Dulce Tentación ➳ ChanBaek

By -Angelcries

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Para ser niñero no se necesitaba de mucha lógica según BaekHyun, solo era cuidar bien del niño en cuestión y... More

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Epílogo [1/2]
Epílogo [2/2]

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By -Angelcries

BaekHyun después de darle tantas vueltas, finalmente estaba por hacer lo que tanto anhelaba hacer cuando supo que iría a París.

Turismo.

Tenía una buena parte de sus ahorros consigo en este momento. Estaba ansioso y temblando de la emoción, quería comprarle muchos recuerdos a su madre, tal vez hasta hacer una videollamada con ella para distraerla y que lo vea todo con sus propios ojos. Le hubiera encantado que estuviera aquí con él, estaba seguro de que ella lo amaría tanto como él lo estaba haciendo. Le entristecía saber que era muy poco probable volver a París, más si era con su madre. Pasaría un buen tiempo para que pudiera costearlo sin tener que quedar endeudado de por vida. Si es que siquiera tenía una posibilidad, por más remota que esta fuese.

Y si eso ocurriese, si es que tenía suerte, ChanYeol no estaría ahí. De seguro, para ese entonces, ChanYeol ya tendría sus propios hijos y una vida realizada, porque solo le faltaba eso, echar raíces, porque el éxito ya lo había logrado y lo había hecho en grande.

Se preguntaba, quién sería la afortunada o afortunado.

Daba igual, ellos harían su camino por su lado, de hecho, dudaba volver a estar en contacto con ChanYeol una vez que volviera a Corea, entonces lo mejor era enfocarse en tener recuerdos memorables y no quedar como un tonto al ir a París sin haber pisado el museo del Louvre. BaekHyun acomodó en su pequeño bolso su polaroid y más cachivaches que eran necesarios, caminó por las calles parisinas disfrutando del agradable clima, aunque debía ser porque tenía puesto un sombrero gigante encima y lo acompañaba con unas gafas de sol que cubría más de la mitad de su cara. Daba igual que lo miraran raro, había tomado buenas fotos, mismas fotos que luego su madre lo regañaría por ser solo del paisaje y que en ninguna toma estuviera él.

No es que se considerara feo, en realidad, BaekHyun creía que era lindo, pero tampoco se consideraba una belleza andante, tal vez si no tuviera esos ojos pequeños y algo caídos, si su nariz fuera más fina y respingada... LuHan era un claro ejemplo de belleza andante, pero él tenía lo suyo y alguien algún día lo iba a querer así, con sus ojos pequeños o por su retaguardia como a veces bromeaba LuHan.

Sin dejar de caminar, buscó en su bolso un poco de bloqueador, a este paso se iba a cocinar como un tocino. Estuvo tan concentrado en encontrar el pequeño pote que sin querer chocó con alguien.

—¿Qué haces aquí? —preguntó BaekHyun con una sonrisa en grande en el rostro cuando al levantar la mirada, sus ojos se encontraron con ChanYeol.

—Que yo sepa París es un lugar donde cualquier persona puede transitar libremente sin tener que estar dando explicaciones —respondió ligeramente divertido—. Mhmm... parece que necesito un permiso especial, primero mi hotel y ahora mi ciudad natal. Deberé mandarte un aviso con antelación cuando me decida por visitar Corea, no vaya a ser que también sea cuestionado por mi estadía allá... a pesar de ser mitad coreano.

BaekHyun rodó sus ojos al verse burlado de tal manera. Más al ver a ChanYeol divertirse a costa suya sin siquiera disimularlo, ni un poquito. Al parecer, se estaba volviendo una manía suya.

Y, para colmo, se reía a rienda suelta, mostrando ese hoyuelo que estaba haciendo estragos con él. Debía parar, ChanYeol era atractivo, pero verlo risueño y en esa faceta hacía que sus mejillas se sonrojaran irremediablemente y que incluso respirar fuera un poco difícil.

¿Era demasiado obvio que le gustaba cada vez más este hombre?

—Tú sabes que no me refiero a eso. —BaekHyun se aclaró la garganta. Se había distraído admirándolo, en su defensa, los chicos de su universidad no eran así de atractivos ni elocuentes. Dudaba haber visto alguna vez un hombre como Park ChanYeol en su vida—. Esta es la entrada a Disneyland.

ChanYeol parpadeó incrédulo al oírlo, giró su cabeza a la izquierda, entrecerró los ojos y, efectivamente, ahí estaba.

—¿Lo es? —preguntó con desinterés el mayor. Vaya, no lo había notado y si era sincero, no le importaba. Había salido de un almuerzo de negocios y fue a caminar para relajarse, pero sin querer se encontró con BaekHyun. Esta vez no ha sido planeado, en absoluto. Entonces cayó en cuenta de que BaekHyun estaba siendo ese tipo de turista y quiso bufar al respecto, porque era todo el bendito estereotipo con lo que ChanYeol llamaría disfraz ridículo. No dijo nada, usualmente era un tipo de lo más sincero, incluso lo catalogaban de cruel por esa sinceridad arrolladora, pero no quería espantar a BaekHyun que hasta el momento parecía ser todo lo bueno del mundo y un ser muy sensible—. Te puedo llevar a un lugar mejor, conozco la ciudad como la palma de mi mano.

