BEAUTIFUL GANGSTER || KTH & J...

Від cwtiecat

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❝Si por besar tus bellos labios carmesí me condenan al infierno, juro que cometería tal hermoso pecado un mil... Більше

PRÓLOGO
NOTA DE INICIO
UNIVERSO
PERSONAJES PRINCIPALES
I
II
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
XXXIV
XXXV

III

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Від cwtiecat

¡No es algo que se pueda decidir tan a la ligera! Se necesita tiempo, ¡tiempo que no se está considerando en lo absoluto!

Rugió enfurecido Taehyung, este levantándose de su asiento de un solo tirón mientras que golpeaba con furor ambas palmas sobre la dura superficie de madera.

Su oscura mirada retando al hombre mayor frente a él, hombre quien le mostraba los colmillos retándolo sin el más mísero recato al estar cegándose ante la ira burbujeando en su interior, pero estaba muy equivocado si creía que se dejaría atemorizar, muy, pero muy equivocado, ya que hacía falta más que el show en berrinche de un maldito troglodita sin cerebro para obligarlo a callar.

Y le diré esto como advertencia, señor Lee, que sea la última vez que se atreve a denigrar a uno de mis colegas cuando estos quieran dar su opinión. ¡Me importa muy poco la mentalidad retrógrada que sigue portando! Al oficial Seokjin me lo respeta, no solo por su importante cargo en esta entidad, ¡sino por el simple y meramente hecho de ser persona! – prosiguió este ante el silencio de la parte contraria sus colmillos dando su aparición al no desear verse perder, y al presenciar por cuenta propia como el mayor titubeo ante su porte lo hizo plantar una socarrona sonrisa sus labios – Y si no es capaz de comprender algo tan simple como ello, se lo diré con otras palabras. Este omega que ve frente a usted, señor Lee... Es el omega más valioso e inteligente que tenemos a la hora de planificar cada emboscada que terminan siendo un total éxito. Omega, el cual su presencia, el día de hoy, es más relevante que la de usted

¡Que te has creído!

Rugió enfurecido el adulto a nada de abalanzarse hacía Taehyung, olvidando por completo la compostura adecuada, y como de la misma forma el hecho de importarle en lo absoluto estar en medio de una junta laboral.

– ¡Es suficiente!

Se escuchó, este mandato siendo acompañado de un fuerte golpe de un puño dirigido contra la madera de la mesa, el cual interrumpió de un solo trazo el pleito que mostraba intenciones de exceder los límites tolerables. Sin embargo, y aún luego de aquel grito, Taehyung por su parte en ningún momento llego a despegar su filosa mirada del hombre canoso que, de igual forma, no mostraba indicios de apaciguar las cosas.

Y llego a ser puro instinto al percatarse como la mirada furiosa del más viejo recayó en el cuerpo junto a él, el cual se encogió ante tales fulminantes ojos, que el joven alfa de hebras doradas no dudo en taparlo con su propio ser recibiendo un bajo gruñido.

Esto era imperdonable...

Y muy probablemente algunos dirán, se lo merecía

Já, ¿quién eras tú para decidir aquello?

¿No te agrada mi respuesta?

Muy bien, pongámonos de manera imparcial

Puede ser que aquel enfrentamiento haya iniciado por culpa del omega

Nadie negaba los hechos, ya que tal así eran

Pero no había o existía justificación razonable o tan siquiera aceptable para tratar de aquella manera a una persona.

No las había

Por ende, y al seguir sus valores y principios, no quitaría el pie del renglón hasta solucionar esto.

Seokjin por su parte bajando tantito la cabeza al sentirse de repente apenado y cohibido por todo lo sucedido más aún al recibir diversas miradas juzgadoras y furiosas a su persona, estas lamentablemente no logrando ser menguadas aun cuando era cubierto por su menor que cada cierto tiempo gruñía hacia el viejo alfa de poco razonamiento que mostraba indicios en recortar distancia, y algunos se preguntaran, ¿por qué aquella descripción?

Pues porque así debía ser, no por nada aquel poco razonamiento que este gozaba... llegó a ser el verdadero causante de aquel embrollo, y ahora que tu lo sabías, ¿quién podría culpar al omega? ¿quién? cuando llega a ser innato el debatir aquellas ideas erróneas y sin ningún fundamento que las respalden. Y eso que según él creía haber sido lo bastante educado al dar su opinión respecto al plan que el jefe del departamento del distrito sur estaba explicando, plan que según a su juicio era una reverenda pachotada al tener errores de inicio a fin, y en lugar de favorecer a la institución mostraban intenciones de hundirla.

– Discúlpeme, señor Presidente – espetó con voz ronca el joven Comisionado aún presente en aquel duelo de miradas que no deseaba terminar por ninguna de las dos partes – Pero le pido su comprensión en este delicado asunto y el solicitar que en este mismo momento el Jefe del departamento, Lee Dongwook, le entregue una disculpa formal frente a todos, a mi colega, quien no cometió ningún error de por medio. Como todos los presentes sabemos, su labor siendo el de juzgar cada plan o maniobra que se es expuesta... y aquello no iba a ser la excepción en esta ocasión... más aún cuando la planificación presentada es una reverenda porquería

– ¡Comisionado Kim!

Regañó el presidente ante aquella forma de expresarse, pero hasta para su persona, llegándole a ser imposible seguir hablando cuando la pesada mirada del joven alfa no mostraba ningún indicio de titubeo.

