Cuando todo termine

By karim_meraki

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No fue mi error conocerte. No fue mi error confiar en ti. Mi error fue no decirte que lo que hacías estaba ma... More

Dedicatoria
Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Epílogo
Nota del autor

Capitulo 6

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By karim_meraki

Yo me deje encontrar, besándola con fuerza «vertigo» era aquel beso y no lo había sentido antes. «Vertigo» era ella. Mirarla y saber que no existía un «nosotros». No se cuánto estuvimos allí,
...tan perdidos en aquel momento.
...tan cerca de la luna.
Nosotros en la luna/Alice Kellen.

—Ten toma ponte esto —le pido a Karely pasándole uno de mis vestidos.

—¿Estas segura Keyla? No se si me quede.

—Claro que te queda así que no empieces a decir que nada te va bien.

—Ya esta.

—Te ves hermosa —digo abrazándola, la verdad no esta mal lleva uno de mis vestidos color rojo, con un escote que enseña no todo, pero si una parte de sus pechos.

—¿Crees que me veo hermosa?

—Si Karely y tu sabés que yo no miento.

—Si te creo —dice entre risas.

—Buen solo falta el maquillaje. Así que sientate aquí.

La empiezo a maquillar, no se me da tan mal, cuando iba al instituto anterior en México me dieron cursos sobre ello, me gusto mucho, pero desafortunadamente, maquillarme resulta ser horrible, los polvos del maquillaje me hacen tener comezón en la cara, un ardor que me dura una semana, así que lo único que me aplico son el rimen y el labial.

—No se te da tan mal Keyla.

—Supongo que no —contesto encogiéndome de hombros.

—¿Ira Edwin?

—No lo se Karely.

—Es majo.

—¿Y?

—¿Te gusta?

Me sonrojo y no le doy respuesta.

—No hace falta que lo niegues Keyla, tú mirada lo dice todo.

—Si claro.

—¿Ya terminaste?

—Si está listo.

—Bien apúrate, te espero abajo.

—Okey.

Asi que me apuro, escojo unos jeans y una blusa que deja al descubierto mis hombros, un tatuaje se deja ver; es una niña y un niño en la luna, fue un regalo de mi hermano cuando cumplí los diecisiete, lo contemplo por un instante, después me pongo unos tacones, me coloco el rimen y el labial color cafe chocolate.

—¿Lista? —pregunta Karely desde el otro lado de la habitación.

—Si estoy lista.
Salgo de la habitación y Karely me examina de arriba abajo.

—¿No es cierto verdad, dime qué no irás así a la fiesta?

—Ya Karely no empieces.

Bajamos la escaleras con ella pisándome los talones, me encuentro  a Oscár dando vueltas por el salón.

—Ya ¿O tengo que esperar otra hora? —por lo que veo esta enojando, ya que lo que mas odia es esperar.

—No, ya estamos listas —respondo.

—Ahahah, nanana ella no va a ir así —dice Karely impidiéndome el paso.

—Karely, no me jodas.

—No la estás viendo.

—Si, pero ya déjala, no vale la pena.

Karely va a decir algo, pero Oscár le lanza una mirada asesina.

—Entonces vámonos —dice Karely de mala gana.

Entramos a la casa de Charles ya que ahí es la fiesta, buscó entre la multitud a uno de los tres, me encuentro a Charles mirando los vasos con sumo cuidado.

—Hola Keyla ¿Como estas? —saluda dándome un beso en la mejilla.

—Hola Charles estoy bien gracias.

—Hola Karely.

—Hola Charles —saluda mi mejor amiga. Noto  como su mirada se topa con la de Oscár.

—Charles él es mi hermano Oscár. Oscár él es Charles.

—Hola Charles, un placer conocerte —dice mi hermano estrechando su mano.

Si algo odio es que mi hermano salude de manera formal.

—Lo mismo digo Oscár un placer conocerte —contesta aceptando su mano.

—¿Dónde están los demás? —pregunta Karely ansiosa.

—Siganme —ordena Charles.

Bueno ya me quite uno de encima, me faltan dos. Los mas insoportables.

Charles nos dirige por un montón de gente, nunca hubiéramos llegado si no fuera por Oscar que es alto —todo el mundo nos abre paso—, si alto porque tienen la misma altura que Edwin.

—Bien aquí estan —responde Charles con aburrimiento.

Lo busco lleva unos tenis blancos, unos jeans que lo hacen ver delgado, una camisa de manga larga, y no lo niego se ve tan guapo.

Bien aquí vamos.

—Hola Edwin —digo con voz tímida, él gira la cabeza y me mira con unos ojos enormes, claro Oscár tiene la culpa. Se aclara la garganta y se acerca a mi.

—Hola Arzul —me abraza y me da un beso en la mejilla.

