Mini-maratón 2/3
Luke
Ya tengo la idea preparada.
Y creo que le va a encantar.
Emma
Me estoy estresando.
Y la yo estresada es... difícil de manejar.
A ver, yo no sé qué le ha dado a todo el mundo con decirme: que afortunada o felicidades. Y es que me estoy volviendo loca. Primero, porque no te go ni idea de que hablan, y segundo...¡PORQUE NADIE ME LO QUIERE CONTAR! Es una mierda que todo el mundo sepa un chisme menos tú. He intentado sabotear a Elisa para que me lo cuente, ¡pero ni ella quiere!
Por eso, he cogido venganza y no me he hablado con nadie hoy. Ni con Luke, Jack, Jana... con nadie. He estado sola, y no ha estado tan mal. A la hora del recreo, me voy a las gradas a mi lugar preferido, pero está ocupado. Mierda, ese chico no sabe lo que le espera. Mi paciencia es poca y como no levante el culo de ahí a la primera, se las va a ver. Y lo peor, es uno de los amigos del tal Pablo al que le di una paliza.
—Hola—saludo para ser educada—, em...estás en mi sitio y te quería pedir que...
—¿Me quitara?—dice señalándose a sí mismo—. No, ni de coña. Este es uno de los mejores sitios.
—Por eso mismo.
—¿Y porque tendría que levantarme?
—Porque he tenido un día de mierda. Estoy agotada y la paciencia que me queda no es mucha, así que, por favor, ¿podrías dejarme sentar ahí?
Él niega con la cabeza.
—Tus problemas me importan un culo, guapa. Ahora lárgate, zorra.
Respiro hondo, tratando de calmarme.
—¿Como me has llamado?—digo, ya sin paciencia.
—Zorra—dice poniéndose de pie—. ¿O prefieres puta?
Le pego un puñetazo con todas mis fuerzas en la mandíbula. Se lo he advertido y no me ha hecho caso así que...ahí tiene.
That's my girl.
—Auch—se queja.
—Lárgate ahora mismo porque sabes perfectamente de lo que soy capaz. Andando.
Sorprendentemente, me hace caso. Me siento y saco mi libro, mi merienda y mis cascos. Me encanta relajarme y estar sola.
Bueno...hace treinta segundos no estabas relajada.
Jódete conciencia.
Cuando terminan las clases, ahora sí que voy a buscar a Elisa, a ver si se le ha quitado un poco lo de estar rara.
Pero parece que no.
—Hola—saludo, suspirando.
—¿Donde has estado? Me has dejado sola. Bueno, eso da igual. Estoy súper súper emocionada y contenta. Es que no te lo vas a creer de verdad...
—¿Creer que?—pregunto.
Por favor, que suelte ya el chisme.
—Nada. Emm...vamos. Sí, eso, nos vamos—y sigue andando con una sonrisa.
¿¡PERO QUE COJONES LE PASA A TODO EL MUNDO?!
Respiro hondo y la alcanzó para montarnos en el coche de...¿Jack?
—¿Donde está Luke?—pregunto bajito.
—Tranquila, Julieta, tu Romeo tenía que hacer algo con alguien y nos ha pedido que te llevemos a casa.
Asiento, pero no puedo evitar sentirme rara al no ir en el asiento de copiloto con Luke al lado. Oh no, ¿y si le ha pasado algo? ¿O a alguien de su familia? ¿Y si ha sufrido un accidente? ¿Y si ya no me quiere recoger porque soy una pesada? ¿Y si ya no quiere ser mi amigo? ¿Y si...?
¡Para ya! No sabemos lo que pasa con él si no le escribes, pedazo mema.
Ah, claro. ¡Graciaaas!
Siempre disponible para ti.
Saco el móvil de mi bolsillo de mi pantalón y abro el chat. Le mando unos mensajes a Luke para saber si está bien, pero cuando me dejan en casa no ha respondido todavía. Me empiezo a preocupar un poco, así que, para distraerme, le digo al aparato de Amazon que ponga el álbum de Olivia Rodrigo por todo lo alto. Canto y bailo mientras preparo mi comida y, cuando termino, me voy al sofá y sigo viendo Las Chicas Gilmore. Ya casi me la voy a terminar pero, por suerte, ya sé que serie verme cuando la termine.
