El día que la luna dejó de br...

By marvzcc

533K 20.7K 3.7K

«El día que te lances por el precipicio sin miedo a caer con tanta fuerza va a ser el día en el que en verdad... More

PRESENTACIÓN
BOOK TRÁILER
DEDICATORIA
• PRÓLOGO •
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Carta I y II.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Epílogo.
Especial | Amor Cristalino

Capítulo 9.

12.7K 579 168
By marvzcc

Bored - Billie Eilish
«I just want you to set me free
Givin' you what you're beggin' for
Givin' you what you say I need
Say I need»

Un capítulo bastante largo e intenso.


A leer ;)

Capítulo 9.
¿Celos? Nah, ni de broma.

Ya había pasado un tiempo desde el día de la fiesta. A partir de ese día la relación entre Jaden y yo mejoró bastante notablemente. Y no sabía si eso me agradaba o me asustaba a partes iguales, pero me iba acostumbrando poco a poco a estar aquí.

Teníamos detalles bastante agradables uno con el otro. Cada día nos íbamos conociendo mejor, e incluso él reía más.—cosa que a Melanie le parecía extremadamente raro y no dudaba en recalcarlo cada que podía.

Me gustaba pasar tiempo con Jaden. No importaba si eso implicaba ver una película con él, salir a dar paseos nocturnos, acompañarnos cada mañana a la facultad, ayudarnos entre sí para hacer los deberes, e incluso, en ocasiones bailar en su habitación hasta terminar muertos de la risa.

Había un ambiente que se formaba en nosotros cada que nos encontrábamos solos. Esa química que teníamos cuando él se acercaba a mí y no podía pedir otra cosa más que me tocara (cosa que no pasaba, porque ninguno de los dos daba el primer paso)

Tal vez me estaba volviendo loca de no tenerlo tan cerca como quería.

¿La mejor manera de iniciar la semana? Saber que Daisy vendría el día de hoy a terminar el proyecto que dejó pendiente con Jaden el día anterior.

Y NO ESTOY MOLESTA, ¿EH?, PARA N-A-D-A.

Solo amanecí de un genio de la mier...

—¿Cómo dormiste?

—Acostada, ¿no es obvio o qué?

Un pequeño ejemplo de mi actitud tan repentina. Obviamente Jaden lo notó enseguida y trato de preguntarme qué me pasaba, así que como cualquier persona madura, decidí no decirle y dejar a su imaginación mis problemas.

La paciencia que tiene este chico conmigo es infinita, en serio.

El día transcurrió bastante tranquilo a pesar de lo que sucedió en la fiesta, ya había pasado un tiempo, pero las personas seguían hablando de lo mismo. En varias ocasiones llegué a preguntarme como era posible que Jaden no se enterara de nada.

¿Y mi madre? A ella decidí no contarle nada de lo sucedido para no preocuparla.

Últimamente nuestra relación se había enfriado más de lo normal. La veía demasiado decaída y sin ganas de nada. Me preguntaba si algún día iba a ser capaz de mostrarme así ante los demás. Yo creo que no soy lo suficientemente valiente para ello. Pero mi madre sí. Y a pesar de todo lo que puede estar pasando, ella sigue trabajando para que salgamos adelante.

Si decidí no contarle nada fue porque sé que tiene mucho trabajo últimamente. Trabaja todo el día sin siquiera descansar, pareciera que ni siquiera existo para ella.

No me preocupa mucho pensar en que eso es verdad, suelo ser bastante molesta con mis cosas.

De hecho, he estado pensando tanto en lo que pasó, que incluso llegué a pensar que quizá todo lo exagere y no fue para tanto.

Como fuera que haya sido, siempre termino evadiendo en tema para no enfrentarme.

Así o más cobarde, ¿eh?

En ese momento siento un brazo cálido enganchando el suyo con el mío.

—¡HOLAAA!

Pero si era mi querida amiga...

Pasar tiempo con Hannah solía ser algo... caótico. Gritaba mucho. Demasiado. Y aunque me he acostumbrado, nunca termina de sorprenderme con uno que otro grito.

—Yo también me alegro de verte, ¿eh?

Hannah me dedica una sonrisa y comenzamos a caminar por los pasillos de la facultad.

—Parece que no sabes qué día es hoy.

Pues la verdad es que nunca tengo noción del tiempo. Podía haber pasado un año y yo ni cuenta.

—La verdad es que n...

—¡Hoy se cumplen dos meses desde que llegaste a esta ciudad!

Volteo a verla con una cara de confusión mientras ella sonríe ampliamente.

—¿Y eso qué tiene de espe...?

—¡¿A PARTE DE TODO?!

Madre mía, esta chica no se cansaba de gritar ni de interrumpir.

