—Debes enviar a BaekHyun de regreso a Corea de inmediato —le dijo MinHee con dureza con un gesto de fastidio en su rostro. SeoHyun giró en dirección de su madre y le susurró: "Debes estar bromeando" sin creer del todo lo que escuchó salir de los labios de su madre.
MinHee agudizó su mirada, lo que envió una serie de escalofríos a la mujer joven. Carajo... algo grande había pasado.
Sin embargo, tontamente esperó que le dijera que estaba bromeando, pero SeoHyun solo recibió otra mirada más severa que la anterior. No se le era nada nuevo ese odio irracional que sentía su madre hacia BaekHyun, SeoHyun prefería ignorar todo ello por su propia paz mental, era mejor fingir que no pasaba nada y parecía funcionar, aunque ahora de seguro su madre no pararía hasta que escuchara todo lo que tuviera que decir. BaekHyun era su amigo, su niñero, su persona de confianza. Era consciente de que su mamá no lo quería ni un poquito, pero BaekHyun seguía siendo una especie de pilar en su vida para botarlo como si fuera menos que basura. Por favor, si en primera instancia él ni siquiera quiso acompañarla a París cuando se lo ofreció, otros en su lugar no lo hubieran dudado ni por un segundo, pero SeoHyun tuvo que arreglárselas para convencerlo, ¿para qué? ¿Para al final decirle que ya no lo quería a su lado de repente? Su madre debía de estar bromeando.
—¿Qué voy a hacer sin BaekHyun? —preguntó resignada. MinHee apenas se inmutó. Sin duda, muchas cosas pasaban por sus narices y ella ni cuenta, pero por lo menos estaba a su lado para que no le vieran la cara de tonta—. ¿Acaso tú vas a cuidar a HaNeul? ¿Vas a hacerte cargo de ella, madre?
La mujer mayor se abstuvo de responder que BaekHyun apenas cuidaba a su nieta. Eso no era lo importante, no ahora.
—Podemos contratar a otra persona... —sugirió.
—No es lo mismo. —SeoHyun no la dejó terminar. Es que no se lo podía creer, por supuesto que no—. Baek sabe qué es lo que mi hija necesita, cómo calmarla y más. Nadie podría hacerlo como él. HaNeul lo adora ¡Yo lo adoro! Es un rotundo no, madre. Te permito muchas cosas, pero esto no.
—¡No entiendes que es un peligro para ti! —Dio un palmazo en la mesa en donde estaban los aperitivos, haciéndolos saltar. SeoHyun frunció su ceño a más no poder al verla actuar como una desquiciada. Esto era demasiado incluso para ella—. ¿Acaso no lo ves o eres así de estúpida?
—No me insultes —dijo firme. Odiaba cuando su madre se alteraba, porque eso implicaba que se desquitara con ella—. BaekHyun es un encanto, no sé por qué carajos sería un peligro para mí. Es el chico más bien portado que he conocido. Es intachable.
Y no era una exageración. Lo conocía desde hace tanto que más que una relación de empleador y empleado, eran amigos, tal vez no eran los más íntimos, pero amigos, al fin y al cabo. El doncel era de las pocas personas en las que podía confiar el cuidado de su pequeña sin tener que preocuparse de una posible negligencia o descuido, tenía la certeza de que con él su HaNeul estaría bien atendida, lo suficiente como para que le rogara quedarse con BaekHyun un rato más al momento de decir adiós, lo que siempre sucedía, para variar. En cambio, su madre solo lo detestaba, ¿por qué? Ni idea ¿Por ser doncel? Algo ridículo y anticuado, ya que BaekHyun jamás le hizo absolutamente nada y vaya que cualquiera hubiera explotado por esos ataques constantes. Tenía la paciencia de un monje. Lo bueno era que su madre no estaba tan casa seguido como se esperaría, más le interesaba su vida social y las compras, por lo que no se veían las caras tan seguido.
Conocía de primera mano esa animadversión, pero... su madre jamás fue tan directa para decirle que se deshiciera de BaekHyun. Debió de habérsele metido alguna idea tonta como para pedírselo así.
