Derek colocó las piernas de ella sobre sus hombros y sacó la longitud del pene que había sido paleado hasta el muñón.
¿Por qué diablos el pene de ese tipo no está satisfecho con solo una vez cada vez? Su pene aún estaba erecto, con venas de color rojo oscuro rugiendo. El semen turbio fluyó a través de la entrada por la que había escapado el grueso pilar.
-Deberías tragarlo bien.
Se limpió la eyaculación que fluía por el glande y volvió a insertar el pene con un fuerte sonido. Jadeó levemente cuando las sensibles paredes vaginales se rasparon. Aunque no fuera así, su cuerpo, que se había vuelto sensible al clímax, se estremeció como dando la bienvenida al pene que había sido excavado en el agujero. El ano empapado en líquido también lo apretó metalúrgicamente.
-Es dificil... Lo lamento.
-Cuando es difícil, mi esposa solo abre las piernas.
Judith agarró la sábana y se retorció la espalda. Después de todo, este fue un acto con un sentimiento un tanto extremo para comenzar desde la mañana.
Susurró amable y vulgarmente mientras ponía una almohada debajo de su cintura.
-Yo haré la jodida cosa.
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Nunca pensó que la mañana después de la fiesta del té sería tan intensa. Sin recompensa por levantarse temprano, Judith tuvo que acostarse con él en la cama durante mucho tiempo. Durante la aventura, e incluso después de que la aventura haya terminado. Este último estaba más cerca del que no podía levantarse porque no tenía fuerzas.
Acostada sobre su brazo, Judith tanteaba el trabajo del día anterior con una mente vaga. Después de que le aseguraron que la fiesta del té se llevó a cabo con éxito, el comportamiento sospechoso de Sylvia Wirrell pasó rápidamente por su mente. Después de eso, recordó el horario que había pospuesto un paso atrás. Era la ceremonia de consagración, el festival sagrado del Imperio Tyrreur, que se celebraría unos días después.
«Entonces estoy seguro de que pronto asistirás a la ceremonia de consagración que se llevará a cabo en el templo».
A las damas nobles que dijeron eso, les respondió que no sabía, pero que de hecho, Judith también tenía en mente algún título para asistir. Derek no puede vivir solo para siempre.
Como propietario de una de las pocas casas del imperio, tenía que presumir de su buena apariencia. Esa era la forma de dar confianza a los inversores que invertían capital en los negocios del ducado y a otras familias colaboradoras. También era una forma de acabar con los diversos rumores bizarros que aún agitaban la capital.
-Derek. ¿Estás de acuerdo con recibir la bendición?
-¿Bendiciones?
-Es una especie de ceremonia de bendición que se ofrece en el templo. La Suma Sacerdotisa te está bendiciendo con poder sagrado... Eres el diablo Así que pensé que estaba bien.
El poder sagrado que purifica cualquier cosa corrupta en el mundo. Y el diablo que maneja el poder del mal negro y oscuro. Si los dos que son completamente de punta a punta, blanco y negro, se encuentran cara a cara... No podía imaginar lo que sucedería.
Derek jugó con su cabello plateado que estaba despeinado sobre la cama.
-Es una bendición.
La respuesta que llego no fue muy buena. Derek apoyó la cabeza de ella en la almohada en lugar de su brazo y se levantó. Vestido con una bata, se sentó en la cama y acarició la mejilla blanca de Judith.
-Ahora que lo pienso, los humanos tienen religión. ¿Tu mujer también crees en Dios?
Bajó los ojos mientras miraba a Derek.
Tyrreur Empire no era un país donde la teocracia fuera prominente. Por supuesto, el templo también tenía la dignidad de liderar a los seguidores, pero era un nivel muy insignificante en comparación con la autoridad imperial. Y ella no era una santa lo suficientemente fiel como para dedicar su vida a Dios. Si ese fuera el caso, ahora no estaría sentada en el asiento de la duquesa, sino que se habría convertido en un sacerdote dedicado al templo.
-A veces en la vida, solo necesitas algo en lo que apoyarte.
No fue tan dramático, pero aún tenía suficiente fe para donar donaciones y asistir al Santo Sacrificio. Por supuesto, eso es algo que puede hacer porque tiene dinero y poder, pero si estuviera arruinada, todo lo que podría pedir en el templo sería una pequeña oración.
Ocasionalmente hubo quienes argumentaron que la religión era un truco vacío. La religión, argumentaban, era insinuar falsas esperanzas penetrando astutamente en el corazón débil y marchito de los hombres. Como creyente con una fe tan delgada como una hoja de papel, Judith también pensó que no existía tal cosa. El hecho de rezar para que las cosas salieran bien sin hacer ningún esfuerzo, o buscar primero a Dios cuando se estaba en una mala situación, era prueba de ello.
Sin embargo, las personas a veces se vuelven lo suficientemente débiles como para querer apoyarse todo en la religión. No siempre fue así, pero a veces Judith también tuvo momentos en los que encontró a Dios.
-Esa es la fuerza y la debilidad de la religión. Desafortunadamente, no hay Dios en este mundo.
Sacó un cigarro del cajón y lo mordió. La voz aguda era firme. Aparte de su creencia en Dios, Judith se sintió un poco emocionada como si le hubieran negado todo su sentido de los valores.
-¿Cómo puedes estar seguro de eso?