—Bueno...

—Tenemos que celebrarlo. Sea como sea.

—Si te hace ilusión...

Seguimos el recorrido por la facultad mientras ella me cuenta como intentó ligar con un chico de la fiesta que hubo ayer (a la cual lógicamente no asistí).

—Era guapísimo, ni te lo imaginas. Teníamos una química tan...

—¿Mágica?

Ella me da un manotazo sin mucha fuerza en el hombro.

—¡NO!, teníamos una química horrible. Pero eso no quitaba que fuera guapo.

Suelto un suspiro cansado y ella voltea a verme confusa. Inmediatamente sonrío y hago como si nada hubiera pasado.

Cada vez era más difícil disimular mi cansancio.

—¿Y la noche termino divertida o te las tuviste que apañar tú sólita? —pregunto para seguir la conversación. A lo lejos veo a una parejita succionandose hasta el alma y hago una mueca.

—Me dijo que tenía novia. —Volteo a verla dispuesta a decirle algo de consuelo, pero cuando la veo apretar los labios como si quisiera matar a cualquiera que se le atravesará me retengo—. Pero el muy hijo de... —se detiene cuando levanto las cejas "sorprendida"—. Lo vi saliendo de una de las habitaciones de la casa donde estaba la fiesta, ¡con una chica! Amas mucho a tu "novia" ¿no imbecil? Agh, cómo odio a los hombres.

Estoy a punto de añadir algo cuando un chico de pelo rojizo y ojos cafés se acerca a nosotras.

Lo recuerdo... creo que estaba en la fiesta que hubo en la casa de Daisy, me lo había presentado, ¿cómo había dicho que se llamaba?

—Ethan. ¿Me recuerdas?, me llamo Ethan, estaba en la fiesta que hubo hace unas semanas con Daisy.

Era difícil olvidarlo. El chico era muy atractivo. Demasiado.

Puede que en otro momento me haya parecido más, pero yo solo tengo ojos para un chico. Y dudo mucho que pueda despegarlos de él.

Así pasa cuando te enamoras, chica.

—Te recuerdo —le contesto cordialmente.

—Soy difícil de olvidar, ¿eh?

Claro, no sé qué hubiera sido de mi vida si no hubiera sabido otra vez del chico del cual no me acuerdo su nombre porque ya lo olvidé por segunda vez.

Hannah que sigue a lado mío lo mira con una cara de asco sin molestarse en disimular.

—Bueno, voy a ir al grano. Desde la fiesta de Daisy que hubo hace unas semanas, creo, quería pedirte tu número, pero te perdí y ya no pude. Me enteré de que estás en esta facultad y la verdad te me haces bastante guapa. Así que vengo a pedirtelo.

No.

Era directo. Me agradaba la gente que iba sin rodeos, pero él en especial no se me hizo honesto del todo. Siento que tenía intenciones ocultas detrás de esa sonrisa que no había quitado de su rostro.

La cual comenzaba a darme miedo, por cierto.

Cuando estoy a punto de decirle que no, un recuerdo de que Jaden tiene una visita de la amiga del alma de Melanie me invade y me lo pienso mejor.

No me quiero cruzar con ellos...

Quizá si...

Volteo a ver un momento a Hannah y por su mirada yo creo que ya sabe la estupidez que estoy a punto de cometer por un impulso.

Me voy a arrepentir apenas termine de hablarle, vas a ver...

—¿Quieres salir a dar un paseo hoy? —sugiero, algo insegura de mis palabras.

Sí, genia. Un paseo al jardín de niños.

El pelirrojo me dedica una mirada confusa y luego esboza una sonrisa coqueta que no me provoca nada como la de...

No. Fuera de mi mente pelinegro.

—Claro. ¿Paso a recogerte?

Hannah me habla por lo bajo acercándose un poco más a mí tratando de parecer disimulada.

—Ashley, ¿qué carajos haces? —pregunta por lo bajo.

Yo volteo a verla y me encojo de hombros. Después me volteo de nuevo  hacia Ethan que me espera en busca de una respuesta.

—Sí, vivo por...

—Sé donde vives, con el novio de Daisy, ¿no?, ese de ojos verdes que vuelve locas a muchas, según él.

Me incluyo.

Digo... es decir...

¡CONCENTRACIÓN ASHLEY!

No sé si es por el tono o porque haya dicho que es novio de Daisy lo que me lleva a contestarle un poco más cortante.

—Se llama Jaden. Y no es novio de Daisy, para que quede claro.

Ethan me sonríe.

—Claro, así dicen todos para parecer inocentes.

Estoy tentada a contestarle, pero en ese momento da el timbre para las siguientes clases

Ethan me guiña un ojo mientras me sonríe completamente.

