Prefiero estar contigo, incluso con ese tu que a ti te parece tan poca cosa, antes que con cualquier otra persona del mundo.
Yo antes de ti/Jojo Moyes
Durante la semana no vi a Pecas, Josh y Charles, se notaban raros, no sabia por que.
-¿Te peleaste con él Keyla? -pregunto Josh pateando su pelota de fútbol.
Estamos en el parque, ya que Josh y Charles querían jugar, se suponía que iban a entrenar, pero suspendieron su práctica.
Charles fue a la tienda por unas botellas de agua.
-Algo asi.
-¿Por que?
-Pues por que me vio hablando con Lewis la semana pasada.
-Debiste alejarte de él -comento irritado.
-¿Por que? No es tan malo.
-Eso crees, pero no es cierto.
-¿Como lo sabes?
-Edwin lo conoció cuando tenía quince años, él era un claro ejemplo de que era mala influencia, pero a Edwin le dio igual, de hecho, Lewis lo condujo por caminos que él nunca debió seguir.
Escuchar eso me causa curiosidad, tal ves él sepa sobre la vida de Edwin, quiero saber, si el solo se muestra como un chico tierno, cuando estoy segura que es mas peligroso que el mismo infierno.
-¿Él nunca fue asi? -preguntó intentando que no se muestre mi curiosidad.
-No lo se Keyla, hay días en que parece ser el chico de antes.
-¿A que te refieres?
-No Keyla, no hagas mas preguntas -pide negando con la cabeza.
-¿Por que? Tengo que saberlo.
-Lo se pero no de mi parte, él tiene que decirlo, no yo, ni siquiera Charles.
-Es que no entiendo.
-Ya llegara el momento Keyla, solo se paciente, no lo obligues a decirte lo que vivió, espera, dale tiempo, a veces, cuando escuchamos hablar a una persona de su vida, después de haberlo obligado, te parece aburrida, pero para él no, esa persona, estuvo preparándose, para decir las cosas, cosas que no quería que nadie supiera, me entiendes.
Asiento.
-Dale tiempo, no lo fuerces. Y te darás cuenta.
←★♥∞♥★→
Aquí estoy en el salón de clases, esperando a que entren todos para iniciar la clase, no puedo dejar de pensar en Edwin, lo llame, le escribí un millón de mensajes, incluso fui a buscarlo, a su casa, pero no lo encontré.
Es que así de dura es la vida.
Mi cuerpo se altera, al igual que mi respiración, aparece el nerviosismo, puedo notarlo, esa mirada, se a quien le pertenece.
Me volteo esta sentado, con el ceño fruncido, se nota muy raro, la piel pálida, los ojos rojos, luce horrible.
¿Donde carajos estuvo en todo este tiempo?
Sostiene mi mirada, después dibuja una sonrisa, y en cambio yo me vuelvo con la vista al frente furiosa.
¿Como es posible? Durante una semana, estuve llamándolo, enviándole mensajes, yendo a buscarlo, para que ahora lo encuentre, y en lugar de que me diga donde estuvo, que esta bien, solo me sonríe, como si no hubiera pasado nada.
Estúpido Edwin cada día te odio más.
Salgo del salón, me pierdo entre la multitud, no quiero que Edwin se acerqué.
-¿A donde vas Sandy? ¿Sabes que no puedes huir de mi?
-Claro que puedo -contestó irritada.
-No, no puedes de ninguna manera.
-Di lo que quieras.
-Si, claro oye. ¿A donde vas?
Me detengo frente a mi coche, ya que últimamente me da flojera caminar.
-¿Trajiste tu coche?
-Si ¿Por que?
-Me llevas a casa.
-No.
-¿Por que?
-Por que no quiero.
-Vamos somos vecinos ¿O a se te olvido?
Eso dolió, pensé que éramos algo más.
-No, no lo olvide.
Entro al coche y enciendo el motor. Se abre la puerta del copiloto.
-¿Me llevas? -pregunta con una cara de cachorrito abandonado.
¡Dios mio! ¿Por que es tan guapo con esa cara?
-Mmm no se.
-Me voy aportar bien.
-¿Y si no? Te voy a votar al monte.
-Estamos en la ciudad Sandy.
-Ya súbete.
-Gracias, gracias.
Conduzco en silencio, mientras él va sacando el dedo corazón a todo el que encuentra.
Aparco el coche en el garaje, salgo dejándolo ahí sentado.
Si se dura, para que sienta lo que tu sientes.
-Arzul, no me hagas esto -dice tomando mi mano.