Para ChanYeol era una buena oferta, donde los dos salían ganando. Y si era sincero, debía aprovechar la clara ventaja que tenía.

No quería parecer desesperado, pero estaba fallando en grande. Agradecía que BaekHyun no lo notara o fingiera no hacerlo, porque no era algo de lo que enorgullecerse.

—No, gracias —contestó rápidamente BaekHyun. ChanYeol quedó pasmado por el rechazo tan tajante que, sin duda alguna, fue un golpe directo a su ego y orgullo como hombre—. Es decir... yo quiero estar aquí, en este lugar. Ya sé que es algo tonto para alguien de más de veinte años, pero... siempre quise estar en Disneyland desde que tengo memoria.

ChanYeol sonrió ante lo tierno que se le hizo eso y el alivio que sintió era ridículo, pero saber que fue rechazado por un sueño infantil fue un alivio, porque no era un rechazo en el sentido de la palabra.

Si hubiera sido SeHun se habría burlado de él por tres meses como mínimo, pero no se trataba de SeHun, sino de BaekHyun entonces era válido a sus ojos.

—Bien. —Bajó sus lentes de sol (que a diferencia de los de BaekHyun, los suyos sí eran elegantes y no cubrían más de la mitad de su rostro) para observar mejor al doncel—. Supongo que necesitarás un traductor.

—ChanYeol...

—Entremos —ordenó con suavidad. BaekHyun parecía inseguro de hacerle caso—, pero la condición es que luego te mostraré otros lugares. Seré tu guía por este día. Hay más que Disney aquí en París y tengo toda la noche para mostrártelo.

El menor quiso gritar que sí, que ya partieran, pero la voz de la razón no lo dejó.

—Pero, ¿qué hay de SeoHyun...? —intentó hacerlo recapacitar. Esto estaba mal, demasiado. Necesitaba trazar un límite, de una vez antes de que sea demasiado tarde y cometiera una tontería.

Sin embargo, el otro no se inmutó por la mención de la mujer.

BaekHyun no sabía si alegrarse o regañarse por sentirse contento por eso.

—Ella no está aquí —concluyó ChanYeol con una media sonrisa en sus labios.

El niñero se detuvo al escucharlo. Él... él no acababa de decir eso, ¿verdad?

¿Por qué se emocionaba siquiera? ¿Por qué le hacía tanta ilusión que ChanYeol se viera a solas con él a espaldas de su jefa? No, no quería pensarlo. Ya sabía la respuesta de antemano. Era el más feliz de tener toda la atención de un hombre como él, más al ser puesto primero en su lista de prioridades.

Lo observó por unos segundos más, no pudo evitar sentir la adrenalina recorriendo su cuerpo. Más si le tendía su mano y le mostraba esa sonrisa galante junto a ese endemoniado hoyuelo. BaekHyun solo quería sumergirse en eso, dejarse llevar, no pensar en nada más que solo él y ChanYeol divirtiéndose.

—Eso suena mal... muy mal —agregó en voz baja mientras hacía todo lo posible por ignorar la mirada de ChanYeol en sus labios.

—Lo sé. —Soltó una risa ronca que envió una serie de escalofríos a BaekHyun. A este punto, ¿para qué disimular más? Le urgía tenerlo solo para él—. ¿Vamos?

—Vamos.

—¡Quiero subir a ese! —dijo emocionado BaekHyun mientras señalaba la imponente maquinaria.

ChanYeol hizo una mueca. No era fanático de cualquier cosa que involucrara altura y velocidad, era más... práctico.

Si era sincero, las alturas no eran lo suyo. Curioso, porque por poco y llegaba al metro noventa de estatura, pero desde pequeño detestaba cualquier actividad de riesgo que involucrara estar a más de dos metros del piso.

Además, eso tenía agua. Iba a arruinar su costoso traje hecho a medida y eso no era una opción. Podía comprarse otro tranquilamente, pero no le apetecía ir con el doncel, no esta vez. Se limitaría a observarlo a lo lejos, seco y sin un posible ataque de vértigo de por medio. Tenía una reputación que mantener, y no iba a impresionar a nadie si perdía la compostura.

Y se guardaría el comentario de que la sede en Tokyo superaba con creces esta, no quería arruinar la emoción de BaekHyun. ¿Qué podía decir? Tenía una sonrisa hipnotizante y no quería que se apagara ese brillo tan suyo.

—Te vas a empapar —le advirtió, pero fue en vano, BaekHyun ya tenía el boleto en la mano, mientras parecía dar brinquitos en su lugar, como un cachorro emocionado—. No digas luego que no te lo advertí.

—¿No vas a acompañarme? —preguntó con esos ojitos que causaron estragos en su interior.

¿Tenía el corazón para negarse? Sí, ChanYeol era ese tipo de hombre cruel que podía quitarle un dulce a un bebé, y sería realmente feliz si ese bebé fuera HaNeul.

—Me limitaré a verte desde aquí.

