I COME BACK โ”โ”bts

By queenvics

10.2K 901 470

El regreso de su amiga desaparecida fue todo lo que necesitaron para probar una cucharada de su propia medici... More

โ–ธ I COME BACK
01. HER RETURN
02. SURPRISE
03. PLEASE, DON'T GO AWAY
04. BINGO
05. GODDESS OF DISCORD
06. SILLY HOPE
07. LIKE THE OLD TIMES
08. HIM AND I
09. DESTROY THEM
10. LET'S PLAY
11. WATCH THE WORLD BURN
12. DANCING DEITY
13. INCOMING CHAOS
14. THE PICTURE ยน
15. THE PICTURE ยฒ
16. PAIN
17. EVERYTHING WE COULDN'T BE
18. LOST CASE
19. CONFLICTED
20. REFRESH THE MEMORY
21. REVENGE
22. THE THINGS THAT CANNOT BE SAID
23. LIMITS, IGNORANCE & GUILT
24. GAME OF APPEARANCES

25. KEEP LIES

98 6 17
By queenvics



25. KEEP LIES








⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀—¿Disculpa?

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Oh, la indignación crepitaba de las pupilas de Cleo como brasas de un fuego que comenzaba a arder. ¿Qué demonios había querido insinuar Jungkook con aquello? No era tonta, sabía a la perfección que esa tonada, junto con la inoportuna elección de palabras que el mismo utilizó, se debían a algo. Y es que, no era usual que viniera a escupirle una expresión tal como si estuviera echando veneno.

El chico pareció percatarse de lo que acababa de hacer; se desestremeció notablemente. La manera en la que sus brazos y todo su torso se relajaron fue rápida, casi como un arrepentimiento que se volvió palpable y físico. Sin embargo, esa expresión destilante de puro desdén no se borró por completo de las facciones de su rostro. Era algo que persistía, y eso solo logró enervar más la ira que se inyectaba en las venas de la joven.

Si de algo estaba segura, era de uno de los pocos defectos que Jeon solía poseer, el de ser jodidamente impulsivo. Pues, no era la primera vez que se volvía destinataria de palabras un tanto toscas por parte del chico. Su personalidad contaba con matices que lo caracterizaban en dicho rasgo; decía cosas sin meditarlas previamente, sobre todo cuando el enojo le ganaba, y actuaba de forma repentina en ciertas ocasiones, dejándose llevar por puro estímulo, por la adrenalina del momento.
Con el tiempo, Cleo se había acostumbrado a lidiar con esos episodios, colocando los límites necesarios para que ejercer ese trato no se le convierta en una mala costumbre al joven. Y éste último reconocía con toda la razón que se trataba de una cuestión que debía trabajarla, y principalmente, controlarla. La mayoría de las veces lograba hacerlo, no era necesario que nadie se lo diga, pues sabía en qué momento debía ponerle un alto a sus impulsos.
Sin embargo, en momentos como éstos, cuando la chica se encontraba con una reacción tan repentina como esa, sin siquiera recibir un respectivo motivo, no podía evitar que la rabia la sobrepase.

Si él no le colocaba un límite a sus palabras, ella tampoco lo haría a la hora de reclamarlo.

—¿Sucede algo?

Ambos se habían sumido en una especie de guerra de miradas, que poco se percataron del acercamiento que Park Jimin había perpetrado hacia la escena, irrumpiendo el inicio de aquella riña que se veía venir sobrecargada en demasía. Cleo observó de reojo la forma en que su ex novio se colocó a su lado, otorgándole al pelinegro una mirada filosa. Daba así una energía que parecía posicionarse en defensa de la chica, alerta a la persona de Jeon. Quien, por su parte, no pudo haber observado de una manera más fulminante al que alguna vez fue su mejor amigo. Y en una cuestión de segundos, una nueva guerra de miradas se cernió ahora entre los dos muchachos.

Bak Cleo tragó con dureza, mientras se relamía nerviosamente los labios. Sabía que si ambos permanecían allí, nada bueno podría pasar.

—Nada por lo que debas preocuparte. De hecho, ya me iba. —espetó el pelinegro, sin despegarle la mirada al que parecía verse como su contrincante ahora mismo. Lo había dicho con tanta picardía. Uno de los extremos de la comisuras de sus labios se alzó levemente, conformando una media sonrisa que se percibió como cínica, burlona. —Al parecer interrumpo algo aquí.