—Nos vemos en la tarde entonces, Ashley.  Cuídate.

Hago un gesto con la mano de despedida algo insegura. En cuando nos quedamos solas Hannah niega con la cabeza mirando el suelo y luego levanta su mirada a la mía.

—Espero sepas lo que estás haciendo. —Sus ojos me dejan una pizca de decepción, pero no digo nada.

Solo espero no arrepentirme de esto.


Jaden y Daisy llegarán en aproximadamente una hora —lo he sabido por la pequeña Dani, a la cual amo con mi alma por ser igual de investigadora que yo—. así que decido apresurarme en alistarme y en cuanto ellos lleguen irme a pasar tiempo con Melanie mientras Ethan llega por mí.

Todo un plan. Hasta parece que espere toda la vida para llevarlo a cabo.

Cuando termino de alistarme me apresuro en salir de la habitación casi volando porque he escuchado pasos en las escaleras y la molesta voz de la rubia.

Pero al parecer no soy tan rápida, porque me encuentro de frente con una chica que va vestida con una falda blanca y un top que deja descubierto su abdomen perfecto.

Nuestra querida rubia.

Jaden va igual que en la mañana, camisa azul rey y pantalones negros. Y así de simple se ve guapísimo. No paso por alto que no me sonríe al verme, al contrario, parece... ¿molesto?

—Yo ya me iba, solo pasaba por...

—¿Tienes una cita con Ethan?

Esto último lo dice el pelinegro sin molestarse en disimular su enojo.

Y vaya que se ve molesto.

Sin duda no era lo que me esperaba que me dijera en estas circunstancias.

—¿Cómo...?

—Se lo he dicho yo.

Volteo a ver a Daisy que me dedica una sonrisa. Pues claro que se lo dijo ella, en la fiesta los vi muy cercanos al igual.
Ahora me pregunto, ¿por qué mierda acepté esa salida?

Estúpido pensamiento racional...

—Pues lo has dicho mal. Es una salida, sin ninguna intención por detrás —contesto de mala gana.

—Pues eso no me ha dicho Ethan, querida.

Eso último hace que Jaden apriete la mandíbula y me observe fijamente.

Madre mía, en verdad nunca lo había visto tan molesto.

—No te debo una explicación, Daisy. —La miro fijamente enfadada, después desvío mi mirada a Jaden—. Que les vaya bien acabando su proyecto, con permiso.

La rubia pone los ojos en blanco y entra en la habitación de Jaden. Este último me agarra del brazo antes de que pueda seguir avanzando.

Me detengo confusa e irritada a la vez.

¿Qué quiere ahora?

Primero va y le cree a su amiguita sabiendo cómo es y luego me pide explicaciones, no lo entiendo.

—¿Tienes una cita con él? —pregunta prácticamente entre dientes.

—Eso no les incumbe a ustedes, porque, que yo recuerde, soy libre de hacer lo que quiera.

—Ashley...

—¿Qué?, ¿quieres saber si es una cita? Pues en hora buena, rey, no lo es. No sé qué te ha dicho la chica de ahí adentro.—Señaló su habitación—. Y no sé qué he hecho mal para que prefirieras creerle a ella, antes que a mí. Creía que confiabas en mí —lo miro tristemente—. O al menos en una mínima parte. Pero si no puedes hacerlo, lo siento mucho Jaden, yo no voy a darte explicaciones cada vez que Daisy te meta ideas en la cabeza. Es agotante, créeme.

Me suelto de su agarre y me dirijo a la habitación en la que Melanie inmediatamente abre la puerta.

—Ashley...

—No, Jaden.

—Pero...

—No te cansas de cagarla, Jaden, ¿verdad? —esto último salió de la boca angelical de Melanie—. Si no puedes confiar en ella cómo le pides a Ashley que lo haga. No seas ilógico.  Mejor decídete de una vez, y cuando tengas la respuesta, vienes y te disculpas. No la persigas para pedirle perdón si siempre vas a terminar haciendo lo mismo.

Melanie le cierra la puerta en la cara y pone los ojos en blanco.

—Hombres...

Bajo las escaleras dando saltitos cuando Ethan me avisa que pasará en 5 minutos a recojerme. Resulta que no sé cómo demonios encontró mis redes sociales y me ha hablado por ahí.

Todo va por el mal paso y aún así estoy decidiendo ir. Muy inteligente, yo sé.

Un carro deportivo bastante cuidado se estaciona frente a la casa de los Wilston y bajo la ventanilla puedo ver la sonrisa completa de Ethan.

Él tan feliz y yo planteándome salir corriendo.

Abro la puerta del deportivo y le dedico una sonrisa tensa. Me sorprende cuando empezamos a avanzar aún cuando ni siquiera me ha dicho a donde iremos.

