La Estrella Que Nos Unió

By elssp_03

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No lo soportó desde el inicio. ¿Podría acaso existir alguien más creído, prepotente, orgulloso, egocéntrico... More

SINOPSIS 💫
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
NOTA DE LA AUTORA

CAPÍTULO 10

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By elssp_03

LEAH

Llevaba al menos media hora sin sentir las piernas. Intenté estirarlas, pero la persona que estaba delante de mí había decidido echar su asiento hacía atrás, de tal manera que se me hacía imposible encontrar una posición cómoda, o al menos una en la que llegase un poco de sangre a algunas partes de mi pobre cuerpo.

A veces odiaba el transporte público, especialmente cuando tenía que hacer viajes largos, pero cuando recibí el mensaje de mi madre sobre una cena el viernes por la noche asumí que era mucho mejor lidiar con un viaje de tres horas a que mis padres decidiesen ir hasta la universidad. Sin embargo, no contaba con que este viaje tuviese como consecuencia que mi pequeña enemistad con la sociedad fuese a aumentar tanto.

Me centré en el paisaje industrial que se ceñía a mi alrededor mientras el autobús seguía avanzando. Tuve que revisar el móvil un par de veces para confirmar el recorrido y asegurarme de que estaba en la ruta correcta. Me sentía extraña al volver a mi pueblo natal y dejar atrás Londres. No entendía cómo, pero en el mes que llevaba viviendo allí había conseguido sentirme totalmente cómoda, no sólo conmigo misma, sino también con el ambiente y las personas de mi universidad.

Era consciente de que, en cierta parte, esto se debía a Becca. Ella había sido quien me había presentado a su grupo de amigos nada más llegar y había luchado hasta que yo misma me considerase una más, porque estoy segura de que ella me lo había considerado desde el primer día. Cierta parte de mi iba a echar en falta su compañía durante estos días más de lo que me gustaría admitir.

Y no solo la suya.

Inmediatamente, pensé en el chico de ojos verdes. No podía no admitir que una parte de mi iba a echar en falta sus chistes malos y sus comentarios despectivos hacia Taylor Swift. Pero como he dicho, solo lo hará una pequeñísima parte de mí.

Pasados unos minutos el autobús paró en mi parada y bajé con mi pequeña maleta. Seguidamente llamé a un taxi, que tras un corto trayecto paró justo en frente del pequeño jardín delantero que adornaba la casa en la que pasé toda mi infancia.

Por alguna razón, no podía moverme. Sentí mis pies clavados en el suelo y como una fuerza invisible impedía de manera total su movimiento. Esa sensación empeoró aún más cuando al recorrer el jardín con la mirada mis ojos se clavaron en el telescopio, pude notar que aún seguía ligeramente inclinado, por lo que nadie se había atrevido a tocarlo. Inmediatamente sentí un gran alivio recorrer cada parte de mi cuerpo, aunque aun así no podía evitar estar en un estado de tensión constante.

Tragué saliva conforme avanzaba hacía la puerta. La incertidumbre del motivo de esta cena aumentaba mi inquietud y más aún el saber que tendría que quedarme allí hasta el domingo por la tarde, ya que no había ningún otro autobús que llegase a la capital hasta entonces.

Pronto me visualicé frente a la puerta. Decidí no darle más vueltas y tocar al fin el timbre. Enseguida apareció mi madre. Lucía un pequeño delantal que se ceñía sobre su pequeña cintura y como peinado poseía un moño alto bastante desordenado, tenía en sus manos una bandeja rectangular con un trapo sobre ella, de tal manera que no podía observar que había en su interior.

Aun así, lo que consiguió sorprenderme más fue la brillante sonrisa que adornaba su cara. Sus ojos parecían haber adquirido un brillo especial mientras, al abrir la puerta, me observaba.

-Leah cariño, creo que estás más guapa aún ahora que la última vez que te vi.

Me eché un pequeño vistazo. Mi ropa estaba ligeramente arrugada debido a los miles de intentos por encontrar una postura cómoda y, aunque no había tenido la oportunidad de mirarme en un espejo, supuse que mi pelo debía parecer un pequeño nido de pájaros y mis ojeras debían ser más que notorias. Si de verdad estaba ahora más guapa que hace unas semanas, antes debía dar miedo solo verme.