Y más aún cuando este lo miró de soslayo

– No es un comportamiento que se deba normalizar, y mucho menos aceptar – pactó Taehyung seguro, su mentón alzándose con superioridad al denigrar al canoso hombre problemático, que por desgracia portaba un cargo importante – No interesa el cargo que portemos, nadie es quien para denigrar a una persona por su jerarquía y mucho menos tratarla de forma despectiva. Según mi conocimiento, y el de todos los aquí presentes, el siglo XIX ya ha quedado atrás y su pensamiento de igual forma debe irse junto a este. Por ende, y ante el grave error que a cometido el señor Lee Dongwook y del cual todos hemos sido testigos, lo mínimo que solicito para mi colega es que se le entregue una disculpa pública por parte de su agresor

– ¿Agresor? – soltó con mofa el jefe del departamento, sus ojos recorriendo la sala al buscar el apoyo de alguien, y al no encontrarlo regresando su vista hacía Taehyung – Pero si ni lo he tocado

– ¿No sabía qué hacía falta violentar físicamente a un individuo para convertirse en agresor, señor Lee? – soltó tosco el de tez canela, minimizando aún más al hombre que gozaba de ego, según el alardeo de este, indestructible – Aquel dato es algo básico para nosotros y el cual se nos enseña desde la escuela donde nos rigen... y el poder entenderla demuestra nuestros años de carrera. Me espere algo más de usted, pero creo que lo enaltecí por tan solo su edad, error mío, he de admitir

– Maldito mocoso...

– Es tu superior, Lee. Más respeto al cargo que sostiene – rugió serio Choi Daechul, logrando que aquel hombre se quedara callado de golpe ante el mandato del presidente de la nación – Kim no se ha equivocado en lo absoluto en todo lo que a espetado. De igual forma y desde un comienzo, el omega tampoco lo hizo, el error fue únicamente tuyo. Pídele disculpas al joven Seokjin en este mismo momento

– ¡Espere!... – soltó burlón Dongwook sin poder creerse lo que estaba escuchando – Quiere que yo, ¿me disculpe? ¿con un omega? – el hombre mayor comenzando a negar con frenesí como si la tan solo idea la aborreciera – ¡No lo haré! ¡No dije ninguna mentira!

– No fue una petición – contraatacó el presidente, mientras que apretaba el puente de su nariz ya harto de toda esta situación – Fue una orden. ¡Discúlpate!

Seguramente algunos pensarán

Es muy poco para el daño que ha causado...

Muy por seguro tienen razón

Pero... Nadie puede negar que lo que más odia y detesta un agresor verbal es la obligación de aceptar su error.

Oh, como la odian

No había peor castigo para estos que el encontrarse acorralados

Y era tan gratificante el solo hecho de verlos en aquella vulnerable situación

Lee Dongwook boqueando por aire ante la incredulidad, vergüenza y coraje que empezó nuevamente a resurgir de lo más profundo de él cuando su rostro giró hacia aquel par de jóvenes que lo observaban atentos. El de hebras doradas manteniendo aquella postura altiva, mientras que el omega de cabellos marrones observaba todo desde el hombro de su jefe.

Le jodía, joder, como le jodía

¿En serio iba a rebajarse?

No, no podía...

– ¡Tenemos un código rojo! – vociferó alterado un beta quien ingresó con los nervios a tope a aquella sala de juntas, todas las cabezas importantes del país regresando a observarlo – ¡Comisionado, tenemos un código rojo en el distrito de Gangnam!

Debía ser una broma...

– ¿Detalles?

Solicitó el nombrado, y ante su nuevo centro de atención, al igual que todos, no llegó a percatarse a tiempo como un canoso alfa suspiraba tranquilo volviendo a retomar lugar en su asiento haciendo como si nada hubiera pasado.

– Enfrentamiento de dos bandas delictivas. Las llamadas de emergencia están explotando, hay muchos heridos – informó el beta con la voz titubeante ante su recortada respiración luego de haber subido corriendo más de diez pisos por el mantenimiento del elevador – Cuatro patrullas fueron desplegadas al lugar desde los primeros minutos de iniciado el conflicto, pero están solicitando refuerzos ante la gran cantidad de bajas... – y lo próximo que tendría que salir de entre sus labios hizo que la piel de todos los presentes se crispará – Él está presente en aquel atentado, Comisionado... El cabecilla Jk se encuentra presente

Oh, y claro que nadie estaba preparado

– ¡Me tienes que estar jodiendo! – vociferó exaltado uno de los tantos individuos de alto mando, el temor en su entonación siendo perceptible – ¿¡Ese maldito omega, otra vez!?

– ¡Silencio! – gruñó alto el joven alfa al público en general al estarle alterando el repentino bullicio que se creó, y el cual no lo dejaba pensar con claridad – ¿Qué tan seguros están de que en realidad sea él y no otro aficionado que busca llamar la atención?

– Es él, Comisionado – aseguró temeroso el beta, intentando tranquilizar su respirar – Tenemos pruebas en las llamadas de emergencia de los ciudadanos y en los intercomunicadores de nuestras patrullas. Es él y está enloqueciendo. Está matando todo a su paso sin miramiento, ya existen hasta videos circulando por todas las redes sociales de él con arma en mano asesinando sin mostrar el más mínimo símbolo de humanidad...

Y aquello fue lo que se necesitaba para que el alfa actuara.

– ¡Quiero a todas las patrullas en el lugar en este momento! ¡Que dejen cualquier operativo que estén tratando en el olvido! – rugió Taehyung, aceptando por parte de Seokjin la chaqueta de su terno que horas atrás se había retirado al ingresar a aquel gran salón de juntas – ¡Las quiero a todas en el atentado, es una orden! ¡Arresten a quien se atreva a oponerse! Hoy acabaremos con todo esto...