Si me secuestran díganle a Melanie que haga un concierto en mi funeral,  por favor.

Muy buen momento para bromear, sí.

—¿A dónde vamos? —decido preguntar cuando el auto recién arranca. Si tengo que aventarme por la ventana, mejor que lo haga ahorita que no ha acelerado.

—Ya verás, te va gustar.

—Te he preguntado que a dónde vamos, no si me va a gustar o no.

Él voltea a verme con una sonrisa de lado.

—Eres muy desesperada, Ashley, ten paciencia.

—Me dices o me bajo.

Él me mira sorprendido y después dirige su mirada a la carretera.

—Tienes carácter, eso me gusta. Pero deberías tener un poco más de paciencia.

Yo pongo los ojos en blanco mientras sigo esperando impacientemente una respuesta.

Como si me importara cuál es tu tipo ahorita mismo.

—Aparte —voltea a verme—. ¿No has sido tú la que me ha invitado?

Volteo a verlo y entreabro mis labios sin tener una respuesta. Porque tiene razón.

Mierda. Qué estúpida.

Lo peor de todo es que está en lo correcto. Lo invité a salir por impulso mío. Por los malditos celos que me cuesta admitir que tengo.

No sé qué me pasa. Hace rato no estaba tan arrepentida de venir aquí con él. Me entusiasmaba al menos un poco la idea de venir, sí. El chico es guapo, también. Su actitud es demasiado lanzada y egocéntrica, aparte. Pero hay algo en él que no me atrapa como suele pasar con las chicas a su alrededor.

Tal vez hasta debería sentirme halagada de venir aquí. Pero no puedo sentir nada estando con él.

Pasados unos minuto veo de reojo como detiene el carro y se estaciona.

—Llegamos. Bájate, tengo una sorpresa para ti.

Vale, quizá yo estaba de paranoica.

Habíamos llegado a una nevería que estaba a menos de 5 minutos en carro de la casa del pelinegro. Y no sé si me alegra que esté cerca por cualquier incidente que pudiera ocurrir.

Suelto un suspiro y me bajo del carro.
Cuando piso la nevería me detengo a observarla mejor. Enseguida recuerdo que es la nevería a la cual fuimos cuando dimos un paseo con los Wilston.

El lugar no estaba mal. Solo me dieron
ganas de vomitar recién entre.

¿Quién puede tener tan pésimo gusto para elegir este diseño?

El pequeño problema era... que una jodida nevería me traía muchos recuerdos. Y los recuerdos apestan.

No me gustaba estar en un lugar así.

En sí no es el lugar, son las personas que compartes con él. O los recuerdos que dejas en él.

Y yo tenía muchos recuerdos en una pequeña nevería de mi ciudad.
Mi bajón es tan notorio que hasta el pelirrojo que tengo a lado mío lo nota, pero decide ignorarlo e irse a sentar a las bancas de la nevería.

Estoy segura de que si Jaden hubiera estado aquí...

No, él no es Jaden.

Y tal vez ese sea el problema.

—¿Por qué una nevería? —decido preguntar al cabo de unos segundos para romper el silencio.

—¿Te importa?

¿Cómo este chico puede gustarle a tantas chicas siendo tan borde?

—Supongo que si te estoy preguntando es por algo, ¿no? —le digo con una ceja enarcada con el mismo tono borde que él ha usado.

Él me observa unos segundos antes de acercarse lentamente hacia mí y quitar mi pelo del hombro para dejar su mano en mi cuello.

—No me gusta que me contesten, pero tu eres buena haciéndolo. No cualquiera se atreve. Quizá por eso me llamaste tanto la atención. —No espera más tiempo para acercarse lentamente hacia mí y ponerse cerca de mí oreja. Yo trato de alejarme pero él no me lo permite. Su agarre en mi cuello es más fuerte. Inmediatamente me dan ganas de vomitar sin saber muy bien por qué—. Aunque tu cuerpo tampoco está nada mal, ¿eh? —me dice en voz baja mientras puedo sentir como sonríe.

La verdad no comprendo por qué mierda vine.

De un momento a otro paso a estar enojada conmigo misma.

¿Cómo pude invitarlo a salir?, ¿en qué estaba pensando, joder? ¿Qué tan necesitada estoy de olvidar a cierto chico que solo trae a su amiguita que se la ha pasado humillandome?

Ya no sé qué mierda hacer.

—¿Qué quieres pedir?

Me quedo unos segundos en blanco sin ser realmente capaz de contestar.

—Yo...

—Una de limón para mí y una de fresa para la chica —me interrumpe Ethan sacando su cartera. 

