Sobre Ruedas-Enzo Fernández✓

By abrussj73

326K 26K 2.3K

TERMINADA Donde un papá soltero necesita una niñera que lo ayude con su bebé y las cosas del hogar, y una ch... More

𝟬𝟬𝟭
𝟬𝟬𝟮
𝟬𝟬𝟯
𝟬𝟬𝟰
𝟬𝟬𝟱
𝟬𝟬𝟲
𝟬𝟬𝟳
𝟬𝟬𝟴
𝟬𝟬𝟵
𝟬𝟭𝟬
𝟬𝟭𝟭
𝟬𝟭𝟮
𝟬𝟭𝟯
𝟬𝟭𝟰
𝟬𝟭𝟱
𝟬𝟭𝟲
𝟬𝟭𝟳
𝟬𝟭𝟴
019
𝟬𝟮𝟬
𝟬𝟮𝟭
023
024
025
026
027
028
029
030
031
032
033
034
035
036
037
038
039
040
041
042
043
044
045
046
047

𝟬𝟮𝟮

7.6K 633 36
By abrussj73

Otro ganado. Estaba saliendo de la cancha con Oli de la mano cuando me puse a pensar en todo lo que estaba viviendo, acababa de presenciar el cuarto partido de Argentina en el mundial y lo habían ganado con los goles de Messi y Julián.

Desde que llegué, no me había puesto a pensar que posiblemente estaba viviendo el acontecimiento futbolístico más importante, al menos para mí que no tengo idea de lo que es un córner. Convivir con los chicos y ver como cada día se esfuerzan por ser una mejor versión de ellos mismos y representar con orgullo a todo un país, es simplemente magnífico. Cada discurso que presencié, cada festejo, cada abrazo de consuelo, cada lágrima de nervios y cada palabra de aliento no me habían dejado caer en cuenta de que estaba viendo un mundial.

Además de los inminentes resultados después de la primera derrota, empezaba a creer que las señales místicas de las que hablaban mis hermanos eran ciertas. Que ya estaba todo escrito y que solo teníamos que esperar para el resultado final.

—¿En qué pensas? —la voz de Oriana me hizo volver a la realidad, iba acomodándose la camiseta y el labial con un espejo de mano.

—En lo que estamos viviendo, ¿Te pusiste a pensar en eso alguna vez?

Ella me miró dubitativa.

—No —soltó al aire—. En realidad no, capaz sea porque ya llevo años en este ambiente.

Era bastante razonable, a decir verdad.

—Sí pero, ¿Te imaginaste todo esto? Yo ni en un millón de años pensé que iba a pasar un mundial sin perderme un partido en la cancha —confesé—. Este año cambiaron muchísimas cosas en mi vida, y pasó todo tan rápido que ni siquiera pude tener tiempo de procesarlo.

Olivia empezó a estirarme los brazos para que le hiciera upa y sin dudarlo accedí, al parecer su caminata la había cansado bastante. O simplemente tenía sueño.

—Es verdad, no lo estamos apreciando —habló en acuerdo la ojiverde—. Está pasando todo tan rápido que cuando termine va a parecer un sueño, ¿No? Vamos a querer retroceder el tiempo una y otra vez.

—Tal cuál.

—Voy a ir a ver a Pau, ¿Venís para ver a Enzo?

Enzo. Había estado pensando mucho en él últimamente, pero cada uno de mis pensamientos terminaba en una punzada de culpabilidad inmensa. Lo había ignorado, cada una de sus llamadas las había mandado al buzón de voz y había desactivado el visto para no tener que responder sus mensajes.

Me sentía confundida, no sabía por qué casi lo había besado y al mismo tiempo estaba aliviada de que no haya sucedido. Definitivamente habría sido un error, él y yo seríamos un error. Siendo de mundos tan diferentes, nunca habría funcionado. Y estaba alegre por ello, solo esperaba a que el tiempo acomode las cosas y todo vuelva a ser como antes.

—No creo que sea buena idea.

Oriana me miró sin comprender, su expresión había pasado de una alegre a una de confusión.

—¿Por qué no? Estoy segura de que le va a hacer re bien ver a Oli. Además, los chicos te extrañan mucho —intentó convencerme—. El dibu dice que su hija lo abandonó, y Paulo dice que seguro ya te cansaste de ellos.

Sonreí desanimada, ir significaría tener que lidiar no solo con Enzo, sino también con Julián. Debía confesar que estuve todo el partido intentando localizar a su pareja pero no pude dar con ella, había estado toda la noche pensando por qué se había comportado de esa forma conmigo si tenía novia.

O tal vez solo había sido yo quien malinterpretó las señales, y me sentía bastante avergonzada y tonta por ello.

—Bueno dale, vamos un ratito.

Este partido había sido bastante diferente para mí, había optado por usar una camiseta de Ponzio que le había robado a mi hermano antes de viajar. Últimamente me había estado cuestionando cada una de mis acciones, y todas mis conclusiones eran que yo no pertenecía a ese lugar. Sin embargo, como todo argentino, me sentía bastante contenta de tener esa posibilidad y disfrutaba de los partidos a pesar de poner mi mayor esfuerzo por entender lo que ocurría adentro de la cancha.

