La autopsia de un corazón no...

Von oh_boobear

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En un ambiente mucho más histórico, Louis vive apartado de lo que queda de la sociedad. Realmente, vive apart... Mehr

Prólogo

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Von oh_boobear

advertencias: ¡cuidado con las advertencias que se dan!

en esta historia, el lore se cambia mayormente. necesito que tengas cuidado con eso para no confundirte más de lo que lo haré:)

la manada de harry se maneja de una forma muy diferente (de ahí la etiqueta histórica). simplemente es actualidad, pero como el mundo se ha ido a la mierda se han desarrollado comportamientos históricos.

me inspiré un poco en el lore de twd, tal vez por eso ves un poco de actitud de negan en harry, ¡pero no te preocupes por eso! no es un humano sin corazón:)

se da un poco de cottagecore ✨

Su cara se sentía fría cuando abría las ventanas.

La fantasmal sensación de que el crudo inverno se acercaba hacía que los huesos de Louis tiritasen ansiosos. Siempre había sentido una agradable simpatía y conexión con el invierno, un enlace que era indescriptible. Fuera como fuese, él era un persona que prefería el frío a cualquier otra estación del año.

No estaba especialmente preocupado por si nevaba pronto. Miró hacia arriba, al cielo, y contempló que estaba más oscuro de lo usual. El invernadero, que se podía contemplar a simple vista desde la pequeña y agradable ventana rústica postrada en la cocina, estaba correctamente sellado y las ovejas, vacas y gallinas dormitaban con gusto en sus respectivos lugares de descanso de la agradable granja. Louis se había encargado de reforzarla para que, en inverno, el calor se retuviese de la forma más natural posible para no ser perjudicial en verano.

Sus pies, aunque reposaban sobre la crujiente madera de la cabaña, no estaban demasiado fríos a pesar de que solo llevaba calcetines. Volvió a encajar las ventanas y arrastró sus pies, de nuevo, hacia la cama llena de mantas y algunas telas viejas. Era un nido principalmente constituido por almohadas, algunas mantas tejidas con crochet y telas que, aunque no arropaban mucho, les daban el toque necesario para que aquel nido se sintiese como un hogar.

Rebuscó y levantó algunas sábanas para buscar a aquella traviesa cachorra. Encontró a Daphne dormida y con aquel pelo que mezclaba el rubio con el oscuro suavemente enredado. Se quiso reír al verla tan profundamente dormida, pero también se le encogió el corazón al verla tan pequeña en comparación al nido que él hizo cuando gestaba cerca de los siete meses de embarazo y no había nadie más en aquella cabaña abandonada. Se inclinó hacia su bebé y le acarició la espalda de aquella forma tan suave que solo él sabía hacer con su hija.

La sintió removerse y emitió aquel pequeño ruidito que chillaba cuando protestaba. El omega frunció sus labios en una pequeña sonrisa.

"Buenos días, pollito." Le murmuró a su bebé. La pequeña cachorra de menos de dos años protestó cuando Louis pasó sus manos por debajo de sus axilas para levantarla. "Oh, vamos. No seas tan caprichosa, cariño. Ya son más de las diez y media."

Ella emitió un pequeño lloriqueo de protesta cuando dejó de sentir la suavidad y el calor de las mantas del nido en el que dormitaba. Como sustituto, escondió su cabeza en el cuello de Louis. El omega la sintió frotar su nariz allí para rebuscar un poco de consuelo y amor maternal. Los labios del antiguo cazador temblaron en una enternecida sonrisa de labios hacia abajo. Le frotó la espalda en un intento de consolarla tanto como podía.

"Mi pobre pollito se ha despertado de mal humor, ¿no?" Louis hablaba aunque sabía que ella no contestaría. En cambio, Daphne emitió un pequeño chillido de cachorro. "Cariño, sabes que tienes que hablarle a mamá si necesitas algo. Usa las palabras, ¿recuerdas?"

Aquello no cambió nada, como Louis esperaba. 

El omega resopló por la nariz con desencanto. Daphne, su bebé, era una cachorra que no hablaba demasiado. De hecho, se podría decir que no hablaba en absoluto. Al principio, Louis no le tomó severa importancia, pero conforme pasaron los meses y ella ya había cumplido un año y medio, empezó a preocuparse por su capacidad del habla. Había oído a madres hablar de retrasos del habla en cachorros hasta los cuatro años, y eso lo inquietaba de sobremanera.