Y la mirada de soslayó y disimulada que emitió Seokjin no fue percibida por ningún individuo, este siguiendo los pasos del menor alfa, quien salió con el teléfono en el oído mangoneando a alguien tras la línea ignorando por completo su presencia al estar seguro de que este lo seguiría. Y ante esta fortuita desconcentración, el omega no demorando en retirar su dispositivo móvil de su bolsillo delantero mandando un simple y fugaz mensaje a aquel número que se sabía de memoria.

– ¡Tenemos que irnos! – pactó con furor el alto alfa de cabellos marrones, quien en esta ocasión se encontraba cubriéndose la mayor parte de su rostro con un cubrebocas y lentes oscuros, su diestra guardando con rapidez su dispositivo móvil para volver a alzar por instinto el arma de fuego disparando al sujeto que tuvo claras intenciones de acercarse más de lo debido a su menor – ¡Jk!

– ¡No! – respondió de golpe el susodicho, este levantándose del cuerpo ensangrentado bajo él retirando de un solo tiro la daga de la yugular contraria, la cual ante el vacío repentino que antes era ocupada por el objeto filoso empezara a brotar tiras de líquido carmesí con frenesí llegando a manchar las botas negras del omega que miro con asco esto – ¡Aún no he encontrado a ese infeliz!

– ¡Lo matamos otro día! – rugió Namjoon después de quitarse encima a un sujeto de la otra banda que se abalanzó hacía él, bastando tan solo unos segundos para presionar el gatillo y arrebatarle la vida que no se esforzó en cuidar – ¡Estos imbéciles de la policía han pedido refuerzos y están a nada llegar! ¡Jk no tenemos tiempo para esto! – y pareciera que la suerte no estuviera de su lado, ya que al finalizar aquella última frase diversas sirenas de policía retumbaron el ambiente – Maldita sea, me debes estar jodiendo...

Ambos jóvenes viéndose obligados a tirarse al suelo cuando un gran conjunto de proyectiles fueron dirigidos a su posición por parte de las fuerzas del orden, siendo el de tez morena el encargado de asomarse y contraatacar junto a otros subordinados, mientras que Jungkook se tomaba su tiempo para recargar su arma sin municiones.

– ¡Lo encontré! – gritó eufórico un bonito omega con el rostro cubierto, al igual que el resto – ¡Jk, lo encontré!

Y seguramente se preguntarán, ¿por qué?

¿Por qué el cubrirse?

Bueno, era obvio que no se podían mostrar con lujos y detalles sus apariencias.

Y si lo hacían...

Bye Bye, derecho a la libertad y al libre tránsito.

¿Ahora entienden?

Esto acción y forma de vestir dándose únicamente como regla general en aquella particular banda delictiva al no desear que sus rostros o cualquier otro pequeño rasgo fueran identificados y el grato ejemplo era el mismísimo jefe de aquella organización, mismo que se encontraba cubierto por prendas pegadas al cuerpo de tonalidades oscuras de pies a cabeza, Jungkook tan solo dejando al descubierto sus hermosos ojos y su larga melena recogida en una coleta, por lo demás, incluidos sus tatuajes, eran imperceptible y desconocedores para el público.

– ¿Dónde?

Inquirió fugaz Jungkook, girando el rostro hacía su recién llegado amigo que se posicionó a su costado al cubrirse de igual forma de las balas, y aquella interrogante hizo gruñir de frustración al alfa moreno que se encontraba recargando su arma, y no tuvo tiempo ni de objetar cuando Jimin respondió la duda contraria.

Diosa Luna, todo se iría al carajo

– Está a dos cuadras, en un callejón cerrado con varios sujetos protegiendo la entrada. Se cómo llegar – y el asentimiento por parte de su jefe lo hizo saltar emocionado ante la adrenalina – ¿Y que esperamos? Vayamos a cazarlos, yo pido la cabeza del hermano. Es un maldito infeliz con el que tengo asuntos pendientes

Y para el omega de hebras azabaches el hermano no era relevante, por ende, le importaba muy poco cómo y quién sería el que lo matará... él... él deseaba el premio mayor.

– Mátalo si así lo deseas, pero el infeliz de Jungjae, es mío – respondió, mientras guardaba sus dagas en los estuches de sus tobillos y posteriormente terminando la labor de recargar su arma en mano, su vista yendo hacia Namjoon quien se volvía a esconder tras el muro de cemento cuando más policías comenzaron a dispararles – Saca a todos los muchachos de aquí, de inmediato, regrésalos a la base

Y aquella orden hizo sonreír con mofa al mayor.

– ¡Nos tienen acorralados! ¿Cómo esperas que salgamos de aquí con vida? Te dije que esto era una estupidez, pero jamás me haces caso

Gruñó este, sin embargo, se vio guardando silencio de un solo hachazo cuando fue partícipe de distinguir como el esbelto cuerpo de su jefe se escabulló con total agilidad por el terreno sin una mísera gota de miedo de recibir un disparo, los mismos que incrementaron al tenerlo a la mira y según estos, en un blanco fácil.

Estaba loco...

Oh, pero que tan equivocados estaban los oficiales más aún cuando este joven esquivó cada proyectil con una destreza sorprendente, mientras que, con su diestra, de igual forma que sus contrincantes seguían disparando siendo la zurda la encargada de ir a recaer en su cinturón donde guardaba sus municiones y.... oh, que sorpresa, explosivos también... Esto se pondría bueno, y lo llegamos a confirmar cuando fue necesario un pequeño lapso de tiempo para escuchar como una fuerte explosión tomo lugar junto a quejidos de oficiales y escombros cayendo.