Busco su mirada, se ve dolido.
-Es lo que yo sentí cuando me gritaste -respondo intentando que no falle mi voz.
-Lo se no debí hacerlo, perdonadme.
¿Por que puedo perdonarlo, así nomas? Por que se que si no lo hago, dolerá si se va.
Me abraza y yo lo dejo.
Me acaricia el cuello con la punta de su nariz, después va con mis mejillas, acaricia mi espalda y ya no se que hacer.
Idiota, eres una debilucha.
-Esta bien. Pero debido a eso estas castigado.
-¿Que? -pregunta apartándose de golpe.
-Te daré tu castigo.
-En serio -dice pasándose la mano por el pelo.
-Si.
-¿Y que va ser? -pregunta asustado.
-Mañana, iras disfrazado de gatito a la escuela.
-¿Que? No eso no, otra cosa.
-Lo siento pero ese es el trato, en fin decide, estas perdonado, pero si quieres que te hable cumple con lo que te pedí. En fin te veo mañana.
←★♥∞♥★→
-¿Y ahora que hiciste Keyla?
-Nada Josh.
-Veo en tu mirada, has hecho una travesura.
-No, yo jamás.
-A que si ¿Verdad Charles?.ñ
Él me mira por encima de sus lentes, intentando no distraerse, ya que esta leyendo Hipótesis del amor de Ali Hazelwood.
¿Por qué todos los libros que lee ya los leíste?
Ni idea conciencia.
Sonríe y asiente.
-No es cierto -contesto a la defensiva.
-Claro que si.
Josh le da un codazo a Charles y empiezan a reírse a carcajadas.
Me giro Edwin va vestido de negro, con una larga cola de gato, lleva una diadema negra con dos orejitas, pero no lleva bigotes.
-¿Bro de cual fumaste? -pregunta Josh.
-Fumo sal, seguramente -contesta Charles.
Edwin rojo de vergüenza, va y se sienta.
-¿Asi que esto es por Keyla? -pregunta Charles.
-Algo asi -dice Edwin intentando calmar sus emociones.
-Te la rifaste Keyla -responde Charles chocando los cinco.
-Contenta Sandy.
-¿Y los bigotes?
-¿No es suficiente?
Muevo mi cabeza negando.
Busco mi labial negro.
-Ven.
-¿Para que?
-Te voy hacer los bigotes.
Lo crucificó con la mirada, se acerca, le pinto la nariz, hago tres líneas en cada mejilla.
-Bien ya esta.
Volteo al frente, ya van a iniciar las clases.
-Buenos días chicos -saluda el profesor George.
Su mirada se detiene en Edwin.
-Joven O' Brien aun no es Halloween.
-Lo se -responde encogiéndose de hombros.
-Ves a quitarte eso -pide intentando no reírse.
Él niega con un movimiento de mano y continúa la clase...
-Esto fue horrible -dijo Pecas recostándose en el asiento del piloto.
-No para mi.
Me acerco y me siento en su regazo.
-Ven te quitaré eso.
Saco una toallita y le limpio la cara.
Mientras tanto el rodea mi cintura con sus brazos.
-Espero y esta sea la última vez.
-Si claro Pecas, así que portate bien por qué la próxima será peor. Listo.
Se acerca a mi ronroneando. Besa mi cuello, mientras yo intento no reírme de los sonidos que hace.
-Pecas para.
-Miau -dice besando mi mejilla.
-No aquí no.
-Miau.
-Te digo algo.
-Miau.
-Creo que ahora seras Michi y no Pecas.
-Miau.
-Corre vamos a casa.
-Esta bien Sandy.
Arranca el motor, dirigiéndonos a casa.
-¿Viniste en coche?
-Asi es.
-¿Por que?.
-Me parece que fue suficiente con que la gente me viera así en el instituto, no podía perder la poca dignidad que me queda, yendo ahí por le calle presumiendo, y dando a conocer que sufro maltrato animal.
-No, mejor dejalo en infantil.
-¿Acaso soy niño?
-A veces.
-Bien llegamos.
Salimos del coche.
-¿Y ahora?
-¿Que quieres hacer Sandy -pregunta con las manos en los bolsillos de su pantalón.
-Quieres entrar a mi casa Pecas -es lo único que se me ocurre.
-Claro que si.
Entramos a mi habitación, me dejo caer en la cama, mientras Edwin se pone a curiosear mis cosas.