Cargó a su hija en su cadera y la llevó hasta la cocina. La cabaña no era especialmente grande, bastaban algunos pasos para llegar a cualquier lugar. Sentó a Daphne sobre la isla de la cocina y la dejó jugando con las figuritas de madera que había dejado la noche anterior allí mismo. Louis aprovechaba que su cachorra estaba lo suficiente adormilada y entretenida con sus juguetes para preparar el desayuno.

Hirvió en la cacerola la leche de vaca que tenía almacenada mientras tostaba el pan. Antes era más fácil racionar la comida, porque Daphne era una bebé recién nacida y solo necesitaba algo de leche materna para sobrevivir. Ahora, los dientes de su hija crecieron hace mucho y era capaz de masticar y tragar ella sola.

Supervisó a su hija de vez en cuando. Sirvió el pequeño y humilde desayuno para los dos y besó la cabeza de su niña mientras ella bebía con pequeños sorbitos la leche recién calentada.

La vida en el campo nunca había sido su especialidad. Sabía cazar y valerse por sí mismo en la naturaleza, pero sembrar patatas y otras hortalizas no era, ni de lejos, su espacialidad. La primera vez que ordeñó a una vaca fue una completa nueva experiencia en su vida.

Limpió la cabaña mientras dejaba a Daphne en la cama. Ella tenía su propio material para entretenerse; miraba los mismos libros con dibujos de siempre. A Louis le entristecía bastante que su hija no pudiese tener un surtido y variado set de juguetes como hubiera tenido cualquier bebé de su edad.

Los únicos juguetes que ella tenía, fueron los que Liam le pudo conseguir del Santuario.

El omega prefería no pensar demasiado en eso.

"¿Qué es eso, Daphne?" Se arrimó a ella en la cama para mirar el libro de los animales de la granja. "Mira esto, ¿qué es esto?"

Ella lo entendía, Louis lo sabía porque le respondía con las manos y no verbalmente. Ella, con su minúsculo dedo, señaló hacia la palabra que estaba arriba del dibujo amarillento del pollo.

Pollito.

"Sí, muy bien, mi amor." La felicitó con un beso en su regordeta mejilla. Ella se rio alegremente detrás del chupete. "Esa eres tú. Un pollito. Mi pollito."

La dejó dormir mientras él iba hacia la parte de atrás de la cabaña a por la comida de los animales.

La tranquila vida de cambio era monótona pero no era una rutina demasiado insoportable. Louis había podido encontrar la paz en aquel ritual rústico de cada día; despertar, comer, limpiar, alimentar a los animales, arar el campo y supervisar las hortalizas.

La maternidad lo había hecho dejar aquella extrema vida que llevaba. No podía salir a cazar durante horas porque había una bebé que necesitaba su constante vigilancia, amor y dedicación. El omega estaba bastante feliz con su nueva vida lejos del peligro y lo arriesgado; su vida se resumía en su cachorra y su granja. En verano y primavera, suele sacar a Daphne al césped para que ella se divierta con las flores y otros insectos que encuentra a su alrededor. Louis nunca pensó que una vida tan tranquila podría hacerlo tan feliz a él y a su hija.

Al entrar al establo de las ovejas, sonrió con admiración hacia Gladis, que alimentaba a su cordero.

"Buenos días a ti y a tu bebé, Gladis." La oveja baló hacia Louis, haciendo que su sonrisa se ensanchara. "Buena chica, estás siendo una gran madre."

Alimentó a las bestias y aró el campo que no estaba siendo protegido por el invernadero. Aunque invierno no era época para sembrar, no había razón para dejar de remover la tierra fértil.

El viento se había levantado un poco más, y Louis se percató de que el cielo estaba más oscuro que antes.

Cuando se apresuró a volver a la cabaña después de cerrar los establos y, exteriormente, la granja, frunció el ceño al ver algo inusual fuera de la cabaña. Entrecerró los ojos para tener una mejor visión de aquel bulto que se movía en su mismo sitio.

Al afinar más la vista, se dio cuenta de que era un caballo atado a las vallas que tenía el porche exterior de la cabaña.

El corazón se le subió a la garganta, mientras que en su cara y cuello se extendía el ardiente calor producido por los nervios.

No reconocía el caballo. Alguien había llegado a su propiedad, sin avisar, y había entrado a su cabaña.

De su bolsillo, sacó la navaja que siempre llevaba para rajar los sacos de pienso de los animales. Corrió tanto como pudo hasta la cabaña y apreció que la puerta estaba abierta, solo la mosquitera estaba cerrada.

Al entrar, se desconcertó al encontrar a Daphne tan profundamente dormida como la dejó, y a un hombre que le resultaba muy familiar sentado en una de las sillas de madera de la humilde y estrecha sala de estar.

