Louis fue a servir un par de vasos de agua en cuanto llegaron al apartamento, tomó un poco de uno y le entregó el otro a Harry.
—Gracias —susurró de manera casi inaudible.
Inconscientemente, comenzó a buscar marcas en su cuello, se sentiría demasiado molesto si Harry llevaba marcas de alguien más en su piel, sin embargo, no podía enojarse con otra persona que no fuera él mismo.
Sintió un peso menos en el pecho al notar que no tenía ninguna.
Harry tomó un poco de agua y se sentó en el sofá seguido de Louis, mismo que no tardó en impacientarse.
—¿De qué querías hablar?
Se encogió en su lugar; durante todo el camino en auto había estado buscando las palabras adecuadas para la situación y aún tenía la mente en blanco, sin embargo, ya no podía arrepentirse.
—Quizás deberíamos hablar mañana —mencionó con incomodidad —, es tarde y debes descansar.
Harry levantó la cabeza de golpe y lo miró casi desesperado —¡No! No, espera. Mierda, esto es difícil, ¿de acuerdo? Solo dame un segundo, idiota.
Vio el momento exacto en el que una media sonrisa se posó en los labios de su dominante, sabía que le gustaba que siguiera hablándole con insultos. Mantenía todo casi normal.
El menor tomó un poco de aire antes de atreverse a mirarlo a los ojos —Antes que nada, me gustaría aclarar que... Bueno, no me acosté con ese chico, no sé en qué estaba pensando, iba a hacerlo porque, creo que sentí que debía. P-pero, no era así, y empecé a llorar y él me cuidó y nos quedamos hablando.
—Harry, realmente no importa si ustedes...
Volvió a negar casi horrorizado, su pecho acercándose por inercia —¡No! Es que, escúchame. No estoy diciendo esto porque no quiero que sepas que me acosté con alguien más o algo así, es porque de verdad no pasó nada.
—¿Estás seguro que no tomaste nada?
—¡Ese no es el punto! ¡Esto es tan difícil y no sé cómo hablarlo, no sé cómo vas a tomarlo y eso asusta!
Louis alargó su brazo para colocar un mechón de rizos rebeldes detrás de su oreja y limpió con su pulgar una lágrima que estaba atrapada en el lagrimal de su ojo derecho —Respira y continúa, te estoy escuchando, conejito.
Harry se distrajo al sentir el tacto sobre su piel y cuando al poner mayor atención en el rostro de Louis, logró ver la luz que entraba por la ventana cayendo sobre su bronceada piel, dándole un mudo brillo que lo hacía ver tan hermoso.
Hizo lo que le dijo, y después de respirar en silencio por un par de minutos, se sintió más relajado para continuar.
—El chico se llama Mitch, es un nuevo amigo, le conté algunas cosas y me aconsejó hablar contigo acerca de lo que quiero.
—¿Y qué es lo que quieres? Solo dilo y te lo daré.
Harry mordió su labio inferior con nerviosismo; para alguien a quien le era complicado expresar sus sentimientos, también lo era expresar sus necesidades.
—Quiero que tengamos monogamia... Sé que no somos pareja o algo así, pero después de lo que pasó hoy, me di cuenta de que no me siento cómodo estando con otras personas o con la idea de que tú estés con alguien más.
Podía notar la expresión seria en su rostro, pero sus ojos jamás mentían, lograba observar el alivio y la ternura en ellos. Se sintió mucho más tranquilo.
—Me parece bien, yo tampoco quiero estar con otras personas, y no me gusta la idea de compartirte.
Harry lo miró sorprendido —¿En serio?
Louis asintió antes de alcanzar una de sus manos y acariciar suavemente el dorso —Estoy bien contigo, no necesito a nadie más —casi sintió su pecho inflarse por el cálido sentimiento que esas palabras provocaron en su interior —, ¿algo más?
Respiró profundo nuevamente, quizás esa era la parte que más le asustaba.
—Quiero que vuelvas a dormir conmigo, que durmamos juntos cada noche y no solo cuando tenemos una sesión y debas hacerlo por el aftercare... A menos que tú no quieras, si ese es el caso lo entenderé, pero esto es importante para mí y me gustaría que lo consideraras.
Miró sus ojos intentando averiguar lo que estaba pensando, sin embargo, está vez tenía una expresión casi indescifrable, únicamente guiado por los hipnotizantes océanos que poseían sus ojos.