El chico que nos atiende se me queda mirando unos segundos a través de sus ojos azules hasta que Ethan lo interrumpe.

—¿No escuchaste o qué?

El chico asiente rápidamente y yo pongo los ojos en blanco.

No sé qué hago aquí. Quizá debería decirle que quiero irme simplemente.

Ni siquiera me gusta la nieve de fresa.

Si tuviera que elegir hacerme mejor amiga de Daisy o comer helado de fresa preferiría ser súper amiga de la rubia.

—Ethan, yo...

—Oye, ¿sabías que mi padre es dueño de esta nevería y yo trabajo aquí?

Me detengo unos segundos confusa.

¿Cómo había dicho?

¿Estaba en un negocio de su padre y yo ni enterada?

Viendo bien, el lugar era elegante, bastante fino. Pero seguía sin gustarme el diseño, no coincidía con casi nada de aquí adentro.

—¿Quién eligió el diseño?

—Yo —me dice con una sonrisa egocéntrica—. ¿Te gusta?

—Tanto como la nieve de fresa —le contesto con una sonrisa hipócrita.

Ya quiero ver su cara cuando este vomitando la nieve de tan solo verla.

—De hecho mi padre está buscando alguien a quién contratar, y te he propuesto a ti —me dice sonriendo mientras yo lo miro aterrorizada—. No me des las gracias, lo hice porque se trata de ti.

¿Alguna vez haz pasado por una situación tan incómoda que no puedas ni hablar de lo incómoda o incómodo que te sientes?

Pues así me siento. Y mi incomodidad empeora cuando un señor de edad no tan grande sale de una de las puertas de los trabajadores con una gran sonrisa en su rostro.

Aquí es donde agradecería tener un poco de sentido común y salir corriendo.

—Hola, hijo.

Yo miro a ambos aterrorizada mientras Ethan sonríe y me atrae hacia él.  Intento apartarme pero él aumenta su agarre en mi cintura casi dejándome sin aire.

—Oye...

—Padre, aquí está la chica que te dije que estaba dispuesta a aceptar el puesto —Ethan me interrumpe sin importarle en lo más mínimo y yo frunzo el ceño, enojada.

¿QUE YO QUÉ?

Ah no, eso sí que no, papasito.

—Disculpa, yo no...

—¿Cómo te llamas, jovencita?

—Es que yo no…

—Se llama, Ashley.

Pero bueno, ¿Ethan no se cansaba de interrumpir tanto a las personas o qué?

—Ashley... —lo analiza un momento mientras me observa de arriba hacia abajo—. Creo que eres perfecta para el puesto —voltea a ver a su hijo con una mirada que me dan ganas de vomitar. He entendido lo que ha insinuado.

Solo quiero irme a casa de una vez por todas. Sin saber muy bien por qué, bajo la mirada unos segundos. Es como si volviera a ser la chica de hace unos meses.

La  chica que cedía ante todo sin poner quejas.

Tal vez siempre he sido ella y nunca cambié.

Al final, levanto la cabeza y me encuentro con el señor todavía sonriendo de una manera repugnante.

—No necesito trabajo ahora mismo, no quisiera dejar de lado mis estudios. Gracias por la oferta, pero yo no...

—Oh... no me digas que me vas a dejar con la palabra a medias, tú dijiste que querías el puesto.

—Yo nunca...

—Vamos, te voy a dar un horario que se acomode a tus clases, no van a ser tantas horas. Solo necesito alguien que sirva de butaca para atraer a los clientes. El sueldo no es bajo, y mi hijo me comentó que queda cerca de tu casa.

Volteo a ver cualquier otro lugar sin ser capaz de responder mientras aprieto los labios.

Hubo tantas veces que nunca pude decir que no. Tantas veces que me enfoque en satisfacer las necesidades de los demás dejando de lado las propias. Y hasta el día de hoy... me siento incapaz de hacer algo.

Siempre había alguien que me hacía creer en mí misma. En ser valiente y enfrentarme. El problema es que no todas las personas son para siempre.

Y la persona que me ayudaba a creer en mí, simplemente se fue. Dejándome sin nada de seguridad en mí misma. Parece que se la llevó toda cuando se fue.

Y ahora tengo que enfrentarme a esto sola.

Después de unos segundos de pensarlo suelto un suspiro.

Tal vez necesite dinero para ayudar a mi madre y ella ya no trabaje tanto. No quiero verla mal.

Volteo a ver a Ethan y después a su padre. Al final asiento con la cabeza y él me empieza a mencionar los horarios, lo que tengo que hacer y el sueldo.

Son 3 horas diarias, el sueldo no es muy alto pero no me atrevo a decir algo.
Después de unos minutos nos traen nuestras nieves y yo digo que voy al baño un momento. Ethan ni siquiera se da cuenta de cuando tiro la nieve en el basurero más cercano.

