CRECER ━ JAEDO

By ZHONGPHILIA

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"¿para qué era que jaehyun quería crecer? ah sí, para follarse a su hyung." ꗃ fanfic jaedo ( jung jaehyun +... More

introducción.
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By ZHONGPHILIA

Cada escalón que subía, contrastaba a la perfección con el palpitar agitado de su corazón emocionado, cada segundo que lo miraba, caminando frente a él y dirigiéndolo a su habitación, se preguntaba de nuevo si todo era real, porque si no lo era, no le importaría seguir dentro de esa mentira.

Bien, debía tranquilizarse un poco y dejar de exagerar demasiado las cosas, aún cuando estaba tan susceptible ante cualquier acto que se relacionara con Doyoung. Si deseaba que las cosas salieran bien, primero debía tomárselas con calma, llenarse a sí mismo de energía positiva, o por lo menos de la idea de que no echaría todo a perder por cualquier tontería no pensada. Y lo demás, simplemente dejar ser, dejar pasar.

"Esta bien, Jaehyun. No es la gran cosa, sólo debes tranquilizarte y actuar con naturalidad, él seguro lo recuerda, ¿no? claro, seguro que sí..." Jaehyun no sabía si lograba convencerse con sus mantras, pero por lo menos él mismo debía darse ánimos.

Y sólo para tentar un poco más la situación, ¿de qué se supone que hablarían estando solos? ¿no podría mejor besarlo y ya? es decir, no podía pensar en muchos temas de conversación, podía pensar en muchas otras cosas, pero la verdad era que él y Doyoung eran básicamente, y efectivamente lo eran, unos desconocidos. Aunque bueno, Jaehyun no sentía que eso fuera muy cierto para él, porque se sentía tan cercano a Doyoung, tan cercano como nunca lo ha sido. Consciente estaba de que las cosas no eran así para su mayor, para nadie quizá, pero eso no le impedía el derecho a sentir todo lo que sentía.

—Tengo aquí las cosas que quería mostrarte — Doyoung terminó con el silencio que se había estado extendiendo por todo el pasillo hasta la entrada de la habitación, denotó una emoción renovada, que buscaba ser contagiosa para Jaehyun, porque en realidad lo estaba, estaba emocionado por todo —encontré los dibujos que hicieron acerca de lo que querían ser de grandes, mi mamá me pidió que los guardara antes de que me fuera...

Doyoung entró a la habitación con una sonrisa en el rostro, Jaehyun lo miraba muy entusiasmado, y eso, sin medida, lo llenaba de una cálida sensación. Le siguió los pasos, cerrando la puerta una vez que se vio dentro de la recámara, y se sintió visitante en un mundo nuevo y al mismo tiempo tan suyo.

Observó las paredes del cuarto, pintadas de un color arena demasiado claro, casi opacado hasta el punto de parecer que se resquebrajarían ante cualquier mínimo roce, el enorme armario blanco estaba ahí aún, igual de antiguo de como lo recordaba y lleno de cosas viejas que nunca pudo revisar, las cortinas estaban abiertas al igual que la ventana, la cama tenía un juego de sábanas diferente, hacía mucho tiempo que no entraba a la habitación de Doyoung. Y el lugar no había hecho más que recuperar su esencia con su presencia, lo necesitaba. Todo se miraba mejor a su parecer, se creaba una sola idea, y era que ese espacio le llenaba los sentidos de la compañía de Doyoung, ahora más que nunca, y lo disfrutaba.

Se quedó de pie junto a la cama, Doyoung tenía sobre ésta muchas cajas, y ahora notaba que el lugar estaba un poco desordenado, ropa y zapatos por el suelo y el armario saqueado, presentando que de verdad había estado instalándose. Él recordaba ciertas ocasiones, en las que se escapaba de su casa, sin intenciones de molestar a la familia de Sicheng y venía en busca de la señora Kim, ella conocía la historia, y estaba segura de que nadie iría a buscar a Jaehyun, así que simplemente lo recibía, y varias veces había dormido ahí, en el cuarto de Doyoung. Su pecho se llenaba de amargos recuerdos, pero al mismo tiempo de una curación y un consuelo que necesitó y que le fue brindado sin dudas.

