Hay que ser muy valiente para enamorarse aún sabiendo que terminaremos con el corazón roto.
Un beso bajó la lluvia/Violeta Boyd.
Como suele pasar en la vida hay que asistir a clases, nadie en su sano juicio niega haber dicho que odia la escuela, no lo niego yo lo he dicho, ojala solo estudiáremos hasta los quince años, que feliz seria el mundo si eso pasara, tal vez llegue a pasar, no tengo dudas, pero tampoco pruebas.
Tomó asiento al lado de Charles, con Edwin y Josh detrás.
Me volteo a ver a Edwin y Josh ahora son minioms los dos llevan lentes.
-¿Así que ya han decidido ser mínioms? -pregunto con una sonrisa burlona.
-Oye a mi no me llames así -dice Josh poniendo los ojos en blanco.
-¿Quieres ser parte de los actores que representaran a los minioms? -pregunta Edwin arrugando la nariz.
-¿Quien la filmara? -pregunto entre risas.
-Èl -señala Josh a Charles con su mano.
-Oo que bien, entonces yo haré el guión, y tu -señalo a Josh-. Seras Bob, y usted -Señaló a Edwin-. Seras Kevín.
-¡Kevin tiene un ojo y yo tengo dos! -pasa por su cara sus manos aterrado.
-Cuatro mas bien -dice Charles aguantando la risa.
-Tu callate Max -ordena Josh.
-No se peleen -pido volviéndo mi vista al frente.
-¿Que lees Charles? -preguntó hojeando su libro
-Tres meses de Joana Marcus -responde regalándome una sonrisa.
Aún recuerdo la vez que yo también lo leí, me la pasa llorando una semana, esa Jen no tenia corazón, hasta que supe la verdad, me calme.
-¿Y hasta el momento no has llorado? -preguntó acercándome mas para leer.
-Mm si he llorado, no lo niego, en fin a si somos los lectores.
-Lo se -contesto volteando para darle una mirada asesina a Edwin ya que no deja en paz mi cabello.
Aparece el Profesor George para darnos clases, tabla periódica de los elementos, interesantes al principió, poco a poco todo cambia en fin el tiempo pasa volando, las clases terminan y como es costumbre nos dirigimos a la cafetería.
Ocupamos asiento en la mesa que esta hasta el fondo, donde conocí a Edwin formalmente.
-¡No puedo creer que les guste el café! -exclama Pecas con una mueca de disgusto.
-Claro es lo mejor en este mundo -contesta Josh dándole un trago a su café.
-¿No te gusta?
-No -responde volviendo su mirada a su botella de agua.
-¿Por que? -preguntó confundida.
-Segun él le da sueño -comenta Charles mandándole una mirada a Edwin.
-Que raro eres -digo y Edwin se encoje de hombros.
-¿Que te pasa Charles? -pregunta Josh.
El pobre tiene que bajar de las nubes y yo no puedo evitar reírme, Josh y Edwin me miran, pero gracias al cielo por enviar mi salvación.
-En nada -responde con las mejillas rojas.
-¿Y entonces por que estas rojo? -pregunta Pecas tomando sus dos mejillas.
-Dejame -contesta el pobre apartándose de él.
-¡Mi amor! -exclama Karely acercándose a la mesa.
Nos volteamos al verla con una gran sonrisa, yo pensé que le decía a Charles, pero no fue directo a mi dándome un abrazo y un beso en la frente.
Pobre Charles.
-Hola Karely -saludo tratando de respirar.
-Lo siento -contesta apartándose de mi.
Pobre niña su rubor aumento al ver a Charles, ambos se quedan mirando a los ojos, Josh le da un codazo a Charles, él reacciona pero no sabe que decir.
-Toma asiento Karely -dice Edwin dándole espació al lado de Charles.
-Gracias -contesta Karely tomando asiento.
-¿Es tu novia? -me pregunta Josh el un susurro.
-No -respondo.
-Entonces ¿Por que te dijo mi amor? -pregunta Edwin con él mismo tomo de voz, mirándome a los ojos exigiendo una respuesta.
-Asi me llama desde que teníamos doce años -explico mirando a Karely que esta rojisima de vergüenza mirando el pobre Charles que tiene la cabeza agachada.
Josh los señala, ya se lo que quiere decir.
-Bueno chicos yo ya me voy -dice Josh perdiéndose por la puerta.
-Yo igual -dice Edwin poniéndose de pie. Edwin me da un pinchazo con su dedo lo que me provoca un respingo,me señala la puerta y se va.
Como ninguno de los dos Charles y Karely hablan lo haré yo.