En la vida siempre va a ver algo que odiemos con todo nuestro ser que desearíamos desaparecer antes de verlo otra vez, en mi caso lo que mas odio es que hurguen mis cosas, odio a esas personas que hacen eso, deberían morir, pero en mi caso hacer ese tipo de asesina despiadada tendría grandes consecuencias.
-¿Has encontrado algo interesante Pecas?
-Por el momento no pero tranquila, lo que quiero lo encuentro.
Pongo los ojos en blanco, bien aquí estoy acostada en mi cama, viendo a Edwin subir y bajar buscando entre mis cosas algo con que entretenerse.
Bufo.
-¿Por que bufas? -me pregunta jugando mi llavero de osito.
-Por que quiero -respondo malhumorada.
-Pues no lo hagas, si no me voy.
-Pues vete -contesto enojada.
Se acerca y se sienta en la cama.
-No tienes razones para enojarte conmigo.
-Claro que las tengo.
-¿Cuales son? -pregunta manteniendo la conexión de nuestras miradas.
Señalo mi habitación hecha desastre, ya que Edwin saco todo y no lo devolvió a su lugar, por Dios mi habitación parece un basurero.
-¿Por eso te vas a enojar conmigo? -pregunta pero yo no contesto.
-¿No vas a hablar?
Sin respuesta.
-¿Es en serio?
Lo miro a los ojos, y evito contestarle.
-¿Te cuento un chiste? -pregunta pinchando una de mis mejillas con su dedo.
-Vamos Sandy no seas dura conmigo.
Sin respuesta.
-Por lo menos di si o no.
-Si o no -contesto.
-Eso no dije.
Sin respuesta.
-Vamos además sea lo que sea siempre te voy a hacer de reír.
Se acerca a mi e intenta meter su mano debajo de mi blusa, pero lo apartó.
-Vamos no seas amargada.
-Sabes que no importa lo que hagas no cambiare mi humor.
-Claro que si, lo voy a hacer -responde acercándose a mi mesa de estudio toma su móvil y teclea en él.
-¿Y como lo harás? -pregunto enarcando una ceja.
-Bailando -me contesta, empezando a mover tu cuerpo de una manera extraña.
¿De donde salio este hombre?
Se mueve de un lado a otro de manera seductora, algunos de los pasos son tan torpes que me dan ganas de reír pero tengo que hacerme la dura, su cuerpo baja y sube mientras me manda besos.
¡Que empiece la diversión!
Edwin aumenta el ritmo, me manda una sonrisa pervertida, se quita los tenis junto con los calcetines, al igual que la playera se la saca de un tirón, me la lanza en la cara, la esquivo antes de que me dé.
-Nada de lo que hagas me va a convencer -responde de la manera mas serena que puedo reunir.
-Ah no -dice moviendo la cintura con sus manos en la nuca.
-Eres un provocador -contesto evitando reír.
-Parece que ya se esta empezando a reír la niña.
-De eso nada.
-Claro que si -dice subiendo y bajando las cejas.
Y entonces empieza a bajarse él pantalón.
-¡Noo! -grito acercándome a él, lo tomo por la cintura, pero él las desvía y caen en su trasero desnudo.
-¡Estupido Pecas! -grito corriendo a la cama entierro mi cara en las sabanas.
Ooo Dios mio tengo a un hombre desnudo en mi habitación.
Siento su peso en la cama. Me pongo de pie.
-Ni se te ocurra estoy enojada.
-Claro que no estas roja.
No lo niego.
-No Pecas vístete.
-No quiero.
-Que si -ordeno dándole su ropa.
-Dije que no.
-Que si. Viste te ya o me voy.
Abro la puerta pero se cierra.
-Pecas no me hagas perder la paciencia.
-¿A donde vas? -me pregunta acercando su cara frente a la mía.
-A perderme.
-No.
-Que si pesado vístete de una maldita vez.
-No.
-Entonces me voy.
Intento abrir la puerta, pero Edwin la tiene bien cerrada.
-Si te vas Sandy le diré a tu hermano que querías violarme.
-¿Que? -preguntó con los ojos abiertos como platos.
-Que te voy a acusar con tu hermano de que me violaste.
-No es cierto Pecas abre de una maldita vez.
-No lo voy a hacer.
-Que si.
-Bien la abro. Pero voy a salir detrás de ti así como estoy, gritando que me violaste.
-No creó que salgas desnudo de aquí.
Salgo bajando las escaleras a toda prisa.
-¡Le dirá a Oscar que me violaste Arzul!
-¡No es cierto!