—Aquí están, mira... — Doyoung sacó de una caja de cartón algo maltratada, varias hojas con los dibujos que tantos recuerdos representaban, se miraban viejos, y efectivamente, Jaehyun recordaba eso, vagamente de algunos, de otros un poco más.

—Ah... — Jaehyun sonrió, de pie junto a Doyoung tomó una de las hojas un tanto arrugadas y la examinó detenidamente durante varios segundos, de repente había viajado un poco en el tiempo, porque tenía la ligera sensación de recordarlo todo, y al mismo tiempo de haberlo olvidado por completo.

Doyoung sonrió al escucharlo suspirar, y levantó la mirada para analizar su reacción. Esa forma que tenía de arrugar sus ojos al sonreír tan ampliamente, que terminaba haciéndolo parecer como un conejito no había cambiado para nada, le causaba gracia e incluso ternura poder tener la capacidad de darse cuenta de esos pequeños detalles que debían ser atesorados para poder sentir que el tiempo nunca había pasado, no podía evitarlo, se le llenaba el pecho de una sensación muy cálida.

—Este es de Sicheng... — Jaehyun sintió una nueva clase de nostalgia cuando sus dedos acariciaron la hoja vieja, los colores y los dibujos estaban tan intactos, e incluso los garabatos de Sicheng que representaban las letras de su nombre. Todo en conjunto le hacía sentir que había sido hecho tan sólo el día anterior, y no ocho años atrás —recuerdo que quería ser de todo cuando creciera... — Jaehyun rió suavemente, observando cómo era Sicheng de buen dibujante, era un talento que había acrecentado con el tiempo y él había sido testigo de ello.

—Y que tu le decías que no podría, y luego comenzaban a discutir... — agregó el mayor, sonriendo igual, revisando en la caja demás cosas que los llenaban de recuerdos.

Jaehyun se sintió agradecido hacia Doyoung, porque tenía mucho tiempo sin pensar en Sicheng, sin alguna clase de incomodidad. Ahora simplemente lo tenía ahí entre sus manos, la memoria de como fue el niño que lo aceptó ante todo y que todo aceptó. Jaehyun dejó de regreso el dibujo dentro de la caja y se dispuso revisar las demás cosas junto a Doyoung. Se encontró con unos dibujos suyos, que en realidad le parecían horrendos ahora más que nunca.

—Observa esto, ¿me dibujé a mi o a una especie de ratón?... ¿en qué estaba pensando, por qué no me detuviste, hyung? — Jaehyun se quejaba divertido, observando sus propios dibujos, sin mucha forma y mal coloreados, ni siquiera podía pintar dentro de la línea, ya no recordaba qué intentó hacer en esa hoja.

—Porque eras sólo un niño, no podía sólo decirte lo feo que dibujabas — Doyoung contestó, con el mismo tono de diversión para la situación. Jaehyun rió en su compañía, guardando sus dibujos hasta el final de la caja para así no tener que verlos más —pero aquí hay también unos cuentos que escribiste...

Doyoung sacó una pequeña pila de papeles, parecían cartas y diferentes certificados, tuvo que tomar asiento en la orilla de la cama para dejar los papeles sobre sus piernas y no tirarlos, ahí empezó a revisarlos uno por uno sin prisa. Jaehyun se permitió sentarse a su lado en la cama, leyendo también lo que las hojas decían, llevado por su curiosidad.

