Ni siquiera recuerdo con exactitud cuándo escribí esta historia, pero se que ha pasado tanto tiempo que aún vivía en mi país.
Pensar que hace más de siete años soñaba ya con una muñeca, su titiritero y un romance imposible entre dos chicas me llena de cariño hacia mi yo del pasado. Quisiera abrazarme y mostrarme lo lejos que he llegado, con la escritura, la ilustración, mi sexualidad y mi vida en general.
La libertad que siento al leer esta historia de nuevo no tiene comparación.
Extrañaba a Aldara sin saberlo, me hace muchísima ilusión que haya vuelto a casa una vez más. Y más aún saber la sorpresa que tengo planeada para mis niñas.
Esta versión tiene a Aldara y Kamaria en su estado más puro, más íntimo, más auténtico. Si la leyeron cuando la subí por primera vez, les recomiendo que la lean de nuevo. Es una historia más intensa, más personal e incluso un poco más larga.
Les invito a conocer la historia de la polilla que se enamoró con locura de la llama más brillante del mundo, y la destrucción que su amor causó.