La boca de Cleo se abrió una vez más, demostrando qué tan poco familiarizada estaba con ésta clase de reacciones. Tenía ganas de saltar sobre él y propinarle un golpe. Si se dejara llevar por su lado más salvaje, no estaría manteniendo la compostura en éstos momentos.

—No, es mejor si te quedas. —contestó, en un tono lineal y firme. Una frialdad demasiado evidente. Jungkook la miró, por fin. —¿Sabes? Por lo que veo, parece ser que tienes algo para decir. Asi que quisiera escucharlo. —decretó, sin siquiera dar lugar para recibir una respuesta. Es que, por la manera en la que se la observaba, parecía estar bastante enojada.

Se volteó completamente a Jimin, quien tampoco mostraba intenciones de sacarle esa desafiante mirada de encima al contrario. No obstante, le devolvió el gesto, y Cleo contempló cómo esa severa mirada ahora cambiaba. Sus ojos, al posarse sobre ella, parecían suavizarse bruscamente, y aparentaban recuperar ese brillo genuino que siempre le había gustado. La pelinegra lo veía ahora, la diferencia notable.
Algo dió un vuelvo en su pecho, y le hubiera gustado encontrarse en otras circunstancias.

Jimin, en cambio, entendió por completo aquello. No hicieron falta las palabras para que el mensaje llegue a él. Dejó salir un soplido de inquietud, y alzó ambas cejas hacia ella. —¿Estarás bien?

Asintió, segura. No tenía razón para temerle a Jungkook.

Él le devolvió el asentimiento, y comenzó a moverse de allí. Antes de marcharse por completo del sitio, se volteó para acercarse aún más a la joven, y posicionó una de sus manos sobre su espalda baja. —Hazme saber si sucede algo.

Aquél gesto no pudo haber pasado desapercibido por Jeon, quien apretó con fuerzas sus dientes. Él también se veía bastante ofuscado.

La tensión pareció alcanzar su punto de éxtasis en el momento en el cual Jimin pasó por en frente del otro chico, y compartieron miradas tan duras que si las mismas fueran capaces de matar, ambos se encontrarían seis pies bajo tierra. El pelinegro se limitó a cerrar sus párpados por escasos segundos cuando el hombro de Park chocó adrede con el suyo, y permaneció en silencio hasta escuchar las puertas del ascensor abrirse.

La joven, en cambio, se hizo a un lado, dejándole un evidente espacio para que se adentre al sitio. Y aún en el sigilo que los invadía, el chico ingresó al apartamento. Luego del portazo que fue perpetrado, comenzó todo.

—¿Qué demonios, Jungkook?

Él rió por lo bajo, sin una pizca de gracia alguna. Ni siquiera tuvo tiempo de voltearse para observarla, así que mientras se giraba hacia ella, soltó con ironía —: ¿Sabes? No hacía falta que me quede, podrías haber seguido aquí con él, siento interrumpir-

Cleo se acercó a grandes zancadas, con el ceño hundido en enojo, y una ira demasiado palpable.—Muy bien, suficiente. —cortó brutalmente. —¿Me dirás qué diablos está sucediendo o tendré que seguir tolerando tus jodidas infantilidades?

Las oscuras y dilatadas pupilas del joven la fulminaron. Ambos se llevaban una estimable diferencia en altura, por lo cual él se veía obligado a bajar levemente la barbilla para enfrentarla. Sus cejas se enarcaron con atrevimiento, y sus brazos que ahora estaban desnudos a causa de haber arrojado sin cuidado alguno su chaqueta en algún rincón de la sala, se engancharon en su pecho. —¿Infantilidades?

—Sí, en caso de que no lo hayas notado, te comportas como un niño, Jungkook. —afirmó. —Toda ésta clase de... berrinches, cuya razón aún desconozco. Así que, me gustaría que por lo menos tengas la decencia de decirme qué demonios está sucediendo.

El susodicho asintió, volviendo a raspar la lengua contra el interior de su mejilla, mientras una clara irritación le burbujeaba en los orbes. —¿Quieres saber qué sucede, Cleo? —agitó las palabras al aire. —Sucede que anoche te recogí de una fiesta contigo luciendo realmente mal, por quién sabe qué motivo en el cual claramente Jimin está involucrado. Y entendí que no hayas querido hablar de ello, pero ni siquiera recibí un maldito texto sabiendo que, al menos, estabas bien después de todo. Te envié mensajes y no los respondiste, te llamé y tampoco atendiste. En verdad me preocupé, y vine hasta aquí solo para encontrar a ese idiota en tu apartamento, hablando y tratándote como si fuera un mismísimo ángel caído del cielo cuando tu y yo, bien sabemos, que en realidad no lo es. —aclamó con fiereza hacia la pelinegra, al mismo tiempo que sacudía sus manos con énfasis en lo dicho.

