Jimin despertó tan fresco como una lechuga, se sentía descansado y de buen humor, hasta que recordó algo muy importante. Se había desmayado en una situación angustiante. Simplemente genial, por todo lo bendito y maldito de este mundo, había fallado monumentalmente.
-Ni un minuto despierto y ya estas cayendo en un ataque de pánico- Su guía estaba allí, por supuesto, lo que le daba bastante consuelo, jamás volvería a pensar que era un martirio. En automático se levantó y alzo al Leopardo del suelo, como si fuera un gatito que obligas a dormir contigo.
-¡Guia!- Lloriqueo con la voz aguda, mientras al mismo tiempo hundía su rostro en el pelaje del animal.
El gatote no comento nada por consideración, y en cambio comenzó a lamer el pelo de su dueño, tratando de reconfortarlo. -Si te sirve de consuelo, los traje a ti y a Jungkook a un lugar seguro...nadie sabe que te desmayaste tan penosamente.
El ex terrícola gimió sorprendió, para acto seguido mostrar una expresión de incrédula felicidad. -¡¿De verdad?! ¿Hiciste eso por mí?
-Puedes verlo de esa forma, lo que importa es que puedes seguir con la cabeza en alto, nadie se ha enterado de esto- Jimin respiro aliviado, era un peso muy importante para él...aunque ahora que lo pensaba estaba siendo bastante superficial.
-Ay, creo que mi primera pregunta debió ser por la salud de todos- El Leopardo apenas pudo ocultar la gracia que le hizo la situación, tratando de toser a través de su risa.
-Bueno, al menos fue tu segundo pensamiento. También puedes estar tranquilo al respecto, Yoongi guardo la calma y contacto con la fuerza paranormal, ellos neutralizaron al aquelarre y capturaron a las ginetas- Siguió casual su guía, mientras Jimin solo asintió como si lo entendiera todo. -Mientras Hoseok estableció una cúpula protectora en este pueblo, por lo que nuestra alianza sigue siendo de suma importancia para la villa Niú.
-Que bien, al menos mi energía me respaldo. Agradecido a la Dama de niebla- Jimin hizo una demostración exagerada de alabanza a la deidad, bajo la mirada crítica del guía.
-Aunque Jungkook y Hana sufrieron un fuerte desequilibrio hormonal, por lo que están muy, muy mal humorados, tuvieron que ponerles bozal- Que mal por ellos, aunque el Omega no pudo controlar la pequeña risa que le dio la imagen mental.
-Mmmm pero Jungkook debe estar de mal humor por un montón de otras razones, o tal vez triste. Tengo que verlo ¿Puedo irme o estoy bajo vigilancia?- Ahora que lo pensaba, era raro no captar a ninguno de sus Alfas cerca.
-Han pasado tres días desde que te desmayaste- Jimin estrangulo su incredulidad, eso era mucho tiempo. -Sí, Namjoon tuvo que decirles a los agentes que era, y que habían otros dos mil pieles acechándonos, por lo que ahora tendremos un agente de alto rango supervisando nuestro clan. Jungkook se nego a guardar reposo y siguio su viaje al último pueblo, mientras nosotros nos devolvemos a la cima.
-¿Qué? ¿Por qué hizo eso?...ah sé porque lo hizo- El Omega tal vez no era originario de allí, pero el sentimiento de un orgullo roto era universal.
-Pensamos que era mejor darle espacio, pero pues acá igual quedo mucho trabajo. Namjoon ha estado encargándose del castigo de los traidores y Yoongi con Hoseok de la parte social- Jimin conocía al cazador, por lo que debía estar odiando aquella tarea.
-Bien, mejor me preparo para ir a dar la cara- Sobándose bruscamente el rostro, el ex terrícola se estiro fuera de la cama, cayendo en cuenta que no estaba en la casa de antes, sino en una especie de cuarto de hospital. Lo cual no le traía buenos recuerdos.
-Antes de que se me olvide...Vi sobrevivió- Jimin se paralizo porque, por un lado, no le agradaba la idea de ser un asesino, pero tampoco de que ese tipo siguiera rondando a su Alfa.
-¿Tengo que...?
-No, ya sobrevivió al ataque que le diste por desafío, las reglas estipulan que ahora debe ir a un juicio formal- Oh no, trámites burocráticos, no debió quejarse del sistema salvaje anterior.
-JO-DER pensé que atravesé su corazón, estoy seguro de que lo sentí morir. Agg...todo este drama para nada- Mascullando maldiciones, Jimin salió del cuarto acompañado de su Leopardo.
-Pienso lo mismo, cuando me fui de la cabaña estaba tan frio como el suelo, no entiendo que milagro lo revivió- El humano resoplo con ironía.
-Mi antigua familia decía con desprecio, que la fortuna les sonríe a todos por igual- Caminaron por un espacioso y vació pasillo...lo cual era raro, esto era un centro clínico, debería haber más movimiento.