Había despejado el terreno

– Si dejarás de quejarte, hyung, me facilitarías las cosas

Volvió a hablar el omega de hebras azabaches, llevando su zurda a recorrer su cabello de adelante hacía atrás con el único propósito de despejar su visión que era interrumpida por unos cuantos mechones que no podían ser sujetados por la coleta, Jungkook volviendo a alzar el arma para comenzar a disparar repetidas veces a una patrulla que se vio volcada por la explosión, está de igual forma a los segundos ocasionando otra nueva baja a los policías que empezaron a retirarse al gozar de una condición deplorable.

– Busca a Hope y que te ayude a evacuar a nuestra gente – ordenó al mayor quien asintió, mientras que de fondo se escuchaba como sus subordinados empezaron a clamar por él en vítores ante su reciente accionar, sin embargo, está desinteresándole en su totalidad para terminar clavando su oscura mirada en el omega de cabellos rosados – Guíame

– ¡Buscaré a los chicos e iremos a ayudarlos! – gritó con rapidez el alfa cuando ambos omegas salieron corriendo sin más dejándolo atrás – ¡No empeoren más las cosas! ¡¿me escucharon?!

Volvió a gritar al no recibir respuesta a lo anterior espetado, esta vez gozando como mínima respuesta tan solo el pulgar arriba de ambos chicos que no disminuyeron su velocidad, perdiéndose a los segundos entre la pesada nube polvorosa de escombros.

¿Por qué tenía una corazonada que todo se iría al demonio?

Maldición, debía darse prisa.

(...)

La baja queja en maldición por parte de Jungkook dejándose escuchar para su amigo quien lo miró de soslayo para cerciorarse de su bienestar, y al reconocer que esta tan solo era superficial siguiendo con su labor de disparar a aquellos policías que los interceptaron de sorpresa.

– ¿Te encuentras bien?

Inquirió preocupado Jimin, mientras se acercaba a revisar ahora con minuciosidad la herida de su menor luego de haber logrado asesinar a aquel último sujeto que cayó de golpe al suelo con el cráneo perforado.

– Sí, la bala solo rozó. No es nada

Confesó el menor, quien observaba como si nada su brazo lastimado, no obstante, Jungkook ha de admitir el haber sido demasiado afortunado de que el proyectil tan solo se halla encargado de rasgar todo a su paso hasta terminar empotrándose contra una pared y no habérsele refugiado en su piel creando una baja irrecuperable para la misión a su condición física.

Era afortunado, lo sabía, pero aquello no quitaba el hecho de que el brazo del omega comenzará a sangrar por este roce ardiente del proyectil, el cual quebrantó su prenda quemándola en el proceso para ser capaz de dejar al descubierto la piel que poco a poco se inundaba en sangre junto con la visión de un mínimo de sus tatuajes.

– Se ve horrible... – se sinceró el de hebras rosadas, sus labios frunciéndose al ver la cantidad de sangre que salía de un pequeño raspón – No lo sé, Jk, no parece un simple roce

– Aparenta más de lo que en realidad es, no te preocupes, sigo teniendo movilidad – tranquilizó, demostrándole el perfecto movimiento de su brazo al conceder repetidos giros con este, y tal cual como él expreso con anterioridad, aquella herida no era la gran cosa, y fue innato para el menor que sus ojos no recayeran en aquel callejón a la lejanía, posándosele una altiva sonrisa en sus labios cubiertos, pero siendo visibles en sus hermosos ojos cafés que se tornaron en medias lunas – ¿Entramos por lo alto?

– Me leíste la mente – respondió de igual forma el mayor, entregando una granada en la palma de su menor, mientras que con la sobrante lo apoyaba a ponerse de pie – ¿Me das los honores, jefe?

Y las sonrisillas cómplices que estos dos se concedieron mutuamente fue pegadiza, Jungkook no esperando en acoplar aquel objeto entre sus falanges, escabulléndose sin mucha demora a una posición con blanco directo y con la atenta mirada de uno de los guardias de la banda contrincante que se quedó perplejo con su repentina aparición, por desgracia de este y pesar de sus compañeros al no haber reaccionado a tiempo al verlo, dándole las de ganar al omega que no demoró absolutamente nada en posicionar bien la puntería con el explosivo ya sin seguro, tirando este mismo con fuerza hacia delante dejándolo caer con certeza dentro de aquel callejón y basto tan solo esperar unos cortos segundos para que la onda expansiva se dejara notar.

Esto se iba a poner bueno

Ambos omegas con armas en mano corriendo de forma instantánea los metros que los separaban del lugar destinado. Jimin siendo el primero en llegar y el primero en lanzarse sin temor a rebajar a un alfa que corría hacia ellos, dicho sujeto terminando noqueado de unos cuantos golpes y un par de huesos rotos por culpa de un pequeño omega, el cual no fue capaz de quitarse de encima. Mientras tanto, el menor por su parte, deteniéndose de forma abrupta para terminar alzando el arma y disparar de forma certera y rápida en la cabeza de aquellos dos sujetos que salieron tras los escombros.

– ¡Jungjae! – gritó feroz el omega de hebras azabaches, sus iris brillando en destellos violeta ante el enojo que estaba consumiéndolo a tal punto que su lobo deseo manifestarse – ¡Muestra tu miserable y putrefacto rostro, maldito hijo de perra!