Ella, totalmente incrédula, logró hablar. —¿Es en verdad sobre lo que todo ésto se trata? ¿Sobre Jimin, Jeon? —exclamó, justo como él lo había hecho. El mismo le respondió con una negación rotunda, y fue interrumpido cuando estuvo a punto de objetar. —¿Uh? ¿Me dirás que no es así? Tienes que estar bromeando... —rió de forma irónica, mientras se colocaba ambas manos sobre la cintura y deambulaba por la sala de estar. Al parecer, la cólera del momento le obligó a suprimir el dolor de la herida en su pie. —Discúlpame por pensar que podía tener completa libertad en decidir a quien dejo ingresar a mi apartamento. Olvidé que, ahora, debo pedir permiso para ello, Jungkook.

El pelinegro se colocó en la misma posición que la fémina, dejando que sus manos descansen a los laterales de su cintura. Sin embargo, éste solo permaneció en un solo lugar, observándola. —Sabes que no me refiero a eso.

—Ah, ¿En serio? Pues sería de mucha ayuda saber a qué te refieres específicamente... —reconvino, sin bajar la voz. —¿En verdad pensaste que no tendríamos cosas por hablar? Porque, no sé si necesite recordártelo, pero Jimin y yo tuvimos una relación la cual, por si no lo notaste, ni siquiera tuvo un cierre digno... 

El joven sacudió sus brazos al aire, con las palmas abiertas. —¡Sí! Una relación que por poco acaba destrozándote, Cleo. —espetó, comenzando a acercarse hacia la muchacha, la cual se había visto claramente echada hacia atrás con dichas palabras. Y, tampoco ayudaba demasiado el dedo acusador que él señalaba hacia ella. —Puede que tu no lo recuerdes pero yo sí lo hago, yo recuerdo todas y cada una de las veces que esa relación te llevó hasta lo más profundo. —terminó por aproximarse, quedando frente a frente, sin quitarle esos rígidos orbes de encima. —Y espero que nunca tengas que recordar el dolor que atravesaste, pero créeme cuando te digo que ese malnacido sabe cómo jugar al corderito inocente. Sabe perfectamente de qué lado le conviene apostar ahora y es justo lo que está haciendo.

Y un silencio sepulcral gobernó todo el entorno. Las miradas que ambos se compartían se percibían suturadas de una tensión y aspereza casi insostenibles. Lo que Jeon Jungkook acababa de decir no había pasado desapercibido para la chica, claro que no. Y, si debía ser completamente honesta, no sabía como sentirse respecto a ello. ¿Era algo que desconocía? No, tenía toda la certeza del universo de que, con Jimin, no todo podía ser color de rosas. Lo había confirmado hace ya un año, no era ninguna novedad. Tampoco necesitaba nadie que venga a recordárselo.
Y le encantaría poder decirlo; la idea de revelar el hecho de que aún seguía manteniendo ciertos recuerdos del año anterior resultaba muy tentadora. De confesar que todo ese dolor jamás se había borrado por completo de su ser. Pero, también debía admitir que hacerlo solo significaría ceder ante los reclamos de su impulsividad, y no lo quería así. Asi que se limitó a exhalar todo el peso de lo que debería reprimir, tranquilizar sus respiraciones, y reacomodar las ideas en su cabeza. Perder la calma no debía ser una opción en éste caso, al menos no por ahora.

Y se podría decir que estaba siendo más complicado.

—No necesito ésto, Jungkook. —alegó, en un ritmo lento y con un tono necesariamente bajo para que sólo él pueda escuchar. O, intentando hacerlo. —Sé exactamente cómo funcionan las cosas aquí... y sé que no estuve por un largo tiempo... pero eso no significa que yo sea una niña a la cual le tengas que controlar con quién se relaciona y con quién no. 

El pelinegro parpadeó, sin abandonar esa postura un tanto inflexible que había adoptado. —Sólo trato de protegerte, Cleo.

«Y yo trato de protegerte a ti.»