—¿Has visto cómo mira a ChanYeol? —soltó sin más MinHee. Listo, con esto debía de ser suficiente para su hija uniera los puntos.
Para su frustración, SeoHyun pareció imperturbable y se encogió de hombros sin darle importancia. ¿A ella qué le interesa cómo BaekHyun mira a ChanYeol?
—Ni idea. BaekHyun puede tener un flechazo por ChanYeol, ¿y qué?
—¿Qué clase de respuesta es esa? —bramó su madre ahora sí furiosa. Caminó alrededor de la habitación desesperada y frustrada de la reacción de su hija, si fuera ella... Dios, ese chico se arrepentiría—. ¿Comprendes la gravedad del asunto?
SeoHyun volvió a encogerse de hombros y chasquear su lengua mientras seguía acomodando sus nuevos vestidos con toda la paciencia del mundo. Esto sí era importante, no la manera en la que BaekHyun miraba o no a ChanYeol, no sería el primero ni el último chico en tener un flechazo por un hombre como ChanYeol ¿Qué le importaba en todo caso? No es como si estuviera casada con ChanYeol o fueran pareja, solo vino a divertirse y BaekHyun no era de la clase de chico que es estúpido ni fácil de ilusionar. Desde que llegó a su vida se había convertido en esa voz de la razón que la ayudó a mejorar su reputación y tomar las decisiones correctas. Tenía más juicio que su propia madre, de ahí el cariño que le tenía, era tan leal y no dudaba en defenderla de las habladurías por más que a veces se sentía intimidado por hacerle frente a otras personas, pero BaekHyun era un buen chico.
Sin embargo, siendo lo más importante: BaekHyun no era ella, por más cruel que eso sonara. SeoHyun se ilusionaba fácilmente, BaekHyun la hacía pisar suelo y le abrió los ojos innumerables veces ante esos hombres que eran unos patanes de pies a cabeza, pero eran habilidosos con las palabras. BaekHyun era astuto, tenía ese sexto sentido para leer a las personas y sus intenciones, era mejor que ella en tantos sentidos... Él era conocedor de que hombres como ChanYeol nunca sientan cabeza con absolutamente nadie, ni aspiran a algo serio, solo buscaban a alguien que les calentara la cama por un rato, luego pasaban al siguiente candidato y SeoHyun dudaba mucho, por no decir que estaba segura, de que BaekHyun no se dejaría engatusar por un tipo atractivo con dinero y buena labia. BaekHyun siempre fue mejor que eso.
Entonces, ¿qué le importaba si ChanYeol le parecía alguien guapo a BaekHyun? Él siempre lo tuvo más claro que ella y no le preocupaba.
Era triste si lo pensaba, pero así eran las cosas.
—No hará nada —afirmó con calma, casi burlándose de su madre—. Él es muy leal, BaekHyun dará un paso al costado sin que se lo diga. Además, es incapaz de comenzar algo con alguien como ChanYeol.
—Eso lo sé. —MinHee puso sus ojos en blanco. Su hija a veces era tan ingenua que eso dejaba de ser un encanto para volverse en un problema—. Ese chiquillo es muy correcto, siempre tan bueno, hasta manipulable en cierta forma, pero... —Bajó la mirada y sonrió para sus adentros cuando SeoHyun la miró con interés, esperando lo que sea que tuviera por decir—. ¿No has considerado la posibilidad de que a ChanYeol le atraiga BaekHyun? ¿Qué sucede si alguien como ChanYeol se encapricha? ¿Alguien que siempre tiene todo lo que quiere?
—¿De qué hablas? —Soltó con una risa burlona SeoHyun—. ChanYeol apenas sabe de la existencia del niñero.
La otra mujer bufó. Su hija era realmente tonta. BaekHyun sería todo, pero desde el minuto cero supo que ese doncel ni un pelo de tonto tenía. Conocía a los de su calaña.