—Harry, yo nunca tuve problema en dormir contigo, dejamos de hacerlo porque tú lo pediste, y, si te soy honesto. te extrañaba, pero no quería incomodarte.
En ese instante sintió como si le hubieran quitado un gran peso de encima y le fue muy difícil no sonreír de alivio.
Pero aún tenía algo más que decir.
—Gracias —jugó con sus dedos evitando la mirada de Louis sobre él —. Y por último... Quiero disculparme por haberme portado como un idiota los últimos días.
Louis recargó su peso en su mano izquierda y lo miró con una sonrisa arrogante —Idiota sí eres, pero, ¿podrías ser más específico?
Harry frunció el ceño y le quitó la mano para que su cabeza cayera, soltó una pequeña risa al escucharlo quejarse, comenzaba a sentirse como al principio, su extraña familiaridad volviendo a pequeños pasos.
Cuando ambos terminaron de reír, se puso serio de nuevo y se enderezó en su lugar —Me refiero a que, me sentí inseguro por algo que me dijeron... Tú no tenías la culpa de eso y me desquité contigo.
—¿Inseguro? ¿Quieres hablarme de eso?
Tragó saliva. ¿Cómo se suponía que dijera que se sentía inseguro porque temía enamorarse de él y que Louis solo lo viera como su sumiso?
No podía.
Al menos aún no.
Negó e hizo aquel tic de rascar su nariz que Louis incluso ya había memorizado —No, eso no tiene que ver contigo, al menos no directamente.
—De acuerdo, pero si en algún momento quieres hablar de eso, puedes decirme.
—Gracias —su mirada cayó en la cobija que estaba a un costado de Louis; una pequeña punzada cruzó por su pecho. La tomó entre sus manos y se levantó —¿Vamos?
Louis asintió y ambos comenzaron a caminar hacia la habitación; Harry fue el primero en dirigirse al baño para lavarse los dientes y meterse a la cama.
Salió del baño en cuanto terminó y de inmediato se dirigió al closet para poder cambiarse.
Sintió su piel erizarse cuando Louis se acercó por detrás, aproximándose lo suficiente para apegar su pecho con su espalda, comenzó a acariciar sus hombros con suavidad —¿Ya estás feliz? ¿No hay nada más de lo que quieras hablar?
Harry negó mientras desabotonaba su camisa —No, ahora todo está en orden... ¿Hay algo de lo que tú quieras hablar?
Louis deslizó sus palmas por su cintura hasta alcanzar la abertura de su camisa —Déjame a mí —Harry quitó sus manos para dejarle el camino libre, recargando su cabeza en su hombro —, si tú estás bien yo estoy bien. Tenía las mismas inquietudes que tú.
Finalmente se sintió tranquilo.
Cuando terminó de desabrochar la camisa, bajó hasta llegar al botón de sus jeans y también desabrocharlo; con la otra mano alcanzó el pijama de Harry que según recordaba, se encontraba en el tercer cajón del clóset.
Tomó la camiseta del pijama y se la puso con cuidado, luego lo ayudó a ponerse el pantalón. El cuerpo de Harry se sentía tan dócil y maleable en sus brazos.
Como si él simplemente no permitiera a nadie más tocarlo de ese modo, y ahora se alegraba porque sabía que sería así.
Ahora más que nunca, sabía que ambos se pertenecían.
Depositó un corto beso en su cuello y se alejó un poco solo para darle la vuelta —Estás listo.
—Gracias —susurró con una pequeña sonrisa.
La mirada de Louis se desvió hasta caer en sus rosados labios, ligeramente hinchados por tanto que el nerviosismo lo obligó a morderlos. Quería besarlo.
Acarició el hueso de su cadera con los pulgares antes de alejarse —Acuéstate, voy en un momento.
Harry asintió caminando descalzo hasta llegar a la cama y meterse bajo las cobijas mientras Louis se aseaba y se ponía su propio pijama.
Louis intentó reprimir una sonrisa cuando al girarse para ir a la cama notó que Harry le había dejado un espacio en el lado derecho; con lentitud se metió a su lado sintiéndose tranquilo con el calor de las cobijas.
Se sorprendió cuando el menor se dio la vuelta para estar frente a frente y acomodó su flequillo con demasiada delicadeza.