—Está bien. —Antes de irse le dio una mirada traviesa. ChanYeol arqueó una ceja ante la vista, fue desconcertante, pensó que sería mejor recibir esa sonrisa teniendo a BaekHyun desnudo en su cama, invitándolo a unírsele y hacer con él lo que quisiera. Se quedó mucho tiempo pensando en esa fantasía que BaekHyun asumió su silencio como una negativa—. Tú te lo pierdes, aburrido.

«¿Qué demonios estoy haciendo?», se cuestionó seriamente ChanYeol cuando con un movimiento de mano, saludó a lo lejos a BaekHyun.

Podría estar ahora mismo con SeoHyun, tal vez teniendo sexo o en juegos previos o bebiendo un buen vino después de haberlo hecho. De hecho, ese era el punto de que haber pagado incluso el pasaje de este chico y el por qué estaba expectante desde un inicio que incluso los recogió personalmente del aeropuerto. Realmente ChanYeol quería darse una abofeteada ahora mismo, estaba en Disneyland, él, por su propia voluntad, debía de ser un mal chiste. Odiaba mucho este lugar y no entendía el sentido de tanta emoción, ni siquiera cuando era un niño y sus padres se daban un tiempo para traerlo aquí, nunca le encontró la gracia y por eso incluso era catalogado como un aburrido desde su tierna niñez. Pero ahí estaba él, esperando a que BaekHyun terminase y volviera a subir a otro de sus jueguitos hasta que decidiera que ya era hora de irse.

No, ChanYeol no se entendía ni en lo más mínimo.

Aunque si lo hacía un poco. Solo le estaba cumpliendo un capricho al doncel que le gustaba en lugar de hacer un movimiento. Jodidamente cursi, ¿qué sucedía con él?

Cuando lo conoció en el aeropuerto había pensado que podía tanto divertirse con él como con SeoHyun cuasi simultáneamente. ChanYeol había ideado un plan, era simple, lograba llevar a BaekHyun a la cama en eso que hacía de guía turístico, lo hacía hasta cansarse de él y luego le pagaba por las molestias, una vez que terminaba lo de buen anfitrión, iría con SeoHyun para ya disfrutar los placeres que ella le prometió en sus conversaciones por chat, iba a ser grandioso, porque sería tener los dos lados de la moneda, porque a BaekHyun se le notaba esa inexperiencia e inocencia, mientras que SeoHyun era una seductora por naturaleza. Iba a ser el mejor mes de su vida, porque en eso que estaría con BaekHyun enseñándole varios trucos en la cama, para no ser molestado podría haberle inventado una excusa a SeoHyun sobre su repentina desaparición, como ahora lo hizo, nada del otro mundo. El único inconveniente era que él no tenía ganas de llegar a ninguna situación comprometedora con SeoHyun y no estaba haciendo nada sustancial con BaekHyun tampoco. Parecía una cita sacada de una tonta película romántica para adolescentes y, lo peor de todo, estaba bien con solo eso.

SeoHyun creía que él se encontraba en una junta o lo que sea, no importaba, cuando le dio su tarjeta y le dijo que fuera de compras otra vez, ahí fue cuando ChanYeol supo que su maldita tarjeta era su as bajo la manga, porque ni bien se la tendió, la mujer no escuchó lo que dijo después y lo supo, SeoHyun quería que él se largara de una buena vez para comprar compulsivamente. No se lo dijo, pero él lo supo y estaba bien con eso.

No lo quería cerca, a ella le importaba más su dinero, que su persona haciéndole compañía. Sonaba justo para ChanYeol, porque él estaba más interesado en tirarse a su niñero.

En realidad, había considerado ser sincero y hacer que SeoHyun se fuera de vuelta a Corea, pero si SeoHyun se marchaba... BaekHyun la iba a seguir con los ojos cerrados y eso no era una opción. No sin siquiera haber logrado algo.

Elevó sus cejas cuando lo vio volver con su ropa mojada y un rostro de: "Tenías razón, pero no lo admitiré". Sin embargo, a pesar de que BaekHyun claramente iba hacia él, fue interceptado por otro hombre que no dudó en acercársele, ChanYeol al verlo sintió una oleada de celos que lo hizo tensar la mandíbula.

A pasos seguros se acercó y cuando escuchó lo que le dijo el desconocido al doncel sudó frío, más al verlo agarrarlo de la cintura con total confianza, era de mano larga, como todo francés y un coqueto por defecto, pero BaekHyun estaba más que ofendido en lugar de interesado. ChanYeol entendió inmediatamente el por qué, hablábamos de una cultura muy abierta donde el contacto físico es común y luego estaba esta otra cultura en la que se esperaba que fueras muy correcto y nada pegajoso.

—Je suis désolé, mais ce garçon mignon est à moi.

Ni bien terminó, recibió las disculpas del caso, ChanYeol quiso reír cuando BaekHyun aún en medio de su confusión, porque claramente el francés no era una lengua que dominase, asintió dándole toda la razón sin ser consciente de que acababa de decir que era suyo, una parte de él estaba contenta, esa parte posesiva, porque BaekHyun era más que lindo, era inteligente, gracioso, y carismático.

Era... como un sueño hecho realidad.