La razón por la cual la religión nunca se derrumba y crece rápidamente es porque a veces hay testimonios sagrados. Por ejemplo, el poder sagrado de la luz blanca utilizada por los sacerdotes, o la voz del dios principal que escuchan los sacerdotes.
La fe sin sustancia es siempre borrosa. Pero, ¿y si se revela la verdad? Le tomó un instante a esa fe cambiar a una forma oscura y volverse firme.
Hay evidencia de que el dios principal existe, pero su negación me avergonzó y tuve que preguntar.
-Si no hay dios, el poder sagrado que controlan los sacerdotes no tiene sentido. Y esas historias de escuchar la voz del dios principal...
A pesar de las protestas de Judith, la expresión de Derek permaneció tranquila. Es una mirada relajada, como si ya supiera la historia interna.
-¿Qué pasa si la evidencia en la que creen los humanos es obra del diablo?
Había una mirada amarga en sus ojos lánguidos.
-¿Qué quieres decir?
-Es literalmente. Todas las pequeñas cosas en las que crees son en realidad trucos del diablo. A los demonios les encanta ver a los humanos desesperados, y la desesperación solo llega después de tener esperanza.
Quería descartarlo como una tontería, pero fue muy difícil. Era por su tono educado y suave, pero sobre todo por el hecho de que quien decía eso era el 'diablo' al que ahora se refería.
-Si encuentras a Dios.
-...
-No es un dios lo que aparece allí, es un demonio -Derek murmuró despacio pero con precisión, como para ser entendido claramente.
Ahora que lo pienso, Judith siempre tuvo dudas.
Se decía en el templo que el dios ama a todos los seres humanos. Sin embargo, muchas veces Dios les dio penalidades y penurias que no podían soportar. te amo y te castigo ¿No es eso muy contradictorio?
Los sacerdotes dijeron que era solo una prueba para profundizar en su fe y les pidieron que lo dieran por hecho, pero eso no fue tan fácil como parece.
El momento en que la pregunta se volvió más profunda fue cuando sus padres perdieron la vida en un accidente de carruaje volcado.
Tres meses después del matrimonio de Judith, en un día lluvioso, el Marqués de Lepis, regresaba de las montañas Papilio cuando su carruaje se volcó bajo la lluvia. El Marqués de Lepis, que estaba sentado en el lado flaco del carruaje, murió sin posibilidad de hacer nada, y solo la Marquesa sobrevivió a duras penas.
Mientras Judith iba a la casa del Marqués, su madre aparentemente estaba viva. El mayordomo que vino a recibirlo también dijo que estaba en estado crítico pero que aún respiraba. Al menos quería decir mi último adiós. Sin embargo, cuando apenas llegó al dormitorio, la precaria vida de su madre terminó. Solo diez pasos, dejando solo eso.
En ese momento, la oscura duda que siempre había albergado se la tragó por comsin dijo que la amaba, pero casualmente le quitó la última esperanza que ella anhelaba. ¿Dios realmente existe? Entonces, ¿por qué está causando este dolor?
No es muy sincera, pero siempre aportó dinero para el desarrollo del templo y no se saltó las ofrendas sagradas. Mostró toda la fe que pudo en su línea.
¿Quién recibirá la mano de Dios a la que ni siquiera ella puede responder? ¿Quién es más fiel? ¿O aún más desesperado? ¿Hubo realmente alguien que recibió esa gracia?
Si me amas, ¿por qué me das dolor?
Ese fue el único pensamiento en la mente de Judith mientras se realizaba el funeral de sus padres. La injusticia y la corrupción que se habían estrellado contra él vagaban sin cesar en el charco negro. Mirando hacia atrás en ese momento, la declaración de que Dios no existía desde el principio no me sorprendió. Era una familia que había estado abrazando en secreto por si acaso.
-Aún... Incluso si lo que dices es cierto, no quiero creerlo.
-¿Por qué?
-Eso es muy frustrante.
¿Cuántas personas en este mundo creen en la existencia de Dios y dependen de él para vivir? Es una terrible realidad que todos ellos estén viviendo sus vidas obsesionados con algo que pretende ser sagrado. Crees que vives en la felicidad, pero al final, ¿no es una falsa felicidad la que contiene el núcleo de la infelicidad?
Además, Judith a menudo oraba por la seguridad de sus padres en el templo después de eso. Se sintió incómodo porque sintió que incluso su fidelidad, incluidos los creyentes, fue descartada como sin sentido.
-Así que eso es lo que es. Porque amamos cuando los humanos se desesperan, se frustran y se dan por vencidos.
Ella no pudo responder nada.
Derek lleva un caparazón humano, pero en realidad es un demonio. Aunque soy consciente de eso, no sé por qué sigo tratando de tratarlo como a un humano. Como si esperara algo de él como 'humano'. Por ejemplo, la imagen de un esposo que me consuela y se dedica solo a mí.
-Ceremonia de consagración, asistamos.
-...
-Aunque no quieras creerlo, lo creerás cuando lo veas frente a tus ojos.
Derek pareció pensar que la mujer silenciosa no le creía. La voz baja era la esencia del diablo, no queriendo dejar ninguna esperanza para los humanos.
Judith, que había estado mirándolo, miró por la ventana sin decir palabra. De alguna manera reprimí el deseo de preguntarte si eras como esos demonios que aman la desesperación humana, y si eras tan cruel.
El hombre que se sentía tan cerca del mundo cuando mezclaban sus carnes se sentía más extraño y distante que nadie en ese momento.