Por inercia bajó las manos hasta sentir su cintura en sus palmas —¿Puedo? —cuestionó con un tono quedito mientras acariciaba su blanquecina piel.
Harry asintió y se acomodó para estar más cerca de él, tarareando gustoso cuando sintió los brazos de Louis envolverlo contra su pecho.
Estaría mintiendo si dijera que no se sentía en completa paz.
—Lou —susurró tan bajito que el castaño pensó que lo había imaginado, sino hasta que Harry lo repitió —, Lou...
—¿Si?
Se acomodó mejor contra su cuerpo y sonrió cuando al inhalar sintió el aroma de la colonia de Louis —¿Me vas a devolver mi collar? ¿Aún después de esto?
—Por supuesto —acarició ligeramente su espalda mientras pensaba en las palabras correctas —. A partir de mañana, cualquiera podrá darse cuenta de que eres mío.
—Lo soy, sí... Y tú eres mío.
Louis sonrió —¿Lo soy?
—Claro, voy a marcarte.
—¿Cómo lo harás? —preguntó con tranquilidad.
—Con plumón permanente, voy a esperar a que te duermas y escribiré mi nombre en tu frente.
Ambos rieron cuando Louis le dio un juguetón golpe en el trasero —Eres un idiota, arruinaste el momento.
Harry pellizcó su piel mientras retenía una risa —¿Era un momento?
—Sí, uno lindo.
Hizo un pequeño puchero antes de responder —Que lastima. Un momento no parece suficiente.
Louis pareció congelarse por un segundo —¿Harry? —el rizado se quejó bajito mientras se acomodaba de una forma más cómoda en su pecho —, ¿Harry?
Soltó una pequeña risa —¿Qué? Cállate, idiota. Quiero dormir —aunque era una frase agresiva, el tono juguetón en su voz delataba que bromeaba.
—Solo quería decir, que también me parece muy poco un momento.
—Hmm entonces tengamos más.
—Sí, esa idea me gusta.
Harry golpeó su brazo con muy poca fuerza —Ahora déjame dormir, ¿que no estabas jodiendo con que debía descansar? Te voy a mandar al sofá otra vez.
Louis rio y asintió ya con los ojos cerrados —Buenas noches, conejito.
—Buenas noches, Lou.
16 de julio
Fue despertado por uno de los rizos de Harry picando en su barbilla.
De todas las veces en que había despertado junto a él, nunca se sintió tan tranquilo como ahora.
La conversación de la noche anterior no paraba de repetirse en su cabeza, las palabras decididas de Harry pero con aquel tono que aún demostraba nerviosismo; era casi cómico.
El hecho de que él finalmente le hubiera expresado con exactitud lo que quería aún lo tenía un poco confundido, pero estaba tan feliz por eso que no creía que existiera un mejor momento para devolverle su collar.
El chico aún respiraba con tranquilidad sobre su pecho, a pesar de que su cuerpo era más grande que el suyo, lo único que quería en esos momentos era protegerlo. Como si un gato pudiese cuidar a un león.
Se dio cuenta de que sus brazos aún estaban a su alrededor, sinceramente, no sentía el izquierdo; cosquilleaba y también dolía mucho por haber pasado toda la noche en esa posición.
Se quejó bajito antes de deslizar el brazo para estirarse un poco. Harry se despertó de inmediato.
—¿Ya te vas? —murmuró con voz ronca.
Louis negó mientras acariciaba su cabello con la otra mano —Es domingo, hoy no trabajo. Por eso tu sesión es hoy.
Bostezó mientras se tallaba un ojo con la mano hecha puño —Estoy cansado.
—¿Quieres que la pasemos para mañana? Puedo pedir el día.
Harry negó y recostó su mejilla sobre el pecho del dominante —No, solo dame cinco minutos más.
—Te recuerdo que debes hacer el desayuno tú.
Louis rio cuando Harry le pellizcó el costado —Mierda, ¿por qué justo cuando estás empezando a caerme bien debes arruinarlo?
—Ya te caigo bien —aseguró con una sonrisa arrogante.
—No, me caes muy mal, idiota de mierda.
—Si fuera así, entonces no habrías dormido sobre mi pecho.
Harry agradeció que él no pudiera verlo en eso momento, porque estaba cien por ciento seguro de que tenía las mejillas rojas —Imbécil.
