Besos en Guerra ©

By dayzaccardi

56.7K 6.1K 3.5K

"Solo físico. Beneficios. Cero sentimientos. Y ya" Regla uno: si una mujer ingresa al sistema será aniquilada... More

💋⚔️
ANTES DE LEER
⁰ Viento Negro
¹ Mushu
² El entrenador
³ Chat privado
⁴ Juego sucio
⁵ Yin Yang
⁶ El refugiado
⁷ Levántate, si puedes
⁸ Jugando con fuego
⁹ Tenemos un trato
¹⁰ Hola, ¿tú eres...?
¹¹ Apretados
¹² Vacío
¹³ Besame
¹⁴ Juguemos
¹⁵ Dibujos
¹⁶ Acurrucados
¹⁷ Ansiedad
¹⁸ Ultimátum
²⁰ Debajo de ti (y de la lluvia)
²¹ Amigo
²² Sueños nublados
²³ Capitán
²⁴ Tú
²⁵ Quédate
²⁶ Mensaje
²⁷ Verdades a la luz
²⁸ Otro amor
²⁹ Quererte
³⁰ Contigo
³¹ Adiós
³² Sueños oscuros
³³ Fregadero
³⁴ ¿Quién es?
³⁵ Personaje secundario
³⁶ Cobarde
³⁷ Decisión
³⁸ Error del sistema
³⁹ Auxilio
⁴⁰ Caos
FINAL 1/2
FINAL 2/2
EPÍLOGO
¿BEG EN FÍSICO?

¹⁹ Las minas

1K 105 60
By dayzaccardi

Blair

Zayn revuelve ese revuelto de verduras con más fuerza que mi patada de ultimátum. No me habla hace media hora, lo único que salió de su bocota fue un «Siéntate y no muevas el culo de la silla» y eso estoy haciendo.

¡Soy muy joven para morir!

No puedo creer que estoy esperando la cena con un niñato que es la versión mini de mi capitán, tan igual que hasta me burla y todo. Maldito niño mal cría...

—¿Hace cuánto entras a la habitación de mi hermano? —inquiere Jorge el curioso.

Ya me hizo veinte preguntas con el mismo tono de superioridad, y juro que me reiría en su puta cara y todo, pero algo de privilegio sí que tiene sobre mí.

Sabe la verdad.

Y la verdad tiene que quedar como un secreto de vida o muerte. O su hermanito y yo estaremos muertos.
Porque si yo caigo él cae conmigo.

—Hace mucho tiempo —le respondo con cara de escremento aplastado. Solo espero que se conforme con esa respuesta.

—Define mucho tiempo, por favor.

—¿Más de un mes y medio?

—Respuesta aburrida.

Mueve sus piernecillas por debajo de la mesa y me choca los pies una, dos, tres y cuatro veces.

—Sí me tocas una vez más el pie te pegaré una patada en el cu...

El rubio mayor se acerca al comedor con un delantal sobre su torso desnudo. Me mira, cambio mi cara de malhumorada compulsiva y le sonrío, coqueta, intentando disimular que estoy a punto de matar a su hermano pequeño. Teo, o así me dijo que se llamaba el mocoso, sigue golpeándome los pies por debajo de la mesa porque sabe que no puedo quejarme delante de Zayn.

—Falta poco para la comida —Al fin dice algo luego de tanto tiempo. Aún sigo sorprendida con nuestra capacidad de estar a punto de follar y de un segundo a otro terminar peleando. Cada vez se nota más que es solo físico lo que sea que tenemos—. ¿Está todo bien?

Teo me pisa el pie.

—Hijo de... —evito terminar y me limito a sonreír, devuelta— una hermosa madre —suelto una carcajada para nada falsa y me dispongo a responder la pregunta de el rubio mientras mi dedito gordo me retumba—. Perfecto, está todo perfec...

—Mejor.

Se da la vuelta y camina otra vez hacia la cocina. Roto mi cara lo suficiente para observar a Teo y... ¡Maldito sea! ¡¿Qué es esa carita de angelito?! ¡Es un tramposo!

Al ver que lo estoy insultando mentalmente, se ríe y yo abro mi boca:

—Eso dolió, Teo —intento sonar compasiva, esto ya no es gracioso. Odio a los niños. El pequeñín enarca una ceja y me analiza con cara de abogado estafador por aproximadamente unos cinco segundos—. Vale, veo tus intenciones. Negociocemos. Yo propongo un trato de paz.