Ella tragó con dureza, enarcando las cejas. —¿En verdad piensas eso? —inquirió. La oscuridad en sus fanales brilló fugazmente, enmarcando una suavidad mezclada con una especie de tenacidad evidente. —De un momento al otro te apareces sin más, insinúas cosas sin siquiera pensarlo primero, y manifiestas toda esa preocupación que dices sentir mediante reclamos sin sentido... ni siquiera me dices qué es lo que realmente sucede. —soltó, y fue lo que obligó al chico a largar un soplido de obstinación. Porque el mismo sabía que, pese a todo, ella tenía razón. —Estoy segura de que existen mejores maneras de expresarlo.

—Cleo, yo-

—Y aún así, si yo decidiera seguir relacionándome con Jimin después de... después de todo... eso no tendría que ser motivo alguno para tu enojo, Jungkook. Controlar tus impulsos no es deber mío. —sentenció, pronunciando y escupiendo cada palabra en un caracter tajante. Casi como si quisiera asegurarse que su contrario pueda comprender a la perfección lo que estaba diciendo. —Pero, en el caso de que no puedas dormir tranquilo por las noches a causa de ello, puedo asegurarte que entre Jimin y yo no está sucediendo nada... —la ironía ínsita en su voz hizo que el pelinegro cierre los párpados, maldiciendo internamente el poco autoconotrol que había tenido en el momento de presentarse y decir todas esas idioteces, al mismo tiempo que la fémina se alejaba, caminando hacia la cocina. Se veía realmente enfadada. —...y jamás dije que anoche me encontraba así por él.

Asintió con fuerzas, tratando de resistirse a las formas poco discretas de contestar aquello. No quería sonar grosero ni insistente, pero en verdad se le dificultaba. —Ah, siento haber asumido algo así... sería de mucha más ayuda si me dijeras qué es lo que está pasando, parece ser que últimamente olvidas que soy tu amigo. 

Y ella volvió a suspirar exhaustivamente. Ahí vamos de nuevo, pensó. —Jungkook-

El chico fue más rapido, e irrumpió todos sus intentos por hablar nuevamente. —No, Cleo, sólo-sólo escúchame... tú pretendes que no haga ningún tipo de suposiciones, pero lo cierto es que tampoco me dices nada. Nunca quieres contarme lo que realmente está pasando, y-

—¡Porque no está sucediendo nada!

Mantener las mentiras se volvía una tarea cada vez más difícil. La chica comenzaba a darse cuenta de ello, y muy en el fondo, eso la asustaba.

Jeon obvió aquello, para seguir. —Te vi hablando con Jimin anoche... ví que llorabas, ví la manera en la que estabas... ¿Cómo pretendes que no me preocupe cuando éste tipo de cosas suceden? Ni siquiera me lo dijiste cuando me llamaste... ¡Estoy perdido aquí!

Bak Cleo negó furiosamente. —No tiene nada que ver con Jimin, Jungk-

—¡¿Entonces qué es, Cleo?! —contraatacó, con más fuerzas. Una vez más, su anatomía reflejaba las emociones que lo azotaban; los brazos abiertos y levemente inclinado hacia adelante. —¿Qué es lo que está pasando? ¡Sólo dime!

El primer sollozo escapó de los labios de la pelinegra. Ni ella misma se percató del momento en el que el llanto volvió prisionera a todas sus facciones.
No quería seguir haciendo ésto. —¡No es nada!

Él volvió a sacudir la cabeza, sabía que existía un fondo de toda ésta situación. Se veía seguro de ello. —No lo creo... sé que algo está sucediendo, Cleo...

—Jeon...

—Por un tiempo intenté convencerme de que no era nada de qué preocuparme, pero cada vez se vuelve más evidente...

La joven respiró agitadamente. —Detente.

—Desde que llegaste las cosas han estado extrañas... y sé que se supone que así sería pero comienzo a sospechar que existe algo más escondido y no sé que sea exactamente pero todos actúan como si no fuera nada y...

Pero Cleo no podía seguir escuchando. La voz del pelinegro enumerando cada una las razones que hoy lo reunía aquí se volvió difusa. Como si la misma se perdiera en una bruma auditiva que poco a poco buscaba llevarse la sanidad de la mente de la chica, arrancando cada parte tal como una fiera destrozando a su presa sin ningún tipo de permiso alguno.
Sus dedos arrastrándose por las hembras de su mismo cabello intentaban darle alivio a ese tan típico dolor que empezaba a punzar con fuerzas dentro, indicándole todo lo que vendría. Y no era bueno.