El grito de dolor de un particular hombre escuchándose detrás de él y ante la curiosidad fue innato por parte de Jungkook no observar de soslayo al causante de este pesar, no sorprendiéndose en lo absoluto cuando encontró a su amigo con otro hombre diferente bajo él, al cual se encontraba apuñalándole el hombro mientras se burlaba de su padecer.

– ¡Aparece, pequeña escoria sin escrúpulos! – esta vez prosiguió Jimin, quien retorció el cuchillo a su disposición logrando que el alfa volviera a emitir otro grito de dolor – ¡O te aseguro que tu querido hermano menor morirá sin antes haberte visto tu repugnante rostro!

¿Eran despiadados?

Muy probablemente

El omega de ojos almendrados sonriendo en burla cuando logro reconocer por el rabillo del ojo una figura, casi imperceptible, asomándose tras un contenedor de basura que ha de admitir no le tomo importancia en un comienzo. Sus pies comenzando a andar con dominancia hacia a aquel lugar derribando de una sola patada aquel metálico objeto dejando al descubierto al hombre miedoso que intento huir sin importarle dejar a su hermano en manos del enemigo, mismo hombre cobarde que emitió un grito del más puro dolor cuando un cuerpo se tiró encima de él sometiéndolo contra el pavimento y perforando su piel sin mucho problema con dagas filosas que abrieron todo a su paso.

Jk estaba molesto

Muy molesto... y aquello no era bueno

Más y más perforaciones ocasionadas por las filosas dagas siendo otorgadas al cuerpo morocho del alfa, sus gritos ya no siendo suficientes para poder demostrar su más puro calvario, y llegó a ser fascinante como el grito de ambos hermanos se combinaron creando una armonía digna para los jóvenes asesinos a sangre fría, aunque, ha de admitirse que el que se encontraba siendo conejillo de indias del menor de este par gozando la peor parte, ya que no muchos se esperan que al ser apuñalados en el estómago la cuchilla en lugar de retirarse fuera arrastrada hacia abajo creando un perfecto tajó a piel expuesta y chorreante de sangre que poco a poco creaba una laguna a su alrededor.

Te despellejaría y descuartizaría peor que cerdo en matadero, Jungjae – murmuró furioso Jungkook, su diestra retorciendo el objeto entre sus manos causando mayor dolor, la daga en su zurda alzándose para esta vez empotrarse en el ojo del hombre – Pero creo que mejor no lo haré, porque te mereces morir de la forma más lenta y tortuosa posible, maldito degenerado

– ¡Eres un... – gruñó el alfa, quien para este momento se encontraba derramando lágrimas de dolor en su ojo, aún sano – Maldito omega insignificante

Y aquel insulto hizo enfurecer aún más al nombrado que arqueó su poblada ceja ante la osadía, retirando de un solo tirón la daga antes ubicada en la cuenca para maniobrarla entre su palma que era cubierta por un guante de cuerina negra, el mango del utensilio al acoplarse como se le necesitaba cortando rápidamente de un solo trazo los labios del mayor creando una perfecta aspa en esta, la cual hizo callar al alfa y gritar en sus adentros.

– Comencemos con el interrogatorio, Jungjae, ya que tienes muchas ganas de hablar... Dime ¿qué sentiste cuando te atreviste a raptar y ultrajar a aquellas niñas, maldito enfermo?

El omega ya fuera de sus cabales y con la voz rasposa ante la ira, no demorando en desenvainar con su diestra la daga antes refugiada en el estómago para terminar clavándola en el miembro reproductor del hombre, quien grito y lloro ante el dolor en aquella zona.

¡Eran tan solo unas niñas! ¡Unas niñas a las que jure protección, maldito bastardo!

La diestra volviéndose a alzar para volverse a dejar caer con frenesí en aquel sensible lugar del cuerpo humano masculino, con el único propósito de destruir por completo aquella particular parte.

– ¡Dime en qué mierda pensaste en el momento de infiltrarte en mi territorio y llevarte a miembros de las familias de mis subordinados! – la tenebrosa y ronca mofa que abandonó los labios del omega luego de un par de segundos era de temer – Pero no te preocupes si no deseas responder, porque de todos modos me encargaré de hacerte padecer cada grito y dolor que ellas sufrieron. Luego me encargaré de que tu cabeza sea decorativo en la plaza central para ser un recordatorio de lo que sucede cuando me hacen enojar

Las imponentes sirenas de policía tomando lugar junto a chirriantes llantas quemándose contra el pavimento ante los giros bruscos de los conductores. Jungkook al distinguir estos, maldiciendo en alto ante lo inoportunos y fastidiosos que podían llegar a ser esos sujetos, no obstante y a su pesar, su cuerpo entero se vio tiritando al percibir un característico aroma.

Y fue innato que su cerebro dejara de funcionar mirando el inicio de aquel callejón pidiendo que no sea lo que estaba intuyendo, pero para su desdicha, un fuerte grito conocido sacándolo de su ensoñación. Siendo inercia el de girar su rostro en sentido contrario observando ahora aquella cabellera rubia albina que se ubicaba en lo alto del muro que cerraba aquel callejón. Yoongi estirando su palma hacia ambos omegas incentivándolos a finalizar de una buena vez aquella macabra labor.

– ¡Vámonos!