Nos encaminamos a la casa y agradezco que en menos de 5 minutos estemos ahí.

Estoy demasiado desanimada cuando llego a casa. Me encuentro con Melanie comiendo frituras en la sala y frunciendo el ceño a lo que sea que está viendo. Ni siquiera la pequeña Melanie es capaz de sacarme una sonrisa en estos momentos.

—¿Adivina quién ha puesto rock a mil decibeles para que la rubia se fuera más rápido de casa y funcionó? Pues sí, yo.

Le sonrío muy a fuerzas y me dirijo al piso de arriba.

Al llegar me siento tan cansada que no me molesto en tocar la puerta. Jaden está en la habitación sin camisa y solo lleva una pantalonera.

Al menos algo bueno en todo lo deprimente que pasó en el día de hoy.

Muy centrada, sí.

Me dirijo a la mini cocina y agarro todas las chucherías que puedo como una niña chiquita. Jaden levanta las cejas divertido y me sonríe. Yo le dedico una mirada de ojos entrecerrados antes de dejar todo en la barra.

—¿Qué te hace tanta gracia? —le pregunto en un tono bastante irritado.

—Ya no sé si es por verte tan irritada o es porque es la primera vez que te veo comiendo tantas chucherías.

—La situación lo amerita.

—¿No te ha ido bien en tu cita?

—Me ha ido mejor de lo que crees, Jadensito —le digo bruscamente.

Él me observa unos segundos antes de  acercarse a mí algo confuso y agarrarme la barbilla con una mano mientras frunce el ceño.

—¿Por qué estás triste? —me pregunta en un tono preocupado.

¿Cómo puede saberlo tan rápido este chico? Ni que fuera tan fácil de leer...

—Yo no estoy triste, solo quiero comer chucherías.

—No sé quién te haya creído tan visible mentira que acabas de decirme, pero yo no, ¿qué pasa?

—¿Debería confiar en ti después de que le creyeras a Daisy antes que a mí?, porque se me hace algo ilógico, la verdad.

Jaden tensa la mandíbula mientras me observa. Se ha tensado de una forma tan obvia que hasta su agarre en mi barbilla es más fuerte. Después de unos segundos inhala aire y baja su vista a mis labios unos milisegundos que apenas logro ver. Después su vista vuelve a subir para anclarse en mis ojos, tiene una mirada triste.

—¿Qué? —le pregunto ahora yo preocupada.

El pelinegro desvía unos segundos la mirada al ventanal donde las vistas de la ciudad son preciosas.

—Daisy no volverá a poner un pie en esta casa nunca más, Ashley. Te lo prometo.

Me quedo perpleja unos segundos en los que él aprovecha para volver a verme.

¿Eh?, ¿había oído bien?

—He tenido una pequeña discusión con ella. No me gusta que se meta contigo o con mi familia, y si a ti te hace sentir incómoda que ella esté aquí, te prometo que nunca más la volverás a ver en esta casa. Necesito que confíes en mí, y este es el primer paso. Pero necesito que tú también me digas qué pasa.

Me quedo mirándolo sin saber qué decir.

Al final bajo la vista a sus labios sin saber muy bien por qué y la vuelvo a subir, solo que ahora él parece más atento.

Suelto un suspiro antes de apoyarme en la barra.

—No lo sé, Jaden. Parece que cada vez que vuelvo a intentar confiar en alguien es como si les diera una oportunidad para decepcionarme más que la primera vez —le digo de brazos cruzados—. Y estoy cansada de eso. Muy cansada, de hecho.

—No quiero decepcionarte, quiero que confíes en mí. Y quiero demostrarte que confío en ti, Ashley. Eres la única persona que no puedo soportar que haya decepcionado. Simplemente no puedo.

Frunzo el ceño.

—¿Por qué?

La duda cruza por sus ojos y cuando está apunto de añadir algo niega lentamente con la cabeza.

—¿Qué pasó? —Evade mi pregunta.

Lo observo analizándolo antes de decidirme a hablar.

—Ethan me ha hecho una encerrona. No me dio tiempo de quejarme ni siquiera. Llegamos a una nevería, él me dijo que su padre era el dueño, su padre salió en ese mismo momento, me empezó a presionar con trabajar ahí, y al final desistí. Mañana empiezo a trabajar, son 3 horas diarias, lo bueno es que la nevería queda cerca, ¿sabes?, no sé qué hubiera hecho si...

Jaden me mira confuso y frunce el ceño mientras se le crispa la mirada.

—¿Por qué aceptaste hacer algo que no querías hacer?

—No lo sé... fue repugnante verlos a ellos dos viéndome como si...