—Teo no hace negociaciones con desconocidas que cambian su identidad y tienen el pelo azul —habla en tercera persona.

—Lo de cambiar la identidad no es taaan así, ahora te lo explicaremos con tu hermano, y lo del pelo azul... bueno, el color de mi pelo no determina que no pueda ser una chica de negocios.

—Pues me parece que no es serio.

Me ahorro el comentario de «serio tienes tu el trase...» y opto ir al punto:

—¿Qué quieres de mí, Teo? ¿Comida ilimitada? ¿Un arma de regalo de Zayn? ¿Unos días sin Henry, quizá?

—¿Has dicho días sin Henr...?

Un plato es depositado al frente del pequeñín, lo que hace callarlo al instante.

—Ya está lista la comida —avisa Zayn—. Coman que se enfría.

—¿Usted no va a comer? —es lo primero que me sale preguntarle.

—No. La comida me caerá mal por su culpa y luego no podré organizar todas mis armas para la expedición de mañana a las minas.

—Vale.

—Vale —me imita el pequeñín.

—Solo quiero que no me metas en problemas —le susurro al mini rubio apretando los dientes para que Zayn no lo oiga, pero Teo no me responde, solo acciona llevándose una buena cantidad de comida a la boca y tragando, contento.

Ahora solo toca charlar todo y aclarar varios sucesos.

__⚔__

Hace segundos terminamos los platos y, por ende, el capitán dio por finalizada la especie de conversación profunda con Teo donde explicaba porqué no debía delatarnos (juro que solo se basó en que lo penarían a él con la muerte y posiblemente a su hermano también. A mi me borró del panorama) ni si quiera me dio hincapié para que yo diga alguna mentirilla piadosa. Todo superaburrido, le dijo toda la verdad al niñato y él no dejó de burlarse de mí como lo viene haciendo desde que sabe que existo. Sin duda fue uno de los momentos más incómodos de toda mi vida, prefiero no recordarlo.

—Descansa —me tira un almohadón y me señala el sofá— y tú vienes conmigo —Toma a Teo del brazo y lo saca de la habitación como si fuera un perrito con correa.

Okey, al parecer sigue enojado conmigo. Tanto que ni la cama compartirémos.

Joder, yo solo quería follar.

Zayn

La odio.

Odio su forma de ser.

Odio cómo siempre suena tan seductora a la hora de pedir las cosas.

Odio como se dirige hacia el resto de personas.

Y odio que a pesar de todo lo que me ha hecho, estoy juntando las armas que ella misma me tiró mientras pienso en lo grave que sería todo si algún refugiado le llegara a tocar un pelo en la expedición de hoy.

¿Lo peor? No puedo hacer nada por ello, porque si llego a hacerlo quedaría como un maldito sobreprotector con sentimientos, que claramente no tengo. Solo quiero follar con la chica esa de pelo azul, ¿es tan difícil?

Tomo la última arma que se encuentra en el piso y la roto para ver lo que tiene grabado antes de lavarla.

" no sabes que hacer, ante la duda,
dispara"

Y para mi sorpresa, en vez de ponerme a llorar, suelto una sonrisa al mismo tiempo que me veo reflejado en el brillor del arma. Todo sería genial si terminara aquí, pero no, no termina así porque ahora ya siento una angustia en el pecho que me come por completo.

No puedo sonreír.

No debo hacerlo.

Es injusto.

Guardo el arma en mi caja fuerte y suspiro, borrando cualquier tipo de facción que demuestre felicidad en mi rostro.

__⚔__

Días posteriores entrené, eduqué y les expliqué miles de normas, reglas y formas de defensa/ataque a mis soldados para que estén listos para nuestro ataque silencioso. La primera norma consistía en nada más y nada menos que: nadie salga de su habitación hasta que yo corrobore que el desayuno está listo. Cosa que dije para que haya mucha más organización y que Blair, para variar, al parecer rompió hace dos minutos.

Todo comenzó cuando quería hacer las pases con ella solo para poder tocarla y sentirla cerca, o al menos, rozar por primera vez su boca con la mia un rato antes de ir a la expedición para despejarme de sobrepensar como lo hago siempre antes de hacer algo arriesgado.