—Edwin, él es mi hermano Oscár. Oscár él es Edwin y él es Josh.

—Hola Edwin es un placer conocerte —dice con ironía por que claro no es la primera vez que lo ve.

—Hola Oscár —dice estrechando su mano y Oscár la acepta mirándolo como si fuera de otro planeta.

—No tienen otra cosa que hacer mas que estarse mirando con rencor, por que si es así yo ya me voy he visto muchas escenas asi, lo cual hace que esta fiesta sea una mierda —dice Josh tomándole tragos a su cerveza.

—Perdon no fue mi intención arruinar la fiesta —contesta Oscár alzando las manos en señal de rendición.

—Va pues no hay problema. Vengan vamos a quitarnos esa cara de aburridos.

Charles y Josh toman a Oscár y Karely perdiéndose entre la multitud.

—Tu y Oscár no se parecen en nada —comenta Edwin.

—Mm no, todo el mundo dice eso —tomo siento en el sofá donde estaban hace un momento Edwin y Josh, Edwin se sienta a mi lado me rodea con su brazo y me acerca a él.

—¿Por que? —continua como si nada pasara, cuando yo me estoy muriendo de nervios.

—Pues por que no nos parecemos en nada, aunque cada uno heredo una parte de nuestros padres.

—¿A que te refieres? —pregunta Edwin curioso.

—Él heredo los rasgos físicos de mi padre, y yo los de mi madre.

—Entonces de tu madre salio la hermosura que tengo a mi lado.

Esas palabras hacen que me ruborice sin control.

—Asi es.

—¿Que rasgos heredaste de tu madre? —pregunta jugando con mi cabello.

—El cabello negro, ojos castaños.

—¿Tu mamá también tiene el cabello largo?

—Antes lo tenia largo pero después se lo corto.

—¿Y tu te lo cortarías?

—Jamas, me costo mucho que me creciera.

—¿Hasta donde quieres que te crezca?

—Pues actualmente me da a la rodilla, pero si es así lo quiero hasta los tobillos.

—Arzul eso ya es mucho pedir.

—No es poco, yo lo quiero como Rapunzel.

—Si así lo quieres que mas da. Ven aqui —se acomoda mejor en el sofa y me sienta en su regazo lo cual hace que me estremezca.

—¿Que mas heredaste de tu madre?

—Mm creo que nada mas.

—¿Y este cuerpo? —pregunta rozandome con sus dedos frágiles mi cintura, haciendo que se me altere el corazón.

—Lo conseguí yo misma —contesto acariciando una de sus mejillas.

—¿Y las tetas? —pregunta con una sonrisa pervertida.

—Edwin ya basta.

—¿Estas nerviosa?

—No estoy nerviosa —miento.

—Claro que lo estas tu rubor lo dice todo.

—Ya, es tu culpa que sea yo así —confieso

—Si claro… —¿Sabes algo? Verte así me vuelve loco.

Bueno supongo que eso es cierto, mira a su alrededor y empieza a meter su mano por debajo de mi blusa recorriendo mi vientre, lo cual hace que se me escape un gemido, me estremezca y pierda la noción.

—Asi me gusta Arzul.

—Ya Edwin aquí no.

—No aqui pero afuera si.

Me pone de pie, me dirige por unos pasillos que seguramente no llevan a ningún lado. Abre una puerta que se abre al espacio exterior donde hay plantas, sillas, series de luz que me recuerdan a la habitación que tenia en México.

—Ven acá.

Edwin se sienta en una silla mecedora y me acomoda en su regazo.

—Bien ¿Que decías?

—¿De que?

—Pues que no podíamos hacer nada —Edwin me mira a los ojos y recorre mi cuerpo con sus dedos haciendo que mi cuerpo vibre por cada toque, mis latidos aumentan, eso hace que me cueste respirar, apoya su frente con la mía cerrando los ojos.

—¿Sabes una cosa?

—¿Que cosa?

—Me gusta como te pones nerviosa para mi. Sabes todo esto me encanta, me encanta como se sonrojan tus mejillas, me encanta verte sonreír, amo todo lo que eres, incluso los latidos de tu corazón, que aumentan cada vez que te acarició, y quisiera que cada latido sea solo para mi.

—Edwin sabes que soy tuya.

—Lo se  —dice pasando sus dedos por mis labios, me toma por la cintura y me atrae mas a él, comienza a besarme, haciendo que suelta pequeños ruiditos de placer, besándome con ganas, haciendo que sienta una gran hambre por besarlo, puedo sentir su respiración acelerada, sus manos subiendo mi blusa hasta el pecho acariciando cada parte con sumo cuidado, como si fuera lo único que ama hacer, mientras pasa el tiempo va bajando el ritmo, pero claro su pasión por tocarme aumenta, besa mis mejillas bajando por mi cuello hacia mi clavícula, lo tomo por el pelo lo atraigo hacia mi, le beso las mejillas, en su cuello haciendo todo esto tan despacio que Edwin suelta gruñidos de placer.