Así, después de unos segundos sentados, levantó su mirada de las hojas sólo para observar el perfil del rostro de Doyoung disimuladamente, se miraba demasiado concentrado como para prestarle atención, y tuvo que sonreír, porque la felicidad no podía tenerlo más a su merced. Daría muchas cosas, si no es que todo, por tan sólo pasar más momentos así a lado de Doyoung, en los que pudiera tenerlo tan de cerca y poder contemplarlo sin interrupción, sintiéndose libre de que sus ojos lo aprendieran de memoria, sintiendo tan suyo un simple segundo sentado a su lado.

—Creo que este es uno... — Doyoung tomó una hoja doblada de cuaderno, la abrió, y ambos corazones se detuvieron por un instante, ante lo que decía la hoja:

"Me gustas mucho, Doyoung hyung"

Sintió como si hubiese olvidado por completo cómo doblar una hoja de papel, pues de repente se había empezado a sentir nervioso de la nada, al leer esa sencilla oración. Jaehyun leyó lo que la hoja decía, y se sintió de la misma manera, porque no podía creer de lo que se trataba, era la nota que le había hecho cuando era un niño, donde le pidió que fuera su novio.

Pasaron unos segundos, segundos que ambos sintieron eternos, ¿no debían ahora reírse de eso y tomarlo como un tierno recuerdo? bien, Doyoung así pensaba. Y Jaehyun, él sólo estaba intentando calmarse para que Doyoung no escuchara lo agitado que su corazón estaba, estando sentados así, tan de cerca, se percataría de cualquier cosa que hiciera o dijera, y casi podía sentir que de cualquier cosa que pensara también.

Trajo a su mente aquel día, en el que Doyoung había dicho que no podían ser novios porque él era demasiado pequeño para estar con alguien tan mayor como él. Sí, eso lo recordaba bien, de eso no tenía la sensación de haberlo olvidado, o de haberlo guardado, eso lo tenía muy presente, y casi sentía que había sido ayer cuando escribió aquella carta, cuando ayer le había pedido que fuera su novio, cuando ayer había sido rechazado.

—Esto... — la voz de Doyoung se escuchó después de un largo silencio, acompañada de una tímida sonrisa, ambos habían congelado sus miradas en ese pedazo de papel viejo, en esa frase tan significativa, en ese recuerdo tan latente — ¿lo recuerdas?...

Y Jaehyun no podía decir que no había estado esperando siempre por esa pregunta, ¿qué si lo recordaba? había estado pensándolo cada segundo desde que supo de su regreso, cómo podía siquiera existir duda, ¿por qué no lo haría si se lo prometió, si todo fue siempre tan real para él?

—Sí... — no esperaba que su voz saliera tan carrasposa, y que de repente se encontrara tan nervioso de hablar, de moverse, de siquiera respirar, no quería arruinarlo, no quería echar a perder ese momento, esa sensación. Una de sus manos tomó con fuerza la sábana de la cama, porque de repente había sentido que caería en cualquier momento aún estando sentado; si esa adrenalina que estaba sintiendo, si la anticipación de esa espera no era por la veracidad de sus sentimientos, entonces no sabía que más podría ser.

Doyoung soltó una pequeña risa, una nerviosa, que simplemente buscaba deshacerse del pequeño hilo de tensión que se había formado entre ambos dentro de esa habitación, que ahora mismo los sumergía en un mar de memorias y sentimientos.

—Fuiste muy tierno — Doyoung no sabía qué más decir, no era que hubiese estado ensayando para ese momento. A decir verdad, esperaba que sólo fuera un recuerdo que no tocaran, de no ser por la pequeña carta...

Jaehyun no supo qué contestar tampoco, no sabía sí eso era una cumplido, una burla inofensiva o un "vete haciendo la idea de que no te tomé en serio porque solo eras un simple niño que quería jugar a los novios y hacerme perder el tiempo" porque si de la última opción se tratase, simplemente no lo soportaría.

"¿Qué fui muy tierno?..." ¿eso era todo lo que tenía por decirle? ¿de verdad lo era?

