Salgo de mi habitación cuando escucho el sonido del timbre.
Se me hace raro que alguien me visite con la lluvia que hace.
Miro por el pequeño orificio de la puerta, no quiero dejar entrar extraños en mi casa.
Cuando veo que se trata de Vin me emociono, mi lindo novio me está visitando.
Pero esa emoción desaparece y la sustituye la preocupación.
Ver que está tan herido, su rostro lleno de heridas muy preocupantes hace que no piense en otra cosa más que odiar a los causantes del daño.
No digo nada, lo tomo de la mano para dejarlo entrar en la sala.
Sentado en el sofá me espera, tomo el botiquín de primeros auxilios y de ahí vuelvo hacia él para empezar a ayudarlo.
-- Auch ¡Ten más cuidado! -- se queja del ardor que le causa.
Frunzo el ceño al escuchar como se queja.
-- Eres un idiota -- digo enojada por él.
-- ¡¿Eh?! -- me mira con el ceño fruncido -- Se supone que me tienes que cuidar no insultar.
-- Me enoja que sigas metiéndote en peleas -- le doy un pequeño golpe en la cabeza -- Deja de hacerlo si sabes que tus gafas son un obstáculo para ti.
Lo tomo de los hombros para hacer que nuestras miradas se conecten.
-- Escucha, no quiero preocuparte por estas cosas, apenas me duelen y estas gafas no me las voy a quitar y lo sabes -- se recuesta en el sofá para acomodarse.
Suspiro por su terca y típica respuesta.
No es la primera vez que hablamos de este tema pero él sigue insistiendo en que quiere seguir con las gafas.
Entiendo el porqué lo hace pero aún así me duele ver lo herido que termina por las peleas constantes que tiene.
-- Es que no me gusta verte así de herido -- suspiro rendida, no tiene caso hablar de esto -- Simplemente no te metas en muchas peleas ¿Si?...
No importa lo que diga, siempre estará en peleas pero si ese es el caso prefiero que sean menos.
-- Esta bien, linda -- me toma de la cintura para acercarme a él en un abrazo -- Lo haré solo porque me lo dices tú.
Sonrió algo enternecida por sus palabras.
Podrá ser muy grosero y violento pero toda esa imagen cambia cuando estoy con él y eso a mí me encanta.
-- Eres tierno cuando se te apetece -- sujeto su rostros entre mis manos para mimarlo.
-- ¡Auch! ¡Cuidado que me duele! -- se queja mientras se traga algunos insultos.
-- Eso te pasa por idiota -- apretó un poco más su mejilla hacia que grite un poco por el daño.