—¿Tony?—preguntó completamente desencajado.
—Ah, hola Stephen—saludó desfachatado, levantando su cabeza para observar el consternado rostro del chico.
—¿Qué haces aquí?—cuestionó muy sorprendido, no esperaba verlo ahí.
—No eres el único busca problemas en esta escuela—contestó altivo guiñándole un ojo.
Tomo asiento preguntándose por qué en realidad Tony se encuentra ahí, pero solo atina a derretirse y sentirse en las nubes por tenerlo ahí... A su lado.
—Stephen pásame la tarea—le pidió Wong al otro día en la escuela.
—Por lo que veo la reunión de ayer te mantuvo muy ocupado—se burló tendiéndole su libreta.
—Sí, Thor es muy buen anfitrión y te perdiste el espectáculo de ver a un Bruce borracho hablando con un poste—lanzó un bostezo—. Aunque hubiera sido genial en fin de semana, ahora me estoy muriendo de sueño. ¿Qué tal te fue a ti?
—Me fue bien—respondió con una sonrisita que no pudo ocultar—. A Tony también lo castigaron.
—¡Aaah, que casualidad!
—Con él es difícil aburrirse.
—¿No te parece eso curioso?
—¿Qué?
—Que a Stark casualmente también lo hayan castigado.
—Uhm, tal vez un poco, Tony a veces saca de sus casillas a algunos maestros y al director Fury.
Wong asintió poco convencido y se dedico a copiar la tarea del cuaderno de su amigo.
—No puedo creer que Bruce se haya emborrachado—comentó Tony divertido—, es un milagro que haya asistido a clases, casi se queda dormido en clases de ciencias. Thor en cambio esta intacto, como si no hubiera bebido.
—Thor siempre aguanta muy bien.
—Stephen, ¿me acompañas a la biblioteca? Necesito buscar un libro para mi proyecto de ciencias y tú pareces conocer muy bien ese lugar.
—Sí, claro, estas con la persona indicada.
El omega engancho su brazo al de su compañero y así caminaron hasta la biblioteca.
La mirada de Christine Palmer siguió el camino que trazo aquel llamativo par hasta que doblaron a la derecha y desaparecieron de su campo visual. La forma en la que se aferra a sus libros, abrazándolos con fuerza, y el disgusto en su rostro fue lo suficiente evidente para que su amiga le preguntara:
—¿Estás bien?
—Sí—respondió volviendo la mirada a su casillero.
—¿Qué tienes? Ya dime.
—No sé como explicarlo, pero... siento raro ver a Stephen darle esas miradas que me daba a mi a alguien más—admitió.
—Ay, amiga—resopló—. La verdad yo no entiendo como pudiste cambiarlo.
Para ese viernes, todo lo que Stephen quería era que ese timbre sonará y encontrarse con Tony y su increíble equipo para organizar su proyecto de Historia. Esta vez se reunieron en una cafetería más cercana a la escuela, el coche de Tony esta en el taller.
Por supuesto, hicieron todo menos el proyecto, algo de lo que se dieron cuenta cuando vieron caer el sol, pero la plática sobre la reunión en casa de Thor los mantuvo muy entretenidos.
—Ya es tarde—comentó Stephen con la mirada fija en la ventana.
—Excelente observación, Sherlock—se burló Tony.
—Será mejor que continuemos el lunes, tengo que volver a casa para la cena—mencionó Wong guardando sus libros.
Todos se pusieron de pie para tomar caminos separados. Wong se despidió primero, le siguió Bruce y solo faltaban Stephen y Tony, quienes caminaron un poco más hacia la parada de autobuses antes de separar sus caminos. A medio camino, el castaño se detuvo de repente, a lo lejos logro divisar muchas luces llamativas de diversos colores.
—Mira Stephen una feria. ¿Me creerías si te digo que nunca he ido a una?
El alfa no respondió enseguida, se quedo callado divagando mientras observa el bello perfil del chico que lo acompaña. No estaba seguro si debía hacerlo, pero cuando menos sintió su boca ya lo estaba traicionando.
—¿Te gustaría ir... conmigo?
El omega se giro con sorpresa en su faz, Stephen se quedo un poco helado ante esa reacción, queriendo retractarse.
—¿Me estas invitando a salir?—inquirió mirándolo coqueto.
—No, bueno... No necesitamos fingir y eso... podemos ir como amigos, no tienes que...—balbuceó mortificado.
Tony soltó una risita al ver lo nervioso que se puso.
—Tranquilo, solo te estoy molestando—aclaró divertido—. ¡Claro! ¡Quiero ir!—exclamó emocionado—. Me gusta pasar el rato contigo—mencionó con una sonrisa ancha.
—A mi también.
Luego de avisarle a su mamá que llegaría más tarde, se dirigieron a la feria.
Al ver lo feliz que luce, Stephen pensó que tomo una muy buena decisión al invitarlo, definitivamente había dudado al principio al pensar que el lugar no parecía ser de su estilo, pero al ver su brillante sonrisa y sus ojos alegres no dudo más. Tony es todo risas.
Se subieron a varios juegos y para entonces Strange se sentía un poco exhausto.
—Vamos Stephen, quiero subirme otra vez—lo alentó jalándolo del brazo.
—Vaya, si que tienes energía.
—Pero antes, necesito ir al baño.
—Ok, te espero aquí.
—Ahora vuelvo.
Cruzo los brazos y se apoyo contra la pared mientras espera. De repente un aroma muy familiar llamo su atención, sus ojos hicieron contacto visual con una chica, la cual lo observa bastante incrédula.