—Estoy empapado —dijo en voz baja luego de un rato—. ¡Y no lo digas! —Lo señaló sin dejar de sonreír ampliamente. Lucía tan satisfecho, a pesar de lo sucedido con el desconocido que ChanYeol decidió concederle su pedido.

—Como quieras, pero te vas a resfriar.

—No es para tanto, solo son unas cuantas gotas —se defendió sin dejar su sonrisa de lado—. Vamos.

«Unas cuantas gotas...», pensó ChanYeol, al reparar en su apariencia. De repente, se sintió ansioso.

No parecía así, con el sol que estaba en toda su gloria, esas "gotas" permitían ver entre sus prendas su esbelta figura.

Una cosa era imaginar qué había debajo, estaba ese factor seductor resultante de una curiosidad primitiva y atracción, pero otra cosa era verlo con sus propios ojos.

Y no poder tocarlo.

«Estúpidas gotas», pensó con rabia al no poder ser esas gotas. Esas que le permitían ver esa cintura pequeña y vientre plano, comprobar que esas caderas anchas no eran una exageración suya lo hizo salivar. Para ser un doncel, estaba bien desarrollado y vaya que él conocía de donceles.

—¿Vas a subir a otro juego? —preguntó, intentando desviar la conversación. No necesitaba que su cuerpo lo traicionara.

—Nop, creo que ya estuve en los principales —respondió el menor aún con la emoción en su voz—. Además... —Bajó la mirada—. Alguien me prometió ser mi guía hoy.

ChanYeol arqueó una ceja ante lo mimoso que sonó. Dios, ¿en qué otras situaciones BaekHyun sonaría así, como si ronroneara?

—Promesa no, fue un ofrecimiento —ChanYeol decidió tomarle el pelo un poco, era gracioso hacerlo.

—¿Eso es un no?

Quiso reír, vio el pánico y vergüenza en su rostro. Era encantador.

—Todo lo contrario, te mostraré varios lugares.

—Uhmm... ¿cómo cuáles?

ChanYeol se mordió la punta de la lengua para no mencionar su habitación. Fue un pensamiento intrusivo.

—Los históricos, luego a algo más acorde a nuestra edad. —Se felicitó internamente por sonar amigable y no como un urgido. ChanYeol se preguntaba hasta cuándo le duraría esa decencia, nunca le tomaba demasiado seducir a un doncel. Ni siquiera tenía que hacer tanto, pero suponía que cada esfuerzo tenía su recompensa.

—Así que me sorprenderás.

«Ojalá», respondió ChanYeol en su mente.

Si lo lograba cautivar, las piezas caerían en su lugar por sí solas. ChanYeol estaba seguro que, si BaekHyun no quisiera nada con él o no le interesara ni un poco, hace rato hubiera mantenido su distancia de él o lo hubiera mandado al demonio de una forma educada. Si bien él no era de relaciones y las evitaba como la peste, eso no era impedimento para ir tras quien le interesaba, nada serio, por supuesto. ChanYeol sabía cuándo un doncel se sentía atraído por él y podía afirmar que BaekHyun le daba todas las señales. No era tonto como para no darse cuenta, solo que decidió ir a su ritmo para no abrumarlo. No hubiera seguido insistiendo si solo hubiera recibido indiferencia. No era esa clase de hombre que trabaja en una causa perdida, supo desde un primer momento que era correspondido.

Se preguntaba qué resultaría ganador al final de la noche, si su lealtad a su jefa y empleo, o su atracción hacia él.

Sonrió ante la idea.

Sea cual sea el resultado final, ChanYeol lo respetaría.

—¿A dónde vamos? —preguntó BaekHyun mientras observaba curioso los lugares por los que pasaban. ChanYeol avanzaba con esa característica seguridad suya en su andar sin detenerse cada cierto tiempo para buscar en Google Maps dónde demonios se encontraban (como él lo hizo antes de que el mayor viniera en su rescate) y eso lo hizo sentir más que emocionado.

Iba a hacer turismo de verdad, no con un guía anticuado o por su cuenta, lo que tampoco era bueno por varias razones, ya que pasaría más tiempo perdido que disfrutando. Iba a hacerlo con alguien que conocía el lugar al derecho y al revés, y que no buscaba venderle baratijas a precios inflados.

¿Estaba mal imaginar de vez en cuando que se trataba de una cita? BaekHyun suspiraba cada que veía a el perfil de ChanYeol mientras le contaba datos históricos y curiosidades de ciertos lugares, era tan atractivo y no solo eso, era su tipo, nunca tuvo un tipo, pero ahora estaba seguro que ChanYeol lo era y eso que SeHun también era guapo, pero aún así no pudo apartar la mirada de ChanYeol.

—Ahora iremos al Palacio de Versalles —dijo el mayor con calma. Hacía un buen clima y tener a BaekHyun al lado lo puso de buen humor—. Sonará ridículo, pero intenta no separarte de mí. Se nota a leguas que eres un turista.

Y la magia ahí acabó.

Era un grosero.