-Que si te voy a acusar ¡Ayuda Arzul me violo!
-¡Di lo que quieras nadie te escucha!
Sigo bajando y me detengo de golpe.
Oscár, Emily, Karely y Charles, me miran con los ojos abiertos, me doy la vuelta roja de vergüenza escucho las palabras de Edwin diciendo que lo viole, lo veo va desnudo.
¡NO ESTO ESTA MAL MUY MAL!
Corro lo tomo por el brazo lo jalo, se oyen los pasos de no se quien ya que Edwin a empezado a fingir que llora, lo meto cerrando la puerta con cerrojo.
-¿Que coño crees que haces Pecas?
-Ahora ya me quieres Sandy.
-Te iban a ver desnudo.
-¿Y que?
-Tienes que dejar de hacer eso.
-No.
-Que si
-No, no, y no, y no me voy a vestir.
-Vístete y te doy lo que quieras.
-¿Lo que quiera?
-Si lo que quieras.
-Esta bien, solo quiero que te duermas conmigo en ropa interior.
-No de eso nada.
-Entonces no, así me quedo
-Otra cosa.
-No solo esa.
-¿No hay mas?
-Lo siento pero no.
- Esta bien, pero ni se te ocurra meterme mano.
-No puedo prometer algo, que no voy a cumplir.
-Entonces vete -ordeno señalando la puerta y dándole la espalda.
-Bien me voy -dice acercándose a la puerta me volteo aun va desnudo.
Corro lo tomo por el brazo y cierro la puerta.
Aun con la poca paciencia que me quedá lo siento en la cama, tratando de mirarlo a los ojos, es imposible él busca una manera de conectarse con los mios, cada vez que lo consigue me regala una sonrisa divertida, voy por la habitación buscando su ropa, la tomo, me siento a su lado se la doy, pero este hombre es mas terco que una mula, me sonríe, se deja caer en la cama.
-Pecosito vístete ya.
-¿Yo que gano?
-Ya va en serio.
-Esta bien sólo me pondré él pantalón.
Menos mal.
Suspiro.
-Esta bien, tr...
-Solo si yo escojo tu ropa interior.
-¿Que? No de eso nada.
-Esta bien.
Se pone el pantalón, se acerca al closet lo abre.
-Espera que haces -digo intentando cerrar el closet.
-Tu ropa.
-No, ni loca hago eso..
-No te pregunté.
-No Pecas.
Me aparta, de un empujón, me deja tirada en la cama, en fin aquí estoy mirando lo que hace, no me acerco por que volverá a apartarme, regresa conmigo, se sienta en la cama, me da la ropa con una gran sonrisa.
-Toma Sandy.
La tomo roja de vergüenza, es un conjunto de encaje color negro, mi favorito, pero no, ni loca me lo pondría, ni siquiera me tapa le mitad del seno
-No Pecas escoge otro.
-No ese es el elegido.
-Pe...
-Entonces te acuso con Oscár de que me violaste.
-No es cierto yo jamas haría eso.
-Entonces ponte la ropa.
Se deja caer en la cama, y pues yo no tengo más remedio que ir al cuarto de baño a ponerme la ropa.
Me acuesto a su lado, se acerca a mi envolviéndome en sus brazos, esto es tan relajante, siento que en sus brazos estoy segura sin nadie que sea capaz de alejarme de él, me giro y encuentro su mirada.
-Miau -dice acariciando mi nariz con la del.
-Te quiero michi.
-Y yo a ti Pucca.
-¡Oye no soy Pucca!
-Tranquila.
-Espera.
-¿Que pasa?
-Mi cabello.
-Deja yo lo hago.
Me siento, mientras el trenza mi cabello rosando mi piel. ¿Por que con tan solo tocarme provoca ciertas reacciones sobre mi? Me tenso al instante, mientras el recorre la cicatriz, que tengo en mi espalda, la señal de que mi vida es una mierda.
-¿Que es esto? ¿Quien te lo hizo Sandy? -pregunto con esa voz ronca que le sale cuando me seduce.
-No quiero hablar de eso.
-Sabes que puedes confiar en mi.
-Lo se, pero no aún, necesito tiempo.
-Entiendo.
Me acuesto a su lado, me acerca a él abrazándome, apoyo mi frente en su pecho, puedo sentir los latidos de su corazón.
¿Que voy a hacer? No puedo decirle lo de la cicatriz, por que es mucho para mi, soportar aquellos recuerdos, como voy a contárselo sin morirme de miedo, esto va ser mas difícil de lo que pensé.