Jaehyun tragó saliva al sentir su boca seca, sus manos aferradas al borde de la cama y su mirada fija en la carta; no se trataba sólo de que fue "muy tierno" o de que la carta significaba un recuerdo muy inofensivo de un niño y su primer amor, se trataba de que Doyoung le había dicho que lo esperaría, y no estaba dándose cuenta de eso, no lo recordaba, no lo estaba haciendo.

—Hyung... — Jaehyun abrió sus labios, como quien estuviese listo para decir todas las verdades existentes del mundo, pero lucía más como quien tuviera miedo de derrumbar un  castillo de cartas con sólo un suspiro —t-tu... ¿tu lo recuerdas también?

Y no sabía si sus palabras sonaron como las de alguien ansioso de su triunfo, o como las de alguien esperando por el anuncio de su fracaso. No quería seguir sintiéndose así, porque era desagradable, porque se había propuesto tiempo atrás dejar de ser débil, y todo eso, así lo hacía sentir. Quería una respuesta, y la quería ya. No quería seguir esperando, lo necesitaba ya.

—Claro, tu... me preguntaste si quería ser tu novio... — el corazón de Jaehyun se aceleró, recibiendo con fervor cada mínima posibilidad de victoria. Doyoung dobló la carta entre sus dedos, y levantó la mirada hasta ver a los ojos de Jaehyun, se encogió de hombros, Jaehyun en cambio, sintió su corazón encogerse —cosas de niños, ¿no?

Doyoung había sonreído un poco, sus labios jamás habían formado una sonrisa que lastimara tanto, Jaehyun jamás creyó sentir dolor al verlo sonreír. Y se enteró de que en verdad, él no creía en sus sentimientos.

Se quedó ahí, sentado e inmóvil cuando Doyoung se levantó de su lado y comenzó a guardar todas las cosas expandidas por la cama, guardó todo de regreso en la caja, entre ellas, su carta, y con ella toda la paciencia que había estado construyendo desde que lo tuvo en frente, quizá también un pedazo de su corazón.

—Cosas de niños... — Jaehyun bajó la mirada, hasta sus manos entre sus piernas, jugó con sus dedos, o no sabía si en realidad estaba aplazando todo lo que aquellas simples palabras habían hecho surgir en él.

— ¿Quieres comer algo? — Doyoung terminó de guardar todo, no escuchó el murmuro de Jaehyun, por supuesto que tampoco se percató de su cambio de actitud, porque él no lo sabía, él aún no sabía nada de lo que estaba pasando.

—Es que no eran sólo cosas de niños, hyung... — Jaehyun esta vez habló con voz más alta, no como alguien decidido, sino como alguien que de repente estuviese encontrando el valor que perdió.

Su pecho estaba lleno de una amarga sensación, ¿eso era todo? ¿que Doyoung le dijera eso y ahora tener que pretender que nada pasaba por su cabeza, que no estaba sintiéndose impotente y desilusionado? de repente nada había pasado, de repente él no lo había esperado por ocho años, de repente él no era un niño tonto que se adueñó de falsas ilusiones en dependencia de la vida de alguien más, sintiendo que tenía la obligación de cumplirle sus sueños.

"No es justo, esto no es justo..." ahora sólo  sentía que todo lo que alguna vez hizo mal, le era devuelto de la peor forma, y que no tenía derecho a llorar, a sentirse tan mal, porque en el fondo, algo como eso siempre supo que podía pasarle, ¿por qué si estaba preparado dolía tanto?

Doyoung lo miró curioso ante sus balbuceos, creyó escuchar mal, creyó que Jaehyun no había dicho lo que dijo. Quiso preguntar qué había dicho, pero en ese momento lo invadía la actitud de alguien que sólo quería huir de una situación incómoda. Observó a Jaehyun con la cabeza agachada, y lo llamó con amabilidad, antes de dar media vuelta y dirigirse a la puerta.

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