—Joder, no pensé que fueras tan buena en esto Keyla.

Sonrió y beso con una intensidad su clavícula, él recorre mi cuerpo con unas ganas que apuesto a que me arrancara todo.

La temperatura de mi cuerpo aumenta cada vez que vuelve a hacer el recorrido por mis labios, mejillas, cuello, clavícula y se dirige a mi espalda.

Justo cuando encuentra el broche de mi sujetador su móvil empieza a sonar.

Vaya solo eso faltaba.

Hace una mueca de disgusto y se lleva el móvil a la oreja, miro a mi alrededor el paisaje hermoso, debido a la temperatura de mi cuerpo no notaba el frío, pero ahora siento el aire helado sobre mi.

Me acomodó la blusa.

—Aun no he terminado Arzul.

—Lo se pero ya me dio frío.

—Ven vamos.

Volvemos con los demás, busco a Oscár quien esta borracho como una cuba, todos están asi, platican, cantan y sueltan un montón de carcajadas que de acuerdo a mis conclusiones están perdidos.

—Por lo menos yo no termine así —me dice Edwin señalándolos.

—Ya Edwin dejalos de todos modos tenían que hacerlo al menos una vez en su vida.

—Supongo que si.

—Bien, tengo que irme ya es muy noche.

—Esta bien te llevo.

—No Edwin me voy con mi hermano.

—Arzul estas viendo como esta ni loco te dejo que vayas con él.

—Pero.

—No te preocupes luego vengo por él.

Nos dirigimos a la salida, él me lleva de la mano por una parte donde hay autos aparcados, abre la puerta de un coche color negro, según yo debió costar una fortuna, ya que es un McLaren 720s. Entró mientras lo examino asombrada Edwin debió ver mi cara de asombro.

—¿Que pasa Arzul?

—¿De donde lo sacaste Edwin?

—Es mio no te preocupes.

—Que envidia.

—Tranquila algún día serán tuyos.

Me abrazo ya que tengo frío.

—¿Tienes frío?

—Poquito.

—¿No trajiste una sudadera?

—Si pero la deje en el auto de mi hermano.

—Ten toma mi chaqueta —dice ofreciéndome su chaqueta.

—Gracias —la tomó y me la pongo después me coloco el cinturón.

—¿Tienes las llaves del coche de tu hermano?

—Mm no, no las tengo.

—¿Por que?

—Es una larga historia.

—Bueno puedo escuchar mientras conduzco.

—Cuando tenia quince años había conseguido convencer a unos empresarios para comprar el tequila que la empresa de papá fabricaba, él se puso tan feliz que me dijo que me daría lo que yo quisiera.

—¿Tu papá es dueño de una empresa de tequila?

—Si lo es, estaba tan emocionada que no sabia que pedir, hasta que una noche mientras miraba el GP de México lo supe, le dije a papá que quería aprender a conducir, compro un auto para mi y le pidió a Oscár que me enseñara tal era mi pasión por conducir que aprendí rápido. Un dia a mi hermano se le ocurrio hacer una fiesta, esa noche recuerdo que había tomada las llaves del auto de Oscár, era nuevo por cierto tenia un mes desde que papá se lo había regalado, unos amigos me retaron a una carrera hicimos una apuesta solo para presumir quien era el mejor, inicio la carrera y yo llevaba la delantera, a una velocidad rápida que no vi el muro, logre no chocar con el aunque se rayo en la parte de atrás, mi hermano se entero y le contó a papá, él se enojo conmigo y me quito mi coche.

—Si tenias el tuyo ¿Por que tomaste el de Oscár?

—Pues por que él se había llevado el mio.

—¿A donde? Si la fiesta era en su casa.

—A veces cuando tomaba se le olvidada que la fiesta era en casa y se iba ¿A donde? No lo se, el chiste era que al otro día le hacían burlas.

—Que raro es un alivio que no se haya perdido.

—Si tu lo dices.

—¿Volviste a tener un auto?

—Si pero mi hermano lo usa.

—Entonces tienes.

—Si tengo ¿Oye algún día me prestas tu auto?

—Siempre y cuando no choques contra un muro.

—No, no lo haré.

—Esta bien llegamos.

Aparca el coche y se queda mirando el volante.

—¿Que pasa? —pregunto poniendo mi mano en su rodilla.

—Nada Arzul estoy bien —toma mi mano y la aprieta contra su mejilla.

—Te prestare mi coche pero a cambio de algo.

—¿Que cosa?

—Ven aqui —me sienta en su regazo y me atrae a él.

—¿Que quieres Edwin? —pregunto con una enorme sonrisa.

—Qué no me vuelvas a llamarme capullo.