—Tampoco es como si tú no lucieras asiático —masculló molesto. ChanYeol sonrió de lado al escucharlo. No se refería a eso. Su intención jamás sería ofender al menor, claro que se le era divertido tomarle el pelo de vez en cuando, pero jamás pasar esos límites de hacerlo sentir mal consigo mismo.

¿Cómo explicarlo? ChanYeol se rascó la nuca ante ese dilema. Este día en especial BaekHyun parecía estar particularmente susceptible y no quería jugar con su suerte.

—Miras todo de una manera... —Se tuvo que morder la lengua para no decir que los ojos del niñero parecían brillar como los de un niño, podía apostar a que estaría igual de ilusionado si ve a una mosca pasar, solo porque se trataría de una mosca parisina o algo así de tonto—. El punto es que se nota que no eres de aquí.

BaekHyun se cruzó de brazos e hizo una mueca. No, no entendía a qué se refería el mayor, pero igual estaba sumamente ofendido. ChanYeol por más que luciera serio al respecto no lo terminaba de convencer.

—¿A dónde dijiste que vamos? —Optó por la paz. BaekHyun no quería insistir más en ello, porque estaba seguro de que un poco más y se molestaría en serio con ChanYeol, lo que no estaba en sus planes, solo quería divertirse y pasarla bien.

—El Palacio de Versalles.

—Oh, ese sí me suena.

—Me dijiste que nunca estuviste aquí. —le dijo ChanYeol confundido por su respuesta. Sonó... como si estuviera familiarizado y eso lo hizo detenerse para observar con duda al niñero. Diría que era un fanático de la cultura, pero lo dudaba, la verdad, el chico no sabía nada de nada fuera de los básico.

—No, o sea, hay postre llamado Versalles, me gusta mucho. —BaekHyun se sonrojó por la tontería que acababa de soltar. ChanYeol alzó sus cejas al escucharlo sin creer lo que dijo. Hubo un silencio entre ambos, en eso que el doncel se maldecía por ser suelto de lengua—. ¡No te rías!

Eso fue suficiente para que el mayor soltara unas carcajadas. En serio, no recordaba reírse así al lado de un doncel, menos al lado de una mujer, pero BaekHyun era todo un caso y ni siquiera lo intentaba, siendo ese su encanto. Tal vez por eso se le hacía aún más atrayente la idea de estar con él, fuera de que le atrajera físicamente, BaekHyun siempre sería una buena compañía.

—¿Cómo no quieres que lo haga? —preguntó aún sin dejar de reírse por lo inesperado que fue ello. BaekHyun tenía un gesto de derrota pintado en su rostro.

Tan lindo.

—Bien, sigue riéndote a costa mía. No me importa —masculló molesto el doncel. Aceleró sus pasos y decidió seguir con su camino, aún sin saber a dónde iba exactamente, pero siempre con dignidad y con la frente bien en alto. Por supuesto que sí.

Siguió caminando mientras refunfuñaba molesto. Estaba bien que ChanYeol le gustara, ¿para qué hacerse el que no cuando sus piernas le temblaban cuando le sonreía de esa manera coqueta tan suya? Tal vez estaba sobre reaccionando, era un cúmulo de todo. El viaje repentino, su madre sola, SeoHyun, la bruja de la madre de SeoHyun, ChanYeol, él y ChanYeol, lo que estaba muy, pero muy mal, pero le hacía sentir las típicas mariposas en el estómago que jamás sintió hasta que conoció a ChanYeol y eso lo hacía estar de malhumor, pues cada vez sus aleteos eran más fuertes.

Ganas no le faltaban de arrancarle las malditas alas a esas mariposas.

Estaba realmente frustrado y decepcionado de sí mismo por su poca fuerza de voluntad. No pensó que este viaje sería así, él sinceramente esperaba pasarla con HaNeul y estar su tiempo libre paseando por ahí, siendo ignorado por SeoHyun y su saliente, o lo que sea, pero no, todo se le había escapado de las manos... si es que alguna vez tuvo control de la situación. No quería pensar mucho en eso, no quiso y terminó desquitándose de alguna manera con ChanYeol, quien a sus ojos tenía mucha culpa del caos que era su mente en estos momentos.

Aún sumido en sus pensamientos, sintió que alguien lo agarró de la muñeca con algo de fuerza, más que nada, para llamar su atención. BaekHyun puso sus ojos en blanco, pero sonrió, no estaba realmente molesto, solo fastidiado.

—ChanYeol, aún sigo ofen... —Se calló al ver que no era ChanYeol, sino un hombre europeo cualquiera que le sonreía de una manera que no le gustó ni un poco, más bien le envió una serie de escalofríos nada buenos en su cuerpo.

Entró en pánico cuando el desconocido no liberó su muñeca, sino que aumentó su agarre cuando hizo el amago de soltarse.

¿Esta era la señal para correr? Claramente sí, pero ¿A dónde?

Intentó zafarse una vez más, pero se detuvo al ver que el desconocido intentó ponerle una pulsera roja. Detuvo todo movimiento, supuso que quería vendérsela. Intentó explicarse pobremente que no lo compraría, pero el tipo se mostró renuente a dejarlo ir y buscaba todas las maneras posibles de ponerle la bendita pulsera y eso le aterró al doncel, pues nadie lo ayudaba y era él contra el desconocido que parecía no escuchar razones.