—BaekHyun nunca me terminó de convencer, más que nada siempre me pareció sin chiste y algo distraído, nunca me gustó su cara santurrona ni esa falsa modestia junto a su tonto rol de hijo servicial y trabajador. Si rechazó a varios pretendientes es porque de seguro solo estuvo esperando algo mejor, atrapar a alguien que le arreglara la vida con solo chasquear los dedos. —La joven mujer quedó sin aliento al escuchar a su madre hablar tan mal de BaekHyun; sin embargo, lucía tan seria al decirlo... MinHee al saber que plantó la semilla de la duda en SeoHyun sonrió para sus adentros—. Tiene encanto como todo doncel, y está esa maldita aura de inocencia a su alrededor, pero lo he visto, lo suficiente para saber que si quiere él... —Apretó sus labios, no quería sonar grosera, pero era bastante obvio a qué se refería—. He visto cómo ChanYeol lo mira, cómo lo trata, cómo en lugar de estar pendiente de ti lo está de ese muchachito. ¡Realmente es un descarado!
SeoHyun suspiró exageradamente. Su madre estaba loca, sí, nada nuevo, pero esto era un nuevo nivel de locura. Había sobrepasado sus propios límites.
—Mamá, mejor vete a dormir, ¿quieres? —preguntó con falsa amabilidad para decidirse por irse a su propia habitación, necesitaba paz y su madre nunca se la daría.
—¿Hace cuánto que no tienen sexo? —soltó como si nada Minhee. SeoHyun se sobresaltó, quedándose en la entrada de la puerta, y la observó con las mejillas rojas.
—¡Mamá!
—No me creas tonta, SeoHyun —dijo aún con ese tono autoritario. SeoHyun se relamió los labios nerviosa, tal vez, recién dándose cuenta de lo ciega que estuvo todo este tiempo. MinHee sonrió con burla y negó con su cabeza—, sé que ese hombre no pagó tantísimo dinero solo para apreciar tu belleza de cerca.
La aludida boqueó y sin querer algo comenzó a incomodara.
Porque, era imposible, ¿no es así? BaekHyun, él... no, de todos él no.
Aunque mientras más lo pensaba, ya no estaba tan segura. Una cosa era tener un platónico unilateral, y otra era ser correspondido. Lo sabía, un hombre como ChanYeol no se quedaría de brazos cruzados y si BaekHyun le gustaba lo suficiente, sacaría sus mejores cartas para tenerlo donde lo quería, la pregunta ganadora era: ¿BaekHyun sería capaz de no sucumbir ante los encantos de un jugador experimentado?
—Nunca... no pasó nada entre nosotros —confesó, sintiéndose como una tonta. Una verdadera tonta. ChanYeol todo el tiempo no solo la evitó, sino que se aseguró de que la pasara fuera del hotel para él así poder hacer lo que quisiera sin tener obstáculos—. Él dijo que está muy ocupado con el trabajo y...
—¿Por qué estaría tan ocupado como dice si ambos acordaron la fecha del viaje para tener tiempo a solas? —le preguntó lo obvio. SeoHyun sintió que toda la sangre le abandonaba el rostro, estaba pálida, el aturdimiento era tal que cayó sentada en el cómodo sillón mientras pensaba en mil y un cosas, entre esas, que ChanYeol era un hombre con tan poca moral y sin escrúpulos, ¿invitarla para finalmente botarla solo por seguir a su niñero?
Qué patán.
—No puede ser —soltó en un jadeo.
—¿Ves lo que trato de decirte, hija? —MinHee se levantó para ir a su encuentro, acariciándole sus cabellos largos con suavidad, con tacto, como si fuera una niña pequeña a la que debía guiar. SeoHyun seguía sin reaccionar del todo. Era demasiado para digerir—. Si ese hombre ya no está interesado en ti como en un inicio y tampoco pasa tiempo contigo ¿Por qué seguir manteniéndote aquí? ¿Cuál es su propósito? ChanYeol no parece ser el tipo de persona que le guste perder el tiempo y hacer las cosas solo porque sí... a menos de que su objetivo sea otro. Tal vez hubo un cambio de planes cuando quien cruzó su camino primero no fuiste tú, sino BaekHyun, ¿no lo has pensado?