-Hola mamá, yo también me alegro de...

Apenas pude terminar la frase cuando mi madre se lanzó sobre mí, literalmente. Al principio me quedé estática sin saber muy bien que hacer, aunque realmente tampoco era totalmente mi culpa esa reacción. Mi madre nunca ha sido una persona muy cariñosa, y mucho menos empezó a serlo después de que Naos nos dejase, pero tampoco puedo culparla totalmente por ello, me imagino que tras la muerte de una hija lo que menos debe apetecer es ir repartiendo abrazos, por lo que no estaba nada acostumbrada a este acto, y menos de su parte.

Me costó unos segundos recaer en la realidad y rodear torpemente a mi madre con mis brazos. Estuvimos un par de segundos abrazándonos en silencio hasta que mi madre rompió el contacto.

- ¿Te ayudo con la maleta?

-No te preocupes, es pequeña, puedo sola.

Entré a mi casa mientras seguía a mi madre por el largo pasillo que conducía a las escaleras. Al pasar por la cocina me recibió un rico aroma que enseguida reconocí.

- ¿Has hecho bizcocho? - murmuré mientras recorrí el limitado espacio en su búsqueda.

- ¿Cómo no iba a hacerlo si es tu favorito? -rebatió.

Me giré asustada hacía la silueta de mi madre.

Alerta, demasiada amabilidad.

Justo cuando iba a girarme para continuar el camino hacia las escaleras para intentar escapar de la amabilidad repentina de mi madre me pareció ver como esta colocaba la bandeja con la que había salido a recibirme.

Quitó el trapo que la cubría e inmediatamente me acerqué con la intención de robar un pequeño pedazo de mi postre favorito, pero mi madre fue más rápida que yo y consiguió darme un pequeño golpe en la mano con la que pensaba cogerlo.

-El bizcocho no se come hasta terminar la comida.

Esta sí que es mi madre.

-Leah, ¿Por qué no vas a dejar tus cosas mientras yo termino esto?

Decidí hacerle caso y minutos después me encontré frente a la puerta de mi habitación. No quería darme la vuelta y enfrentarme a las vistas de la que una vez fue la habitación de Naos así que rápidamente me introduje en la habitación frente a mí.

Lo primero que pude ver fue un pequeño espacio, pintado de un suave tono gris, desgastado en aquellos lugares donde hace un tiempo había posters, repleto de estanterías con libros que no había podido llevar conmigo, vinilos de artistas como Taylor Swift, One Direction, Harry Styles y Coldplay y un tocadiscos color malva cerca de ellos. También pude ver a mis pequeñas plantas, la mayoría sintéticas, y mi lado de la pared lleno de fotografías. Sin nombrar a las numerosas velas que decoraban la estancia, ya que tenía una pequeña obsesión con estas.

Por algún motivo, volver a estar aquí me hizo sentir rara, como si la Leah de hace unos meses no tuviese ningún tipo de compatibilidad con la Leah de ahora. No pude evitar preguntarme si es eso algo bueno o simplemente significa que estoy perdiendo mi esencia. No quise ahondar en la respuesta.

Después de mi pequeña reflexión me dispuse a sacar la ropa que había traído de mi pequeña maleta y ordenarla en el armario semi vacío. Una vez terminada esta tarea, cogí mi móvil y me asusté al ver que tenía al menos diez llamadas perdidas y un total de, sin exagerar, trescientos mensajes sin responder, la mayoría de ellos de Becca.

Leí alguno mientras avanzaba para encontrar los actuales.

Leah explícame ahora mismo por qué no están tus cosas en el piso.

¿Me estás abandonando?

Me niego, ¿y ahora con quién voy a hacer maratones de Gossip Girl?

Leah, responde ahora mismo.

Bien, pues que sepas que voy a seguir viendo la temporada cuatro sin ti.

Y así hasta que conseguí llegar al último.

Ahora enserio, ¿estás bien? ¿ha pasado algo?

Una pequeña sonrisa se asomó en mis labios. Estaba muy agradecida de tener a Becca.

                                                                                   Estoy bien, perdón por irme sin avisar, mi madre quería que volviese a casa hoy por una comida familiar, o algo así.

                                                                        Entiendo que ahora mismo quieras matarme, soy la peor amiga del mundo.