Entonces, decidí que la mejor opción para que me tenga en cuenta era llevarle un café —no amargo—, como le gusta a ella, a el sillón en el que durmió junto a una galleta de chocolate, pero adivinen qué, al llegar Blair ya se había ido. ¿A dónde? Ni puta idea.

De hecho, acabo de dejar a Teo desayunando a solas solo para buscarla. Ya revisé en el comedor, en la habitación de los soldados, en mi baño, en todos lados y... no hay nada.

¿Dónde coño se metió esta mujer?

Acelero el paso y regreso hasta mi habitación, otra vez. Ya me demoré media hora en la búsqueda de Blair, los soldados me deben estar esperando en las habitaciones como leones dentro de una jaula esperando su comida.

—Adivino, esa cara dice que no la has encontrado por ningún sitio —se burla Teo al verme llegar con la cara larga y aplastada—.  ¿Verdad, hermanito?

Me le acerco y le despeino el cabello por gilipollas.

—No sé dónde está, pero si no aparece en dos segundos no podrá ir a la expe...

Parte de la pared de mi sala de entrenamiento se abre. De ella sale Blair con algunas gotas de sudor en la frente, un top rojo que acentúa sus pechos y deja descubierto su abdomen a la perfección y un pantalón largo que se asemeja al que usa con frecuencia. Puedo apostar lo que sea a que ya está preparándose con sus cien capas de ropa para pasar desapercibida.

Hago un esfuerzo inhumano para no bajar los ojos por debajo de su clavícula y, a consecuencia, me concentro en sus ojos. Mala idea, ahora estoy más perdido y furioso con ella que antes.

¿Por qué me mira con esa maldita mirada?

—¿Qué me ve? —salta más rápido de lo que yo pensaba— Estaba entrenando, ¿no era eso lo que me faltaba solo por ser mujer?

Trago grueso e intento no mandarla a la mierda.

—Te he... —se me seca la boca cada vez que quiero decirle algo. No puede ir por doquier con ese escote, joder—. Te he estado buscando por todas partes y tú... ¿tú siempre estuviste aquí? Es decir, nunca revisé esa zona porque creí que no se te cruzaría por la cabeza la idea de...

Asiente algo confundida.

—Me levanté temprano para arreglarle lo que le rompí y cuando vi que ya lo había hecho usted no me quedó otra opción que quedarme practicando la patada Ultimátum en su sala de entrenamiento.

Cuando gesticula se ve extremadamente bien, ¿a qué maldita persona le queda bien gesticular mucho con el rostro y tener expresiones muy marcadas? Solo a ella. Maldición.

—¿Me está escuchando? —inquiere, preocupada.

—Claro —me limito a decir.

Voltea los ojos.

—Buen día, Teo —lo saluda a mi hermano y este le hace una seña muy graciosa con su dedo—. Sutil.

—Blair, deberíamos ir yendo hacia la ruta de las minas para repartir el desayuno en aproximadamente unos cinco minutos —murmuro—. Cámbiate y nos vamos. Te espero en la puerta así vamos juntos.

Al parecer es mucha información de repente para alguien que solo se ha despertado y ha optado por entrenar un tanto dormida, pero a pesar de eso, Blair asiente un tanto débil; y rozando mi cuerpo con su hombro al pasar, me dice:

—Luego usted y yo tendremos que terminar algunos asuntos —susurra entre dientes cerca de mi oído para que el peque no oiga.

Tengo que mantenerme fijo en mis objetivos, nada de pensamientos calientes de niño hormonal de doce años.

—Ya veremos —termino contestando. Posiblemente la peor respuesta que di a mi vida a una insinuación de este tipo.

__⚔__

El desayuno fue algo simple, un café amargo y... y bueno, y un café amargo. Mientras lo tomaba no podía dejar de mirar a Blair que estaba en la otra punta descostillándose con Pipa; aún no no entiendo por qué estoy tensando la puta mandíbula ni cómo puede una persona reírse sabiendo que en unos minutos iremos a visitar a nuestro peor enemigo. ¿Acaso esta mujer no le teme a nada?

Casi me atraganto con el café cuando él la abraza de un costado y le acaricia la espalda en forma de círculos.

Suéltala o te mato.