Pactó este, y no era de sorprenderse que el primero en obedecerlo fue el omega de hebras rosadas, quien sonrió en grande al verlo no dudando en disparar contra la cabeza del hombre bajo él arrebatándole la vida luego de haber saciado su furia por unos largos minutos. Jungjae al percatarse de la muerte de su familiar con el semblante destrozado gritando de dolor y furia, pero por desgracia de este, el aún tener el cuerpo del omega sobre él y su deplorable estado, le impedía ir hacía este.

El alfa recién llegado observando de manera sombría y en completo silencio como este hombre insultaba a viva voz al omega de hebras rosadas, por ende, y mientras lo ayudaba a subir a dicho omega para que fuera capaz de mantenerse en el techo y poder huir con mayor facilidad, retiro de su bolsillo una pequeña cuchilla lanzándola con tanta precisión para que se le fuera clavada en el ojo derecho, cegándolo ahora si en su totalidad.

– Mátalo de una buena vez, Jk – volvió a hablar el alfa mayor, ahora con un contento Jimin lleno de sangre a su lado – La policía está a nada de lleg...

Debía aprender a cerrar su boca...

Porque lo próximo que los tres amigos en conjunto lograron presenciar fue como un alto alfa de hebras rubias y chaleco antibalas termino por ingresar a aquel deplorable callejón. Jungkook ante la presencia de este particular hombre abriendo a tope sus redondos luceros al reconocerlo sin mucho esfuerzo, y para su fortuna pareciera no ser recíproco el caso, agradeciendo de sobremanera a la divinidad encargada.

Pero no todo podía ser tranquilidad, ya que se vio flaqueando aterrorizado cuando Yoongi sin una pizca de duda alzó su arma disparando a matar al joven que con rapidez se cubrió con la pared más cercana, y para Jungkook fue imposible no percibir la baja maldición del alfa a la lejanía, quien y si no se equivocaba había recibido el impacto de bala en su hombro.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

¿Qué hacía él acá?

– ¡Jk! – gritó alterado Yoongi cuando apreció como más refuerzos llegaban al lugar, de igual forma deshaciéndose de estos, por ende, siendo Jimin el encargado de, ahora él, estirar su palma para poder ayudar a su amigo a subir y poderse largar de aquel lugar – ¡Vámonos!

Y ante el escenario que se encontraba con una desventaja para ellos fue innato para el menor no bajar la mirada nuevamente hacia el hombre casi sin vida, decidiéndose terminar desenvainando su arma y llevar el cañón a la cabeza de este.

– Regresaré por tu cabeza

Prometió y como era de esperarse, no concediéndole tan siquiera a aquella escoria la virtud de emitir sus últimas palabras cuando mostró indicios de hacerlo, rápidamente ante el jalar del gatillo aquel hombre dejando aquel mundo luego de haber sufrido en vida lo que correspondía.

Tal cuál cometió pecado

Lo pagó

– ¡Jk, manos tras la cabeza y al suelo! ¡Al suelo! – gritó Taehyung, cuando el omega quien le daba la espalda se levantó de su lugar completamente ensangrentado, muy por seguro de sangre no perteneciente – ¡Dije al...

Pero para desgracia del Comisionado, su voz atascándosele en el inicio de la garganta cuando aquel muchacho giro a observarlo de soslayo unos cuantos segundos, segundos donde ambos conectaron miradas, segundos donde ambos se observaron con minuciosidad, segundos donde sin aceptarlos, ambos se reconocieron sin darse cuenta... segundos donde ambos apreciaron mutuamente como ambos pares de ojos destellaron de sus iris característico...

El morado y verde creando un contraste hermoso que lamentablemente no duró lo suficiente... pero para ambos aquellos segundos parecieron milenios... segundos que fueron corrompidos por la parte contraria al salir huyendo con dirección hacía aquella alta pared entrelazando al milisegundo su palma con la de su compañero quien sin demora lo subió de un solo tirón, mientras que el alfa de hebras rubias albinas los cubría no dejando en disparar, hasta por seguro y con intención de vaciar su arma.

Y fue cuestión de un pequeño lapso de tiempo para que el trío de individuos desapareciera por completo de aquella macabra escena, dejando a un Taehyung con la respiración entrecortada y el arma abajo al intentar procesar lo que su mente deseaba jugarle en contra.

Era imposible

Pero... aquellos ojos, aquellos ojos cafés...

Medio Corea tenía los ojos cafés

Sí, pero no almendrados...

No, no podía ser

Seguramente vio mal, sí, eso debía de ser

Debía de estar delirando

Estos días se ha encontrado muy estresado por la carga del trabajo y el de ser capaz de tan solo ver al chico que lo traía loco por medio de una pantalla era frustrante. Seguramente todo fue su imaginación al estar extrañando mucho al lindo omega, sí, eso debía ser... era obvio.

A su Jungkook se le debía de ser hasta imposible matar a un insecto, por ende, era indudablemente imposible aquel pensamiento que lo inundó, mucho más cuando sus ojos recorrieron la macabra y asquerosa escena delictiva que estaba frente a él.

Diosa Luna, iba a enloquecer

– ¡Desplieguen patrullas! – exclamó con la voz rasposa el alfa luego de recomponerse de su pequeño trance, su palma alzándose en orden al mangonear a sus subordinados – ¡Búsquenlos!