Niego con la cabeza mientras Jaden aprieta la mandíbula con mucha fuerza y me observa.

—¿Te hicieron algo?

—No... bueno... al final tuve que desistir, no me entusiasma mucho la idea de tener que estar ahí a diario viendo a Ethan, pero no puede ser tan malo, ¿o sí?

Veo como Jaden se voltea dándome la espalda y se pasa las manos por el pelo aun mojado. No puedo evitar ver su espalda todavía desnuda.

Le doy una repasada bastante descarada y en eso él se voltea. Yo retiro la mirada avergonzada y volteo a ver el piso como si fuera lo más importante que hubiera hecho jamás.

Él se acerca hasta la barra y pone ambas manos alrededor de mis caderas. Estamos tan cerca que puedo sentir su respiración.

—Mira Ashley, no voy a juzgar lo que hiciste. Jamás lo haría, porque sé lo difícil que puede ser ponerle pausa a lo que los demás piden —respira ondo —. Pero no puedo verte así. No puedo ver este tipo de injusticias, no contigo, Ashley. Un ser con un corazón tan bueno que trata de hallarle lo bueno a las cosas. Un ser que a pesar de lo que pase siempre intenta poner a los demás primero. Y no es justo. No voy a dejar esto así, porque no mereces nada de la mierda que te están haciendo, ¿oíste?  Vales mucho más que un patán que solo sabe ser un cobarde. No te merecen, Ashley.

Yo estoy en blanco mientras todavía lo miro fijamente. Abro la boca y la vuelvo a cerrar. Mi corazón se acelera cuando él baja su vista a mis labios y juro que puedo ver que sus pupilas se dilatan.

Nunca nadie me había dicho cosas tan buenas de mí. Y eso hace que mi corazón empiece a latir con más rapido de lo normal. Cuando me armo de valor para contestar mi voz sale aguda.

—¿Q-qué... qué vas a hacer?

Él vuelve a subir la vista a mis ojos y tiene una mirada tan intensa mientras yo me agarro con más fuerza a la barra.

—Lo que quieras que haga. Me pides el mundo y lo voy a poner a tus pies —en eso me dedica una sonrisa de lado bastante coqueta mientras mira mis labios—. Aunque preferiría ser yo el que se arrodille ante ti, la verdad.

Yo lo observo con los ojos muy abiertos y en menos de un segundo él ya se está riendo a carcajadas de mí.

Menudo caballero.

Dios, su risa es tan perfecta.

—Hablo en serio.

—¿Quién dijo que yo no?

Pongo los ojos en blanco mientras él se vuelve a acercar a mí más seriamente.

—Hago negocios en línea. En eso trabajo, los clientes me piden que consiga buenos sitios y me va bien. Podría dejar en la calle a ese cobarde, Ashley. Solo necesitas pedírmelo y te aseguro que lo haré —me dice en voz baja—. Lo que sea que me pidas lo haré.

Jaden mueve su brazo lentamente hasta detenerse en mi cuello y su mano empieza a subir por ahí, finalmente se detiene en mis labios y puedo sentir a mi corazón prácticamente saliendose de su sitio. Tiene la piel fría, y el puro contacto hace que me den escalofríos.

Un poco más arriesgada de lo normal muevo mi mano lentamente y la coloco en su hombro dando breves caricias

Dios, quiero tocarlo.

Jaden cierra los ojos y veo cómo se tensa. Bajo mi mano a la zona de su abdominales observando cada reacción de él hacia mis caricias. Él agarra mi mano que hace unos segundos trazaba caricias en su abdomen y le deposita un pequeño beso antes de acercarse a mí y dejar otro debajo de mi oreja para después bajar a mi cuello pasando su nariz por este. Su cabello me provoca cosquillas, pero en este momento solo puedo sentir sus labios pasando por mi cuello y dejando pequeños besos que me hacen sentir demasiado.

Se detiene unos segundos ahí y puedo ver como cierra los ojos conteniéndose. Se separa lo suficiente para que pueda ver sus ojos que me dicen todo lo que él no me está diciendo. Observa mis labios detenidamente y se acerca poco a poco. Estamos a una distancia casi nula de besarnos, un centímetro más y...

Y justo en ese momento tienen que tocar la jodida puerta...

—¿Ashley?, ¿estás bien?

Me separo de Jaden torpemente mientras me recompongo algo avergonzada y volteo a ver cualquier lugar en el que él no esté a mi vista.

Unas solas caricias y ya estoy alterada. Pues este chico tiene poderes o qué.

Tardo unos segundos en responder mientras analizo lo que acaba de pasar.