Comienzo a creer que 1) o sabe que es mujer y se está aprovechando o 2) es gay. Que oye, no tengo nada en contra de los gays, pero... pero ella no es un tío.

De un segundo a otro, ya me encuentro parándome de un sobresalto de la silla para ponerle los puntos a ese hombre cuando de pronto Henry me vuelve a sentar de un empujón.

—¿A dónde tan apurado, Zayn? —su voz me llena de incertidumbre, no me agrada últimamente hablar con él, siento que cada segundo lo decepciono más—. Solo quería desearte un buen viaje, chico.

—Gracias. Lo será. Será un buen viaje.

Me mira escaneándome como si supiera que algo más me pasa.

—¿Sabes qué? Me gusta este nuevo Zayn que se toma en serio su trabajo y que arriesga todo para sacar ventaja en la guerra —murmura tan orgulloso que creo que ya estoy comenzando a oír mi corazón estrujarse—. Se nota que has dejado un poco el pasado atrás, ¿no es así? No me hagas esa cara, ¡claro que lo es! Yo te dije que debías olvídarlo para progresar y...

Me sentiría muy egoísta si eso fuera así, ¿acaso parece que yo...? No. Jamás lo haría.

—No me apetece hablar de esto ahora —digo en seco—. De hecho, ya debería partir. Son las once.

—Pero...

—Adiós.

Doy unos cinco pasos hacia adelante, pero en el medio de mi transcurso, él vuelve a abrir su boca:

—Zayn —me llama y ni si quiera me doy la vuelta— Debes demostrarte un poco más vivo, si sigues evadiendo lo que sientes vas terminar en la ruina. —Y al ver que no hay respuesta de mi parte, termina murmurando—. Solo... procura tener cuidado.

Sus palabras terminan resonando en mi cabeza a lo largo del camino hacia la pequeña caravana que utilizaremos para llegar más rápido que con caballos.

Blair

Mi preocupación más cerca en este preciso instante es quién me cuidará bien a Viento Negro cuando no esté por unos días por culpa de la expedición; por un lado, sé que hay unos tíos que se encargan de alimentarlos y todo ese rollo, ¿pero y el afecto que yo le doy todos los días? ¿Quién me dará el cepillado reflexivo mientras le cuenta sus problemas? Nadie. Porque la única loca que usa a un caballo como psicólogo soy yo.

En fin.

Saludo a Viento Negro con un beso en su osico y una caricia en su espalda. Me pone ojitos tristes que me hacen replantearme toda la existencia y, al oír el grito de Zayn diciendo «¡Estamos llegando ya cinco minutos atrasados de lo previsto! ¡¿Pueden mover el culo?!» decido que lo mejor es avanzar por el gran descampado de arena anaranjada hasta llegar a la caravana con los soldados que Henry elegió.

Sí.

Henry me eligió y por culpa de Zayn.

Aunque digamos que para que el rubio me recomendara me costó varias noches de soborno y dedicación, un trabajo bastante costoso para una chica con pelo azul que finge su identidad todos los días.

Creo que lo convencí aquel día con mi patada Ultimátum que casi lo deja incrustado en la pared.

Cuando llego al sitio, todos los soldados que no irán del campamento están rodeando nuestro vehículo, aplaudiendo. Zayn se queda parado al lado de la puerta de la vieja chatarra que parece hecha de lata contando a cada uno de los soldados seleccionados por Henry y verificando su asistencia ya que... bueno, el capitán decidió ir con poca cantidad de personas para no llamar demasiado la atención; dentro de esas personas, estamos: Pipa, Mushu, Gafitas, Grillo y yo.

Gafitas porque había que tener a un rehén de ellos para sacrificar por las dudas, palabras textuales del sin emociones de mi capitán.

Pipa porque sabe usar bien las manos en la defensa y en el ataque, y maneja bien las armas —aunque el rubio no lo admita—.

Mushu porque corre más rápido que una avestruz.

Grillo porque es la mano derecha de Zayn.

Y yo porque..., bueno, porque me lo merezco y ya.

Sube uno por uno, el rubio los ojea por arriba y les da la indicación de subir, nadie sube sin que él le dé el permiso.

¿Qué clase de secta es esta? Yo subiré cómo me da la gana.