¿Por qué estas cosas tenían que pasarle a él?

Intentó negarse y siguió removiéndose como un caracol al que le echaron sal encima, pero nada funcionaba y el tipo seguía insistiendo. Entonces comenzó a levantar la voz para que comprendiera que no quería. No necesitaba su mugre pulsera. BaekHyun incluso le dio unos cuantos pisotones para que lo dejara ir, también unas palmadas, pero nada, fue peor, ya que otros tres tipos se acercaron a él con rostros para nada amigables y supo que eran los refuerzos, pero no para él.

Cerró sus ojos con fuerza y pensó en muchas cosas. Entre ellas, que no debió ser tan orgulloso y separarse de ChanYeol, porque se lo dijo, le advirtió que era un blanco fácil.

Sin embargo, de un momento a otro lo soltaron y con algo de duda y miedo por lo que se encontraría abrió uno de sus ojos. Suspiró de alivio al ver que solo estaba ChanYeol en su delante. Luego enfocó mejor y lo vio con esos tipos, claramente enfadado y ellos parecieron hacerse pequeños a comparación. Los vio intercambiar algunas palabras en francés y finalmente se largaron sin darle una mirada más. BaekHyun al no sentirse más en peligro se permitió respirar con tranquilidad.

—Te dije que no te separes de mí. —Sonó furioso y BaekHyun bajó la mirada sumamente avergonzado por el incidente. ChanYeol terminó soltando el aire contenido y peinó sus cabellos, no, no ganaba nada sacándole en cara que tenía razón. Menos si el doncel le miraba con esa carita de cachorro bajo la lluvia, a este paso se estaba convirtiendo en su punto débil—. No, olvídalo. Ni es tu culpa. Yo debí mantenerte vigilado y no perderte de vista. Sabía que esto podía pasar.

—¿Por qué lo hicieron? —preguntó en voz baja.

—Te dije que era obvio que eras un turista, ¿no? —Bufó y miró su muñeca, haciendo una mueca al ver la pulsera roja ahí—. La pulsera. —Señaló con desgano—. Intenta quitártela.

BaekHyun alzó su diestra sorprendido, no lo había notado, pero igualmente obedeció. Se sorprendió al ver que no cedía, el nudo era fuerte.

—Notaron que eres un turista, fueron y tu pusieron una pulsera a la fuerza —explicó con calma. Al parecer era común por la manera en que lo dijo—. Es lo que hacen. Al inicio parece un gesto amable, pero luego al amarrarlo, el nudo es prácticamente imposible de deshacer. Luego te obligan a pagar por ello.

—Oh...

—Hace realmente molesto el turismo, el verdadero turismo —aclaró—. Los puedes encontrar en casi todos los lugares más populares y concurridos. —Se sacó su abrigo y se lo puso sobre sus hombros. BaekHyun apenas alzó su cabeza, luciendo aún temeroso. ChanYeol sonrió apenas y le dio un par de palmaditas en sus cabellos castaños en un afán de consolarlo—. Está bien. Esto no es tu culpa.

—Por supuesto que no.

ChanYeol arqueó una ceja ante lo rápido que llegó esa respuesta.

Bien, BaekHyun era un cabeza dura, algo que detestaba, pero que no le molestaba si era BaekHyun.

—¿Te parece ir a Notre Dame? —le preguntó con suavidad. BaekHyun asintió emocionado—. Podemos también dar un paseo en bote —consideró. Había mucho que podían hacer, pero, de nuevo, a él poco le importaba, París sería un punto referente para el turismo, pero para ChanYeol no era la gran cosa, porque nació y se crio gran parte de su vida aquí, es lo que ve todos los días desde que tiene uso de razón. Corea se le hacía más interesante, tuvo pocas oportunidades de visitar ese país, solo hizo unos cuantos viajes en sus años más tiernos para ver a su familia paterna, luego por trabajo, pero seguía siendo un país que se le era llamativo, en un sentido diferente a París.

Pero para BaekHyun París parecía ser lo más grandioso e interesante del mundo que simplemente se permitió llevarlo por donde se le antojara sin poner peros. Así pasó toda su tarde, BaekHyun jalándolo del brazo, preguntándole hasta por los codos algo que para ChanYeol era cultura general, pero igual respondía sin burlas, luego irían a comer en algunos puestos callejeros, ChanYeol le platicaría un poco de los platillos, más relacionándolo con su niñez y BaekHyun lo escucharía siendo literalmente todo oídos. Tal vez el doncel estaba por demás distraído, porque de tanto jalarlo del brazo pasaron a estar solo caminando mientras disfrutaban de la compañía del otro, BaekHyun no lo soltó, solo mantuvo su brazo entrelazado al suyo. ChanYeol no era fanático del contacto físico, no, odiaba cuando sus compañías iban a algo más que solo insinuaciones o coqueteos, y optaban por algo más doméstico, pero le gustó esto, pasear por las calles de París del brazo con BaekHyun, como si fueran una pareja normal o algo así.

Podía escuchar a SeHun riéndose de él, pero, ya qué.