El desconocido, que había estado mirando por la ventana (probablemente, viendo a Louis correr), lo miró. A pesar de que el cielo estaba oscuro y la luz en invierno es fría, el omega lo reconoció al instante.

"Has cambiado mucho." Murmuró el hombre. "La maternidad te sienta bien, pero lamentablemente no estoy aquí para ver cómo va la niña."

"Liam."

"Necesitamos hablar sobre Harry, Louis." El salvador se levantó y, con sus botas, caminó hasta el omega. "La cosa se ha jodido de sobremanera."

Louis vaciló unos segundos. Inevitablemente, miró a su hija que estaba profundamente dormida.

"No te preocupes por ella, ella no tiene nada que ver con esto. Al menos, no negativamente." Le dijo el alfa.

"¿Qué ha pasado?" Exigió saber. "¿Tan grave es como para que hayas tenido que asaltar mi casa? Me has dado un susto de muerte. Creí que..."

"Harry se ha cargado a Simon, Louis." La confesión lo dejó mudo. "Las cosas, desde que huiste, han empeorado. Harry no ha sido capaz de reponerse por completo."

El omega sintió un tirón en el estómago. Se cruzó de brazos intentando no verse desprotegido.

"Realmente lo siento por él, pero no puedo hacer mucho."

Liam resopló una risa cargada de sarcasmo.

"¿Que no puedes hacer mucho? Louis, está que se muere por ti."

"No puedo hacer mucho por él ahora." Insistió. "Liam, Daphne cumplirá dos años en dos meses. Eso quiere decir que hace, al menos, dos años desde que me fui. Ahora mismo no puedo hacer nada por vuestra manada, lo siento."

"¿Daphne?"

Guardaron un breve silencio.

El soldado estructuró el rostro de Louis.

"¿Así es como la has llamado?" La señaló con el mentón. "¿Daphne?"

"Sí."

"Le has puesto el nombre que a Harry le gustaba." Frunció el ceño. "No creía que hicieras eso."

Se veía bastante sorprendido. Louis se mordisqueó la uña del pulgar.

"Bueno, es su hija." Se encogió un poco de hombros. "Además, Daphne es un nombre precioso, al fin y al cabo."

"Pues tengo una sorpresa para ti." Le anunció, no muy felizmente, Liam. El omega lo observó. "Una de las mujeres del círculo estrecho de Harry dice estar embarazada, y que el bebé es de Harry."

Aquello fue como una puñalada directa al corazón.

Un tic nervioso se asentó en el pie de Louis. Su talón derecho se movía ansiosamente haciendo que su bota repiquetease.

"Bueno, felicidades por él. Supongo." Ante la mirada de desaprobación de su viejo amigo, añadió: "¿Qué? ¿Qué quieres que diga?"

"No me he recorrido quince kilómetros a caballo solo para hacer de mensajero y contarte que Harry va a ser padre. Por segunda vez, supongo." Suspiró con verdadero cansancio. El omega estuvo a punto de sugerirle sentarse, porque se le veía agotado. Pero Liam habló: "Te lo diré sin rodeos. ¿Quieren saber cuántas personas piensan que ese bebé es de verdad de Harry? Solo una: Harry."

"Es normal, ¿no? Él es el padre."

El alfa negó.

"No lo entiendes. Esa zorra es de las mayores arpías que alguna vez haya cruzado las puertas del Santuario." Le confesó al omega. "Ninguno de nosotros creemos que sea de Harry. Está embarazada, sí, pero nadie se lo cree."

"Claro, ¿y quién va a llevarle la contraria al líder? Nadie."

"A eso me refiero."

"¿No habéis podido encontrar pruebas? No sé, ¿indicios de algo?" Cuestionó. "Como otro olor, u otro alfa cerca de ella."

"Imposible. Todos estamos hasta arriba de trabajo por nuestros cargos. Precisamente, no carecemos de trabajo." Gruñó con verdadera frustración. "La muy zorra y el padre de ese bebé saben esconderse bien."

"Sigo sin ver cuál es el problema." Tímidamente, Louis caminó hacia su hija cuando ella gimoteó por el frío. La arropó con las sábanas del nido bajo la atenta y conmovedora mirada de Liam. "Que nazca ese cachorro, sea o no de Harry, tampoco cambiaría las cosas. Sigo sin entender cuál es mi papel importante en todo esto."

"Sabes que el Santuario es fuerte y muy difícil de penetrar. El Santuario es el trabajo y sacrificio de cientos de hombres, y si ese niño nace y Harry sigue creyendo que es suyo, todo el mando irá hacia él cuando Harry no esté. Y cuando me refiero a que el mando será de ese crío, me refiero a que su madre será quien se tome la libertad de liderar."