Enseguida me llegó su respuesta.

Que susto me habías dado, de verdad.

Y si, claro que te quiero matar ahora mismo, pero ya se me pasará.

Por cierto, llámame luego si necesitas cualquier cosa :)

                                                                                           Gracias Becca, eres la mejor <3

Dejé el móvil a un lado mientras me tumbaba en la cama hasta que me llegó el sonido de una notificación

Lo sé :)

Tu también eres la mejor, aunque a veces no.

Como esas veces en las que desapareces del piso con la mayoría de tus cosas.

Solté una pequeña risa mientras negué suavemente con la cabeza. Iba a responder, pero la voz de mi madre se me adelantó.

-Cariño, ayúdame a poner la mesa, por favor.

Bajé cuidadosamente las escaleras y me asomé en la puerta de la cocina, pero acabé por sorprenderme al darme cuenta de que la mesa estaba totalmente vacía.

-Estoy en el salón.

Me aproximé a esa parte de la casa al escuchar el grito de mi madre. Una vez allí observé la gran mesa repleta de platos y comida. Mi madre sonrió al verme.

-Cielo, ¿puedes ir a por el pavo? Está en una bandeja sobre el horno.

-Voy.

Cuando coloqué por fin la bandeja en el centro de mesa volví a repasar el detalle de que había al menos cinco platos sobre la mesa, y teniendo en cuenta que entre mi madre y yo solo somos dos, y aún contando con la presencia de mi padre, que repasando su relación con mi madre ya sería rara su presencia, me pareció un detalle muy interesante para tener en cuenta.

-Mamá, ¿para qué necesitamos tanta comida y tantos platos?

-Verás cielo...-mi madre se aclaró la garganta visiblemente nerviosa-tu padre va a cenar con nosotras.

Genial, a aguantar situaciones incómodas.

-Pero...siguen sobrando platos.

Antes de que mi madre tuviese la oportunidad de responder sonó el timbre de la entrada. Mi madre soltó un sonoro suspiro y fue a abrir la puerta a quien supuse que era mi padre.

Continué colocando platos sobre la mesa hasta que escuché pasos cerca de donde estaba.

-Leah, pero mírate cuanto has crecido.

Me sorprendí al distinguir la voz de mi padre, pero enseguida me lancé sobre él. Siempre había tenido mejor relación con mi padre que con mi madre, y aunque solo llevase un mes sin verlo se me había hecho realmente eterno.

-Estoy igual que hace un mes papá-reí.

Tras unos instantes acabé por romper el abrazo. Mi madre nos miraba con una tierna sonrisa que desapareció al notar la mirada de mi padre sobre ella.

-Aaron- mi madre asintió en su dirección.

-Lucy no seas tan insípida, ambos sabemos que no te puedes alegrar más de que nos volvamos a ver.

-En tus sueños.

Vaya, iba a ser una noche larga.

E interesante.

Maldita conciencia.

Volví a mirar a mi padre hasta que distinguí a dos figuras que se encontraban detrás de él. Mire a mi madre para encontrar una respuesta a la presencia de esas dos siluetas, pero ella solo se encogió de hombros y señaló a mi padre.

Este, que debió de ver el pequeño intercambio silencioso de palabras suspiró y decidió hablar,

-Leah cariño, te presento a Ava, mi nueva pareja, y a su hija, Emily.

Espera, ¿acababa de decir nueva pareja? ¿Cuánto tiempo me habría ocultado esto?

Salí de mi pequeña ensoñación al observar a la otra figura, que parecía de mi misma edad, acercarse a mí.

- ¿Leah? ¿Eres tú?

No puede ser.

Me pellizqué varias veces en el brazo de manera disimulada hasta que por fin asimilé que no se trataba de ningún espejismo.

La misma chica por la que me había besado con Liam estaba frente a mí y mi padre la había presentado como la hija de su nueva pareja.

Como siempre, la suerte está de mi lado.

- ¿Emily?

Si iba a ser una cena interesante, sí. 

---------------------------------------------------------------------

¡Hola! 

Dejo por aquí este capítulo, un pelín más largo que de costumbre, como compensación por llevar tanto tiempo sin actualizar.

¿Qué os ha parecido?¿Habéis echado de menos a Liam?

Nos leemos pronto,

                                           19/06/23

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