Luego, subo a mi habitación para prepararme para el entrenamiento de gimnasia. Cuando estoy lista, vuelvo a revisar el teléfono y sonrío al ver que tengo unos mensajes de Luke.
Luke<3: Hola espía.
Siento no haber ido esta mañana,
y siento decirte que tampoco puedo
recogerte y llevarte a gimnasia.
Luke<3:Pero tranqui, que
he hablado con Jana y te va a recoger
ella. Perdóname infinitamente porfaplis.
Emma: Tranquilo chofer, solo te
voy a despedir. Es bromi jeje.
Emma:Me alegro de que
me hayas encontrado una
solución.
Emma: Y estás perdonado
infinitamente.
Emma: Avísame si
necesitas algo.
Bloqueo la pantalla y salgo de casa ya que Jana está fuera esperándome con las demás. Y resulta que estas también están raras. Parece que también saben el chisme que YO no sé. Esto es una mierda.
Mientras Marina, Naya y Jimena hablan sobre el chisme que desconozco, pongo la radio. En diez minutos llegamos al pabellón. Por suerte, en el entrenamiento si se concentran. Estaba estresada por si no trabajaban y hablaban. Estamos en la época donde nos tenemos que esforzarnos mucho para que nos hagan la prueba de si podemos ir a los Juegos Olímpicos. Espero que este año si se pueda.
Al terminar las clases, vamos todas al coche de Jana otra vez. Frunzo el ceño al ver que tomamos un desvío hacia otro lado. Específicamente hacia el mirador.
—¿Porque estamos yendo al mirador?—pregunto.
—Si piensas que es porque te vamos a tirar por el balcón, no es eso—bromea Jimena.
—No la hagas caso—dice Jana.
Aparcamos más abajo del sitio especial que tenemos Luke y yo. Bajo del coche y me encuentro a todas y todos mis amigos están en un semicírculo grabándome con el móvil. Frunzo el ceño—otra vez—, pero al final sonrío. Hay que quedar bien en el vídeo.
Por lo alto, veo que una pelota de gimnasia rítmica viene hacia mí, así que la recojo de una manera guay y la examino. Veo que tiene una nota pegada, así que la leo.
Sigue el camino de
velas.
Miro a mi derecha y, efectivamente, hay un camino hecho de velas. Dejo la pelota en el suelo y camino hacia allí. Las velas van directamente hacia el lugar especial.
Hay que hablar con Luke para ponerle un nombre,
Buena idea. Apuntalo.
Hechoooo.
Sigo caminando, hasta llegar a lo alto de la colina. Creo que nadie me sigue, pero me da igual al ver a Luke con una pancarta que pone:
¿Irías al baile conmigo?
Me tapo la boca con la mano de la emoción y me acerco hasta él. Creo que estoy llorando. Sí, estoy llorando. Me seco las lagrimas. Él me sonríe y deja la pancarta en el suelo. Me seca otras lagrimas que se me han salido con los pulgares y sonrío.
—Emma James Brown—empieza—. ¿Irías al baile de invierno conmigo?
Mierda, ¿esto iba en serio?
Parece que sí.
Asentí con la cabeza porque las palabras se me atascan en la garganta de la emoción y alegría. Lo abrazo por el cuello, y Luke me lo devuelve rodeándome la cintura con los brazos. En lo único que pienso es en que se ha esforzado en poner cosas que me gustan; el detalle de la pelota, las cosas románticas—como lo de las velas— y que me lo haya pedido en nuestro lugar especial. Porque eso es, nuestro lugar.
Me separo un poco y le doy varios besos sonoros en la mejilla. Lo miro a los ojos, pero siento que algo me abraza por detrás y me giro. Es Elisa. La abrazo de vuelta y luego llegan las demás. Nos abrazamos en grupo y siento mucha alegría. Alegría de tener gente como ellas; que me apoyan y se preocupan por mi. Nos separamos y miro a Luke. Me sonríe y yo lo hago de vuelta.