Entonces fue cuando lo entendió: no querían evitar que Harry viviese en una mentira, no querían que una persona aún más tirana que Harry gobernase el Santuario.

Louis abrió la boca, desconcertado.

"¿Eso quiere decir que...?"

"Louis, el Santuario le pertenece legítimamente a Daphne." Liam lo soltó. Aquello fue una nueva noticia difícil de digerir para el omega. "Daphne es una cría de linaje puro. Su padre es Harry Styles, vamos. Solo hay que mirarla a los ojos. Son como dos gotas de agua, prácticamente. Estoy seguro de que Harry, con solo olerla, sabrá que es su cría. Podemos..."

A medida que Liam hablaba, sus palabras caían en el estómago de Louis de una forma amarga. No pudo evitar pensar en la reacción de Harry si Louis se presentase con Daphne en brazos. Sabía que su hija era muy parecida al alfa, estaba seguro de ello desde que Daphne era tan solo una bebé recién nacida de dos días. Incluso durante su embarazo, los últimos meses antes de dar a luz, Louis estuvo pensando en Harry y en cómo su ausencia afectaría a la vida de su hija.

Se había sentido tan solo y angustiado sin él.

Liam seguía hablando, pero Louis no lo escuchaba enteramente. Para él, la voz de Liam se oía distante. Muy lejos.

"...siempre quiso tener una cría y..."

Las entrañas se le revolvían. Tal vez no estaba siendo tan buena madre cómo él pensaba que lo estaba siendo.

"...por eso he venido a buscarte."

"Daphne no habla."

Un tenso silencio que duró segundos se extendió.

El salvador parpadeó.

"¿No habla?"

Louis negó.

"Tiene un retraso del habla, probablemente." Le confesó a Liam. El alfa se apaciguó. "No he conseguido que diga más de dos palabras en una oración."

"¿Tartamudea o algo?"

"No. Simplemente no habla."

"¿Y has pensado que eso pueda suponer un problema para Harry?"

El omega se encogió de hombros, porque realmente no lo sabía.

"Puede que sí, puede que no. Realmente no lo sé."

Aparentaba no haberlo pensado nunca, pero lo había pensado más de doce veces.

Sabía que Harry solía ser extremista con algunas ideas y Louis no estaba de acuerdo con él. Temía enormemente, ahora, que el alfa pudiera tachar a su hija y rechazarla como cría.

"¿Recuerdas el día en el que escapaste?"

Louis sonrió amargamente en respuesta. No podría olvidarlo ni aunque lo quisiera. Tenía dos meses de embarazo y ni siquiera pensaba que pudiera estar en cinta.

"Sí. Éramos tú, yo, y otros cinco hombres más." El omega podía recordar el día de la fuga como si fuese ayer. "Nunca pude saber sus nombres, lo cual es una pena. Les debo gran parte de mi vida."

"Fue Josh el que te sacó del perímetro para que estuvieses lo más lejos posible del Santuario." Rememoró. "El resto y yo volvimos a la base. A las dos horas después de que Josh regresara, se dio la voz de alarma de que habías desaparecido. Organizamos patrullas de búsqueda que salían desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, durante cuatro meses. Y Harry, bueno, estaba todo lo destrozado que se puede estar."

A Louis se le estrujó el corazón, pero solo se abrazó más a sí mismo. Quería hundirse en sus pies y desaparecer.

"Yo no soy nadie para opinar en temas familiares. Y sabes que tampoco estoy en contra tuya." Le dijo al omega. "Solo digo que te buscó insaciablemente durante cuatro meses sin saber que estabas llevando a su primera cría. Y que, créeme, Harry puede ser un gran capullo y un tirano cuando se lo propone, pero contigo la cosa marcha diferente. Contigo no es solo Harry, el alfa de la manada que habita en el Santuario. Contigo es la persona que era antes de que todo esto se fuese a la mierda."

El omega se mantuvo en silencio.

"Le juré lealtad a mi líder en su día, y también te la juré a ti en aquel momento porque vi que tu vida corría peligro." Liam era tan noble como cuando Louis lo conoció por primera vez. "Te prometí, y lo cumplí, que tu localización no sería revelada ni tu cabeza tendría precio. Lo he cumplido, hasta ahora. Y no es solo porque creo que tú y Harry merecéis resolver las cosas con más calma, sino porque mi misión es cubrir a mi líder, y ahora mismo está siendo engañado por esa zorra de Lauren."

Se escuchaban arañazos en la ventana. Al mirar, se apreciaba que una extensa nieve comenzaba a caer lenta pero pesadamente.