—Lo haré hasta que me lo prestes.

—Va pues prometelo.

—Va lo prometo.

—Con el corazón.

—Si capullo con el corazón.

Me mira a los ojos y lo noto quiere hacer lo mismo que paso unos minutos antes.

—Bien una segunda condición.

—¿Cual?

—Que me des un beso donde yo te diga.

—Va.

—Aqui —señala su mejilla. Lo beso.

—Aqui —señala tu otra mejilla. Lo beso.

—Aqui —señala su frente. Lo beso.

—Bien por último aquí.

Tarda unos segundos y yo me alteró.

—Edwin ni se te ocurra.

—Pervertida.

—No soy pervertida.

—Va te falta aquí —señala sus labios.

Me acerco a él le rodeo su cuello y empiezo a darle besos despacio, acaricio su mandíbula lo que provoca una respiración acelerada para los dos, me remuevo y noto se esta excitando.

—Arzul.

—¿Que pasa?

—Ya con eso.

—Va, ya con eso —abro la puerta pero él la cierra.

—Edwin ya fue suficiente.

—No no es suficiente, no cuando estoy contigo —ronronea.

—Capullo ya no me provoques.

—No te provocó.

—Claro que si.

—Si eres mía así que hare lo que yo quiera.

—No Edwin ya es mucho por hoy.

—Va, pues pero mañana sera el doble oíste.

—Si si escuche —asiento con la cabeza.

—Esta bien Arzul así me gusta que me escuches.

                         ←★♥∞♥★→

Salgo de mi habitación, me dirijo a la cocina Karely y Oscár están sentados haciendo lo que les da la gana.

—Buenos días.

—Hola hermanita.

—Que pinta tan rara tienes.

—No te burles de mi.

—Ya pues no me burlo.

Tomo una botella y…

—Jose el burro tiene sed —grita Oscár, doy un respingo.

—Cierra la boca pedazo de humano —le doy un golpe en el brazo y salgo a correr.

Llevo una hora corriendo y me encuentro a Charles y Josh.

—Buenos días ¿A donde vas pérdida?  —saluda Josh.

—Uy vaya saludo. Buenos días tarado —eso le cierra la boca y Charles se ríe.

—Hola Keyla.

—Hola Charles.

—¿A donde vas?

—A casa.

—Mejor vamos a la cafetería —opina Josh.

—Mm no hoy no puedo deje a Oscár y Karely en casa..

—Tu hermano tiene cara de aburrido.

—Ya lo se.

—Pero es bien bueno pal relajó.

—¿Oye estas bien? —pregunto tocando su frente para comprobarlo.

—Dejalo Keyla aún no se le bajan las copas —me dice Charles.

—Bueno ya me voy.

—Esta bien.

Oye la cena, asi la cena.

Me doy la vuelta.

—Oigan esperen.

—¿Y ahora que? —pregunta Josh.

—¿Que van hacer este fin de semana?

—Yo nada.

—¿Y tu Josh?

—Yo, nada como siempre.

—¿Por que?

—Hare una cena.

—La cena de navidad.

—Asi es ¿Entonces vienen o no?

—Va pues allá estaremos.

—Entonces allá los espero.

Me dirijo a casa y noto esa mirada que hace que mi cuerpo se altere. Me volteo lo veo se ve triste o algo asi me acerco a él.

—Hola Edwin.

Silencio incómodo.

—Hola Arzul.

—¿Estas bien?

—Si, solo que no quiero hablar con nadie.

—Esta bien.

Lo sigo a un paso de distancia. Quiero preguntarle que tiene pero no quiero que se enoje. Llegamos a la calle que va a nuestras casas y yo me dirijo a la mía.

—Nena, espera.

Me volteo y me acerco a él.

—¿Si?

—No quiero ser grosero contigo pero no me siento bien.

—Esta bien, te entiendo.

Me acerco a él me pongo de puntillas y le doy un beso.

—Bueno entonces te dejo para que descanses.

—Esta bien Arzul oye ¿Aun harás la cena?

—Si, la haré.

—¿Puedo llevar a mis hermanos?

—¿Tienes hermanos?

—Mm si dos hermanos y una hermana.

—Esta bien no te preocupes a por cierto ya les dije a Charles y Josh que haré la cena.

—A okey gracias Arzul.

—Okey ya me voy.

—Asi perdón.

Se supone que no debí hacerlo, pero ya no lo soporto lo deseo con toda mi alma, me he vuelto adicta a sus besos, sus suaves caricias, amo todo de él a pesar de que sea timido, todo en él es perfecto, aunque se que terminaré lastimada de la peor manera.

Joder.

Como.

Dolía.

Saber.

Que.

Jamás.

Habría.

Un.

«Nosotros»

Maldita.

Sea.

Aunque en ese momento no me importo.









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