Entran todos a la caravana convirtiéndome en la última que falta por subir. Suspiro, ni si quiera miro al rubito y avanzo de un buen envión. Todo estaría saliendo a la perfección si Zayn no me hubiera clavado las manos en el pecho para detenerme. Agradezco tener mil capas de ropa, de no ser así me hubiera muerto del dolor.

—No te he dicho que podías pasar —gruñe con el malhumor de siempre.

—Lo siento, pero no recuerdo haberle pedido permiso.

Intento avanzar devuelta y él vuelve a detenerme.

—No jodas conmigo, no soy tu amiguito.

Lo miro mal.

—No, no lo eres —veo a mis alrededores lo suficiente para comprobar que nadie nos esté mirando y desciendo una de mis manos por su chaqueta hasta llegar al borde de su cuello—, pero seamos lo que seamos, usted no puede decidir hasta cómo debo respirar.

Se mira el borde de la chaqueta como si mi tacto, al frente del resto de soldados, le hubiera parecido algo totalmente inesperado. Sin embargo, no parece molestarle el gesto, en lo absoluto. Es más, aún sigue mirando el cuello de su chaqueta y yo ya estoy dentro de la caravana.

Buena técnica para pasar desapercibida, eh.

—Sam, ¿juegas al truco? —me llama Pipa que se encuentra sentado justo al lado de Mushu, Grillo y Gafitas al rededor de una pequeña mesa. El moreno me sonríe, gracioso y Gafitas me mueve la nariz como si fuera un perrito olfateándome a lo lejos.

No les puedo decir que no a ellos.

Zayn

Estoy conduciendo la caravana hace aproximadamente dos horas. La ruta es pura arena anaranjada sin ningún tipo de atajo o camino bien fijo; para que se den una idea, ni si quiera hay un camino definido. Por suerte, al parecer varios vehículos ya pasaron por aquí y dejaron las huellas de sus neumáticos en la arena, lo que me facilita el viaje ya que no hay muchos más destinos aquí que las minas, la ciudad y nuestro campamento pre-guerra.

No puedo dejar de ver por el retrovisor a Pipa lanzándole besos silenciosos a Blair, ¿qué coño le pasa a ese tío? Apreto la mandíbula e intento mover el espejo hacia otro para no despejarme más, al menos no las siguientes tres horas que faltan antes del descanso.

Supongo que en el viaje haré varias pausas de por medio de una hora para comer, alimentar a mi gente y planificar mejor la entradera. Vengo estudiando esto desde la semana pasada y la verdad que no hay mucho margen de error, solo... necesito que todos estén concentrados en cada uno de sus movimientos, porque de no ser así, todo mi plan se caerá a pedazos en cuestión de segundos.

El viaje dura un total de seis horas, pero si le sumamos dos horas de descanso en el medio, llegaríamos allí cómo a las siete de la noche. Estacionariamos más  o menos dos cuadras o tres más lejos que las minas para pasar todavía más desapercibidos e iríamos caminando hacia allí, pero luego de un rato, a las cuatro de la mañana cuando los refugiados tienden a estar durmiendo todavía —según Gafitas—.

Sigo conduciendo.

El viaje está siendo bastante sencillo y tranquilo. Aprovecho la oportunidad para agregarle al camino un poco de música introduciendo mi CD a su entrada, hace tanto que no escucho que hasta me emociona y todo. Y sí, tengo un CD con las canciones que más oigo porque... bueno, la radio de esta chatarra ni si quiera funciona y en Siria solo existe eso de alternativa. Todo lo que tenga que ver con lo electrónico que teníamos en nuestra ciudad, exepto alguna que otra televisión, se lo llevaron los refugiados en un saqueo en la guerra del año pasado, por razones que hasta el día de hoy desconozco.

Y eso me carcome la psiquis.

Comienza a sonar Out of My Sistem y, por alguna razón que desconozco, ya empiezo a asentir con la cabeza al ritmo de la música. Tareó las primeras estrofas manejando como si mi destino fueran las Vegas y no el enemigo, hasta que los gritos de mis tripulantes no me dejan oírla más.

—¡Arrocito, deja de hacerme cosquillas! —por lo que entiendo este es Pipa, ¿y arrocito es...?

—¡Me has engañado! ¡No tenías nada y cantaste truco junto a ese chico perro! —Esa es la voz más gruesa que puede hacer Blair, vale.