Louis deslizó su mano por toda su espalda hasta posarla con cuidado sobre la curvatura de su cintura —Levántate, Harry.
—No me lo haces fácil.
—Levántate —ordenó, las esquinas de sus labios elevándose cuando fue obediente de inmediato, su mano aún firme en su cintura y Harry sentado en sus propias pantorrillas —¿Por qué no quieres que te vea sonrojar?
Harry mordió su labio inferior y desvió la mirada —Porque aumenta tu ego.
—Creí que decías que eso ya no podía aumentar.
—Bueno, después de todo, creo que los límites sí cambian.
Louis sonrió satisfecho con su respuesta y le dio un leve golpe en los muslos —Harry.
—¿Si?
—Ve a hacer el desayuno.
Harry inmediatamente le mostró el dedo medio y se levantó de la cama —Vete a la mierda.
Volvió a reír cuando mantuvo el gesto en su mano incluso aún después de salir de la habitación.
Le encantaba que Harry no se cohibiera de insultarlo, porque le gustaba, mucho. Se sentía como una relación d/s mucho más especial.
Cualquier otro dominante se molestaría ante esos insultos y pequeños desplantes de mal humor, sin embargo, él incluso amaba molestarlo solo para verlo hacer ese tipo de cosas.
Se levantó sintiendo su cuerpo ligeramente pesado y entró a la ducha después de desnudarse.
Mientras limpiaba su cuerpo, su mente no dejaba de pensar en la sesión de hoy. Tenía todo perfectamente planeado, cada detalle, cada momento, incluso como pensaba que Harry reaccionaría.
Y conociendo a su sumiso, en definitiva iba a gustarle.
Cuando estuvo listo, salió de la habitación y pensó en limitarse únicamente a sentarse en la mesa como había estado haciendo durante los últimos días.
Pero ayer habían hablado, se suponía que estaban bien, ¿podía permitirse acercarse mientras cocinaba?
Louis no era de las personas que se quedaban con la duda, en especial cuando era algo que deseaba mucho, por lo que pronto se encontraba caminando en dirección a la cocina.
Se acercó cautelosamente y se recargó en el umbral de la puerta. Aclaró su garganta para hacerle saber que estaba ahí.
Harry dio un pequeño saltito al asustarse, aun así, giró un poco la cabeza para mirarlo y sonreírle —Hey.
—¿Puedo? —preguntó refiriéndose a lo que estaba rondando por su mente. Harry entendió con una rapidez increíble.
Aun así, pareció pensárselo por un momento, sin embargo, terminó asintiendo. Y estuvo feliz con su decisión cuando sintió las manos de Louis en sus caderas y su pecho contra su espalda, mirándolo sobre el hombro mientras cocinaba.
—Esto es incómodo, no me dejas moverme.
—¿Quieres que me quite?
Harry torció un poco los labios mientras cortaba un poco de queso —No, me gusta.
—Bien —y con eso Louis se relajó lo suficiente como para apoyar su barbilla en el hombro de su sumiso mirando los movimientos en sus manos.
Harry tenía razón, era algo incómodo, pero a ambos les gustaba; al rizado le gustaba porque le hacía menos sufrible el tener que cocinar y a Louis le gustaba porque sabía eso; y a él realmente le encantaba darle tranquilidad a su sumiso, además, adoraba la cercanía, el contacto físico, cualquier cosa que lo hiciera sentirse cerca de él.
En momentos como ese, ninguno decía nada. No era necesario, simplemente eran los dos con aquella aura de serenidad que los rodeaba. Tan diferente a la que tenían en días anteriores.
Ambos estuvieron felices de estar de vuelta.
Louis ya no tendría que dormir solo.
Y Harry ya no tendría que extrañar su calor.
Louis besó con lentitud su cuello, observando la piel blanquecina, pensando que faltaban marcas en ella.
Él las haría.
Cuando Harry terminó el desayuno, Louis le dio dos platos y él los sirvió con sumo cuidado. Cada uno tomó el suyo y caminaron al comedor.
Harry regresó por un momento para buscar algo de jugo de frutas en el refrigerador y después de servir un poco en dos vasos, regresó al comedor para sentarse frente al castaño.
—Harry.
El menor lo miró atento mientras tomaba un poco de jugo. Louis prosiguió.
—¿Aún quieres intentar el pet play?
Harry casi se ahogó.