—Bueno—dice Elisa—, ahora tenemos que buscar un vestido.
[* * *]
Es miércoles por la tarde y Elisa, Jana y yo estamos en el centro comercial. Ayer se disculparon porque ese era el súper chisme que todo el mundo sabía menos yo. Cuando se lo conté a mamá y a papá, se alegraron mucho. Olivia también, pero Mateo no tanto. No sé cómo puede tenerle manía a Luke si ni siquiera lo conoce.
Nos dirigimos a la tienda donde había ido con Elisa a comprar vestidos por mi cumpleaños. Entramos y una chica llamada Paris nos pregunta si nos puede ayudar en algo. Mis dos amigas van con ella, mientras yo me voy a otro pasillo sola. Prefiero ir mirando las cosas yo misma, con mi tiempo.
A ver, repasemos mi idea para el vestido. Quiero que sea rojo. Tiene que ser rojo. ¿Porqué? Porque a Luke le gusta como me queda el rojo. Además, a mi también me gusta como me queda, es bonito.
Me paso la siguiente media hora buscando y buscando. Hay unos vestidos de color rojo muy bonitos, pero no son lo que busco. Me estoy empezando a poner nerviosa porque si no encuentro el vestido hoy, no puedo ir al baile. El jueves tengo volley y el viernes es el evento.
Me llega un mensaje de Elisa diciendome que vaya a los probadores para que le dé mi opinión sobre su vestido. Camino hacia allí. Me encuentro a Elisa con una funda. Entra al vestuario y unos minutos después, sale con un vestido azul súper bonito.
—¿Que tal?—dice dando una vuelta sobre si misma.
—Es precioso, de verdad. Te queda muy bien.
—Pues me lo llevo. Oye, ¿has encontrado el tuyo?
Niego con la cabeza.
—Ya lo encontraré—digo yo.
Me sonríe y vuelve al vestidor. Miro a mi lado y a la derecha sale una chica castaña con un vestido azul marino. Dió una vuelta sobre sus talones y un chico a su lado la mira con un destello en los ojos.
—¿Te gusta?—pregunta ella.
—Bueno, a mi me gustas tú—dice el chico y ella ríe--, pero te queda genial.
—Gracias—le da un beso al chico—pero no me gusta tanto, no me lo voy a llevar.
—Sí es lo que quieres...no pasa nada. Buscaremos un vestido que te guste para el baile.
La chica, sonriente, le da un beso al chico y vuelve al vestuario.
Sonrío por inercia. Me recuerdan a los libros de Wattpad donde el chico le dice cosas cursis a las chicas y esas cosas. Pero, ahora que lo pienso, el vestido de la chica es justo lo que estoy buscando, pero en otro color. Veo como la pareja le entrega el vestido a una dependienta.
Me decido y voy al mostrador donde está la trabajadora.
—Hola—empiezo.
—Hola.
—Umm...ese vestido...¿lo tienes en color rojo?
Ella mira el vestido y vuelve a subir la mirada a mis ojos.
—Déjame hechar un vistazo—y con eso, pasa por mi lado para entrar por una puerta que dice solo personal autorizado.
Cuando la chica entra por la puerta, Elisa y Jana aparecen a mi lado. Jana lleva la funda y por un hueco puedo ver que el vestido es de color verde.
—¿Has encontrado el vestido que querías?
—Encontrar...digamos que no. Se lo he visto a una chica y era justo el que buscaba. Se lo he pedido a la chica para que me lo trajera en rojo—explico.
—¿Y porque rojo?—pregunta Jana.
—Porque Luke piensa que el color le queda sexy—dice Elisa acompañada de una sonrisa.
—Aquí tienes—nos interrumpe la dependienta.
Cojo el vestido rojo y lo alzo para que mis amigas lo vean. Es un vestido "suelto" por la parte del pecho y se ajusta de las costillas a las caderas. El resto, cae en tela de seda hasta el suelo con una apertura en la pierna izquierda. Es perfecto.