¿Qué demonios se supone que haría ahora? Tantas veces había meditado la idea de un Jungkook ofuscado descubriendo absolutamente toda la verdad. Y no iba a mentir, le paralizaba el cuerpo de solo pensarlo. Verse en la obligación de otorgar todas y cada una de las razones por las cuales su vida se había vuelto lo más parecido a un suplicio físico y emocional en el último año no se mostraba como una acción que le fuese simple de llevar a cabo. Y su parte insensible, muy dentro, clamaba por la solución más rápida y sencilla, la cual equivalía a tomar a Jeon como un muñeco títere y borrar de su conciencia absolutamente todo lo relacionado al asunto. Pero esa endeble y empática porción que aún quedaba de su ser sabía con suma precisión que aquella no era la solución, no con alguien como Jungkook. Simplemente no podía hacerle eso.






















[ —¿Qué hay de Jungkook? —había inquerido Seulgi, que se encontraba sentada en uno de los extremos de aquel costoso sofá que permanecía en la sala de estar de su amiga. Hace demasiado tiempo que no se sentaba en él, ni que tenía una charla con ella. Por un momento, sosteniendo aquella taza de café, le gustó pensar que las cosas volvían a ser como antes. Aunque bien sabía que eso estaba lejos de ser verdad.

—¿Qué sobre él? —respondió Cleo, desde el otro extremo del mueble. Un pequeño ceño fruncido mostrándose en su rostro.

La joven Kang torció los labios levemente en una mueca. —Qué harás si descubre todo.

La pelinegra negó, viéndose decidida. —Me aseguraré de que no lo haga. Es algo que no debe suceder.

La otra suspiró con un deje de obviedad. —Lo sé, pero... sabes cómo es él, siempre mete sus narices en asuntos que no le corresponden... ante la posibilidad de saber toda la verdad... ¿Qué harías? ¿Qué haríamos?

Seulgi tenía razón. Jungkook actuaba sin pensarlo. Y eso implicaba el estar involucrándose en cuestiones que ni siquiera le incumbían, por el simple anhelo de saber o querer accionar en algo. Parecia un niño aveces, y eso podía ser irritante.

Fijó la mirada en el suelo, sumida en sus pensamientos. —Si se llegara a enterar... sería demasiado peligroso, pero no- no...

—Crees poder borrar su-

—No. —cortó, tan rápido como fue capaz de entender a dónde se dirigía la pregunta de su amiga. Se relamió los labios nerviosamente, para luego clavarle una espeluznante mirada a la misma. —Jamás sería capaz de hacer eso con él, ni contigo. Simplemente no podría.

Porque si existía alguien que aún siga significando la lealtad misma para Cleo, esos eran Jungkook y Seulgi. Personas intocables, según su perspectiva. Los únicos que siempre habían estado ahí para absolutamente todo.

¿Entonces qué haría? ]























Cleo se volteó de una vez por todas, dirigiéndose a él. —¡Jungkook, basta!

Y segundos después, todo pareció volverse confuso. Un conjunto de estruendos conmovieron lo presente allí; sonidos de quiebres despavoridos que obligaron a ambos jóvenes a cubrirse los rostros con sus propios brazos y encogerse por puro estímulo en el mismo lugar. Es que había sucedido tan rápido, que ni siquiera habían tenido tiempo a procesar de qué se estaban protegiendo realmente. Fue el ruido de las copas y los artilugios de cristal que habían estado a espaldas de la pelinegra rompiéndose en un millón de piezas, justo como había pasado la noche anterior en la fiesta con los ventanales; de la mismísima nada, razones invisibles y quiméricas que provocaban el inicio de un desastre sin previo aviso. Asimismo resultó efímero pero lo suficientemente perceptible el parpadeo que las luces del apartamento perpetraron, apagándose y prendiéndose de manera intermitente.

De pronto y anunciadoramente, esa quietud pétrea que había estado deambulando por el entorno volvió a hacer de las suyas. El caos había ya pasado, pero lo frenético del momento quedó ínsito en el aire que se respiraba dentro de aquel apartamento. Casi de inmediato, y cuando estuvo seguro de que ningún otro cristal se encontraba volando hacia cualquier dirección, Jungkook fue el primero en reaccionar.

El pecho le subía y bajaba con un desasosiego fatal, el temor y la duda haciendo una mixtura que navegaba deliberadamente por ese par de orbes opacos. Una parte de él no comprendía nada, pero otra comenzaba a conectar los cabos que habían estado sueltos por tanto tiempo en su mente, haciendo que cada cosa encaje en su lugar. No le gustaba la manera en que éste rompecabezas se iba conformando.