BaekHyun por su lado estaba más que feliz, si el doncel no supiera que se trataba del mismo hombre que en resumidas cuentas gastó un dineral solo para tener sexo con su jefa, juraría que esto era lo más parecido a una cita, la mejor de toda su vida. Aunque, no debía hacerse ilusiones, era un hombre mayor y se mostró amable con él. Y, de nuevo, había un conflicto moral, claro que SeoHyun quería dinero, o si no ella no le hubiera hecho tanto caso a ChanYeol, era guapo y millonario, suficiente, ella era atractiva y estaba dispuesta, ambos acordaron encontrarse y listo, él nunca formó parte de esa ecuación ni de sus planes, pero los arruinó sin querer, de alguna manera se interpuso entre ambos, y lo peor, no se apartaba, sino que seguía ahí adrede, siendo un impedimento. Su madre estaría tan decepcionada de él y si lo supiera, ni bien pisara en Corea, lo agarraría de los cabellos y lo pondría de rodillas hasta que se arrepintiera de su indecencia.

Sí, BaekHyun tenía más de mil razones para alejarse de ChanYeol, llegado al punto en que sabía que esto dejó de ser amabilidad como tanto se quiso engañar para sentirse menos culpable consigo mismo. Estaría bien si hubiera sido solo eso al inicio y ChanYeol se hubiera largado con SeoHyun ante su negativa, pero no, porque por lo que le escribió SeoHyun, ChanYeol supuestamente estaba en una junta de trabajo y se lo comentó no molesta, sino feliz de tener tiempo solo para ella y las tiendas de marcas de lujo. Lo que lo hizo sentirse como una especie de amante. Más ahora que estaban en un ambiente al que llevarías a un amante, un maldito bar que lo deslumbró, como se supone que los infieles hacen: deslumbrar al amante de turno para así lograr su objetivo.

Entonces estaba fastidiado por todo.

De nuevo, BaekHyun podía sentir a su madre respirar a su tras mientras le repetía lo molesta y decepcionada que estaba de él. Y ya se estaba hartando de eso también. Le dio un trago a su bebida antes de leer el último mensaje de SeoHyun, para darse valor o sentir menos vergüenza, quien sabe, pero siempre era sobre lo que compró y a veces pidiéndole su opinión sobre qué prenda o bolso era mejor, esta vez no fue diferente, solo que luego agregó que era divertido, porque ChanYeol nunca estaba ahí y a modo de juego bromeó sobre lo que estaría haciendo en estos momentos.

BaekHyun hizo una mueca y acabó de un solo sorbo su bebida con alcohol.

¿Qué podía responder? "Qué curioso. Tu hombre está conmigo ahora mismo y estamos en una especie de cita. Uy, ahí vienen los tragos, tengo que irme. Lo cuidaré muy bien por ti, no te preocupes".

No, eso sonaba muy mal. Realmente pésimo, porque más que nada, no se arrepentía de nada, y eso lo molestaba, el querer sentirse arrepentido y no sentirlo, intentó convencerse de que sí bien SeoHyun y ChanYeol estaban muy lejos de ser una pareja, estaba mal lo que estaba haciendo, porque conocía de primera mano la ilusión de SeoHyun de poder tener algo con ChanYeol. Mierda, incluso le dio ánimos, se sentía una víbora, pero al final del día estaba contento de recibir toda la atención de ChanYeol.

—Aquí está, es champagne rosa —dijo orgulloso ChanYeol mientras cargaba con orgullo la botella.

Sí, él también estaba animado. Solo que ChanYeol había bebido su peso en alcohol y seguía de pie, mientras él llevaba poco y estaba un poco más suelto, pero solo eso. Sentía un montón de calor, hace rato se había deshecho del sombrero ridículo y sus gafas gigantescas. Se veía mucho más decente.

—¿Rosa? —preguntó sorprendido por el lindo color. ChanYeol sonrió aún más y BaekHyun bajó la mirada, tratando de ocultar su sonrojo, al menos estaban a oscuras en este bar así que era fácil de disimular o si no, podía echarle la culpa al alcohol.

—Sí, es de lo mejor —afirmó ChanYeol para luego terminar su copa de un solo trago.

BaekHyun le dio un sorbo y arrugó su nariz por el sabor.

«¿Y esta mierda cuesta tanto?», pensó disgustado.

—Déjame adivinar, prefieres una malteada o un trago dulce —se burló ChanYeol mientras se servía una segunda copa. BaekHyun estaba sin habla al verlo acabar con su bebida sin más, este hombre bebía alcohol como si se tratase de agua.

—Una Coca-Cola es lo más acertado. Me encanta.

—Optas por lo dulce.

—Son mí debilidad —confesó, era una suerte que nunca hubiera tenido ninguna caries—. Pasteles, caramelos, chicles, mientras sea dulce, soy feliz.

«Supongo que uno es lo que come», pensó ChanYeol ligeramente divertido.

—¿Bailas? —preguntó después de un rato. BaekHyun lo observó sorprendido, pero ChanYeol lo observaba con intensidad, poniéndolo nervioso, lo que empeoró cuando se levantó y se puso a su lado.