—Yo...
—¿Siquiera sabes dónde está BaekHyun y ChanYeol ahora? —le preguntó sin darle chance de nada. SeoHyun estaba confundida, realmente confundida—. Y no me digas que ese chiquillo cuida a HaNeul. Mi nieta está en el área infantil con los hijos de los empleados y de los huéspedes, BaekHyun desde hace un tiempo que se olvidó de la razón de por qué viajó con nosotras y por qué está en Paris en primer lugar, se le olvidó a quién le debe muchas cosas y que tú le tendiste la mano muchas veces. Es un desconsiderado, ¿qué lo hace diferente de una arpía?
—No sé que... —Boqueó siendo incapaz de siquiera decirlo en voz alta—. ¿Qué se supone que haga?
MinHee sonrió al ver a su hija totalmente perdida. Acarició su mejilla como solo una madre puede hacerlo y suspiró como si esta fuera una difícil decisión, cuando estuvo esperando la oportunidad perfecta de sacar a ese chiquillo de sus vidas desde que ingresó a estas.
—¿Qué más? —le preguntó como si no pudiera ser más que obvio—. Debemos volver a Corea de inmediato. Yo te dije que no era una buena idea traerlo con nosotras. Debes escuchar más a tu madre.
No sabía cuándo pasó, sí cómo, porque lo permitió, lo recibió con los brazos abiertos, bueno... también con las piernas abiertas. BaekHyun no podía dejar de pensar en que estaba cagándola en grande, pero se sentía tan bien que ya no le importaba nada más. Solo quería seguir siendo sostenido por los fuertes brazos de ChanYeol, sentir su cálido y fornido cuerpo. Se sentía por las nubes.
Estaba en la habitación de ChanYeol, su habitación, la misma que estaba llena de su colonia cara y de seguro exclusiva, lo estaba mareando y su cabeza daba vueltas. Todo en ChanYeol era totalmente impresionante e imponente como se esperaba de un hombre como él, en algún punto se preguntó cómo había llegado a esto, en general, pues ChanYeol era todo lo que un doncel describiría como un hombre de ensueño y de alguna manera logró atraparlo, a pesar de que intentó apartarlo en un inicio. BaekHyun debía darse crédito, porque no hizo mucho para alejarlo realmente. Así que sí, era culpable, pero ya no tenía tiempo para recriminarse, no si tenía a ChanYeol sujetándolo de la nuca con una mano y con la otra le sujetaba la barbilla, asegurándose de que mantuviera su boca bien abierta y a su disposición. Él solo se dejó hacer, era desastroso, la saliva se escurría de sus labios, cada tanto se quedaba sin aliento, pero estaban calientes y BaekHyun estaba avergonzado y necesitado, pero avergonzado a fin de cuentas, porque recordó su única relación: su ex novia, una chica linda y tímida de la que no pasó de besos inocentes y uno que otro con lengua, porque eran unos mocosos y ahora estaba comiéndose la boca con un hombre doce años mayor que él.
Sentía como si ChanYeol lo estuviera devorando vivo.
Y por cómo iban las cosas, tal vez hasta tendría sexo con él.
BaekHyun gimió en medio de beso, separándose de los carnosos labios de ChanYeol cuando este metió sus manos debajo de su camisa acariciando todo el largo de su torso, apretando luego sus caderas con ganas. BaekHyun se preguntó cuánto deseo sentía ChanYeol por él, su respuesta fue inmediata cuando sintió un bulto duro como una roca frotarse en su cuerpo. En verdad estaba pasando, un hombre como ChanYeol lo deseaba y se había puesto duro como un animal con unos cuantos besos. Una parte de él, estaba orgullosa, pavoneándose incluso.