– ¿Taehyung? – la suave y tierna voz trayendo de vuelta al joven alfa, quien parpadeo repetidas veces al salir de su ensoñación – ¿Te encuentras bien? Te notó un poco ido el día de hoy

Mierda

– ¿Eh? Digo. Sí. Si, me encuentro bien, bonito – espetó con rapidez el mayor observando por medio de la pantalla al lindo chico de hebras azabaches y ondeadas que le cubrían gran parte del semblante ante lo largo de este – Tan solo es el cansancio de la jornada, no te preocupes

Y que Jungkook sonriera tan bonito y comprensivo hizo que las mejillas del alfa se colorearán con furor ¿y cómo juzgarlo? ¿cómo? cuando se encontraba hechizado al estar observando al menor vestido con un pijama de talla grande, ya recostado sobre su cama listo para irse a dormir, tan bonito sin una gota de maquillaje y con el cabello esponjoso, y no era de esperarse menos, ya que no por nada el reloj marcaba media noche. Y llegaba a ser sorprendente como las circunstancias de ambos a esta particular hora eran totalmente opuestas, ya que mientras tanto uno se encontraba refugiado entre sus cálidas frazadas, el otro recién se encontraba llegando a su hogar echándole seguro a su automóvil.

– ¿No crees que te has excedido con el trabajo este día? – inquirió preocupado el menor al ser capaz de distinguir aquellas marcadas ojeras y ojos hinchados de su mayor – Me comentaste que normalmente sales del trabajo a las ocho de la noche... ya es medianoche

¿Escucharon eso?

Fue su corazón bombeando con frenesí ante el percibir la preocupación de la persona que cada día transcurrido era capaz de enamorarlo por medio de una llamada, mensaje o salida, llegando a enloquecerlo aún más si es que aquello era tan siquiera posible. Taehyung no entendía cómo o por qué se sentía de aquella singular manera, joder, en serio no comprendía, solo sabía que desde la noche que ambos se encontraron hasta luego de casi un mes de conocerse, el sentimiento de él hacía aquel chico de ojos almendrados no había cambiado.

– Sí, ese es mi horario cotidiano, pero hoy a sucedido un imprevisto donde me vi obligado a alargar mi jornada – confesó con media sonrisa Taehyung, girando la perilla de la puerta de su hogar para poder desplazarse, luego de horas, por aquella vivienda la cual extrañó de sobremanera – Son cosas que pasan

– ¿Un imprevisto? – y la suave melodía junto con el leve bostezo logrando que el alfa bajara su mirada hacia su dispositivo, encontrándose con la bellísima imagen de Jungkook ocultando su expresión facial somnolienta entre sus frazadas, a los segundos recomponiéndose con un rosáceo color en sus pomposas mejillas – Es algo personal o laboral, ¿quieres contarme? Seguramente no podré ayudarte mucho, pero un amigo siempre me dice que cuando algo nos agobia es mejor y curativo el soltarlo antes de seguir atormentándonos

– Tienes un amigo muy inteligente, entonces – soltó con una leve sonrisa está incrementándose cuando el contrario asintió seguro, al instante siguiente incentivándolo a soltar aquello que lo consumía... y había algo que Taehyung ha descubierto estás últimas semanas... y es que es débil, muy jodida mente débil cuando se trataba de Jungkook – No es algo malo, en sí, así que puedes estar tranquilo. Simplemente estoy... exhausto. Ha sido un día larguísimo, lleno de discusiones con mis superiores... luego el enfrentamiento que sucedió al mediodía en el distrito Gangnam, todo el embrollo que conllevo después de este, más la prensa... Fue mucho para un solo día

Y por fin, luego de una larga jornada el cuerpo adolorido del alfa fue capaz de dejarse desplomar sin cuidado sobre el mullido sofá que lo arropó facilitándole la labor de destensar sus tensos músculos, sin embargo, esta tranquilidad no durando demasiado ya que la atención de Taehyung recayó con rapidez sobre el misterioso silencio de la parte contraria, grande fue su sorpresa de encontrarse con un Jungkook fuera de su cama corriendo a dirigirse a una pequeña libreta sobre un escritorio, ojeando el mismo con detalle hasta que a los pocos segundos una bonita sonrisa se posó en sus labios volviendo a retomar su mirada al alfa que lo observaba con una ceja arqueada.

– ¿Hyung? ¿Cree estar libre a partir de las nueve de la noche? – preguntó emocionado el menor, siéndole imposible al alfa no sonreír cuando los deslumbrantes luceros de este brillaron por sí solos, llegando a ser innato el de asentir en afirmación al no desear hacer esperar a tan bella criatura – ¡Salgamos! – el corazón de Taehyung bombeó con frenesí, más aún al ver aquella hermosa sonrisa llena de coquetería que se le era concedida – La última vez usted escogió el lugar, ahora yo seré el encargado de hacerlo

¿Y quién era Taehyung para negarse?

(...)

– Cuando me dijiste salir... He de admitirte que no me imagine esto – la voz del alfa viéndose obligada a alzarse ante la fuerte música que retumbó en sus oídos, el culpable siendo el gigantesco parlante, siéndole imposible no toser levemente ante el golpeteó de sus pulmones ante el repentino humo de la droga y cigarrillos gobernando toda la superficie del local – ¿Jungkook?

El alfa quedándose sin vocablo aparente cuando el omega con quien se encontraba con las palmas entrelazadas al no desear perderse mutuamente al estar caminando entre tanta aglomeración de gente, lo termino atrayendo de un solo tirón a su dirección, acción que lo tomo desprevenido y fue completa inercia el de terminar enredando su palma libre en la estrecha cintura del menor que sonrió bonito al tenerlo frente a él, ahora, ambos ubicados en el centro de la pista de baile bajo luces de neón y en una total oscuridad que les permitía tan solo el poder observar a quien gozaban al frente.

