nos levantamos y nos calzamos a la velocidad de la luz para bajar al primer piso.
Llegaron unos minutos más tarde, lo traían a rastras, iba borrachísimo, después de dejarlo acostado en un sofá todos subieron a dormir, incluida Andrea que me hizo prometer que cualquier cosa le contaría que pasase.
Me senté a su lado, el miraba el techo como si fuese la cosa más interesante del mundo.
Llevé una de mis manos a su pelo y le hice mimitos sin saber bien qué decirle.— Yo tampoco te quiero como debería.— Hablé luego de unos minutos.
— Lo sé.—
— Pero no podemos estar juntos.— Me dolía el corazón y la cabeza.
— También lo sé.— Me miró a los ojos y estiró la mano, con su dedo índice me acarició la mejilla.— Desearía poder tener tu edad y no tener que esconderme.—
— Pero no la tienes.— Retiré su mano, creo que era momento de frenarle los pies un poco.— No quiero ser yo quien te diga que hacer pero por favor deja de boludearme.—
— Tengo 18...— Suspiró y la mano que bajé se le fue a la cara.
— Casi 19 y yo 14, son 5 años, espabila un poco.— ¿De verdad intentaba regañarlo cuando cuando yo lo inicié?— Eso fue hipócrita de mi parte pero creo que entiendes el punto.—
— Lo hago.— Suspiró y se acomodó.— Solo prométeme una cosa, ¿Vale?— Asentí.— No me pidas que no sea egoísta contigo, no puedo evitar quererte cuando no te puedo tener.—
Fueron unos minutos los que se mantuvo despierto luego de ese intercambio de palabras, cansada me levanté y comencé a taparlo con una de las cobijas, cuando llegué a la altura de su cara no pude evitar fijarme en unas manchitas que traía justo debajo de la mandíbula, estiré la mano y pasé los dedos encima de la rojez, no era precisamente labial.
Saqué la mano como si quemara y lo terminé de tapar, subí las escaleras con el corazon latiéndome en la boca, sentía como se me revolvía el estómago cada vez imaginaba como se había hecho las marcas.
Me llevé una mano a la boca y corrí al baño sin molestarme en cerrar la puerta, me arrodillé frente al inodoro y sin retener nada expulsé todos mis sentimientos por la boca, la tristeza, el enojo, la decepción, el amor, la ilusión me escurría por las mejillas en forma de lágrimas por el esfuerzo que hacía mi cuerpo.
Me lavé la cara con agua y tiré la cadena sintiéndome vacía por dentro, volví a la habitación y me recosté dándole la espalda a Andrea quien me abrazó apoyando su cabeza en mi hombro.
NOTA DE LA AUTORA:
Lo sé, se lo que están pensando, yo también lo pienso.
"I pictured you with other girls in love
Then threw up on the street" Ella es como yo, los sentimientos nos van al estómago.
¿Estoy celosa? Vomito.
¿Estoy triste? Vomito.
¿Estoy enojada? Efectivamente, vomito.
Estoy enferma pero no abandono mis responsabilidades, sigo escribiendo. ( Hoy 26/07 ya no estoy enferma, esto fue antes)
Hoy soy solo una simple chica que quiere ir a ver Barbie vestida de rosa y llorar de la bronca.
El día de hoy un hombre que podría haber sido mi papá me dijo babosadas en la calle, tengo ganas de matar a alguien, debo admitir que últimamente ya no tengo ganas de salir.
Para no terminar la nota triste y enbroncada les aviso que me hice un tiktok y ando subiendo boludeces, si ven edits de mi fic del dibu ahí es porque es una cuenta vieja.
Tiktok: @_tinaina
Update: Misho le dió like a mi tiktok.