No tuvo que esperar mucho cuando el mayor bajó sus labios a su cuello, lamiéndolo e incluso mascándolo, puso sus ojos en blanco de inmediato por lo bueno que se sentía, ChanYeol sin duda era un hombre experimentado y pensó que le daría una noche inolvidable, luego podía presumirle a LuHan el haber perdido su virginidad con un hombre como ChanYeol, no le había contado nada sobre su aventura, pero suponía que tendría que prepararse para la videollamada que duraría toda una vida, porque no había nadie más chismoso que LuHan. El pensar en su amigo lo llevó a cuestionarse que haría él si estuviera en su situación, sin duda no se quedaría quietecito y se dejaría hacer, LuHan era más descarado y atrevido, en cada sentido.
Aprovechando que ChanYeol estaba más interesado en desabrocharle la camisa, tomó una respiración profunda para darse ánimos, era como si escuchara al chino alentarlo, como ese diablito a tu izquierda que es la voz de la tentación. No lo pensó más, aprovechando que estaba contra la pared, se recostó un poco en esta, miró el techo preguntándose si en verdad iba a hacerlo, pero apartó esos pensamientos, y le dio un apretón al pene de ChanYeol, aún estaba con su pantalón de vestir encima, pero escuchó perfectamente el gruñido que soltó cuando lo hizo.
—Mierda... —jadeó mientras tensaba la mandíbula. BaekHyun tragó grueso al verlo así, su mirada pareció oscurecerse—. Tú, en verdad, me vas a volver loco.
Acto seguido, le chupó los pezones con desespero. El doncel chilló al sentir su boca caliente en esa zona sensible, como si buscara sacar algo de allí, la mera consideración lo hizo sonrojar hasta las orejas. Estaba mojado, tanto por delante como por detrás, estaba chorreando lubricante, y pensó que era injusto, entonces con decisión llevó su diestra al miembro del contrario y con mayor seguridad que la primera vez, lo acarició, arriba abajo, se sintió sexy, más al ver más desespero en el mayor.
BaekHyun no quería arruinar el momento, pero sin duda no quería salir con un embarazo en su primera vez, su madre lo mataría con sus propias manos. Ese pequeño momento de lucidez lo hizo molestar, porque si ChanYeol tenía condones consigo, significaba que no dejó de frecuentar a sus amantes... o que sabía que lo tenía donde quería.
Cuando iba a abrir la boca, ChanYeol optó por acariciarle la mejilla con parsimonia, fue tan dulce que se estremeció. BaekHyun lo miró expectante, hasta que esa misma mano que le dio esa gentil caricia, fue a su cabello y lo jaló hacia abajo.
El mensaje fue claro. Y BaekHyun no se hizo de rogar.
No le tomó más de un minuto ponerse de rodillas y bajarle el cierre de su pantalón. El resto lo hizo ChanYeol, BaekHyun era consciente de que sin el alcohol corriendo en su sangre, no habría tenido el valor de mirar a ChanYeol a los ojos mientras este le introducía su pene en la boca, se sentía lascivo y tenía ese deseo egoísta de que fuera memorable, dejar una huella. Incluso podría ser una gran anécdota que contar el cómo se ligó a un hombre de negocios mayor que él y que además era mitad europeo, mismo que de seguro podía acabar con él hambre en África si así lo quisiera. Por eso mismo, estaba dando lo mejor de sí, jamás se la había chupado a nadie por obvias razones, y ChanYeol no era lo definido como pequeño ni mediano, algo obvio, considerando que pasaba el metro ochenta, entonces ahí estaba él, creyéndose invencible y capaz de todo, agitando con desespero su cabeza adelante y atrás, mientras que con su diestra acariciaba los testículos del hombre mayor, BaekHyun tenía la coartada de que lo estaba haciendo bien, más que nada por los gemidos roncos de ChanYeol y las alentadoras palmaditas en su cabeza, como si le dijera que estaba haciendo un buen trabajo.
Aprovechando que ChanYeol alzó su cabeza en busca de sus labios, quiso mencionarle sobre la protección, ChanYeol podía mandar a alguien que le traiga condones o algo. Sin embargo, antes de pronunciar palabra alguna su celular sonó por una llamada entrante.
Era SeoHyun.