Como siempre, los pasillos de los vestuarios estaban infestados de gente. Ya sean directores técnicos, personal de limpieza, amigos, familares o el personal de cocina. Todos se contagiaban con la alegría de los chicos que festejaban un logro más.

Cuando Oriana y yo entramos, vimos el desastre que habían hecho. Estaba todo tirado en el piso, había un tacho de basura bastante grande en el medio de los vestuarios y los chicos parecían angelitos sentados en los bancos comiendo milanesas con papas fritas.

—Provecho —hablé yo.

Oriana se fue a sentar en uno de los bancos dejándome un lugar a su lado, la verdad era que las dos estábamos bastante alejadas de los chicos porque estaban almorzando y a penas habían levantado la vista para vernos. Todos tenían las bocas llenas.

—¿Por qué no te pusiste una de las de Argentina? —preguntó Ori en voz baja.

—Estaban sucias —mentí—. Pensé que las había llevado a lavar pero hoy me di cuenta de que no.

Como si fuera una jauría de leones, los chicos se tiraron encima de nosotras a penas terminaron de almorzar. El primero en abrazarme fue el dibu, que casi me aplasta porque de Paul lo había empujado sin querer cuando quiso sumarse al abrazo de Paulo y Oriana.

—Mi chiquitita hermosa —el dibu apretó mis cachetes, haciéndome reír—. Te guarde un chocolate pero te lo doy después, porque estos muertos de hambre te van a querer robar.

—Felicidades, dibujito —sonreí orgullosa—. Te los comiste a todos.

—Mis chicas —Enzo empujó al dibu y se acercó con los brazos abiertos, estaba sin camiseta y por el olor a jabón que percibí en cuanto nos abrazó, supuse que estaba recién bañado—, ¿Por qué no respondiste mis mensajes?

—Se me rompió el celu.

Más mentiras, si había algo que no me gustaba hacer era mentir. Más a las personas que apreciaba, Enzo pareció creerme aunque yo me sentí mal al saber que lo hizo. Le había mentido a la cara.

—¡Sol!

Escuché el grito de Julián y, segundos después, ya lo tenía rodeandome en un abrazo. Me quedé paralizada y tuve una vista panorámica del momento exacto en el que el rostro de Enzo se desfiguró, y también cuando agarró a Oli y se fue a seguir comiendo.

—Felicidades por el partido, Julián.

—Gracias —sonrió—. Sol...¿Estás enojada conmigo o molesta?, ¿Te hice algo?

—No, ¿Por qué?

Arrugó la nariz, indeciso.

—No sé. Te alejaste de repente y pensé que estaba todo bien entre nosotros —rascó su nuca y se acercó unos pasos—, ¿Estamos bien? Si te hice algo, perdón.

—Está todo bien, Ju. Es casi imposible que yo me enoje con alguien —forcé una sonrisa y palmeé su hombro.

Ahí sí había dicho la verdad, no podía permanecer más de diez segundos enojada con alguien porque perdonaba muy fácilmente y eran pocas veces las que en serio me había enojado. No podría estar enojada por más que quisiera, tal vez si perdería la confianza en alguien.

—Que bueno, porque la verdad estuve todos estos días súper nervioso. No podía dormir pensando qué te había hecho.

Hice un sondeo de la habitación, me pareció bastante extraño no ver a nadie que estuviera relacionado con Julián. Estaban las parejas de casi todos los jugadores, y si la novia de Julián venía para este partido, supuse que estaría acá.

Entonces miré a Enzo con duda, el sonreía cada vez que Oli le robaba una papa y la llenaba de besos o le limpiaba la carita con una servilleta.

—¿Y tu novia? —pregunté sin poder evitarlo.

Julián me miró con honesta confusión, y sentí que lo había arruinado.

—¿Qué novia?

—Pensé que tenías novia —intenté dibujar la situación—. Va, en realidad creí que todos tenían novias o parejas. Me pareció raro no verte con nadie.

—Si tuviera novia no te habría invitado a salir, Sol —se encogió de hombros con simpleza—. Tampoco habría hecho que seas mi profesora de inglés solo para pasar tiempo con vos —confesó con un notable sonrojo.

Pero esta vez no había sido como las anteriores, no había sentido una punzada de emoción como cuando él me invitó a salir. Había sentido una punzada de dolor, de traición.

—Pensé que Enzo te había dicho y por eso te habías alejado de mi —añadió.

—¿Enzo?

—Sí, Enzo. Le conté a él el día que te dije de ser mi profesora —explicó—. También le conté todo el día que salimos a penas volví, como son re amigos supuse que te había dicho y por eso tenía miedo. Pero supongo que ya lo sabes.

Entonces Enzo me había mentido.

Continue Reading

You'll Also Like

61.5K 1.8K 64
Dónde Julián Álvarez se enamora de Luna Sofía Messi Rendón la hija mayor de Leo Messi O Dónde Julián enamora a Luna y...
13K 523 28
Lionel y Helena tendrán que reconstruir su historia nuevamente luego de 21 años sin verse ni hablarse
50.6K 1.3K 18
"Las traiciones te marcan, y nunca se olvidan" { } "No te cambian por algo mejor, te cambian por algo más...
396K 37.8K 62
La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por...