—Esperadme aquí, me lo voy a probar.
Ellas asienten y me meto en el probador. Me pongo el vestido y me miro al espejo. Me queda como anillo al dedo. Salgo de allí y me encuentro a mis mejores amigas con la boca abierta. Doy una vuelta sobre mi misma para que se vea entero.
—¿Y bien?—pregunto ya que no dicen nada.
—Es...wow—dice Jana.
—Es precioso—dice Elisa.
Hago una reverencia de princesa.
—¿Me lo llevo o no?—pregunto mordiéndome el labio.
—Te lo llevas como que me llamo Elisa Myers Meing. O te lo llevas, o te lo hago llevar. Tú decides.
—Me lo llevo.
Me doy la vuelta y me cambio. Vamos a pagar los vestidos y siento que me he quitado un peso de encima.
Luke
—¿En serio hay que hacer esto?—pregunto cansado.
—Claro hijo, todos los hombres llevarán corbata.
Estoy con mi madre en una tienda de smokings, trajes, corbatas y todas esas cosas. Mamá se ha empeñado en venir a comprar una. Coge dos corbatas de distintos colores y las alza.
—¿Roja o azul?
De algún modo, sé que Emma habrá escogido el rojo para su vestido.
—Rojo.
—¿Estás seguro?
—Sí.
—De acuerdo.
Pagamos y decido invitar a mi madre a un helado. Vamos hacia el local y pago los helados una vez pedidos están. Nos sentamos en una mesa.
—Bueno hijo mío, cuéntame sobre esa muchacha.
—Bueno, no hay nada que no sepas.
—No sé su físico.
La miro y me meto una cucharada en la boca.
—Tiene el pelo negro y los ojos azules. Son preciosos, al igual que ella. Tiene la piel blanca. Como pálida, pero sin serlo. Tiene las manos pequeñas a comparación de las mías y su personalidad es...buah. Es maja, se preocupa por los demás, tiene buen carácter, se defiende muy bien sola...no lo digo como si describiera a una persona cualquiera. No, la describo como es, maravillosa. A veces pe pongo a pensar en la decisión que tomé y siento que la he cagado.
—No debiste hacerlo, pero ya no hay vuelta atrás.
—Ya...¿podemos cambiar de tema?
—¿Has podido ver a Nuria?
—¿A mi hermana? Casi que no. Entre los estudios y los entrenamientos, no me da casi tiempo.
—Deberías sacar más tiempo.
—Sí. El otro día estuve hablando con ella a la hora de cenar y, no sé cómo, terminamos hablando de Emma. Ya sabes que a Nuri le encanta la gimnasia, al igual que a ella, y siempre me pide que se la presente para que le pueda enseñar algo.
—Seguro que ella lo hace encantada. Emma parece buena persona.
—Lo es—concuerdo con ella—. Se lo comenté y me dijo que lo haría encantada, pero que primero debían de acabar los exámenes y las competiciones para poder estar tranquila y tener más tiempo para ella.
—Que maja. Pero algún día tendrás que presentármela a mi también.
—Lo haré, mamá.
—Oh, y cuando lleguemos a casa, te enseñaré a bailar el vals.
Bueno, al final aprendo en media hora a bailar un vals.
No es tan difícil, o al menos para mi. Al principio es un poco lioso, pero le vas pillando el tranquillo.
Ahora sí que puedo decir que estoy listo para el baile.
Hooooolaaaaaaa. ¿Como estáis?
A ver, este capítulo también es una caquita, pero el del baile...no sabéis lo que se viene.
Espero que estéis bien y no os estéis muriendo de calor como yo.
Por cierto, si no he explicado bien lo del vestido de Emma, os dejo aqui las fotos. El de color beige es como el estilo y el largo, y el rojo (que es el que está arriba del todo)es el color.
Ahora sí, os dejo para que leáis el siguiente capítulo.
Besoooos💋💋💋
11/07/23 0:04