Al principio, lo ignoró, fue automático, porque se sentía embriagado por todo el aroma y calor de ChanYeol, era sencillo lo que seguiría, solo tenía que desnudarlo de ahí abajo, le sonrió desde la cama al verlo acercarse lentamente mientras se masturbaba sin apartar sus ojos de su cuerpo. Iba a mencionarle lo del condón, pero cuando lo vio sacar de su mesita de noche uno de su paquete, sintió un jalón a la realidad, más cuando vio el lubricante.
Todo había sido planeado, tal vez no pudo ser hoy, pero ChanYeol claramente tenía todas las intenciones de acostarse con él. BaekHyun sintió que la calentura se le bajaba hasta que escuchó de nuevo su celular, era SeoHyun y de repente se le quitaron las ganas al recordarse a sí mismo dándole palabras de aliento, deseándole buena suerte con ChanYeol, el mismo hombre con el que estuvo a punto de acostarse.
Se sintió horrible.
Y eso fue un baldazo de agua fría.
"¿Qué mierda estaba por hacer?". Esa pregunta retumbó en su cabeza, torturándolo y antes de siquiera procesarlo había empujado a ChanYeol lejos de él mientras torpemente intentaba abrocharse su camisa y acomodarse sus prendas. Su respiración se hizo errática. Una cosa era que le gustara ese hombre, mucho, que lo atrajera físicamente y lo encontrara sumamente encantador, pero otra muy diferente era pasar sobre todo en un capricho de tenerlo.
Alzó la mirada encontrándose con el rostro confundido de ChanYeol quien a simple vista lucía desconcertado. BaekHyun estaba aterrado, realmente lo estaba y solo atinó por aclarar su garganta antes de excusarse.
—L-lo siento... no puedo. No así —dijo e intentó hacerlo a un lado de su camino para volver a su habitación y fingir que nada había pasado cuando despertara al día siguiente. Con suerte y con esto ChanYeol buscaría a SeoHyun, así dando cierre a lo que sea que pasó entre ambos.
Por más que lo deseara y sintiera algo, no podía. BaekHyun no era del tipo que atacaba por la espalda.
—¿Cuál es el problema? —le preguntó ChanYeol a su tras. Para su sorpresa, no lucía molesto, ni le estaba reclamando, solo lucía como un hombre dolido. De repente, BaekHyun quiso llorar—. Tú eres soltero y yo también lo soy. No le debemos nada a nadie.
El doncel sonrió con amargura. Claro. Ambos estaban solteros, eso sonaba bien, pero él sabía por qué razón dejó Corea para venir a París, lo sabía más que bien.
¿Acaso estaba jugando con él? ¿Quería verle la cara? ¿Creía que no sabía absolutamente nada sobre sus planes iniciales con SeoHyun? ¿Así de tonto lo creía?
Quien debía estar aquí y en esta situación era SeoHyun, no él. Nunca debió ser él.
«¿Y si...?», un atisbo de miedo lo atacó al pensar en que podía estar jugando con ambos a la vez. Sabía que ChanYeol estaba gran parte de su tiempo libre con él, pero tampoco era como si pudiera vigilarlo las veinticuatro horas del día, tampoco podía hacerlo con SeoHyun y pensar en la posibilidad de él jugando con ambos hizo que sus ojos picaran con más fuerza. Siempre se creyó sensato, racional, pero sabía que ese hombre era su punto débil, si ChanYeol insistía más, no iba a poder negarse.
Por lo que debía irse de una buena vez. Inventarle algo a SeoHyun para regresar a Corea, Minhee no dudaría en apoyarlo, porque le convenía. Será sencillo. Lo difícil sería olvidarlo.
Con esa idea tragó en nudo en su garganta y antes de pasar por la puerta de la habitación de ChanYeol para marcharse, lo escuchó decir algo que le hizo doler el pecho.
—BaekHyun, me gustas.
Estaba jodido. Esas palabras lo hicieron detenerse, quiso regresar, abrazarlo, pero tuvo que ser fuerte y antes de caer ante él, cerró sus ojos y salió corriendo de ahí antes de que su corazón lo traicionara.
Aguantó las lágrimas y el querer decirle que también le gustaba.