"Si Harry se ha vuelto a enlazar, no tiene sentido que vuelva al Santuario."

"Que yo sepa, no se ha enlazado con Lauren."

"Bueno, lo hará dentro de poco."

Liam frunció el ceño.

"¿Cómo estás tan seguro?"

"Me lo dijo en su día. Ya sabes, que se planteaba enlazarnos mucho antes de planear tener crías y toda esa paranoia." Respiró profundamente mientras cerraba los ojos y se masajeaba las sienes con los dedos. Revivir el pasado nunca le ha hecho ningún bien. "Así que he de suponer que, si no se ha enlazado ya, lo hará en cuestión de un par de días. Harry es muy de la antigua; se quiere casar, ir a vivir a una cabaña y tener un par de hijos que criar."

"¿Algo así como lo que tú has hecho?"

"Sí. Exactamente. Pero sin mí. Lo hará con Lauren."

"¿Te das cuenta que los dos teníais los mismos planes y lo habéis hecho separados?"

"Sí. Me llevo dando cuenta desde hace casi dos años."

"Es cerca de medio día, ¿no? Cuando la tormenta se apacigüe podemos tomar rumbo al Santuario. Calculo que, por el peso de todos a caballo, tardaremos un par de horas más. Si no hay ningún inconveniente podemos estar allí a las ocho de la tarde."

"Liam."

"También puedo llamar por radio. Tal vez Edward está de patrulla y con suerte nos puede traer en coche."

"Liam, por favor." Lo interrumpió. "Simplemente déjame respirar un segundo."

El salvador se disculpó brevemente.

Dejó que Louis tuviera un momento a solas con su cachorra, él se quedó en la sala de estar. Daphne había dormido profundamente, y al omega lo aliviaba saber que no había escuchado nada.

Admirando a su hija dormida, apreció el cierto parecido de Harry en ella. Parecía como si a su hija le hubiese dibujado los ojos de la misma forma que los tenía Harry. Le acarició su sedoso y fino pelo, que aunque estaba alborotado, ya no tenía ningún rastro de nudos o enredos.

Se preguntó, brevemente, si a Harry le gustaría conocerla.

Se inclinó para besar la cabeza de su bebé, y en respuesta ella se removió.

"Hola, pollito." La saludó, pero esta vez no sonreía con dientes. Sus labios estaban curvados en una sonrisa más triste. "Has dormido una buena siesta, ¿no?"

Le siguió acariciando la espalda, y ella solo lo miraba con aquellos bonitos ojos entrecerrados.

"Vamos a tener que irnos de viaje." Le confesó. "A un lugar bastante lejos de aquí. Allí ya no hay gallinas, ni vacas. Tampoco van a estar Gladis y su bebé."

Daphne solo lo miraba mientras sus dientes mordisqueaban el chupete.

"Va a ser un lugar muy diferente y raro, pollito." Maniobró a su bebé para sentarla en su regazo. La niña se acurrucó en él. "También va a ser difícil para mamá estar allí, pero lo importante es que estaremos juntos."

Louis sabía que nunca recibiría una respuesta verbal suya. Pero mientras ella no llorase, todo estaba bien.

Besó su regordeta mejilla varias y ruidosas veces, hasta que ella gimoteó enrabietada.

El omega se rio por lo bajo. Ella era tan quejosa como él ante el contacto físico.

"Mamá va a hacer las maletas." La volvió a dejar en el nido. "Quédate ahí, pollito."

Ella no se preocupó especialmente, porque tenía sus maravillosos juguetes de madera que, en ocasiones, Louis le había tallado con su navaja.

Louis se percató después de que Liam los había estado observando desde su posición en el marco de la puerta.

"Lo digo en serio" Volvió a murmurar. ", la maternidad te sienta bien. Pareces, no lo sé, incluso más joven y nuevo."

El omega le sonrió brevemente y con labios pegados.

"Bueno, ya has visto que no dice ni una sola palabra."

"Sí, eso he visto."

"Haré las maletas." Louis decidió cambiar de tema. "¿Puedes enviar a alguien a cuidar la granja mientras no estamos? Los animales y el huerto necesitan un cuidado diario."

Liam asintió un par de veces.

"Sí, por supuesto. Llamaré a Edward por si nos pueden enviar un coche blindado."

Cuando Louis empacó todo lo que vio como necesario, se dio cuenta de que la cabaña no era la misma. Tenía un aspecto muerto y sombrío. Pensó, entonces, que solo las cosas verdaderamente necesarias para uno son lo que le da vida a la casa.

Por primera vez en dos años, el omega volvió a sentir el peso de su ballesta sobre sus manos y su hombro. 

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