-Yo también ya me voy, portense bien.
Salgo de la cafetería buscando a Edwin con la mirada.
-¿A quien buscas Sandy? -pregunta Edwin rodeando mi cintura.
-A un Pecas que se escapó -intento alejarme pero él me tiene buen agarrada por la cintura.
-Pues ya lo encontraste -me da un beso en la frente y me suelta.
-Por lo que veo.
-¿Vamos a mi casa Sandy?
-Mmm no se Pecas -me pongo nerviosa de solo pensarlo.
-Corre niña -dice tomando mi mano arrastrándome con él.
En fin, tan feliz esta, que va hablando por el camino de su equipo de fútbol, que si no lo niego jamas he ido a un partido con él, ya que en este tiempo he estado más ocupada que nunca.
-Bien entra -dice abriendo la puerta de su habitación, ni siquiera me di cuenta que entráramos a su casa.
Entro mientras él cierra la puerta detrás de él.
Si no lo niego últimamente Edwin a estado muy raro, preocupado, no se siempre ha tenido la cabeza en otro lado. Y si no lo niego yo también, quiero saber que hay detrás de él, detrás de su vida.
-¿Que tienes? -pregunta sentándome en su regazo.
-Mm nada estoy bien -respondo acariciando sus mejillas.
-¿Segura?
-Si Pecas segura -intento que mi voz no fallé.
-No te creo.
-¿No me crees?
-No, ya en serio dime ¿Que pasa?
-Estoy aburrida.
-Bueno te quitare ese aburrimiento -dice con una sonrisa traviesa.
-De eso nada.
-Va entonces dime tus gustos y disgustos.
-No tengo Pecas.
-Todo mundo tiene.
-Pero yo no.
-A veces pienso que vienes de marte.
-Piensa lo que quieras Pecas.
-Esta bien ¿Te gusta leer?
-Si Pecas. me gusta mucho leer.
-¿Alguna película que te guste?
-A dos metros de ti.
-Mm ¿Que gusto es ese? En fin continuemos ¿Serie favorita?
-No tengo.
-¿No tienes?¿Deberia haber una?
-La verdad no se -encojo lo hombros-. Tal vez Merlina.
-Menos mal que tienes que ver -dice pensativo-. ¿Algun libro en especial?
-Saga meses a tu lado.
-Bien ¿Has visto alguna película de anime?
-Mmm no se Totoro.
-¿Lo has visto?
-Si, lo he visto un millón de veces.
-Sale pues. Mmm a ver.
-¿Que mas? -pregunta pensativo-. ¿Que mas te gusta?
-De verdad ¿Quieres saber?
-Si, si quiero saber.
-Bien me gusta, leer, pintar pero eso ya casi no lo hago, amo la música -respondo aburrida hoy mas que nunca.
Y también por que eso me recuerda a mi pasado, un recuerdo que no quiero revivir.
-Haber ¿Dime algo que no te guste de mi.
-Me disgusta, odio, me choca que me llames Sandy, da de quicio.
-Bueno esta bien que te de de quicio, pero es el nombre que te puse.
-¿Por que le pones apodos a la gente?
-Para empezar no son apodos, son nombres para hacerles notar como se verían si nuestra vida fuera como las películas o caricaturas.
-¿Y por que Sandy?
-Eres tierna, indefensa, tímida, pero a la vez salvaje, peligrosa, mas hermosa que la misma muerte.
-Otro Damián -respondo poniendo los ojos en blanco.
-¿Quien es Damián? -pregunta confundido.
-¿No sabes quien es Damián?
-No, no se.
-Das lástima.
-Si claro di lo que quieras, además en el fondo sabemos que eso no es cierto.
-No lo se -contestó encogiéndome de hombros-. Bien ¿Que te gusta de mi Pecas? -pregunto de manera sensual.
-Para empezar -se aclara le garganta -. Ese hermoso culito perfecto que tienes.
-Eres un pervertido -mascullo.
-Aun no he terminado, también tu cuerpo, la forma en que caminas, tus labios, esos ojos que cuando los miro pierdo la razón -me mira a los ojos con la mirada mas pervertida que he visto en él-. Todo en ti me gusta no hay defecto en ti.
Se acerca a mi, une nuestros labios haciendo que mi interior se estremezca, me sorprendo al notar la manera en que me besa jamás lo había hecho bueno si pero no de esta manera, lo hace con un deseo intenso, manteniéndose pegado a mi tal y como nuestros cuerpos lo permiten, metiendo su lengua en mi boca, mordiendo mis labios cada vez que soltaba un gemido de placer, podía sentir ese deseo en él, un deseo que era capaz de internarse en mi, esa respiración agitada pidiendo mas, acariciaba diferentes partes de mi cuerpo con sumo cuidado, con delicadeza, como si eso dependiera de él, si eso era lo que lo mantenía con vida.