Sintiéndose perdido por los pasillos unicolores semejantes entre sí, Jimin salto de felicidad al encontrarse a una mujer, aunque quien sabe que animal será, porque su cabello era de un azulado negruzco que le recordaba una bella noche de luna llena, aparte que tenía como pendientes colgando de cada hebra, que simulaba estrellas en su perfecto peinado. Decir que era magnifico era quedarse corto, con su piel tan pálida que parecía brillar y ojos tan negros y profundos que dudabas de su naturaleza humana.
La bella mujer les sonrió totalmente divertida, como si los hubiera estado esperando. -Buenas noches Jimin, me alegra que por fin despertaras, el paciente ocho ha estado muy inquieto, pero debías ser la primera persona que conociera, así lo escribí- A estas alturas las cosas extrañas ya no le preocupaban. Hizo brotar vida en los bosques y tejió peces, esto seguro era otro ritual raro, solo debía seguir la corriente.
-Por supuesto, perdón por hacerla esperar, estoy preparado ¿Que tengo que hacer?- Su guía lo miraba raro, lo que era mala señal.
La mujer se carcajeo de forma escandalosa, rompiendo por completo su etérea apariencia. -Son tan divertidos, ¿quién me puede culpar cuando juego un poco con sus destinos? Ah, los amo- Como si nada, Jimin fue abrazado por la desconocida, quien luego le revolvió el cabello a él y a su Leopardo. -No te preocupes, sin importar que duro sea el camino de ahora en adelante, tienes asegurada mi bendición.
Y el acto super extraño, fue cerrado con la mujer esfumándose en el aire... el ex terrícola tuvo que pellizcarse para reaccionar.
-¿Me puedes explicar que paso?- Miro a su guía, quien parecía menos perdido que él.
-No sé, una visita de Laurenel no es buena ni mala, solo augura un camino escabroso.
-¿Laurenel? ¿La deidad de la luna? ¿Esa Laurenel, no una cambia forma cualquiera con el mismo nombre? Porque en la tierra era muy común tener nombre de dioses- Jimin siguió hablando sin importar que el Leopardo ya le confirmo la primera pregunta.
-Si, la misma, la representación de la luna y dueña del destino de cada cambia-forma. Nos visitó y parece que nos dejó una gran sorpresa- No, no, no, al ex terrícola le costó pasar saliva, si esto era como las pruebas de los dioses que había escuchado en la tierra, estaba jodido.
Miro fijamente la poca expresividad del animal, para decidir que era mejor no desafiar a esa mujer, y justo cuando se dio media vuelta para seguir su camino, se encontró en frente de la puerta número ocho. Que nervios. Acobardado se agacho, abriendo lentamente la puerta, esperando tener un panorama de lo que iba a suceder, antes de enfrentarse a ello.
Hablo en su cabeza con su guía. -Lo que más me extraña de toda esta situación, es que no siento hambre, es más me siento tan lleno, como si hubiera participado en un festín.
-Eso es porque asistí a los festines de victoria por ti, ya sabes así nadie sabría que estabas indispuesto- Jimin no sabía cómo sentirse al respecto, pero no era nada parecido al agradecimiento.
-Que considerado- Renegó al mismo tiempo que ya podía visualizar el cuarto del paciente ocho. Era una habitación de hospital bastante estándar, lo cual solo aumentaba su tensión, hasta que se asomó más y vio al paciente sentado en la cama...era Vi, tan sano que no adivinarías que alguien clavo profundamente una daga en ese corazón.
-No puede ser ¿Por qué nos trajo aquí?- Su guía hizo eco de su desconcierto, y aunque apreciaba la compañía, el Leopardo se había subido a su espalda. No era exactamente pesado, pero si algo incomodo.
-¿El perdón o la venganza? No creo poder hacer ninguna de las dos- Jimin suspiro mentalmente, y decidió quedarse allí un poco más, postergando cualquier cosa que debía estar haciendo.
-Parece muy distraído, con su olfato debería ya habernos descubierto, aparte huele muy diferente- Los animales y sus olores, siempre termina escuchando algo sobre eso.
-¿Por qué se está estirando tantos los brazos?- Jimin observo con extrañes como el Perro se contorsionaba, sin dejar de mirar sus extremidades.
-Casi morir puede cambiar tu perspectiva- El Leopardo tenía un punto.
Ambos casi saltaron cuando Vi se levantó de un salto, posicionándose de espaldas a ellos. -Menos mal la cama nos tapa- Reflexiono Jimin, mientas Vi parecía estar mirándose extrañado la cola de perro, como si la descubriera por primera vez.
Ja, típico comportamiento canino, ya estaba persiguiendo su cola, que risa, jamás pensó que vería a un cambia-forma hacerlo. -Casi parece que le apuñalamos el cerebro y no el corazón.