—¡Hola! —Y esa la de Gafitas, en bucle como siempre.

—Oigan, ¿y por qué tengo ocho cartas? ¿no estábamos jugando al Chinchón? —pregunta Grillo perdido como siempre.

—Malción, ¿no era Casita robada?

Bajo el volumen de mi caja para reproducir CDS desde un pequeño botón y, con la peor de las ondas, doy un giro de 180° hacia mi derecha para estacionar la chatarra debajo de una enorme piedra amarronada que, a mi perspectiva, es mucho más grande que las sierras de toda Siria.

A mis tripulantes parece sorprenderles mi freno inesperado, porque a los dos segundos, justo cuando termino de estacionar y me levanto del asiento, luego de tener el trasero aplastado por más de una hora, comienzan a cuestionarse cosas. En especial Grillo, que ya está a mi lado con la boca abierta.

—¿Ha ocurrido algo, capitán? ¿Necesita que lo ayude? ¿Se encuentra bien?

Suspiro.

—Sí, Grillo. Está todo bien. Ya te dije que no me llames capitán, para ti soy...

—Zayn, lo sé, pero ya me he acostumbrado a llamarlo...

La de pelo azul nunca se queda atrás, y hoy no es la excepción, con su identidad oculta, también viene a la zona de copiloto.

—¡¿Qué ha pasado, rubio?! ¿Por qué detuvo esta cosa? ¿Hay que atacar? ¡Dígame que yo me bajo, eh! ¡Y que se pudran!

No sé porqué le termino respondiendo con mala cara.

—No. Nadie tiene que atacar. Y menos tú.

Frunce el ceño y me mira confusa.

—¿Por qué se detuvo, Rogger? —inquiere Pipa. Detrás de él viene Mushu, y detrás de Mushu Gafitas. También parecen intrigados.

Iba a abrir la boca para responderle a Blair, pero al notar que su amiguito le acaba de apoyar las manos en los hombros, la sangre de las venas por alguna razón me empieza a correr con más rapidez. Siento que si sigo apretando la mandíbula me la destruiré.

—Qué más da —termino respondiendo, furioso.

Paso por el pequeño hueco que hay entre el asiento del piloto y el copiloto, esquivando a todos en el proceso con algún que otro choque de hombros.

—Oye, ¿qué te pasa, viejo? —salta a la defensiva Pipa al sentir que, sin querer, al pasar golpeo por pura casualidad su brazo.

—¿Capitán? —esa cuestión suena con algo de indignación y proviene de Blair.

—¿Ahora tampoco puedo descansar? —gruño con enojo—. Se han pasado todo el puto viaje lanzándose besitos y jugando a malditos juegos de cartas cuando podrían estar mentalizándose para pelear contra su peor enemigo. ¿No creen que sería justo que sea yo el que se de un respiro en vez de...?

—Hola —dice Gafitas con un tono triste. No sé qué quiere expresar, pero lo único que está logrando es que mi discurso pierda toda la seriedad.

Las carcajadas se hacen notar.

Miro a la de pelo azul, y aunque intenta taparse la boca para no reírse, lo hace junto a Pipa.

¿Por qué coño Grillo también se está riendo?

Lo fulmino con la mirada.

—Lo siento, perdón, es que... es que... —vuelve a reírse, descostillándose, señalando a Gafitas que mira a todos más perplejo que yo en este momento— me dio mucha risa el tono con el que lo dijo.

Apreto los dientes con una fuerza inhumana.

—Genial.

Les doy la espalda y camino hasta llegar a lo que antes era mi destino: el asiento de atrás de la caravana que tiene una pequeña pared divisoria entre la parte trasera y el resto. Me dejo caer sobre él,  coloco mis brazos debajo de mi nuca y me quedo demasiado concentrado observando fijo la pared.

No sé qué coño me pasa.

Pero cuando Blair me llama para que regrese con el resto, la ignoro como un gilipollas. 

¿Lo peor de todo? No me insiste ni una vez más y regresa con Pipa.

Blair

Estoy harta de que tenga esas reacciones  inesperadas. No sé qué le sucede y no tengo porqué saberlo sino me lo comunica. No puedo ir siempre detrás de él hasta que me diga lo que le pasa para poder llevarnos decente y solucionar nuestros conflictos.