Se aparto de mi, intentando recuperar la respiración al igual que yo.
-Esto también ¿Esto te disgusta Sandy? -me pregunta subiendo y bajando las cejas.
-Yo nunca dije que no me gustara -contesté intentando recuperar el aliento.
-¿Que te gusta de mi Sandy?
-esa pregunta me llego desprevenida.
Piensa tonta piensa, dale una buena impresión, no digas que no te gusta nada por que ambas sabemos que eso no es cierto.
Respiro.
-Me gusta, mmm todo lo que eres, la forma en que me miras, en tu forma de ser conmigo, tu lado oscuro...
Me interrumpe.
Joder.
-¿Lado oscuro?
-Si tu lado oscuro que aunque demuestres ser tierno, guapo, entre otras cosas se que tu eres mas que eso.
-¿Como lo sabes?
Lo sabía...
Vamos, vamos tu puedes no seas tonta.
-No basta que lo sepa, puedo notarlo, en tu mirada, en tus besos, en tu aroma, en esas palabras llenas de deseo, en el fondo se que tu eres mas que eso, eres tan pervertido, mas de lo que te imaginas.
-Tienes razón, soy así por tu culpa, y lo seguiré siendo, seré ese pervertido, me veras en ti, en tus sueños, en tu ser, en todo tu vida, seguiré siendo como tu dices, no dejare de serlo, jamas solo la muerte podrá acabar con esto, solo ella nadie más Sandy.
Asiento y él vuelve a besarme. No se cuanto duramos así pero estoy tan agotada, mis labios hinchados, mi respiración tan agitada como suele ser cada vez que estoy con él.
Es como perder el conocimiento, con solo tocarte puede borrar tus preocupaciones, tus pensamientos. ¡TODOO!
Maldita sea.
-¿Que vas a hacer mañana Sandy?
-Lo de siempre nada -respondo en cogiendo los hombro.
-Bueno ¿Quieres ir conmigo?
-¿A donde?
-A una fiesta que hará Joel.
-En serio ¿Habra mas carreras?
-Me parece que si.
-¿Puedo llevar mi coche? -pregunto emocionada.
-¿Cual coche Sandy?
¡Ooo Dios mio, se me olvido decirle que ya tenia coche!
-Aam mi Padre me regalo un coche ayer.
-¿Que? ¿Por que no me dijiste?
-Pues te iba a decir.
-Pero no lo hiciste.
-Lo se ¿Puedo llevarlo?
-¿Que modelo es?
-No te voy a decir Pecas.
-Entonces no lo llevas.
-No es justo.
-Tu decide Sandy.
-Esta bien Pecas, solo si me enseñas todos tus autos.
-No, de eso nada.
-Entonces no Pecas.
-Otra cosa.
-Me parece que es lo justo.
-Esta bien tu ganas. Ahora dime el modelo.
Me mira a los ojos esperando la respuesta no digo nada, no hasta que ha pasado un minuto.
-Es un Ferrari F8 TRIBUTO -confieso tímidamente.
-¿Que? Esa belleza cuesta mucho -se acerca a mi con un brillo en sus ojos.
-Lo se pero mi Papá me lo dio, no podía rechazarlo.
-Que envidia.
-Oye no digas eso, por que aun no me has dado mi coche.
-¿Cual?.
-El Mercedes AMG C63S ¿Crees que lo olvide? Pues no Pecas.
-Asi y también entonces te debo una noche -se pega a mi cortando mi respiración.
-No, no yo solo quiero tu coche.
-No ya tienes uno -sus pupilas que eran castañas ahora son oscuras como la noche.
-Pero quiero mas.
-Solo te lo presto y...
-Esta bien Pecas.
-La noche también.
-No, esa no la quiero -que demonios, es que no me explico o estás sordo-.
-.Entonces te jodes.
←★♥∞♥★→
-¿Lista Sandy?
-¿Para que Pecas?.
-Dijiste que querías ver mi garaje de coches.
-Asi, si estoy lista.
Nerviosa camino hacia él, no a de extrañarme, pero yo quiero ver cuantos tiene, ya que hasta el momento solo he visto cinco coches.
Me toma de la mano, salimos de su casa, abre en garaje.
¡DIOS MIO! Hay diez coche aparcados, me acerco y recorro cada uno con la mirada.