—Algo. —Y eso bastó para que el mayor tomara su mano y lo jalara haciéndolo chocar contra su pecho fornido.

BaekHyun quiso maldecir al sentir esas mariposas hacer lo suyo de nuevo y sus piernas flaquear al oler la colonia cara de ChanYeol, el sentirlo tan cerca, invadiéndolo por todos lados con su mera presencia. Un gemido casi se le escapó de sus labios cuando fue fuertemente tomado por la cintura y llevado a la pista de baile.

Estaba perdido. Le gustaba, sí, ChanYeol le gustaba muchísimo. Ese pensamiento no lo abandonó durante toda la canción, no pudo evitar estar ensimismado en ChanYeol, quien con maestría lo guiaba por la pista y con esa confianza tan atrayente cada tanto le sonreía al notar su sorpresa ante su habilidad.

Un galán por naturaleza. BaekHyun supo que había perdido hace tanto, que luchar era en vano, pero no quiso aceptarlo, el alcohol estaba haciendo que tuviera una perspectiva más clara de todo.

En algún momento en medio de la canción, observó ensimismado esos ojos almendrados enfocados en sus befos. BaekHyun solo lo miró en silencio, tal vez a la espera de algo, por más avezado que sea. Lo que no fue un error de su parte, ni una mal interpretación, porque ChanYeol se acercó a su rostro. Inmediatamente desvió su rostro, una reacción automática, que lo hizo sentir esos carnosos labios en su mejilla.

Había tomado, pero seguía sin tener el valor suficiente para dar un paso adelante. Había algo de racionalidad en él, poca, pero ahí estaba.

—¿Por qué estás tan reacio a aceptarlo? —preguntó ChanYeol al tomarlo del mentón y alzar su cabeza para que lo mirara. Cara a cara. BaekHyun no pensó que ChanYeol hablaría directamente sobre el asunto, se lo veía serio. Pensó que actuaría como si jamás hubiera pasado, porque era lo mejor—. Sé que no quieres apartarme, BaekHyun, todo lo contrario, yo te gusto, lo sé. Y tú sabes que me encantas, entonces, ¿por qué te empeñas en alejarme?

El doncel se quedó sin palabras cuando el mayor con su pulgar delineó sus labios lentamente. Algo explotó en su interior, tal vez fueron las estúpidas mariposas, ahora en su lugar, habían fuegos artificiales, llamas, todo ardía en él, pero aún no lo consumía. No supo qué hacer. Su corazón latía como loco, su pulso aumentó y quiso decir tanto, pero a la vez nada.

Y que ChanYeol estuviera mirándolo con ese anhelo no ayudó mucho a su autocontrol, a esa molesta voz que le decía lo mala persona que sería si lo permite.

—Te quiero cerca... —pronunció con lentitud. Aún dudoso de sus palabras, pero no de sus sentimientos. Observó a ChanYeol respirar pesado, sus palabras afectándolo y quiso llevarlo al siguiente nivel, demostrar que él también podía causarle estragos, que podía poner a un hombre como ChanYeol nervioso y con las piernas temblando—... te quiero tanto que no es correcto, pero lo hago.

En silencio, vio a ChanYeol inclinarse nuevamente a su rostro, esta vez BaekHyun cerró sus ojos, sabiendo lo que pasaría a continuación. Esperó ese suave toque que no tardó mucho en llegar a sus labios. Fue tibio, algo amargo por los tragos, pero le encantó, primero como una suave presión, luego al sentirlo mover sus labios en lentos movimientos, BaekHyun correspondió el ósculo con timidez. Aún nervioso por todo, por las consecuencias que sus actos tendrían, BaekHyun pensó en que si iba a arruinarlo, lo haría para poder decir en voz alta que sí mandó todo a la mierda y no a medias, entonces enrolló sus brazos alrededor del cuello de ChanYeol, apegándose a él, a ese fuerte cuerpo, lo sintió sonreír en medio el beso, BaekHyun correspondió el gesto y dejó que lo aprisionara contra una pared de ese bar.

Quemaba, todo quemaba. Las llamas consumieron todo su cuerpo. Nadie les prestaba atención, daba igual, solo eran dos personas deseosas por la otra y eso estaba bien.

«Más que bien», pensó al sentir la lengua de ChanYeol empujar en sus labios, pidiendo permiso para entrar, así que sin sopesarlo ni un segundo más, se lo concedió, abrió su boca, dejándose llevar por la cálida lengua de ChanYeol enrollándose con la suya mientras ladeaban su cabeza a los pocos segundos, intentando tomar todo lo que podían del otro y lo que a la larga hizo que BaekHyun tuviera su cabeza por las nubes. Se separaron cuando se les acabó el aire en sus pulmones, ambos agitados, con los labios hinchados. El doncel escuchó los latidos de su corazón resonar cuando ChanYeol le acarició con parsimonia su mejilla sin apartar sus ojos brillantes de él. Era como si fueran los únicos en el mundo.

Y le gustó esa sensación de ser el único para ChanYeol.

Al infierno todo, ya no le importaba. Quería ser egoísta por una vez en su vida.

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