-Tal vez casi morir le revolvió todos los chacras- El Leopardo puso los ojos en blanco y se retiró.
-Esto no tiene sentido, esperemos el juicio- Jimin sentía que ese era el mejor camino a seguir, pero justo antes de que escapara victorioso, su mirada se encontró con la de Vi, que había estado mirándose la cola.
Paniqueado, el ex terrícola cerro de un portazo, ignorando los "espere" del otro Omega. -Abortar misión- Grito internamente, fallando en el proceso de erguirse, para acto seguido gatear indignamente, solo para ser igualmente descubierto cuando Vi abrió la puerta.
-Disculpe, me puede ayudar- Jimin se quedó estático, sintiéndose ridículo y frustrado.
-No, claro que no lo hare- Invoco la rabia que aún le quedaba por este individuo, para encararlo con un ceño muy fruncido, claro que perdiendo algo de impacto cuando tuvo que pararse.
-Disculpe, es que no sé cómo llamar al personal médico- Wow, sonaba tan apacible, que buen actor era ese tipo.
-Cualquier cosa que te duela, mereces que lo haga- Estaba siendo mezquino, el problema es que estaba tan nervioso que no se le ocurría mucho.
-Yo...no siento dolor, la verdad lo que sea que me hayan inyectado me está haciendo sentir como de veinte otra vez- Con una sonrisa grande y boba, el Perro se veía genuinamente agradecido.
-Basta Vi, esto es estúpido, deberías estar muerto y ahora que sobreviviste, pagaras por tu crimen, no intentes actuar como tonto- Ya disgustado, se mostró firme, impaciente porque el otro actuara normal, sin embargo, este siguió mostrándose de forma muy lamentable.
-Lo siento, debes estar confundiéndome, aunque no creo que esas sean palabras que dedicarle a nadie, la vida humana es muy preciada- Bien, esto no estaba llevando a ningún lugar.
-Mira, guarda lo que tengas que decir para tus abogados, no quiero seguir soportándote- No quería darle la espalda a ese tipo, por lo que se quedaron mirando incómodamente por varios segundos.
-Tranquilo hijo, no te enojes, puedes ayudarme a buscar a mi familia, no tengo conmigo mi setenta ocho pro y no puedo llamarlas. Se siente raro estar incomunicado, hasta con mi edad me volví dependiente de estos aparatos- ¿Qué onda con toda esta charla tan de abuelo?
-¿Que es un setenta ocho pro?- Ni siquiera su guía podía ayudarlo.
-Se que el modelo ya tiene sus años p...¿que es ese animal que tiene allí, hijo?- Vi se fijó por fin en su Leopardo, que se encontraba con el lomo encrespado. -Que gato tan grande- El otro Omega entrecerró los ojos como si se preparara para esforzarse, para luego abrirlos asombrado, como si se diera cuenta de su buena visión, revisándose el rostro en busca de unas gafas.
-No es un gato, es un Leopardo- Casi podría haber dicho duh, por lo irrespetuoso que sonaba enfrente de este anciano.
-Esa clase de animales deberían estar en su habitad, estará más feliz con los suyos, hijo- Jimin estaba tan extrañado por lo mundana y normal que le parecía esta conversación.
-Jimin idiota- Rugió en su mente el Leopardo. -Habla como tú.
-¿Hablo como viejo?- El guía en este punto se rindió, así que se recostó y dejo que las cosas siguieran su ritmo.
-Mire señor...- Inconscientemente ya estaba siguiéndole el juego. -No, rayos Vi, deja de jugar, tú no tienes familia.
-Dices cosas muy crueles, para alguien que no me conoce- Esto era hilarante, Jimin estaba al borde su paciencia.
-Eres Vi, el Omega rastrero que casi obligo a un Alfa a marcarlo- El otro Omega burbujeo con risas.
-¿Esto es una clase de...como decía Mi-Hi...¿Rolplay? Y omageverse, es su favorito. Se supone que soy un Omega ¿Que eres tú? Sobre la trama de que obligue ¿de qué va? ¿Soy un Omega dominante o me estas juzgando porque mi celo apareció repentinamente? No es mi culpa que los Alfas no puedan controlarse- Jimin parpadeo sin palabras, totalmente fuera de esta conversación.
-Siento que estoy hablando con un paciente psiquiátrico- El ex terrícola se sentía dentro de un mal sketch cómico.
-Y eso que no lo estás viendo desde mi perspectiva- Intervino el Leopardo, hablando en voz alta, sorprendiendo completamente a Vi.
-¿Como hiciste eso, es esto una cámara escondida?- Entonces Jimin por fin reacciono, estaba hablando con otro transmigrador de la tierra. Bueno, ahora si se sentía bien estúpido.
CONTINUARÁ