-¿Sabes de que modelo son experta en coches?
-Si, lo se Pecas.
-Haber, dime el modelo de los que aun no has visto.
- Es auto color negro es un Mercedes Benz AMG ONE, este que es color azul oscuro es un Regera Regeins Supremo, este es un Ferrari 812, y este coche color azul marino es un Bugatti Chiron Pur Sport, este es un Bugatti Divo color negro -me giro hacia él-. ¿O me equivoco?
-Para nada.
-¿Quieres que te recuerde el modelo de los demás coches?
-No -mi mirada se detiene en el coche en el que está sentado, un McLaren Artura color negro, el mismo quien vi el primer día de clase-. Eras tú ¿Verdad? Tu eres él que salió de la nada ese día y casi chocas el auto de mi hermano.
-No se a que te refieres -me mira confundido.
-Olvidalo Edwin.
-Esta bien -tomo mi mano-. Ven quiero enseñarte algo.
Lo seguí, me deje guiar ya que todo estaba oscuro, se estuvo por un momento, encendió la linterna de su móvil, había una puerta que estaba ya muy desgastada, la abrió, todo estaba aún oscuro, me guío por un momento, se detuvo.
-No te muevas -susurro cerca de mi oreja lo que hizo que se me pusiera la piel de gallina.
Escuché el eco de sus pasos, subiendo y bajando, hasta que se pronto todo se iluminó. Era un habitación hecha de piedra, con muros alrededor que formaban un circulo, un pasillo alrededor, en medio estaba un auto con una manta encima.
Él apareció por detrás del auto, me hizo una señal para que me acercará y eso hice, mientras él dejaba al descubierto el coche.
Mi respiración se detuvo, frente a mi tenía una belleza, era un Lamborghini VENENO color negro; este coche ¡Es una jodida obra de arte! Es el más exclusivo del mundo con un precio de más de nueve mil millones de dólares y solo tres unidades fabricadas -sabra Dios como Edwin consiguió uno así-. Es uno de los coches más agresivos del mundo que existe, con un diseño extremo, lleva un motor V12 con más de 750 caballos de fuerza. Su nombre viene de la arena de combate VENENO era un toro de Libia, uno de los más fuertes y agresivos de la historia, la marca lo tomó de referencia para crear uno de los coches más legendarios.
-¿Como lo conseguiste? -fue lo primero que se me ocurrió.
Él se paró detrás de mi, envolvió su cintura con sus brazos pegándome a él.
-Con el sudor de mi frente, te lo quería enseñar por qué confío en ti, promete que no le dirás a mi padre.
-¿No lo sabe?
-No, aún no, por eso quería mostrártelo, por qué tú amas los autos al igual que yo.
-Gracias Edwin, tú secreto está seguro conmigo.
-Gracias, debemos irnos o llegaremos tarde.
-Esta bien, voy por mi coche Pecas.
-Bien, pero yo lo conduzco.
-No, de eso nada Pecas.
-Que si Sandy, además ya te enseñe mi garaje de coches, nada más falta la noche.
-Ay esta bien Pecas, pero no gracias, me conformo con ver tus coches.
-Bien pero la noche es para mi.
-¿De verdad la quieres?
-Si la quiero.
-Dame un motivo por el cual tenga que dártela.
-Quiero sentirme dentro de ti, quiero sentir tu cuerpo junto a mi, quiero darte el placer que te mereces.
Bueno y solo con eso mis mejillas arden mas que un horno ¿Como puede decir esas palabras así al natural?
-Si es lo que quieres -es lo que logro decir.
-Es lo que quiero, si aun no estas preparada, esta bien, no voy a presionarte.
-Esta bien, tu ganas.
-¡Sii! -salta emocionado.
En el transcurso del camino Edwin no para de decirme que tiene envidia de mi, pero, él no sabe que yo tengo envidia de el. Llegamos aparca el coche, entramos a la fiesta.
-Hola Edwin -saluda Joel.
-Lo mismo digo Joel.
Y ahí empiezan a platicar, mientras yo veo al tiempo pasar.
-Hola Keyla ¿Y ese milagro?.
-Pues, ya vez Libia.
-Ven vamos con los demás.
Me lleva a la cocina donde están, Liam, Jair, Bety, y April.
-Hola chicos -saludo con una gran sonrisa.
-Hola -saludan a una sola voz.
-¿Vamos a competir otra vez Keyla?
-Mmm tal vez Jair, no estoy segura.
-Si, yo quiero -contesta Bety
-¿Donde están Edwin y Joel?
-Alla vienen.