– Dijo que la carga del trabajo lo tenía hecho trizas, ¿no? – inquirió dulzón este mientras dejaba reposar ambos brazos tras el cuello del de tez canela, este de igual forma envolviendo sus dos brazos en la piel de la cintura contraria deseando apegarlo a sí mismo – ¿Qué mejor que dejar ir su estrés con alcohol recorriendo en sus venas un viernes por la noche?

Y el mayor se vio perderse por completo en el éxtasis cuando Jungkook empezó a mover sus caderas al ritmo de la música y eso que aún ninguno de los dos había ingerido ni una sola gota de sustancia que los hiciera perderse en la locura, ¿por qué sucedía entonces esto? No lo sabía con certeza, lo único que si estaba claro es que se dejó gobernar por su instinto cuando este le exigió hundir su rostro con dominancia en aquella curvatura del cuello blanquecino cuando esté empezó a destilar feromonas que lo cautivaron a tal punto de que se vio gruñendo receloso cuando por el rabillo del ojo distinguió a más de un desdichado observando con depravación al omega que se encontraba sonriendo bonito mientras acariciaba con sus falanges sus largos mechones rubios sin percatarse de estos sujetos.

De acuerdo, no estaba soportando

Entendía perfectamente que el omega de hebras azabaches resaltaba sin esfuerzo entre la multitud.

Joder, claro que lo entendía

Pero no había justificación para recibir aquel trato

Jungkook era hermoso, tan solo hacía falta verlo para caer rendido a sus pies más aún cuando aquel lindo muchacho de cabellos ondeados y revoltosos se encontraba vestido con una remera blanquecina pegada al cuerpo, la cual dejaba al descubierto sus hermosos y varoniles tatuajes que hacían delirar aún más cuando aquello se combinaba con aquel pantalón del mismo color que la oscura noche, siendo reconocible la cuerina de estos, y bendecidos pantalones, bendecidos sean estos al marcar el hermoso cuerpo del omega, que aun sabiendo la ropa que vestía y lo que llegaba a causar en la gente, no dejaba de mover sus caderas tentando a una sola persona... la misma persona que se encontraba celándolo.

¿Y cómo podría no hacerlo?

¿Cómo cuando el omega era precioso?

Taehyung ante los celos innatos no dudando en de igual forma liberar su fuerte y dominante aroma, marcando como si de su propiedad se tratase al chico entre sus brazos que empezó a moverse con sensualidad, sensualidad que solo era dirigida para él, única y exclusivamente dirigida para el alfa que lo protegía con recelo, pero a la misma vez lo encarcelaba con tanta delicadeza que llegaba a ser irreal.

Era irreal...

Taehyung, era irreal

Tan malditamente irreal que enamoraba

– Esos imbéciles no dejan de mirarte... – gruñó el alfa, ladeando una sonrisilla cuando un bajo y casi imperceptible gemido salió de entre los labios del menor cuando le siguió el juego con sus movimientos, estaba celoso, sí, pero joder, como le encantaba ver y sentir el movimiento coqueto de las caderas del omega de ojos bonitos – Les arrancaré los ojos a todos esos bastardos si no dejan de hacerlo...

Y ahora fue turno de reír del menor

– Déjalos que miren... Al final del día el que me tiene entre sus brazos eres tú, no ellos

Susurró de forma sensual este sobre el oído contrario, su cuerpo tiritando cuando el alfa lo obligó a darse la vuelta dejando su blanquecina espalda chocar contra el pecho firme del de tez canela, y a Jungkook se le fue imposible no sonrojarse cuando ambas grandes palmas lo incitaron a seguir con el movimiento lento que antes pactaba.

– Y joder, como me encanta tenerte, bonito

Confesó el mayor uniendo ambos labios, aquel acto haciendo suspirar contento al omega que se halló estirando aún más, si es que era posible, su cuello hacia el lado izquierdo al desear eliminar cualquier espacio existente danzando entre sí, rodeados de bajos jadeos silenciados por parte del más bajo.

Y como siempre...

Todo inicio tiene su final

Y el encargado de pactar aquel final en esta ocasión fue Taehyung, este siendo el causante de corromper aquel beso cuando ambos tuvieron indicios de quedarse sin oxígeno en sus pulmones, pero aún ante la reciente separación aquella acción no logro ser un impedimento para no dejar ambos labios uno encima del otro al no desear ninguna de las dos partes distanciarse. Jungkook viéndose titubear cuando unos hermosos ojos color esmeralda brillaron con prominencia entre la oscuridad, estos clavándose en él, tanto así que su cuerpo entero recibió una gratificante descarga eléctrica el cual lo hizo jadear cuando el dueño de aquellos ojos mordió con gula su hinchado labio inferior.

– No lo tenía planeado aquella noche que nos conocimos... – prosiguió el alfa en un bajo susurro que fue escuchado con total claridad por el omega, quien se vio entrecerrando sus párpados ante la calentura creciente en él – Pero me traes locamente a tus pies, Jungkook... y como me encantaría algún día poder pertenecerte

Y la suave risilla que abandonó los labios contrarios junto a la hermosa sonrisa que se posó en esta lo hizo perderse, más aún cuando el omega no dudó en acariciar su tostada mejilla, siéndole imposible el contener el impulso de apegarse necesitado a su cálido tacto.

Diosa, piedad

– Entonces, si eso es lo que deseas... – espetó con voz coqueta y suave el menor, ahora siendo él el que se acercó con osadía al alfa mordiéndole su abultado labio inferior, acción que logro hacerlo gruñir excitado – Esfuérzate con el cortejo, Taehyung

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