Nunca se deja ayudar.

Estoy sentada con Pipa, en los asientos del medio, mirando las vistas de la ventana. Que por cierto, no abarcan algo muy interesante, solo hay puras montañas de arena naranja y un cielo comenzando a oscurecerse, ya que el vehículo sigue sin movimiento hace más de dos horas, debido a que Zayn quiso hacer una larga pausa en el viaje.

Grillo está a nuestra izquierda zampandose el último bocadillo que quedó de lo que fue el almuerzo/merienda, bocadillo que le pertenecía a Zayn, claro. Mushu se encuentra al frente nuestro, enseñándole nuevamente a Gafitas a hablar. Cada tanto le tararea alguna que otra palabra por silabas, a lo que el chico perro solo le responde "hola", o al menos eso es lo último que pude oír, porque ahora... bueno, hace más de cinco minutos estoy con el sentido de la audición bloqueado, mirando a las estrellas que comienzan a aparecer en ese cielo que anticipa una tormenta.

Desconecto del mundo y disocio cada vez que me encuentro enojada.

—¿Qué pasa con esa cara tan alargada, arrocito? —inquiere mi compañero de asiento. No sé cómo logró oírlo dentro de mi bloqueo, pero lo hago.

—Estoy cansado.

—Hay algo más.

—Solo... —intento mentir y no lo logro— no me gusta que el ambiente esté tenso cuando se supone que debemos estar unidos —hago la voz suave y grave al mismo tiempo.

En parte aquello es verdad y en parte no.

No me gusta la sensación de sentir que él me oculta algo.

No me gusta ser un secreto.

No me gusta que lo nuestro sea un secreto.

Apaga su cigarro tirándolo al piso.

—Ya pasará, confía en mi —apoya sus manos en mis hombros y comienza a hacerme masajes—. Estás muy tenso, esto ayudará.

Siento cada centímetro de mi espalda repleta de contracturas. ¿En qué momento tensé tanto mis músculos?
Cierro los ojos al percibir un alivio, estos masajes sí que están siendo mi solución. Va todo tan perfecto. Todo tan perfecto hasta que...

Se oye un portazo.

Abro los ojos, asustada.

No vi que ocurrió.

¿Quién acaba de cerrar la puerta de la chatarra tan fuerte?

Busco las respuestas en los ojos de Pipa.

—Creo que Zayn se despertó de su siesta —responde a mi confusión.

Respiro hondo.

—¿Me permites? —murmuro para que me deje levantarme del asiento. Él mueve la cabeza dándome a entender un simple "claro"—. Ya vengo.

Me levanto con la intención de seguirlo, y Pipa también lo hace.

—Te acompaño —me aclara, contento.

Y, a pesar de que me de un poco de pena dejarlo solo cuando me acompañó dos malditas horas aunque no le diga ni una sola palabra, termino diciéndole:

—Lo siento, pero prefiero hablarlo a solas con él. Es un asunto... Un asunto de un entrenamiento que quedó pendiente y...

—Tranquilo, viejo. Sin explicaciones. Ve.

Me señala la puerta.

Y me dirijo hacia el exterior.

Ya no sé qué puede salir de esto.

***
Nota del autor:
¡Hola, amores! ¿Cómo están? ¡Ya los extrañaba x203939!

Por toda la tardanza les traje un capítulo más largo de lo normal, muak <3

En el próximo capítulo narrado
pasan cositas🔥

Los adoro💗

No se olviden de seguirme en ig @librodayss_ para estar al tanto de las actualizaciones, también allá estoy vendiendo portadas, booktrailers y más cositas en mi nuevo emprendimiento, por si les interesa colaborar❤️‍🩹

#ulalaguerrero💋🔪































Continue Reading

You'll Also Like

12.1K 1.1K 19
Romina Rodríguez tiene prácticamente todo bajo control o al menos, eso es lo que cree... Pero, ¿todo seguirá igual después de regresar a ese lugar...
124K 11.1K 72
Un skater con pinta de edgy y una antipática con cero habilidad social se conocen gracias a las desgracias de la vida.
105K 9.5K 69
Júlia Fort García es la hermana mayor del joven lateral del Fc Barcelona Héctor Fort,el club invita al equipo a un partido de la sección femenina,est...
1M 29K 32
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...