Joder... esto no está bien. Va a jugar conmigo. Esto no puede volver a pasar, pero es que... joder. Las ganas de besarlo están haciendo que pierda la cabeza y mi sentido común.

—Yo...

—Menos mal, joder, estás viva. Perdón por despertarte, no podía dormir, estaba preocupada. Perdón —dice algo avergonzada, lo cual me saca una sonrisa muy impropia del momento a mí y a Jaden que se ha situado a mi lado.

—No te apures, estoy bien. Gracias por preocuparte —en eso volteo a ver al pelinegro—. Al parecer haz sido la única —digo en medio broma.

—Pues como siempre... —casi me imagino que pone los ojos en blanco—. Bueno, descansa, espero mañana puedas contarme el chisme completo, ¿eh?. Solo que ya te sabes horarios, a partir de las 7 empiezo mi ritual de duendes para no volver a ver a Daisy.

Yo suelto una risa mientras Jaden me mira con una mirada acusadora.

—Gracias, Melanie. Buenas noches, que sueñes con el amor de tu vida.

—Sí, ojalá soñar con el viejito de up... en fin, descansa.

Jaden me ve con una mirada de ojos entrecerrados y yo suelto una pequeña risa.

—¿Qué?

—Así que ella es la única que se preocupa, ¿eh?

—Pareció sincera...

—¿Y yo no?

—Me pareces un mentiroso, más bien.

—¿Ah, sí?, ¿y mentiroso en qué aspecto?

Tardo unos segundos en contestarle analizando si decirle lo que quiero decirle.

Al final desisto y pongo mis manos en sus hombros, él se queda algo confuso y queda todavía más cuando decido hablar.

—Dijiste que te arrodillarias ante mí y te sigo viendo aquí de pie, Jaden.

Él me observa, sorprendido. No hay rastro de burla ni de broma en su cara. Cuando habla hay una intensidad en su mirada que hace que el calor en la habitación aumente.

—¿Quieres que me arrodille ante ti, Ashley? —me pregunta en un susurro mirando mis labios.

Y yo, como una chica que no puede controlar su nerviosismo por el tono tan ronco que ha usado me hecho para atrás en este jueguito.

—¿Eh? ¡No!, claro que no. Estaba bromeando, cómo crees.

—Por mí no hay problema, tenlo por seguro Hash. Me arrodillaria para ti las veces que me lo pidas.

—Sí, claro. Y yo me subiría a ti las veces que me lo pidas, Jaden —pongo los ojos en blanco y de nuevo él me observa muy atentamente.

—¿Y a qué esperas?

¿Eh?

Me pongo roja y él aprovecha ese momento para reírse abiertamente. Como tardo mucho en responder él me arrastra a la cama que está detrás de nosotros y yo abro los ojos rápidamente.

—¿Q-Qué haces?

Él me sonríe y se deja caer en la cama sentándose completamente en esta y poniendo sus manos en el respaldo detrás de su cuello.

—¿No dijiste que te subirías a mí las veces que quisiera?

—¡¿EH?¡ —grito alarmada.

—No grites así Ashley, no querrás despertar a los demás y nuestro show se acabe.

Madre mía, a este punto ya debía estar rojisima. Y claramente el pelinegro no ha parado de reírse.

Yo me dirijo al closet que está a lado de la cama con los brazos cruzados para buscar una pijama. No sé cómo explicarlo, pero cuando empiezo a sacar ropa siento su mirada en mí, y eso hace que mis manos se tiemblen un poquito.

Esto es ridículo. Necesito acabar con esta tensión.

Dejo la ropa en la cama y señalo el pasillo.

—Fuera, Mike wazowski.

—¿Por qué Mike wazowski?

—Porque parece que solo tienes un solo ojo para estarme espiando.

—No te espio. Te veo. Y es inevitable no hacerlo, así que...

—¡Fuera!

Él se está riendo cuando se pone de pie.

—Y yo que pensaba que querías que te quitara la ropa, no que te la pusiera.

Suelto un gruñido y le aviento una prenda de ropa persiguiendolo mientras el corre riéndose a carcajadas.

Gracias por leer =)

Ig; marvzcc

Continue Reading

You'll Also Like

1.5M 93.4K 85
Nela Schrödez tiene un billete de ida, pero no tiene uno de vuelta. Adaptarse a un nuevo país nunca es fácil y menos cuando se acaba de perder lo más...
97.2K 5.7K 22
Ésta es mi historia, no soy una damisela indefensa que fue lastimada por un cruel monstruo. Solo fui una chica poco lista que terminó enamorándose de...
455K 31.3K 32
Tercer libro de la serie amores de la mafia [EN PROCESO] Crecer como la hija de uno de los capos de Italia solo tiene una ventaja -tener un matrimoni...
1.5M 245K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...