Bajó los brazos, y alzó esa vista por fin, aún con lentitud y cautela, sin saber si debía sentirse completamente a salvo. La vió, entonces. Ella estaba ahí, del otro lado del sitio, cubriendo parte de su rostro y cabeza con sus brazos, justo como él lo había hecho. En sus piernas, algunas que otras marcas, símbolos de pequeños rasguños causados por las virutas de vidrio que habían salido disparadas hace momentos. Él dejó salir una respiración irregular. Tan irregular como los pensamientos que emergían en su propia conciencia.

—¿Cleo...?

De a poco, pausadamente, y con una respiración sumamente acompasada, ella también fue saliendo del trance. Sus cabellos se encontraban esparcidos por las mejillas, sus labios casi que se perdían con el color pálido del resto de su piel, mientras que el brillo en ese par de fanales de los cuales era poseedora, ahora se mostraba apagado. El flujo carmesí que escurría de su nariz comenzaba a ocupar toda la parte baja de su rostro, y gotas del mismo impactaban contra la baldosa que se encontraba bajo sus pies. Su nariz sangraba. Demasiado.

—Cleo... —volvió a pronunciar, ésta vez alarmado. 

Contempló la forma en que ella parecía observar aquel líquido rojo sobre sus dedos y fruncir el rostro en una mueca de clara preocupación. Pronto, su mirada viajó hacia atrás, en donde gran parte de la cocina se encontraba destrozada sobre el suelo. Allí observó por escasos momentos todo el desastre. Y, finalmente, volvió la mirada a Jungkook.

Entonces, de alguna manera, ella supo. Porque atendió a cada expresión que surcó en las facciones del joven a partir de ese momento; cómo miró todo el caos a su alrededor, los cristales, la sangre, las luces, y luego la miró a ella. En sus ojos, algo extraño nacía. No era miedo. Más bien, una impresión. Un asombro. 

Él lo sabía. O, al menos, algo sospechaba.

Cayó de rodillas, y tuvo que colocar sus propias manos repletas de sangre en el piso, ocasionando que las marcas de sus dedos permanezcan grabadas en el mismo. Era demasiada sangre, y su cuerpo estaba empezando a ceder ante el cansancio.

El chico se aproximó como alma que lleva el diablo, sin siquiera hesitar un momento. Apenas estuvo al alcance, la sostuvo de los hombros para lograr erguirla. —Cleo...-

La pelinegra respiró con desesperación, ladeando la cabeza, y dirigiéndole una mirada que por poco le heló los huesos. —Jeon, llama a Seulgi. Hazlo ya.























SE VIENE SE VIENEEEEE 👀
holaaaaa, ¿cómo están? ¿cómo se encuentran?

les traigo un nuevo capítulo que -puede ser- haya resultado un tanto aburrido, sin embargo, después de analizarlo mucho, llegué a la conclusión de que es necesario para el desarrollo del plot de la historia. sé que hay muchas expectativas para saber lo que realmente pasó y créanme que yo también estoy SUPER ansiosa por que lo lean, pero no me parece lógico arrojar todo el drama de la nada sin realizar una construcción adecuada del mismo, para que así también puedan comprender las razones y los vínculos que se establecen en la historia.
por ejemplo, en éste capítulo se observa un poco más sobre la relación que tienen Cleo y Jungkook, y como en la misma no siempre todo es color de rosas y pacificidad.

anyways, díganme qué les va pareciendo, cuéntenme sobre cualquier duda o crítica constructiva que tengan, las cuales siempre son bienvenidas! espero se encuentren súper bien y les deseo un buen día/tarde/noche donde sea que estén!

lxs leooooo 👀💜

Continue Reading

You'll Also Like

623K 85.9K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyรณ que lo habรญa encontrado, vendrรก en su demandante e impone...
132K 11.1K 32
|๐€๐‘๐“๐ˆ๐’๐“๐’ ๐‹๐Ž๐•๐„| ยซEl amor es el arte de crear por la sensaciรณn misma, sin esperar nada a cambio,mรกs allรก del placer mismo del acto creativo...
2.4M 246K 133
Dรณnde Jisung tiene personalidad y alma de niรฑo, y Minho solo es un estudiante malhumorado. โ โ”๐˜”๐˜ช๐˜ฏ๐˜ฉ๐˜ฐ ๐˜ฉ๐˜บ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜จ, ยฟ๐˜ญ๐˜ฆ ๐˜จ๐˜ถ๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ด ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ซ...
129K 7.4K 14
El maldito NTR pocas veces hace justifica por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ยฟQuรฉ suc...