—Que raro verte por aquí sola—dijo Stephen al salir de su estupor.
—A Nick no le gusta frecuentar este tipo de lugares. Hmm, debo decir que también es raro verte por aquí, creí que no te gustaban estos lugares.
—Ya ves, si me gustan.
—Ya veo. Si quieres puedes venir conmigo.
—Vengo con Tony.
—Aaah... a él si lo traes a este tipo de lugares—espetó con una mueca disgustada.
—Bueno, nunca supe que te gustaba venir a lugares así.
—Claro, porque nunca te tomaste la molestia de preguntarme. Nunca te intereso. Pero claro, por alguna razón, con él si...
—Para tu gran información... a diferencia de ti, no lo he llevado a mi casa, así que no hables cosas que-
—Oh, ¿y por eso debo sentirme especial?—lo interrumpió claramente ofendida.
—Christine, ¿por qué...?—se detuvo al divisar a Tony.
—Te dejo—murmuró ella antes de irse y él se acercó con un rostro terriblemente serio.
—¿Qué hace ella aquí?—preguntó sonando molesto.
—Mmh... ¿pasando el rato?
Los labios de Tony formaron una sonrisa amarga.
—Claro, con razón me invitaste. Se me había hecho raro que lo hicieras, tú nunca me invitas a nada—afirmó con dejo decepcionado y triste.
—¿Qué? ¿De qué hablas?—repuso confundido.
—No te hagas el tonto, solo me invitaste para darle celos a tu ex y yo que creí que...
—¡Noo! Estás equivocado. Yo no sabía que ella también vendría aquí, ¡fue una casualidad!—aclaró.
—Ok, nos vemos en la escuela—dijo alejándose.
—¡Hey, espera!—lo tomo de su brazo para impedir su huida—. Yo te invite porque de verdad me gusta estar contigo. Eres un chico increíble, divertido y lindo y... ¡Rogers fue un gran idiota por dejar ir a alguien tan genial como tú!
—¿Lo dices en serio?—cuestionó entre escéptico y conmovido.
—¡Por supuesto que sí! Tú mismo lo has dicho, ¿quién no quisiera salir contigo?
—Sí, pero solo por obtener algo a cambio o... por mi popularidad o mi dinero...
—Yo... sé que estamos involucrados en un extraño plan y que sino fuera por eso ni siquiera estaríamos juntos en este momento, pero estas semanas que hemos estado conviviendo me he dado cuenta que eres una persona genial y un novio excelente, siendo sincero no esperaba mucho de ti y eres mucho mejor novio de lo que soy yo. Eres encantador y de haberte tratado más antes te hubiera invitado a salir desde cuando.
El omega, cambiando su semblante, se quedo callado un momento antes de proseguir.
—Lo siento, Stephen, no sé que me paso, yo no tengo ningún derecho de reclamarte nada...—expresó cabizbajo.
—Esta bien, descuida. No pasa nada.
—¿Vamos al juego que quería subirme?—inquirió levantando el rostro.
—Claro, vamos.
Tony estrecho su mano y lo jalo consigo.
Tomaron un descanso en una banca después de subirse a unos cuantos juegos.
—¿Quieres?—preguntó Tony acercándole su batido.
—Eh, no, gracias.
—Anda, pruébalo. Vamos, no tengo roña.
—Ok—asintió riendo y acercó sus labios a la pajilla.
—¿Nada mal?
—Un poco empalagoso.
Sus miradas quedaron conectadas y para Stephen resulta muy difícil apartar sus ojos de él, aunque, en su defensa, Tony lo hace difícil al mirarlo así de intensamente. El movimiento del omega relamiéndose los labios capto su atención, bajando su vista y fijándola en su boca. Dándose cuenta lo que estaba haciendo se levanto de golpe, tratando de recuperar la compostura.
—Bien, es hora de irnos.
—¿Qué? No me quiero ir—espetó haciendo un tierno puchero.
—Es tarde—insistió.
—Pero no pasamos a los juegos de destreza.
—Esta bien, solo un juego y nos vamos.
—Ok, trato hecho.
Tony comenzó primero su lanzamiento con aros, pavoneándose al hacerlo.
—¿Qué tal? Seguro te deje con el ojo cuadrado—parloteó al concluir—. Stephen, ¡yuju! ¿Hola?—alzó la voz al notarlo distraído.
—Oh, sí, lo hiciste genial—repuso el alfa saliendo de su aturdimiento, se había quedado como bobo mirando a Tony jugar.
—Vaya que te impresione.
—Claro que no, yo puedo hacer algo mejor que eso—alardeó.
—Ah, ¿sí? Demuéstrame—expresó retador.
A Stephen de verdad le esta costando trabajo con Tony tan cerca suyo, su aroma le complica bastante las cosas, perdiendo la concentración, el chico se inclina demasiado hacia él y Stephen no sabe si lo hace a propósito para desestabilizarlo o solo está imaginando cosas. A pesar de las distracciones logro sacar el juego adelante ganando una taza blanca con la imagen de un zorro.
—Oye, eso no es justo—se quejo.
—¿Qué?
—A ti te dieron una taza muy genial y a mi este llavero todo feo.
—Mmmh.. Sé que comparado a lo que tú me has dado es poca cosa, pero...—dijo acercándole la taza.
—Me encanta. Gracias—murmuró besando su mejilla y Stephen casi se desmaya.
Definitivamente esta empezando a sentir cosas.