-Hola -saluda Edwin.
-¡Ay, ya llego el aburrido! -exclama April.
-Vaya y aquí esta la amargada -continuo Edwin.
-Me da igual -dijo April.
-¿Quien va a correr? -pregunta Bety.
-¿De cuanto es la apuesta?
-Cada quien le dará al ganador cien dolares.
-Pues ya que.
Todos salen para ocupar su lugar excepto Edwin.
-¿Puedo conducir tu coche? -pregunta con su carita de gatito tierno.
-No lo se -respondi tímidamente.
-Vamos Sandy.
-¿Y si lo matas?
-No lo haré.
-Prometelo Pecas.
-Si, si, lo prometo.
-Esta bien.
Edwin se va feliz de la vida, para participar en la carrera, solo lo ví después de que desapareciera, por la carretera, así que prácticamente estoy sentada en un sofá, dentro de la casa, esta vacía, ya que las personas salieron para apostar por el ganador.
-¿Por que tan solita?
-¡Que te importa Lewis!
-Vaya a alguien se le esta pegando el carácter de Edwin.
-¿Y a ti que?
-Eres una idiota.
-No te pregunte cara de estúpido
-Ten cuidado con lo que dices o te arrepentirás.
-Jajaja, miren quien lo dice.
-No te burles de mi.
-¿Y si quiero que?
-Que eres una tonta, que ni sabe con quien se mete, no sabes nada de tu supuesto novio, él no es lo que aparenta ser.
-¿A que te refieres?
-O vaya él no te a dicho nada.
-¿De que?
-Vamos Keyla eres la primera mujer en su vida y no sabes nada.
-Me da igual si se o no de él. Además, a ti que te importa.
-Nada, solo quiero que sepas que no es lo que crees yo te daría todo lo que él no te puede dar.
-Asi ¿Como que?
-Amor, placer, todo lo que una mujer desea de un hombre.
-Lo siento, pero no soy masoquista, así que metete tu oferta por el culo y dejame en paz.
-No lo haré, no hasta que te haga mía.
-Lewis -dice Edwin con la mandíbula tensa.
-Edwin -pronuncia Lewis nervioso.
-¿Que haces con ella?
-Solo platicábamos.
-Si claro ¿Y por que aquí?
-Porq...
-Largate, si no quieres dejar de respirar -una vez dicho eso, Lewis salió huyendo.
¿Por que le tiene miedo?
No lo sabia, pero, yo si que le tenia miedo.
-¿Que te dijo?
-Mm nada -respondí nerviosa.
-¿Segura? Sabes que a mi no me vas a engañar.
-Si Edwin segura.
-No te creo.
-¿Que te dijo?
-Nada.
-¡Arzul sabes que a mi no me vas a ocultar nada, así que habla de una maldita vez! -me grito en la cara, y ahí llegue a la conclusión de que Edwin era tan frío, peligroso a la vez, ahi donde due la primera vez que tuve miedo de él.
Ahí fue la primera vez que tenia miedo de estar cerca de el.
-Que por que sigo contigo si tu no eres lo que aparentas ser -confesé con la cabeza agachada.
-¿Y tu le crees?
-No lo se jamas me has hablado de ti -por que era cierto, si hay algo de lo que queria saber siempre me enteraba por segundas y terceras personas, nunca he sabido nada de parte de él.
-Y jamas lo haré.
-¿No confías en mi Pecas?
-No cuando no me dices la verdad.
-Ya te lo dije Edwin.
-Pues entonces tragate sus mentiras Arzul -aquello me dolió, jama lo había visto asi.
-Entonces ¿Es cierto?
-¿Tu le crees?
-No lo se.
-Si no lo sabes para que preguntas -un nudo se formo en mi garganta al oírlo con ese tono de voz.
Dicho esto salio dejándome sola. Salí y me dirigi a casa en mi auto.
Supongo que Edwin ya tendría en que irse, maneje sin precaución, como lo hacia desde pequeña, sintiéndome libre, aunque con un dolor de saber que Edwin no es realmente lo que aparenta.
¿Y si todo esto, se echaba a perder, y si el me dejaba?
Esta semana paso volando, no vi a Edwin en clase, no asistió, intente llamarlo pero no me contestó.
Así que me sentía sola, leía sola para evitar pensar mucho en él, y así mi mente estuviera despejada, pero era inútil, podía ver su cara, plasmada en mi móvil, en la comida, en todo.
Vaya yo era un maldito desastre.
Y era mi culpa, por dejar que entrara a mi vida.
¿Y ahora como lo sacaba de mi mente?